Pasión por el traje regional

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62 Día 15
Diario del AltoAragón - Miércoles, 10 de agosto de 2011
Instantánea de los años 70, con los más pequeños en la cabalgata que había en la noche del 15. S.E.
Mayores y pequeños de la familia Lanau-Broto van perfectamente ataviados. S.E.
Pasión por el traje regional
La familia Lanau-Broto no falta a la ofrenda al Santo, perfectamente
ataviados, desde hace más de tres décadas
J.ARNAL
HUESCA.- Carmen ha estado es-
tos días cosiendo el traje de baturro de Sancho que, con apenas
unos días de vida, saldrá por primera vez en la ofrenda de flores
y frutos a San Lorenzo. No es la
primera vez que un miembro de
la familia Lanau-Broto se despide del santo a tan temprana edad,
ya que el hijo de Gerardo Lanau,
Vitorián, hace dos años vistió su
traje quince días después de que
su madre le diera a luz.
Y es que sumarse a este acto
forma parte de una tradición que
hace más de 35 años cumple este grupo de oscenses, encabezados por Carmen, que se confiesa
amante del traje regional, que
nunca han faltado al recorrido,
siendo siempre uno de los grupos más numerosos, llegando a
juntarse hasta doce personas, familiares o amigos.
Gerardo también lo hace en la
procesión del día 10, con algún
otro de sus familiares, pero la
cita del día 15 está marcada en
rojo en el calendario de agosto,
incluso para los más jóvenes, a
los que “chantajean”, bromean.
“No somos -comenta su madrede ir a las Completas u otras tradiciones, pero participan en la
procesión y en la ofrenda siempre hemos salido”. Ni se imagina Carmen una fiestas fuera de
Huesca: “Me gustan mucho las
fiestas, no se irme de aquí”.
Pero no sólo acompañan con fidelidad al santo, sino que lo hacen perfectamente ataviados con
diferentes trajes tradicionales de
la provincia, para lo que la familia investiga a fondo la indumentaria y peinados que se llevaban
en su momento. Carmen es la
costurera “aficionada”, insiste, y
la peluquera que les prepara para esa tarde, e incluso por su destreza y delicadeza, en más de una
ocasión lo hace para otros participantes, como alguna mairalesa.
No existe ninguna excusa para no
salir bien ataviada porque inclu-
so cuando las mujeres han estado
embarazadas han salido cuidadosamente vestidas.
Documentación previa
En los armarios de esta familia
encontramos trajes de distintos
tamaños, sexo y origen, fragatinos, de la Alta Ribagorza, chistabinos, ansotanas o chesas, sin
olvidarnos de los habituales trajes regionales, a los que van incorporando detalles antiguos,
como pañuelos o una falda de
doscientos años. Para ello, señala
Gerardo, “nos informamos para
hacerlo lo más exacto posible”,
preguntado en los pueblos, a conocidos, incluso acudiendo a la
Fototeca de la Diputación Provincial. Algo que, apunta Carmen,
“no es complicado hacerlo”,
mientras destaca cómo antes “la
gente ahorraba en tela y lo hacía
lo más económico”.
“Procuro hacerlo lo más exacto
posible -señala Carmen-, sin añadir nada” y siempre jugando con
la lógica, añade Gerardo: “Cuando iban trabajar, iban de una forma y cuando era fiesta, sacaban
lo mejor que tenían en casa o lo
>”Lo importante
es que se salga de
casa perfectamente
ataviado” y la mujer,
añaden, “guapa”
Los trajes cuentan con detalles que tienen historia. S.E.
Hasta los peinados están perfectamente cuidados. S.E.
mejor que podían tener”. Mientras observan las numerosas fotos
que han acumulado estos años,
comentan cómo también los trajes han evolucionado según las
modas; por ejemplo, el cachirulo
a cuadros que en los años 70-80
se extendió en los trajes de baturros, que antes solían ser negros
y adornados con flecos. Tanto
trabajo también ha tenido su reconocimiento con alguno de los
premios otorgados a los integrantes de la ofrenda.
Y para estar listas para la tarde,
se reúnen todos en casa de Carmen, donde ella ya comienza a
elaborar los peinados, para lo que
también acudió a un curso porque es “lo que más cuesta”, mientras que su hijo le echa también
una mano con los trajes, ya que él
está habituado por todos los años
que ha estado en la agrupación de
Santa Cecilia.
Con el paso de los años, todos
los familiares, incluso los que no
se han dedicado a la jota, parece
como si siempre hubieran llevado esta ropa: “Amigos joteros que
tengo me dicen que siempre llevan el traje con un porte”. “Lo importante -insiste Gerardo- es que
se salga de casa perfectamente
ataviado” y, la mujer, matiza su
madre, sobre todo “guapa”, con
la cara despejada, las niñas sin
maquillaje, y las mínimas joyas,
con algún “detallito”, dice su hijo. Recalca este detalle Carmen
porque defiende que el maquillaje apenas tiene que apreciarse,
como si fuera una indumentaria
que llevaran a diario.
Carmen, en el centro, junto a su nuera y su hijo Gerardo y el pequeño Vitorián. S.E.
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