El drum and bass en el espacio festivo

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El
drum and bass en el espacio
festivo
JAVIER PAREDES FIGUEROA
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Resumen
◦El presente artículo corresponde al tercer capítulo de la tesina titulada El drum
and bass en Chile: un enfoque del disc-jockey como reinterprete musical, presentada a fines
del año 2008 como finalización de la carrera de musicología. Se trata de un recorrido
etnográfico por la escena nacional de drum and bass, en el cual se abordarán aspectos
estéticos, culturales e ideológicos de dos fiestas importantes realizadas en Santiago: Rewind
y Jungle Soldiers. Posteriormente se analizará la fiesta electrónica desde su dimensión
espacial y temporal, considerando la preparación del espacio festivo tanto funcional como
simbólicamente; así como los sucesos en el transcurso de la fiesta en cuanto ritual.
Transversal a este análisis se abordarán tanto la figura del DJ –como agente musical que
construye la fiesta a través del set- como la del público asistente que experiencia la fiesta
simbólica y corporalmente.
◦Palabras clave: drum and bass – Disc jockey – fiesta electrónica – espacio festivo
– junglist
Abstract
◦This article is the third chapter of a Dissertation entitled “El drum and bass en
Chile: un enfoque del disc-jockey como reinterprete musical”, originally presented as the
final Bachelor of Music examination (Musicology Pathway) in 2008. It is an etnographic
approach to the drum and bass national scene, focusing on two Parties (Fiestas) that took
place in Chile: “Rewind” and “Jungle Soldiers”, and covering aspects such as cultural
impact, aesthetics and ideological implications. It also covers the temporal and spatial
dimensions of the Electronic Dance Party, considering the functional and symbolic aspects
of the “festive place”, as well as all the events taking place during the “ritual”. This analysis
will also focus and refer to the DJ as the musical agent in charge of building the party
through his DJ set, and to the "audience" as the object that experiences the live party in a
symbolic and corporal way.
◦Keywords: drum and bass – Disc jockey – electronic dance party – festive place –
junglist
El drum and bass corresponde a un género de música electrónica de baile que surgirá en
Inglaterra a fines de la década de 1980 bajo el nombre de jungle.1 Musicalmente se
caracteriza por preferir la sonoridades graves, expresadas en una línea de bajo robusta con
1
Si bien existe discrepancia entre los DJs sobre la relación estético-musical que representan estos dos
términos, se ha decidido englobarlos bajo el nombre drum and bass, dado que es posible percibir una
continuidad estética en ciertas características musicales.
un fuerte carácter percusivo; los ritmos sincopados2, que podemos apreciar en los breaks
-samplers de batería, habitualmente fills3–; y el tempo acelerado, en general por sobre los
160 rpm.
La llegada de este género a Chile se producirá durante la primera mitad de la década de
los noventa, en medio de una oleada de música electrónica de baile, de las cuales el techno
y el trance alcanzarán mayor popularidad en el ámbito nacional. En el caso particular del
drum and bass, serán los DJs Roach y Fat Pablo –Franklin Roach y Pablo Sepúlveda–,
quienes desde Inglaterra –país donde vivían– importarán el género a los clubes de Santiago,
espacios que hasta ese momento desconocían la cultura DJ y no contaban con el
equipamiento necesario para el buen desarrollo de su performance musical. En 1999 el
drum and bass será parte constituyente del carrete –término que podemos entender como
fiesta juvenil– capitalino y comenzará a ser conocido en regiones gracias a la radio Zero y
su conductor Pato M.
La consolidación definitiva del género en Chile estará representada por la fiesta
Trilogy (2001), organizada por Fat y Roach, la cual contó con más mil asistentes –la
asistencia habitual rara vez superaba las 80 personas– y con la participación de un pionero
en el género: DJ Suv. A dos años de Trilogy, el drum and bass habrá logrado posicionarse en
la escena santiaguina con fiestas semanales realizadas en lugares como el Galpón 9, Teatro
Italia, el club Super Salón, permitiendo la proliferación de DJs y MCs 4. Para el año en que
se realizó la tesina (2008), los DJs notarán un decaimiento de la escena nacional de drum
and bass: la negativa de muchos locales a incorporar fiestas de este género será evidencia
suficiente para ellos. Con todo, el drum and bass ha logrado dejar huella en el ambiente
carretero de Santiago; aunque se ha reducido la oferta de fiestas del género, aún hoy (2011)
es posible asistir a alguna de ellas.
Introducción: fiestas drum and bass en Santiago de Chile
2
Musicalmente la síncopa se entiende como un acento en tiempo débil, lo que produce una sensación de
quiebre rítmico, dado que se opone al acento métrico.
3
Pasaje o puente musical que en el caso de la batería sirve para unir o candenciar frases, en ciertos géneros
musicales suele ejecutarse con cierta soltura rítmica, con carácter de solo.
4
Las siglas MC tienen dos acepciones: mic controler o master ceremony. En cuanto agente musical se
desempaña acompañando al DJ con rimas y canto, a su vez anima al público y anuncia sucesos de la
performance como el rewind –técnica que explicaré más adelante–.
Rena: “alguien me puede decir donde hay las mejores fiestas
de drum n bass en Santiago?”
Roach: “[…] si estás en Santiago creo que deberías ir a La
Fábrica los jueves donde se están realizando las fiestas
Rewind, también está la opción de ir a Jungle Soldiers los
sábados.”5
Desde su llegada a Chile, el drum and bass se ha circunscrito a los espacios urbanos
destinados y reconocidos por los jóvenes para el carrete, siendo los más destacados: Barrio
Bellavista, Barrio Suecia, Irarrázabal, Santa Isabel y las inmediaciones a la Plaza Italia;
todos, lugares de alta concurrencia juvenil de clase media y estudiantes universitarios. Así,
el circuito nacional de fiestas drum and bass surge y se desarrolla principalmente en la zona
central de la región Metropolitana, a diferencia del periférico nacimiento que tuvo en su
lugar origen, Inglaterra. Para el año 2008 se reconocen al menos dos fiestas del género bien
establecidas y con tradición en la ciudad Santiago: Rewind y Jungle Soldiers.
Ilustración 1: Fiesta Jungle
Soldiers en el Club Bucarest
5
Conversación extraída de la sección foro del sitio Nación Drum and Bass. Roach es uno de los DJ más
influyentes en la escena drum and bass nacional, quien junto a DJ Fat Pablo importarán a Chile el género
desde Inglaterra a mediados de 1990. Rena es una junglist (término para referirse a los aficionados de este
género).
Ilustración 2: Fiesta Rewind en
el Centro Arte Alameda
De ambas fiestas, Rewind –producidas por DJ TheEgo, Diego Fernández– será la más
masiva, por el contrario, las fiestas Jungle Soldier –producida por DJ Back Soul, Cristian
Ramos– se verán obligadas a itinerar por distintos clubes de la capital. Las diferencias
cuantitativas y cualitativas del público que asiste a ambas fiestas puede entenderse al
constatar las diferencias estéticas entre ambas, las cuales tienen relación con dos ideologías
distintas respecto a lo que deben ser las fiestas y la escena drum and bass. En cuanto Black
Soul prioriza una concepción underground de la fiesta, pues cree que bajo esta cosmovisión
atraerá a un público más fiel e identificado con la escena, el organizador de Rewind
considera que lo importante es ofrecer un momento de entretención al público y dar a
conocer este género.
Tal dicotomía ideológica en torno a la realización de las fiestas no se queda solo en el
discurso, sino que se ve reflejada a través de medios visuales, como los afiches que
publicitan ambas fiestas. Estas diferencias, pueden vincularse con la existencia de dos
estéticas contrapuestas en los comienzos de las raves inglesas, según Simon Reynolds: una
ligada al movimiento happy harcore y su cosmovisión pre-adolescente, representada en un
imaginario infantil; la otra, llegada con el hip-hop y su estética gansteril urbana/militarista
y la incorporación de samplers de películas de terror y guerra (40–41). El mismo nombre
“Jungle Soldiers” evoca un entorno salvaje y militar.
Ilustración 3: Afiche Jungle
Ilustración 4: Afiche
Las diferencias entre ambos afiches son evidentes: el uso del negro y las tonalidades
oscuras presentes en el afiche de la izquierda, evocan los subterráneos underground, la
decadencia, la guerra; en contraste, el uso de colores complementarios como el verde y el
púrpura, pero contrapuestos, irradian luz y vida. Las líneas utilizadas en los dos afiches –
tanto de la tipografía como del diseño en general– también difieren: por un lado, las líneas
rectas de Jungle Soldiers dan una sensación de solidez, seriedad, masculinidad; y por otro,
las líneas curvas del afiche de Rewind dan la impresión de dulzura, gracia, algo casi
infantil, feminidad.
Las particularidades estéticas e ideológicas presentes en el discurso y la imagen, se
trasladan también a lo musical. De esta forma, ambas fiestas tienen orientaciones estéticomusicales distintas: Jungle Soldiers incursionará más en la música de estética hardcore;
Rewind lo hará más en la estética ambient.6 Esto es algo reconocido por los DJs nacionales
de drum and bass, como lo reflejan algunos post en el foro de Naciondnb que publicita la
fiesta Rewind (NacionDNB). Cuando uno de los usuarios pregunta a Robimess si tocará un
drum and bass más hardcore, este responde: “–No sé, para que vuelva un noche hardcore
tendría que volver jungle soldier… pero weon, este día haré algo así bien neuro [neuofunk]
de empeza’ y terminará hardcore, en vola’ positiva, si responden bien [el público], hasta su
brainwash [lavada de cerebro] se ganarían”. En el mismo tema, el productor de la fiesta –
DJ TheEgo–, refiriéndose a la invitación de Robimess y contestando a quienes señalan que
en estas se toca música muy suave, comenta: “–Wena robi [Robimess], brainwash! ya, hoy
pa’ los que dicen que ponemos pura bosanova [refiriéndose a un subgénero drum and bass
más suave]”. No obstante, la respuesta del público que asiste a Rewind no siempre es poco
receptiva hacia los subgéneros más duros, lo que relativiza la idea que en estas fiestas solo
se toca música de estética ambient. Así lo demuestra un mensaje del mismo Robimess en el
sitio Web de la fiesta: “–Sí, estuvo buena la fiesta, prendia’ y llena hasta el final, yo lo pase
bien tocando y vacilando como todos jejejee… y lo del slam [baile que consiste en saltar y
chocarse] wujajaja si kache, yo tb dije que onda, si no era pa’ tanto jajajajajaja”
(NacionDNB). Se puede constatar que entre las dos fiestas abarcan gran parte del espectro
musical del drum and bass. La tendencia hacia el hardcore presente en las fiestas Jungle
Soldiers, demuestra el tipo de público a la que está dirigida: posiblemente a uno con mayor
competencia musical en el género, y por tanto, según Black Soul, más comprometido con la
escena. De modo diferente, las preferencias de subgéneros ambient en las fiestas Rewind,
manifiestan el interés por masificarse, abriéndose a un público menos especializado, lo que
conlleva a la selección de subgéneros de audición más fácil.
Finalmente, cada fiesta muestra un aspecto cultural diferente: lo urbano y lo suburbano.
Esta dualidad, señalada por Benjamin Noys, vincula a este género con lo urbano a través de
la sofisticación tecnológica; y a lo suburbano, por medio de una relación con la clase
obrera, considerada anti-sofisticada (325–326). Como se puede apreciar en la ilustración 2,
las fiestas Rewind exhiben una sofisticación a través del empleo de tecnologías como luces
láser o el VJ –videojockey–. Por el contrario, Jungle Soldiers –ilustración 1– utiliza
6
La distinción entre hardcore y ambient o funk dice relación a dos cualidades sonoras opuestas, según lo
perciben los propios participantes de la escena. Así, ambient se refiere a los géneros de Drum and Bass con
una textura sonora menos densa; y hardcore a géneros saturados en armónicos y por lo general de estructura
más compleja.
medios mucho menos sofisticados en su producción, desde los adornos hasta el reducido
espacio en que se realiza, con lo cual reconstruye una estética underground que parece
satisfacer sus intenciones. Así, las dos fiestas en su conjunto ofrecen a la juventud
santiaguina una posibilidad más abarcadora para experienciar el drum and bass.
El espacio festivo
Según Mircea Eliade, “[…] es [la] reintegración del Tiempo original y sagrado lo que
diferencia el comportamiento humano durante la fiesta del comportamiento de antes o
después” (53). Como bien constata la cita, la realización de la fiesta es un momento
especial, pues nos saca de nuestra cotidianidad: “en la fiesta se celebra, pues, algo
excepcional, algo que tiene un valor especial: lo otro” (Steingress 51). En el ámbito de la
cultura rave esto se entiende bajo la metáfora del viaje, pues entrar en una fiesta electrónica
significa emprender un viaje desde lo cotidiano a lo extraordinario a través del baile, la
música, el entorno visual y, para algunos, también las drogas. Ya sea para desvincularnos de
las exigencias de la vida moderna o para rememorar el mito del origen, la fiesta, es una
manifestación humana presente en diversas sociedades y desde tiempos muy remotos.
Una cuestión a considerar es que para poder entrar en la mecánica de la fiesta, para
poder vivirla, se necesita una actitud especial que nos permita romper con nuestra
cotidianidad, y así, poder dejarnos llevar por el funcionamiento de la fiesta. Para que esto
tenga resultado se deben realzar distintas funciones –la presencia, el desorden y el exceso,
especialmente de tiempo– y suprimir otras –el discurso, la norma y el trabajo en cuanto a
producción económica– de modo tal que quienes participan en la fiesta generen una actitud
festiva. Una de las formas para distanciarnos de lo cotidiano, y por ende favorecer la actitud
festiva, la encontramos en la preparación del espacio. Con este fin confluyen todos los
elementos de la fiesta. Así, por medio del decorado, entendido como algo fundamental para
crear un entorno festivo, se realza una tripartición física y simbólica del espacio en cada
local: el sector de la barra, la pista de baile y el escenario son re-significados (más sobre el
espacio festivo, ver: de Matta).
El sector de la barra no es solo un espacio de venta de alcohol y agua, sino también, un
punto desde el cual se puede observar y conversar con amigos; en algunos casos está
provisto de asientos, convirtiéndose así en lugar de descanso –la pista de baile también
puede estar provista de asientos al costado–. Simbólicamente, es el lugar donde se enfatiza
la comunicación discursiva y un comportamiento menos activo, también donde se prepara
la desinhibición antes de entrar a la pista de baile. Aquí el individuo se sitúa entre lo
cotidiano y lo festivo.
Ilustra
ción 5: Club Bucarest
La pista de baile es un espacio abierto que favorece el buen desenvolvimiento de los
bailarines; generalmente en penumbra, con luces estroboscópicas o con simples focos en
movimiento o titilantes que pueden estar dirigidas hacia el público y/o al DJ; en fiestas
como Rewind se utilizan luces láser capaces de diseñar figuras abstractas de contornos bien
definidos y en movimiento. El uso de las luces tiene directa relación con la generación de
sensaciones en los asistentes, la idea es que se diluyan los contornos, reforzando nuestra
enajenación de lo cotidiano y proporcionando un mejor viaje a los asistentes. Un tipo de
decoración más convencional –pues considero el uso de las luces como parte del
decorado–, es la intervención concreta del espacio físico por medio de objetos. En el caso
de las fiestas Jungle Soldiers se utilizan géneros con diseño de camuflaje militar que van
puestos en los pilares y en la mesa donde está el equipamiento del DJ –para que parezca
jungla, me comenta Cristian–; en Rewind, se colocan unos cilindros de género huecos de
los cuales emana una tenue luz azulosa proveniente de un tubo de neón.
Musicalmente, podemos señalar que los altoparlantes se encuentran en la periferia de la
pista de baile tratando de rodear al público y siempre con la bocina apuntando hacia ellos –
aunque a veces pueden ir sobre el escenario, seguirán apuntando hacia la pista–. Al igual
que las luces, el uso de la estereofonía, el paneo y la posición de los parlantes, sumado a los
efectos como el delay o de espacialidad –por medio de la manipulación de frecuencias–,
estimulan nuestro sentido auditivo, provocando alucinaciones de ese tipo y facilitando la
configuración de una actitud festiva.
Finalmente el escenario, lugar donde trabaja el DJ. Si bien este espacio puede ir
decorado, los elementos principales que encontramos aquí corresponden al equipamiento
necesario para su
performance musical: tornamesas –análoga y/o digital–, mesa
mezcladora, monitor –altavoz que proporciona retorno de la señal de audio al DJ–; el rack –
contenedor de equipos como el ecualizador y amplificador–; y la mochila con discos que el
DJ trae consigo. Ahora, el escenario no siempre será un lugar de exclusividad del DJ, en la
ilustración 5 puede apreciarse cómo lo comparte con el MC, quien circunda al DJ.
Desde el punto de vista de la performance musical se puede apreciar una bipartición
tradicional del espacio: un sector donde se ubican los destinatarios y otro donde se
encuentra los agentes musicales. Esto es algo que considero importante, pues delimita el
accionar de cada participante en la performance, asignándole papeles que son asumidos
implícitamente por cada uno de ellos. Por el momento, es suficiente con tener presente esta
segmentación que produce el espacio entre los participantes de la fiesta. Luego se abordará
con mayor detención este tema.
Preludio: antes de la fiesta
La preparación de la fiesta descrita en esta sección corresponde a la observación
participante llevada a cabo el 12 de marzo del 2008 en la fiesta Jungle Soldiers desarrollada
en el Club Boomerang. El preparativo de la fiesta, a cargo de DJ Black Soul, puede
dividirse en tres fases: la decoración del recinto; la instalación y revisión de equipos; y la
prueba de sala. De las tres fases mencionadas, la más importante es la prueba de sala y será
sobre la cual me explayaré a continuación (para mayores detalles sobre la instalación de los
equipos, ver: Broughton and Brewster).
Una vez armada toda la maquinaria, se realiza la prueba de sala, que corresponde a la
revisión del funcionamiento del equipo en su conjunto. La primera etapa está destinada a
examinar las tornamesas y su funcionamiento, a su vez se verifica la calidad del sonido que
saldrá por los altoparlantes, con especial atención en los sub-bajos. La preocupación por la
frecuencias graves tiene vital importancia para la cultura drum and bass –así como para
gran parte de los géneros de música dance–, al punto que se transforma en un referente para
la valorización de la música. Las cualidades sonoras que se esperan del bajo en la fiesta son
una presencia y robustez que llene la sala, que sea definido en el sentido que no se diluya
en medio de la textura musical y que no se sature. Para finalizar, Black Soul deja una
tornamesa reproduciendo música para recibir a los junglist que van entrando a la fiesta, en
este caso se trata del subgénero ambient o atmospheric. Mientras tanto, comprueba el buen
funcionamiento de las luces y coloca algunos inciensos por el local. Como se puede ver, la
preparación del equipamiento está especialmente dirigida a minimizar los riegos que
perjudiquen la performance y, por ende, la experiencia de los junglist.
Mientras el DJ prepara los equipos y el espacio festivo, la gente comienza a llegar al
recinto. Por lo general el público llega alrededor de la media noche, aproximadamente una
hora más tarde del comienzo estipulado por la organización. Esto parece ser una constante,
según señala Black Soul: “Esa idea [de empezar más temprano la fiesta] siempre ha estado,
pero nunca llegan más que un par de personas antes de las 12…” (NacionDNB). El atraso
de los asistentes determina la salida del primer DJ, pues para ellos no tiene mucho sentido
subirse a pinchar discos si no hay junglist en la pista de baile.
Durante la fiesta
El recibimiento del público siempre incluye música, ya sea un disco que se ha dejado
reproduciendo o el primer DJ de la noche abriendo la fiesta. La diferencia entre estos dos
casos es de carácter ritual, pues solo en el segundo se da por iniciada la performance.
Dentro de la escena drum and bass la apertura de la fiesta es conocida como warm up, de
este modo, los DJs nacionales señalan que la labor del primer DJ es calentar la pista, que
no es otra cosa que realizar una performance que invite al público a bailar: si al finalizar el
primer DJ queda la pista llena de bailarines, su presentación adquiere valoración positiva.
La importancia del warm up reside en que este da la pauta de performance para el resto de
la noche, generando así un sentido de responsabilidad en los DJs que le sucederán y una
supuesta relación ascendente en la calidad de los sets, que se evidenciaría en la repuesta del
público a través del baile. En cuanto a lo estrictamente musical es preciso indicar que la
apertura de la fiesta no necesariamente debe incluir drum and bass, también puede darse
con géneros emparentados a él, como son los pertenecientes a la familia de los breakbeats
como el hip-hop o Dubstep. La construcción del set será tema postergado para más
adelante, a continuación me referiré al público junglist.
En la pista de baile con los junglist
Cristian Matus, en un estudio que aborda desde una perspectiva antropológica el tema del
consumo juvenil nocturno en Chile durante los años 1996-2001, realiza una clasificación en
donde describe a un tipo de jóvenes que denomina como alternativos. Para ellos, señala:
“… la legitimidad [de su identidad] tiene relación con formas particulares de consumo y
apropiación de bienes materiales y simbólicos, es decir con la constitución de un gusto
distintivo…, opuesto al consumo cultural de masas” (“De La Blondie a Bellavista” 3). Me
valdré de está definición para describir al público de drum and bass, pues se ajusta a las
características mencionadas. Es más, dentro del grupo descrito por Matus como alternativo
se encuentran quienes escuchan techno, género que junto a la cultura DJ tuvo su auge en
Chile a mediados de los noventa.7 Considerando la fecha de inicio del trabajo citado, es
probable que su autor haya escuchado drum and bass bajo la etiqueta de techno –por
entonces, el género dance de moda–, pues según comentan Fat Pablo y Roach, en sus
comienzos, las fiestas electrónicas incorporaban indiscriminadamente varios géneros de
música electrónica de baile (Sepúlveda and Roach).
Además de la definición, Matus señala algunos códigos que serían propios del estilo
alternativo, como la vestimenta, el modo de bailar y la actitud individualista. Dado que en
el contexto festivo la función discursiva es suprimida en favor de la imagen, la ropa y los
accesorios adquieren gran relevancia. Así, es posible apreciar en el público un bricolage de
prendas con distintos estilos y coloridos; según Matus, tal pluralidad en las vestimentas
plantea un juego de ambigüedad sexual, así como un intento por desvincularse de una
estética más tradicional y conservadora (“De La Blondie a Bellavista” 5).
7
La presencia y masividad alcanzada por la música electrónica de baile en Chile, puede verse en la novela
Adrenalina emitida el año 1996 por el canal Universidad Católica de Chile –hoy Canal 13–, cuya temática
estaba centraba precisamente en la cultura de las fiestas electrónicas y el DJ. Aquí uno de los protagonistas era
DJ Willy, interpretado por Pablo Saez.
Ilustración 6: Fiesta
Para adentrarnos en los intereses de este trabajo es preciso abordar de manera más
acuciosa el modo de bailar de los asistentes. Por lo general en el drum and bass, así como
en otros géneros de música dance, el baile es una manifestación corporal individual, incluso
quienes bailan en grupo suelen realizar un baile ensimismado. Pese a esto, el baile se
manifiesta como fenómeno colectivo, siguiendo a Matus: se trataría de una individualidad
colectiva, producto de una extrema individualización de los signos identitarios que funden
al individuo con la masa (“Tribus Urbanas” 112–114). La modalidad de baile en la música
dance marca una diferencia fundamental con las formas de baile típicas en música popular
–estoy pensando en la salsa, raggeton, charleston– ya que el hecho de no tener pasos
preestablecidos ni necesitar coordinar movimientos con otra subjetividad, le otorga una
gran libertad de expresión corporal a los bailarines, lo que se traduce en un aparente caos
dentro de la pista de baile.
No obstante, aún dentro de esta libertad es posible observar dos gestos corporales
predominantes en las fiestas electrónicas: por un lado están los gestos corporales abiertos,
como la extensión de los brazos, posiblemente heredados de las raves inglesas y el happy
hardcore; por otro, los gestos corporales cerrados, tipo boxeador, heredados del hip-hop.
Este último modo de baile ya había sido observado en Chile por Matus en la discoteque
Blondie hace más de diez años atrás (“Tribus Urbanas” 107). Aunque la libertad en el baile
es inherente al drum and bass, creo que esta se expresa más en la elección de qué parte del
cuerpo mover, que en el cuándo moverse. Por muy vanguardista que pueda ser este género
musical, debemos recordar que se trata de música bailable, por tanto necesita entregar
ciertos referentes claros a través de los cuales el junglist pueda coordinarse con la música y
sentirse participe de la fiesta. Serán estos referentes los que intentaré describir a
continuación.
Según la teoría de los affordances todo objeto entrega información sobre su posible
uso, de esta forma, un organismo perceptual sabe cómo prepararse corporalmente para
interactuar con el objeto (López Cano 2). El musicólogo Rubén López Cano, ha dividido
los affordance musicales en dos grandes categorías: actividad motora manifiesta y actividad
motora encubierta. En lo que respecta a la descripción de esta sección, me centraré en la
primera categoría, que se refiere a los movimientos externos y visibles que se producen al
escuchar música, más específicamente, en los tipos de actividad basada en movimientos
paramusicales cuya información proviene de: las propiedades musicales del objeto, el uso
de géneros musicales como tópico y la mimesis de los movimientos del instrumentista
(López Cano 3–5).
Sin duda una de las propiedades musicales que destaca en el drum and bass es la
síncopa presente en los samplers de percusión o batería. Observando al público se hace
evidente que las estrategias para expresar la kinestesia producida por la acentuación en
tiempo débil difieren según la persona. Algunos bailarines marcan la síncopa flexionando la
rodilla y el hombro hacia un mismo punto, ubicado imaginariamente a la altura de la
cintura; otros lo hacen moviendo alternadamente los hombros en diagonal y hacia delante;
otros, sacuden bruscamente su cabeza de arriba a abajo. Esta variedad de movimientos en
torno a la síncopa, sumado al tempo acelerado –sobre los 160 bpm– que caracteriza al
género y la condición colectiva del baile, engendran gestos corporales abruptos que
terminan siendo asociados como algo caótico.
Una cualidad de este género que incide considerablemente en el modo de bailar es su
fusionabilidad, pues el drum and bass asimila muy bien otras manifestación musicales, lo
que se refleja en los subgéneros que han surgido a partir de él: liquid funk –fusión con el
house y la música disco–; techstep –fusión con el techno–; bossa and bass –con bossa
nova–; etc.8 Esta cualidad implica el uso de la intertextualidad, específicamente el uso del
tópico musical, e incluso la cita musical. De este modo el drum and bass puede evocar los
8
Si bien el jungle es el género “padre” del drum and bass, muchos junglist consideran que son lo mismo; el
hecho que los propios agentes que conforman la escena denominen como junglist al público asiduo al drum
and bass, ratifica esta idea.
movimientos y los modos de baile propios del género citado, entregándole al sujeto la
información necesaria para poder dirigir sus estrategias de baile. Las características
estructurales del género hacen de la introducción la sección ideal para que el tópico/cita
despliegue su poder evocador de forma evidente para quien escucha; un ejemplo tomado de
la observación en terreno que evidencia esto es el siguiente: en un momento de la fiesta
Rewind el DJ de turno pincha un tema jungle –tipo Original Nuttah–, a penas se escucha se
detienen las contracciones corporales, para adoptar movimientos afines con el reggae, eso,
hasta que comienza a escucharse el bajo y la percusión típicos del drum and bass.
Otro referente para los bailarines surge de la mímesis de algunos de los movimientos
desplegados por DJ y el MC. La ubicación de estos dos agentes musicales en un espacio
privilegiado como el escenario los instituye como modelos válidos para el público asistente
a la hora de escoger sus estrategias de baile; he aquí un caso donde se puede apreciar la
importancia del espacio para la performance musical. Desde el escenario los gestos del DJ
entregan importante información de cómo bailar la música, algo importante cuando las
competencias músico-motoras se ven limitadas ya sea porque los referentes musicales se
vuelven demasiado complejos o porque se es un novato en la escena. Un gesto en particular
que pude ver imitado por algunos junglist fue el movimiento de mano/brazo que realizaba
el DJ al manipular la tornamesa para ejecutar un scratch; dicho gesto, en manos –
literalmente– de quienes están en la pista, se convierte en parte del baile, transformándose
en un scratch de aire –en homología al término guitarra de aire–.
Así, detrás del caos que supone una fiesta drum and bass, se puede apreciar el sentido
de unidad que produce la música a través del ritmo y de imágenes evocadoras de diversos
“mundos musicales” que se manifiestan en el baile; por su parte, el vestuario genera una
cohesión en torno a una identidad común que podríamos llamar alternativa.
Las bases de la construcción sonora de la fiesta: el set
El set podemos entenderlo como la estructura musical que construye cada DJ al concatenar
sin pausas la música por medio de la técnica conocida como mezcla; esta última es descrita
por Broughton y Brewster como el proceso que permite “[…] una transición suave y
progresiva de un disco a otro realizada tras sincronizar sus respectivos tiempos” (58). A
modo de descripción podemos decir que la duración de un set oscila habitualmente entre los
60 y 90 minutos, puede ser ejecutado por un DJ solo o a dúo con otro colega. Su
finalización está marcada por la retirada del DJ, quien deja reproduciendo el último tema
del set para que su sucesor lo mezcle con el primer tema del nuevo set, manteniendo así el
flujo continuo de música. Desde esta perspectiva podemos entender la fiesta como una
macro-estructura musical conformada por la concatenación de sets.
La estructuración de la fiesta entorno al set está a cargo del productor del evento –que
muchas también es DJ–, quien ordena el line up o la lista de DJs que se presentan –
generalmente tres o cuatro–. En la mayoría de los casos que presencié la estructuración
estaba pensada bajo un criterio que denomino como pro-hardcore, es decir, una
organización del line up que privilegia ubicar hacia el final de la fiesta los sets construidos
con música de subgéneros drum and bass más hardcore; esto se replica a nivel micro dentro
del set, generando también un efecto climático hacía el final. La Ilustración 6 refleja esta
tendencia: todos los DJs que cierran las fiestas apuntadas en el afiche –enmarcados en
verde– son reconocidos por sus preferencias hardcore. El criterio pro-hardcore puede tener
incidencias directas sobre la performance en la pista de baile, dado que las asociaciones de
estos géneros con lo terrorífico y oscuro, genera cambios en la modalidad del baile hacia
movimientos más acelerados y agresivos.
Ilustración 7: Afiche
Jungle Soldiers
Una vez abordada la macro-estructura musical que es la fiesta, me adentraré en la
construcción del set bajo la perspectiva del clímax, un hito clave a lo largo de esta
estructura musical debido a las implicancias que tiene en la experiencia del público. Su
importancia surge sobretodo al considerar el set como un elemento de la fiesta que realza
las funciones necesarias para la actitud festiva, y cuya manifestación más clara es el baile
desenfrenado. Aunque el clímax puede surgir espontáneamente, los DJs reconocen su
planificación; al respecto comenta Black Soul: “…tu preparai’ al público, tu armas el set de
tal forma, que llevas al público a un orgasmo, a un pick en la fiesta, a una euforia tal, que
ocurre el rewind. El rewind es el orgasmo de la weá [la fiesta]” (Ramos, Mejías, and
Aravena). La planificación del clímax se da ya en el momento en que el DJ selecciona en
casa qué discos llevará a la presentación. El conocimiento del repertorio musical
seleccionado permite al DJ operar de manera teleológica en pos del clímax: así lo
manifiesta DJ Roach cuando comenta que construye el set con intenciones de crear un
clímax, para esto opera con el criterio pro-hardcore, comenzando con temas de estética
ambient y destinando los temas hardcore para el final. Algo similar sucede cunado reservan
un tema que saben gusta al público para cuando el set está bien avanzado. Esta
planificación opera a modo de plan general en la construcción del set, su éxito depende de
la recepción del público. De esta manera la consumación del clímax es algo que se
determina in situ, para ello el DJ debe saber leer al público, reconocer el estado anímico
colectivo. Para consumar el clímax, los DJs de drum and bass cuentan con una técnica
denominada rewind, que consiste en un simulacro de rebobinado que produce un sonido
que reconoce toda la escena como un punto culminante. Para ejecutar esta técnica, el DJ
debe detener el disco con sus dedos y hacerlo girar de forma inversa, provocando el sonido
de rebobinado; en el caso de la tornamesa digital, lo hace sobre el plato giratorio en la parte
superior. Una vez realizado el rewind, se deja correr el mismo tema desde el principio, con
lo cual se reanuda el baile. Aunque parezca extraño, detener la música lejos de cortar la
inspiración de los bailarines, desata los aplausos hacia el DJ9.
9
Según comentan Fat y Roach, el rewind será una técnica incomprendida por el público santiaguino que iba a
las fiestas del género; no podían entender por qué el DJ detenía la música en un momento tan álgido.
Esto último evidencia la relación simbiótica existente entre el DJ y el público: la
euforia que se produce cuando el DJ pincha un tema popular para la audiencia, o bien
cuando realiza ciertas intervenciones en la música por medio de técnicas específicas,
modifican el proceder del DJ, ya sea alentándolo a aplicar más técnicas sobre la música o
seleccionar temas que continúen la euforia del momento. En este sentido, la máxima
muestra de simbiosis DJ/junglist, es la técnica rewind. Según DJ David Nicolau “El DJ
tiene una gran capacidad de reacción, según como ve a la gente” (Ruz Satorras 141), esta
idea es recogida por los DJs y funciona como criterio de evaluación para determinar la
calidad de sus pares.
En líneas generales la fiesta debe entenderse como un continúo flujo de música que
busca mantenernos en constante movimiento, pues, como ya se dijo, el relevo de un DJ no
implica la detención de la música: una vez que se pincha el primer tema de la fiesta, la
música no se detiene hasta el final.
Coda: Después de la fiesta
Los sucesos posteriores a la realización de la fiesta involucran tanto al público como a los
agentes musicales, y pueden entenderse en términos de su distanciamiento temporal en con
la fiesta, así podemos hablar de los sucesos inmediatos y distantes.
Inmediatamente después de la fiesta, luego de haber bailado más de cinco horas, gran
parte de los asistentes se devuelve a sus casas; otros en cambio, continúan el carrete en
algún after hours –un carrete de “cierre”, que por lo general termina cuando ya está
amaneciendo–. A veces puede funcionar a modo de continuación de la fiesta, como sucedió
después de una fiesta Rewind realizada el mes de septiembre, en la cual el MC anunció al
término que habría un after hours en el local contiguo al Centro Arte Alameda donde
seguiría tocando DJ TheEgo.
Los sucesos más distantes en el tiempo surgen especialmente en el entorno virtual de
Internet, a través de los sitios dedicados al drum and bass. Allí se emiten comentarios de
diversa índole en relación a la fiesta, a la vez que se hacen sugerencias para las próximas
realizaciones. De esta forma Internet sirve de centro de reuniones no-presencial para
comunicarse, todo lo contrario a la experiencia festiva que se inclina por la supresión del
discurso –aunque por supuesto, no lo hace por completo–. Los foros son uno de los
momentos discursivo post-fiesta: las apreciaciones que no se dicen en la fiesta se hacen por
la Web.
Cierre
El presente artículo pretende ser un acto de justicia a favor de las manifestaciones culturales
no hegemónicas –o undergrounds si se quiere– desarrolladas en Chile. De este modo espero
haber ofrecido un panorama representativo de la cultura drum and bass desarrollada en el
país –al menos en relación al año 2008, que fue cuando se realizó el trabajo etnográfico–,
abordando las principales características de las fiestas ofrecidas en Santiago, así como la
relación público-DJ. La descripción de la fiesta drum and bass revela cómo el espacio
festivo es preparado de manera particular con tal de favorecer la actitud festiva del público.
Aquí, tanto las cualidades del decorado –luces, telas, etc.– como de la música están a favor
de suprimir las funciones de lo cotidiano, para instaurar una experiencia extraordinaria.
A su vez el DJ se muestra como un agente con incidencia directa en la fiesta, la cual es
parcialmente planificada: como productor del evento está encargado de organizar el line up,
como músico es quien construye el set y establece junto al público los climáx de la fiesta.
El set se erige como una arquitectura musical estructuradora del tiempo festivo, que gracias
a la técnica de la mezcla se convierte en un continuo y dinámico flujo musical que envuelve
a los junglist.
Por último, las características estructurales del drum and bass adquieren una nueva
dimensión al considerar la información que puede extraer el público con tal de establecer
estrategias que le permitan participar activamente de la música a través del baile. Esto
desestima la idea que el baile en las fiestas electrónicas es un caos total, pues como se vio,
la música ofrece referentes rítmicos que sirven como referentes para el baile y suponen una
cierta unidad a la hora de realizar los movimientos.
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