El comportamiento moral

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LA CONDICIÓN MORAL DEL SER HUMANO
EL COMPORTAMIENTO HUMANO: COMPORTAMIENTO INTELIGENTE Y LIBRE.
ü El comportamiento instintivo de los animales y el comportamiento
inteligente del ser humano.
La conducta de los animales se explica a menudo recurriendo a los instintos como causa
de ésta. El instinto es una forma innata de hacer ciertas cosas que es característica de
todos los individuos que pertenecen a una especie animal y que es fundamental para su
supervivencia. Cuanto más inferiores son las especies animales, su conducta se explica
más recurriendo a los instintos; sin embargo en las especies superiores interviene más
en su conducta el aprendizaje y la inteligencia (no digamos ya en el comportamiento del
hombre, en el cual interviene en gran medida los aprendizajes realizados y su capacidad
para resolver problemas nuevos, es decir, su inteligencia).
Pongamos un ejemplo: la forma de hacer los nidos de algunas especies de pájaros es
innata; sin que lo hayan aprendido, saben hacer sus nidos y todos los pájaros de esa
especie los realizan igual. En muchas especies animales la conducta sexual es instintiva,
es decir, todos los animales de esa especie realizan los mismos actos y en el mismo
orden cuando es el tiempo de aparearse. También podemos citar los siguientes
ejemplos: la araña que teje la telaraña, el pájaro que suelta los gusanos dentro de la boca
abierta de los polluelos, la columna de hormigas llevando migas hacia su hormiguero, la
emigración de las golondrinas hacia zonas tropicales...
Sin embargo los humanos no tenemos instintos. Eso no quita que tengamos muchos
impulsos como pueden ser: satisfacer nuestras necesidades físicas, el impulso sexual,
el amor, el odio, el miedo, la curiosidad, el impulso que nos lleva a relacionarnos con los
demás, el ser los mejores, etc.
Pero estos impulsos no nos llevan a actuar de una forma determinada, ya que tenemos
que elegir si es conveniente seguir ese impulso y cómo satisfacerle; o si hay que
posponerle o simplemente rechazarle del todo por considerar que es negativo. Así, por
ejemplo, si uno tiene hambre, puede considerar si tiene que comer, cómo tiene que
comer y qué tiene qué comer; o puede considerar que ese no es el momento de comer.
En otro caso, si uno siente odio por otra persona puede considerar que ese impulso es
inadmisible y que hay que rechazarle de raíz, o todo lo contrario.
Como los humanos no sabemos de nacimiento qué debemos hacer, al contrario que los
animales, tendremos que aprender cómo hacer las cosas y cómo relacionarnos con los
demás. Tendremos que aprenderlo de aquellas personas con las que vivimos en
sociedad, de nuestra cultura (nuestra segunda naturaleza), y en algunos casos
tendremos que inventarlo nosotros mismos. Y esto es posible porque somos seres
inteligentes.
Es cierto que a veces hacemos cosas siguiendo simplemente nuestros impulsos, es
decir, de forma irreflexiva, como cuando sentimos miedo y nos escondemos o echamos a
correr. O de forma caprichosa, como cuando nos apetece ver una película y no nos
planteamos si debemos hacer otra cosa. También hacemos cosas por costumbre, es
decir, porque se suelen hacer así; o porque nos las mandan u ordenan.
Pero hay veces que no nos queda más remedio que ponernos a pensar y reflexionar
sobre qué es lo que debemos hacer, sobre las consecuencias de nuestros actos, sobre si
es justo y bueno lo que hacemos, si debemos seguir nuestros impulsos o no, si nuestros
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caprichos son buenos, las costumbres justas o lo que nos ordenan correcto. Porque
queremos ser nosotros mismos y queremos actuar de la mejor manera posible.
ü ¿Somos seres libres?
1. ¿Has decidido venir libremente a la escuela hoy?
2. Si tienes sed ahora, ¿puedes elegir ir o no ir a la fuente a beber?
3. ¿Elegiste tener sed o la tuviste de pronto sin pensar en ello?
4. ¿Escogiste ser español?
5. ¿Escogiste los vestidos que te pones?
6. ¿Puedes escoger el desobedecer las normas de tráfico, como cruzar la calle con el
semáforo rojo?
7. Si te caes por la ventana, ¿puedes elegir no llegar al suelo?
8. ¿Puedes ser feliz simplemente porque eliges ser feliz? ¿Puedes elegir cómo se
alcanza la felicidad?
9. Cuando haces algo por tu libre voluntad, ¿significa que no tienes ninguna razón para
hacerlo?
10. Cuando haces algo simplemente porque te apetece, ¿estás actuando libremente?
11. ¿Puedes no hacer algo que te apetece hacer?
12. ¿Es una acción libre una acción que siempre está bien? Si no es así, ¿qué es más
importante, que una acción sea libre o que sea buena?
* Resumiendo, contesta a la siguiente pregunta: ¿SOMOS LIBRES?
Te habrás dado cuenta que el cuestionario anterior hacía referencia al tema de la
libertad. Como hemos visto hay ciertas cosas en la vida que se nos imponen: ser varón o
mujer, ser español, tener sed...pero hay otras que no se nos imponen y que podemos
elegir.
Una vez que hemos reflexionado sobre las distintas posibilidades que tenemos de actuar,
en aquellas cosas que no se nos imponen, decidimos cuál vamos a realizar. Ese es el
sentido más primario y radical de la libertad, es decir, que el hombre ante diversas
posibilidades tiene que elegir una y que esa una debe ser buena. Pero decir que
somos libres, no significa que no haya trabas que limiten y condicionen nuestra libertad.
Existen condicionantes o trabas exteriores e interiores.
• Condicionantes exteriores:
- El espacio y el tiempo (el pasado).
- La sociedad: nuestros padres y educadores; los gobernantes con sus leyes; la policía...
- El dinero y los recursos materiales que poseamos.
• Condicionantes interiores:
- Nuestro cuerpo con sus limitaciones, así como nuestra mente con las suyas;
- Las enfermedades.
- Los vicios y dependencias.
- Las creencias e ideas.
- La muerte.
En resumen, quiero destacar dos características esenciales del hombre: su
inteligencia, que le permite conocer el mundo que le rodea (incluido a él mismo) y
desenvolverse en él, y su voluntad libre, es decir, su capacidad para elegir una
buena opción entre varias posibilidades.
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ü Libertad y responsabilidad.
Nosotros somos de los que pensamos que el hombre es un ser libre y que su libertad es
lo más característico de él y lo más grande que posee. Eso sí, una libertad que no es
absoluta, que es condicionada. Porque todo en el hombre es limitado: el hombre tiene
fuerza, pero no es capaz de llevar sobre sus espaldas un edificio de dos pisos; tiene
fuerza, pero una fuerza limitada. El hombre es inteligente, pero no conoce todas las
cosas; tiene una inteligencia limitada. Del mismo modo es libre, pero no puede hacer todo
lo que quiera; tiene una libertad limitada, condicionada.
Pero hablar de libertad es lo mismo que hablar de responsabilidad. Porque actuamos
libremente tenemos que dar cuenta de nuestras acciones, de las consecuencias que
llevan consigo; y en cierta medida también de lo que no hacemos.
Comenta el profesor E. Franke, que recomendaba a sus estudiantes americanos que,
junto a la estatua de la libertad, alcen otra a la responsabilidad ( por si no lo sabes, la
estatua de la Libertad fue un regalo del pueblo francés al de Estados Unidos. La corona
de siete rayos simboliza la libertad que se extiende a los siete continentes atravesando
los siete mares. En la mano izquierda sostiene una tablilla sobre la que está escrita en
cifras romanas la fecha del cuatro de julio de 1776, día de la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos).
La responsabilidad que entraña la libertad es clave para nuestro desarrollo personal y
social; así vosotros tenéis ahora libertad para mejorar vuestra formación y sois
responsables de ello y de las consecuencias que se puedan derivar para vosotros y para
la sociedad; sois responsables de la marcha de vuestra familia, de la forma que tenéis de
divertiros, de cómo tratáis a vuestros compañeros...
Imaginemos una sociedad en que todas las personas fueran responsables: los padres de
educar a sus hijos, amarlos y cuidarlos; los hijos de amar a sus padres y ayudarlos; el
albañil al hacer una casa, el electricista, el fontanero, el conductor, el profesor, el político,
el comerciante, el marido,...!Qué sociedad!
Somos responsables de lo que hacemos, siempre que se den ciertas condiciones:
1. La madurez personal. Importancia de la edad.
2. La conciencia de lo que hacemos. Importancia de la salud mental.
3. El grado de libertad. Importancia de la ausencia de coacciones.
TEORÍAS SOBRE LA LIBERTAD
1. No deterministas: Somos libres, pero con una libertad limitada: no todos mis
actos son libres, ni puedo hacer siempre lo que quiero, pero muchas veces
puedo escoger entre distintas opciones.
2. Deterministas: no tenemos libertad: Pensar que somos libres es ignorar las
causas que nos determinan.
ü El mendigo psicópata:
“La Audiencia Provincial de Madrid absolverá al mendigo Francisco García Escalero, que
mató a diez personas e intentó asesinar a otra, al haber pedido el fiscal y las acusaciones
su absolución por enajenación mental y su ingreso en un centro psiquiátrico.
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La Sección Primera de la Audiencia dejó ayer el juicio visto para una sentencia en la que
deberá decidir si Francisco García Escalero debe ingresar en un hospital psiquiátrico
penitenciario o en un centro civil para enfermos mentales, y resolver la petición de las
acusaciones ejercidas por tres víctimas de que el Estado les indemnice.
Los peritos (médicos forenses) señalaron que Escalero debe recibir asistencia y
tratamiento en un hospital o establecimiento psiquiátrico cerrado o con unidades
blindadas para evitar fugas. Tras la declaración de los peritos, el fiscal, que inicialmente
pedía 106 años y cuatro meses de cárcel para el acusado, solicitó su absolución con
sumisión del procesado a la medida de internamiento que indique la sentencia, por haber
cometido los hechos con enajenación mental.
Las acusaciones, que pedían inicialmente treinta años de reclusión para Escalero por
cada víctima, realizaron la misma modificación de sus conclusiones que el fiscal. Este
comentó durante su informe que la sociedad es corresponsable de este caso, concretó
que las instituciones tienen la misión de poner los medios para impedir las condiciones
que aquí concurrieron. En este sentido recordó que Escalero estuvo en tres o cuatro
centros psiquiátricos y en otros penitenciarios y ‘lamentablemente esto no se ha traducido
en el resultado que debía, pues mientras ha estado cometiendo barbaridades’.
Diario de Burgos, Sábado, 24 de febrero de 1996.
LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRA IDENTIDAD
Lo primero que implica el hecho de ser libre es que el hombre tiene que hacer su vida.
De nacimiento el hombre no es médico, ni albañil, ni profesor; no es trabajador ni vago;
no es bueno ni malo, amable ni arisco; no es honrado ni ladrón; veraz ni mentiroso...Será
lo que vaya haciendo de sí mismo a lo largo del tiempo que dura una vida, en una tarea
sin fin. Porque el hombre no se realiza nunca, sino que mejora y se perfecciona en el
mejor de los casos y, en el peor, empeora y se destruye.
"Sí, soy yo, yo mismo, tal cual ha resultado de todo _dice el poeta Pessoa_.
Cuanto fui, cuanto no fui, todo eso soy. Cuanto quise, cuanto no quise, todo
eso me forma".
Somos el resultado de nuestra libertad, aunque también de los condicionantes internos y
externos. Por eso, lo importante es saber para qué queremos ser libres y cómo lo
podemos alcanzar.
ü La vida se hace realizando actos, adquiriendo actitudes y formando nuestro
carácter.
¿Cómo podrías conseguir un cuerpo fuerte, resistente, ágil y veloz? ¿Qué harías para ser
un buen jugador de fútbol? Lo que somos lo conseguimos realizando acciones;
repitiéndolas una y otra vez. Seremos puntuales si por la mañana acudimos a clase a su
hora, pero no un día por casualidad, sino hoy ,mañana, pasado...Así con el tiempo nos
habremos hecho una persona puntual. Seremos deportistas si a menudo hacemos
deporte.
Cada vez que realizamos un acto, por insignificante que nos parezca, estamos
conformando nuestro carácter. Claro que hay actos que son mucho más importantes en
el desarrollo de nuestra vida que otros; todos podemos estar de acuerdo en que fregar
hoy la vajilla y casarnos influyen en nuestro modo de ser, en nuestra vida, pero
estaremos más de acuerdo en que el segundo acto es mucho más influyente que el
primero.
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Cada vez que elegimos estamos modelando ese personaje que vamos a ser, al igual que
el escultor va modelando a partir de un pedazo de madera una estatua, o el escritor va
dando forma a su novela. Nos vamos modelando al elegir nuestros amigos, nuestros
estudios o trabajo, los bienes que adquirimos...
A base de repetir actos vamos adquiriendo actitudes o hábitos. Una actitud es una
predisposición constante y adquirida a reaccionar de un modo determinado en una
situación también determinada. Así, como hemos dicho, a base de acudir con
puntualidad un día y otro a clase nos hacemos puntuales. Tenemos esta actitud de la
puntualidad. Las actitudes buenas las llamamos virtudes y las actitudes malas
vicios. A lo largo de nuestra vida vamos adquiriendo numerosas actitudes ya sean
buenas o malas y el conjunto de ellas van formando nuestro carácter o modo de ser, que
es la tarea principal de nuestra vida.
Actos Repetidos forman las Actitudes Su conjunto constituye el Carácter
Virtudes
(buenas)
Vicios
(malas)
En la Grecia homérica la virtud se identificaba con cualidades como fuerza, valentía,
coraje, astucia, etc. Eran las cualidades valoradas por los aristócratas y se
consideraba que eran heredadas, aunque luego había que demostrar que se
poseían. Los sofistas defendieron que las virtudes eran enseñables e hicieron
hincapié en aquellas cualidades que permitían triunfar en la polis: dominio del
lenguaje, de la lógica, capacidad de persuasión, etc. Sócrates y Platón, en cambio,
identificaron la virtud con la sabiduría, con la capacidad para conocer el bien (el que
conoce el bien obra bien). Aristóteles considerará que la virtud es enseñable, que es
necesario para obrar correctamente diferenciar el bien del mal, pero que además hay
que tener voluntad y fuerza para hacerlo.
Conviene observar esta significativa particularidad de la conducta humana: lo negativo
nos resulta fácil, lo positivo difícil; en el vicio caemos fácilmente, pero en la virtud nunca
se cae, sino que a ella sólo podemos arribar tras reiterados esfuerzos.
Virtudes
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Justicia: dar a cada uno lo suyo.
Prudencia: actuar racionalmente teniendo en cuenta las circunstancias.
Fortaleza: vencer las dificultades tanto exteriores como interiores.
Templanza: moderar el excesivo atractivo de los bienes.
Tolerancia: respetar las opiniones y acciones ajenas.
Solidaridad: adhesión a las causas ajenas; hacer nuestros los problemas de los
demás.
7. Comprensión: ponernos en lugar de otro para tratar de entender sus ideas o
acciones.
8. Sinceridad: disposición de la persona a decir lo que piensa.
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9. Generosidad: capacidad para dar a los demás nuestros bienes (materiales o
espirituales.)
10. Honradez: evitar el engaño y cumplir con nuestros deberes profesionales.
11. Fidelidad: hacer lo que uno ha dicho o cree que debe de hacer.
12. Secreto: no manifestar una información confidencial.
13. Amor: buscar la felicidad de otra persona.
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Vicios
Soberbia: estimarse excesivamente.
Avaricia: afán excesivo por poseer riquezas.
Pereza: descuidar nuestros deberes.
Envidia: tristeza del bien ajeno que nos lleva a hacerle daño.
Lujuria: tendencia desordenada a los deleites carnales.
Gula: comer excesivamente.
Ira: tendencia a actuar violentamente cuando se nos presenta una contrariedad.
Egoísmo: excesivo amor a sí mismo, olvidándose de los demás.
Mentir: falta de correspondencia entre lo que se piensa y lo que se dice.
Las virtudes en negrita son las que Platón consideraba las virtudes cardinales. Los
vicios en negrita son los siete pecados capitales. No conviene olvidar que cada una de
las virtudes señaladas anteriormente tendrían su correspondiente vicio y a la inversa,
los vicios sus correspondientes virtudes.
Resumiendo: una vez que somos libres, es importante saber para qué lo queremos
ser. La única forma de ir construyendo y haciendo esa persona que queremos ser
es haciendo en cada momento lo que creemos que debemos hacer, un día tras
otro. Así vamos adquiriendo unas actitudes, que es deseable que sean buenas, si
lo que queremos es hacernos una persona buena.
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