. Natividad de la Santísima Virgen María 1. Monición de entrada: Estamos reunidos, en nombre del Señor, para celebrar la Natividad de la Santísima Virgen María, en esta Fiesta de nuestra Patrona. Esta celebración nos recuerda una profunda verdad: la venida del Hombre-Dios a la tierra fue preparada por Dios Padre, a lo largo de los siglos. Al celebrar esta festividad no podemos menos que agradecer a Dios por esta gran bendición y desde lo más profundo de nuestro corazón cantar con María: se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. De pie para recibir al celebrante de esta liturgia. 2. Acto penitencial Tú, que elegiste a María desde toda la eternidad, para que de ella naciera el Salvador: Señor, ten piedad. Tú, que quisiste que naciera sin pecado y llena de gracia: Cristo, ten piedad. Tú, que has querido que fuera nuestra Patrona: Señor, ten piedad 3.Oración de los fieles Por la Iglesia de Dios, para que, por medio de la Virgen María, ilumine y ayude a las personas que tienen dificultades en creer, y buscan al Señor sinceramente. Roguemos al Señor... Todos: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros” Por los que rigen los designios de la patria, nuestros gobernantes, para que tengan una buena administración y el pueblo adquiera el bienestar y la paz. Roguemos al Señor... Todos: Que tu santa Madre… Por los enfermos y necesitados de atención física o espiritual, especialmente los nuestros, para que confíen en que todos nosotros, con la ayuda de la Virgen María, les atenderemos. Roguemos al Señor... Todos: Que tu santa Madre… Por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que, en nuestro pueblo, siempre se pueda predicar la Palabra de Dios y administrar los sacramentos. Roguemos al Señor... Todos: Que tu santa Madre… Por cada uno de nosotros, los aquí reunidos, para que nos llenemos de paz y alegría y vivamos estas fiestas en armonía y respetando siempre a los demás. Roguemos al Señor... Todos: Que tu Santa Madre… 4. Oración después de la comunión Desde el albor de nuestra historia, suave, discreta y escondida, llega María a nuestra tierra, Virgen y Madre prometida. La luz del Hijo la rodea, por él es bella sin medida, y no hay bondad entre los hombres que pueda serle parecida. Suba al Señor cual blanca nube esta alabanza proferida: a Dios bendito bendecimos por la que fue la Bendecida. Amén. (Himno de Laúdes para la festividad)