ISSN - 0717 - 0815 REVISTA DE LA SOCIEDAD CHILENA DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGIA INFANTIL Y DE LA ADOLESCENCIA Volumen 16 Año 2009 Núm.2 24 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura Magdalena Castro1, Claudia Galleguillos1 Resumen En la población adolescente, la dismenorrea es la principal causa de consulta ginecológica y también de ausentismo escolar, laboral o de otras actividades. Aproximadamente el 10% de las adolescentes que refieren dismenorrea presentan una causa orgánica secundaria. Dismenorrea primaria comienza a manifestarse característicamente con la menarca o poco tiempo después de ésta, que coincide con la aparición del ciclos ovulatorios regulares. El clínico debe ser capaz de diferenciar las múltiples etiologías del dolor pélvico crónico: una historia clínica detallada y un buen examen físico pueden ser suficientes para diagnosticar esta entidad. Pese a la alta prevalencia de dismenorrea en las adolescentes, es alto el porcentaje que no solicita atención médica o es subtratada, por lo que el objetivo de esta revisión fue presentar una actualización de lo publicado en la literatura sobre la fisiopatología, enfrentamiento y manejo de la dismenorrea primaria, desde tratamientos clásicos a la medicina más alternativa. De esta manera podremos entregar a la adolescente un manejo más integral, y así, disminuir el impacto que provoca la dismenorrea primaria (DP) en la vida de nuestras pacientes. Palabras clave: dismenorrea – dolor pelviano - endometriosis Summary Dysmenorrhea in adolescent is an important cause of gynecological consult, school and employment absenteeism. Approximately 10% of adolescents who report dysmenorrhoea have an organic cause. Primary dysmenorrhea begins to manifest characteristically with menarche or shortly thereafter, coinciding with the onset of regular ovulatory cycles. The clinician should be able to differentiate multiple etiologies of chronic pelvic pain: a detailed history and physical exam may be sufficient to diagnose this entity. Despite the high prevalence of dysmenorrhea in adolescent girls, a high percentage doesn’t seek medical treatment or are undertreated. The objective of this review was to provide an update of the pathophysiology, and management of primary dysmenorrhea, from traditional treatments to alternative medicine. In this way adolescent can obtain a more integrated management, and and improve her life quality. Key Words: Dysmenorrhea – pelvic pain – Endometriosis 1. Definición Dismenorrea se define como cualquier calambre doloroso percibido durante la menstruación. Se puede categorizar de dos maneras según el origen _____________________________________________________________________ 1. Médicos becarios Departamento Obstetricia y Ginecología Hospital Clínico Universidad de Chile Correspondencia: [email protected] SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 24 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos del dolor, primaria cuando no existe causa orgánica evidente o secundaria cuando se asocia a una patología subyacente (4,5). Dolor pélvico crónico (DPC) es definido por la ACOG como un dolor pélvico no cíclico que dura al menos 3 meses de duración, o un dolor cíclico durante 6 meses que interfiere con al menos una de las actividades de la vida diaria. Por otro lado, la asociación internacional para el estudio del dolor define el DPC como un dolor pélvico crónico o recurrente que tiene un origen ginecológico pero no se identifica una lesión o causa particular. Esta última definición es muy similar a lo que los ginecólogos denominan dismenorrea primaria o menstruación dolorosa sin una causa identificable (1). 2. Prevalencia DPC de cualquier etiología representa un problema común y serio en las mujeres adultas con una prevalencia del 14-16%. En USA es una de las principales causas de histerectomía, con un 12% de las 600.000 histerectomías realizadas anualmente. Sólo en USA., se estimó que a mediados de la década de 1980 se perdieron 600 millones de horas de trabajo, con una pérdida económica de dos mil millones de dólares; lo que en dólares de hoy sería una cifra mucho mayor (19). En la población adolescente la dismenorrea es la principal causa de consulta ginecológica y también es la principal causa de ausentismo escolar o laboral (1,3,5). Es un problema ampliamente prevalente que afecta a un 40-50% de las 25 mujeres jóvenes, incluso existen otras series que lo describen hasta un 90%, cifras que varían según el uso de diferentes métodos de medición y grupos poblacionales (4,5,19). Un estudio epidemiológico sueco, realizado en el año 1982 evidenció que un 60 a 70% de las adolescentes referían ciclos menstruales dolorosos, 15% presentó interrupción de las actividades de la vida diaria por el dolor y en un 10% de las pacientes que presentaron dismenorrea severa se evidenció causa orgánica (1,3). Otro estudio canadiense realizado el año 2005 que evaluó 1546 mujeres cursando su período menstrual, evidenció que un 60% tenía dismenorrea primaria, de ellas 51% presentaba limitación de sus actividades y un 17% refería ausentismo escolar por la dismenorrea (18). Una encuesta realizada por la University of Western Australia ha destacado la alta prevalencia y el impacto de la dismenorrea primaria como un problema significativo de salud pública que requiere atención (17). Pese a la alta prevalencia de dismenorrea en las adolescentes, es alto el porcentaje que no solicita atención médica o es subtratada (10). Estudios realizados en distintas poblaciones mostraron que 30 a 70% de las adolescentes ocasionalmente se automedicaban para manejo de la dismenorrea, sin embrago más de la mitad (57%) lo hacía en dosis subterapéuticas (9). Es interesante destacar que la prevalencia varía según distintos grupos étnicos, lo que puede estar reflejando actitudes culturales distintas hacia el dolor y la menstruación (5). SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 25 26 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos 3. Ciclo menstrual en las adolescentes La menarquia se define como el inicio de los ciclos menstruales. En Estados Unidos la media en la población Afroamericana es a los 12.2 años y en las Caucásicas a los 12.9 (3). Datos nacionales publicados el 2007 por Hernandez y cols., muestran que la edad de la menarquia en Chile es a los 12.7 años y que esta se ha mantenido constante en los últimos 40 años. En las adolescentes el mecanismo de feedback positivo del estrógeno sobre la LH no madura hasta 2 a 5 años postmenarquia. Como consecuencia 50 a 80% de los ciclos menstruales son anovulatorios e irregulares durante los dos primeros años postmenarquia, y aproximadamente 10 a 20% persisten hasta 5 años postmenarquia (3). Dado que la dismenorrea, como detallaremos más adelante, requiere de ciclos ovulatorios, se presenta con mayor frecuencia en las adolescentes medias y tardías, una vez que ya se han regulado los ciclos menstruales. 4. Fisiopatología Dawood es unos de los autores que más ha profundizado en la fisiopatología de la dismenorrea primaria. Describe que existe una sobreproducción anormal de prostanoides y posiblemente eicosanoides por el endometrio, que producen contracciones uterinas anormales, comparable con las prostaglandinas producidas en el trabajo de aborto o de parto. Las contracciones disminuyen el flujo sanguíneo, producen hipoxia lo que se manifiesta finalmente en dismenorrea (4). La sobreproducción de prostaglandinas por el endometrio se debe a que posterior a la ovulación, con el progresivo descenso de la progesterona al final de la fase lútea, se produce labilización de los lisosomas. Esto produce liberación de la enzima fosfolipasa que generará hidrólisis de los fosfolípidos de membrana con el consecuente aumento de ácido araquidónico (4). La ciclooxigenasa actúa sobre el ácido araquidónico produciendo biosíntesis de endoperoxidos cíclicos como PGG2 y PGH2. Sobre estos últimos productos actúan una serie de enzimas que generarán finalmente Prostaciclina (PGL2), Prostaglandina (PG) F2α, PGE2 y Tromboxano (TxA2). TxA2, PGF2α y PGE2 estimulan la contracción muscular uterina, vasoconstricción e hipersensibilización de las fibras uterinas, lo que produce isquemia y finalmente calambres que se traducen en dismenorrea. (ver figura 1) Figura 1. Cascada del Ácido Araquidónico que muestra la vía de la COX. Adaptación Dawood. Primery dysmenorrhea: advances in pathogenesis and management. Obstet Gynecol. 2006 Fosfolipidos Ácido araquidónico cox Endoperóxidos ciclicos Prostaciclina sintetasa Prostaciclina (PGL2) Isomerasa, reductasa Tromboxano sintetasa Prostaglandina Tromboxano A2 PGE2 (TxA2) PGF2α SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 26 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos Síntomas como las náuseas, vómitos o diarrea ocurre en el 60% de los pacientes y es similar a los efectos adversos de las prostaglandinas. Múltiples estudios han demostrado aumento de las prostaglandinas en mujeres con dismenorrea vs. sin dismenorrea (1). Existen varios trabajos, pero no todos que muestran una sobreproducción PGF2α durante la menstruación en mujeres con DP comparadas con mujeres eumenorróicas. La intensidad de los calambres y los síntomas asociados son directamente proporcional a la cantidad de PGF2α liberada (4). En la literatura existe mayor información sobre las vías de las PG que de los leucotrienos (1), Txa2 y Prostaciclina (4). Respecto a los leucotrienos, se ha descrito que el tejido uterino tiene la capacidad de sintetizar y metabolizar leucotrienos así como también se han descrito receptores para ellos en el miometrio y endometrio (12). Estos participan en la contracción de las fibras miometraiales, vasoconstricción y son potentes mediadores de la inflamación. Estudios muestran que se encuentran en mayor cantidad en mujeres con dismenorrea primaria. Rees et al. describen mayores niveles de leucotrienos en el tejido uterino, obtenido de histerectomías de mujeres que referían dismenorrea. Harel et al encontró mayores niveles de leucotrienos E4 en adolescentes con dismenorrea. Estos se producen por la vía de la lipooxigenasa -5 más que por la vía de COX, lo que podría explicar la dismenorrea que no responde a AINES. Harel et al. Estudió el efecto de administrar antagonista del receptor de leucotrienos Montelukast a un grupo de mujeres adolescentes con dismenorrea, para aliviar los síntomas, sin em- 27 bargo no arrojó cambios que recomendaran su uso (12). Existen estudios acerca de la relación de DP y vasopresina, sin embargo su participación sigue generando controversia. Se han detectado niveles elevados de vasopresina circulante en mujeres con DP lo que produce contracciones uterinas disrrítmicas que llevan finalmente a hipoxia. En estudios limitados, antagonistas de la vasopresina como el Atosiban producen una neutralización del efecto y alivio de los síntomas. Sin embargo otros autores no confirman este resultado (4). Las mujeres eumenorréicas tiene patrones de contracciones que son influenciados por esteroides sexuales, PG y otras sustancias uterotónicas. En la mujer normal el tono basal uterino es menor a 10 mm Hg y se producen de 3 a 4 contracciones cada 10 minutos, sincrónicas y rítmicas, alcanzando un máximo de 120 mm. Hg. Mujeres con DP presentan 4 contracciones anormales aisladas o combinadas, tono basal elevado (mayor a 10 mm. Hg), alcanzan mayores presiones con la contracción llegando incluso a más de 150-180 mm. Hg y mayor número de contracciones por minuto, no rítmicas e incoordinadas. Esto lleva a mayor isquemia y por lo tanto dolor. Si se produce más de una contracción anormal, se produce sinergia y el umbral del dolor es sobrepasado frente a menores estímulos. (4) Estudios del flujo uterino durante la menstruación, corroborados por el doppler uterino muestran aumento de los índices de pulsatilidad e índice de resistencia de las arterias uterinas y arcuatas en el primer día de menstruación de mujeres con DP, sugiriendo una mayor impedancia al flujo sanguíneo, relacionando así la vasoconstricción con la dismenorrea (4). SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 27 28 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos 5. Factores de riesgo Se han descrito en la literatura factores de riesgo tales como que un bajo consumo de pescados se puede asociar a dismenorrea severa (3) y que el consumo de cigarrillos puede aumentar el tiempo de dolor debido a la vasoconstricción que éstos producen (14). Un estudio Chino describe además un aumento de la incidencia de dismenorrea primaria, en un grupo que no presentaba el antecedente de esta sintomatología, con la exposición pasiva al humo de cigarrillo (13). Latthe et al. Realizó una revisión sistemática de los factores de riesgo asociados a dismenorrea, donde destacan: pacientes menores de 30 años, bajo IMC, fumadoras, menarquia temprana (<12 años), hipermenorrea, nuliparidad, síndrome premenstrual, esterilización, sospecha clínica de enfermedad inflamatoria pélvica, alteraciones sicológicas, historia de abuso sexual. Por otro lado, menor edad del primer hijo, ejercicio y consumo de anticonceptivos orales se asocia negativamente con la dismenorrea (15). Existe controversia sobre la asociación de dismenorrea primaria con obesidad y consumo de alcohol (2). 6. Clínica La prevalencia de dismenorrea primaria disminuye con la edad, es máxima a los 20-24 años y luego desciende progresivamente. DP se presenta sólo con la menarquia o poco tiempo después de ésta ya que requiere necesariamente la presencia ciclos ovulatorios. Mientras mayor tiempo de distancia guarde con la menarquia, mayor debe ser la sospecha de unadismenorrea secundaria (2,4). Se caracteriza por calambres espasmódicos menstruales, fluctuantes que se inician pocas horas antes o con el inicio de la menstruación y dura dos a tres días. El dolor es mayor el primer o segundo día de la menstruación, precisamente las primeras 24 a 36 horas, coincidente con el mayor flujo menstrual y con la mayor producción de PG liberada al fluido menstrual. El dolor se localiza en la región suprapúbica y se irradia a los muslos o la región lumbosacra. Si bien lo más frecuente son los calambres dolorosos, también se puede asociar de dolor de espalda, cefalea, mareos, náuseas, vómitos y diarrea en un alto porcentaje, raramente síncope y fiebre (2, 3,4,5). Estos síntomas asociados se han atribuido a la liberación de PG. Los síntomas son más o menos reproducibles de un ciclo menstrual a otro (2). Es importante preguntar a la paciente terapias probadas en el pasado para el manejo del dolor. Varios estudios describen que en un alto porcentaje no utiliza la dosis adecuada para manejar el dolor. Campbell y McGrath reportaron en un grupo de adolescentes de 14 a 21 años a quines se les prescribió analgesia, 71% tomaba las dosis adecuadas y 13% utilizaban dosis subterapéuticas (16). También se debe obtener información acerca de inicio de actividad sexual para descartar infecciones de transmisión sexual y patología relacionada con embarazo, así como también se debe diferenciar el hecho que muchas pacientes utilizan la dismenorrea para solicitar anticoncepción. El clínico debe ser capaz de diferenciar un dolor de origen ginecológico (endometriosis, ade- SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 28 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos nomiosis, adherencias pélvicas, congestión venosa pélvica) o no ginecológico (gastrointestinal, urológico, fibromialgia, sicológico, espasmos musculares y puntos de gatillo). Es esencial comprender el entorno físico y cognitivo relacionado al dolor, identificar depresión, ansiedad o stress. 7. Examen físico En la mayoría de los casos el examen físico general y segmentario resulta normal. En el caso particular de las adolescentes que no han iniciado actividad sexual, que presentan la clásica historia de dismenorrea leve a moderada, el examen pélvico no es necesario. Sin embargo hay otros autores que sugieren de todos modos realizar un examen de los genitales externos para excluir anormalidades del himen. Si la historia es sugerente de malformación del tracto urinario u otra patología orgánica o no ha respondido al manejo convencional, estaría indicado un examen pélvico completo (2). Si se realiza examen pélvico durante la menstruación puede existir sensibilidad a la palpación uterina, sin dolor a la movilización cervical ni de los anexos uterinos (4,5). Por otro lado un examen físico normal no descarta sistemáticamente una patología subyacente. El examen físico debe intentar identificar las causas potenciales de DPC incluyendo un esfuerzo por localizar sitios de dolor gatillo. La historia del dolor asociado al inicio de la menstruación, la duración y características de los calambres, sumado a la ausencia de hallazgos al examen físico, son claves para llegar a un adecuado diagnóstico (4). 29 8. Diagnóstico diferencial En la dismenorrea secundaria el dolor se describe una a dos semanas antes de la menstruación y persiste hasta terminar el sangrado. Un elemento sugerente de la historia clínica es su inicio varios años post menarquia (2,5). Un inicio del dolor inmediatamente post menarquia o dolor en una paciente que tiene claramente ciclos anovulatorios, debe hacer sospechar al clínico la posibilidad de una malformación obstructiva del tracto genital. La principal causa de dismenorrea secundaria en adolescentes es la endometriosis. De las pacientes jóvenes con dolor pélvico crónico que se someten a laparoscopía, tras manejo médico con antiinflamatorios no esteroidales (AINES) y ACO, la prevalencia de la endometriosis es alrededor de 70% (2). Otras etiologías a tener presente son: Enfermedad inflamatoria pélvica, absceso tuboovárico, quistes ováricos y más raro neoplasia ováricas. Los pólipos y miomas son infrecuentes en la adolescencia. 9. Tratamiento de la dismenorrea Como ya se ha dicho, la causa más común para explicar la dismenorrea ha sido la sobreproducción de prostaglandinas dentro del endometrio. A pesar de la alta prevalencia de la dismenorrea en adolescentes y mujeres jóvenes, muchas mujeres no buscan tratamiento médico, o se encuentran subtratadas. La mayoría de las adolescentes (98%), usan como tratamiento métodos no farmacológicos tales como el calor y solo el 40% o menos perciben efectividad. Otros estudios han SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 29 30 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos demostrado que, en cualquier lugar, entre un 30 a 70% de las mujeres reportan automedicación ocasional con medicamentos para el dolor, sin embargo, mas de la mitad (57%) los usan en dosis subterapéuticas (1). En la era de la medicina basada en la evidencia, se puede categorizar la terapia para la dismenorrea en: terapia tradicional (médico y quirúrgico) y en terapia no tradicional (terapias alternativas y coadyuvantes). 9.1 Tratamiento no tradicional Entre un 50 a 70% de las americanas usa de alguna forma terapia complementaria y medicina no tradicional para prevenir problemas de salud. Esto incluye intervenciones tales como modificaciones dietarias o acciones tan específicos como la acupuntura o el TENS. A. Ejercicio: El ejercicio se ha asociado con una disminución de los síntomas de la dismenorrea (2). La hipótesis es que éste aumenta el flujo sanguíneo hacia la pelvis estimulando los receptores para beta endorfinas (24). B. Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS): Consiste en la colocación de electrodos en lugares específicos de la piel seguido de la aplicación de corriente eléctrica mediante el uso de diferentes frecuencias de pulso e intensidades para producir alivio del dolor (1). Aplicado a la dismenorrea, puede reducir el dolor alterando la percepción de éste o aumentando el flujo sanguíneo uterino y disminu- yendo así la isquemia miometrial. Algunos efectos adversos derivados de la alta frecuencia (10% de las pacientes), incluyen vibraciones musculares, contracturas, cefalea, eritema y quemadura de piel (6). C. Acupuntura: La acupuntura incluye la colocación de agujas en sitios específicos de la piel para producir excitación de receptores o fibras nerviosas, a través de una compleja interacción con serotonina y endorfinas, bloqueando impulsos del dolor (7,24). Un pequeño estudio mostró que el uso de acupuntura versus placebo para el tratamiento de la dismenorrea fue significativamente más efectiva que el placebo (24). D. Intervenciones en el comportamiento: Incluyen procedimientos tales como el biofeedback, desensibilización, ejercicios de Lamaze, hipnoterapia y terapias de relajación (2). E. Calor local: Es un tradicional remedio casero para el manejo de la dismenorrea. Un estudio randomizado de controles versus placebo comparó la aplicación de calor local con el uso de ibuprofeno y tratamiento placebo. Los resultados indican que de los tres tratamientos utilizados en el estudio (calor local + ibuprofeno; calor local + píldora placebo y no calor local + ibuprofeno), el uso de calor local fue significativamente más efectivo en disminuir el dolor que el tratamiento sin calor local (2). Incluso se describe que el calor local puede ser tan efectivo como el uso de ibuprofeno en el tratamiento de la dismenorrea (7). SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 30 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos F. Vitaminas: Se ha demostrado en estudios randomizados que la Vitamina E (200 UI dos veces por día, dos días antes y después de la menstruación) y B1 (100 mg una vez al día) reducen significativamente la dismenorrea comparado con placebo (1). La vitamina E es un conocido inhibidor de la proteína kinasa C, la cual es responsable de liberar ácido araquidónico desde las membranas celulares (6), por lo tanto, actuaría disminuyendo de este modo la síntesis de prostaglandinas. El mecanismo de acción de la vitamina B1 aún se especula. Su efecto terapéutico se explicaría por la reversión de los síntomas asociados a deficiencia de vitamina B1, tales como calambres, fatiga muscular, y reducida tolerancia al dolor (1). G. Magnesio: Es otro suplemento estudiado en el tratamiento de la dismenorrea. Su mecanismo de acción aún no está especificado. Puede actuar mediante disminución de las prostaglandinas o disminuyendo la contractilidad muscular (7). Se ha visto que en mujeres con dismenorrea primaria que toman como suplemento magnesio, tienen menores niveles de PG F2- α en sus fluidos menstruales en comparación con mujeres que han tomado píldoras placebo (1). Asimismo, el magnesio es un conocido estabilizador de membranas. En un pequeño estudio randomizado doble ciego se confirmó que el magnesio es más efectivo que el placebo en el tratamiento de la dismenorrea en adolescentes, y también resultó en una disminución significativa del requerimiento de medicamentos adicionales durante la menstruación (1). 31 H. Ácidos grasos Omega-3: La dismenorrea se ha asociado con niveles altos en ácidos grasos omega 6 y bajos de omega 3. El aumento en la incorporación de ácidos omega 3 (tal como el aceite de pescado) dentro de la membrana celular fosfolipídica, llevaría finalmente a una menor producción uterina de prostaglandinas y leucotrienos. Algunos efectos secundarios menores asociados al aceite de pescado incluyen náuseas, exacerbación del acné, y dificultad para tragar las cápsulas (6). I. Aceite esencial de hinojo: Es una esencia frutal derivado de la planta Foeniculum vulgare que es usado como antiespasmódico en pediatría y en desórdenes pulmonares. En regiones mediterráneas ha sido utilizado para alivio de dismenorrea. En un estudio utilizando modelos de ratas, el aceite esencial de hinojo redujo la intensidad de las contracciones uterinas inducidas por oxitocina y prostaglandina E2 (6). Otro estudio comparó el efecto del aceite esencial versus ácido mefenámico en el tratamiento de la dismenorrea primaria encontrando que ambos tratamientos fueron estadísticamente significativos en la reducción del dolor. Entre los efectos secundarios se encuentran sus acciones sobre el SNC como convulsiones, por lo tanto está contraindicado en pacientes con epilepsia (2) J. Hierbas: El té de rosas se obtiene de los bulbos de la Rosa gallica. , usado por siglos en Taiwán como terapia herbal para la dismenorrea y síntomas SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 31 32 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos J. Hierbas: El té de rosas se obtiene de los bulbos de la Rosa gallica. , usado por siglos en Taiwán como terapia herbal para la dismenorrea y síntomas de menopausia. Contiene vitamina A, B, C, E y K. Alivia el dolor facilitando la circulación sanguínea hacia el útero (1). Un estudio reciente realizado en Taiwán encontró que en 6 meses de seguimiento y estudio, las adolescentes con dismenorrea primaria experimentaron menor dolor menstrual, stress y ansiedad cuando tomaron té rosado comparado con las que consumieron placebo. 9.2 Tratamiento farmacológico o tradicional El tratamiento farmacológico actúa sobre el mecanismo fisiopatologico involucrado en la generación del dolor en la dismenorrea. (tal como la producción de prostaglandinas) (24). Tratamientos como el paracetamol, aspirina y AINES actúan inhibiendo la actividad de la ciclo oxigenasa, disminuyendo así la producción de prostaglandinas (3). Tratamientos como los anticonceptivos orales inhiben la ovulación. 9.2.1 Tratamiento no hormonal A. Analgésicos simples: Los analgésicos simples, tales como la aspirina o el paracetamol pueden ser utilizados para iniciar tratamiento especialmente cuando los AINES están contraindicados (4). El paracetamol actúa sobre el dolor aumentando el umbral de éste. Es una excelente droga cuando se utiliza en dosis terapéuticas y además tiene buena tolerancia gastrointestinal. Puede causar daño hepático si se asocia con alcohol. El uso de estos medicamentos está indicado en adolescentes que experimentan leve y corto disconfort menstrual (2). Más de la mitad (56%) lo toma en una dosis menor que la recomendada diariamente. B. Antiinflamatorios no esferoidales (AINES): La mayoría de los tratamientos para la dismenorrea se basa en el conocimiento de la producción de PG y actúan a través de la disrupción en pasos específicos de su formación (6). El resultado de la disminución de los niveles de PG lleva a una disminución en la intensidad de las contracciones uterinas y así, menos disconfort. Los AINES son considerados como el tratamiento de primera línea en el manejo de la dismenorrea. En múltiples estudios una variedad de inhibidores de COX 1 fueros significativamente más efectivos que el placebo para aliviar el dolor. Para un óptimo alivio de los síntomas, deben ser administrados en forma horaria, usando altas dosis, y lo antes posible con el inicio de cada menstruación. Un gran estudio randomizado de controles y placebo mostró que los AINES, incluyendo el naproxeno, ácido mefenámico, ketoprofeno, ibuprofeno y diclofenaco, demostraron ser efectivos tratamientos para la dismenorrea (OR 7.91) (3). SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 32 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos Los inhibidores específicos de la COX 2 también pueden aliviar los síntomas de la dismenorrea (25). El único de estos medicamentos aprobado por la FDA es el celecoxib (3). No todas la s adolescentes con dismenorrea responden al uso de AINES, y algunas solo responden parcialmente. Una posible explicación es que la mayoría de los AINES sólo inhiben la COX y no afectan la producción de otros mediadores de inflamación tales como los leucotrienos. Sin embargo, el tratamiento con antagonistas del receptor de leucotrienos (montelukast), administrado inmediatamente antes del período menstrual no alivia los síntomas de dismenorrea en adolescentes (4). Ocasionalmente, las adolescentes que no responden al uso de AINES pueden tener un componente psicógeno como parte de su enfermedad. En particular, cuando hay historia de abuso sexual, el cual se asocia también con dolor pélvico crónico (3). C. Nitroglicerina transdérmica: Tiene un efecto relajante sobre el miometrio. En un estudio donde se comparó el parche de nitroglicerina transdérmico versus el uso de diclofenaco, se observó que ambos tratamientos redujeron la intensidad del dolor por 30 minutos (2). Sin embargo, se observó que el diclofenaco continuó su efectividad en la reducción del dolor pélvico por 2 horas mientras que el parche de nitroglicerina no. Dentro de sus efectos secundarios se encuentra la cefalea. 33 9.2.2 Tratamiento hormonal A. Anticonceptivos orales combinados (ACOc) Han sido ampliamente utilizados en el manejo de la dismenorrea. Ya desde 1937, múltiples estudios han demostrado que la dismenorrea responde a la inhibición de la ovulación (1). Los ACOc suprimen la ovulación y el crecimiento del tejido endometrial, con la consiguiente disminución del volumen de fluidos, secreción de prostaglandinas, disminuyendo así la presión uterina y la intensidad de sus contracciones (2). Los ACOc son quizá el tratamiento ideal para las adolescentes: son seguros, tienen importantes efectos adicionales como la disminución del acné, y además protegen del embarazo. Estudios han observado disminución de PG y leucotrienos en el fluido menstrual durante el uso de ACOc, sin disminución de los niveles séricos de éstos, lo cual es consistente con un cambio en la producción local de estos mediadores (7). En mujeres que toman ACOc y que continúan con síntomas o bien, experimentan exacerbación de alguna condición médica (asma, artritis), durante la fase de toma de comprimidos inactivos, se puede considerar la extensión de la terapia con comprimidos activos por más de 21 días (25). Estudios realizados en mujeres adultas con dismenorrea muestran que un ciclo extendido (con menstruaciones cada 3 meses o más) logra una buena eficacia en reducir los síntomas menstruales. El primer régimen extendido consiste en 84 píldoras activas seguidas de 7 inactivas (levonorgestrel 0.15 mg + etinilestradiol 30 mcg ), aprobado por la FDA el 2003. SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 33 34 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos B. Anticonceptivos hormonales inyectables de larga duración: El acetato de medroxiprogesterona de depósito (Depoprodasone) actúa básicamente inhibiendo la ovulación (2). También puede inducir atrofia endometrial. Uno de sus efectos no anticonceptivos es la amenorrea con la consiguiente reducción de la dismenorrea (25). Aproximadamente el 64% de las adolescentes reportan disminución de los síntomas de dismenorrea durante el uso de depoprodasone (3). El uso de esta progestina como anticonceptivo puede llevar a una deficiencia relativa de estrógenos. Esto concierne especialmente a la densidad mineral ósea, particularmente durante su uso en la adolescencia, un período crítico para la acumulación y mineralización ósea. En el 2004 la FDA declaró que el uso prolongado del método puede resultar en importante pérdida de masa ósea, la cual no es completamente reversible tras la descontinuación del depoprodasone (3). C. Dispositivos con levonorgestrel (Mirena): Mirena es un dispositivo que libera levonorgestrel localmente dentro de la cavidad uterina. Aunque la ovulación no se suprime, se obtiene un efecto local sobre el endometrio, con su consiguiente atrofia e inactivación (2). El flujo menstrual se reduce entre un 74 y 97% y entre un 16 y 35% de las pacientes caen en amenorrea después de 1 año de uso del método. La proporción de mujeres con dolor menstrual se redujo desde un 60% antes del uso de Mirena a un a 29% después de 36 meses de uso (3). 9.2.3 Tratamiento quirúrgico En un pequeño número de mujeres la dismenorrea perssiste a pesar del tatamiento médico. La cirugía en este caso constituye una herramienta final en el diagnóstico y tratamiento de esta patología. A. Laparoscopía: En mujeres que no responden al uso de AINES, la posibilidad de que exista una endometriosis es alta. La endometriosis esta presente en 12 a 32% de las mujeres sometidas a laparoscopía para determinar la causa de su dolor pélvico (2). Este hallazgo aumenta al 50% cuando el grupo evaluado son las adolescentes. Las lesiones se deben resecar o cauterizar durante la laparoscopía y luego se debe continuar el tratamiento con terapia médica supresita (25). B. Histerectomía: En casos de enfermedad intratable, se puede considerar, en pacientes que ya han cumplido su paridad, lo que es prácticamente nulo en el grupo de las adolescentes. C. Neurectomía presacral: Incluye la transección de las fibras nerviosas presacras que se encuentran dentro de los limites del triangulo interilíaco (2). Es un método de denervación pélvica que se asocia con la mayor eficiencia en el alivio del dolor. D. Ablación laparoscópica de úterosacros: La resección de los ligamentos uterosacros logra en teoría una denervación uterina más comple- SOGIA Vol. 16 - Nº 2, Año 2009 - AV - Pág. 34 Dismenorrea Primaria en Adolescentes: Revisión de la Literatura / Magdalena Castro, Claudia Galleguillos ta que la neurectomía presacral (2). La intervención tiene riesgos tales como sangrado, lesiones ureterales y problemas en el soporte pélvico. Su eficacia en reducir el dolor no esta confirmada. Bibliografía 1. Sanfilippo J, Erb T. Evaluation and managment of dysmenorrhea in adolescents. Clin Obstet Gynecol. 2008 Jun; 51(2):257-67. 2. Lefebvre G, Pinsonneault O, Antao V, Black A, Burnett M, Feldman K, Lea R, Robert M; Primary Dysmenorrhea consensu guideline. SOGC. J Obstet GynaecolnCan. 2005 Dec; 27(12):1117-46. 3. Harel Z. Dysmenorrhea in adolescents. Ann N Y Acad Sci. 2008; 1135:185-95. Review 4. Dawood MY. Primary dysmenorrhea: advances in pathogenesis and management. Obstet Gynecol. 2006 Aug;108(2):428-41. Review 5. Bettendorf B, Shay S, Tu F. Dysemnorrhea: contemporary perspectives. Obstet Gynecol Surv. 2008 Sep;63(9):597-603 6. Doty E, Attaran M. Managing Primary Dysmenorrhea. J Pediatr Adolesc Gynecol. 2006 Oct;19(5):341-4. 7. Davis AR, Westhoff CL. 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