AUTOCONOCIMIENTO AUTOCONTROL / AUTOGESTIÓN DE TI MISMO Conocerse es fundamental, pero ¿de qué sirve conocerse bien si uno no sabe gestionarse?. Y viceversa, ¿de qué sirve gestionar muy bien algo que no se conoce en profundidad? Tanto para el que se conoce y no sabe gestionarse como para el que gestiona sin conocerse el fracaso está asegurado. En la actividad diaria toda nuestra personalidad está en marcha. Nuestro modo de ver, las gafas con las que vemos la vida vienen con el “defecto” o “marca” de fábrica. El apasionado, para bien o para mal, vive la vida apasionadamente; el metódico de una manera ordenada y controlada; el sentimental se verá mas afectado por cómo percibe la realidad con sus sentimientos... Nuestra forma de ser, aunque no determina, sí condiciona nuestro modo de vivir y actuar. Conocerse, detectar cuando los sentimientos nos están moviendo a actuar en determinada situación, o cuando estamos actuando fríamente sin pensar en las consecuencias ni en los demás, etc., y dirigirse a uno mismo mediante hábitos buenos, nos permitirá alcanzar en cada momento lo que estimamos como bueno y correcto. Según decía Leonardo Da Vinci “No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo”. Las emociones, los sentimientos, las pasiones, positivas o negativas pueden ser una buena arma para el ejercicio de la profesión pero también pueden llegar a ser nuestro mayor enemigo prejuzgando situaciones y personas por tener celos, envidia, frustración, rabia, compasión, etc. El dominio de nosotros mismos permite aceptar y adaptarnos a la realidad tal cual es; permite que actuemos en cada momento de la manera más correcta o adecuada a la circunstancia, es decir que actuemos libremente, como decía Platón “la libertad está en ser dueños de la propia vida”. Quien se sabe gobernar a sí mismo será más capaz de gobernar adecuadamente a los demás.