Legalizar el aborto no reduce la mortalidad materna: una clave para el logro de este Objetivo de Desarrollo del Milenio Alejandro Fontana Especialista en Cooperación para el Desarrollo PAD-Escuela de Dirección de la Universidad de Piura En el mes de septiembre tuvo lugar en Nueva York la Cumbre Mundial de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio: un encuentro donde los líderes internacionales evalúan el grado de cumplimiento y sugieren las medidas correctivas para conseguir la mayor aproximación en el 2015, a los ocho objetivos pactados en el año 2000. Si bien el quinto objetivo del Milenio es “mejorar la salud materna”, muchas organizaciones internacionales lo han entendido principalmente como la mejora de la salud reproductiva de las mujeres. Así, la mayoría de los esfuerzos de las Naciones Unidas han estado en clave no reproductiva: impulsar la contracepción y evitar los embarazos no deseados; y para conseguirlo, reducir el número de “abortos no seguros” promoviendo su legalización en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, la evaluación ha mostrado grandes sorpresas. Según el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010, no son los “abortos no seguros” en los países en vías de desarrollo la principal causa de mortalidad materna, sino las hemorragias post parto, las infecciones y la hipertensión. También los últimos datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los que recoge un estudio de la Fundación Bill & Melinda Gates, publicado el 12 de abril de este año, en la revista The Lancet, confirman que el acceso al aborto libre no incide de una manera positiva en la salud de la mujer; más bien al contrario. Estos resultados han ocasionado que en la reunión del G8 y del G20, previas a la Cumbre mencionada, el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, haya rechazado el intento de integrar el aborto a las iniciativas dirigidas a reducir la mortalidad materna, enfrentándose en este punto, a la secretaria de estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, que promocionaba públicamente el acceso libre al aborto como una medida fundamental para favorecer la salud materna en los países en vías de desarrollo. Al respecto Harper aclaró “queremos estar seguros de que nuestros fondos son utilizados para salvar vidas de mujeres y de niños”. En este sentido, Chris Smith, un político republicano estadounidense, ha afirmado también que “contrariamente a lo que se viene diciendo, los estudios muestran que hay países donde la ley prohíbe el aborto y cuyos índices de mortalidad materna están entre los más bajos del mundo: Irlanda, Chile y Polonia, entre ellos”. Además, agrega Smith, “el término ‘aborto seguro’ es engañoso, porque camufla el hecho real de que ningún aborto –legal o no legal- es seguro para el niño y conlleva consecuencias negativas para la madre, incluidos daños emocionales y psicológicos”. Todo hace indicar, por tanto, que para mejorar la salud materna lo prioritario será volcarse en cuidar la atención durante el embarazo y el parto de las mujeres que esperan un hijo con ilusión; un área que a pesar de la importancia demostrada por estas evaluaciones y estudios, ha quedado, lamentablemente, bastante marginada en las agendas y en los planes directores de las agencias internacionales de cooperación para el desarrollo. En declaraciones a un diario español, La Vanguardia, recogidas el 21 de septiembre de este año, Moses Okoth, uno de los protagonistas de la exposición itinerante “Africa: caras y cruces. Problemas y soluciones para una salud y educación dignas”, cuenta que en Korogocho, un barrio de Nairobi, donde él vive, “la mayoría de las mujeres que dan a luz no tienen la posibilidad de hacerse una ecografía. El éxito del embarazo es cuestión de suerte, y no tienen acceso a ninguna información sobre cómo controlarlo. La mayoría de mujeres dan a luz en sus casas. Poder ser atendidas es un sueño para ellas, un lujo que no pueden permitirse”. Quien ha recorrido nuestro país, fácilmente comprenderá que la situación descrita por este expositor africano es perfectamente replicable en varias localidades de nuestra patria. No obstante esto, lo que preocupa a varios organismos internacionales y a otras organizaciones no gubernamentales de nuestro medio es sólo la legalización del aborto. Los resultados de las recientes evaluaciones dejan patente la necesidad de replantear la estrategia del país y de la cooperación internacional, si efectivamente deseamos una mejor aproximación el año 2015 a dicho objetivo: hay que apoyar mejor a las mujeres que desean un hijo con ilusión.