Wolfgang DECKER, Antike Spitzensportler. Athletenbiographien aus

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Reseñas
Wolfgang DECKER, Antike Spitzensportler. Athletenbiographien aus dem Alten Orient, Ägypten
und Griechenland, Hildesheim: Arete Verlag, 2014, 201 págs. con 62 ilustraciones. ISBN:
978-3-942468-23-7
Kλέος, la palabra que, ya desde la Ilíada y la Odisea, designa la «gloria», la «fama» de un
hombre, significa literalmente «aquello que uno escucha (que los demás dicen)». Así pues, en
el pensamiento tradicional de la sociedad griega antigua la gloria, la fama, el prestigio, el éxito,
se mide de acuerdo con lo que un hombre oye que los demás dicen sobre él. Esto es válido también para la gloria deportiva. De poco sirve tener éxito (y en concreto conseguir una victoria
deportiva) si el nombre del vencedor y sus triunfos no son difundidos y conocidos, a través del
canto de los poetas, de las estatuas conmemorativas erigidas en honor de los vencedores, y de
las inscripciones públicas en las que se daban a conocer las victorias de los atletas y los honores
públicos que recibían por ellas. Por eso las fuentes antiguas nos han transmitido los nombres de
centenares de vencedores en las innumerables competiciones deportivas de la Antigüedad, así
como multitud de informaciones que nos permiten conocer con detalle muchísimos aspectos
de la educación física y el deporte en la antigua Grecia. Ya Luigi Moretti, en su excepcional
Catálogo de vencedores olímpicos, recogió una ingente cantidad de noticias y fuentes sobre
los deportistas antiguos, que han sido ampliadas y completadas posteriormente con nuevos
hallazgos y con la ingente cantidad de estudios que, especialmente en el último cuarto de siglo,
ha generado la historia del deporte antiguo. Ahora Wolfgang Decker, que ha sido Catedrático de
Historia del Deporte en Colonia y desde hace más de 40 años es uno de los mayores especialistas
mundiales en deporte griego antiguo (y la mayor autoridad en deporte del antiguo Egipto), se
ha ocupado de reunir en el volumen que reseñamos la biografía (deportiva, y también personal
y política) de muchos de los atletas conocidos del Antiguo Oriente, Egipto y Grecia.
En el título del libro se anuncia que se trazarán las biografías de atletas del Antiguo Oriente,
Egipto y Grecia; pero, en realidad, el 90% del libro es Grecia. Como indica el autor en los capítulos iniciales, en Oriente y en Egipto el deporte está completamente dominado, con rarísimas
excepciones que también se comentan, por la figura del rey en el mundo real (desde el rey
sumerio Sulfi de Ur y el acadio Sargón I, a finales del tercer milenio, o el egipcio Amenofis II,
a mediados del segundo milenio, hasta el sasánida Shapur I en el siglo III p.C.) y por los héroes
míticos (Gilgamesh o Enkidu) en la literatura épica. En ese sentido, Wolfgang Decker apunta
en el capítulo dedicado a Egipto (pág. 16) que las representaciones iconográficas de prácticas
deportivas y los textos que aluden a ellas tienen allí un fuerte valor simbólico: «el oficio de
rey necesita de la fuerza y el poder de su portador, que garantiza la vida y el bienestar de todo
el país. Eso se manifiesta sobre todo presentándolo como guerrero y como cazador; pero se
añade también, como tercer elemento, el deporte». No otra cosa hará varios milenios después
Mussolini cuando él mismo se presente como deportista modelo del hombre nuevo que preconizaba el fascismo.
En Grecia la situación es diferente. La práctica del deporte es una actividad aristocrática
que se extiende a otras clases sociales (e incluso se profesionaliza desde época bastante temprana), hasta el punto de convertirse en una de las más características señas de identidad de la
cultura griega y del way of life de los griegos antiguos, reconocida tanto por los propios griegos
como por los demás pueblos. Por eso no es de extrañar que, como afirma el autor (pág. 58), «la
mayoría de los deportistas históricos conocidos del Mundo Antiguo son griegos». A la recopilación y estudio de las noticias que poseemos sobre ellos está dedicado el libro, sin que tampoco falten las «biografías» de deportistas míticos y épicos, como Heracles, Teseo, Polideuces o
los héroes que participan en las competiciones descritas en Ilíada y Odisea, a los cuales se hace
referencia en el capítulo introductorio.
CFC (g): Estudios griegos e indoeuropeos
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Pero el libro que nos ofrece Wolfgang Decker es mucho más que una sucesión de biografías
de atletas. Es, en cierto sentido, una historia del deporte antiguo (y en concreto del deporte
griego antiguo), contada a través de la biografía de sus atletas. Una historia que, como hemos
dicho, abarca desde el tercer milenio a.C. (y, en el caso del deporte griego, fundamentalmente
desde la época arcaica, aunque se comienza con los anónimos atletas minoicos) hasta el final
de la Antigüedad (el último atleta biografiado, el luchador Johannes de Esmirna, consigue sus
triunfos a finales del siglo IV p.C.)1; y una historia de la que se estudian los aspectos esenciales,
por supuesto los más estrictamente deportivos (todas las especialidades deportivas aparecen
en el libro, así como todos los grandes Juegos y un gran número de los incontables festivales
regionales y locales que se celebraban por todo el mundo de cultura griega), pero también
(y quizá yo diría que sobre todo) los aspectos sociopolíticos, económicos y culturales. A través
de la reconstrucción de las vidas y hechos de los atletas biografiados, conocemos sus triunfos
y logros deportivos y el tipo de vida que llevaban, y también, más en general, la repercusión
social del deporte, la relación entre los deportistas vencedores y su ciudad (cómo valoraba ésta
los éxitos deportivos y lo reflejaba con la concesión de recompensas y privilegios), la procedencia social y geográfica (y asimismo la movilidad social y geográfica) de los atletas y cómo
ambas van ampliándose con el transcurrir de los siglos, sin que ello significara que el «núcleo
duro» del deporte de la época arcaica (la aristocracia en lo social y las ciudades de la Grecia
continental, las islas del Egeo, Jonia y el sur de Italia y Sicilia en lo geográfico) abandonara
absolutamente la práctica del deporte y en concreto su participación en competiciones cuando
ya intervenían en ellas masivamente atletas de las clases sociales inferiores y procedentes de
todos los rincones a los que había llegado la cultura griega en época helenística e imperial.
A través de las semblanzas de los atletas conocemos igualmente la explotación política de los
triunfos deportivos, que se manifiesta, por ejemplo, en la ocupación de cargos públicos o en las
relaciones que mantuvo con el poder el influyente «sindicato de atletas», a propósito del cual
se da cumplida noticia en la biografía número 66, la del pancratiasta del siglo II p.C. Marco
Ulpio Doméstico de Éfeso, al que conocemos por inscripciones, por cartas de los emperadores
Adriano y Antonino Pío, e incluso por un mosaico hallado en la Via Portuense de Roma. No
faltan siquiera los aspectos más «populares» del deporte antiguo, como el uso de procedimientos mágicos contra los atletas rivales, ejemplificado en la laminilla con encantamientos contra
un corredor hallada en el lugar de celebración de los Juegos Ístmicos (pág. 56).
El autor ofrece en cada caso un estudio minucioso de las fuentes y los problemas que
presenta su interpretación, apoyado en una muy completa documentación bibliográfica. Esas
fuentes son muy variadas: los textos literarios y eruditos; las inscripciones, una fuente fundamental de información (de hecho, con frecuencia son el único testimonio del que disponemos
para conocer a un atleta, como en el caso de Menodoro de Atenas, luchador y pancratiasta del
siglo II a.C., o de Marco Alfidio de Elea, boxeador del I p.C., conocidos sólo por sendas largas
inscripciones); las fuentes iconográficas: las estatuas (las imágenes de Hagias y Telémaco en
Delfos; la cabeza broncínea del boxeador Sátiro de Élide, o, ya bien entrada la época imperial,
la estatua encontrada en el teatro de Afrodisias del boxeador Candidiano, del III siglo p.C.), los
relieves o los mosaicos (cf. por ejemplo los atletas números 78 y 83).
Por las páginas de Antiken Spitzensportler desfilan algunos de los más famosos y más
grandes deportistas de la Antigüedad, sobre los que las fuentes nos transmiten abundantes
noticias y cuya biografía puede ocupar varias páginas (Quíonis de Esparta, Milón, Ástilo y
Failo de Crotona, Glauco de Caristo, Teógenes de Tasos, Diágoras de Rodas y familia, y un
1
Quizá hubiera sido un buen final concluir el libro con la biografía del rey armenio Varazdat, último
vencedor olímpico (369, cuando aún era príncipe) recogido en el catálogo de Moretti y símbolo de la
expansión e implantación del deporte griego allí donde llegó la cultura griega.
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largo etcétera). Pero igualmente el autor se interesa por otros atletas mucho más modestos, que
también forman parte de la historia del deporte antiguo y cuyo estudio tiene interés para ilustrar
aspectos diversos, como son los casos de Timón de Élide (vencedor en el pentatlo en 200 a.C.,
a quien Decker dedica apenas cuatro líneas pero ha considerado digno de aparecer en el libro),
o Heliodoro de Cos (luchador del siglo I p.C., únicamente conocido por una breve inscripción), o
Heras de Laodicea (pancratiasta del I p.C., sólo conocido por un epigrama que le dedica Filipo
de Tesalónica), o Elio Graniano de Sición, del siglo II p.C. (del que sólo sabemos por un texto
de Pausanias), o Marco Tilio de Apamea, un boxeador del siglo II p.C. que únicamente es conocido por una basa de estatua inscrita reutilizada en una iglesia medieval ateniense.
El libro se complementa con muy pertinentes ilustraciones (lugares, inscripciones, esculturas, pinturas, sellos, mosaicos, planos). Facilitan enormemente la consulta de la obra, si el
lector busca informaciones concretas, completos índices de nombres propios, agones, lugares
y temas. La documentación bibliográfica es impecable, como era de esperar en quien ha sido
durante muchos años responsable principal de recoger de manera exhaustiva la bibliografía
sobre deporte antiguo en cada número de la revista Nikephoros; además, como es también
característico del autor, se recogen (y se han consultado) trabajos en las cuatro lenguas modernas tradicionales de los estudios sobre la Antigüedad y también en otras como español, griego
moderno y holandés. Para una posible reedición del volumen advertimos algún mínimo error:
en pág. 89 n. 358 la referencia «Uçankus (1989)» no tiene correspondencia en la bibliografía
final, como tampoco «Overbeck (1868)» citada en n. 357. En pág. 94 debe corregirse «3356»
en 356, y en pág. 109 «204-220 v. Chr.» en «204-200 v. Chr.».
Last but not least, Antike Spitzensportler es un libro que obra el pequeño milagro de ser una
lectura accesible e interesante para un público general, sin por ello dejar de ser utilísimo (e incluso obra de referencia) para los especialistas.
Fernando GARCÍA ROMERO
Universidad Complutense de Madrid
Luísa DE NAZARÉ FERREIRA, Mobilidade poética na Grécia antiga. Uma leitura da obra de
Simónides, Coimbra: Imprensa da Universidade de Coimbra, 2013, 472 págs. ISBN: 978989-721-031-0
Simónides es, sin duda ninguna, uno de los poetas más atractivos, versátiles, brillantes e
innovadores de la Antigüedad. Fue asimismo un poeta «moderno», bien consciente de su valía
y también de los beneficios que sus clientes (tiranos, familias aristocráticas, pero también la
joven democracia ateniense y el resto de las ciudades griegas que lucharon contra la invasión
persa) podían obtener de su poesía, pues, como afirma Teócrito (16.34 ss.), esos tiranos y esas
familias nobles habrían caído en el olvido «si el divino cantor de Ceos, que su voz de variados
sones hacía acompañar de la lira de muchas cuerdas, no los hubiera hecho famosos entre los
hombres futuros». Por eso fue un poeta bien pagado, solicitadísimo por clientes de los más
diversos lugares del mundo griego, por el cual se movió hasta el final de sus días siguiendo la
estela de los vientos de las circunstancias históricas y de las conveniencias de su propia profesión
de poeta. Así pues, su figura es una buena elección para centrar en torno a ella un estudio sobre
la movilidad de los poetas en la Grecia antigua, en concreto en la Grecia de la época arcaica y
comienzos de la época clásica. Ése es, en efecto, el objetivo declarado en el título (Mobilidade
poética na Grécia antiga) de este excelente estudio de Luísa de Nazaré Ferreira, profesora
de la Universidad de Coimbra, aunque toda la segunda mitad del volumen (págs. 189-365)
responde por su contenido más bien al subtítulo Uma leitura da obra de Simónides, ya que
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