HISTORIA DEL MUSEO CASA NATAL DE JOVELLANOS Don

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HISTORIA DEL MUSEO CASA NATAL DE JOVELLANOS
Don Gaspar Melchor de Jovellanos nació en la alcoba del
piso principal de la torre nueva el 5 de enero de 1744.
Casi dos terceras partes de su vida (vivió sesenta y siete
años) transcurrieron lejos de Gijón: Ávila, Burgo de Osma
(Soria), Alcalá de Henares y Madrid en su etapa formativa
(1759-1767); Sevilla (1768-1778 y 1808-1810) y de nuevo
Madrid (1778-1790 y 1797-1798), en el ejercicio de los
diferentes empleos, fueron las ciudades donde vivió. Con
diferente motivo, también el castillo de Bellver (Palma de
Mallorca), donde estuvo recluido desde el 5 de mayo de
1802 hasta el 5 de abril de 1808, debe ser considerado otro de los domicilios de
Jovellanos. Tanto aquí como en Sevilla y Madrid, sus apartamentos contaron con todas
las comodidades exigidas por un individuo de su condición: biblioteca, pinturas,
adornos, mobiliario y personal de servicio.
Fueron varios los momentos en que Jovellanos habitó la casa solar gijonesa. Pero el
período para el que contamos con mayor información es a partir de 1790. Sus
habitaciones privadas estuvieron emplazadas siempre en la torre nueva: de 1790 a
1797, en el segundo piso, en el conocido como cuarto de la torre y, desde 1798
(convertido en mayorazgo de la casa), en el piso principal de la referida torre. Estas
piezas coinciden, grosso modo, con las dos salas que el Museo gijonés consagra a la
memoria de su ilustre vecino.
En el cuarto de la torre, redactó, entre otros, el Informe en el expediente de Ley Agraria
(1794), la segunda versión de la Memoria sobre los espectáculos públicos (1795-1796),
los Informes mineros, la Oración inaugural y la Noticia del Real Instituto de Náutica y
Mineralogía de Gijón (1794); revisó también las Cartas del Viaje de Asturias (cuya
redacción inicial es de 1782) y compuso los cuadernos V al IX del Diario, sin olvidar el
despacho de una copiosísima correspondencia.
Después del breve y accidentado paso por el ministerio de Gracia y Justicia (tomó
posesión el 23 de noviembre de 1797 y fue
cesado el 15 de agosto siguiente), Jovellanos
regresó a Gijón. El 27 de octubre de 1798 ya
estaba de vuelta y todo parecía indicar que su
alejamiento de la corte iba a ser definitivo. Las
habitaciones que don Gaspar ocupó ya como
mayorazgo (su hermano Francisco de Paula
había fallecido el 4 de agosto de 1798) fueron
las del piso principal de la torre nueva (estrado,
alcoba y vestidor) y el aledaño cuarto de chimenea que correspondía con el tercio
oriental de la sala que el Museo dedica al escultor José María Navascués.
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Los últimos días de 1799 Jovellanos emprendió la renovación de esta parte de la casa,
reformándola y colocando en ella pinturas, dibujos y estampas, así como una parte de
su librería que mandó traer de su casa de Madrid. Entre otras pinturas colgaron en
estas habitaciones nada menos que cinco goyas: el boceto de la Inmaculada
Concepción, de 1784 (hoy en el Museo del Prado), los retratos de sus amigos Juan
Agustín Ceán Bermúdez (h. 1780-1783), Juan José Arias de Saavedra (h.1798-1799;
propiedad particular ambos) y Francisco de Saavedra (1798; Londres, Courtauld
Institute Galleries), así como el primero de los dos que Goya hizo de don Gaspar (h.
1780-1783; colección particular).
En la casa ya figuraban por entonces los retratos de don Francisco Gregorio Jove
Llanos, su progenitor (desaparecido), y los de sus hermanos: Francisco de Paula, por
Ángel Pérez, profesor de dibujo en el «Real Instituto Asturiano» (propiedad particular);
don Gregorio (oficial de la Armada, † 1780), Josefa, pintado por Joaquín Inza en Madrid
antes de 1774 (Somió, —Gijón— Rvdas. MM. Agustinas Recoletas) y Francisco (Palma
de Mallorca, Conde de Cienfuegos). Asimismo, también se encontraban aquí dos
retratos juveniles de don Gaspar: uno a pastel, en traje de magistrado y con manguito
(h. 1778-1780; Madrid, colección del Marqués de Aledo), y la graciosa estatuilla que le
hiciera el escultor sevillano Cristóbal Ramos en 1770. Es este el único retrato original
que de Jovellanos posee el «Museo-Casa Natal»
Entre los cuadros de su escogida
colección, el museo exhibe una
Magdalena penitente (1670) del pintor
barroco madrileño Francisco Ignacio Ruiz
de la Iglesia, una Virgen con el Niño
dormido (h. 1805-1807) del artista
mallorquín Francisco Tomás y un
Descanso en la huida a Egipto (1806) de
fray Manuel Bayeu, cuñado de Francisco
Goya, obras ambas pintadas estando
Jovellanos prisionero en Bellver.
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El museo, entre otros recuerdos de Jovellanos, exhibe además el árbol genealógico
familiar (en papel, hacia 1780) y el manto de caballero de Alcántara, orden en la que
don Gaspar profesó el 21 de agosto de 1780. Del mobiliario original de la casa, sólo se
han podido rescatar dos bargueños barrocos, dos juegos de sillas y un arcón, todos del
siglo XVIII. Unas reproducciones fotográficas (debidas a don Rodrigo Fernández
Carvajal, h. 1924-1926) dan cuenta de la rica colección de dibujos reunida por
Jovellanos durante más de treinta años; ésta, legada por él al «Real Instituto
Asturiano», desapareció en el incendio del cuartel de Simancas (Gijón) el 21 de agosto
de 1936.
También ha dado cabida a retratos póstumos de don Gaspar, entre los que destaca el
del gijonés Ignacio Suárez-Llanos (un retrato imaginario pintado
en 1864 para la iconoteca del Ayuntamiento) y el boceto en bronce
(1888) del monumento urbano de la plaza del Seis de Agosto
(Gijón), obra del escultor catalán Manuel Fuxá, de 1891.
Completa la exhibición de las habitaciones una selección de
cuadros de los fondos artísticos del Museo (legado Lledó-Suárez)
cuyos estilos, escuelas, géneros y asuntos estuvieron
representados en la pinacoteca de don Gaspar Melchor de
Jovellanos.
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