historiador - Revista de la Universidad de México

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JOSE LUIS MARTINEZ,
HISTORIADOR
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Por Raquel Barreda
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((Es el mejor prosista demi grupo -diJo Alí Chumacero enel homenaje aJosé Luis Martína porsur 70 años de vida-, un hombre quesumósiempre, con auténtica emoción, el conocimiento y la destreza expresiva, la continencia en elJuicio y el disfrute de lafrase hermosa, la
pasión por el arte y el dispendio de la amistad. "
Ni más exacta descripción, ni más poética semblanza pudehaber encontrado del maestro, de
ese hombre oriundo deAtoyac, Jalisco, quien con gran sensibilidad ha empuñado la pluma para
plasmar letras perdurables. .
Ampliamente reconocido como critico e investigador, José Luis Martína comenzó organizflr.do
la historia de nuestra literatura para después abocarse a la tarea de remover y avivar el cauce de
nuestra historia. Así, entregado con disciplina al estudio y a la investigación, ha deJado huella
con sur aportaciones que nos permiten acercamos a la más verídica interpretación de una historia
aún viva, que no deJa de i~fluir en nuestro seguir siendo.
Algunas de las obras en donde afloran sur conclusiones son: Literatura mexicana, siglo
XX, La expresión nacional. Letras mexicanas del siglo XIX , La emancipación literaria de México, Nezahualcóyotly Pasajeros de indias. Acercarnos a sur libros nospermite disfrutar elfino estilo con el cualel escritor va desencadenando las verdades y corrobora los
elogios que sur razonamientos han recibido.
No menos importantes sonloscargos que, paralelamente a su labor como escritor, ha desempeñado tanto en México como en el extranjero, cumbres -hemos de reconocer con orgullo- desde
donde suracciones hantrascendido. Podemos mencionar entre ellos: la representación diplomática
de México en la UNESCO, en el Perú y en Grecia; las direcciones del INBA, del Fondo de
Cultura Económica, y actualmente la dirección de la Academia Mexicana de la Lengua.
José Luis Martínez se encuentra en estos momentos dando fin a un proyecto importantísimo,
iniciado hace cinco años, y que consiste en una investigación a fondo sobre Hemán Cortés y en
una extensa recopilación de documentos cottesianos -309 que se presentan y 100 más que se
mencionan-, obras que permitan, como él mismo lo ha confesado, "escapar a lasdos limitaciones: lasperspectivas hispanista o indigenista, sumando ambas sin preJuiciosy recogiendo lostestimonios deunay otra posiciones, con un afánpuramente deconocimiento queevite cualquier divagación, intuición o emisión deJuicios previos -tanto condenatorios como de exaltación- de un
personaJe que sigue siendo uno de losnudos de nuestro serhistórico; dealguien, porcuya decisión
-buena·o mala, Jurta o inJurta-. México es la nación que es ahora. "
El proyecto tiene como coeditores a la Universidad y al Fondo de Cultura Económica y será
publicado a finales del presente año.
El tema delque conversamos esla metodología de la investigación histórica, el camino a seguir
por quienes desean aproximarse más a la verdady descubrirla en el laberinto de los testimonios
existentes.
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(:):
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I
¿Cuál es el mé todo de trabajo que debe
seguir un investigad or en historia?
El método de trabajo en la historia es diI.C' ficil, riguroso y amplio. En principio, es
indispen sab le que el investigad or tenga
un conocimiento previo general del asunto a trata r y es recomendable q ue, a pesar de qu e do mine el cue rpo principal de
.la obra, vuel va a realizar lecturas detenidas , espaciosas y profund as de los documentos en cuestión, y que al mismo
tiempo va ya ha ciendo notas d e todos los
aspectos biográficos, históricos, lexicográficos, etcétera, que en cue nt re . Después
de obt enidos estos apu n tes es importante parcelar el tema y separarlo en secciones para no ah ogarse en el conj unto. La
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elaboración d e cada parcela o capít ulo,
o sea la organización de la obra, se realiza a part ir de la confrontación de los datos obtenidos de los documentos originales, combinándolos con las propias
anotaciones y con el diseño general . No
se pu ede perder de vista que los capítulos tienen qu e encajar y conservar una secuencia lógica de n tro de un conj unto.
La norma ineludible es recurrir primero ¿Cómo eliminar la subjetividad? ¿Cóa los testimonios directos de quienes pre- mo reconocer cuando los hechos han sisenciaron los hechos o estuvieron muy do alterados?
cerca de ellos, sufriendo pocas interferencias; lo que nos puede dar indicios de ver- La subjetividad nunca puede eliminarse;
dad y verosimilitud. Todo esto lo pode- es necesario tender a la mayor objetivimos recabar en documentos, constancias, dad posible, pero una objetividad pura
pruebas, testimonios. . . Posterionnen- no se puede alcanzar nunca. No estamos
te , pueden consultarse las fuentes secun- absueltos y podemos equivocarnos aundarias que son referencias de apoyo, in- que tengamos buena fe. Muchas veces igterpretación , ilustración u ordenación noramos hechos importantes que podrían
pero que son menos confiables. Estas abrir camino en la investigación, o bien
fuentes secundarias son los comentarios los interpretamos erróneamente.
o exposiciones de quienes no' tuvieron
participación inmediata ni directa en el ¿Para qué se escribe la'historia? ¿Cuál
tema. No existe otro tipo de apoyo para es la finalidad que debe perseguir un
el conocimiento que las fuentes primarias investigador?
y no hay más constancias de los hechos
qu e las que ellas proporcionan. Después Ésta es una cuestión larga de considerar.
de contar con todo este cúmulo de infor- Muchos creen que la historia se escribe
mación, es necesario hacer una interpre- para confirmar determinados hechos o intación inteligente, razonable y convincen- terpretaciones, lo que sucede sobre todo
te de los hechos, yen fin, exponerlos con con las historias dogmáticas. Yo pienso
elegancia , claridad y atractivo para el lec- que la historia debe estar hecha para ilutor , lo que les dará mayor expresividad minar y aclarar los hechos del pasado, y
y viveza .
con imparcialidad, nos gusten o no. A ve-
¿El un p r oced im iento personal el que
le l igue ?
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I
Es un procedimient o comú n y a la vez
personal . En gene ral los historia dores
-sobre todo los del Co legio de MéxicO-, lo qu e hacen es redu cir a fichas sus
lectu ras y clas ificar los temas sociales,
económicos, religiosos , de cost umbres,
etcéter a , qu e tien en algún interés para
ellos.
¿El fácil perderse en este mundo de informació n ?
El problema es que el historiador tiene
que saberlo todo al mis mo tiempo y retener en la memoria la información de los
ante ced entes y refere ncia s del tema; debe
recordar quién hizo tal denuncia o afirmación , cuáles fuero n las circunstan cias
existentes, y quiénes fue ron las personas
impl icadas en la materia .
El diñcil el ac ceso a la hiltoria, ya que
la puerta de entrada no eltá muy alejada de la ficci ón o de la fibula. ¿Cómo
elegir las fuentes adecuadas para acercarnos más a la objetividad de un pasado determinado , inmediato o muy
remoto?
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Fot0K!afías de Nadia Shehadi
ces quisiéramos que las cosas hubieran
sido de otra manera, pero los hechos son
tercos y siguen ahí; el investigador debe
encontrar cuál es el peso mayor de su posible realidad, e ir limpiando las escorias
que encuentre. Lo honesto y lo justo es
presentar los testimonios existentes aunque sean contradictorios, para que el lector experimente también la duda y opte
por la versión que le parezca más certera.
Además de ser objetivo e imparcial,
¿qué otras responsabilidades tiene el
historiador?
Debe ser también persuasivo, claro e interesante, y en lo posible -a pesar de la
densidad, oscuridad o monotonía del
tema-, su exposici6n debe ayudar al lector a un conocimiento real del pasado.
Un investigador no debe nunca repetir
nada de segundas o terceras manos y está
obligado a confirmar cualquier referen- .
cia aunque parezca muy segura o confiable; al confrontar con los documentos originales, siempre hay sorpresas que nos
enseñan algo nuevo e iluminan nuestro
conocimiento. La interpretaci6n perceptiva y penetrante de los hechos es un requisito ineludible.
¿En qué grado se debe considerar el
contexto mental de la época?
Es necesario y primordial tomar en cuenta el contexto. En todas las épocas hay
ideas, costumbres, tendencias, prejuicios,
formas de pensar, que influyen en las
concepciones de las cosas y en el accionar frente a los hechos. Siempre encontraremos, frente a la misma realidad, a
quien .considera lícita una actitud y a
quien la condena absolutamente porque
la ve como un crimen o como algo denigrante. Es importante recordar esa doble
coyuntura mental. Cortés mismo tuvo
esa duda, que manifest6 cuando en su
Testamento orden6 a su hijo devolverlo
todo si se llegaba a precisar que era injusta la conquista que había hecho.
¿Existe un perfil del historiador?
El historiador se da a trabajos inconcebibles por el simple gusto de sentir que
ha hecho su tarea con el mayor rigor, precisi6n y honestidad posible y, si cabe, con
¿Cuándo puede o debe emitir su juicio
el investigador?
No se debe juzgar a priori. Hay muchos
libros hechos para exaltar o denigrar;
pero eso es un trabajo seudohist6rico,
poco confiable y bueno s610para quienes
están movidos por intereses ajenos a los
intereses hist6ricos.
Al avanzar en la investigación, ¿puede ésta tomar otro cauce?
El historiador debe estar abierto a cualquier sorpresa en el conocimiento del personaje que estudia y que desearía tuviera determinadas características, o de
cierto suceso del que ya tenía una concepci6n previa. Los hechos se deben registrar tal y como son sin guiarse por imágenes preconcebidas, de la justicia o de
la injusticia, del malvado o del mártir que
en un momento dado dejan de serlo. En
la historiahay muchas personalidades polifacéticas o volubles que de repente se
presentan con otros matices que desconocíamos y que nos dejan pasmados.
Luis Martrnez
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _José
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alguna brillantez y seducci6n en su estilo. La consistencia en la búsqueda de informaci6n es vital y muchas veces abrumadora, ya que es necesario afrontar
largas gestiones y trámites que pueden fácilmente desesperar, y luego transcribir
y leer papeles mon6tonos e interminables.
Sería muy c6modo rehuir los obstáculos
y prescindir de cierta documentaci6n o
informaci6n, aunque interrumpa o limite el trabajo; pero el reto es superar todos los problemas sin ponerse trampas a
sí mismo y con la mayor paciencia y rigor posibles.
¿Un hombre puede cambiar el cuno de
la historia?
Los hombres han cambiado el curso de .
la historia todo el tiempo. Decía Maquiavelo que el azar o la fortuna pueden determinar la mitad de nuestro destino,
pero que la otra mitad va a depender de
nosotros. Cada uno tiene un papel grande o pequeño en esa modificaci6n de cada
día de las circunstancias y la historia.
¿BemOl aprendido 101 mexicanol a erecer con nueatra hiltoria?
Somos un pueblo mestizo con un origen
doble y que tenemos hac e tiempo una
identidad propia. Lo que me preocupa es
que no hemos logrado la imparcialidad
histérica, no creemos que cinco siglos
sean suficientes. AjoBé Moreno Villa le
llamaba la atenci6n que en México toda
la historia, todos los personajes -desde
Cortés, Cuauhtémoc, Maximiliano, don
Porfirio- siguen siendo cosas vivas y no
hechos hist6ricos. A los españoles nunca
se les ocurriría sentirse ofendidos por los
musulmanes, siendo que los árabes estuvieron siete siglos en España. Los franceses tampoco tienen este sentimiento
proque les quemaron a Juana de Arco.
Son hechos del pasado que deben conocerse bien pero que no deben estorbar el
presente. Ya es hora de hacer la digesti6n de Cortés y de la historia. Hay que
dejar de pensar en él como alguien que
nos hizo un agravio y a quien tenemos
que seguir considerando con rencor, o lo
contrario. Es cuesti6n de paciencia y de
tiempo, y de no exacerbar gratuitamente nuestras posiciones dogmáticas, que
nos sirven para entretenemos pero que
no nos hacen conocer mejor las cosas. ~
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