¡Razas superiores!, s!, ¡Razas inferiores! Es fácil decirlo. Por mí parte, yo me aparto de tal opinión, especialmente después de haber visto a sabios alemanes demostrar científicamente que la francesa es una raza inferior a la alemana. No, no existe el derecho de las llamadas llamadas naciones superiores sobre las naciones llamadas inferiores. La conquista que preconizan es el abuso, liso y llano, de la fuerza que da la civilización científica sobre las civilizaciones primitivas, para apropiarse del hombre, torturarlo y exprimirle todaa la fuerza que tiene, en beneficio de un pretendido civilizador. G. Clemenceau, Miembro del Parlamento francés, Discurso (Julio de 1885) COMENTARIO. Estamos ante una proclama que Georges Clemenceau lanzó al parlamento francés en un u discurso en el verano de 1885, dentro del marco del desarrollo de la Conferencia de Berlín, que trató de regular la expansión imperialista de los países europeos por África. Clemenceau fue uno de los políticos más influyentes del primer tercio del siglo XX, no en vano llegó a ser primer ministro durante la Primera Guerra Guerra Mundial y fue uno de las cabezas visibles del tratado de Versalles. La brevedad del texto nos lleva a hablar habl de dos ideas básicas: 1. No existen razas superiores ni inferiores 2. La conquista que se preconiza no tiene más intención que la del beneficio del colonizador. Con respecto a la primera idea básica o principal diría que Clemenceau pretende mostrar su claro desacuerdo con la ideología racista que impera en el momento y que justifica la necesidad de la colonización africana (y asiática) bajo esa idea paternalista de ayudar al pobre. Para eso se apoya de una idea secundaria secun cuando habla de “después después de haber visto a sabios alemanes demostrar científicamente que la francesa es una raza inferior a la alemana”. El autor hace un claro paralelismo entre la supuesta superioridad alemana con respecto a la francesa cesa con la superioridad de la raza blanca de la negra, gra, o de las naciones superiores sobre las inferiores. Con respecto a la segunda idea clave el autor autor dirige la atención sobre que el interés real de los países europeos no es otro que el de aprovecharse de las “naciones inferiores”. inferiores Para esto se apoya de una idea secundaria: “La La conquista que preconizan es el abuso, liso y llano, de la fuerza que da la civilización científica sobre las civilizaciones primitivas”. primitiva Esta idea le sirve a Clemenceau para reiterar su visión del imperialismo como abuso y explotación injustificada injustific de las zonas africanas. Como decíamos en la introducción, el discurso de Clemenceau nceau se enmarca en el que, que quizá, fuera el momento más importante del imperialismo imperialis decimonónico, al poco de finalizar la conferencia de e Berlín. Esta conferencia trató de organizar (en la medida de lo posible) el proceso de conquista y colonización onización del continente africano. Una vez que Alemania se convierte en un país potente, que comienza a cuestionarle a Inglaterra la primacía económica, se impone la necesidad de reorganizar anizar el acceso al control de los territorios de África para evitar así disputas graves entre las potencias europeas. 1 Clemenceau no cuestiona tanto a la conferencia de Berlín en sí, como el proceso colonizador propiamente ente dicho y, sobre todo, las causas que llevan a ello. Recordemos que las causas del imperialismo van desde lo económico (necesidad de nuevos mercados y de acceso a tareas primas) hasta lo demográfico (excedente de población en Europa que busca oportunidades portunidades fuera), pasando por lo político (hegemonía) y, como dice Clemenceau, por lo ideológico. Una importante corriente de pensamiento justificó el imperialismo como un ejercicio de responsabilidad que las naciones ricas (superiores) tenían sobre las pobres (inferiores).. Kipling lo llamó la “responsabilidad responsabilidad del hombre blanco”. blanco Clemenceau tumba esta idea explicando que no hay ideología ni bondad en el imperialismo, sólo deseo de enriquecerse al precio que hiciera falta. Como conclusión diría que el discurso de Clemenceau fue bastante rupturista y valiente con respecto a la idea dominante,, que ni siquiera se planteaba qué consecuencias negativas podría tener el imperialismo para los territorios conquistados. con De todos modos esta valentía antiimperialista no le duró mucho a Clemenceau que, que, más tarde, cuando fue primer ministro ni siquiera se planteó cambiar la política colonial de su país. La cuestión del imperialismo es quizá el proceso histórico que más influencia ha tenido en la situación actual de África.. Una pena que África sea el continente oculto. 2