Noviembre 1949 ; ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA 455 hepática un proceso cuya historia orientaba darísimamente hacia una afección orgánica gástrica. También hay que sacar la experiencia de los errores de una exploración radiográfica de ,estómago deficientemente hecha y mal interpretada. Discusión. - BADOSA GASPAR. Refiriéndose al segundo caso, cree se trataba de un ukus que sufrió la degeneración neoplásica. Considera la primera exploración radiológica como un error craso. ZAMANILLO. ~ Cita un caso, que no pudo estudiarse detalladamente, pero que cursaba con epigastralgia nocturna, y que por sólo este síntoma orientóse hacia un proceso colecistopático, y tratado en este sentido, mejoró extraordinariamente. GRAS. ~ Se refiere a las dificultades diagnósticas en los ulcus de cara. PRIM. ~ Se refiere a la coexistencia de procesos duodenales y colecistíticos. Refiere dos casos personales. Cree que, si es posible, al intervenir por procesos gastroduodenales deben explorarse las vías biliares. GALLART ESQuERDo. - Se refiere a los dos casos presentados, extrañándo~ se que en ambos se dejase de tratar precisamente el proceso que la historia expresaba de un modo terminante. Insiste en que la exploración radiográfica en manos no competentes, no orienta, sino, al contrario, puede servir para que a través de ella se sienten con más firmeza las erróneas conclusiones. PUle SUREDA. ~ Se exti,ende en consideraciones de tipo quirúrgico explicando las incidencias operatorias al practicar la colecistectomía al primer enfermo y el curso postoperatorio. BARBERÁ VOLTÁ. - Al comentar los errores diagnósticos previos de los casos presentados, refiere varios casos personales en que los síntomas clínicos presentaban tal ,confusionismo que hacía posibles las dudas diagnósticas hasta el momento operatorio. En estos casos hay que poner a prueba la sagacidad clínica del médico y apurar todos los medios útiles de exploración. Se refiere en primer lugar a una enferma con litiasis tolerada, que posteriormente se complicó con estenosis pilórica, pero causada esta por un ulcus duodenal concomitante. Otro enfermo que tenía una historia clara de cólicos hepáticos con ictericia, presentaba asimismo un discreto y antiguo síndrome tardío, que pudo demostrarse lo producía un ulcus duodenal. • La Litiasis del Páncreas Dr. A. Gallart-Esquerdo Sesión clínica del día 24 de febrero de J949 L autor hace un estudio detallado, pero resumido, de la etiopatogenia, la anatomía e histología patológicas, la sintomatoIogía y las formas clínicas de la litiasis del páncreas. ' El diagnóstico clínico de la afección es muy difícil de ,efectuar, por. ~o decir imposible; solamente podrá establecerse con certeza en los casos excepcIOnales en que las crisis dolorosas van seguidas de la eliminación de cálculos con las heces o de la formación de un quiste por retención, de consid~rables dimensiones. A continuación detalla la manera de obtener las placas radiográficas para que puedan ser de utilidad y se ocupa del diagnóstico radiológico diferencial COIn loscáJlculos de la vesícula biliar, del colédoco y dlel riñón. E ANALES DE MEDICINA Y CI1WGIA Vol. XXV .. N.O 53 Termina su comunicación con el estudio del pronóstico, las complicaciones y el tratamiento de la pancreatolitiasis. Dis:cusión. - GALLART MONÉS. Conviene de vez en cuando remover los asuntos raros. Es muv probable que algunos síndromes epigástricos mal definidos, sean ocasionados por cálculos pancreáticos. En realidad no sabemos si los cálculos vesiculares y los pancreáticos coexisten porque no nos preocupamos de comprobar estos extremos. (KORTE cita 16 casos de concomitancia de esto.s procesos). Cree que debe existir un trastorno primitivo en la glándula pancreática, como existe en la vesícula biliar, en. las colecistopatías orgánicas. Quizá también algunos casos de ictericia que se atribuyen a procesos intrínsecos de coledoco, sean ocasionados por compresión extrínseca. El cirujano debería explorar el páncreas en todas las laparatomías supraumbilicales . • Asociación de Neurología y Psiquiatría de Barcelona Geropsiquialría Dr. J. Solé Sagarra EL mismo modo que en los últimos años ha adquirido personalidad propia la rama psiquiátrica que se ocupa de los trastomos psíquicos del infante, la paidopsiquiatría, el comunicante cree la adquirirá pronto la que debe llamarse genop!JiquiatT1ía. Este nombre engloba no sólo aquellos síndromes psicopatológicos impuestos por la involución y la regresión orgánica y funcional del ser humano, sino también las variaciones impuestas por la senilidad sobre el curso de las demás enfermedades psíquicas. El hecho de figurar como psiquiatra en el primer Servicio hospitalario de Geriatría organizada en España, ha permitido al autor entrever prácticamente las posibilidades de estudio del tema que trata, aunque no puede sacar todavía enseñanzas concluyentes de su experiencia (8 meses) en tal Sección de Geriatría. Pasan del centenar los enfermos explorados psíquicamente en el mencionado Servicio de Geriatría de Barcelona. De ellos presentan anormalidades psicopatológicas manifiestas un 60 %' predominando entre todos los trastornos mentales hallados, la demencia senil, a la que siguen en orden de frecuencia: la arteriosclerosis cerebral, psicopatías diversas (sobre todo histerismo) y estados oligofrénicos. Desde el punto de vista orgánico, los diagnóstico.s más frecuentes son: arteriosclerosis, cardiopatías, fracturas antiguas de femur, parálisis agitante, síndromes hemipléjicos y parapléjicos diversos y reumatismo deformante. La geriatría está actualmente en pleno desenvolvimiento en todos los países, sobre todo en Norteamérica. Entre nosotros BERTRÁN BÁGUENA ha sido el promotor de esta subesyecialidad médica, habiendo publicado recientemente un libro de geriatría, en e cual ALBERCA dedica dos capítulos a las afecciones psíquicas. Fuera de esto, renemos trabajos aislados de MARAÑbN, LÓPEZ IBOR, etcétera, que tocan indirectamente el tema de esta comunicación. Si buscamos antecedentes históricos, podemos considerar a ARETEO como el precursor de la geropsiquiatría, ya que fué el primero en considerar las perturbaciones mentales de la senectud por separado. RHAZES opinaba que la melancolía es un acontecimiento inevitable en la vida de las personas viejas y decrépitas. ESQUIROL describió magistralmente la demencia senil; pero no se realizó ningún progreso D '.~