Literatura irlandesa Irish literature L a República de Irlanda es un pequeño país europeo que ocupa gran parte de la Isla de Irlanda. Su población es de 4.500.000 habitantes y tiene uno de los índices de desarrollo humano más altos del mundo. Los pueblos celtas, arraigados en esta isla desde el año 1.600 a.C. le dieron a Irlanda su identidad, su primera división territorial, su música, sus leyendas, sus tradiciones y su lengua, el gaélico. Resistieron las invasiones de los vikingos, las incursiones romanas, y 800 años de dominación inglesa que comenzaron en el siglo XII. El pueblo irlandés ha pasado por períodos de riqueza y otros de pobreza, sufriendo la disminución de la población en parte por la gran hambruna del siglo XIX y la emigración, ya que se llegó a decir que el principal producto de exportación de Irlanda eran las personas. La chispa de la emancipación comenzó con el levantamiento de Pascua de Resurrección el año 1916, que resultó un fracaso, pero que comenzó un camino que culminaría en 1949 con la proclamación de la República de Irlanda; proceso que costó una guerra de independencia, una guerra civil y la partición del país en dos. No es extraño entonces que este país de gente democrática, rebelde, ingeniosa y republicana produjera una cantidad desmesurada de dramaturgos, novelistas y poetas, con cuatro premios Nobel; como tampoco que en medio de este convulsionado devenir, hayan sido el humor y la ironía las herramientas de la mayoría. y la cultura En 1667 nace Jonathan Swift. Educado en el Trinity College, ejerció gran parte de su vida como sacerdote ocupando distintos puestos, pero sin conseguir ascender en la carrera eclesiástica debido a sus escritos en los cuales criticaba sarcásticamente la condición política y social. Además de “Los viajes de Gulliver” publicó otros escritos con los sugerentes nombres de: “Arte de la mentira política” y “Una modesta proposición” en la cual, decepcionado con la indolencia de la sociedad hacia los miles de campesinos empobrecidos y hambrientos, elabora la más cínica de las soluciones: dejar engordar a los niños al pecho, de modo que al cumplir un año sean vendidos a kilo para ser cocinados y servidos en los grandes salones. Es de imaginar que con esas ideas no era posible su progreso político. Ya en el siglo XIX nos encontramos con tres escritores. Abraham Stoker, también estudiante del Trinity College fue escritor de cuentos de terror, y el mayor éxito de su pluma fue “Drácula”, la novela de terror mejor escrita de todos los tiempos. Contemporáneo y amigo suyo fue el escritor Oscar Wilde, excéntrico y genial, sufrió la cárcel y murió tempranamente. Su obra maestra fue “El retrato de Dorian Grey” y numerosas piezas de teatro, no exentas de ironía, como sus “Comedias divertidas para gente seria”. El tercero de esa generación fue George Bernard Shaw, con el cual Irlanda inaugura su serie de premios Nobel. Además se dio el lujo de ganar un Oscar por el guión de “Pigmalión”. De su agudo ingenio se cuentan historias como la siguiente: Una vez al abrir una carta que sólo decía “Imbécil” comentó: “Vaya, he recibido cartas sin firmar, pero esta es la primera que sólo tiene la firma”. Los otros premios Nobel irlandeses fueron el poeta William Yeats en 1923, el dramaturgo Samuel Beckett, 1969 y el también poeta Eamus Heaney en 1995. Sin embargo, la obra más influyente, comentada y discutida, aunque posiblemente poco leída, de un autor irlandés sea “Ulises” de James Joyce. Escrita entre 1914 y 1918 y publicada en 1922, es considerada la mejor novela en lengua inglesa del siglo XX. Sus casi 1.000 páginas transcurren en un día de la vida de dos dublinenses, el escritor Stephen Dedalus, y el publicista Leopold Bloom en su vagar por la ciudad. La novela fue publicada en París pero los ejemplares enviados a Estados Unidos fueron confiscados y quemados por indecentes; lo mismo sucedió en Inglaterra donde la novela no es publicada hasta 1936. Referencias bibliográficas 1.- Lenka Franulic. Cien autores contemporáneos. Ercilla editores. Santiago. 1952. 2.- James Joyce. Ulises. Bruguera lumen editores. Barcelona.1983. 3.- Jonathan Swift. Una modesta proposición. www.Ciudadseva.com/textos/otros/htlm. (Accedido el 29 de febrero de 2016). Figura 1. Jonathan Swift en 1710. Óleo de Charles Jervas. National Portrait Gallery. Rev Chilena Infectol 2016; 33 (2): 217 Figura 2. James Joyce en 1915. Fotografía de Alex Ehrenzweig. Ernesto Paya Hospital Exequiel González Cortés Universidad de Chile www.sochinf.cl 217