Jueves Santo - Misa de la Cena del Señor Nos reunimos en torno a la mesa del Señor, como hace más de dos mil años, Jesús celebraba su última cena y se despedía de los suyos, dejándoles como testamento el sacramento de su Cuerpo y Sangre y el mandato del amor, hecho vida en el lavatorio de los pies de los apóstoles y rubricado con su sacrificio en la cruz del Viernes Santo. Con emoción intensa, los cristianos de todo el mundo queremos celebrar aquella última cena, que fue el comienzo de la nueva Pascua. Iniciamos, pues, el Santísimo Triduo Pascual, los tres días de la Pascua, en los que Cristo pasa de este mundo al Padre, por medio de su cena, su muerte y su resurrección, que actualizaremos en los signos sacramentales que vamos a celebrar. Abramos nuestros corazones a la Palabra de Dios y recibamos los dones eucarísticos, como señal del amor de Jesucristo hacia nosotros. Monición a la Palabra de Dios (a las tres lecturas) Israel celebraba todos los años, la fiesta de la Pascua, en la cual actualizaba la liberación de la esclavitud de Egipto, en la comida del cordero pascual. Una fiesta de liberación, que Jesús celebró por última vez una noche como ésta, en la cual lavó los pies de los suyos en señal de servicio y dejó la Eucaristía, como conmemoración de aquella última y definitiva pascua, que nosotros celebramos este Jueves Santo. San Pablo recordaba cómo había recibido la tradición de la Iglesia y de los apóstoles, de la celebración de la Cena del Señor, en la cual Cristo se entregó como comida y bebida de salvación. Por eso, celebrando con la Iglesia Universal el don inmerecido de nuestra salvación en esta primera noche del Triduo Pascual, los cristianos alzando la copa de acción de gracias, damos gracias a Dios por los signos sacramentales del pan y del vino, el Cuerpo y la Sangre del Señor, su nueva Pascua que hoy celebramos. Monición al lavatorio de los pies El gesto de Jesús, lavando los pies de los discípulos, nos muestra lo que ha sido su vida: una constante entrega y servicio. Ya él lo había dicho: No he venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida en rescate por muchos... Con el gesto hecho por el celebrante, nos recordará a Jesús resumiendo toda su vida y enseñanza lavando los pies, pidiéndonos a nosotros hacer lo mismo. Monición a las ofrendas Presentemos al Padre Celestial nuestras ofrendas de pan y vino, en esta (tarde noche) en que Jesús se hace alimento para todos, en esta fiesta de la Iglesia en la que celebramos su cena pascual de despedida y recordamos sus últimos gestos de entrega, dándonos su Cuerpo y Sangre y lavando los pies de los suyos. Monición a la Comunión El Señor Jesús se ha quedado con nosotros en el alimento eucarístico. Con fe y alegría, acerquémonos a recibirlo. Hagamos nuestros sus sentimientos y su entrega hasta la muerte de cruz, que nos conduzcan a la gloria de la resurrección, anticipada en esta Cena que hoy celebramos y compartimos. Monición a la Reserva en el Lugar de la Reserva (si se hace el traslado de la reserva eucarística) Hemos terminado la celebración de la santa Eucaristía, en la que hemos celebrado el mandato del amor del Señor, la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio (así como el gesto del lavatorio de los pies de los apóstoles). Seguidamente, el celebrante va a llevar hasta el Lugar de la Reserva (destinado y debidamente adornado para ello de manera sobria), la Eucaristía que comulgaremos mañana al celebrar la liturgia de la Pasión y muerte del Señor. Este Cuerpo Sacramentado de Cristo que ahora será reservado, nos manifiesta su amor y su voluntad de permanecer siempre con nosotros. Por eso, lo acompañamos procesionalmente con cantos de alabanza y de profunda adoración y nos quedaremos en oración, preparándonos a celebrar mañana, la liturgia de la Pasión del Señor. Monición de despedida (si no se hace el traslado del Santísimo al lugar de la reserva) Hemos celebrado la Misa de la Cena del Señor, en la cual recordábamos la institución de la Eucaristía, del Orden Sacerdotal y del mandamiento del amor, cuyo signo fue el lavatorio de los pies, anticipo de la entrega del Señor a la muerte el Viernes Santo. Dios mediante mañana celebraremos la Pasión y muerte de nuestro Redentor, en espera de la gran celebración de la resurrección en la noche de Pascua, en la solemne Vigilia. Hagamos vida lo vivido y celebrado esta tarde - noche. Oración de los fieles Misa de la Cena del Señor el Jueves Santo Celebrante: Presentemos a Jesús, quien, antes de entregarse a la muerte, no dejó la Eucaristía como testamento de su amor, diciendo: ¡Escúchanos, Señor! Por la Iglesia extendida por el mundo entero, para que sea signo de sencillez y servicio, como nos enseña Cristo. Oremos. Por los nuestros pastores, para que este día eucarístico renueven su servicio ministerial a la Iglesia, celebren y vivan intensamente aquello que celebran. Oremos. Por los gobernantes y los que ejercen la autoridad como servicio, para que promuevan la paz, la justicia y la caridad entre los pueblos. Oremos. Por los enfermos, los pobres, los que sufren y los que viven tristes, para que encuentren en nosotros una señal eficaz de la entrega de Jesús. Oremos. Para que sigamos el ejemplo de Cristo, y sepamos lavar los pies a nuestros prójimos, es decir, servirlos y ayudarlos. Oremos. Por todos nosotros, para que, del mismo modo que nos hemos reunido para participar en la cena del Señor, vivamos unidos en la caridad fraterna. Oremos. Por nuestros difuntos, en especial, los que estamos recordando y encomendando en esta Eucaristía, para que gocen ya de la paz definitiva, en el Reino de Dios. Oremos. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta, para que nunca dejes de atenderlas. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.