LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO JUEZ EN VENEZUELA Judith Useche Docente e Investigadora del Instituto de Derecho Comparado Facultad de Derecho Universidad de Carabobo Leticia Acosta Colaboradora Resumen En la evolución de la responsabilidad patrimonial del estado encontramos tres etapas diferenciables. En la primera etapa, la irresponsabilidad del soberano era incuestionable, en la segunda etapa se admite parcialmente la responsabilidad del Estado por las personas empleadas en el servicio público; en la última etapa, se admite la responsabilidad, la cual viene a ser la regla, es decir, el principio es la responsabilidad y la excepción es la irresponsabilidad. La responsabilidad del Estado en Venezuela tiene fundamentación constitucional, esta es la responsabilidad civil, id est, patrimonial. En Venezuela se acoge el criterio de las faltas separables del Sistema Francés, vía jurisprudencial y ahora expresamente previsto en el nuevo Texto Constitucional. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha consagrado la responsabilidad del Estado-Juez por error judicial, retardo u omisión injustificada, no obstante los jueces o juezas serán personalmente responsables, se puede afirmar que constitucionalmente están consagradas la falta en el servicio y la falta personal. Palabras Caves Responsable- Responsabilidad patrimonial- Estado-Juez- Servicio Público- Administración de Justicia- Daño- Perjuicio- Resarcimiento- Reparación. Falta Personal Falta del Servicio PATRIMONIAL RESPONSIBILITYOF THE STATE-JUDGE'S IN VENEZUELA ABSTRACT IN THE EVOLUTION OF THE PATRIMONIAL RESPONSIBILITY OF THE STATE WE FIND THREE DIFFERENT STAGES. IN THE FIRST STAGE, THE SO VEREIGN'S IRRESPONSIBILITY WAS UNQUESTIONABLE, IN THE SECOND STAGE IT IS ADMITTED THE RESPONSIBILITY OF THE STATE PARTIALLYBYPEOPLE HIRED IN THE PUBLIC SERVICE; IN THE LAST STAGE, THE RESPONSIBILITY IS ADMITTED, WHICHBECOMES TO BE THERULE, THATIS TO SAY, THE PRINCIPLE IS THE RESPONSIBILITYAND THE EXCEPTION IS THE IRRESPONSIBILITY THE RESPONSIBILITY OF THE STATE IN VENEZUELA HAS CONSTITUTIONAL FOUNDATION, THIS IS THE CIVIL RESPONSIBILITY, ID EST, PATRIMONIAL. IN VENEZUELA, THE APPROACH OF THE DETACHABLE LACKS OF THE FRENCH SYSTEM IS WELCOMED, VIA JURISPRUDENTIAL AND NOW SPECIFICALLY FORESEEN IN THE NE W CONSTITUTIONAL TEXT. THE BOLIVARIANA, CONSTITUTION OF VENEZUELA, HAS CONSECRATED THE STATE-JUDGE'S RESPONSIBILITY BY JUDICIAL MISTAKE, DELAY OR UNJUSTIFIED OMISSION, NEVERTHELESS THE MEN-JUDGES OR WOMENJUDGES WILL BE PERSONALLY RESPONSIBLE, IT COULD BE AFFIRMED THAT CONSTITUTIONALLY FAILINGS ARE CONSECRATED, THE LACK IN THE SERVICE AND THE PERSONAL LACK. Key Words: RESPONSIBLE- PATRIMONIAL RESPONSIBILITY-STATE-JUDGEPUBLIC SER VICE ADMINISTRA TION OF JUSTICE - I DAMAGE - DAMAGE - INDEMNITY-REPAIR. Introducción En las últimas décadas el interés por el Derecho Público ha ido in crecendo, por cuanto el Estado ha venido interviniendo, en todas las actividades del quehacer nacional, lo que hace necesario la existencia de un ordenamiento constitucional adaptado a las nuevas realidades, que permitan someter al Estado al bloque de la legalidad, sin tantos privilegios, id est, donde ese IUS IMPERIUM, no sea una prerrogativa para no hacer lo que debe hacer, es decir, para justificar la inactividad de la Administración bien por no hacer o por un hacer que no ha sido eficiente y eficaz, so pena de incurrir en responsabilidad. A medida que el Estado comenzó a intervenir más en los asuntos, de la vida cotidiana y en lo extensos sectores de la vida económica, se hizo necesario plantearse la responsabilidad que el Estado pudiera tener en cualquiera de las actividades en que este involucrado, bien por un hacer o un no hacer en el ejercicio de la actividad administrativa. La actuación de la Administración puede acarrear incidentalmente daños residuales y una constante creación de riesgos que es preciso evitar que reviertan, sobre un patrimonio particular en verdaderas injusticias, amparadas por un injustificado privilegio de exoneración. Decía Hariou que el principio de legalidad y su garantía en el contencioso-administrativo- y el de la responsabilidad patrimonial de la Administración son los dos grandes pilares sobre los que se asienta el Derecho Administrativo: " Hay dos correctivos de la prerrogativa de la Administración que reclama el instinto popular: que la Administración actúe, pero que obedezca a la Ley; que actúe pero que pague el perjuicio." La Constitución de 1961 establecía en el artículo 3 el principio de la responsabilidad y concatenado con el artículo 206, consagraba que esa responsabilidad era viable por los actos dictados por la Administración contrarios a derecho, por desviación de poder o por inactividad de la Administración. Igualmente, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Consagra la responsabilidad patrimonial del Estado. El Estado venezolano encuadrado en la Teoría social de Derecho está obligado constitucionalmente a garantizar a toda persona conforme al principio de la progresividad y sin discriminación alguna, el goce y el ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con la Constitución, los tratados sobre los derechos humanos suscritos y ratificados por la República y las leyes que los desarrollen. Actualmente, tiene gran interés el tema in comento y muy concretamente el tópico desarrollado en el presente trabajo, partiendo de la premisa que el nuevo Texto Constitucional, consagra la responsabilidad del Estado Juez, en tal sentido toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificado, pero también se establece constitucionalmente la falta personal del juez; estamos hablando de la responsabilidad de tipo extracontractual. El novísimo Texto Constitucional consagra a la República Bolivariana de Venezuela como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. El Estado de Justicia, no es otra cosa que garantizar la justicia por encima de la legalidad formal, id est, garantizando una tutela judicial efectiva, es decir garantizando el acceso a los órganos de justicia, al debido proceso y a la ejecución de la sentencia. I ANTECEDENTES SOBRE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO 1.- Evolución La evolución de la responsabilidad patrimonial del Estado, la doctrina la destaca en tres etapas perfectamente diferenciables. Hasta el siglo pasado la irresponsabilidad del soberano era un hecho incuestionable, que encontraba su fundamento en el antiguo principio formulado por los juristas ingleses, según el cual " The king can do not wrong" ( El rey no se equivoca) Este principio propio de la Edad Media encontró eco en las teorías del Estado Absolutista; esta situación se mantuvo así, aún, con el advenimiento y desarrollo de la Revolución Francesa. Una segunda etapa, se inicia a partir de la célebre sentencia Blanco-Tribunal de Conflictos francés, 8/02/1873 que sentencia "La responsabilidad que puede incumbir al Estado por los daños causados a los particulares por el hecho de las personas que emplea en el servicio público, no es ni general ni absoluta, tiene sus reglas especiales.... " Se admite la responsabilidad de la Administración en el ejercicio de la potestad pública por el hecho de las personas empleadas en el servicio público; sin embargo, la responsabilidad sigue siendo la excepción y la irresponsabilidad la regla. La última etapa se une con la actual, en la cual la regla se ha invertido en forma absoluta , id est, el principio es la responsabilidad y la irresponsabilidad es la excepción. En la actualidad, se encuentra plenamente aceptada la responsabilidad del Estado por el ejercicio del Poder Público, al punto que constituye uno de los correctivos de las prerrogativas y potestad de encontrar un fundamento válido para justificar la responsabilidad patrimonial del Estado, incluso los propios tribunales administrativos formularon doctrinas abstractas y generales, finalmente se llega al principio de igualdad ante las cargas públicas, como fundamento de la responsabilidad del Estado. Este principio, fue desarrollado en Francia por Tessier, pronto fue apoyado de manera considerable, considerándose como doctrina unitaria ante la responsabilidad del Estado, según la cual la acción administrativa se ejerce en "interés de todos", si los daños que resulten de ella para algunos, no fuesen reparados, éstos serían sacrificados por la colectividad, sin que nadie pueda justificar tal discriminación, la reparación establece el equilibrio roto en detrimento de ellos. En Venezuela, al igual que en el Derecho Comparado, la responsabilidad del Estado, tiene su fundamento en el Principio de la igualdad ante las Cargas Públicas. 1.1 Reglas para determinar la Responsabilidad del Estado. La Constitución Bolivariana consagra la distinción entre la responsabilidad por falta en el servicio o cuando esta puede ser imputada al funcionario, es decir, la responsabilidad personal, así se desprende de lo previsto en el artículo 49 numeral 8, el cual establece: El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia: "Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir la responsabilidad personal del magistrado o magistrada, juez o jueza y del Estado, y de actuar contra éstos o éstas" (Subrayado nuestro). En este orden de ideas, debemos hacer mención al Sistema Francés, donde la responsabilidad del Estado comporta un régimen excepcional, que obedece a una teoría propia en base a dos categorías: la responsabilidad por falta en el servicio y la responsabilidad por falta personal. *La Falta de Servicio En la sentencia del Tribunal de Conflictos del 30 de julio de 1873, recaída en el caso Pelletier, se dispuso "Considerando que la demanda pelletier se funda exclusivamente sobre ese acto de alta policía administrativa, que fuera de ese acto el no imputa a los demandados ningún hecho personal de naturaleza a comprometer su responsabilidad particular, y que en realidad la pretensión esta dirigida contra ese acto en sí mismo en la persona de los funcionarios que lo ordenaron o colaboraron con el mismo. " Según Long, Weil y Brainbant del espíritu de la sentencia Pelletier se desprende, que la falta personal fue concebida como aquella que se separa suficientemente del servicio de modo tal que el juez puede constatarla sin hacer con ello una apreciación sobre la marcha misma de la Administración. La falta de servicio por el contrario, es el hecho del agente esta tan estrechamente ligado al servicio que su aprobación por el juez implicaría automáticamente una apreciación sobre el funcionamiento del servicio. *Falta de Servicio " Una falta en el funcionamiento normal del servicio público, que incumbe a varios agentes de la Administración pero que no le es imputable personalmente." Pueden distinguirse tres tipos de falta de servicio: - Cuando el servicio público funcionó mal - Cuando el servicio público no funcionó - Cuando el servicio público funcionó tardíamente. *Falta Personal. Es aquella en la cual responde el agente personalmente, sobre su patrimonio ante el juez civil. La falta personal es por oposición a la falta de servicio aquella que se separa del ejercicio de la función. La jurisprudencia francesa ha ampliado la noción de falta de servicio y muchos hechos que al principio se consideraron faltas personales se aceptan como fuentes de responsabilidad en el campo administrativo. La jurisprudencia patria ya en 1963 se pronunciaba en este sentido, aceptando la doctrina de las "faltas separables" e igualmente en 1964 se pronunció al respecto " La doctrina moderna ha calificado como faltas no imputables a la Administración, sino personalmente al funcionario no sólo las cometidas al margen del ejercicio de la función pública, sea o no en el seno de la vida privada, pero en todo caso en circunstancias extrañas a aquel ejercicio, sino además, las faltas cometidas aparentemente en el ejercicio de la función pública, pero que intelectualmente puedan ser separadas de la misma por tratarse de faltas intencionales o de faltas graves, esto es, debidas a un error inexcusable... " II LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO JUEZ 2. 1.. DERECHO COMPARADO a) Inglaterra: Desde el siglo XVII aproximadamente esta plenamente aceptada para los jueces superiores o profesionales la inminity from civil libabiliry, es decir, la inmunidad absoluta no solo cuando actúen culposamente sino también cuando lo hacen dolosamente. Esta irresponsabilidad, suele justificarse en la independencia del juez, buscando tal como lo señalo en 1868 KELLY C.B.- proteger a los ciudadanos en cuyo beneficio los jueces deben ser libres para ejercitar la función propia con plena independencia; en el mismo sentido, en el caso Battomley vs. Braugham de 1908, el juez Channel señalo que la inmunidad no era un privilegio de los jueces sino que " se corresponde más bien, a un derecho de los ciudadanos por directo y específico interés a la independencia del juez." Se hace distinción entre la actuación judicial fuera o dentro de su competencia ( intra vires y ultra vires) a los efectos de establecer responsabilidad, la misma no es aplicable a los jueces superiores dado que éstos gozan de la facultad de determinar su propia competencia. Se ha entendido, luego de algunos debates teóricos que cuando actúan dentro de su competencia son irresponsables por las faltas cometidas, así se sostuvo en el caso In ReMcc (A Minor) de 1985. Sin embargo, si se trata de un caso ultra vires, ya que la competencia de estos jueces es limitada, se ha sostenido hasta el momento que tal responsabilidad debe venir acompañada de una demostración de mala fe en el actuar del juez. Debe destacarse que la responsabilidad - cuando existe- es siempre personal del juez, el Estado nunca es responsable, por estar así determinado en la Crown Proceedings Act de 1947, dirigida a imputar a la Corona (Estado) la misma responsabilidad que se imputa a los ciudadanos, cuando sus agentes cometan actos ilícitos, excluye expresamente los actos realizados en el ejercicio de las funciones judiciales.( Información del año 90) b) Estados Unidos: Debido al origen común del derecho inglés. Se aceptaba originalmente, el principio de inmunuty from civil libability, sin embargo como consecuencia de la Guerra Civil de Secesión se produjo la sección 1983, dictada en 18'71, la cual tuvo su origen en la Enmienda XIV, dirigida a tutelar los derechos de las minorías »contra las violaciones que pudieran producir los gobiernos estadales y locales, estableciendo que cualquier persona que , con el pretexto de aplicar una norma provoque, directamente o indirectamente, la perdida de los derechos garantizados en la Constitución y las leyes, deberá responder enjuicio. En el caso Bradley vs Fisher de 1872, proceso iniciado por el abogado Bradley, pidiendo indemnización por daños y perjuicios por la expulsión del Colegio de Abogados ordenada por el juez, la Corte Suprema estableció que un juez con competencia general estaba dotado de irresponsabilidad absoluta, independientemente de la existencia o no de dolo. La responsabilidad nace sólo cuando el juez actúa in clear absence of jurisdictión. De este caso se derivan- a decir de Montero Aroca- dos consecuencias que han llevado a la irresponsabilidad absoluta de todos los jueces: La irresponsabilidad referida a los jueces con competencia general. Aun cuando, en determinadas sentencias se le ha ido reconociendo a jueces con competencia limitada (jueces de condado y jueces de paz), alcanzando a todos los que ejercitan la función jurisdiccional. La distinción entre exceso de jurisdicción y falta absoluta de jurisdicción. c) Francia: La responsabilidad personal del juez se exigía en el derecho francés con base a la prise á partie. Sin embargo, en lo que se refiere al Estado Juez, aun cuando el principio general era la irresponsabilidad del Estado, salvo prescripción especial en contrario- entre las que se encontraba el error judicial- el artículo 11 de vigente Ley del 5 de julio de 1972 (Código de Procedimiento Civil) admite nuevos cauces en el tema, inspirándose en evidentes principios del Derecho Administrativo. El Estado debe reparar el daño causado por el "funcionamiento defectuoso del servicio de justicia", si bien cuando exista solamente "causa grave o denegación de justicia", Es cierto que este texto no se aplica a la Jurisdicción Contencioso Administrativa por el propio ámbito de aplicación de la ley, pero no es menos cierto que el juez administrativo acabará bajo la influencia de la solución dada para el judicial ordinario. d) Alemania: En la República Federal Alemana, la cuestión es más compleja, en determinados supuestos se aplica el principio de la responsabilidad del Estado, tal acción se encuentra prevista en el artículo 34 de la GG( Ley Fundamental de Bonn 1949) estableciendo " Si alguien, en ejercicio de la función pública que le fuere confiada, violare los deberes que la fun-, ción le imponga respecto de un tercero, la responsabilidad recae en principio sobre el Estado o el órgano a cuyo servicio se encuentra". La doctrina ha precisado como la expresión "alguien" 0emand) abarca también al juez. Como señala Bullinger, "el dogma de la independencia judicial justifica la irresponsabilidad personal del juez, pero no sin más, la del Estado, porque lo único aquí excluido es la vía de regreso Bullinger, Derecho Público y Derecho Privado, Madrid. (1 976,p. 140) e) Italia : La responsabilidad del Estado se acompaña a la de los funcionarios y a la de los dependientes establecida en el artículo 28 de la Constitución y en los principios de la legislación ordinaria, de modo qué una ley que niegue al ciudadano dañado por el juez su pretensión contra la Administración sería contraría ala justicia de un ordenamiento que incluso a nivel constitucional, otorga acción al menos a las víctimas de la actividad administrativa. (Garri, La Responsabilitá della -pubblica.Ammnistrazione, Turín, 1975, pp. 137 y ss.) f) España: En el ordenamiento español se admite desde antiguo la responsabilidad directa del Estado como consecuencia de errores judiciales, su fundamento se encuentra en la posición que la Administración y el juez ocupan en el sistema constitucional. En lo que respecta al juez se ha sostenido que, frente a una interpretación generalizada que parte del dogma de la personalidad del Estado como se expone en la doctrina alemana, hoy debe aceptarse como explicación más correcta la de que el juez, vox iuris, se configura como un órgano del Derecho, entendiendo como función de la comunidad, no del Estado, que únicamente le sostiene, organiza y presta su fuerza. Esta afirmación tiene su fundamento en el artículo 40 de la LOE, según el cual " La Administración (.. .) asume el cumplimiento de los fines del Estado" y se recoge en la Ley Orgánica de la Justicia, Base 23, en la que se establece expresamente del servicio público de la justicia, lo que se relaciona, también en el artículo 40 de la LRJAE, que establece lo atinente al funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos. El artículo 121 de la Constitución española contempla sólo dos fuentes de indemnización por hechos imputables al Poder Judicial: el error judicial y el funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, El funcionamiento anormal sería el género y el error judicial la especie. La Constitución española, en el artículo 106.2, dispone: " Los particulares, en los términos establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera d° sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos." En sentencia del Tribunal Supremo, Sala Segunda del 8 de octubre de 1987, consideró precisamente que el Estado Responde de los daños causados por la Administración de Justicia, porque ésta es una "sub especie muy caracterizada", pero sub especie al fin de los servicios públicos. En resumen el artículo 121 CE, que se refiere a la indemnización por error judicial y funcionamiento anormal de la Administración Judicial, hay que interpretarlo como una garantía reforzada de esos casos, no como una limitación al derecho fundamental a la tutela judicial de los derechos e intereses legítimos, ni como una excepción al principio general de indemnidad, consagrados en la Constitución. 2. 2. Responsabilidad del Estado Juez en Venezuela En la novísima Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se establece expresamente la responsabilidad del Estado Juez. A la luz de la Constitución vigente, el tema de la responsabilidad del Estado Juez adquiere relevancia, pues, si bien es cierto que el hecho de que no estuviese expresamente prevista está institución en la carta magna de 1961, no implicaba que dicha responsabilidad no fuese exigible, en el entendido de que la previsión constitucional en la cual se encontraba consagrada la responsabilidad patrimonial, era amplia como para abarcar a la responsabilidad del Estado Juez, sin embargo, es notorio que, la falta de consagración expresa trajo como consecuencia que esta institución no haya sido desarrollada en Venezuela, lo que se evidencia del escaso número de sentencias que pueden servir de referencia jurisprudencia) al respecto, quizás por lo delicado que puede resultar el tratamiento de esta institución dada su trascendencia, más aún, cuando se corre el riesgo de convertirla en una suerte de instancia de revisión para las decisiones judiciales, sobre todo en el caso del error judicial, pero siendo que este tema requiere un desarrollo más amplio procuraremos dedicarle un estudio posterior. Ahora bien, respecto a la consagración de la Responsabilidad del Juez en Venezuela, antes de la Constitución vigente, podemos observar que encontramos en el ordenamiento jurídico positivo normas tales como el artículo 18 del Código de Procedimiento Civil que establece la responsabilidad genérica de los funcionarios judiciales, es decir, del juez, del secretario, del alguacil y de los auxiliares de justicia, cuyo carácter de funcionarios lo establece el mismo texto legal. Asimismo, encontramos que el juez puede ser sancionado por denegación de justicia a tenor de lo dispuesto en el artículo 19 del referido Código y el artículo 27 ejusdem, señala en primer lugar la responsabilidad disciplinaria del Juez, la cual se halla desarrollada en leyes especiales (Ley del Consejo de la Judicatura y Ley Orgánica del Poder Judicial), el mismo artículo señala la responsabilidad civil, que sin duda se considera de acción privada en virtud de que corresponde al interesado iniciarla. Seguidamente, se establece la responsabilidad por falta, dejando, en cierta manera, sentado el supuesto del dolo en el establecimiento de la responsabilidad. Asimismo, observamos que el Título IX, de la parte primera, del Libro Cuatro, establece al referirse a los procedimientos especiales contenciosos, la posibilidad de interponer demandas para hacer efectiva la responsabilidad de los jueces en materia civil, este recurso se conoce en la práctica como recurso de queja, y está regulado en el artículo 829 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. Además, una responsabilidad especial se establece en materia de interdictos posesorios en el artículo 711 y en el artículo 699 del Código antes indicado, se establece la responsabilidad del juez en caso de insuficiencia de la garantía. La referencia anterior nos lleva a concluir que en Venezuela si está planteada la posibilidad de exigir al juez y aún, a los funcionarios judiciales que respondan por las actuaciones que realicen en el ejercicio de sus funciones, sin embargo, una nota característica de este tipo de responsabilidad es que la misma es exigible al sujeto que desempeña la función judicial, por lo que debe entenderse que en materia civil se establece una responsabilidad subjetiva o intuito personae, lo que inevitablemente nos lleva a concluir que - tal como ha sido sostenido en reiteradas oportunidades por una parte de la doctrina- las normas o reglas civilistas resultan insuficientes para exigir responsabilidad civil. Muestra de ello es que, las normas de procedimiento que de una u otra forma regulan la posibilidad de exigir responsabilidad por las actuaciones judiciales, si bien son aplicables en materia de responsabilidad civil, resultan limitantes respecto de la responsabilidad del Estado, como administrador de justicia. Aun así, la responsabilidad del Estado por las actuaciones judiciales es exigible aún antes de la consagración expresa de esa Institución a nivel constitucional. Ahora bien, es claro que la consagración específica del Constituyente restablecida en la nueva Constitución viene a reafirmar esta Institución dentro de nuestro Ordenamiento Jurídico, más aún cuando las normas previstas en la Constitución en materia de responsabilidad del Estado ya son, por si solas, lo suficientemente amplias como para abarcar la responsabilidad de todos los poderes públicos -incluyendo el Estado Juez-, en el entendido que resulta -evidente que cuando el actuar de la Administración supone para sus destinatarios concretos un sacrificio patrimonial, esto impone al Estado la obligación de asumir el resarcimiento del daño causado. Sin embargo, consideramos necesario, para establecer un marco teórico apropiado, entrar a revisar las previsiones constitucionales en materia de responsabilidad del Estado Juez, entendiendo que, en aras de una tutela judicial efectiva, el Estado venezolano, conforme a lo dispuesto en el artículo 6 de la Constitución de 1999, garantizará una justicia responsable. Además, el artículo 26 Constitucional instituye el principio de efectividad jurisdiccional, el cual no, tiene una doble función en materia de responsabilidad patrimonial, por un lado, el particular qué sufra una lesión en su patrimonio puede demandar y obtener la responsabilidad civil y, por otro lado, este principio implica el derecho a demandar y a obtener la reparación a través de recursos y procedimientos efectivos. 2.3 Marco Jurídico La responsabilidad del Estado en Venezuela, comienza desde el mismo momento en que la norma constitucional, consagra en el artículo 6: " El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable. pluralista y de mandatos revocables." (Subrayado nuestro) La disposición constitucional que consagra la jurisdicción contencioso-administrativa, de alguna manera, permite que la institución de la responsabilidad patrimonial pueda ser desarrollada por vía jurisprudencial, dado que faculta a los Tribunales Contencioso-Administrativa para "( ... )condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la Administración; conocer de reclamos por la prestación de servicios públicos; y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa (...)" (artículo 259 de la Constitución Bolivariana de Venezuela). En lo que se refiere directamente a la responsabilidad del Estado por las actuaciones judiciales, se destaca, en primer término el artículo 49, numeral 8, el cual es del siguiente tenor: "El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia (omisis) 8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir responsabilidad personal del Magistrado o Magistrada, Juez o Jueza y del Estado, y de actuar contra éstos o éstas". La norma antes transcrita consagra el derecho del ciudadano de accionar contra el Estado en caso de violación o vulneración de sus derechos como consecuencia de la actividad judicial, estableciendo correlativamente la potestad del Estado de emplear los mecanismos necesarios para el restablecimiento de la situación jurídica infringida, evidentemente que uno de estos mecanismos de restablecimiento consiste en la posibilidad de acordar indemnización al particular por los daños sufridos por la actuación judicial de que se trate, toda vez que, conforme al artículo 259 de la Constitución, la jurisdicción contencioso-administrativa tiene competencia para condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de los daños y perjuicios causados por la administración. Además, esta disposición, reiterando el principio consagrado en el artículo 4 de la vigente Carta Magna, establece la corresponsabilidad de la Administración pública y de los funcionarios que se encuentran a su servicio, dejando a criterio del particular afectado la opción de accionar contra uno u otro, el cual establece: "La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad." ( Subrayado Nuestro) Asimismo, el artículo 255, establece que: " ....Los jueces o juezas son persona -responsables, en los términos que determine la ley, por error judicial, retardo u omisiones injustificadas, por la inobservancia sustancial de las normas procesales, por denegación de justicia, parcialidad, y por los delitos de cohecho y prevaricación en que incurran en el desempeño de sus funciones". (Subrayado nuestro) Igualmente el artículo 139-Constitucional, establece: " El ejercicio del poder Público acarrea responsabilidad individual por abuso o desviación de poder o por violación de esta Constitución o de la ley." (Subrayado nuestro). Conforme a lo dispuesto en los artículos anteriores, podemos señalar que en Venezuela debe hablarse de responsabilidad derivada de un error judicial -tal como lo ha señalado la doctrina, al referirse a la responsabilidad de la Administración judicial- de responsabilidad por funcionamiento anormal en materia de actividad de los tribunales, la cual puede manifestarse de diversas maneras tales como retardo u omisiones injustificadas, por la inobservancia sustancial de las normas procesales, por denegación de justicia, entre otros, imputable al funcionamiento de la Administración Pública. Se desprende de las disposiciones constitucionales ut supra citadas, al igual de lo previsto en el artículo 49 numeral 8 constitucional, la responsabilidad personal del juez, que no es otra cosa que la falta personal del Sistema francés, acogida por nuestra jurisprudencia por vez primera en 1963, ahora pan rango constitucional. De las normas antes transcritas se desprender una responsabilidad directa y objetiva del Estado en dos supuestos generales, por un lado, responsabilidad por todas las actividades jurisdiccionales propiamente dichas, es decir, por sentencias erróneas, error judicial - siendo partidarios de la necesidad de que este error sea previamente determinado o reconocido expresamente en una decisión o resolución judicial-; y por otro, la responsabilidad derivada de actividades no propiamente jurisdiccionales pero relacionadas Fon tal función, (retardo u omisiones injustificadas por la inobservancia sustancial de las normas procesales, por parcialidad, por denegación de justicia, entre otros.) Decimos que se trata de una responsabilidad directa por considerar que en virtud, del principio de integridad patrimonial, la Administración responde directamente frente a las víctimas por los daños causados por sus agentes, tanto por faltas puras del servicio como por las posibles faltas de los magistradas o juezas, dejando a salvo, tal como lo establece la norma constitucional, la posibilidad que la persona que se sienta afectada por una actuación judicial pueda optar por ejercer una acción directa contra los funcionarios o autoridades que han causado el daño o demandar directamente al Estado, sin perjuicio que el Estado pueda ejercer posteriormente la acción de regreso contra sus agentes. En la realidad siempre las víctimas de la lesión o daño irán contra el Estado, obviamente, por la situación económica de los agentes, por cuanto su patrimonio resultaría insuficiente para responder por los daños causados, lo que originaría que el fallo de responsabilidad quedare ilusoria. Asimismo, afirmamos que se trata de una responsabilidad objetiva por cuanto, no es necesario establecer el dolo o la culpa del agente, sino que es suficiente con demostrar el daño. En este orden de ideas el encabezamiento del artículo 25 5 constitucional, es de importancia capital para minimizar la responsabilidad civil del Estado "El ingreso a la carrera judicial y el ascenso de los jueces o juezas se hará por concursos de oposición públicos que aseguren la idoneidad y excelencia de los o las participantes...." (Subrayado Nuestro) En tal sentido se evidencia una gran responsabilidad en la selección de los jueces o juezas, por tanto y en cuanto de no ser estrictos en el cumplimiento de los requisitos para tal escogencia, en la medida que tengamos operadores de justicia idóneos, excelentes, capaces, se minimizarán los riesgos que engendra para el Estado la reparación patrimonial, lo cual pudiera hacer quebrar al Estado, por ello, no solo deben ser responsables civilmente, también deben estar sujetos a responsabilidad administrativa y penal. El artículo 140 establece: "El Estado responderá patrimonialmente por los daños que sufran los particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión sea imputable al funcionamiento de la Administración Pública." De la disposición ut supra citada se puede apreciar que el Constituyente en esta norma constitucional, acogió del Sistema Francés las "faltas separables," la falta en el servicio público, en cualquiera de las circunstancias que se pueda dar, es decir, por un hacer o por un no hacer. Este criterio acogido jurisprudencialmente en 1963, por el máximo Tribunal de la República, ahora con rango constitucional. III CONSIDERACIONES Y PROPUESTAS PARA EXIGIR RESPONSABILIDAD DEL ESTADO JUEZ Una referencia a las normas del derecho comparado nos permite formarnos una idea global de la necesidad de establecer una vía expedita para la exigencia de la responsabilidad del Estado, entendiendo ésta como un procedimiento cuya duración, costo y trámites permita a los ciudadanos ser indemnizados por los daños sufridos sin mayores complicaciones, pero que igualmente, pueda considerarse como una garantía a la independencia del poder judicial, entendida como una protección en beneficio de los ciudadanos que requieren de un sistema judicial libre para ejercitar sus funciones, razón por la cual, el principio de responsabilidad, lejos de constituir un mecanismo sancionador, debe ser un medio útil para que el Estado Juez y aquellos sujetos que, de una u otra forma, están involucrados en la actividad judicial puedan brindar una tutela efectiva, que redunde en una justicia expedita y confiable. Tomando en consideración lo expuesto acerca de la responsabilidad del Estado y, concretamente, la responsabilidad del Estado Juez, se plantea la necesidad de desarrollar un sistema indemnizatorio que, tal como se ha señalado en el derecho comparado, nos permita hacer efectiva la reparación de los daños que sufran los particulares como consecuencia de las funciones del Estado, porque, si bien es cierto que la Constitución vigente prevé un sistema de responsabilidad patrimonial, también es cierto que no dispone de la aplicación de un medio procesal para exigirla, limitándose a señalar que el Estado debe ser responsable, es decir, que en casos de daños ocasionados a los particulares por una actuación del Poder Público o de la Administración, el Estado debe indemnizar a quien ha sufrido la lesión. Por tal razón, consideramos que, al menos en el caso de la responsabilidad derivada del funcionamiento anormal de los tribunales, es importante establecer un mecanismo de determinación y, por supuesto, de exigencia de la misma, pero corresponde a las leyes o a la jurisprudencia definir cual debe ser este mecanismo o procedimiento. Sin pretender, establecer un procedimiento para hacer efectiva la responsabilidad del Estado Juez, procuraremos proponer ciertos parámetros dentro de los cuales pueda ser exigible esta responsabilidad, partiendo de la premisa según la cual, a los fines de interponer demanda contra el Estado por indemnización de una lesión causada por el funcionamiento anormal de los tribunales, es necesario que se determine que se ha producido un daño y, posteriormente, deberá establecerse el monto de esta indemnización. Entre los parámetros fundamentales tenemos: l.- Estimamos necesario fijar cuáles son los requisitos fundamentales para que proceda una acción para exigir responsabilidad del Estado Juez. Al respecto, debemos señalar: a) Realidad de un daño, que haya causado un perjuicio patrimonial: Se requiere que la actividad del Estado haya causado una lesión resarcible, entendiendo ésta como un daño antijurídico, siendo innecesario determinar si el causante del daño actuó de forma ilegal o ilícita, siendo suficiente con demostrar la existencia del daño. Asimismo, es necesario que este daño que ha sido causado al particular haya ocasionado un detrimento personal o patrimonial evaluable económicamente, es decir, que sea cuantificable. El daño indemnizable debe haberse producido en forma real y efectiva, no siendo resarcible -tal como lo ha sostenido la jurisprudencia española- los meramente conjeturados, eventuales o hipotéticos. b) Imputabilidad de la Administración frente a la actividad dañosa: La lesión causada debe ser imputable a la Administración, es decir, debe ser atribuible jurídicamente esa lesión a una relación existente entre el Estado y el daño. Para tal efecto, resulta útil determinar el marco en el cual se ha producido el daño (actuación judicial, por ejemplo), y que éste resulte suficiente para justificar la imputación del mismo al Estado. c) Nexo de causalidad entre la actividad administrativa y el resultado dañoso: Generalmente, el daño se produce como consecuencia de una pluralidad de hechos y condiciones, pero es necesario que pueda establecerse un hecho decisorio proveniente de la actuación del Estado Juez, idóneo para producir un daño y que pueda considerarse como causa de éste. 2.- En caso que proceda la responsabilidad del Estado Juez, es necesario que alguien la determine y, a tal fin se hace necesario establecer un proteso a través del cual pueda producirse tal determinación. Consideramos que la naturaleza de este proceso debe establecerse como una acción autónoma que proceda contra todas las actuaciones u omisiones de la administración de justicia, entendidas como funcionamiento anormal de los tribunales, incluyendo las resoluciones o fallos definitivamente firmes, es decir, aquellos que hayan agotado todas las instancias de revisión previstas para el caso de que se trate (Primera instancia, apelación y, en las materias en las que sea procedente, casación). Tal consideración se encuentra fundamentada en la necesidad de resguardar los derechos de los justiciables y la seguridad jurídica, especialmente, en los casos en los cuales la responsabilidad derive de sentencias erróneas o error judicial. Decimos que es una garantía a la seguridad jurídica el establecimiento de una acción autónoma para tal determinación porque es menester evitar que se emplee esta acción como una instancia de revisión posterior de los recursos que han adquirido firmeza. Es importante, entonces, dejar claro que por vía de determinación de responsabilidad del Estado Juez no se debe revisar la actuación del juzgador desde dentro de lo actuado en autos, sino desde fuera, no siendo posible replanear, como si se tratara de otra instancia, lo que ya quedó resuelto con carácter firme una vez agotados previamente los recursos previstos en el ordenamiento, sino que el Juez, si bien ;puede valorar todo cuanto conste en autos a los fines de establecer la procedencia o no de la declaración solicitada, al momento de decidir debe limitarse e determinar si la actuación de que se trate le causó una lesión o no al solicitante y, en todo caso, señalar si dicha lesión es indemnizable. En resumen, la naturaleza del proceso para la determinación de la responsabilidad se delimita sobre la base de su objeto y de los efectos que produce. En caso de error judicial, no puede considerarse una instancia, porque para interponerlo deben haberse agotado antes todas las instancias, y la resolución errónea debe, por consiguiente, ser firme. Por ello mismo, tampoco produce efectos rescisorios sino meramente declarativos, y queda abierta tan sólo la posibilidad de la indemnización, pero, en ningún caso de anulación de la resolución judicial errónea, por existir para ello recursos especiales que -tal como se ha señalado anteriormente- deben haber sido previamente agotados, todo ello con el fin de excluir toda posibilidad de convertir el proceso de declaración o determinación de responsabilidad, especialmente en el caso de error judicial, en un mecanismo indiscriminadamente revisorio del juicio de hecho contenido en la resolución tachada de errónea. Ahora bien, en el caso de que la responsabilidad se derive de una resolución o decisión judicial que haya causado un daño a un particular, es admisible que la determinación de la existencia del error o del daño pueda venir dada como consecuencia de un recurso de revisión (bien sea, apelación o casación, dependiendo del caso concreto) tramitado según las normas adjetivas propias de la materia de que se trate. Todo esto, porque lo que persigue la acción autónoma propuesta es obtener una declaración judicial que reconozca la existencia de un daño causado por una actuación judicial -en este caso, la existencia de un error- para que sea exigible la reclamación de una indemnización por parte del Estado y, este requisito declarativo queda cumplido a través de un pronunciamiento, realizado por el Tribunal competente para revisar la sentencia errónea. La anterior previsión -inspirada en lo que ha sido el desarrollo jurisprudencial de esta solución en España- se fundamenta en que, siendo el recurso de revisión un remedió procesal previsto ante los distintos órdenes jurisdiccionales para dejar sin efecto sentencias firmes por motivos tasados y extraordinarios, debe entenderse que los errores judiciales que se ponen de manifiesto en este tipo de recursos son de la suficiente envergadura como para que no haya que tramitar ningún otro procedimiento que ponga de manifiesto tales errores, y se pueda optar directamente por solicitar indemnización. Esto en virtud de que habiéndose establecido en el ordenamiento, un mecanismo o recurso de revisión de sentencias, expresamente regulado para los casos de que se trate y estando previstos en las respectivas leyes los motivos de procedencia de estos, se persigue que concurriendo uno de los motivos de revocatoria de un fallo en concreto, si de este motivo se revelase la existencia de un error judicial con efectos indemnizatorios, el Tribunal competente pueda daclararlo, y evitar las dilaciones inútiles que se generarían de ser necesario que el particular ejerciese, posteriormente, un recurso para obtener una declaración del error judicial. 3.-Siendo necesario obtener la declaración del error judicial o del funcionamiento anormal de los tribunales (una actuación u omisión de la administración de justicia) ha causado un daño indemnizable, surge la interrogante ¿Quién determina que el funcionamiento anormal es productor de un daño?, o dicho de otra manera, ¿Cuál es el órgano competente para emitir tal declaratoria? Estimamos conveniente que quien emita un pronunciamiento que determine o califique que se ha producido un daño como consecuencia de un error judicial o del funcionamiento normal de los tribunales sea un Juez. Al respecto, consideramos necesario aclarar, que si bien es cierto que, conformidad con el artículo 259 de la Constitución vigente, la demanda para solicitar indemnización por los daños causado por el Estado Juez debe Interponerse ante la Jurisdicción contencioso-administrativa, por ser esta competente para condenar al Estado a pagar sumas de dinero, eso no es obstáculo para sostener que la determinación previa de la existencia del error judicial o del funcionamiento anormal por parte de los órganos judiciales pueda ser declarada por un tribunal de la misma jurisdicción ante la cual se produjo la actuación u omisión generadora del daño que se reclama. Es más, para ser categóricos, consideramos que los competentes para emitir tal declaratoria debe ser los tribunales que sean competentes para conocer de la materia afín al proceso en el que se produjo el daño que motivare la reclamación. ;Tal afirmación, la consideramos pertinente en virtud del principio de especialidad porque el Juez más idóneo es aquel especialista en la materia de que se trate, ya que él puede establecer los parámetros dentro de los cuales debe estar enmarcada la actuación judicial, a los fines de calificar si el daño que se denuncia puede entenderse como producto de un funcionamiento normal o anormal de los tribunales, en igualdad de circunstancias, igualdad de tratamiento, sea cual sea su origen o la vía en que se declare, concediendo la preeminencia al objetivo de corregir la equivocación e indemnizar el daño. 4.- Dijimos que si se produce un daño a un particular por el funcionamiento anormal del órgano judicial, ese daño debe ser indemnizado, previa declaratoria de la existencia del mismo. Ahora bien, ¿Quién puede solicitar la declaratoria, de ser necesario el ejercicio de la acción autónoma, y Quién está legitimado para pedir la posterior indemnización?. El interesado, entendido como el legitimado activo para accionar contra la Administración, en principio debe ser aquel sujeto que ha sufrido un daño como consecuencia de la actuación de un error judicial o del funcionamiento anormal de los tribunales. También estarán legitimados los titulares de derechos subjetivos o intereses legítimos que pudieran resultar afectados por la Administración Judicial. También debemos resaltar, la creación en el nuevo Texto Constitucional de la Defensoría del Pueblo, la cual tiene a su cargo las promoción, defensa y vigilancia de los derechos y garantías establecidas en la Constitución y los tratados internacionales sobre derechos humanos, además de los intereses legítimos, colectivos y difusos, de los ciudadanos y ciudadanas. El artículo 281- constitucional- numeral 2, establece: Son atribuciones del Defensor o Defensora del Pueblo: "Velar por el correcto funcionamiento de los servicios públicos, amparar y proteger los derechos e intereses legítimos, colectivos y difusos de las personas, contra las arbitrariedades, desviaciones de poder y errores cometidos en la prestación de los mismos, interponiendo cuando fuere procedente las acciones necesarias para exigir al Estado el resarcimiento a los administrados de los daños y perjuicios que le sean ocasionados con motivo del funcionamiento de los servicios públicos. (Subrayado Nuestro). En consecuencia podemos afirmar, que la Defensoría del pueblo tendrá legitimación activa para coadyuvar en la acción que se intente contra el Estado, en procura del resarcimiento del daño ocasionado por el hacer o no hacer de la Administración de justicia, tomando en cuenta que la misma es un servicio público. 5.- Una vez declarada la existencia de la responsabilidad del Estado por el daño causado a un particular, mediante demanda interpuesta ante la Jurisdicción Contencioso-Administrativa se solicitara la indemnización, por el principio de integridad patrimonial y siendo actualmente la justicia competencia del Poder Nacional, resulta obvio, que el sujeto de Derecho Público responsable será la República. La demanda en cuestión esta destinada a evaluar económicamente el daño causado. Creemos que el tema de la indemnización es bastante complejo dado la dificultad que comporta valorar económicamente el daño producido, además tomando en cuenta que pudieran existir causas que puedan ser excluyentes de la indemnización, en tal sentido nos limitaremos a señalar que de acuerdo con el principio de la reparación integral de los daños y perjuicios sufridos, debe procurarse que la indemnización atienda a criterios objetivos; por ello es necesario que el daño este acreditado y probado, por lo cual debe ser requisito sine qua non la declaratoria previa de la responsabilidad. Conclusiones Una vez más se ratifica la existencia del principio de responsabilidad del Estado, entendiéndose este extensible a todas las actividades o a la inactividad del Estado en cualquiera de sus manifestaciones. El Texto Constitucional vigente consagra la responsabilidad del Estado-Juez, institución esta que será muy útil a los fines de mejorar significativamente, el servicio público de la administración de justicia garantizando así, el principio de la tutela judicial efectiva, que viene a ser el fin último del Constituyente de 1999, en lo que se refiere al órgano jurisdiccional; por lo tanto es impretermitible la idoneidad y excelencia de los integrantes del Poder Judicial venezolano, habida cuenta que será en principio el Estado, quien responderá por los daños y perjuicios ocasionados por el ejercicio de esta actividad, ya que será insuficiente el patrimonio del juez para el resarcimiento del daño ocasionado por su conducta en el ejercicio de la función jurisdiccional. Se han establecido ciertos parámetros que hagan viable la solicitud de reparación del daño causado con ocasión del funcionamiento anormal del servicio público de administración de justicia o por error judicial. En tal sentido debe contemplarse un régimen propio de la responsabilidad patrimonial del Estado en cualquiera de sus manifestaciones. La responsabilidad es directa, id est, la Administración responde directamente frente a las víctimas por los daños causados por sus agentes, tanto por faltas en el servicio, como por las faltas personales de los jueces o juezas, sin perjuicio de la acción de regreso que intente el Estado contra sus agentes. Se trata de una responsabilidad objetiva, por cuanto sólo es necesario demostrar el daño. Bibliografía BREWER - CARIAS, Allan R. La Constitución de 1999. Caracas (Venezuela): Editorial, 2000. HERNÁNDEZ MARTIN, Valeriano; AZÉOTOA GAMAZO, Fernando; VILLALVILLA, José M.; GONZÁLEZ LEÓN, Carmen. El Error Judicial. Madrid (España): Editorial Civitas, S.A.,1994. IRIBARREN BLANCO, Miguel; La Responsabilidad Patrimonial de la Administración, Aspectos Procedimentales y de Revisión Jurisdiccional. 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