A la distancia, mantienen viva una cultura jovial y ancestral Esclavitud

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La Plata, domingo 21 de mayo de 2006
Interés General
COMO VIVE EL PUÑADO DE CABOVERDIANOS EN LA ARGENTINA
A la distancia, mantienen viva
una cultura jovial y ancestral
Ya no se ofenden cuando hablan de su patria y les preguntan qué es eso. Deben explicar: Cabo Verde es un archipiélago en la inmensidad del
Atlántico, el séptimo país más pequeño del mundo, con apenas 400 mil habitantes. Hoy quedan 101 descendientes directos vivos en Argentina
“Si pateás una piedra encontrás un músico”
“Es la isla de mis antepasados, de ahí
trajo mi padre la música”. La frase es
de Cesaria Evora (foto), la caboverdiana más conocida en el mundo. Lleva
vendidos más de 4 millones de álbumes en todo el mundo, docenas de
discos de oro, 5 nominaciones a los
premios Grammy y conciertos ofrecidos en los cinco continentes.
Nació en agosto de 1941 en la ciudad
de Mindelo, en la isla de São Vicente,
en el seno de una familia numerosa.
Tras la temprana muerte de su padre y
un período de reclusión en un convento, Cesaria comenzó a cantar, motivada
por un ocasional amor adolescente que
tocaba la guitarra.
Ya conocida como la “diva de los pies
descalzos”, Cesaria comenzó a actuar
en el circuito de cafés y bares del puerto de Mindelo. En su repertorio estaban incluidos algunos de los más
importantes compositores locales, como Paulino Vieira, que al tiempo se
transformó en su director artístico.
Hoy alterna entre giras mundiales,
períodos de descanso en su isla natal
y más grabaciones. En su país es toda
una celebridad.
“Es la más conocida en el mundo, pero hay muchos músicos y muy buenos”,
dicen los integrantes de la Asociación
Caboverdeana de Ensenada. “Allá hay
una frase que los identifica: ‘Si pateás
una piedra encontrás a una músico’”,
agrega Paula Kalipoli, que regresó el lunes de Cabo Verde.
Antigua colonia portuguesa
Cuando, en el siglo XV los portugueses descubrieron el archipiélago de Cabo Verde, éste se encontraba deshabitado y sin vestigios
de presencia humana anterior a su
llegada. Se establecieron en São
Tiago, con la finalidad de utilizar
la isla como un punto de suministro para el comercio de esclavos
con Brasil y las Indias. Su naturaleza inhóspita nunca permitió a los
portugueses el establecimiento de
una colonia con una población
creciente, y siempre la pobreza
dominó la vida de la colonia.
Cuando en 1975 Guinea Bissau
consiguió la independencia, y poco
Custodio
Adriano Custodio Mendes
llegó en 1977 a La Plata desde
Cabo Verde. Triunfó en el
fútbol de Estudiantes y jugó en
otros 18 equipos profesionales.
después lo hizo Cabo Verde, el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde
(PAIGC) tomó el gobierno en ambos países y durante un tiempo estuvo en discusión la oportunidad o
no de la unificación de ambos en
uno único. Esta propuesta quedó
desechada en 1980, cuando, tras el
golpe de estado en Guinea-Bissau,
los caboverdianos se renombraron
el PAIGC, pasando a llamarse Partido Africano para la Independencia
de Cabo Verde (PAICV).
Los fracasos económicos de los
sucesivos gobiernos socialistas y la
presión de la oposición política llevaron al gobierno a cometer reformas políticas que acabarían en
las elecciones multipartidistas en
las que el Movimiento para la Democracia (MPD) arrebataría el poder político al PAICV.
El nuevo gobierno comenzaría el
desmantelamiento de la antigua
economía de orientación socialista
y su acercamiento a los países europeos. Sin embargo, los cambios
en la orientación económica no
han salvado a Cabo Verde de continuar dependiendo de la ayuda exterior, especialmente la que proviene de la Comunidad Europea.
Su política exterior desde entonces se ha guiado por mantenerse
como un país no-alineado, lo que
ha facilitado su participación como mediador en diferentes disputas internacionales.
Cuando Juan Fortes le habla a su
pequeño nieto Ramiro, lo hace en
kriol. El pequeño, de un año, sonríe y
parece entenderlo. Este hombre nacido en Cabo Verde (el séptimo país
más pequeño del globo, un archipiélago en la inmensidad del Atlántico
que se independizó de Portugal en
1975) hace todo lo posible para mantener vivo el legado de sus antepasados, el espíritu de su tierra y una cultura tan jovial como profunda.
Juan conforma el puñado de
caboverdianos que viven en nuestra región, básicamente en Ensenada, donde
está radicada la asociación que los nuclea, que este año cumplirá 79 años.
¿Kriol o Criol, cómo se escribe?, preguntó, curioso, el periodista. “Es lo
mismo; todavía no está definido”, responde, con una amplia sonrisa que deja ver su blanquecina dentadura Víctor
Días Monteiro, que llegó de la isla de
Santo Antao, una de las diez de Cabo
Verde, en 1979, junto a su hermana
María de las Mercedes, hoy la única
caboverdeana que vive en Bragado.
El kriol es la lengua (se niegan a llamarlo dialecto) que sobrevivió a la colonización portuguesa, y que los 400
mil habitantes de este país y los miles
que forman parte de la diáspora, sobre
todo en Portugal, Holanda, EEUU y
Brasil, defienden con uñas y dientes.
En Argentina, todos hablan un perfecto español, ante una imposibilidad
cuantitativa: son muy pocos los coterráneos en este punto del mapa. El último estudio que se realizó relevó a
101 descendientes directos en todo el
país (las dos colonias más importantes
están en Ensenada y Dock Sud). Pese a
ello, hacen malabares para no perder el
espíritu que transmitieron sus raíces.
¿Qué...?
Paula Carolina Kalipoli, 23 años,
presidenta de la Asociación y recién
llegada de Cabo Verde, está acostumbrada a que le pregunten: ¿Qué es eso?
¿Dónde queda? o, directamente: ¿Es un
país? Aunque muchas veces se fastidia,
esta nieta de caboverdianos entiende la
situación. “Es un país nuevo, con muy
pocos habitantes, desparramados en
diferentes, islas que sufrió hambrunas,
pero que nunca perdió su identidad”,
dice la maestra jardinera.
En Cabo Verde no hay
universidad. Pero es el
país con menor índice
de corrupción de Africa
y casi no hay delitos
Víctor, que se levanta los miércoles a
las 2 de la mañana para ver apenas
diez minutos de un noticiero que se
transmite a través de una señal africana de DirecTV con noticias de Cabo
Verde, acerca un dato que enorgullece
a emigrantes y descendientes, sentados en una mesa de la Asociación ubicada en Moreno 118. “Es el país con
menos índice de corrupción de Africa, donde la delincuencia prácticamente no existe”. Todos asienten.
Allá y aquí hablan de morabeza. “Es
la calidez que tienen para atender a alguien, para ser serviciales. En otras palabras, es la hospitalidad”, explica
Débora Fortes, que viajó a la tierra de
su padre en los primeros años de los
‘90, cuando aún había un vuelo barato
y regular de la línea rusa Aeroflot.
Hoy, llegar hasta la capital, Praia, es
un poco más difícil en términos económicos. Ya no quedan conexiones directas desde Buenos Aires. Primero
hay que ir a Brasil y, vía Fortaleza, llegar hasta el archipiélago, cuyo mayor
ingreso económico está constituido
por las remesas de los emigrantes.
Ojos rojos
Con sólo comprender la dimensión
del desarraigo y el drástico cambio
cultural, cada lector se puede ilustrar
lo que representa para estas personas
hablar de su tierra. Cuando Paula relata las experiencias y anécdotas de su
viaje (regresó el lunes último), a casi
todos los integrantes de la mesa se les
ponen los ojos rojos. A ella también.
“En todas las historias que me contaba mi abuelo, siempre había algo de
Cabo Verde. Por eso, cuando llegué,
mucho ya lo conocía. Es algo increíble. Una de las primeras cosas que hice fue buscar la casa donde vivía él.
Aunque nadie me sabía explicar cómo
llegar, sus relatos me guiaron. De repente, me la choqué en el número
129, como siempre me había dicho.
No podía parar de llorar”, comenta,
aún emocionada, Paula, hija de María
da Cruz, la tesorera de la entidad.
“Para nosotros es muy fuerte mante-
Esclavitud
En Ensenada. María da Cruz, Victor Días Monterio, Débora Fortes,
Paula Rodríguez Monteiro, Mercedes Días Monterio y Juan Ramos
No se sienten discriminados
Caboverdianos y sus descendientes
que viven en nuestra región nunca
se sintieron discriminados. “Hubo
casos aislados, sobre todo por
competitividad laboral, pero nada
grave”, dice Víctor Días Monteiro,
nacido en Cabo Verde. “Vemos que
discriminan a los provincianos o las
personas que llegan de países
limítrofes, a nosotros no”, dice María
da Cruz, hija de caboverdianos.
“Es más -continúa- tenemos una
gran demanda de gente de afuera
(de la colectividad) que nos pide que
hagamos fiestas, que la invitemos
a diferentes actividades”.
Recientemente, se realizó en Cabo Verde un congreso al que fueron convocados profesionales que
forman parte de la diáspora. Básicamente, fueron consultados para
ver qué podían ofrecer a esta nación los países en los que están radicados.
Hoy, Cabo Verde pretende exportar cascote, tierra y arena. Es un
país sumamente nuevo, con una
democracia incipiente.
Durante siglos oprimidos, algunos
caboverdianos creen que los primeros compatriotas llegaron a la Argentina en el
siglo
XIX,
como esclavos.
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