Lunes 24 de mayo de 2010 l Heraldo de Aragón 6 l ARAGÓN Medicina l Elías Campo Güerri dirige los laboratorios del Hospital Clínic de Barcelona. El patólogo altoaragonés, que nació hace 55 años en Boltaña (Huesca), examinó el nódulo del pulmón del Rey al microscopio. Su diagnóstico descartó que el monarca tuviera cáncer. Era benigno El patólogo altoaragonés del nódulo real S i sufriera un cáncer me curaría en la sanidad pública”, declaró hace un mes el patólogo aragonés Elías Campo Güerri al ingresar en la Real Academia de Medicina de Asturias. Dos semanas después se encontró al Rey Juan Carlos como paciente en el Hospital Clínic de Barcelona, donde dirige el laboratorio, y tras examinar como patólogo el nódulo del pulmón real, descartó el cáncer. El monarca estaba en el quirófano con el cirujano Laureano Molins a la espera del resultado. El médico, nacido en Boltaña (Huesca) hace 55 años, fue el correo de esa buena nueva el sábado 8 de mayo. Con el alta médica y pasado el susto, el monarca saludó al equipo médico que le trató y alabó la sanidad pública en Cataluña y Madrid. Elías Campo explica que recibió al Rey como patólogo, junto a su compañero José Ramírez, para realizar el estudio preoperatorio del tejido de seis centímetros extraído de su pulmón. Es un examen a contrarreloj porque el paciente está anestesiado. “El cirujano extirpa la lesión detectada por medios radiológicos y quiere estar seguro de qué tipo de enfermedad está operando. Es un momento de tensión porque hay que tomar la decisión de si es benigno o maligno. Según el resultado, la intervención es nada más o mucho más”, detalla. La trascendencia del diagnóstico exige que sean al menos dos patólogos, sea el Rey u otro paciente, los que intervengan. “Afortunadamente estamos varios profesionales en el servicio. Al extirpar un pulmón, una mama o una pierna es conveniente que se tome la decisión entre dos”, indica. Proceso inflamatorio crónico El patólogo altoaragonés descartó las sospechas cancerosas que se cernían sobre la salud del rey Juan Carlos. “En todas las pruebas de imagen por radiología se veía que había crecido en el último año y se pensó que podía tener un cáncer de pulmón. Cuando lo miramos al microscopio descartamos que tuviera cáncer. Era un proceso inflamatorio crónico que se había agudizado y por eso había crecido”, precisó Elías Campo. “Al comunicarlo al cirujano, rápidamente cambiaron sus planes de una intervención quirúrgica pulmonar amplia y radical. Con ese resultado bastaba un tratamiento médico”, agrega. HA DICHO “El cirujano Molins extirpó la lesión detectada y el paciente (el Rey) estaba anestesiado. Es un momento de tensión decidir si es benigno o maligno” “Cuando lo miramos (el nódulo) al microscopio no tenía cáncer sino un proceso inflamatorio crónico agudizado y por eso había crecido” “Después de una operación de pulmón se aconseja no volar por la presión” FRANCESC AVIA-FOTO DEL HOSPITAL CLINIC DE BARCELONA El equipo del Hospital Clínic con el Rey. El patólogo aragonés, Elías Campo, primero por la izquierda, junto al doctor Brugada, director clínico del Hospital Clinic, y el cirujano Laureano Molins, con el resto del equipo. PERFIL BOLTAÑÉS POR VOLUNTAD MATERNA Elías Campo es el mayor de cuatro hermanos y todos residen en Barcelona. Cuando escucha las canciones de ‘La Ronda de Boltaña’, “como esa de la mermelada de mora del emigrante que se va para Barcelona”, se le saltan las lágrimas”. En 2006 fue pregonero de las fiestas y contó que fue boltañés por voluntad materna. “Mis padres vivían fuera de El nódulo real fue sometido a un estudio más completo, como los demás, entre 24 y 48 horas desde la operación. “El lunes lo miramos al microscopio y confirmamos de forma ya definitiva el diagnóstico inicial”, señala Campo. Todos los tejidos extirpados se guardan en Anatomía Patológica para estudiarlos. “Lo que se hizo con los del Rey forma parte del secreto profesional”, apunta. Después de una intervención quirúrgica pulmonar, el patólogo Elías Campo explica que “se recomienda no volar por los cambios allí, en un pueblo de Levante, y mi madre quiso tenerme en Boltaña”. Pero era de la generación que vivía en el pueblo “veranos muy largos e interminables, desde San Juan hasta el Pilar”, con sus abuelos y su madre. “Mi niñez la asocio a Boltaña. Todos emigramos por razones laborales, pero tengo mis raíces arraigadas desde la infancia. Recuerdo cuando el de presión” y eso le aconsejaron al rey Juan Carlos, que se quedó en Barcelona y hasta el pasado viernes no regresó a Madrid. Estuvo ausente en la final de Copa entre el Sevilla y Atlético de Madrid y el príncipe Felipe lo visitó el miércoles antes de presidir el partido. “Por muy pequeña que sea la intervención, parece prudente y normal pasar unos días de reposo porque se abre el tórax y no es algo menor”, apostilla. Cuando el Rey fue dado de alta, el director médico del Hospital Cli- maestro don Manuel nos daba clases y el bibliotecario, el señor Sallán, nos abría la biblioteca por la tarde en la plaza del pueblo para leer tebeos y los primeros libros”. De allí pasó a los de medicina, biología y patología en Barcelona, donde le esperaba el patólogo Antonio Palacín, hijo del médico de Bielsa, y le contagió su pasión. R. J. C. nic llamó a todo el equipo que intervino de una u otra manera en la operación para tener una foto de recuerdo, algo más que una costumbre real en esta ocasión. “El Rey quería saludar personalmente a todos los profesionales que trabajaron en su estancia, desde las enfermeras hasta los técnicos del laboratorio. Nos hicimos las fotos de rigor e hizo bromas. Dijo que se sintió muy cómodo y contento, salvo cuando las enfermeras no le dejaban dormir por la noche, como dicen todos los enfermos cascarrabias al salir”, describe. ELÍAS CAMPO GÜERRI Director del Laboratorio del Hospital Clínic de Barcelona Si el nódulo del pulmón real no era canceroso, el doctor Elías Campo guarda otros muchos en el laboratorio con leucemia crónica, que le han servido para emprender una investigación puntera en todo el mundo, publicada por la revista médica ‘Nature’. Investigación de leucemia “Cada vez mantenemos fragmentos y células congelados a muy bajas temperaturas (entre -80 y -180 grados) y eso nos permitió proponer el proyecto genoma de leucemia”, explica el investigador de Boltaña, que colabora con su paisano, el bioquímico Carlos López Otín. Tienen las secuencias completas de genoma de cinco pacientes de leucemia crónica que empezaron en Cambridge y siguieron hace dos meses en España. Ampliarán el estudio a 200 pacientes. “Es como el viaje de Colón. Las nuevas tecnologías nos han permitido navegar en el campo del DNA de forma masiva. Hasta ahora eran muy lentas, costosas e inoperantes porque tardábamos trece años en secuenciar el genoma de una persona. Ahora lo hacemos en unas semanas en España”, destaca Campo, quien está confiado en ganar la batalla al cáncer. RAMÓN J. CAMPO