1) EL PORQUÉ DE UN PACTO DE CONVIVENCIA. El deterioro de los principios de convivencia en Colombia, tiene profundas y complejas raíces históricas y políticas que se expresan a través del desconocimiento de los derechos ciudadanos en general, muy especialmente de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Nacional y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En las instituciones educativas se reproducen las tensiones, los conflictos y las prácticas de la sociedad en la cual están insertas. Un pensamiento autoritario como el que imparten las instituciones obstaculiza el diálogo y la solución a los conflictos. Las instituciones educativas forman a los ciudadanos en la práctica de su vida escolar y en la manera como se organizan las relaciones entre los distintos estamentos de la Comunidad Educativa (estudiantes, profesores, padres y madres de familia, exalumnos, etc.). Es decir, en la forma como se comporta la institución respecto al poder. Las instituciones educativas, pueden sobre todo ser espacios democráticos; vivir la educación democráticamente, democratizar el poder, propiciar la participación real a través de la planificación, la gestión y seguimiento del Gobierno Escolar, no en protagonismos espontáneos o en simuladores de participación. Si las instituciones educativas propician la participación real de los estamentos de la Comunidad Educativa en los asuntos fundamentales de la vida escolar, estarán formando ciudadanos para la democracia y la convivencia pacífica. Los derechos humanos deben ser un límite al poder y al autoritarismo que los maestros (as) ejercen sobres los estudiantes. Así mismo los derechos humanos exigen reciprocidad con los deberes para que se le dé sentido a la convivencia pacífica. Si las instituciones educativas construyen una pedagogía de la negociación y la resolución de los conflictos, estarán trabajando para la convivencia democrática pacífica, y si aplica las concepciones y mecanismos operantes de justicia estarán desestimulando decididamente, todas las manifestaciones de violencia que se dan en su seno. Una de las vías para construir la convivencia en nuestro país, tan agrietado por la violencia y la violación de los derechos fundamentales, es asumir un compromiso colectivo, plasmado en un acto de convivencia que permita de manera crítica y creativa interiorizar los principios democráticos y los derechos humanos y busque articularlos a la vida cotidiana de maestros, estudiantes, padres y madres de familia, directivos docentes y egresados, como fundamento de la vida digna. 2) PROPÓSITO DEL PACTO DE CONVIVENCIA. El propósito del pacto de convivencia es la regulación de las relaciones entre todos los estamentos de la Comunidad Educativa. La convivencia plantea el debate, la participación, la concertación de los principios y normas de tal regulación, en condiciones de racionalidad. EL PACTO DE CONVIVENCIA quiere construir un nuevo sentido, una nueva forma de proceder, de estar en relación con otros, unas relaciones en las que se pueda concertar o pactar, sin negar al que piensa o actúa diferente. EL PACTO DE CONVIVENCIA, propone negociar y pactar mejores formas de relacionarse y solucionar los conflictos, por ello se construye con la participación de todos los actores y protagonistas de la vida escolar, e igualmente es para todos los estamentos de la Comunidad Educativa. Este pacto de convivencia no es una propuesta terminada. Es ante todo una práctica. Por lo impredecible de la condición humana, es un proyecto de acción que propende por la formación de seres humanos íntegros, comprometidos socialmente en la construcción de un país en donde los modelos autoritarios de convivencia cotidiana y de enfrentamiento de los conflictos que llevan a la exclusión del contrario, sean erradicados. Por haberle apostado a la democracia en la institución, se propone una movilización institucional permanente que facilite la confluencia de voluntades y esfuerzos de todos los estamentos de la Comunidad Educativa para formar seres humanos con capacidad de discrepar y argumentar sin emplear la fuerza, respetando convenios internacionales tales como el Derecho Internacional Humanitario (DIH). 3) FUNDAMENTO NORMATIVO DEL PACTO DE CONVIVENCIA. El presente pacto de convivencia, se atempera al mandato que en materia educativa, señala la Constitución Política de Colombia de 1.991 principalmente en sus artículos 11 a 41, 45, 67, 68, 85, 86, 93 y 94. La Ley 115 del 8 de febrero de 1.994, especialmente en los artículos: 1, 2, 6, 7, 10 al 15, 20, 21, 23 al 28, 31, 32, 36, 40, 50, 64, 80 al 82 y 85. El Decreto 1860 del 3 de agosto de 1994, en este destacan los artículos: 17 a 32 y 47 a 56. El Código del Menor o Decreto 2737 de 1.989. La prevención de la drogadicción que retoma la fundamentación de la ley 30 de 1.986 y el Decreto reglamentario Nº 3788. El Decreto 1108 del 31 de mayo de 1.994, mediante el cual se reglamenta el porte y consumo de estupefacientes y sustancias psicotrópicas. El Código de Policía vigente en sus artículos 16 y 17, la Ley 18 de 1.991 en sus artículos 23 y 25 Y el Código Sustantivo del Trabajo, especialmente en sus artículos 38 y 40. De la manera como está organizada la institución, en cuanto a líneas de autoridad y formas de comunicación. El Decreto 2277 de 1.979. Modificación de los capítulos II y III del Decreto 1860. 4.) PRINCIPIOS PARA LA CONVIVENCIA PACÍFICA DE LA COMUNIDAD DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA SIMÓN BOLÍVAR. El presente PACTO DE CONVIVENCIA, más que un conjunto de normas, es un conjunto de principios, que permiten crear espacios tendientes a desarrollar una eficiente convivencia, entre los miembros de la comunidad educativa. La democratización de la convivencia escolar tiene como principios los siguientes: - La promoción y la cualificación de la participación democrática de los integrantes de la comunidad educativa en los órganos del gobierno escolar. - La creación de oportunidades para el desarrollo de las competencias ciudadanas. - La promoción de los derechos y deberes de los integrantes de la comunidad educativa. - La reformulación colectiva del pacto de convivencia. - La conformación y puesta en funcionamiento de los comités institucionales de resolución pacífica de conflictos.