El Gobierno quiere penalizar los contratos temporales

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El Gobierno quiere penalizar los contratos temporales
El Gobierno quiere penalizar los contratos temporales
Campa descarta ahora unificar el coste del despido
El Gobierno ha prometido no tocar el coste del despido en la reforma laboral que proyecta para 2010. Así que la única
opción para hacer más atractiva la contratación fija frente a la temporal consiste en encarecer la segunda. El secretario
de Estado de Economía, José Manuel Campa, se convirtió ayer en la primera persona del Ejecutivo que lanza esa idea.
El Gobierno ha prometido no tocar el coste del despido en la reforma laboral que proyecta para 2010. Así que la única
opción para hacer más atractiva la contratación fija frente a la temporal consiste en encarecer la segunda. El secretario
de Estado de Economía, José Manuel Campa, se convirtió ayer en la primera persona del Ejecutivo que lanza esa idea.
Campa abogó por introducir "mecanismos que penalicen la temporalidad" para fomentar la estabilidad en el empleo.
Preguntado, en el Foro Cinco Días, por la forma de acabar con la dualidad entre contratos fijos y temporales, Campa
citó esa fórmula y descartó crear un contrato con despido más barato, una propuesta que sí apoyaba antes de ser
secretario de Estado. En todo caso, el responsable de Economía supeditó las propuestas a "un amplio consenso social"
en el diálogo con empresarios y sindicatos.
Penalizar la contratación temporal implica encarecerla. La vía más plausible es elevar el coste de lo que abona el
empresario a la Seguridad Social, especialmente la cotización por desempleo. En la actualidad, los tipos son idénticos
para fijos y temporales (sólo los inferiores a siete días tienen un recargo), aunque los contratos estables se benefician de
bonificaciones a las que no acceden los eventuales.
Diálogo social
Una segunda fórmula consistiría en elevar la indemnización por despido prevista en los contratos temporales (ocho días
por año), aunque la incidencia es demasiado limitada como para desincentivar el uso del contrato con fecha de
caducidad.
Esta misma idea fue promovida por el Ministerio de Trabajo para la reforma laboral que entró en vigor de 2006, pero la
patronal la rechazó. Al final, el Gobierno optó por reservar las bonificaciones sólo para los contratos fijos y de esa
forma penalizar los temporales. Como resultado de aquel cambio la temporalidad bajó, aunque el descenso mayor se ha
producido por la destrucción de empleo derivada de la crisis, que la ha situado en el 25,8% de los asalariados.
El secretario de Estado añadió que es necesario fomentar la "colocación continuada a lo largo de la vida laboral", es
decir, una formación que mejore la cualificación de los trabajadores y haga más atractiva su permanencia en la empresa.
"Tenemos que conseguir mecanismos que favorezcan su formación y políticas activas de empleo que fomenten su
contratación", explicó. Para la creación de empleo, vaticinó, habrá que esperar hasta finales de 2010 o principios de
2011.
El Pais
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