HISTORIAS QUE ASUSTAN A LOS NIÑOS DE SAN LUIS

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HISTORIAS QUE ASUSTAN
A LOS NIÑOS DE SAN LUIS
ROSANA PONZI
(AÑO 2004)
Proyecto de Beca:
“Los Relatos en los niños de San Luis”
Segunda Entrega
“LOS RELATOS DE LOS NIÑOS DE SAN LUIS”................................2
INTRODUCCION Y FUNDAMENTOS DEL TRABAJO......................2
LA RECOPILACION ............................................................................4
HISTORIAS QUE ASUSTAN .................................................................5
«HISTORIAS QUE ASUSTAN A LOS NIÑOS DE SAN LUIS»..........7
EL CHUPACABRAS ..............................................................................8
COPLAS PARA UNA CANCION DE CUNA.....................................10
PARA UN PICHON DE CHUPACABRAS ........................................10
EL NIÑITO QUE PIDE AGUA............................................................11
EL PERRO DE OJOS ROJOS.............................................................12
EL REZON .........................................................................................14
LA LLORONA.......................................................................................15
LOS ENANOS ......................................................................................17
DOÑA MARTINA..................................................................................20
LA CUESTA DEL GATO......................................................................22
LA MUERTE.......................................................................................24
LA OSCURIDAD ..................................................................................25
Agradecimiento
A Javier Bautista quien colaboró activamente
en el acompañamiento, análisis
y corrección del trabajo.
“LOS RELATOS DE LOS NIÑOS DE SAN LUIS”
INTRODUCCION Y FUNDAMENTOS DEL TRABAJO
Las leyendas, cuentos, creencias y todo lo referido a la cultura regional son contenidos de la
currícula de la Educación General Básica que docentes y alumnos comparten en espacios áulicos
escolares.
El abordaje de estas temáticas, desde mi experiencia docente, puede realizarse con diferentes
marcos teóricos y con técnicas didácticas dinámicas que favorezcan el proceso de enseñanza –
aprendizaje y que hagan partícipes a los alumnos, al docente y a la comunidad educativa al abordar
estos contenidos: ser protagonistas de ese contenido.
Aclaremos en principio, por más que sea obvio, que lo tradicional no siempre es folklórico.
Esto nos retrotrae a lo que en el siglo XIX sucedió a partir de la “idealización” de la cultura
campesina y su tradición. Es decir la entrega del acervo cultural de generación en generación. Estos
conceptos llevaron a la loable y necesaria actitud que preservar la tradición para traspasarla
puntillosamente a las futuras generaciones. Este punto de vista imponía que las nuevas generaciones
se amoldaran a esa tradición.
Pero estos conceptos fueron reformulados.
Marta Blache, investigadora de la Universidad de Buenos Aires, se refiere a estos cambios.
Ella dice en su libro “Folklore Urbano”: que “es una herencia inamovible, cuya larga vida asegura
su autenticidad, y pasaron a concebirla como un proceso de constante cambio, variable según las
transformaciones operadas en la sociedad y en el sistema de valores de sus distintos segmentos
sociales”.
Es decir que la tradición, desde esta óptica, a la que adhiero y por ello da lugar al
fundamento teórico de este trabajo, ya no es la continuidad inalterada entre el pasado y el presente,
sino como dice Handlert y Linnekin (“Tradición, Genuine or Spurious” en Journal of American
Folklore vol. 97 nº 385, 1984), es un activo proceso de selección y reinterpretación, que varía de
manera constante, según los cambios operados en el sistema de valores de un grupo, y en el contexto
social y cultural en el que actúa. “Un activo mecanismo de selección realizado por un grupo social al
reinterpretar determinados aspectos de su pasado para legitimar su presente. De tal manera, el
pasado queda construido y resignificado desde el presente”, sostiene Blache.
En este sentido los nuevos conceptos y paradigmas de la folklorística se refieren al proceso de
comunicación que el mensaje produce en su circulación, y estudian las transformaciones y
reelaboraciones que el grupo social realiza y también las interacciones con otros grupos sociales, en
donde se ponen en juego las identidades diferenciales.
Nosotros en esta búsqueda tratamos de entender estos procesos comunicativos, por eso dentro
del amplio abanico que constituyen las cuestiones folklóricas, elegimos las formas narrativas de
circulación oral, es decir los relatos de los niños de San Luis.
Dentro de estas especies narrativas ya sean orales, tradicionales, populares o folklóricas, ellas
tienen una amplia gama de formas y contenidos expresados en prosa o en verso, que abarcan desde
los cuentos, mitos, leyendas, creencias, rumores, etc.
Asimismo dentro de este aspecto habría una gran cantidad de caminos que seguir para su
estudio y comprensión: la fuerza que crea estos relatos, la que los impulsa, la que refuerza el
mensaje que trasmiten o bien la significación que tiene para los relatores y su audiencia.
Cuestiones muy interesantes, que merecen ser observadas con mayor detenimiento, tal es la
aparición de nuevos relatos y recreaciones que en los chicos igualan o superan, en vigencia y
credulidad, a las narraciones que comúnmente denominamos tradicionales.
Veamos algunos ejemplos de una experiencia que trabajamos y documentamos, analizados
por el profesor Javier Bautista (en revista El Decamerón. “El Folklore en y de la escuela”)
“La leyenda, para los niños, de “La mujer de blanco”, no es más que historia de la jovencita
Betty Schmid que se accidentó fatalmente, hace más de una veintena de años (precisamente el
noviembre de 1967), en la ruta 20 a la altura de la “Cuesta del Gato”. La
recreación
invierte
algunos sucesos e inserta el castigo a la infidelidad y al engaño. Dice Maycol que él novio de Schmid
“se casó con otra chica” entonces ella, ya muerta, se le apareció “vestida de blanco” y le dijo:
“ahora te daré tu merecido” y lo “hizo caer al dique”. Melisa agrega que el “infiel”, deseaba que su
novia se muriera para casarse con otra “dama maravillosa”, y que por ese engaño la mujer de
blanco “después de nueve meses, lo mató”.
En los relatos donde aparece el “Diablo”, éste ya no actúa ostentosamente luego de una
explosión y tras una cortina de humo y azufre. Leandro cuenta que una señora fue al baño
“entonces el diablo se le apareció y le sacó una foto de atrás”. Para Silvina el diablo “es un
monstruo verde que te manosea por todos lados...”
El “Pitufo” es algo terrible. Se mezcla con la historia de Chucky, el mediático muñeco
asesino. Silvina cuenta que “el niño lloraba para que su madre le comprara un pitufo. Al fin se lo
compró, entonces el pitufo mató a la madre”. Leo aporta una versión completa: El padre no le
compró una muñeca a su hija “porque no tenía plata”, entonces le regaló un cuadro del pitufo. A la
noche, este “salió, agarró a la niñita y la hizo picadillo”. Además “con un hacha le cortó la cabeza a
la madre y al padre a la mitad”.
La leyenda de la víbora según Melisa, dista bastante de la tradicional. Una anciana era muy
pobre y se moría de hambre, “entonces Jesucristo decidió dejarla vivir y que consiga trabajo. Como
la rechazaban por vieja, Jesucristo la convirtió en víbora (...) y fue muy feliz siendo víbora, y hasta
tuvo muchos hijos”.
La Salamanca aparece en distintas formas, al igual que el Diablo. En forma de “perro de ojos
rojos” o de “hombre de negro” y las hechiceras de los cuentos fantásticos que heredamos de Europa,
se mezclan con las populares brujas locales y las cinematográficas estadounidenses.
El “cura sin cabeza” se fusiona con las películas que recrean momentos y personajes de la
Edad Media europea... Y todos estos relatos establecen relaciones con la realidad. La cuestión se
hace evidente en estas narraciones que tienen además otros aspectos a observar.
Problemáticas actuales, miedos cotidianos, castigos religiosos y paganos, poderosas
influencias de los medios masivos, realidades grupales, procesos comunicacionales, conocimientos,
pensamientos, formas... aparecen en cada una de estas narraciones”.
La Recopilación
La recopilación de relatos (leyendas, cuentos, creencias), proceso que continuamos
realizando con la ayuda de docentes y alumnos, se realizó en distintas escuelas de la
provincia que detallaremos más adelante.
Se hizo, en un primer término, en forma espontánea en niños escolarizados, entre 9 y
12 años, en ámbitos sociales, urbanos y rurales.
Esto es otra posibilidad que el marco teórico elegido nos permite: no centrarse o
restringir a los habitantes del campo, de las zonas rurales el estudio de la narrativa sea
folklórica o no. Esto es, admitir que estos fenómenos o hechos folklóricos pueden darse en
todo grupo social independiente de su localización geográfica o del lugar que ocupe en la
estructura social. Precisamente por eso la elección de la escolarización, donde convergen
diferentes estratos o clases sociales, como así también diferentes instituciones educativas.
En un segundo término se les pidió que buscaran en sus hogares, con padres o
familiares, siempre respetando la condición de oral, otras historias, para finalmente
solicitarles que repitieran, lo que habían escuchado.
Producto de este proceso comunicativo tanto en la casa de cada uno de los niños,
como en el aula, fue la aparición de creaciones, recreaciones y reelaboraciones de historias
ricas en contenidos y también en recursos narrativos.
Por ejemplo en la segunda etapa del trabajo en la Escuela “Puertas del Sol” de la
ciudad de San Luis, antes de comenzar el relato se produjo este diálogo:
Fernando: - Hola, nos llamamos Kevin y Fernando y les vamos a contar la historia
del Chupacabras “con efectos de sonido”.
Un compañero: (en tono de burla) - ¡Ah... bueno!
Fernando: - Bueno caiate
Otra particularidad que ocurrió fue que los personajes de las historias pasaron a ser
los propios compañeros de los narradores lo que provocó una interacción desde un aspecto
inesperado.
Podríamos detallar innumerables situaciones generadas en este proceso, como la
dificultad de la transferencia de este conocimiento de padres a hijos, debido a la falta de
comunicación por diversas razones.
Pero sería demasiado extenso, detallar y analizar estos sucesos y además excede los
fines de este trabajo.
Lo que sí observamos es que la circunstancia de las narraciones provocó algunos
hechos que es conveniente mencionar ordenadamente:
 Una interacción permanente entre el grupo participante, lo que lleva a la
alteración, en muchos casos de los roles narrador - audiencia. Esto nos lleva a
teorizar primariamente (basado en la teoría moderna de la leyenda y creencia) en
la posibilidad de que no exista un solo relator, sino que haya “un relator principal y
diferentes grados de participación”: el que propone, el que contribuye, el que
agrega, el que desafía, el que critica, el que ordena, el que estimula, etc.
 Una disposición espacial particular, que reunía a los niños en rueda o ronda,
con mucho contacto físico, por ejemplo compartían sillas, se abrazaban para
escuchar, etc.
 Una interacción inesperada (ya citada) donde los narradores reemplazaban los
personajes de sus historias por sus propios compañeros.

La onomatopeya de las circunstancias relatadas.
 La suposición de una base común de conocimiento, por lo que a pocos
sorprendían los relatos por su contenido, sino por la formas de contarlos.
 La aparición en los contenidos de relatos tradiciones reformuladas,
refuncionalizadas, o bien partes de estas narraciones tradicionales mezcladas con
aspectos modernos o actuales
 La influencia de los medios de comunicación, especialmente la televisión y el
cine.

La brevedad y contundencia de la mayoría de las narraciones.
Estas observaciones nos llevan a revisar los marcos teóricos y a replantear la
selección de los temas y tipos de relatos de la segunda etapa del trabajo.
Debemos aclarar que hemos tratado de realizar las desgrabaciones, intentando
respetar el vocabulario, la conjugación de los verbos, las palabras, las frases, los giros
idiomáticos, los regionalismos y modismos, etc. que los chicos manifestaban en sus relatos, y
que nos parecen que son un elemento importante del material de base.
No hemos agregado todas las situaciones que sí fueron registradas porque, como
expresamos más arriba, sería un trabajo interminable que excede los objetivos de esta
propuesta.
De cualquier forma, se determinó que la mayoría de los niños eran de clase media y
baja, excepto en el Instituto San Marcos, donde la mayoría de los niños tenían una condición
social mejor desde el punto de vista económico.
Los establecimientos educativos que visitamos y en los cuales desarrollamos la tarea
fueron: Escuela “Carlos Juan Rodríguez”, la Escuela “Puertas del Sol”, Escuela rural del
paraje de Piedra Bola, y el Instituto Privado San Marcos.
HISTORIAS QUE ASUSTAN
“La más antigua y poderosa emoción
de la raza humana es el miedo”.
(Howard Phillips Lovecraft)
Una vez hecha la recopilación, al iniciar la segunda y última parte de este trabajo, nos
envolvimos en la tarea de seleccionar los temas y las formas para la redacción final de las
historias.
Debimos tener en cuenta varios aspectos cualitativos y cuantitativos. A saber: la
aparición de personajes y seres sobrenaturales, conocidos y desconocidos, tradicionales y de
reciente manifestación, las características de estos personajes, los lugares donde se
mueven, los valores que representan, las formas de los relatos, los regionalismos y
modismos usados, el contexto, etc.
Es decir, si bien la redacción final fue de carácter libre y con todas las licencias que la
literatura nos brinda, se basó rigurosamente en un análisis, como dijimos, cuantitativo y
cualitativo de la recopilación.
Este análisis se basó en cuatro categorías y ejes.
1. El contexto referencial. En él se incluye las características del mundo físico y cultural
de la comunidad. Así cada personaje se desenvuelve en un ambiente o lugar,
resaltando valores e instituciones sociales.
2. La estructura mítica. Esto tiene que ver con la temporalidad, el momento histórico, los
valores reelaborados por las historias, las actitudes de la comunidad y la dinámica
cultural, es decir, las fuerzas de control que la gente ejerce sobre los valores
manifestados en las diferentes creencias narradas por los niños.
3. La estructura epistemológica. Se refiere este punto, o procura develar el mecanismo
mental que los niños usan para crear y elaborar las narraciones.
4. El aspecto narrativo formal. Finalmente el estudio de las desgrabaciones, nos permitió
conocer modos de expresarse, el uso de vulgarismos, modismos, regionalismos,
neologismos y extranjerismos; códigos y metacódigos en el proceso comunicativo de
cada uno de los grupos de trabajo que se formaron en el proceso de narración de las
historias.
Con todo esto intentamos seleccionar releyendo una y mil veces los relatos de los
chicos con la misma fascinación que los escuchamos y descubrimos un hilo común, algo que
los conectó y que maravillosamente los reunía, fueran rurales o urbanos, provenientes de
relatores hombres o mujeres, de condición social económica baja o alta.
Este nexo fue “El Miedo”.
O el susto, como decían los chicos al contar sus historias. Simple y popular, pero
negado, generador de prejuicios y burlas.
¿Por qué el miedo en los relatos?
¿Por qué la mayoría de las narraciones intentan provocar miedo?
¿Por qué estos seres manifiestan una pura y exclusiva finalidad?
Todos, la Llorona, la Mujer de Blanco de la Cuesta del Gato, el Perro de Ojos Rojos, la
Muerte, los Enanos, tienen el mismo objetivo: asustar.
Estos seres no viven en fotos, ni en la Internet, ni en revistas o libros, sino que están
en nuestro cerebro. “Y sólo existen cuando son narrados. Mientras tanto aguardan allí, a la
espera de saltar hacia su víctima ni bien sean convocados”.
Como dicen los investigadores Silvia Butvilofsky y Marcelo Candia de la Universidad
del Comahue: “Como todas las cosas importantes del hombre, el miedo nace con él, pero
también se conforma, se hace. Todas las culturas que conocemos tienen lo que podemos
llamar los asustachicos. (...) Los asustachicos se entienden muy bien con los niños a los que
asustan, y a menudo se les parecen (algunos asustaniños fueron, de hecho, alguna vez
niños, y a su manera lo siguen siendo)...”.
Y ciertamente a los chicos les encantan estos seres y muchos se han dormido con el
“Cuco” en una canción de cuna.
Pero volviendo a la pregunta inicial ¿por qué el miedo?
Deben existir explicaciones desde diversas ópticas de estudio y sería bueno que este
análisis se hiciera como continuación del presente trabajo.
Pero podemos arriesgar algunas sintéticas opiniones, aunque exceda la finalidad de
esta presentación.
El miedo identifica estos relatos. Entonces puede que tenga que ver con la
construcción de la identidad, con el conocimiento de uno mismo, que implica reconocer
nuestros miedos. Si logro visualizarlos, materializarlos y compartirlos, tal vez pueda fortalecer
la identidad personal y colectiva.
Es ejemplar, al respecto, el breve relato “la oscuridad” que incluimos en este libro y
que tiene escasas modificaciones de la narración original.
El profesor Javier Bautista arriesgó una hipótesis al observar y analizar este relato,
junto a los otros de este trabajo y a las desgrabaciones (correspondiente a la primera parte
de la entrega). El afirma que “el valor acotado en este y en muchos relatos originales de la
recopilaciones realizadas por Rosana Ponzi, es el temor a la oscuridad. Hay signos de
inseguridad, que conlleva al peligro. Todo esto origina seres y formas en muchos casos
indefinidas, pero todas terroríficas, sirva como ejemplo mencionar a los Ojos Rojos, la
Muerte, la Sombra del Mal, el Chupacabras, el Espíritu, el Hombre Invisible, la Llorona, el
Rezón, el Duende, el Fantasma, etc. Así como los niños o la gente teme a la oscuridad, a la
noche, también teme a situaciones sociales indefinidas. Quizá este sea el caso de San Luis”.
En síntesis: el hilo conductor de estas historias es el miedo. Por eso el título de esta
segunda parte del trabajo:
«Historias que asustan a los niños de San Luis»
Cada una de las historias escritas, tienen también una carátula con dibujos que fueron
realizados por los mismo niños a quienes le solicitamos pusieran en el papel las formas de
los seres de sus narraciones.
Asimismo a los relatos se les agregó notas al pie, con un fin didáctico. Estas notas
aclaran lugares, formas idiomáticas, y regionalismos.
Por otra parte debemos remarcar que las frases que aparecen en las carátulas son
extractos textuales de las narraciones originales de los niños, y que los diálogos que
acompañan a algunos de los relatos son, en su mayoría, conversaciones que se produjeron
en las aulas o lugares donde se realizaron las reuniones en cada escuela.
También hemos querido respetar los títulos que los mismos narradores le dieron a sus
relatos.
Como dijimos más arriba, la escritura final y las licencias literarias son de quien les
escribe.
No queda más que agradecer a todos los que han colaborado: chicos, docentes,
directivos, amigos y familia.
EL CHUPACABRAS
“Nadie sabe cómo es el Chupacabras físicamente. Sólo piensan
cualquier cosa del Chupacabras. Piensan que es un animal feo.”
(Darío - 9 años)
Propuesta para el 1º acto de una obra de teatro
(Un grupo de niños esta reunido en la casa de Fernando. Ellos deben hacer una tarea
para la escuela y además quieren jugar un rato. Es una casa de barrio. Los chicos están en el
comedor, donde hay una mesa llena de útiles escolares, un sillón y varias sillas)
Fernando: -¿Saben lo que hicimos hoy en la escuela con el Kevin? Preparamos la
historia del Chupacabras con efectos de sonido.
Carlitos: - No existe el Chupacabras.
Melina: - Sí existe. Yo lo vi en el Parque de las Naciones. Era feo, grande y malo.
También lo vi en el campo. Le chupa toda la sangre a las cabras.
Carlitos: - (Dudando) ¡Qué lo vas a ver!
Fernando: - Chicos, ¿quieren que les contemos lo que hicimos en la escuela?
(Nadie le hace caso y siguen con la discusión)
Darío: - Dicen que son extraterrestres. Dicen que son distintos extraterrestres y que... y
de la nariz le sale humo (Respira inhalando y exhalando con ruido). Así hacía (Repite la
misma acción)
Marianela: - El chupacabras le sacaba los ojos a las cabras. Sí. Le chupa toda la
sangre. El Chupacabras saca sangre de la garganta y ahí las deja secas.
Carlitos: - Es mentira.
Darío: - No es mentira.
Marianela: - El Chupacabras le dicen a los extraterrestres, porque los extraterrestres
se llevan a las cabras. Bueno... así dicen.
Franco: - El Chupacabras tiene acá (Se señala los labios) un “aujerito”1 para chupar la
sangre.
Darío: - (Interrumpiendo) No, tiene una lengua... tiene como un... (Hace un gesto como
de un colmillo) diente cortito, y después tiene otro «aujerito» para chupar sangre (Franco
asiente con la cabeza)
Kevin: - Bueno callate.
Carlitos: - Sí, porque están diciendo zonceras.
1
Regionalismo. Agugerito.
Melina: - En la casa de mi tía, de mi prima, o sea, a la noche se despertaron a buscar
un vaso de agua y escucharon ruidos afuera. Ellos viven en el campo. Decían que balaban
las cabras. (Todos escuchan con atención poniéndose más cómodos, sentados en el sillón y
en el piso) Y tenían un perro que ladraba para arriba, guauu, guauu, guauuu (Melina se ríe y
despierta la risa de los demás). Decían que eran el Chupacaaabras, esa cagada. (Todos se
ríen nuevamente. Las risas han despertado la curiosidad de la madre de Fernando que
estaba en la cocina)
Mamá: - ¿De qué se ríen? ¿Terminaron los deberes?
Fernando: - (Serio) Todavía no mami, nos falta hacer unas cosas...
Marianela: - Estamos contando lo del Chupacabras.
Darío: Siéntese, siéntese (Le pone una silla)
Mamá: - A ver..
Melina: - En el campo de mi prima había aparecido y le había chupado la sangre a mil
cabras. Después dijeron, en una noticia, que había aparecido y había “golpiado”2 todas las
puertas y rasguñado también.
Mamá: - ¿En serio?
Fernando: - (Con ganas de participar) Yo les iba a contar lo que en la escuela... (Es
interrumpido por Marianela)
Marianela: - Tiene cuernos, ojos grandes y una boca gigante.
Darío: - No tiene cuernos. (Todos comienzan a hablar al mismo tiempo)
Mamá: - Bueno, Bueno... (Los niños se callan)
Darío: - Yo digo que es un extraterrestre, en un montón de canales de televisión sale
que es un extraterrestre.
Carlitos: - Es mentira señora.
Franco: - Es verdad. En la tele dicen que salió una nave en La Florida3 y ahí iba el
Chupacabras.
Carlitos: - Oh, que mentiroso.
Franco: - Cierto. También le chupa la sangre a las personas y le deja un hueco así
(Hace un ademán), en la tele lo pasaron, en el canal de Ovnis. El hombre tenía toda la
sangre, seca, seca.
Melina: - A mí me dijeron que salía en el Canal de... Infinito, creo.
Carlitos: - Es mentira, señora. Mi papá me dijo que era una leona enseñando a cazar a
sus crías.
Fernando: - No hay leones acá en San Luis.
Carlitos: - Bueno, pumas. Pero no era ningún Chupacabras. (Hace un gesto como que
ha ganado la discusión. Todos se quedan callados por un momento hasta que Kevín que no
había hablado casi nada, se para y toma la palabra)
Kevin: - (Respira como suspirando. Al hacer una pausa antes de hablar ha generado
expectativa) Hace mucho tiempo existía un Chupacabras y un chico llamado Carlitos (Mira de
reojo a su compañero. Todos se ríen y al mismo tiempo el grupo se ordena solo para que
continúe el relato) que vivía en un basurero. El vivía con su madre porque a su papá se lo
había comido el Chupacabras. Por eso odiaba al Chupacabra. (Siguen las risitas) El
chupacabras comía humanos, andaba por ahí comiéndose a las personas que pasaban por
la “Rampa de la Muerte”, que queda en el Parque de las Naciones. (Todos se miran
sorprendidos) Desde un árbol alto saltaba y le chupaba la sangre fresca de los humanos que
pasaban de noche.
Se dice que tiene ojos de cereza, patas de rana, cuerpo de alce y manos humanas.
2
3
Regionalismo. Golpeado.
Localidad turística puntana del departamento Pringles. El lugar es conocido por la existencia de un embalse.
Aparece entre las once y doce de la noche. Siempre cuando aparece elige una presa
para agarrar. También ataca las casas.
(Marianela y Melina se abrazan)
Marianela y Melina: - ¡Uyyyy, tengo miedo!
Kevin: - (Sigue) Golpea tres veces en cada lado.
(Fernando golpea en la silla)
Fernando: Toc, toc, toc.
Kevin: - A veces en la puerta de adelante, en el portón o en la puerta del fondo. A
veces no hace ruido y camina arriba del techo.
Fernando: (Hace ruidos de pasos, con la boca) chac, chac, chac.
Kevin: - Dicen que el Chupacabras anda en la noche, que golpea tres veces la puerta,
intenta abrir la puerta, golpea tres veces el techo y la ventana y la puerta del fondo la golpea
dos veces. Cuando los hombres van a buscarlo por todas partes, él los atrapa.
Fernando: - (Canta como una música de suspenso) Chan, chan, chan...
Kevin: - Siempre los localiza y aunque se hubieran escapado de la casa te persigue.
Siempre, cada vez que mirás a la ventana, cae un rayo y se ilumina la cara del Chupacabras.
Entonces se siente el grito de una chica.
Fernando: - (Grita muy fuerte con voz aguda) ¡Ahhh.....!
Mamá: - (Retándolo) Fernando no “grités”.
Fernando: - Mientras más fuerte es el grito más duele la muerte...
Kevin: - (Como su fuera un actor, saluda al público que son sus amigos) Bueno esto
fue la historia del Chupacabras y del niño Carlitos con efectos de sonido. (Algunos se ríen)
Fernando: - Eso hicimos en la escuela.
Kevin: - Espero que les haya gustado. (Todos aplauden)
Carlitos: - (Medio ofendido) A mi no me gustó.
Mamá: - (Tratando de calmar los ánimos) Bueno, bueno, que tal si se ponen a
completar la tarea y yo les hago un mate cocido.
Todos: ¡¡Buenooooo!! (Los chicos se arriman a la mesa donde tiene los útiles. Se hace
un silencio, porque Carlitos se ha quedado solo y pensativo en el sillón. Todos lo miran sin
hablar).
Carlitos: (Sorprendido ante la mirada de sus amigos responde) ¿Qué miran? El
chupacabras no existe. ¿Entienden?. (Comienza a llorar) No existe. No existe. (Ninguno de
los niños sabe que hacer, mientras Carlitos llora cada vez más fuerte).
Fin
¿Fin?
Coplas para una Canción de Cuna para un Pichón de Chupacabras4
Duérmase Chupita
De mi corazón
Mi chupitacabra
Me chupa el cabrón.
4
Cierre el hociquito
Coplas elaboradas por varios niños en base a la leyenda del Chupacabras con la consigna de hacer una nana.
Para reposar
Yo le cuento cabras
Cosita de papá.
Sueñe con achuras
Sueñe con chupar
Organos tiernitos
Y sin cocinar.
.
La cámara oculta
Justo lo filmó
Llevando una vaca
En el plato volador
Este chupacabras
No quiere dormir
Porque el corralito
Se me está por ir.
Tengo un chupacabras
Que es un regalón
Entra al corralito
Y sale panzón.
Quedate bien quietito
Lo voy a cosquillear
Porque Mauro Viale
Lo quiere filmar.
Soy como el carancho
Soy como los jotes
Ataco por los ojos
La lengua y el cogote.
Duerma chupacabras
Bra, bre, bri, bro, bru
Porque el Senasa
Le ha hecho la cruz.
El niñito que pide agua
agua.
Es un espíritu de un niñito que siempre anda en la noche, por las casas, pidiendo
Parece que era un bebé que lo atropellaron con un auto y se murió. Ahí se transformó
en espíritu.
Todas las noches anda por las casas cuando todos ya están durmiendo.
El niñito golpea y dice: “¿No me daría un vasito de agua?”
Y... no me acuerdo más.
¿Si hay que darle agua?
Creo que sí. No sé.
No me acuerdo más...
EL PERRO DE OJOS ROJOS
“Cuando yo era chiquitita mi mamá iba pasando por el
hipódromo de acá, de San Luis, y detrás de un árbol le salió
un perro grande. Y ese perro tenía ojos rojos”.
(Marianella - 9 años)
- Mi mamá me dijo que uno no tiene que tener miedo si se porta bien. Yo me porto
requetebién, pero igual tengo miedo.
- Y ¿a qué le tenés miedo?
- A la noche. Le tengo miedo a la noche porque son muy oscuras...
- No, vos tenés miedo porque sos un miedoso.
- ¡Mentira! No soy miedoso.
- Los que tienen miedo son miedosos.
- No.
- Sí.
- No, mentira.
- Miedooooso, miedooooso..
- ¿Y vos qué?... ¿Nunca tenés miedo?
- ¿Yo?
- Sí, vos.
- Yo... no sé. No me acuerdo.
...
Se nos había hecho tarde. Era casi de noche cuando terminó el cumpleaños de
Marianella. Nos habíamos reído mucho, pero la risa se nos borró a la hora de volver a
nuestras casas. Es que Pablo, de puro corajudo, le dijo a los padres de Marianella que nos
volveríamos solos. La verdad: nadie quería hacerlo. Pasar por el hipódromo de noche no era
cuestión de coraje y menos cuando íbamos niños solos.
Pero Pablo ya había “metido la pata”5, y ninguno de nosotros iba a pasar por miedoso
delante de todos, pidiendo que algún adulto nos acompañara. ¡De ninguna manera! Así que
saludamos y emprendimos el regreso, caminando.
Nosotros, todos, Pablo, Martín, Emi, Lucas y yo, somos vecinos. Vivimos en el Barrio
208 Viviendas, el que está pasando el Hipódromo, hacia el norte, por la avenida Justo Daract.
Hacia allá fuimos. Nadie quería ser último, para evitar sentir ese cosquilleo en la
espalda que aparece cuando alguien nos persigue. Entonces íbamos todos juntos, bien
apretaditos, abrazados, caminando rápido pero no corriendo, porque nos habían dicho que al
correr de noche uno despierta a los perros. Y justamente lo que no queríamos hacer era
despertar a los perros, y menos al de los ojos rojos. La idea que se nos apareciera nos
aterrorizaba. Nosotros nunca lo habíamos visto, nunca, pero Marianella nos contó que se le
había aparecido a su mamá. Lo recuerdo muy bien. Hasta nos habíamos reído de ella
cuando con su voz de pito nos dijo:
“Cuando yo era chiquitita mi mamá iba pasando por el Hipódromo de acá,
de San Luis, y detrás de un árbol le salió un perro grande. Y ese perro
tenía ojos rojos y mi mamá dice que se asustó porque el perro no la dejaba
pasar. Ese perro le salta a los hombres, no los deja pasar y los mata.”
Pero ahora al acordarnos de lo que Marianella nos había contado nos daba terror. Más
aún cuando entramos en el interminable tramo del Hipódromo.
Pensábamos que podría
estar entre los grandes eucaliptos y desde allí nos atacaría con sus garras y dientes filosos.
Imaginábamos al Perro de Ojos Rojos como un animal grande, muy grande, enorme;
negro, muy negro, con dientes afilados y saliva espesa, que le atrae terriblemente el olor de
los humanos y que parece un diablo.
Quizá sea el mismo Diablo.
Creíamos también que podríamos escuchar su respiración agitada y sus gruñidos
feroces. Sin embargo esa noche solo se escuchaban nuestros susurros, nuestros pasos y
nuestra respiración.
Caminábamos rápido, mirando para el hipódromo y nos conmovíamos cada vez que
pasábamos por cada uno de los eucaliptos, de la larga fila que forman a lo largo de la calle.
¿Será que no atacaba a los niños?
Así recorrimos todo el trayecto y cuando nos faltaban unos pocos metros para pasar el
hipódromo, nos dimos vuelta y nos quedamos quietos, en silencio. Nada había pasado.
¿Será que no atacaba a los niños?
Nos miramos entre nosotros y cuando estábamos a punto de soltar una risa, se
escuchó un ruido. Quedamos petrificados, sin respiración. Las hojas crujían.
Vimos
una
sombra. Algo, un animal, pasó corriendo al lado nuestro tan rápido que no pudimos ver bien
qué era.
No tuvimos tiempo de gritar, ni de correr.
Después cuando reaccionamos, fuimos un solo grito. Y entonces ¡a la carrera hasta el
barrio! Ni siquiera nos despedimos, todos entramos desesperados a nuestras casas.
Los chicos dicen que era un gato, otros dicen que era una paloma, pero para mí fue el
Perro de Ojos Rojos.
5
Modismo que significa “equivocarse”.
Reconozco que cuando escuché que se acercaba, cerré los ojos, pero me pareció ver
algo rojo que brillaba.
Sí. Reconozco que cerré los ojos, y dije tres veces “cruz diablo, cruz diablo, cruz
diablo”, como me enseñó el abuelo.
¿Será por eso que no nos atacó?
No sé, ni quiero averiguarlo.
....
- ¿Cómo qué no te acordás si alguna vez tuviste miedo?
- No me acuerdo
- Vos también tuviste miedo alguna vez, ¿viste?
- Mentira, no tuve miedo. Nunca tuve miedo.
- ¿Querés que te cuente una historia?
- ¿Qué historia?
- La de los Ojos Rojos del Diablo.
- Nooooo, mejor no. Hablemos de otra cosa. ¿Querés?
- Bueno, como dijo mi abuelo “a otra cosa mariposa”6.
- Tu abuelo es rechistoso7, dice cada cosa.
- Sí, también sabe decir “Cruz diablo”.
- Hablemos de otra cosa.
- Bueno, “dale”, ¿Te gustan los perros?...
El Rezón
Un día estábamos, con mis amigas, jugando en la Plaza del Cerro8 “en oscuras”9 y se
hizo de noche.
Claro, nos habíamos demorado un poco, porque nuestras madres nos habían dicho: “a
las siete, a más tardar, vuelvan”. Pero nosotras nos habíamos entusiasmado jugando.
Entonces cuando estábamos en la Plaza, “en oscuras”, se escuchó un ruido. Era un
ruido como si fuera un gato pero no era un gato.
Nosotras pensamos que era un animal grandote que estaba en algún árbol.
Después salimos corriendo porque nos asustaba y nos llamaba.
No sé como nos llamaba, pero se sentía una voz rara, como si fuera el “rezón”.
Sí. El “rezón”.
Frase que significa “cambiar de tema o de actividad”
El “re” es usado como prefijo para significar “incremento”.
8
Plaza ubicada al este de la ciudad de San Luis, cruzando la ruta 147, sobre un cerro de baja altura.
9
Regionalismo. “A oscuras”
6
7
LA LLORONA
“Andaba con un vestido negro y gritaba. Lloraba mucho. No sabía
por qué gritaba. Después se dieron cuenta que lloraba por su
hijo.”
(Lucas - 9 años)
- Mi abuelo nunca le decía nada a mi abuela
- ¿Por qué?
- Porque mi abuela es grande, “ya tiene edad10”...
- ¿Tu abuela la escucha también?
- Ella se asusta porque siente llorar niños, bebés. No sé... según dicen son espíritus...
y mi abuela, como tiene presión alta, está perdida.
- Y cuando vas a lo de tu abuelo ¿escuchás algo?
- Nosotros nunca escuchamos nada, ni vimos nada, ni bebés...
...
¡Cortaaaala! Si se van a burlar no les cuento. En serio.
Bueno, les cuento.
No crean que exagero cuando les digo que la escuchamos toda la noche.
¡A
la
llorona! ¿A quién va a ser? ¡Toda la noche! Desde las doce, más o menos, hasta que nos
quedamos dormidos de puro cansancio.
No es mentira ¡Se los juro!
Dicen que en la Villa de la Quebrada siempre comienza como a las dos de la
madrugada, en el calvario. Mis tíos fueron a ver. ¡En serio! Mi mamá me contó que hay otra
que se pasea de noche por las plazas, los campitos y las iglesias. Es porque sufre mucho,
creo. ¡En serio! Bueno, si no me creen no me creen.
11
10
Persona perteneciente a la tercera edad, anciana..
Pueblo situado 40 km. de la ciudad capital, donde se realiza una fiesta religiosa en homenaje al Cristo de la Quebrada,
todos los 1 de mayo.
11
Yo les digo la pura verdad.
¿Que si la vimos? Bueno, verla, lo que se dice verla, así con los ojos... no, pero la
oímos, ¡clarita, clarita! Primero medio lejos y después más cerca, y después más lejos y
luego más cerca, y así y así. Como si fuera y viniera, como buscando.
¿Saben lo que busca? Nooooo, no busca un pañuelo. ¡Qué pavotes que son! No
busca pañuelo, busca su hijo que está muerto.
En serio.
Y como no lo encuentra llora.
Parece que lo han matado unos señores.
¿Quieren que les cuente?
Resulta que un niño, el hijo de la llorona, era muy travieso.
Esto sucedió hace mucho tiempo.
Era tan travieso que un día se le dio por ir a robar uva a los parrales de la quinta de un
vecino.
Cuando el niño estaba dele12
descubrió y comenzó a ladrarlo.
La llorona vivía en San Luis,
cerca del ejército.
cortar uva arriba de una parra, la perra del dueño lo
Los perros son muy guardianes,
más cuando son hembras.
Encarnizada estaba la choca13 que quería morderlo a toda costa, cuando apareció el
dueño con una escopeta. Claro, pensaba que era algún ladrón grande, adulto.
Los ladrones grandes saben lo que
hacen y por eso andan armados.
Entonces el dueño de la quinta preguntó. ¿Quién anda ahí? Y nada. El niño del susto
no habló.
El miedo, a veces, paraliza.
¿Quién anda ahí?, volvió a gritar el hombre y como solo escuchaba a la perra que
ladraba cada vez más, tiró un tiro al aire. Los vecinos se alarmaron y salieron también con
sus revólveres, creyendo que pasaba algo grave. Ellos también dispararon sus armas. El
dueño de los parrales, al escuchar los tiros, creyó que era el ladrón y desesperado empezó a
disparar con su escopeta para todos lados.
Y ¿saben lo que pasó?
Sí, lo que ustedes piensan. Uno de los tiros le pegó en la cabeza al niño que estaba
subido a una parra.
Al rato lo encontraron, tirado en el piso, muerto. Cuando le avisaron a la madre, fue
terrible. Cuentan que la llorona se murió de pena, llorando.
Desde ese momento,
la llorona no para de llorar.
La llorona ahora es un espíritu que busca a su hijo en este mundo, pero su hijo no está
en este mundo y entonces, como no lo encuentra, llora.
12
13
Modismo que se utiliza para expresar “con ganas, con énfasis, con entusiasmo”.
Regionalismo que significa “perra”.
Dicen que su llanto pide paz.
Mi mamá me dice que hay que hablarle, decirle la verdad. Hay que gritarle: “Llorona,
andate, tu hijo ya está muerto, está con Dios”, o también: “Andate llorona que acá no está tu
hijo”. Mi tío, que es regracioso14 dice que hay que hacerla callar chistándola. “Sssshit, callate
llorona”, “Sssshit, andate llorona”.
Para mí, la llorona no se va callar nunca, porque nunca va encontrar a su hijo aquí en
la tierra.
¡Qué triste! ¿no?
...
- Llorá Leandro
- Buaaaaaa, buaaaaaa, buaaaaaa.
- ¿Así lloraba la llorona?
- No sé.
- ¿No la has escuchado?
- No.
- ¿Ni has visto a la llorona?
- Nada... porque a la llorona solo la ve mi abuela.
- ¿Y tu abuelo que dice?
- Nada, mi abuelo nunca le decía nada a mi abuela
- ¿Por qué?
- Porque mi abuela es grande, “ya tiene edad”...
LOS ENANOS
“Eran dos o tres enanitos que de noche aparecían en una
cancha… Y dicen que tienen unos gorros altos con una
pelotita… Y tienen unas hachas y cortan los árboles.”
(Magalí 9 años)
- Allá en el campito aquel hay dos enanos: uno blanco y uno negro.
- Sí, el negro es el Diablo y el blanco es Dios...
- Están allí, frente a la casa del15 Lucas; de la escuela... una cuadra.
...
14
15
El “re” es usado como prefijo para significar “incremento”. O sea el tío no es sólo gracioso, es “más gracioso”.
Contracción utilizada sobre todo en el interior de país, que antepone a los nombres propios.
Siempre que salíamos de la escuela Sargento Baigorria16, cerca del Parque de las
Naciones17, nos íbamos hasta una casa vecina que tenía tres sonrientes enanitos de yeso en
su jardín y ahí nos quedábamos un rato mirándolos. Dos de ellos tenían gorritos rojos y uno,
azul. Todos tenían barba y orejas puntiagudas.
¡Parecían tan buenos…!
Nosotros les “hacíamos caras”, y le poníamos nombres.
De regreso a nuestras casas siempre hacíamos chistes porque nos habían contado
que por la noche, los enanos cobraban vida y se colgaban de los árboles del Parque de las
Naciones. Desde allí aprovechaban para asustar a la gente, tirándoles piedras o cortando
ramas y haciendo mucho ruido.
La gente los distinguía por sus inconfundibles gorritos rojos y azules, y ellos, cuando
estaban por ser descubiertos inmediatamente empezaban a jugar a “la estatua”18: se
quedaban inmóviles en el jardín de algún vecino, sonriendo con picardía.
Nosotros no creíamos esas historias. Aunque, a decir verdad, nos asustaba un poquito
que los enanos cobraran vida. En la escuela los chicos nos habían hartado con los “Pitufos19
asesinos”, que también eran enanos.
Melisa nos había contado de una nenita que quería que le compraran un muñeco de
un Pitufo. El padre, como no tenía la plata suficiente, sólo le compró un portarretratos con la
foto del Pitufo. Unos días después, el Pitufo salió del cuadro agarró, un hacha y mató al
niñito. A la madre le desfiguró la cabeza y al padre se lo comió.
Leo, en cambio nos contó de otra nena, a la que el Pitufo le pegaba y la rasguñaba.
Entonces ella gritaba: “Mamá, mamá, el Pitufo me quiere ahorcar”, pero la madre no le creía,
decía que era la imaginación de su hija. Al otro día, la nena apareció toda rasguñada y toda
golpeada por el Pitufo.
Nosotros estábamos seguro que esas historias era puras mentiras, pero igual nos
asustaban un poco.
Por todo esto, un día decidimos destruir a los tres enanitos de la casa vecina a la
escuela. Eso iba a eliminar nuestros miedos. Una vez hecho polvo, ningún enanito podría
cobrar vida, ni asustar, ni matar. Nunca.
Con la decisión tomada, pedimos prestados unos martillos a nuestros padres, con la
excusa de hacer una actividad en la escuela.
El plan era que agarrásemos a martillazos a los enanos, pero no en el jardín, sino que
deberíamos sacarlos de allí y llevarlos bajo el puente por donde pasaba el tren, ese que está
entre la escuela y el Parque de las Naciones.
Con todo organizado, el gran día llegó.
Salimos de la escuela. Eran como las seis y media de la tarde. Esperamos unos quince
minutos para que los otros niños se fueran y, cuando quedamos solos, comenzamos la
misión.
Entramos corriendo al jardín y sacamos a los enanos. No nos costó demasiado, eran
livianitos. Sin parar nuestra carrera, bajamos por el costado del puente y al llegar al lugar
indicado los pusimos juntitos, sacamos los martillos y comenzamos a destruirlos.
Casi en silencio, martillamos con toda nuestras fuerzas. Golpeamos ferozmente a los
enanitos y como habíamos previsto, al cabo de un rato éstos quedaron convertidos en polvo.
Recién entonces nos miramos. Teníamos la respiración agitada, las caras
transpiradas, los brazos cansados y las manos blancas del yeso de las estatuas. No
16
Escuela situada en la calle Riobamba y Soldado Puntano Desconocido, en la ciudad capital de San Luis.
Parque recreativo situado en la zona del Puente Blanco, en la ciudad de San Luis.
18
Juego de niños que consiste en moverse libremente y quedarse congelados ante la orden del líder del grupo.
19
Dibujos animados televisivos. En San Luis, la leyenda ha convertido a los Pitufos en muñecos malignos.
17
sabíamos que decir. Nos sacudimos un poco y guardamos nuestras “armas” en las mochilas.
De pronto me salió un grito: “¡¡¡Aaaaaaahhh!!!”. Todos los demás también gritaron y
empezamos a chocar las palmas de las manos. Luego alguien dijo: “vamos rápido chicos” y
fue como una orden. Salimos “disparando”20 hasta nuestras casas, prometiendo guardar ese
secreto para siempre.
Al otro día, a la mañana, nos reunimos en casa para hacer unos deberes de ciencias
sociales. Nadie habló del tema. Luego de comer, nos juntamos nuevamente para ir al colegio.
Íbamos con un poco de miedo. Creo que cada uno de nosotros tenía el temor de que alguien
nos hubiera visto y denunciado. Al menos yo, temía que estuviera la dueña de los enanos
esperándonos en la puerta de la escuela.
Pero nada de eso ocurrió. Llegamos, estuvimos en clase y la maestra nos felicitó por la
tarea de ciencias sociales y por haber estado tan callados, justamente nosotros, que
hablamos “hasta por los codos”21.
A la salida, ya más tranquilos, decidimos pasar por la casa de los enanitos, no sin
antes discutir si debíamos arriesgarnos o no. Hacia allá partimos y grande fue nuestra
sorpresa cuando enfrentamos el jardín de la casa.
¡Ahí estaban! Sí, los enanitos estaban nuevamente en el jardín, con sus gorritos rojos
y azules, con sus barbas, sus orejas y sus sonrisas.
Nosotros quedamos paralizados, con los ojos como huevos fritos. ¿Eran ellos, los
mismos que habíamos destruido o la vecina había comprado otros igualitos? No tuvimos
tiempo de hacernos muchas preguntas, porque de pronto se abrió la puerta de la casa y salió
una mujer como de ochenta años, con la cara muy arrugada y una sonrisa como la de los
enanitos. La vieja se dirigió hacia nosotros que no atinamos a nada.
“¿Les gustan mis muñecos?”, preguntó.
Nosotros asentimos con la cabeza, sin pronunciar palabra, muertos de miedo. La vieja
volvió a hablar:
“Hace treinta años que los tengo, son mis regalones”.
Nosotros nuevamente asentimos con la cabeza.
La vieja entonces largó una carcajada y con una mano nos señaló.
“Ustedes no deben tener miedo, ellos son buenos, no matan a la gente”, dijo.
Y largó otra vez una carcajada más fuerte que nos hizo estremecer. En ese momento
nosotros empezamos a correr “como locos” hacia nuestras casas.
La vieja seguía riéndose a las carcajadas.
...
- ¿Fue una historia de verdad?
- Me la contó una amiga de mi papá... de una bruja.
- Las brujas, dicen están celosas de los hombres, por eso “hacen maldad”.
- Mi mamá también escuchó la historia por la radio, creo...
20
21
Modismo que significa “salir corriendo”.
Modismo que significa “hablar mucho”.
DOÑA MARTINA
“Allá viene Doña Martina. ¡Todo el mundo a esconderse! Y se
ríen…”
“…enfrenta a los vientos y desafía su rumbo, porque ríe hacia
el sur cuando sopla e pampero, y carcajea hacia el norte cuando
el ventarrón se hace caluroso y pesado.”
- Algunas veces Doña Martina se va y deja la puerta abierta…
- Ayer estaba tomando mate en su casa.
- Para mí es una persona normal.
...
Ella es viejita, muy viejita. Vive en Piedra Bola22. Se llama Martina. A veces se la ve
llorando mucho, otras riendo a carcajadas.
Dicen que Doña Martina
anda sola de noche.
“No todo el mundo la trata como debiera ser”. Cuando ven que se acerca, la gente se
va, se esconde. La espían.
La gente piensa que está loca.
Aseguran que tiene problemas mentales, por eso ella tiene sus días de “estar bien”, de
hablar con coherencia, y sus días de “estar mal”, que son la mayoría. Cuando anda mal habla
con incoherencia, dice cosas extrañas o se ríe sola. Entonces la gente del lugar, o los chicos
dicen:
“Allá viene Doña Martina. ¡Todo el mundo a esconderse!” y se ríen…
Entonces se burlan de Doña Martina.
La gente del lugar cree otras cosas, no sé…que puede hacer algo, maldades,
gualichos23...
En realidad es al revés. Todo el mundo la molesta.
No todos, pero mucha
22
23
Paraje puntano del departamento Pringles, donde existe un establecimiento escolar.
Mal. Hacer un “Gualicho” es hacer un mal, mediante magia. Voz aborigen.
Gente le hace daño.
Le han abierto las puertas de su casa y le han robado el colchón y la cama.
Ella tiene hijos. En la zona todos los conocen.
Los hijos, parece, viven cerca y no quieren a su madre. Nadie se hace cargo de ella.
Nadie la protege, ni sus hijos.
Ni siquiera los choferes de la Trafic, del transporte de pasajeros, la quieren llevar. Es
como si le tuvieran miedo.
En cualquier momento
se va’24 morir congelada.
Quizá este no sea un buen augurio, pero de alguna forma, verla andar por los campos
y las sierras, con los fríos del invierno, tan desprotegida, anticipa su final.
Pareciera que su destino es inevitable.
Todo esto hace pensar.
Hay tantas miradas diferentes sobre lo mismo, ¿no?
Podríamos entonces, al menos
por un instante, permitirnos tener
otra visión de Doña Martina,
que no fuera la del miedo
y la burla.
...
¿Qué nos atemoriza realmente de Doña Martina? ¿De qué y de quién nos burlamos?
Nos da miedo que ella reciba al sol desde las sierras antes que todos; que coma lo
que las cabras, que beba el rocío que en los árboles deja la noche, que las piedras, las
espinas y la tierra no le hagan daño a sus pies descalzos.
Nos burlamos que no reprima sus lágrimas ante cualquier mirada extraña, y llore “a
mares”25, frente a alguna alegría que no es suya.
Nos asustamos de su risa a carcajadas, que no hace más que equilibrar aquellos
llantos; que deja fluir su instinto, su frescura y su voz; que enfrenta a los vientos y desafía su
rumbo, porque ríe hacia el sur cuando sopla el “Pampero”26, y carcajea27 hacia el norte
cuando el ventarrón se hace caluroso y pesado.
Nos reímos de sus ropas harapientas, sin saber que los espinillos que juegan a ser sus
sastres, la aceptan de igual a igual, porque saben que ella también.
Nos burlamos de su vejez. Nos atemorizan sus arrugas pronunciadas como surcos,
como ríos secos nostálgicos de las corrientes y las crecidas que ya no vendrán.
Despreciamos el silencio que ella elige entre las muchas voces y los ruidos, y la
empobrecemos, con nuestros “pobrecita”, robándole a su soledad la dignidad que
seguramente tiene.
Lo del hurto del colchón, entonces, se hace insignificante ante la magnitud del otro
robo.
...
Regionalismo. Contracción de “va a”
“Llorar a mares”, es llorar mucho, con muchas lágrimas.
26
Pampero es el nombre que se le da al viento fuerte y seco que nace en la región pampeana., y que llega a San Luis desde el
sur. En la ciudad capital de San Luis este viento transforma su nombre por el de “Chorrillero”
27
Regionalismo. Reírse a carcajadas
24
25
Todo esto hace pensar, ¿no?
Ciertamente hay muchas formas
distintas de ver las cosas.
Dos personas se juntan a charlar: una dice que va a llover y la otra asegura que no. ¿A
quién debemos creerle?. Mientras una supone algo, otra lo contrario.
Lo curioso es que
las dos miran el mismo cielo, exactamente en el mismo momento y desde el mismo lugar.
¿Quién tiene razón?
¿Cuál es la que se acerca
más a la verdad?.
Seguramente el paso del tiempo le dará la razón a alguna de estas afirmaciones. Sin
embargo uno necesita ahora, no mañana, algunas de estas certezas.
Como la “Guadalupe”28
escritora Beba Di Genaro29,
Las dos visiones que se pueden
tener sobre Doña Martina,
desnudan muchas cosas.
de El Trapiche, que pintó con palabras hace algunos años, la
Doña Martina define corazones.
“Porque el hombre da al hombre la ocasión de la entrega y en la opción descubre la
bondad o el rechazo”30.
Estas dos miradas no describen exclusivamente a Doña Martina, sino que al revés:
nos describen a todos.
Tal vez ahora comprendamos por qué la gente se esconde cuando ella se acerca. Y
quizá, también entendamos que a veces esconderse no es más que mostrarse.
...
- Le han robado el colchón y la cama… no tiene donde dormir.
- Los hijos que viven por acá cerca no la quieren.
- Acá en cualquier momento se puede morir congelada, hicimos denuncia en los
Derechos Humanos, pero nada…
LA CUESTA DEL GATO31
La “Guadalupe”, fue una mujer que vivió en la localidad de El Trapiche. Murió en 1937. Todos la tomaban por loca, pero al
mismo tiempo se le rezaba, se le hacían promesas y se temían sus apariciones.
29
Escritora, dramaturga y poeta. Nació en La Plata y se radicó en San Luis en 1943.
30
Del cuento “La Guadalupe” que escribió Beba Di Genaro en 1967. Este cuento, publicado en la revista puntana Virorco,
recibió ese mismo año el premio del Diario Los Andes de Mendoza. El jurado fue Antonio Di Benedetto.
31
Cuesta peligrosa que contiene, a la vez, tres curvas, ubicada en el partido de El Volcán, a 14 km. de la ciudad de San Luis.
Allí, se han registrado varios accidentes automovilísticos.
28
“…Iban borrachos en el auto los novios; iban por la Cuesta del
Gato y se chocan porque iban fuertísimo”.
(Diego - 9 años)
- Esa chica…no me acuerdo cómo se llama, pero dicen que era una chica que tenía
quince años.
- ¿La de la Cuesta del Gato?
- Sí. La chica se mató. Se cayeron en un río que había. Entonces dicen que ahora se
aparece….
...
Resulta que una chica, una jovencita, que se llamaba Betty le mintió a su madre. Le
dijo que se iba a estudiar y se fue con unas compañeras y compañeros al campo, a tomar
mate.
Se fueron en el auto del novio de la chica. Alberto se llamaba.
Tenían la misma edad: quince años.
El no podía manejar, no tenía carnet, pero como era hijo de ricos le permitían esas
cosas. La policía no le decía nada.
En el campo, en el Trapiche32 creo, Alberto había tomado además de mate, varias
cervezas. Por eso creo que comenzaron los problemas.
De regreso, venían muy fuerte, fuertísimo, en el auto y en la Cuesta del Gato, pasando
El Volcán33, chocaron. Fue una tragedia.
La Betty fue la única que se murió.
Cuando la madre se enteró no lo podía creer. Su hija le había mentido y encima
estaba muerta.
A la madre le agarró una pena muy grande.
“Encima” la Betty y el Alberto se iban a casar. Lo habían prometido una semana antes
del accidente. Pero el destino es el destino.
Parece que el joven, cuando se recuperó, no fue preso. Claro, sus padres lo salvaron.
Es más, el consiguió otra novia y se casó.
Entonces la Betty, o sea, el espíritu de la Betty se enojó y empezó a salir en la Cuesta
del Gato.
Ella cree que todos los hombres que pasan en auto son el Alberto y a muchos los ha
matado, tirándolos al dique, al tiempo que les grita: “Ahora, te daré tu merecido”.
Dicen que cuando el espíritu está de buen humor, hace que los automovilistas frenen
en la Cuesta del Gato y con eso evita que choquen.
Los que la han visto, dicen que se aparece vestida de blanco, por el deseo de casarse,
que ella tenía.
Por eso le llaman la Mujer de Blanco.
...
- A la chica la chocó un auto cuando salía de la Iglesia, de casarse.
- ¡Pobre novio!
- ¡Qué pobre! Él enseguida se casó con otra. Por eso ella se le aparece…de bronca.
32
33
Localidad turística puntana del departamento Pringles.
Localidad turística puntana del departamento La Capital.
- ¿Dónde?
- En la Cuesta del Gato. Ella siempre se aparece ahí…
La Muerte
- Ella tenía un libro de magia, que podía hacer hablar con la gente muerta.
- Sí, yo conozco una mujer que hablaba con la Muerte. La llamaba
- En Justo Daract34 hay gente que estudia la “magia negra”.
- ¿En serio?
- Sí, lo hacen para Semana Santa.
...
Una vez una niñita le dijo a la madre si podían jugar a “la escondida”35. La madre no
quería, pero finalmente aceptó.
Entonces la niñita se fue a esconder y la agarró la Muerte.
La madre la llamaba: “Hija, hija”, y no la encontraba.
Después se dio cuenta que la había agarrado la muerte y fue a buscarla. En ese lugar
había un árbol que cobraba vida y la madre le preguntó: “Arbol, árbol ¿me ayudas a buscar a
mi hija que la agarró la Muerte?”
Y el árbol le contestó: “Con una condición: me tienes que dar los brazos”.
La madre aceptó. Se cortó los brazos y se los dio. El árbol, a cambio, le indicó por
donde debía ir.
Después se fue caminando, sin los brazos, hasta que llegó a un río y le preguntó: “Río,
río ¿me ayudas a buscar a mi hija que la agarró la Muerte?”
Y el río le contestó: “Sí, pero con una condición: me tienes que dar las piernas”.
La madre aceptó. Se cortó las piernas y se los dio. El río, a cambio le indicó el camino.
La madre entonces, se fue arrastrando hasta la casa de la Muerte.
Pero era demasiado tarde.
Ya la había matado.
...
- La madre de una vecina de nosotros estaba acostada y le habían apagado la luz y
cerrado la puerta...
- ¿Y qué le pasó?
- Un día, cuando dormía, se le apareció una mano cortada. Y cuando se despertó le
estaba sacando la memoria
- ¿Cómo que le estaba sacando la memoria?
- La mano cortada le estaba sacando toda la memoria.
34
35
Ciudad de la provincia de San Luis, ubicada en el departamento Pedernera.
Juego infantil, donde todos los participantes se esconden menos uno, que debe buscarlos.
LA OSCURIDAD
“¿Vio que el Diablo es igual como el viento?...”
Un día mi prima le estaba contando cuentos de terror a mi hermana. Y entonces se
asustaron, porque cayó algo en el techo. Se asustaron mucho. Entonces abrieron la puerta y
estaba “la oscuridad”.
- ¿Quién?
- “La oscuridad”. Ellas nos llamaron a nosotros. A mi primo y a mi. Nosotros después
fuimos afuera y no había nadie...
«Y se acabó el cuento
y eso es verdad»
*** FIN ***
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