¿Qué opina de los payasos actuales? “Bueno, el humorismo de los payasos ha sido una lucha tremenda durante varios años, cuando yo entré con el programa invité a muchos que entraban con malas costumbres. Por ejemplo, si se les arrimaba un niño le daban un pellizcote, le decían hágase para allá; le daban disimuladamente un coco, le decían hazte para allá, así trabajaban. Sentaban a un niño o niña pequeñitos de unos tres o cuatro años, le preguntaban su nombre y si el niño balbuceaba, ellos lo imitaban y todo el público se reía menos el papá y la mamá, la criatura misma no se reía”. Niko Liko les llamaba la atención y fueron comprendiendo. “Conmigo era distinto. Venia una niña y yo le decía: hay que linda niñita, como vienes bonito peinada, ¿quién te peino? Mi mamá. Cuando el menor respondía con un balbuceo también le decía: oye que bonito nombre tienes, quién te lo puso, y ya me contestaba que su papá o su madrina. Con esa confianza ya te empezaba a enseñar su vestidito, sus zapatitos, me platicaba cómo la habían peinado y cosas por el estilo, esa criatura regresaba al programa. Ahora está muy desatado eso, ahora hasta chistes de doble sentido”. ¿En qué momento se pierde la figura del payaso? “No, no se pierde la figura del payaso, se modifica. Y eso depende de las edades”. ¿Cómo le gustaría ser recordado? “Pues me gustaría que me recordaran nada más. Cada quien tiene su opinión de cómo fui, cómo he sido y cómo soy. Lo único que me gustaría es que me recordara cada quien a su manera, pero que me recordaran, así es”. [email protected]