Sobre el insomnio - Laboratorios Homeopáticos PRAXIS

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Sobre el insomnio
Entrevista sobre el insomnio a Ana Cristina Arnal Rubio, licenciada en farmacia, postgraduada en
Medicina Naturista y profesora invitada de Homeopatía y Fitoterapia de la Escuela de Ciencias
de la Salud de la Universidad de Zaragoza.
¿Por qué y para qué necesitamos dormir?
El sueño es un estado de pérdida de la consciencia del cual, el individuo puede salir por
una estimulación sensorial externa.
De igual forma, la aparición del sueño, que se produce por una desconexión del sistema
activador reticular con el resto del cerebro, se ve favorecida por las posturas cómodas y
la ausencia de estímulos externos sensoriales.
Y el sueño es absolutamente necesario para un rendimiento normal del individuo.
Durante el sueño el organismo se recupera del cansancio físico y mental.
¿Podemos hablar de un mínimo de horas de descanso estándar o dependen de
cada persona?
Pues sí, el número de horas requerido varía ampliamente en personas sanas, desde 4
hasta 10 horas al día, aunque podemos decir como media entre 7 y 8 horas de sueño.
También es verdad que varía de un modo característico a lo largo de la vida.
Desde una estabilidad relativa en la niñez y las primeras etapas de la adolescencia, la
continuidad y la profundidad del sueño van deteriorándose a lo largo de la vida adulta.
¿Sirven para algo los sueños? ¿influyen en la calidad de nuestro descanso?
Durante el sueño, la actividad cerebral va pasando por una serie de fases, que se
suceden en un orden regular por ciclos de alrededor de 90 minutos y que se repiten 4 ó
5 veces durante el tiempo total del sueño.
La primera fase es la transición de la vigilia al sueño, aquí hay una pérdida de
conciencia que se acompaña de imágenes, rostros, paisajes, etc. Es el sueño ligero.
A partir de aquí se suceden las fases 2 y 3, sin ensueños, en las que se produce una
progresiva relajación muscular con ondas cerebrales cada vez más lentas hasta llegar a
la fase 4 o de sueño profundo.
En este estado, el despertar es difícil y confuso, se encuentra insensible a los ruidos y
las funciones vitales están minimizadas, aquí es cuando el organismo se recupera del
cansancio físico.
Tras estas fases el individuo se mueve inquieto y entra en una etapa de actividad
cerebral, con ondas cerebrales similares a las del sujeto despierto, con rápidos
movimientos oculares, por eso se le llama fase REM, del inglés, rapid eye movement), el
tono muscular es mínimo, pero puede haber sacudidas súbitas. Durante esta etapa se
producen las ensoñaciones, el sueño paradójico y marca el final de un ciclo de sueño.
En esta fase el organismo se recupera de su cansancio psíquico y nervioso. Tras 4 ó 5
ciclos el individuo se despierta. Si el despertar ocurre durante la fase REM, el individuo
puede recordar la ensoñación.
¿Dormir muchas horas asegura un descanso reparador ¿de qué depende ese
descanso tan necesario?
Ese descanso tan necesario, depende de que se den todas estas fases del sueño, las
primeras fases de sueño de onda lenta son necesarias para la recuperación física del
individuo, mientras que la fase REM repone del cansancio psíquico y nervioso.
En esta fase se ha visto que hay grandes diferencias entre los individuos y se ha
observado que su duración aumenta en personas que duermen más de lo que necesitan
con un solapamiento de las fases I y REM, el individuo sufre pesadillas y recuerda todo
lo que ha soñado, con lo que se levanta agotado.
¿En qué momento comenzamos a hablar de insomnio?
Hablamos de insomnio cuando se reduce el tiempo total que un individuo duerme y
disminuye la calidad de este sueño, así que de forma involuntaria no se produce ese
descanso compensatorio.
Este trastorno puede ser de 3 tipos fundamentalmente: insomnio inicial o de primera
hora, que consiste en la dificultad para conciliar el sueño y puede estar provocado por
un estado de hipervigilia, estrés, ansiedad, agotamiento, etc.
Insomnio medio o de sueño interrumpido, con despertares frecuentes, con dificultad para
continuar el sueño. Puede tener relación con una ansiedad aguda o un estado
depresivo oculto.
Y por último el insomnio terminal o de segunda hora, con un despertar demasiado pronto
por la mañana, sin posibilidad de conciliar de nuevo el sueño.
Suele estar ligado a menudo a la ingestión excesiva de somníferos.
Hablamos de un problema que depende de factores externos y de factores
internos, ¿cuáles serían en su opinión los más significativos?
Considerando que el insomnio es un síntoma frecuente, cerca del 10% de la población
presenta insomnio crónico y aproximadamente el 50% tiene insomnnio significativo en
algún momento de su vida.
Puede ser primario, es decir de larga evolución o crónico, con mínima relación o sin
relación con fenómenos somáticos o psíquicos inmediatos, o bien de origen secundario
debido a problemas emocionales, dolor, trastornos físico y el uso de fármacos o
sustancias psicoactivas como el alcohol, café, drogas.
Esto sólo constituye el 15% de los casos.
El más habitual y el más preocupante es el insomnio primario.
Debemos mencionar también las consecuencias, ¿qué efectos a medio y largo
plazo puede provocar el insomnio?
La privación del sueño lleva a una disminución de la atención en el desarrollo de las
tareas cotidianas por la aparición de microsueños, cansancio, irritabilidad, mal humor,
falta de concentración, pérdida de memoria, etc.
La privación de la fase REM puede inducir trastornos psíquicos serios y llegar incluso a
la locura.
La solución más inmediata a este problema la encontramos en los somníferos, qué
ventajas y que inconvenientes ofrecen?
Como tratamiento farmacológico se utilizan los llamados agentes hipnóticos, cuyo
objetivo es normalizar las alteraciones en el patrón del sueño del paciente en el
transcurso de días o semanas.
Sin embargo, el uso de hipnóticos debería considerarse tan sólo cuando otras medidas
conservadoras se muestren ineficaces y el paciente se sienta claramente desbordado
por su problema de base y necesita ayuda para disminuir sus niveles de ansiedad.
Hay que utilizar entonces la mínima dosis eficaz y durante un corto plazo que no debería
superar las 3 ó 4 semanas.
Como inconvenientes tienen una serie de efectos adversos como son somnolencia
diurna, disminución de la atención, aumento del tiempo de reacción, cefalea, entre otros.
Pueden presentar tolerancia, es decir dependencia cada vez mayor del fármaco,
precisando dosis más elevadas para conseguir el mismo efecto y síndrome de
abstinencia que se presenta al dejar de tomar el fármaco, por ello hay que interrumpir el
tratamiento de forma gradual.
¿Qué valor le merecen las técnicas de relajación? ¿podemos encontrar el camino
nosotros solos o debemos recurrir a algún tipo de curso?
La relajación está especialmente indicada en los trastornos de tipo psicosomático y en
alteraciones donde la ansiedad y angustias provocan estos trastornos del sueño.
El objetivo fundamental de los métodos de relajación es que el propio sujeto controle la
activación de su sistema nervioso autónomo, pero para llegar a ello es conveniente
seguir tratamientos psicológicos que pueden ayudar a muchas personas, tanto en casos
de insomnio primario como secundario.
Los resultados indican que, en pacientes con insomnio primario, estas intervenciones
conductuales producirían mejoría sobre diversos parámetros del sueño en un 70- 80%
de los pacientes de forma duradera.
¿De qué manera actúan en nuestro sistema nervioso plantas como la camomila o
la tila, muy populares por su acción sedante.
Para los estados de ansiedad, nerviosismo y estrés podemos utilizar las flores del tilo y
hacernos infusiones de las mismas, alrededor de 10 g por litro y tomar entre 2 y 4 tazas
al día. Y se puede asociar con otras plantas como la manzanilla o como la valeriana,
que se conoce como la hierba de los gatos.
De ella se utilizan las raíces y tiene un olor desagradable característico debido a uno de
sus componentes activos, el ácido isovalérico.
La valeriana es un buen inductor del sueño y mejora la calidad del mismo, por lo que es
muy utilizada para el tratamiento del insomnio, angustia y nerviosismo.
Podemos tomarla en infusión o más recomendable por su mal olor en cápsulas, se debe
administrar al menos una hora antes de ir a dormir, ya que produce una cierta ansiedad
inicial que puede llevar a un sueño intranquilo.
También se puede asociar con otras plantas como la flor de la pasión, la melisa etc.
También podemos tomar medicamentos homeopáticos específicos para el tratamiento
de los trastornos del sueño, como son aquellos que entre estas plantas comentadas:
valeriana, pasiflora, lúpulo, lleven Coffea, es decir, café, pero diluido y dinamizado
precisamente para aquellas personas especialmente sensibles a los efectos del café. O
bien utilizar tratamientos homeopáticos para aliviar en esos estados de ansiedad y
nerviosismo.
¿Dónde podemos encontrar este producto de laboratorios PRAXIS?
Los medicamentos homeopáticos como Coffeaprax, Ansiprax o Relaprax los podemos
encontrar en las Farmacias, si en ese momento no los tienen, el farmacéutico los puede
pedir al laboratorio a través de su distribuidor habitual.
Y la valeriana en cápsulas la podemos encontrar tanto en las farmacias, como en las
parafarmacias como en las tiendas especializadas en herbodietética.
También existen medidas básicas a las que, en muchas ocasiones, no prestamos
la adecuada atención.
Con independencia de seguir un tratamiento farmacológico, fitoterápico u homeopático,
para combatir el insomnio es importante adoptar una serie de hábitos tales como:
- Mantener unos horarios regulares tanto de acostarse como de levantarse ya que las
personas con rutinas irregulares de sueño pueden alterar de forma significativa los
patrones normales de sus ciclos de vigilia-sueño.
- Realizar un ejercicio suave y regular durante el día, no vigoroso y próximo a la hora de
dormir.
- Un paseo relajante a última hora de la tarde favorece la conciliación del sueño.
- No consumir bebidas estimulantes como café, té, cola, etc., al menos no hacerlo
avanzada la tarde. El alcohol no ayuda a dormir y proporciona un sueño de mala calidad.
- Cenar al menos dos horas antes de acostarse y la cena no debe ser copiosa pero
tampoco demasiado pobre para no tener sensación de pesadez ni de hambre y
evitaremos las grasas, que persisten más tiempo en el estómago.
- Conviene no tomar las infusiones justo antes de irse a dormir porque hay posibilidad
de despertarse para ir a orinar.
Déjenos una última recomendación para esas noches en blanco, que todos
padecemos antes o después.
Podemos hacer una serie de acciones justo antes de dormir como tomar un baño
caliente, escuchar música relajante, leer, o concentrarnos en la respiración en tres
tiempos: inspiramos primero hinchando el abdomen, luego a nivel medio del tórax y por
último la parte más alta, luego exhalamos el aire empezando por la parte más alta, luego
medio y por último metiendo bien el abdomen.
Y volvemos a empezar otra inspiración profunda en estos tres tiempos: abdomen, tórax
medio y tórax alto y volvemos a exhalar.
Esto ayuda a relajar y a preparase para dormir.
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