Cuenca - Cruz Roja

“Soy Abdelmalek Esrriti , tengo 18 años. Un día
decidí dejar mi casa en Marruecos en busca de
“un sueño”. Con 16 años, mucho miedo e ilusión
me subí a una patera para llegar a España y
conseguir mejores condiciones de vida. Finalmente
terminé en un centro de acogida.
Poco a poco me “iba despertando” a la realidad.
No conocía el idioma, no tenía papeles, no podía
trabajar. Sentí el rechazo que los demás tienen
a lo diferente, a lo desconocido. Volver a mi
tierra no entraba dentro de mis planes, los que
regresan sin conseguir un empleo son
despreciados. Me sentía como un extraño.
En la actualidad trabajo como camarero en el restaurante que me dio la oportunidad de demostrar
que soy como todos y vivo en un piso con otros jóvenes de mi país. Hoy “mi sueño” es volver a ver
a mi familia para contarles que estoy bien pero también decirles que todo ha sido bastante
duro y que la vida al otro lado no es tan sencilla como creemos.”
“Cuando estás en un país como el mío, Europa es
un sueño.....a veces conoces gente que vive en Francia,
Italia, te cuentan maravillas, esa vida no existe,
eso está claro.
(...)Decido inmigrar por sacar adelante a mi familia,
a mis hijos, que son lo más importante.
Los objetivos....llegar a Europa que es un lujo para
el 99% de las personas de mi país, pero aquí se
palpa otra realidad, trabajar mucho, descuidar
a la familia, te consumen los gastos, los
impuestos.... todo lo que ganas se queda en España,
no es verdad eso que dicen que lo que ganamos se
lo llevan nuestros países.
La gente en Cuenca siempre se ha portado muy bien conmigo y si fuera española en lugar de inmigrante, creo que me
hubiera ido igual: hay personas españolas que tienen las mismas necesidades que nosotros.
Discriminación y rechazo no es lo mismo, creo yo: quería montar un negocio y lo he hecho, y cuando he entrado en
este negocio es cuando me he sentido rechazada, cuando entran y me ven piensan que soy una trabajadora de ella,
no la propietaria del negocio.
Antes de venir no sabía lo que iba a encontrar, vives de lo que la gente te cuenta, es muy duro estar lejos de tu
familia, lo que te ha rodeado siempre y enfrentarte a otro sitio, otras caras, otra gente, todo...”
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trabajo y te ejando atrás tu casa, fates de ninguna parte.
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Con el paso d van apareciendo ciertos omologación, de repente nostalgia te invade y
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adaptando ralmente, está difícil la sar de la integración, la irme como una niña en
mejorar labo o sirve de nada. Pero a pe rás. Aquí no dejo de sent gente estupenda y
realizaste n as que algún día regresa e trata bien. He conocidorcan, pero no los creo
siempre piensu madrastra no siempre t ia son los que más te ma mucho daño. Me han
adopción y t intolerante, por desgrac que hace mucho ruido y quitarnos nuestros
también muy os, son una minoría pero nís aquí? ¿os parece bien
representativcir a la cara “¿por qué ve país”.
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llegado a de da uno debe estar en su
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