senta una forma general más alargada, debida sobre todo a lo pro

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DE
HISTORIA
NATUKAL
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senta una forma general más alargada, debida sobre todo a lo prolongado y estrecho de la caja cerebral, y sin embargo, sus arcos
cigomáticos están mucho más abiertos que en la raza o especie pequeña, la cual tiene una caja cerebral más redondeada. La cresta
sagital del primero es mucho más alta y más fuerte, y su fosa mesopterigoidea ofrece la forma estrecha y alargada que Pocock considera característica de F. pardas leopardus,
en tanto que el leopardo pequeño tiene esta fosa relativamente corta y ancha, casi
como se v e en los leopardos de la India y del África Oriental.
Blanford, refiriéndose a los leopardos grandes y chicos de la India, piensa que las diferencias pueden ser debidas a la edad,
y Lonnberg, hablando de los del África Oriental Inglesa, cree que
podrían atribuirse al sexo. Ninguna de estas opiniones explica el
caso en los ejemplares de Guinea. Todos los cráneos en que yo he
basado mis comparaciones son perfectamente adultos, con la sutura basal borrada por completo, y tanto de la forma grande como de
la pequeña he visto pieles de machos y de hembras. Además, cuando
se examinan las medidas de cráneos de F. p. nanopardus
publicadas por Thomas, las de F. p. chut y F. p. suahelica
dadas por
Hollister, las de los leopardos de Eritrea que da Lonnberg, e t c ^
se v e que, dentro de una misma raza, entre el cráneo masculino y
el femenino hay una diferencia de longitud basal o de longitud
cóndilobasal que nunca llega a 30 mm.; en tanto que la diferencia
en la misma medida entre los cráneos grandes y los cráneos pequeños de Guinea excede siempre de 45 mm. No cabe, pues, sino admitir que en Guinea, como en el Somal y en otros países, hay dos
formas diferentes de grandes gatos ocelados. Posible es que se
trate de dos especies representadas paralelamente en los distintos
países por diferentes razas geográficas, debiendo referirse a una
especie todas las razas grandes y a la otra todas las pequeñas;
pero hasta tanto que esto se demuestre mediante el estudio comparativo de series numerosas de ejemplares con datos precisos de
localidad, sexo, etc., lo mejor es considerarlas a todas como formas
de la misma especie. Claro está, no obstante, que cada una de estas formas habrá de distinguirse con un nombre. Para poder determinar los que deben llevar las dos que viven en Guinea, me ha
sido preciso revisar toda la sinonimia de los leopardos, y a continuación doy un resumen de las conclusiones a que he podido llegar
respecto a los nombres empleados para designar los de África.
Felis pardusLinné,
1758 (Syst. Nat., ed. 10, pág. 41). Estable-
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