Malos tratos en ancianos. Detectar para prevenir Extraído de www.portalesmedicos.com Mª Carmen Martorell Hallado. Enfermera Servei d’Atenció Primària Terres de l’Ebre. RESUMEN Los malos tratos a personas ancianas es un problema fundamental de salud pública. La violencia puede evitarse y su prevención es una condición indispensable y fundamental, siendo la enfermería clave en su detección debido a su accesibilidad en su relación con el paciente. OBJETIVOS: Conocer si las enfermeras de Atención Primaria se encuentran capacitadas para detectar malos tratos y/o violencia en personas mayores de 65 años. METODOLOGÍA: se desarrolló un estudio cualitativo mediante grupo focal y un cuestionario de elaboración propia. RESULTADOS: En una escala de 1 a 10, siendo 10 la máxima puntuación, la media de los enfermeros/as valora en un 5,6 su capacidad para detectar malos tratos en ancianos. Palabras clave: Malos tratos a ancianos, violencia, detección precoz, enfermería, Atención Primaria. INTRODUCCIÓN Los malos tratos a ancianos es cualquier acto o omisión que cause daños, intencionados o no, ejercidos sobre personas de 65 años o más, que se de al medio familiar, comunitario o institucional y que vulnere o ponga en peligro la integridad física, psíquica o el principio de autonomía o de la resta de derechos fundamentales del individuo. (Definición según La Primera Conferencia Nacional de “Consenso sobre el anciano mal tratado”, Almería 1995). El anciano es una persona que no siempre se puede valer por si misma, y es en el momento que tiene que recibir cuidados y atenciones necesarias cuando pueden surgir problemas. Según Tomlin (1989), en el informe de la British Geriatrics Society sobre mal trato a la gente mayor, los ancianos que padecen alguna enfermedad, tienen más riesgo de sufrir malos tratos por parte de su familia o personal que les cuida. Se pueden presentar en diferentes ámbitos: • Institucional. • Social o estructural. • Familiar o doméstico. Es el que padecen en su domicilio. Puede ser ocasionado por algún miembro de la familia. Las familias que cuidan a las personas mayores con dependencia física o psíquica, afrontan situaciones que en muchas ocasiones sobrepasan sus posibilidades. La familia cuidadora carece de información, estrategias para sobrellevar las situaciones complejas, todo esto provocan crisis familiares, atención inadecuada, intolerancia y estrés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) el año 1988 describe el perfil de la persona anciana victima de abusos y el perfil de la persona que lo ejerce, este estudio se encuentra publicado en la revista Cubana de Medicina General y Integral 2004. Perfil de la persona anciana victima de abusos: 1. Mujer (aproximadamente un 80%), según Hell (1988) en el estudio de Manitoba (Canadá) 2. Mayor de 75 años. 3. Físicamente impedido/a. 4. Disminución mental. 5. Socialmente aislado/a. 6. Deprimido/a. 7. Predisposición a adoptar el papel de enfermo. 8. Repetidos intentos frustrados de recibir ayuda en el pasado. 9. Maltratado en el pasado por un progenitor. 10. Demasiado pobre para vivir independientemente. 11. Alteraciones en la conducta. 12. Testarudo. Perfil de la persona que ejerce el abuso : 1. Familiares que han estado cuidando un anciano durante muchos años (9 y medio de promedio). 2. El 75% vive con la víctima. 3. Parentesco: 40% pareja, 50% hijos o nietos. 4. El 75% tiene más de 50 años y el 20% más de 70. 5. Múltiples responsabilidades. 6. El 48% necesita dinero de las víctimas y el 48% la casa. 7. Antecedentes de delitos contra la propiedad. 8. Socialmente aislados y generalmente desempleados. 9. Problemas económicos. 10. Salud mental: depresión, ansiedad, alcoholismo, adicción a otras sustancias. 11. Estrés o crisis vitales. 12. Comunicación inexistente. 13. En la infancia, hostilidades entre padres e hijos. 14. Experiencia familiar de malos tratos. 15. Cuidador/a único/a, inmaduro/a. 16. Falta de preparación o habilidades para cuidar, dificultades de comprensión de la enfermedad. 17. Tienen que cuidar a otras personas. 18. Situación personal de salud. 19. Relación afectiva previa. 20. Problemas de autoestima. Topología de maltratos : Según la Declaración de Toronto el 17 de noviembre de 2002. Declaración para “La Prevención Global del Maltrato de las Personas Mayores”. 1. Maltrato físico: uso de la fuerza física que puede dar lugar a una lesión corporal, dolor físico. 2. Maltrato psicológico: causar intencionadamente angustia, pena, sentimiento de indignidad, miedo o aflicción mediante actos verbales o conductas no verbales (amenazas, insultos, intimidación, humillación, ridiculización, infantilización, privación de seguridad y/o afecto, invalidación…) . 3. Abuso sexual: comportamiento (gestos, insinuaciones, exhibicionismo) o contacto sexual de cualquier tipo, consumado o no, no consentido o en personas incapaces de dar consentimiento. 4. Explotación financiera: utilización no autorizada, ilegal o inapropiada de fondos, propiedades o recursos. 5. Maltrato farmacológico: utilización inapropiada o desproporcionada de fármacos para la sedación o contención. También incluye la negación de un medicamento necesario. 6. Negligencia/Abandono: rechazo o negación para iniciar, continuar o completar la atención de las necesidades de la persona, ya sea de forma voluntaria (activa) o involuntaria (pasiva), por parte de la persona que sea la responsable. Por ejemplo, no aportar recursos económicos, omisión de las necesidades básicas con alimentos, agua, alojamiento, higiene, ropa, atención sanitaria, tratamiento médico, etc. Cuando esta situación se da en ámbito institucional, se habla de negligencia, y en ámbito familiar, abandono. 7. Vulneración o violación de los derechos: interferencia de la libertad personal, así como la explotación de la persona mayor o la vulneración de otros derechos fundamentales que tiene la ciudadanía. 8. Autonegligencia/autoabandono: comportamiento no consciente que amenaza la propia salud o seguridad. Negación o rechazo a alimentos, agua, ropa, higiene, medicación. Importancia del personal de los servicios sanitarios para detectar el maltrato: El principio de universalización, introducido en la Ley de Sanidad de 1986, ofrece a todos los ciudadanos del estado español la posibilidad y el derecho de recibir atención sanitaria publica. La atención primaria es el primer nivel de acceso. Requiere la implicación activa de todo el personal de los servicios sanitarios que tendrán que ser concientes de que el abordaje y la resolución de las consecuencias de la violencia tienen que empezar en la detección del problema, pero que las víctimas no suelen manifestar ni hablar de su situación. A menudo, tienen miedo, vergüenza, minimizan la gravedad y peligrosidad de la situación, se resisten a reconocerlo y pueden llegar a auto culparse. En muchas ocasiones se requieren intervenciones interdisciplinarias con profesionales que no siempre se hallan a cada centro de atención primaria (CAP), cosa que hace necesaria la coordinación entre todas las instituciones implicadas con la finalidad de dar una respuesta integral e integrada en este tipo de situaciones. Resulta difícil identificar situaciones de malos tratos cuando no existen lesiones físicas. Si el personal de los servicios sanitarios es capaz de profundizar mediante una relación terapéutica en aquellos elementos psicosociales que tienen a ver en la manera y el estilo de vida de quien la padece, con sus problemas y su situación familiar, se podría obtener un diagnóstico acertado. La detección de la violencia por parte del personal sanitario predispondrá a la rotura del silencio, cosa que supone el primer paso para la compresión y visualización del problema. La OMS, en el “Protocolo Común para la Actuación Sanitaria ante la Violencia”, define que las funciones mínimas a desarrollar en este tema desde el sistema sanitario son las siguientes: • Estar alerta a posibles signos y síntomas de maltrato y hacer el seguimiento. • Ofrecer atención sanitaria y registrarla en la historia clínica. • Ayudar a entender el malestar y los problemas de salud como una consecuencia de la violencia. • Informar y remitir a los recursos disponibles de la comunidad. • Mantener la privacidad y la confidencialidad de la información obtenida. • Estimular y dar soporte a la víctima a lo largo de todo el proceso, respetando su propia evolución. • Evitar actitudes insolidarias o culpabilizadotas ya que pueden reforzar el aislamiento. • Establecer coordinación en otros profesionales e instituciones. • Colaborar en dimensionar e investigar el problema mediante el registro de casos. “No hacer” es permitir que la violencia continúe, actuar contribuye a poder resolver el caso. Frecuentemente no se interviene por miedo de no saber qué hacer, a hacer más daño…, pero es importante señalar que sólo escuchar con respeto es un acto terapéutico. Con frecuencia la consulta es el único espacio que la victima tiene para hablar del que le pasa. MATERIAL Y MÉTODOS: Para la realización del estudio se eligió la metodología cualitativa, ya que permite acercase a la percepción de los sujetos de estudio acerca de su capacidad para detectar situaciones de violencia. Se pasó un cuestionario con el fin de conocer datos relativos a la situación formativa de cada uno de los participantes, así como edad, sexo, años de diplomatura en enfermería, información en relación con los recursos existentes para el manejo de este problema (Anexo I). Los datos se recogieron entre Abril y Junio de 2009. Se mandó el cuestionario a las adjuntas de los diferentes centros de salud de las comarcas Baix Ebre y Montsià pertenecientes a la provincia de Tarragona y ellas los repartieron a los diferentes profesionales, quien las quiso contestar lo hizo de manera voluntaria y anónima y la reenvió. Se obtuvieron 30 cuestionarios contestados. RESULTADOS : 28 de los 30 cuestionarios fueron contestados por enfermeras y 2 por enfermeros. El 93,3% de los enfermeros/as que contestaron el cuestionario piensan que el maltrato en los ancianos es una realidad y solo el 6,66 piensan que no lo es. Un 16,6% tienen formación en violencia, pero un 100% son cursos de pocas horas de durada, o jornadas, y la mayor parte hace referencia a la violencia de genero. Un 56,6% dice no tener protocolos para la detección y actuación en caso de malos tratos a ancianos, un 20% dice que si tiene y un 23,3% que no sabe. De los que dicen que si disponen, un 83,3% dicen que son fáciles de usar. El 26,6% de los profesionales afirman haberse encontrado por lo menos una vez en algún caso de maltrato a ancianos, siendo el 50% maltrato psíquico, el 37,5% maltrato físico y el 12,5% maltrato por negligencia. Un 87,5% de los maltratos eran producidos por un familiar y un 12,5% por otro cuidador. Un 50% opina que no hay coordinación entre enfermería y la resta de profesionales implicados como médicos y trabajadores sociales, un 46,6% que si hay coordinación y un 3,3% que si hay coordinación con los médicos pero no hay con los trabajadores sociales. La media de la puntuación ente 1 y 10 sobre si se sienten capacitados/as los enfermeros/as de Atención Primaria para la detección precoz de malos tratos/violencia en gente mayor se sitúa en un 5,6. CONCLUSIONES El profesional de enfermería de Atención Primaria constituye un elemento clave en el abordaje de la violencia a ancianos por su accesibilidad, por la atención integral que presenta, por el conocimiento del paciente y de su contexto familiar, y además con frecuencia cuenta con su con su confianza. Todos estos aspectos requieren que tanto las enfermeras/os como los demás miembros del equipo estén formados correctamente. Los profesionales de enfermería encuestados detectan la necesidad de formación específica y la necesidad de coordinación con la resta de profesionales. El hecho de conocer las posibles formas de maltrato, sus características y su forma de detección permitirá realizar una adecuada evaluación de los pacientes geriátricos, con lo que conseguiremos detectar situaciones potenciales o reales de maltrato y derivar estas personas a otros profesionales del equipo de salud para la solución del caso. ANEXO 1. Edad: 2. Sexo I. ENTREVISTA SOBRE MALOS TRATOS A MAYORES DE 65 AÑOS 3. Años de diplomatura en enfermería o ATS 4. Zona de trabajo. Baix Ebre – Montsià 5. ¿Piensas que el maltrato en los mayores es una realidad? Sí – No 6. ¿Tienes formación en temas de violencia? Si (qué formación y de qué tipo de violencia) – No. 7. ¿Dispones de protocolos, en tu centro de trabajo, para la detección y actuación en caso de maltrato en ancianos? Si – No - No sé. 8. En caso de disponer, ¿son fáciles de utilizar? Si – No - ¿Quieres añadir algún comentario al respeto? 9. ¿Te has encontrado alguna vez con algún caso de violencia? Si – No Si la respuesta es afirmativa: - ¿De qué tipo era? - ¿Dónde se daba? (CAP, domicilio, residencia…) - ¿Quién la producía? (familiar, vecino, otro cuidador…) - ¿Cómo la detectaste? 10. ¿Te sientes capacitado/a para la detección precoz de violencia/maltratos en ancianos? (1 mínimo grado y 10 máximo). 11. ¿Piensas que hay coordinación ente enfermería y la resta de profesionales implicados como médicos y trabajadores sociales? Si – No. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS : 1. Compilació de Dra. Mercè Tabueña Lafarga. Els maltractaments a les persones grans. Una realitat oculta. 1ª ed. Caixa Catalunya Obra Social; 2003 . 2. Coma M, Muñoz J, Orfilia F, Tabueña M. Los malos tratos a las personas mayores. Fundación Maphre Medicina; 2005 . 3. Prevenir i actuar contra els maltractaments a les persones grans. Fundació Viure i Conviure Caixa Catalunya Obra Social; 2007. 4. Buján I, Cacho L, González M, Longa I, López G. Reflexiones sobre el maltrato al anciano en la sociedad occidental.Rev Cubana Med Gen Integr 2004;20(1). Disponible a: http://bvs.sld.cu/ revistas/mgi /vol20_1_04/ mgi08104.htm. 5. Iborra I. Maltrato de personas mayores en la familia en España. Centro Reina Sofía. València juny 2008. Disponible en: http://www. Imserso mayores. csic.es/ documentos/ documentos/ iborra- maltrato -01.pdf. 6. Rev. Esp. de Geriatría y Gerontología, 2001;36(1);8-14 . 7. http://www. malostratos. org/ images/ pdf