Línea de Ribera. Delimitación. Tierras Ganadas al Río

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Línea de Ribera. Delimitación. Tierras Ganadas al Río. Improcedencia.
2436-1037/03
Dictamen N° 118.996 - 7
SECRETARIA LETRADA III
Ley 12.257
I.- En las presentes actuaciones la Dirección de Geodesia solicita la visación de los
planos de mensura y unificación de diversos predios del Puerto La Plata, propiedad del
Estado Nacional.
La Dirección de Usos y Aprovechamiento del Recurso Hídrico acompaña un informe
en el que destaca las particularidades que tal situación reviste. Señala, en tal sentido,
que la actividad que lleva incita la operación que se propicia –demarcación y determinación de la línea de ribera- excede los alcances previstos en la Ley 12.257.
Ello, como consecuencia de haberse producido -por efecto de las actividades portuarias- la modificación de la topografía de las márgenes del Río de La Plata con obras de
relleno e infraestructura y, en consecuencia, no tendría objeto el deslinde ya que se
estaría frente al supuesto de separar “…bien público de bien privado…”, quedando
parte de las instalaciones portuarias fuera del alcance de la línea en cuestión.
II.- Sobre el particular, cabe en principio señalar que no surge de autos si respecto de
los bienes que se trata, existe determinación de línea de ribera, implicando la presente
una modificación de la misma.
Hecha tal salvedad -y para el caso que los terrenos hubieren sido formados como consecuencia del volcado de materiales de relleno- tal como surgiría del aludido informe,
los mismos constituirían un área ganada al río.
En ese sentido, ha sostenido esta Asesoría General de Gobierno (Exptes. Nº 233527306/99 agreg. y 2335-3019/90) que no debe confundirse al aluvión con las tierras
que se ganan a los ríos, toda vez que el primero es la obra de las aguas, aunque sea
facilitado por construcciones realizadas por el hombre.
En cambio, en los terrenos ganados al río o al mar, no son las aguas las que por sí o
como consecuencia de trabajos realizados producen el aumento y acumulación de
tierra, sino que es el hombre el que la acarrea y la deposita allí, resultando una obra
exclusiva del mismo.
Ciertas obras tienen por objeto transformar tierras del cauce del río en tierras altas y
libre de aguas, realizando así una verdadera especificación, transmutando a la vez
una cosa del dominio público en otra del dominio privado. Siendo una consecuencia
que deriva del derecho de dominio que sobre ellos se ejerce.
Ahora bien, como destaca Marienhoff, la imposibilidad legal de enajenar referida a los
ríos o a sus partes, lo es en tanto permanezcan como tales, pero no se refiere a las
porciones de un río que, por la desafectación de que fue objeto, se ha transformado en
tierra firme, dejando de ser río o parte de éste. Careciendo de aplicación, tal precepto,
cuando sufre un cambio de destino y es desafectado de su carácter público. Por eso,
estima que las tierras ganadas al río, al no formar parte del curso de agua, no son bienes públicos, sino que pertenecen a los bienes del dominio privado del Estado, que
era titular anteriormente, aunque en su carácter de públicos.
Por ello, sí se trata de realizar obras de rellenamiento en un río navegable o en el mar,
debe ser dispuesto por Autoridad competente, en el caso la Provincia en su condición
de titular del dominio de los ríos, manteniendo su condición de bien de dominio público
mientras duren los mismos, por imperio de la construcción de la obra (artículo 2340
inc. 7 Código Civil).
En cuanto a la línea de ribera, dicho autor expresa que la fijación de los límites de las
cosas públicas, a la vez que su deslinde respecto a los bienes del dominio privado,
constituye un acto administrativo, llamado “delimitación”. Y delimitar un curso de agua
significa señalar en el terreno sus límites, línea que lo separa de las heredades limítrofes.
Dicha tarea comprende dos etapas, consistentes en: 1) determinar hasta donde llegan
las más altas aguas en su estado normal y 2) trazar la línea que separa el dominio
público del privado. Por otro lado, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 18º de
la Ley 12.257, compete a la Autoridad del Agua la fijación de la línea de ribera.
La referida fijación debe hacerse no sólo cuando cambiase por actos naturales, como
el caso del aluvión, sino también cuando se trate de actos del hombre (obras por rellenamiento), de conformidad a lo dispuesto por el artículo 21º de la citada Ley y en la
medida que las obras hubieran sido dispuestas por autoridad competente.
III.- Lo precedentemente expuesto se justifica en aras de cumplimentar la previsión del
artículo 2572 del Código Civil, que atribuye a los Estados o a los particulares los referidos acrecentamientos según se trate del mar o de cursos de agua navegables o no
navegables.
En el caso, no se verifica tal situación puesto que los trabajos efectuados habrían revestido el carácter de públicos –mientras se realizaron, según lo expresado en Acápite
III, párrafo sexto– y también con posterioridad, toda vez que por sus características
resultan comprendidos en el concepto de bien público del Estado, conforme al artículo
2340 inciso 7º del Código Civil.
En consecuencia, a criterio de esta Asesoría General de Gobierno la delimitación resultaría innecesaria.
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