El Servicio Segun Cristo

SU REINO
Un Reino Diferente
Tema: EL SERVICIO SEGUN CRISTO
Árbol de Vida
Hno. Leonardo Garcia
EL SERVICIO SEGÚN CRISTO
Introducción
Las doctrinas de Cristo son las reglas e instrucciones que establecen su reino. El reino de
Dios es uno con estructura y gobierno, pero diferente al gobierno de los incrédulos en
naturaleza y aplicación; donde el que quiere reconocimiento pondrá su vida al servicio
de todos (Mat 20:26), donde ninguno ejerce autoridad sobre otro (Mat 20:25 ); donde la
competencia no es por ejercer autoridad sino por ser el primero en servir a sus
hermanos aplicando las doctrinas del Señor (Mat 20:27).
El modelo de este servicio y gobierno es el mismo Señor, quien lo estableció no solo con
palabras sino que lo confirmo con sus obras; pues “Jesús comenzó a hacer y a
enseñar” (Hch 1:1).
Nuestro Señor espera que sus seguidores establezcan Su Reino siguiendo su ejemplo y
aplicando sus doctrinas, “pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.” (1Pe 2:21)
Su reino debe establecerse en alabanza, no la alabanza de notas musicales, sino la
verdadera alabanza. La alabanza que el recibe por medio de nuestra obediencia a su
palabra, expresada en nuestras buenas obras. Son las obras de Cristo en nosotros las que
hacen los cánticos; pues dice: “llenos de frutos de justicia que son por medio de
Jesucristo, gloria y alabanza de Dios.” (Flp 1:11)
El servicio según Cristo
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor... (Jua
12:26)
No todos los que sirven le siguen. En la iglesia moderna, el servicio a Dios ha
llegado al extremo de limitarse a la liturgia del culto y a cargos litúrgicos, que de por si
no proveen un ambiente de verdadero servicio, pues implica escalar peldaños y competir
por un turno. Hemos suplantado el servicio según Cristo por cargos que no proveen para
una sana y completa aplicación de las doctrinas Cristianas.
¿Cual es el servicio según Cristo? Para responder esta pregunta primero hay que
ubicar donde esta el Señor y seguirle para servirle; pues donde él este, tenemos por
cierto que allí le seguirá su servidor.
“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y
me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te
recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y
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vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis
a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (Mat 25:34-40)
¿Donde esta el Señor y donde debe estar su servidor? El Señor esta donde esta
el hambriento, donde esta el sediento, donde esta el forastero, el desnudo, el enfermo, el
preso; y esto lo confirma diciendo: “... y vinisteis a mí...” en otras palabras, le seguimos
hasta donde el esta. Los justos heredan el reino a medida que lo establecen sirviendo a
sus hermanos.
Hay que ubicar al Señor y servirle de acuerdo a sus doctrinas. De otra manera le
daremos el valor de ‘servicio’ a lo que no es servicio; y nos encontraremos con creyentes
faltos de sustancia y Espíritu, que aman las primeras sillas1 (del griego protoklisia lugares de honor) y compiten con sus hermanos por puestos y títulos.
La iglesia en Laodicea estaba en culto, cada uno sirviendo en su puesto, pero parece ser
que servían pero no seguían (o servían pero no según Cristo), pues el Señor no estaba en
el culto... “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; (lo habían dejado afuera) si alguno
oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apo 3:20)
Salgamos de la liturgia y sirvamos con amor buscando al Señor por medio de sus
doctrinas... “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento... Y de hacer bien y de la
ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.” (Heb 13:13-16)
Sirviendo con el mismo sentir
Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se
sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. (Luc 22:27)
El que se sienta pide conforme a la carta, pero el mesero es el que sirve y satisface los
deseos tanto del que se sienta como del chef que se satisface en preparar su comida.
De igual manera, Jesus no vino a hacer su propia voluntad sino la del Padre, a servir la
justicia escrita en las tablas de piedra y sirvió a Dios quien las preparo, y al pueblo quien
demandaba justicia y misericordia. Jesus nos sirvió el pan de vida; él no estaba entre
ellos como el que cocina ni como el que se sienta a la mesa sino como el que sirve;
asunto que los apóstoles2 ejecutaron muy bien.
Así también nosotros, servimos a nuestros hermanos con obras de justicia para que Dios
sea exaltado en la humildad del servicio. ‘Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo.” (Flp 2:3) Superior a mi es el hermano a quien sirvo y este sentir se logra sin
títulos o posiciones que producen contienda y vanagloria.
1
Strongs Hebrew and Greek Dictionary - G4411 prtoklisia (pro-tok-lis-ee'-ah) in the place of honor: - chief (highest, uppermost)
room.
2
Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio
de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. (Hch 4:34-35 RV1960)
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Los apóstoles pusieron sus vidas al servicio de Cristo, reflejado en su entrega a
los santos. Ellos sirvieron a Cristo con el mismo sentir: “Así que no había entre ellos
ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían
el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno
según su necesidad.” (Hch 4:34-35)
Este servicio incremento de tal manera, que hubo necesidad de delegarlo a otros quienes
fueron escogidos por la congregación y no los apóstoles; estos no ejercieron autoridad
uno sobre el otro. “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos,
y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo... Agradó
la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu
Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de
Antioquía; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron
las manos” (solo en señal de aprobación del Señor) (Hch 6:2-7)
No había necesidad que alguien ejerciera autoridad sobre otro pues el requisito “llenos
del Espíritu Santo” nos dice quien señoreaba a los apóstoles y a los diáconos. Vemos que
la predicación y el dar testimonio no se limitaba a los apóstoles pues el mismo Esteban,
quien fue un diácono, dio testimonio ante el Sanedrín.
El creyente esta llamado a servir con el sentir con el cual Cristo nos sirvió: “Haya, pues,
en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de
Dios (titulo y posición), no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que
se despojó a sí mismo (de su titulo y posición), tomando forma de siervo, hecho
semejante (en la misma posición) a los hombres” (Flp 2:5-7)
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los
otros.” (Flp 2:4) Esto es, no hacer de nuestros intereses el objeto de nuestra vidas sino
considerando los deseos, sentimientos y necesidades de otros. Es verdad que cada uno
debe mirar mesuradamente por lo suyo propio, pero debe considerar a otros si desea ser
un cirstiano de verdad.
Conclusión
Hemos aprendido que las doctrinas de Cristo son las reglas e instrucciones que
establecen su reino, y que el reino de Dios es uno con estructura y gobierno, pero
diferente al gobierno de los incrédulos en naturaleza y aplicación. Que Jesus es el
modelo a seguir y lo hacemos ubicando al Señor para servir a la Iglesia según El y no
según nuestra voluntad.
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Preguntas y Respuestas
(Responda según la lección)
1. ¿Que son las doctrinas de Cristo y que establecen?
2. ¿El reino de Dios es diferente a los demas en que dos cosas?
3. Con sus propias ideas, de ejemplos de como el reino de Dios es diferente al los reinos
del mundo.
4. ¿Que dice Mateo 20:26?
5. Con sus propias ideas ¿Como puede un discípulo servir a los santos?
6. ¿Que clase de competencia motiva el Señor en su Iglesia?
7. ¿Explique la verdadera alabanza?
8. Según Juan 12:26 ¿El que sirve al Señor debe hacer que?
9. Busque un diccionario y explique la palabra ‘liturgia.’
10. ¿Cree usted que los puestos de autoridad proveen un ambiente sano para aplicar la
enseñanzas del Señor?
11. Según Mateo 25:34-40, ¿donde esta el Señor?
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12. ¿Puede un puesto de autoridad o reconocimiento suplir estas necesidades?
13. Según Mateo 23:6-8, ¿pueden estos lugares producir en mi un espíritu cristiano?
14. ¿Donde estaba el Señor en la congregación de Laodicea?
15. Si Cristo esta con el hermano necesitado, ¿Que entiende usted por abrir, entrar y
cenar con Cristo? (Apo 3:20)
16. Jesucristo murió fuera de la ciudad, salió de un mundo donde los que ocupaban
puestos de honor amaban el dinero y hacían injusticia al pueblo; y salió porque ellos
mismos lo echaron. ¿Que nos anima hacer el escritor de Hebreos 13:13 y 16?
17. Que cree usted. Si yo considero a mi hermano como superior a mi y el a mi, ¿en que
posición estamos ambos?
18. ¿Que trabajo desempeñaban los apóstoles al principio? (Hch 4:34-35)
19. ¿Que sucedió por haber crecido el numero de hermanos? (Hch 6:2-7)
20.¿Con que sentir esta el creyente llamado a servir?
21. ¿Que debe considerar el cristiano de verdad?
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