delimitación del dominio

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Jornadas Internacionales sobre Gestión del Riesgo de Inundaciones y Deslizamientos de Laderas. Brasil. Mayo 2007
DELIMITACIÓN DEL DOMINIO PUBLICO HIDRAULICO Y EL
ORDENAMIENTO DE LAS ÁREAS INUNDABLES EN LAS
MÁRGENES
DE LOS RÍOS DE
LA PROVINCIA DE
MENDOZA.
Patricio Rodríguez Aguilera 1 – Rubén Villodas2
Departamento General de Irrigación – Gobierno de la Provincia de Mendoza – Argentina Av. España 1776 -M
5500DWE – Mendoza, Argentina Tel.:(0054)(261) 4234000 int: 307 – e-mil: [email protected]
1
Director de Gestión Hídrica - 2División de Evaluación de Recursos Hídricos
Resumen
La delimitación del Dominio Publico Hidráulico y la zonificación de las áreas inundables en
las márgenes de los ríos es una tarea fundamental para una gestión integral de crecidas.
Para desarrollar esta tarea el Departamento General de Irrigación esta implementando un
“Plan de ordenamiento en las márgenes de los principales cauces provinciales”.
El trazado de la “Línea de Ribera” de los ríos de la Provincia de Mendoza, se integra al
proceso de planificación y gestión de los recursos hídricos que lleva a cabo actualmente.
Como complemento indispensable en este proceso, también se están desarrollando los
estudios de zonificación de áreas inundables, desde la perspectiva de la calidad del
recurso hídrico, preservación de márgenes y seguridad de personas y bienes.
El propósito de estos estudios es optimizar la gestión del recurso hídrico, especialmente
en lo referido crecidas por precipitaciones pluviales y aluviones de fusión nival. En tal
sentido, se trata de instrumentos conceptuales que orientan las decisiones técnicas en los
cauces fluviales. Por lo tanto, es una herramienta con carácter multidisciplinario e integral,
que contempla la situación de las zonas de estudio, para diseñar acciones con efectos en
el corto, mediano y largo plazo. Consecuentemente con ello, los trabajos se encuentran
orientados a generar un trabajo conjunto y consensuado con todos actores involucrados.
La gestión integrada de los recursos hídricos, es uno de los principales objetivos del
Departamento General de Irrigación y, en tal sentido, el estudio de “Línea de Ribera y
Zonificación de áreas Inundables” busca en primera instancia identificar problemas y
potencialidades de los usos multidisciplinarios de estas áreas, para luego formular las
acciones que se visualicen como las más adecuadas.
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Palabras clave
línea de ribera – crecidas – ordenamiento territorial.
1.INTRODUCCIÓN
Los objetivos principales del Departamento General de Irrigación son asegurar la
disponibilidad de agua no solo en la cantidad necesaria, sino también con la calidad
requerida en función de los usos, así también como prevenir todo deterioro adicional.
La gestión integrada de los recursos hídricos, es uno de los principales objetivos del
DGI1 y, en tal sentido, los estudios de línea de ribera y zonificación de áreas
inundables
buscan
identificar
problemas
y
potencialidades
de
los
usos
multidisciplinarios de las márgenes, para luego formular las acciones que se
visualicen como las más adecuadas.
En síntesis estos estudios son instrumentos conceptuales que orientan las
decisiones técnicas en los cauces fluviales. Por lo tanto, son una herramienta con
carácter multidisciplinario e integral, que contempla la situación de las áreas
ribereñas para diseñar acciones con efectos en el corto, mediano y largo plazo.
Se entiende que los daños causados por crecidas en áreas ribereñas de los ríos
provinciales responden mas bien a un problema de ordenamiento del territorio y a la
ausencia de cumplimiento de las leyes vigentes, que a la ausencia de un sistema de
alerta o pronóstico para eventos extraordinarios. No obstante la normativa vigente
respecto al ordenamiento de las riberas no es lo suficientemente abarcativa para
solucionar los problemas actuales y futuros que se presentan.
Por tal motivo el DGI ha encarado los trabajos para lograr la delimitación de línea de
ribera en los tramos más conflictivos de los ríos de Mendoza, y además ha realizado
una propuesta a seguir para el ordenamiento de las márgenes con el fin de
presentar el mismo ante todos los organismos actores involucrados en el tema.
2.DESLINDE Y LA DEMARCACIÓN DE LA RIBERA
La delimitación física de una zona respecto de las colindantes, se realiza mediante el
procedimiento administrativo denominado deslinde, en el que se fijan con precisión
los linderos de la misma.
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Departamento General de Irrigación, Mendoza, Argentina
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En la Provincia de Mendoza resulta necesario definir con claridad los límites del
dominio público hidráulico y sus zonas asociadas, con objeto no sólo de proteger
dicho dominio sino también de poder evitar o disminuir riesgos potenciales en áreas
contiguas de propiedad privada. La definición sobre planos de las líneas de agua
para facilitar la determinación del dominio público hidráulico y de las zonas
inundables que corresponden a avenidas con distintos períodos de retorno, es
fundamental como paso previo a futuras actuaciones de Ordenamiento Territorial en
conjunción con otros entes estatales.
En principios del año 2004 el Departamento General de Irrigación puso en marcha el
denominado “Proyecto de delimitación de líneas de ribera”, en donde se plantea un
plan de actuación, que permite delimitar esta línea y, a partir de la demarcación de
ella, corregir a mediano plazo situaciones de presión externa de cualquier tipo, sobre
el dominio público hidráulico.
La extraordinaria dimensión de las zonas ribereñas hace inviable su completa
delimitación en unos plazos razonables, por lo que la actividad se ha centrado en las
zonas más conflictivas de las distintas cuencas. Esto motiva que los deslindes
realizados hasta el año 2007 tengan carácter puntual, generalmente inconexos
geográficamente.
Los tramos delimitados actualmente en los ríos provinciales son:
-
Río Mendoza: Sector I: aguas arriba de la Presa Potrerillos; Sector III: aguas
abajo de la Presa Potrerillos, hasta la curva de la Media Luna; Sector IV:
desde la curva de la Media Luna hasta el Dique Cipolletti.
-
Río Atuel: Sector A ”Cañon del Atuel”
-
Río Diamante: Sector comprendido desde Dique Galileo Vitale y Dique el
Tigre
El procedimiento para delimitación de la línea de ribera se centro principalmente en
estimar el valor teórico de la máxima crecida ordinaria y teniendo en cuenta la
información obtenida y características topográficas del tramo del cauce objeto del
deslinde, se reflejó en un plano la línea teórica de la zona cubierta por las aguas en
las máximas crecidas ordinarias.
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3.LA PLANIFICACIÓN DE ÁREAS RIBEREÑAS
3.1. La planificación desde el Departamento General de Irrigación.
La necesidad de dar curso a la delimitación de la línea de ribera está planteada hace
bastante tiempo, no obstante, hace cuatro años atrás quedó plasmado en los
“Planes Directores de Cuenca” lo imperioso de la delimitación de la misma. En estos
se planteaban líneas de acción concretas para dar curso a esta y otras
problemáticas detectadas.
En síntesis, las líneas de acción plasmadas responden a la necesidad de alcanzar
una adecuada planificación, enmarcando la política del DGI en la Política General de
la Provincia, a partir del cumplimiento de objetivos particulares como lo son: La
Estrategia Provincial de Recursos Hídricos; Política Integral de Recursos
Superficiales
y
Subterráneos;
Coordinación
Interinstitucional;
Sistema
de
Planificación Integrada y Sistemas de Información Hídrica.
Los Planes Directores de Ordenamiento de los Recursos Hídricos de la Provincia de
Mendoza, se integran al proceso de planificación del Departamento General de
Irrigación, para ayudar a la determinación de líneas generales de la política hídrica,
identificando jerárquicamente objetivos y prioridades.
La gestión eficiente del agua es prioridad y, en tal sentido, los Planes Directores
buscan identificar los requerimientos que se tienen en esta materia y las
características que se visualizan como más adecuadas. A partir de esto, la
propuesta es alcanzar resultados concretos, como la formulación de un marco
indicativo de carácter amplio.
3.2. Importancia de la planificación en márgenes de los ríos y arroyos.
La invasión de márgenes de ríos y arroyos es un conflicto bastante conocido en el
mundo, ya que esta vinculado a la seguridad de personas y bienes, y además al
impacto y degradación del recurso hídrico.
En Mendoza, a pesar de su larga trayectoria en el uso racional de este recurso, no
se habían encarado los trabajos de delimitación de línea de ribera y del
ordenamiento de márgenes. Actualmente algunos tramos de ríos se encuentran
sometidos a presiones externas de todo tipo, que condicionan o pueden condicionar
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el dominio público hidráulico, existiendo el riesgo de invasión, degradación,
usurpación, o inadecuada utilización.
La ausencia del ordenamiento de este sector de territorio tan singular provoca
graves problemas en algunos tramos de ríos mendocinos, como lo son el Atuel,
Mendoza y Diamante.
Además se vislumbra que en poco tiempo de no mediar una pronta solución los
problemas se extenderán a lo largo de más márgenes y serán cada vez más
complejos.
3.3. Presiones detectadas sobre el D.P.H.
La invasión del dominio público hidráulico y la ausencia de un ordenamiento de
áreas inundables en las márgenes supone la introducción de las presiones para el
recurso hídrico, tales como:
-
Inestabilidad de márgenes del cauce (erosión).
-
Degradación de la calidad: vuelco de sustancias contaminantes (efluentes
cloacales, líquidos peligrosos y residuos sólidos)
-
Restricción al libre tránsito para operaciones varias (Propiedades colindantes
con el río u arroyo que cierran dentro del mismo su propiedad).
-
Riesgo de personas y bienes (Intrusión de urbanizaciones, edificios e
industrias).
-
Explotación incontrolada de áridos.
3.4. Problemas causados por las presiones detectadas
La invasión y degradación del dominio público hidráulico y de las márgenes
representa una alteración de la calidad del agua y de la flora ribereña , y además
afecta negativamente el racional uso del suelo colindante, causando graves
problemas en la gestión del sistema de distribución.
Son ejemplos de ello:
-
Urbanizaciones recreativas, zonas de campings, industrias y fincas, que
vierten efluentes y residuos al cauce: (Problemas por los emprendimientos
turísticos en el cañon del río Atuel y en río Mendoza; Aceleración de la
eutrofización de embalses; Impacto sobre áreas de recarga de acuíferos en el
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tramo
del río Mendoza comprendido entre la Curva de la Medialuna en
Cacheuta y el Dique Cipolletti, aumento de la vulnerabillidad de los sistemas
de agua potable ante la contaminación – río Mendoza).
-
Contaminación con residuos altamente peligrosos por explotaciones mineras
(Sierra Pintada – Arroyo el Tigre).
-
Emprendimientos recreativos específicos que usurpan el cauce y áreas con
riesgo aluvional que ponen riesgo vidas humanas y bienes: Dificultad en la
gestión de embalses, en especial ante la emergencia como ejemplo
mencionamos
emprendimientos
aguas
abajo
del
Dique
el
Tigre
o
emprendimientos turísticos en el cañon del río Atuel). También existen otros
sectores, en especial arroyos, donde las tormentas afectan vidas y bienes (río
Blanco)
-
Degradación de vegetación en márgenes: (mayor erosión – aceleración en la
colmatación de embalses - Problemas aluvionales vinculados).
1.
4.RÉGIMEN LEGAL DEL DOMINIO PÚBLICO SOBRE LOS CAUCES Y SU
DETERMINACIÓN
4.1. Introducción
El art. 2340 inc. 3 CC2 y los art. 40, 42 y 43 de la Ley de Aguas de la Provincia de
Mendoza incluyen dentro del dominio público a todos los cauces naturales, con
excepción de los que corresponden a las aguas de vertientes que nacen y mueren
dentro de un mismo predio (art. 2350 CC y 41 LA3).
La inclusión de los mismos en el conjunto de bienes dominiales, implica someterlos
a un régimen jurídico especial, que presenta como principal carácter que tales
bienes son inalienables e imprescriptibles, con las consecuencias que de ello
derivan.
Para determinar el alcance material del “cauce” incluido dentro del régimen dominial,
es necesario acudir al concepto de plenissimun flumen, es decir, a las más altas
aguas en su estado normal.
2
3
Código Civil
Ley de Aguas de la Provincia de Mendoza
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El Código Civil regula la cuestión en el art. 2577 CC, donde al normar el aluvión
establece “los límites del lecho del río, determinado por la línea a que llegan las más
altas aguas en su estado normal”; el art. 43 LA dispone que “Álveo o cauce natural
de un río o arroyo, es el terreno que cubren sus aguas en sus mayores crecientes
ordinarias”.
De esta forma, el “cauce” se extiende hasta el plenissimun flumen, como ha sido
especificado por la más destacada doctrina que se ha especializado en el tema y
todos han coincidido en que sistema del plenissimun flumen es el que corresponde
aplicar en nuestro régimen.
Por lo expuesto la ribera integra el dominio público que se extiende hasta la
denominada “línea de ribera” y que surge de las crecidas ordinarias, y las márgenes
que se encuentran por encima del alcance de dichas crecidas resultan privadas.
En conclusión, para determinar la línea de ribera, es decir, aquella línea imaginaria
que marca el límite entre el dominio público y el privado del ribereño, debe
atenderse: la línea a que llegan las más altas aguas en su estado normal y a las
“mayores crecientes ordinarias”.
4.1.1. Criterio legal para establecer la línea de ribera en cauces regulados y
no regulados
Se presenta en la Provincia la diferente situación que se plantea entre un cauce
regulado artificialmente y uno cuyo régimen se mantiene de manera natural: “Estas
consideraciones obligan a tratar al tramo de cauce aguas debajo de la obra como un
elemento distinto del entendido por río, dado que a partir de la puesta en servicio de
la obra las aguas dejan de correr de manera natural y continua”.
En el punto anterior observamos que el dominio público se encuentra limitado por la
línea del plenissimun flumen, es decir, por las más altas aguas en su estado normal.
Esta agua, importan en su consideración la normalidad del régimen de escurrimiento
del río.
Por ello, en los ríos de:
-
régimen natural: la normalidad será brindada por la las crecidas que
presenten una recurrencia normal dentro del régimen hidrológico del mismo
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-
régimen regulado artificialmente: la normalidad estará dada por el régimen
fijado para la operación del embalse de regulación.
Es por ello que se ha sostenido que por imperio de los artículos 2574 y 2575 del
C.C. las tierras que son dejadas al descubierto por obras estatales no importan un
acrecentamiento de los terrenos ribereños, sino que, en la medida que no sean
afectadas al dominio público, pertenecen al dominio privado del organismo estatal
dueño del cauce, tal como regula el Decreto Ley 4478/62.
De ahí, que el criterio del plenissimun flumen implica hacer un distingo entre la
normalidad propia de un río en su régimen de escorrentía natural (donde el dominio
público está dado por las crecidas ordinarias naturales), y un río de régimen de
escorrentía regulado por obras públicas (donde el dominio público está dado por el
régimen de erogación del sistema artificial, y el terreno que quedó al descubierto
entre ese dominio público y el que surgía del escurrimiento natural integra el dominio
privado estatal).
4.1.2. Jurisdicción para la demarcación de la línea de ribera: Ribera actual y
Ribera histórica
Para
determinar
el
procedimiento
para
deslindar
el
cauce
mediante
el
establecimiento de las riberas debe atenderse si lo que se procura es determinar la
“actual” línea de ribera, o si se procura deslindar una “antigua” línea de ribera (por
ejemplo, la existente antes de una obra de regulación, o la que corresponde al
antiguo cauce de un río que ha cambiado su curso naturalmente).
En la actual línea de ribera importa deslindar el dominio público, y por ello el mismo
Código Civil la ha excluido de la materia civil y reconocido la jurisdicción
administrativa (art. 2750 CC), tal como ha sostenido destacada doctrina.
Por ello, corresponde a la autoridad administrativa deslindar el dominio público, y en
caso de conflicto, los particulares podrán recurrir a la necesaria revisión judicial. En
este sentido, si bien la Ley de Aguas refiere a la justicia ordinaria para entender
cuestiones relativas al dominio de las playas, álveos o cauces de los ríos y al
dominio y posesión de las riberas (art. 185 LA), consideramos que la regulación
expresa de la norma civil que referimos y la naturaleza evidentemente administrativa
del dominio público hace que deba atenderse que en la Provincia de Mendoza el
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Tribunal “ordinario” en materia contencioso administrativa es la Suprema Corte de
Justicia.
Por el contrario, deslindar un cauce alterado o abandonado, sea por el retiro natural
de las aguas o por obras públicas, en cuanto implica determinar el límite entre tierras
de dominio privado (las del “antiguo” cauce y las del ribereño), corresponde en caso
de diferencia entre los dominus a la justicia ordinaria con competencia en lo civil bajo
el procedimiento citado en el código procesal civil.
Sin perjuicio de ello, a los fines de encauzar eventuales conflictos con los ribereños
basados en errores de deslinde que afecten las propiedades de los mismos, es
necesario distinguir el acto administrativo que realiza la delimitación (estableciendo
el sistema y los criterios para ello) de la operación material de delimitación en el
terreno.
Mientras que el acto administrativo es impugnable judicialmente mediante el proceso
contencioso administrativo y la acción de lesividad, la operación material de deslinde
puede dar lugar en forma paralela a procesos contenciosos administrativos como así
también instancias judiciales.
4.1.3. Implicancias y consecuencias legales de los eventuales cambios de
régimen de erogación
Hemos considerado que en los ríos regulados el dominio público está dado por las
más altas aguas en estado normal, siendo esa normalidad dada por el régimen fijado
para la operación del embalse de regulación.
En el caso de cambios no contingentes al régimen normal de erogación de los ríos
regulados, se produce un cambio o alteración en la dominialidad, a saber:
si el nuevo régimen de erogaciones implica que las aguas en su estado normal
alcanzan un menor nivel, el dominio público se retrotraería a medida que da lugar al
dominio privado del Estado sobre el área de cauce que queda al descubierto.
si se pretendiera un cambio del régimen de erogaciones que implique un mayor
caudal normal de erogación, pues el estado debería afectar la nueva superficie que
cubrirán normalmente las aguas al dominio público, lo que en caso de que
pertenezcan a un tercero implicará la necesidad del procedimiento expropiatorio.
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Sin embargo, ambas hipótesis se encuentran fuera del presente caso en estudio, y
corresponden al terreno de la eventualidad, por lo que deberán ser atendidas sólo en
caso de producirse tales situaciones.
4.2. Aspectos regulatorios y competencias propias, en el cauce y las áreas
laterales al mismo
Una vez determinada la línea de ribera, tal como se consideró anteriormente, se
encontrará deslindado el dominio público que alcanza toda aquella superficie que
está por debajo de la cota de dicha línea, y el dominio privado que está por encima
de la misma.
Sin embargo, dicha determinación dominial implica únicamente brindar certeza a la
titularidad y naturaleza, pública o privada, del recurso inmueble, pero no implica de
modo alguno regulación especifica sobre dicha área.
El dominio público estará alcanzado por el régimen general que hace al mismo, y el
dominio privado implicará la aplicación en dichos predios de las reglas generales
que alcanza a cualquier propiedad.
A pesar de ello, de lo presentado anteriormente surge que fuera del límite de las
normales erogaciones que establece el régimen de regulación del río, existen
situaciones de caudales que resultan probables, aunque extraordinarios en las
actuales circunstancias.
Tales casos se presentan en aquellos caudales que puede erogar en forma
controlada un dique por los descargadores de fondo, o que podría llegar a erogar el
vertedero, o una crecida extraordinaria producto de una tormenta pluvial
excepcional, o de un deshielo brusco.
Estos datos, si bien no resultan valores normales de escurrimientos, son situaciones
probables que deben ser atendidas por la Administración en orden a una adecuada
gestión planificada del área. Sector del territorio en el que su degradación y
actividades vinculadas afectan al recurso hídrico.
Se mencionan a continuación las competencias estatales que se encuentran
involucradas al respecto:
-
Municipalidad
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Es autoridad sobre las actividades que puedan darse fuera del área del cauce,
aunque en forma cercana al mismo, tanto en materia de: impacto ambiental,
medidas
para
evitar
inundaciones,
residuos
urbanos,
establecimientos
contaminantes, las actividades balnearias, seguridad en el desarrollo edilicio.
También es autoridad en situaciones de emergencia y catástrofe según la ley de
defensa civil, dentro del esquema general provincial que determine el Poder
Ejecutivo.
-
Ministerio de Ambiente y Obras Públicas
Es autoridad ambiental en aquellos casos que exceden al Municipio, es la autoridad
principal de la concesión de los sistemas de embalses y generación hidroeléctrica.
También lo es autoridad en materia náutica y en lo que refiere a obras de defensa
aluvional.
-
Poder Ejecutivo
Es la autoridad en defensa civil ante situaciones de catástrofe, con la asistencia de
los municipios. Es además el superior jerárquico del Ministerio de Ambiente y Obras
Públicas.
-
Departamento General de Irrigación
Es la autoridad que administra el dominio público. Además, sobre el área inundable,
tiene junto con cada una de las autoridades mencionadas la posibilidad de
establecer medidas policiales, e incluso restricciones dominiales en función de
preservar la calidad del agua.
5.DETERMINACIÓN DEL DOMINIO PUBLICO HIDRÁULICO
5.1. Estimación de la creciente ordinaria y modelación de caudales
Previo a la estimación de caudales se realizaron extensos relevamientos
topográficos, los cuales contienen material referido a perfiles longitudinales y
transversales necesarios para la generación del modelo digital del terreno.
La normalidad de la crecida ordinaria en aquellos cauces de régimen no regulado
será brindada por las crecidas que presenten una recurrencia “normal” dentro del
régimen hidrológico del mismo, en términos generales corresponde al caudal
estimado para un tiempo de recurrencia de 2 años.
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Ilustración 1: delimitación de la línea de ribera en el caso de un tramo de río trenzado. Este es el caso de un
tramo del río Mendoza donde no se define por un caudal.
La mayor parte de los cauces importantes y conflictivos en la Provincia poseen
registros de estaciones de aforo en uno o varios tramos del río. Estos puntos de
medición tienen registros de los caudales medios diarios y caudales máximos
medios diarios de los últimos 50 o 100 años según el caso, por lo que la información
disponible para la estimación de la crecida ordinaria es de significancia.
De la aplicación de leyes estadísticas de distribución de eventos extremos (Gumbel
y Log Pearson III) a la serie de caudales máximos medios diarios, se obtuvieron los
resultados para distintos tiempos de recurrencia, entre ellos el de 2 años que se
adopta en la mayoría de los casos para la delimitación del DPH.
Es importante mencionar que un caudal no determina el DPH 4 en todos los sectores
problemáticos de los ríos, ya que en algunos sectores se considera prioritario para la
delimitación de la línea de ribera otros factores como la morfología fluvial y la
inestabilidad de taludes.
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Dominio público hidráulico
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En el caso puntual de tramos ubicados aguas debajo de una presa el caudal
adoptado será aquel necesario para la operación normal del embalse de regulación.
Es por ello que se evaluó la “normalidad del escurrimiento regulado” y para ello se
consideraron los criterios de: Demandas, pérdidas por infiltración, mantenimiento de
cauce, capacidad de conducción sistema de riego y la
operación de centrales
hidroeléctricas.
La modelación matemática del escurrimiento se realizó con el modelo HEC–RAS
(River Analysis System) del U.S. Army Corps of Engineers en su versión 3.1.3 (HEC,
2005).
6.EL DOMINIO PÚBLICO HIDRÁULICO Y A SUS ZONAS ASOCIADAS
Se explicita en párrafos anteriores el concepto de “cauce”, el cual tiene definido sus
límites por el Código Civil. El mismo menciona que “los límites del lecho del río,
determinado por la línea a que llegan las más altas aguas en su estado normal”.
En términos generales se ha definido el DPH con el concepto de creciente ordinaria
para el trazado de las líneas de ribera. Este caudal, en términos generales, para
todos los ríos de la provincia es similar al caudal instantáneo correspondiente a un
tiempo de recurrencia de 2 años.
Como se expresa anteriormente, no solo es importante definir delimitación del DPH,
sino también ordenar y zonificar las márgenes estableciendo zonas de policía y de
libre tránsito.
Para ello se propone establecer otros elementos vinculados a la línea de ribera y
que son fundamentales para preservar el DPH.
Se definen los siguientes elementos referentes al dominio público hidráulico y a sus
zonas asociadas:
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Línea de rivera
Zona de Policía
Línea de rivera
D.P.H.
Zona de Policía
50 metros
50 metros
Zona de
servidumbre
5
Zona de
servidumbre
5
metros
metros
Cauce
Ilustración 2: Elementos referentes al dominio público hidráulico y a sus zonas asociadas
Álveo o cauce natural de un río o arroyo, es el terreno que cubren sus aguas en sus
mayores crecientes ordinarias.
Línea de ribera: es la línea imaginaria que delimitan el Dominio Público hidráulico.
Margen: es el terreno que limita con el cauce y situado por encima del mismo hasta
la línea delimitada por una creciente extraordinaria de 10 años.
Zonas inundables: son las delimitadas por los niveles teóricos que alcanzarían las
aguas en las avenidas, cuyo período estadístico de retorno sea de cien años. En
estas zonas no se prejuzga el carácter público o privado de los terrenos, y el DGI y
el ejecutivo podrá establecer limitaciones en el uso, para garantizar la seguridad de
personas y bienes.
Zona de policía: es la constituida por una franja lateral de 50 metros de anchura a
cada lado, contados a partir de la línea de ribera, en las que se condiciona el uso del
suelo y las actividades que en él se desarrollen. En especial las restricciones al uso
son respecto a la construcción de viviendas y se ponga el riesgo de vidas humanas y
además no permita la normal circulación crecidas o aluviones con tiempo de
recurrencia de 50 años.
Zona de seguridad ambiental: el ancho de esta zona es variable según el tramo del
río a considerar, pero en términos generales podemos decir que es la constituida por
una franja lateral de 25 metros de anchura a cada lado, contados a partir de la línea
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de ribera, en las que se condiciona el uso del suelo y las actividades que en él se
desarrollen, con especial énfasis en los temas referentes a presiones contaminantes
sobre el agua. En esta zona no se podrán construir pozos sépticos, letrinas,
sistemas de infiltración o cualquier otra acumulación o disposición de sustancias
potencialmente contaminantes (residuos peligrosos o altamente tóxicos, residuos
sólidos urbanos). Además estará restringida la servidumbre de paso de cañerías y
ductos de cualquier tipo.
Zona de servidumbre: es la franja situada lindante con el cauce, dentro de la zona de
policía, con ancho de cinco metros, que se reserva para libre circulación y usos de
vigilancia, salvamento u otros que la autoridad designe.
Ilustración 3: línea de ribera determinada por la creciente ordinaria de 2 años y la línea de inundación de la
creciente con un tiempo de retorno de 50 años.
7.BENEFICIOS ESPERADOS DE LAS ACCIONES INICIADAS
Los beneficios que se obtienen con delimitación de la línea de ribera y la zonificación
de márgenes son numerosos, en especial aquellos relacionados a la preservación
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del recurso hídrico, considerando de esta manera al D.P.H. como valioso, necesario
y respetable.
Se mencionan a continuación las más relevantes:
En general permite normalizar en breve plazo situaciones abusivas detectadas en el
dominio público hidráulico.
Permite controlar las afectaciones de calidad sobre el recurso hídrico, en especial
aquellas relacionadas a vuelcos de sustancias peligrosas y residuos sólidos
urbanos.
Genera un mejor conocimiento del régimen hidrológico e hidráulico de los ríos y
arroyos que posibilita adoptar medidas concretas para minimizar riesgos ante
crecidas extraordinarias.
Define claramente las zonas asociadas al dominio público hidráulico que tienen un
tratamiento específico, frente a posibles transgresiones por terceros.
Garantiza la preservación de riberas, sus áreas naturales asociadas y el patrimonio
histórico asociado.
Agiliza la respuesta de la Administración frente a situaciones que comprometen al
dominio público hidráulico y sus zonas asociadas.
8.CONCLUSIONES
El trabajo iniciado hace tan solo años permite un dar un avance en la gestión
integrada del recuso hídrico, contemplando aspectos que históricamente no se han
tenido en cuenta, como lo son el riesgo de avenidas y las presiones contaminantes
sobre el DPH.
9.REFERENCIAS
Departamento General de Irrigación, “Plan Director de Cuenca del rìo Mendoza” Mendoza, Argentina
2005
Malinow, Guillermo V. “Inundaciones Debidas a la Operación o por Fallas de Obras Hidráulicas”
Buenos Aires, Argentina, Marzo 2004.
Departamento General de Irrigación, “Plan Director de Cuenca del rìo Mendoza” Mendoza, Argentina
2005
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Jornadas Internacionales sobre Gestión del Riesgo de Inundaciones y Deslizamientos de Laderas. Brasil. Mayo 2007
Ministerio de Medio Ambiente de España,2003 “La delimitación del Dominio Publico Hidráulico y sus
zonas inundables. Proyecto L INDE”, España, 2003.
Pinto, Mauricio; 2006 “Estudio de línea de ribera del río Mendoza”. Convenio OEI – DGI Acta Nª 6,
Departamento General de Irrigación. Mendoza, Argentina 2006.
Ley de Aguas de la Provincia de Mendoza1884, Provincia de Mendoza, Argentina
17
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