psicosis paranoide - Biblioteca Digital de APA

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PSICOSIS
T R AN
PARANOIDE
S F E R E N e 1A L
por JOSÉ LUIS GONZÁLEZ
ca.
Objeto de la comunicación
Desde fines de 1949, tengo en tratamiento a una joven de 30 años.
Solicitó su análisis por tener depresiones, ideas de suicidio, conflictos familiares e insatisfacción general. Es una personalidad histérica,
ya que sus problemas esenciales se planteaban en el plano edípico del
desarrollo de la libido, y las posiciones fálicas alcanzadas le permitían satisfacciones sexuales, fallando en cambio el afianzamiento de
su relación objetal por el conflicto inconsciente infantil con los padres.
Tenía conscientemente un intenso odio hacia el padre, que ocasionaba choques frecuentes entre ellos.
Desde las primeras sesiones, pude observar que el rencor hacia
el padre constituía un núcleo paranoide importantísimo y que los
mecanismos' histéricos eran la defensa para su completo florecimiento.
El objeto de esta comunicación es presentar los mecanismos principalesque pudieron ser observados en la entrada al período psicótico y en relación con la transferencia. Para poder comprenderlos,
daré las notas esenciales' de su historial.
Historial
El padre es un hombre severo, sarcástico y dominante. La madre,
dedicada al hogar, es inteligente, trata de suavizar los modales del
marido, pero es la principal frustradora de las tendencias sexuales
de la' paciente. Son tres hermanas: la enferma ocupa el lugar intermedio con una diferencia de año y medio entre la mayor y la menor.
Después de una intensa fijación a la madre, su libido va ávida-
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mente hacia el padre y en él encuentra rechazo: sufre así su primera
decepción fuerte, retornando a la madre que, ocupada con el embarazo
y parto de su tercera hija, origina la segunda grave frustración.
Se recuerda como una niña triste, dificil y caprichosa. A los
4 años es espectadora del coito de los padres. Esta situación se prolonga durante varios años, compartiendo ella la cama con la hermana
menor, situada al Iado de la de sus padres. Las graves crisis afectivas
derivadas, exageraban su terquedad y rebeldía infantil. El miedo a
los padres le hacía permanecer en la cama inmóvil, fingiendo dormir,
mientras fantaseaba todo género de crueldades sufridas por la madre
durante la posesión. A los seis años, su ingreso en la escuela estuvo
cargado de conflictos y su lucha más poderosa contra el padre consistía en su incapacidad para el estudio, mientras la hermana mayor
triunfaba y era alabada. Esta hermana tuvo conductas maternales con
la enferma, quien sin embargo la comparaba inconscientemente con
el padre. Con la menor había hecho una total represión del odio, y
para ocultarlo vivía una renuncia altruísta que sumada a la anterior
daba como resultado el fracaso de su vida. A los 8 años tuvo relaciones homosexuales con la hermana mayor, siendo una vez descubierta
por la madre. Este hecho la llenó de culpa, obligándola a serviles
sometimientos. A los 16 años, la madre la sometió a una revisión
médica, después de haberla encontrado besándose con su novio. A los
23 años contrajo matrimonio con un hombre de idéntico carácter al
padre, divorciándose dos años después. Retornó al hogar con una
exacerbación de todos los conflictos. Desde entonces ha establecido
variadas relaciones sexuales, sin haber llegado a mantener una buena
relación de objeto. La mayoría de las veces alcanza orgasmos vaginales y sus coitos son satisfactorios, otras, cesa súbitamente la excitación por despersonalización, en la cual permanece autobservando
su conducta.
Cada vez que nos acercábamos al coito de los padres, el rechazo
se establecía primero con crisis de llanto, desesperación y convulsiones de manifiesto carácter histérico, más adelante crisis de despersonalización, pasadas las cuales el rechazo consciente mostraba repeticiones de su terquedad infantil.
.rosé
LUIS GONZÁLEZ CH.
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El núcleo psicotico
Tratando las resistencias que acabo de mencionar como defensa
para la situación edípica, afloró con violencia el rencor y el odio
hacia el padre. Las quejas eran interminables. Aseguraba "que él era
el causante de todas sus desgracias, el culpable de todos los líos familiares. No podía soportar su presencia, la percepción de cualquier
ruido que proviniera de él le causaba una tensión que se traducía en
rigidez muscular intensa y trismus. Las sesiones en que me detallaba"
día a día sus innumerables quejas hacia el padre, se fueron prolongando con persistente monotonía.
Lentamente me fuí percatando del inconsciente placer que se
escondía detrás de sus torturas. Sus expresiones cambiaban: de la
rigidez más extrema pasaba a sonrisas burlescas y gesticulaciones
airadas en las que se percibía goce. Cualquier insinuación por mi
parte sobre estos hechos era violentamente criticada, descargando momentáneamente
en mí los reproches que hacía al padre. Aparecía
deprimida en la siguiente sesión, con' ideas de suicidio, pero lentamente recobraba su anterior estado de pugna en el cual parecía afianzarse mejor. Entonces, se podía observar con claridad el núcleo de su
personalidad psicótica, su yo se mantenía fragmentado en dos porciones manifiestamente visibles: la figura introyectada del padre que
era mantenida aislada del yo por un impacto persistente de sus persecuciones, vale decir, la imago mala del padre (objeto perseguidor)
era proyectada intrapsíquicamente,
y el resto del yo mantenía una
pugna continua contra ese objeto, reviviendo en un todo la situación
infantil. El placer observado indicaba el sometimiento sado-masoquista a la frustración infantil ocasionada por el padre. Cualquier intervención mía era vivida como una perturbación en su relación paterna:
en ese momento yo representaba la madre que estorbaba.
Paralelamente
a este material aparecían importantísimas
cias de su odio reprimido hacia la hermana menor ..
viven-
En un sueño que marca una etapa decisiva en su tratamiento, se
veía al lado de su madre, mientras un desconocido traía las ropas de
su hermana que se había ahogado en el río. Este hombre es el psicoanalista que viene a revivir el odio infantil hacia su hermana. Este
sueño y" otros muchos semejantes mostraban la segunda frustración
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infantil que el nacimiento de la hermana menor había significado en
su evolución libidinosa. Esta vivencia la hundía en profunda depresión, haciéndola sentirse criminal y malvada. Sólo en estos momentos
pasaba de los mecanismos persecutorios para entrar en la situación
melancólica que constituía el núcleo más profundo de su personalidad.
El análisis minucioso de la transferencia mostraba el carácter
materno de su proyección en el análisis y el sentimiento de culpa que
originaba en la vivencia del odio a su hermana. Defendiéndose de
esta situación empezó a proyectar la imago perseguidora del padre,
reviviendo en la transferencia el conflicto infantil.
Un sueño marca la entrada en la psicosis: está analizándose, sintiendo que no la quiero ni la entiendo. Al levantarse del diván se da
cuenta de la razón de su sentimiento: yo tenía que hacer y había dejado en mi lugar a un analista feo y estúpido para que me sustituyera.
Despertó con la impresión de haber sufrido el peor engaño y la traición más asquerosa que se pueda hacer a alguien.
En este sueño trata de elaborar el conflicto esencial en el cual
el rechazo del padre que no había satisfecho los requerimientos instintivos de la niña, había originado en ella la convicción de no ser comprendida y la fantasía de haber sido una hija no deseada. El analista
substituto es la imago mala del padre.
Al despertar del sueño, tomó la decisión de dejar el análisis, dada
la inutilidad de sus resultados. En la sesión siguiente relató un segundo sueño; entra a un edificio de muchos pisos, extremadamente sucio,
en las escaleras y pasillos ve gente de todas las edades. El piso superior está especialmente desordenado, sabe que hay un muerto y que
le van a obligar a comérselo. Despierta llena de angustia y no logra
reconciliar el sueño. En la sesión de ese día su hostilidad es manifiesta, acusándome de haberla enloquecido. En todos los reproches
utiliza las mismas palabras y los mismos argumentos que antes dirigía
al padre. Durante la semana siguiente al sueño, se quejaba de un
insomnio persistente, que aparecía como defensa a los sueños que
anunciaban el desequilibrio psicótico. El edificio en desorden, lo ínterpretaba como el desorden que el analista (imago paterna) le había
ocasionado.
Al terminar la semana, su estado era lamentable: extremadamente angustiada, llena de acusacionesy amenazando sucidarse. Se despi-
.rosé
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dió diciéndome: "Dejo a su conciencia la reflexión de mi infelicidad".
A la siguiente sesión llegó con retraso, pero mostrando una mejoría en su estado.
Analizando estos hechos y la acusación de su despedida, observé
el doble mecanismo de la proyección y de la introyección. Ella suponía
que había echado a perder mi fin de semana, que no habría podido
tener relaciones sexuales con mi mujer y que ésta, furiosa, debía de
haberme reprochado mi impotencia. ~xtroyecta en esta forma su
figura perseguidora y trata de hacerme vivir activamente las torturas
y las persecuciones que sufre ella pasivamente. Al mismo tiempo de
tener la impresión de haberse metido en mí para perseguirme, en
su despedida me introyecta con el fin de prolongar la discusión fuera
de la sesión psicoanalítica.
El alivio experimentado
obedecía a la
descarga que este mecanismo había favorecido. Era evidente que en
estos juegos psicológicos repetía la vivencia infantil de la introyección
de la figura paterna, y simultáneamente
la posición reivindicativa
que había adoptado en la infancia. La fantasía del pleito con mi
esposa significaba la intensidad con que había deseado la separación
de los padres en el coito.
Entonces me enteré de que hacía semanas había dejado la casa
paterna, acomodándose en una pensión, tan intolerable le había sido
en esos días la presencia del padre.
Debo decir que yo me había tranquilizado por el estado actual
que seguía a tan violenta descarga de afectos. Sin embargo, ella continuaba reprochándome
que la enloquecía y amenazándome con el
'Suicidio.
El último sueño relatado pudo entonces ser analizado. La casa
desordenada representaba la mente de la enferma, confusa y llena
de pensamientos ambivalentes, el hacinamiento que le habían obligado a vivir, con sus hermanas (los niños del sueño) y con sus padres
(los adultos del sueño). El muerto representaba la imago paterna
introyectada.
La obligación a comérselo significaba
una vivencia
infantil: la introyección del padre, verdadero acto canibalístico acaecido con su primera decepción infantil. En la transferencia, comer era
la exigencia de incorporar el objeto perseguidor para realizar una
mejor metaholización.
.
Reflexionando sobre los dos últimos sueños que he relatado, se
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puede deducir 10 siguiente: el analista representa por una parte la
madre infantil, única figura a quien podía recurrir después del conflicto con el padre. Representa al padre mismo en el momento de su
acercamiento amoroso. La suplantación de su analista por otro estúpido y feo, repite la decepción infantil, como lo demuestra el afecto
al despertar: la sensación de haber sufrido el engaño más asqueroso
,que se puede hacer a alguien. Muestra el abandono melancólico en
que le habían hundido los rechazos paternos, y se puede deducir
además que la figura deformada del psicoanalista usurpador es la
madre deformada por el embarazo de la tercer hija. Su percepción
inconsciente le hace comprender en el segundo sueño que la vivencia
de estos hechos la enloquecería momentáneamente. En fecto, se mano
tenía en equilibrio su conflicto infantil en la medida en que lograba
apartar en su yo la imago perseguidora. Y que cualquier intento de
fusionar los dos núcleos significaba su propia destrucción, por quedar
a merced de su objeto malo en forma total.
Parece ser, y éste es el punto que me interesa recalcar especial.
mente, que el enfermo paranoico es compatible con una vida social
más o menos adaptada, en la medida en que logra aislar el objeto
perseguidor del resto de su yo. Lo que permite la delimitación neta
de esta división, depende de las proporciones del objeto invasor y de
las cargas empleadas por el resto del yo para controlarlo y alejarlo.
También, de la capacidad de efectuar la proyección intrapsíquica del
objeto malo como primera medida defensiva.
En un segundo paso, esta proyección tiende a llevarse hacia afuera, buscando en el mundo exterior un objeto adecuado en el que puedan ponerse las cualidades de la imago introyectada, haciendo con
esta defensa menos peligroso y temible el objeto interior.
El tercer escalón es la psicosis, en la cual fallan estos mecanismos
y el objeto malo invade todo el resto de la personalidad.
Escapando a la vivencia de su disociación mental, la enferma
me había preparado su última defensa: abandonar el análisis como
había abandonado la casa paterna. Proyectaba en el analista la imago
perseguidora y se vengaba de ella abandonándola, como en la infancia
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lo había hecho con los padres. Su defensa se basaba en la imposibilidad de pagar su tratamiento y me enteraba con un mes de retraso que
.hahía renunciado a su empleo y que estaba en la miseria. Sabiendo
que no podía proseguir su análisis sin pagarlo y teniendo la plena
seguridad de que yo mismo con mi incomprensión le había arrastrado
a esa situación, me amenazó con no volver más y con difamarme
públicamente.
.
Dos meses más tarde apareció' en mi consultorio para abonarme
una pequeña parte de su deuda, me decía que me odiaba más que a
su padre, pero que todas las noches antes de dormir se analizaba
conmigo y la última media hora se dedicaba a insultarme a su gusto.
Semejantes entrevistas se repitieron mensualmente y yo aprovechaba
sus visitas para continuar mis interpretaciones.
Así llegué a saber la verdadera razón de su abandono. El día en
que se enteró que la hermana menor triunfaba decisivamente en su
vida profesional, ella renunció a todo el logro de su curación. Al
señalarle el odio por el triunfo de su hermana, vuelto contra sí misma
y tratando de hacérmelo vivir a mí como fracaso, irrumpió en llanto
y solicitó inmediatamente proseguir regularmente su tratamiento.
Entrada en la psicosis
No le quedaba otro remedio que enfrentar sus realidades psíquicaso EJ triunfo de la hermana equivalía al nacimiento de la misma,
los reproches al psicoanalista equivalían a los reproches infantiles
hacia los padres. Su ocultación de hechos importantísimos como abandonar el hogar y su trabajo, repetían las ocultaciones infantiles de
su odio ante la escena primaria. Cuando ella se siente incomprendida
en sus exigencias omnipotentes de amor al psicoanalista, repite la
situación infantil en que su rebeldía frente a los padres tampoco
había podido ser aceptada por éstos, puesto que su verdadero significado era la descarga de odio frente al coito desplazada a la inadaptabilidad escolar y en los caprichos.
La aceptación de este material la hundía en la depresión, llenandose de reproches. Se quejaba entonces de sentirse sucia, indigna y
homosexual. Relató con mucha culpa sus experiencias homosexuales
con su hermana mayor y las fantasías con la compañera del cuarto
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de la pensión. Estaba segura de que yo no le perdonaría sus pecados
y que debía parecerme un bicho repugnante.
Temía de nuevo dormir y sentía la necesidad de una completa
soledad, por lo cual se cambió de pensión, buscando un cuarto aislado. Por la noche su angustia aumentaba y las pocas horas en que
dormía eran interrumpidas por horribles pesadillas en que una pareja,
disputando, terminaba apuñaleándose. Veía entonces un hombre muerto bañado en sangre y al despertar tenía la impresión de que la mujer
que lo había asesinado iba a su cuarto para terminar con ella. Al
salir a la calle, temía el ataque de los transeúntes y frente a una
mujer que abría su bolso echó a correr temerosa de que la asesinara.
Sentía una mano apoyada en su espalda, que intentaba tirarla bajo
los vehículos para matarla.
La ciudad parecía cambiada y oía cómo los edificios se derrumbaban a eus espaldas mientras escuchaba a la madre que la llamaba
asesina, homosexual y sucia. Todo su cuarto lo veía lleno de parásitos,
y trataba de desinfectarlo con DDT.
En una alucinación autoscópica, veía su corazón y girando alrededor cuatro figuras que alternativamente
la acusaban o trataban de
perdonarla.
Me decía, al relatarme estos hechos, que tenía la impresión de
haber retrocedido en su sentimiento a una época tan lejana como la
del principio del mundo en que todo era desolación y muerte y los
animales antediluvianos
perecían por falta de alimento. Tenía la
vivencia de una progresiva desolación total. En esta situación me culo
paba porque yo no podía darle la ayuda que le salvaría de una muerte
inevitable. Este estado se prolongó durante tres semanas. Yo interpretaba continuamente su material psicótico refiriéndolo siempre al
conflicto edípico infantil. Las pesadillas nocturnas, como la doble
situación frente a la escena primaria, que actuaba como su pesadilla
durante tantos años. La pareja acuchillándose,
su concepto sádicoanal del coito y a la vez sus deseos agresivos hacia los padres. Le
mostraba cómo detrás de la figura del padre perseguidor se escondía
la madre traicionera y más peligrosa y prohibid ora que el padre. Este
punto fué confirmado con toda amplitud y culminó con las acusaciones a la madre por todas las prohibiciones eróticas de que había sido
objeto. Le interpreté las fantasías homosexuales' con la compañera de
.rosá
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pensión como la búsqueda de la madre después del rechazo del padre
(después de la huída del análisis).
El mismo significado se expresa sádicamente en la mujer amenazante. La mano que la empuja, representaba la fuerza de sus instintos,
que la obligaba a ponerse entre sus padres para separarlos durante
el coito, adoptando en su fantasías simultáneamente la posición masculina y la femenina. Este hecho es una fantasía muy arraigada en su
infancia, por ser la intermedia de sus dos hermanas. Los bichos eran
la propia enferma y tal vez las hermanas, su destrucción implicaba su
suicidio, que también proyectaba en la destrucción de la ciudad. Las
cuatro figuras del corazón son sus familiares y las discusiones que
mantienen representan su ambivalencia ..
La fantasía básica de retroceso al principio del mundo, es la vivencia de su abandono infantil.
La salida de este período psicótico fué vivida como un verdadero
renacimiento, señalando con insistente tenacidad que la salvación de
su locura se debía a la calma que había percibido constantemente en
mí durante su viaje "a la ciudad del silencio". En esta forma introyectaba en la figura del analista un objeto fuerte, capaz de ayudarle
en su lucha contra sus fantasmas inconscientes.
La salida de la psicosis planteó un interesante problema sobre su
capacidad mental. Le permitía concentrarse en sus estudios y en su
trabajo, pudo reiniciar sus lecturas (después de varios años de abandono) con una excelente asimilación y tenía la impresión de que el
análisis había "ampliado su inteligencia" considerablemente.
La explicación de esta interesante vivencia me parece muy clara
y simple: en la medida en que el objeto perseguidor es disociado y
metabolizado, las contracargas libidinosas que mantenían su aislamiento eran ahora aprovechadas como cargas de objeto. Por esta
razón su afianzamiento al plano genital fué más intenso después de
este cuadro.
Mientras escribía este trabajo, la enferma volvió a dejar su aná~ lisis. También esta vez por incapacidad de pagar los honorarios. Aunque esencialmente el determinismo es el mismo al relatado anterior-
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mente, las posiciones actuales cambian por completo el cuadro. Trata
de lograr el ingreso en la facultad X, que representa la posesión
genital con la madre. En un primer momento le parecía incompatible
este hecho con la continuación del análisis, pero comprendió que sólo
logrando facultad-madre y analista-padre simultáneamente y en un
mismo esfuerzo podría lograr su curación, vale decir, la reconciliación de los padres en el coito.
Para su logro, está planeando con mucha inteligencia y tesón
nuevas fuentes de ingresos económicos que le permitirán conseguir
ambas realizaciones.
RESUMEN
Psicosis paranoide transjerencial
Se presentan notas sobre una mujer que, teniendo una fachada histérica,
encubría un núcleo paranoide importante. En el curso del tratamiento, y en
directa relación con la transferencia, desarrolló un cuadro agudo transitorio
de psicosis paranoide. Lograda la recuperación, se apreciaron una marcada
mejoría y un mayor afianzamiento en el plano genital.
El trabajo tiende a mostrar, además de los aspectos transferenciales,
el
mecanismo defensivo usado durante la psicosis. El mecanismo de introyección de la figura perseguidora muestra: la división del yo con la finalidad
de aislarla 'para dominar el conflicto, la proyección en la figura. del analista y la pérdida consecuente del equilibrio neurótico que origina la entrada
en la psicosis. La reintroyección permite una más amplia maduración e integración del yo.
Se agregan algunos comentarios sobre la "amplitud de la inteligencia".
RÉS UMÉ
Psychose paranoide
transférentielle
On presente des notes sur une femme qui, par une facade histérique
recouvrait un noyau paranoide important, Au cours du traitement, et en
rapport direct avec le transfert elle développe un cadre transitoire aigu de
psychose paranoide, Une fois la récuperation ohtenue, on observa une amélioration notoire et un plus grand affermissement sur le plan génital. L'exposé tend a montrer, outre les aspects transferentiels, le mécanisme defensif
employé pendant la psychose, Le mécanisme d'introjection
de l'image pero
.rosá
244
LUIS CONZÁLEZ CH.
sécutoire montre la division du moi ayant pour Dutd'isoler cette image pour
dominer le conflit, sa projection sur l'image de I'analyste, et la perte consecutive de I'équilibre névrotique qui décIanche I'entrée dans la psychose.
La réintrojeetion permet une plus ample muturité et intégration du moi.
On ajoute queIques cornmentaires sur "L'ampleur de l'inteIligence".
SUMMARY
Transference
Paranoid Psychosis
Notes are presented on a woman who, beneath an hysterical facade,
covered up an important paranoid nucleus, In the course of treatment and
in direct relation to the transference, she developed a transitory acute condition of paranoid psychosis. Upon her recovery, a marked improvement and
greater strength in the genital plane were to be observed. The paper aims
at showing besides the transference aspects, the defensive mechanism used
during the psychosis. The mechanism of introjection of the persecutory figure
shows the splitting of the ego with a view to isolating this figure so as to
master the conflict, the projection upon the figure of the analyst and the
consequent loss of nervous balance which brings on the psychosis. The reintrojection aIlows of a fuIler maturation and integration of the ego.
Sorne commentaries are added upon "the range of inteIligence".
ZUSAMMENF
Paranoide
ASS UNG
Uebertragungspsychose
Verfasser berichtet ueber die Beobachtung einer Frau die unter einer
hysterischen
Fassade einen bedeutenden paranorden
Kern versteckte. Im
Laufe der Behandlung und in direkter Beziehung zur Uebertragung
entwickelte sich ein voruebergehender
akuter Zustand von paranofden Psychose.
Bei der WiederhersteIlung
liess sich eine bedeutende Besserung und eine
festere Genitalitaet beobachten, Ausser der Uebertragungsaspekte
will Verfasser die waehrend der Psychose angewandten Abwehrmechanismen
darsteIlen. Der Mechanismus der lntrojizierung der verfolgenden Figur zeigt die
Ichspaltung, die den Zweck hat jene Figur zu isolieren um den Konflikt
zu bewaeltigen; ausserdem, die Projizierung
in die Figur des Analytikers
und den folglichen Verlust des neurotischen Gleichgewichtes, der den Eintritt
in die Psychose hervorruft. Die Wiederintrojizierung
erlaubt eine groessere
Reife und Integrierung des Ichs.
Es folgen einige Bemerkungen ueber die "InteIligenzspanne".
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