Jesús quiere hospedarse en mi casa. Reflexión Padre Benito R

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Jesús quiere hospedarse en mi casa. Reflexión Padre Benito R. Márquez
Jesús quiere hospedarse en mÃ- casa
Padre: Benito R. Márquez
Seguimos escuchando la narración de San Lucas del viaje que hizo Jesús desde Galilea hasta Jerusalén. Está por
llegar. La última población antes de Jerusalén es Jericó. ... ahora nos narra otro milagro, pero ya no de orden, fÃ-sico
sino moral: la auténtica conversión de una persona.
Jesús quiere hospedarse en mÃ- casa
Seguimos escuchando la narración de San Lucas del viaje que hizo Jesús desde Galilea hasta Jerusalén. Está por
llegar. La última población antes de Jerusalén es Jericó. ... ahora nos narra otro milagro, pero ya no de orden, fÃ-sico
sino moral: la auténtica conversión de una persona.
   Es el único de los evangelistas que nos narra este hecho, que ilustra el tema de la conversión, tan querido por San
Lucas. La conversión del publicano manifiesta en Jesús a "Aquél― que vino para salvar lo que estaba perdido.
   Quiere resaltar Lucas que Zaqueo no tuvo vergüenza en hacer aquello ¿Por qué aquel hombre querÃ-a ver a
Jesús? ¿Era por simple curiosidad o porque comenzaba a trabajar la gracia de Dios en su alma? En todo caso, lo que
continúa en la narración nos dice que aquel hombre estaba preparado para su conversión.
   Las oportunidades de conversión se nos presentan a veces en la forma más simple. El Señor no forza nuestra
voluntad, pero siempre espera un primer paso de parte nuestra.
   Zaqueo oye que Jesús lo llama por su nombre. Esto lo tuvo que haber impresionado; pero mucho más cuando
escucha que el mismo Jesús se auto-invita para entrar en su casa. Muchas veces se habÃ-a sentido despreciado por
aquellos que se juzgaban muy cerca de Dios, comprobaba que Jesús no sólo no lo despreciaba sino que buscaba su
sincera amistad. Esto bastó para su auténtica conversión.
   Según la mentalidad hebrea frecuentar a un pecador público era contraer una impureza legal. La reacción de la
gente es explicable. Aquel acto de hospedarse en la casa de un pecador público manchaba a Jesús.
   Zaqueo manifiesta inmediatamente la decisión que ha tomado: dividirá sus bienes con los pobres, como un acto de
generosidad; y a los que hubiera defraudado económicamente les devolverá el cuádruplo. Se trata, pues, de una
generosidad excepcional. La seguridad de sentirse perdonado por Dios, empujó a Zaqueo a pensar en sus prójimos.
   No nos dice nada el Evangelio pero podemos suponer que durante aquel dÃ-a o los dÃ-as que estuvo Jesús
hospedado en la casa de aquel hombre, predicarÃ-a sobre el amor a los demás, principalmente sobre la preocupación
de ayudar a los más necesitados. El fruto de la conversión de Zaqueo fue pensar en sus prójimos.
   Los hombres y mujeres a quienes consideramos santos, cuando se sienten más cerca de Dios es cuando piensan
más en las necesidades de sus hermanos, y emprenden obras para que su preocupación por ellos continúe hasta
después de su muerte.
   Si todavÃ-a nosotros no nos sentimos empujados a ver por las necesidades de nuestros hermanos, se debe sin duda
a que todavÃ-a no estamos lo suficientemente cerca de Dios, que no nos hemos convertido de verdad.
   En la narración hemos visto como se encuentran la conversión del hombre y el perdón de Dios. Si el hombre hace
lo que tiene que hacer el perdón de Dios no se hace esperar.
¿Busco una conversión sincera y total o me conformo con aparentar externamente, sin cambiar afondo mis actitudes y
conductas? ¿Qué me está pidiendo el Señor? ¿Identifico en mi vida el paso de Jesús y lo invito a mi casa como el
mejor amigo?
Haré mÃ-a la auto invitación de Jesús a entrar en mi interior y con un sincero exámen de conciencia trataré de
identificar las áreas de mi vida en las que requiero un cambio, si he defraudado, aceptado aplausos, dinero o lo que
sea, ilÃ-citamente, lo devolveré y restituiré a los afectados cuanto les corresponde, para que llegue la salvación a mi
vida.
¡Quiera el Señor concedernos su gracia para lograr nuestra conversión!
   Es el único de los evangelistas que nos narra este hecho, que ilustra el tema de la conversión, tan querido por San
Lucas. La conversión del publicano manifiesta en Jesús a "Aquél― que vino para salvar lo que estaba perdido.
   Quiere resaltar Lucas que Zaqueo no tuvo vergüenza en hacer aquello ¿Por qué aquel hombre querÃ-a ver a
Jesús? ¿Era por simple curiosidad o porque comenzaba a trabajar la gracia de Dios en su alma? En todo caso, lo que
continúa en la narración nos dice que aquel hombre estaba preparado para su conversión.
   Las oportunidades de conversión se nos presentan a veces en la forma más simple. El Señor no forza nuestra
voluntad, pero siempre espera un primer paso de parte nuestra.
   Zaqueo oye que Jesús lo llama por su nombre. Esto lo tuvo que haber impresionado; pero mucho más cuando
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escucha que el mismo Jesús se auto-invita para entrar en su casa. Muchas veces se habÃ-a sentido despreciado por
aquellos que se juzgaban muy cerca de Dios, comprobaba que Jesús no sólo no lo despreciaba sino que buscaba su
sincera amistad. Esto bastó para su auténtica conversión.
   Según la mentalidad hebrea frecuentar a un pecador público era contraer una impureza legal. La reacción de la
gente es explicable. Aquel acto de hospedarse en la casa de un pecador público manchaba a Jesús.
   Zaqueo manifiesta inmediatamente la decisión que ha tomado: dividirá sus bienes con los pobres, como un acto de
generosidad; y a los que hubiera defraudado económicamente les devolverá el cuádruplo. Se trata, pues, de una
generosidad excepcional. La seguridad de sentirse perdonado por Dios, empujó a Zaqueo a pensar en sus prójimos.
   No nos dice nada el Evangelio pero podemos suponer que durante aquel dÃ-a o los dÃ-as que estuvo Jesús
hospedado en la casa de aquel hombre, predicarÃ-a sobre el amor a los demás, principalmente sobre la preocupación
de ayudar a los más necesitados. El fruto de la conversión de Zaqueo fue pensar en sus prójimos.
   Los hombres y mujeres a quienes consideramos santos, cuando se sienten más cerca de Dios es cuando piensan
más en las necesidades de sus hermanos, y emprenden obras para que su preocupación por ellos continúe hasta
después de su muerte.
   Si todavÃ-a nosotros no nos sentimos empujados a ver por las necesidades de nuestros hermanos, se debe sin duda
a que todavÃ-a no estamos lo suficientemente cerca de Dios, que no nos hemos convertido de verdad.
   En la narración hemos visto como se encuentran la conversión del hombre y el perdón de Dios. Si el hombre hace
lo que tiene que hacer el perdón de Dios no se hace esperar.
¿Busco una conversión sincera y total o me conformo con aparentar externamente, sin cambiar afondo mis actitudes y
conductas? ¿Qué me está pidiendo el Señor? ¿Identifico en mi vida el paso de Jesús y lo invito a mi casa como el
mejor amigo?
Haré mÃ-a la auto invitación de Jesús a entrar en mi interior y con un sincero exámen de conciencia trataré de
identificar las áreas de mi vida en las que requiero un cambio, si he defraudado, aceptado aplausos, dinero o lo que
sea, ilÃ-citamente, lo devolveré y restituiré a los afectados cuanto les corresponde, para que llegue la salvación a mi
vida.
¡Quiera el Señor concedernos su gracia para lograr nuestra conversión!
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