Una unión bancaria para Europa: haciendo de la necesidad virtud

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Documento de Trabajo n° 14/32
Madrid, noviembre de 2014
Una unión bancaria para
Europa: haciendo de la
necesidad virtud
María Abascal Rojo
Tatiana Alonso Gispert
Santiago Fernández de Lis
Wojciech A. Golecki
14/32 Documento de Trabajo
Noviembre 2014
Una unión bancaria para Europa: haciendo de la necesidad
virtud
Autores: María Abascal, Tatiana Alonso, Santiago Fernández de Lis, Wojciech A. Golecki
Julio de 2014(*)
Resumen
La unión bancaria es el proyecto europeo más ambicioso que se ha acometido desde la introducción de la
moneda única. Se emprendió en el verano de 2012 con el fin de enviar a los mercados una señal rotunda de
unidad frente al problema de fragmentación financiera que estaba poniendo al euro contra las cuerdas. El
objetivo principal de la unión bancaria es reanudar el progreso hacia el mercado único de los servicios
financieros y, a un nivel más general, preservar el mercado único europeo al restablecer el adecuado
funcionamiento de la política monetaria en la zona euro mediante la recuperación de la confianza en el
sector bancario europeo. Esto se conseguirá a través de nueva regulación bancaria armonizada y un nuevo
marco institucional más sólido de supervisión y la resolución bancaria que pasará a ser gestionado a nivel
europeo. Los líderes de la UE y los colegisladores han trabajado a contrarreloj para poner en marcha un
acuerdo creíble y eficaz en un tiempo récord, en medio de intensas negociaciones (con acuerdos finales
que a menudo se cerraron en el último minuto) y concesiones muy importantes por todas las partes
involucradas (la mayoría de las cuales hubieran sido sencillamente impensables hace solo unos pocos
años). A pesar de que el acuerdo final no proporciona la unión bancaria óptima, seguimos considerando que
tiene un valor político extraordinario y vemos su enorme potencial. Al resituar a Europa en la vía correcta
para la integración, la unión bancaria restablecerá el impulso hacia una auténtica unión económica y
monetaria. No obstante, para poner fin al círculo vicioso entre la deuda soberana y la solvencia bancaria, es
necesario un mayor avance en la integración que incluya elementos fiscales, económicos y políticos.
Palabras clave: Mercado Único Europeo, Unión Monetaria Europea, Unión Bancaria, supervisión bancaria,
resolución bancaria, código normativo único, fragmentación financiera.
JEL: G21, G28, H12, F36.
(*) Este documento de trabajo es una traducción al español del documento de trabajo A banking union for
Europe: making a virtue out of necessity, de Julio de 2014 (para acceder pulse aquí).
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Documento de Trabajo
Noviembre 2014
Índice
1. Introducción
4
2. Preámbulo: la necesidad y la virtud
5
7
Recuadro 1: El milagro europeo
3. Primer acto: negación y toma de conciencia
8
Recuadro 2: El “Informe de los cuatro presidentes” sobre una Unión Económica y Monetaria genuina
10
4. Intermedio I: el código normativo único
12
Recuadro 3: El laberinto legislativo de la UE
15
5. Segundo acto: el Mecanismo Único de Supervisión (MUS)
16
Recuadro 4: El Sistema Europeo de Supervisión Financiera (ESFS)
6. Intermedio II: la resolución del problema heredado
19
27
Recuadro 5. El bail-in parcial para las recapitalizaciones -preventivas
30
7. Tercer acto: el Mecanismo Único de Resolución (MUR)
32
Recuadro 6. La puesta en marcha de la Junta Única de Resolución
39
8. Intermedio III: beneficios previstos y camino a seguir
43
Recuadro 7. Vínculos a documentos clave de la unión bancaria
9. Conclusión
45
46
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Abreviaturas
ANR
Autoridad Nacional de Resolución
ANS
Autoridad Nacional del Supervisión
AQR
Asset Quality Review/Ejercicio de evaluación de la calidad de los activos
BCE
Banco Central Europeo
BRRD
Bank Recovery and Resolution Directive /Directiva de Recuperación y Resolución Bancaria
CE
Comisión Europea
CET1
Common Equity Tier 1/ Capital de nivel 1 (acciones ordinarias tangibles)
COREPER
Comité de Representantes Permanentes del Consejo de la UE
CRD IV
Capital Requirements Directive IV/ Cuarta Directiva de Requisitos de Capital
CRR
Capital Requirements Regulation / Reglamento de Requisitos de Capital
DG
Dirección General
DGSD
Deposit Guarantee Schemes Directive /Directiva del Fondo de Garantía de Depósitos
EBA
European Banking Authority /Autoridad Bancaria Europea
ECOFIN
Economic and Financial Affairs Council /Consejo de Asuntos Económicos y Financieros
ECON
Comité de Asuntos Económicos y Financieros del Parlamento Europeo
ECS
Equipo Conjunto de Supervisión
EIOPA
European Insurance and Occupational Pensions Authority / Autoridad Europea de Seguros y Pensiones
ESFS
European System of Financial Supervisors /Sistema Europeo de Supervisión Financiera
ESAs
European Supervisory Authorities/Autoridades Supervisoras Europeas
ESMA
European Securities and Markets Authority /Autoridad Europea de Mercados y Valores
FGD
Fondo de Garantía de Depósitos
FUR
Fondo Único de Resolución
JERS
Junta Europea de Riesgo Sistémico
JUR
Junta Única de Resolución
MdE
Memorando de Entendimiento
MEDE
Mecanismo Europeo de Estabilidad
MUR
Mecanismo Único de Resolución
MUS
Mecanismo Único de Supervisión
PRC/SREP
Proceso de Revisión del capital/Supervisory Review and Evaluation Process
RAS
Sistema de Evaluación de Riesgos
TFUE
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea
UE
Unión Europea
UEM
Unión Económica y Monetaria
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Introducción
El estallido de la crisis financiera a comienzos de 2007 demostró que la arquitectura institucional europea
era débil para abordar adecuadamente los nuevos riesgos estructurales. La falta de unas normas previsibles
y armonizadas para gestionar la crisis bancaria junto con unas prácticas de supervisión defensivas dio como
resultado una creciente fragmentación de los mercados financieros donde el coste de financiación de los
bancos pasó a depender en gran medida de la fortaleza de su soberano, reforzando así el círculo vicioso
entre bancos y deuda soberana. Una forma yacomún de referirse a esta situación reza que los bancos eran
“europeos en vida pero nacionales en la muerte”.
Las deficiencias de la gobernanza europea no son nuevas. Existe una bibliografía extensa que documenta
las principales debilidades de la unión monetaria europea, más parecida a una “unión de billetes” que a una
verdadera unión monetaria. El euro es el medio para garantizar que se puede pagar en la misma moneda
en los 18 Estados Miembros de la unión monetaria. Sin embargo, la crisis ha puesto de manifiesto que hay
diferencias entre los “euros” de cada Estado miembro. Esta falta de fungibilidad del dinero refleja la
existencia de fragmentación financiera pues dos activos que deberían ser completamente fungibles e
intercambiables dentro de la unión monetaria no se perciben como de la misma calidad. En vez de evaluar
la calidad del activo teniendo en cuenta consideraciones acerca del riesgo de una entidad individual,
prevalece el riesgo país, lo que es en esencia contrario al espíritu de integración. Por tanto, hasta que el
dinero no sea verdaderamente fungible no resultará indiferente tener depósitos en dos países distintos de la
eurozona, y no viviremos en una auténtica unión monetaria.
En este contexto, la unión bancaria emerge como un paso adelante hacia la integración financiera y hacia el
perfeccionamiento de la construcción del euro. Puede calificarse como un hito fundamental, pues implica
avanzar mucho más allá de la armonización de las normas, que ya se aplican a los 28 Estados Miembros de
la Unión Europea. De hecho, implica una importante transferencia de soberanía de los países que
comparten una moneda común a las nuevas autoridades supranacionales, lo que mejorará la gobernanza
de la Unión Monetaria Europea (UEM). Y todo ello con un gran componente de solidaridad por parte del
sector privado que jamás antes se había visto en Europa. Se trata de un proyecto que mira hacia el futuro y
que, por tanto, está diseñado no para resolver los problemas del pasado, sino más bien para evitar y
abordar aquellos que puedan surgir de aquí en adelante.
En este documento explicamos por qué la unión bancaria se ha perfilado como la solución definitiva al
interrogante de la crisis europea, qué tipo de unión bancaria ha sido posible acordar políticamente y cómo el
proceso de construcción se ha desarrollado en un tiempo récord. Aunque no esté completa ni plenamente
desarrollada, la unión bancaria 1.0 acordada ofrece un buen punto de partida y ofrecerá importantes
beneficios incluso a corto plazo, pues ayudará a mitigar las dos amenazas más grandes para la UEM en
este momento: la fragmentación financiera, todavía en niveles inaceptablemente altos (BCE 2014) y el
círculo vicioso entre deuda soberana y bancaria. Aunque no sea suficiente para resolver por completo los
problemas señalados y requiera, por tanto, un mayor desarrollo (una unión bancaria 2.0 con una red de
seguridad común) y otras medidas complementarias (Sicilia et al 2013), la unión bancaria 1.0, acordada por
los líderes europeos constituye la mayor cesión de soberanía nacional desde la creación del euro (apenas
impensable pocos años atrás) y, por consiguiente, un verdadero avance en la consecución de una Europa
totalmente integrada.
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Preámbulo: la necesidad y la virtud
La creación de la Unión Monetaria Europea (UEM) y la introducción de su moneda única en 1999
simbolizaron la coronación del proyecto del Mercado Único y marcaron un punto de partida para el mayor
proceso de integración financiera emprendido en Europa (Padoa-Scioppa 2002). En los nueve primeros
años del euro, los indicadores de integración mostraron una mejora extraordinaria, especialmente en el
terreno de las ventas al por mayor, con la ayuda de mejores infraestructuras en el mercado paneuropeo y
una importante convergencia normativa promovida por el Plan de Acción de los Servicios Financieros (200105). Entre 2000 y 2008 el total de exposiciones al extranjero dentro de la UE creció más del 200%, y en
2007, el 40% de las obligaciones interbancarias de la zona euro se tomaron contra bancos no nacionales de
la UE. Aunque en los mercados minoristas el grado de integración alcanzado fue muy inferior (debido
principalmente a las barreras normativas, fiscales e institucionales entre los Estados Miembros), la fuerte
convergencia registrada en los costes de financiación de los bancos se tradujo en una reducción de los
diferenciales de los tipos de interés para depósitos y préstamos en la zona euro. Probablemente hubo una
sobrerreacción en la convergencia de los diferenciales soberanos que impidió el correcto funcionamiento de
la disciplina de mercado durante los años del boom y agravó la corrección subsiguiente (como se demostró
en el caso de Grecia), pero en general el proceso de convergencia fue saludable y coherente con una
moneda única en un mercado financiero único e integrado.
Figura 1
Desarrollo de una verdadera unión económica y monetaria
UE
UE
Unión
Monetaria
Unión
Monetaria
UE
UE
UEM 1.0
Unión
Monetaria
Unión
Bancaria
UEM 2.0
UE
Unión
Fiscal y
Económica
Unión
Bancaria
UEM 3.0
Fuente: BBVA Research
Pero una parte importante de la integración lograda entre 2000 y 2008 se desvaneció con el estallido de la
crisis. Tras la crisis de deuda soberana de 2011, los indicadores de integración se encontraban niveles
similares a los previos a la introducción del euro, poniendo en riesgo sus propios logros así como los del
Mercado Común. Entre 2007 y 2011, la exposición media de los bancos centroeuropeos a los bancos
periféricos cayó un 55% y el porcentaje de garantías transfronterizas utilizadas en las operaciones de
crédito del Eurosistema se redujo en un tercio (volviendo a los niveles de 2003). Es importante observar que
parte de esta fragmentación fue el resultado de medidas de supervisión tendentes a blindar los sistemas
bancarios de los países core y protegerlos del posible contagio de la periferia. Estas medidas, aunque
racionales desde la perspectiva de un mandato de estabilidad financiera puramente interno, confirmaron las
preocupaciones del mercado en ese momento y pusieron en riesgo al propio euro, creando un problema de
estabilidad financiera mucho mayor que el que trataban de evitar. Estas medidas de supervisión
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desencadenaron incluso una investigación de la Comisión sobre posibles límites ilegales a los flujos de
capital.
En el verano de 2012 la situación era tan crítica para determinadas deudas soberanas que sólo la firme
determinación del Banco Central Europeo (BCE) y sus medidas de apoyo calmaron los rumores de ruptura
del euro. Esta actuación fue instrumental para detener la fragmentación financiera, junto con el anuncio de
una estrategia común hacia una unión económica y monetaria genuina, que incluía como primer paso
fundamental la creación de una unión bancaria (Abascal et al, 2013).
En septiembre de 2012 la Comisión Europea (la Comisión) ya había presentado su propuesta para poner el
primer pilar fundamental de la unión bancaria: un Mecanismo Único de Supervisión. En cuanto al otro pilar
fundamental, el Mecanismo Único de Resolución, la propuesta se presentaría en una etapa posterior, en
julio de 2013. Estos dos pilares ya han sido aprobados por los legisladores, que han actuado con una
rapidez tal que constituye un récord absoluto según todos los estándares legislativos de la UE. El supervisor
único estará totalmente operativo en noviembre de este año y ya trabaja activamente en la identificación de
los activos tóxicos del sector bancario europeo, una condición previa fundamental para conseguir una unión
bancaria segura y creíble. Además, el BCE no solo adquiere poderes microprudenciales sino también
algunas herramientas macroprudenciales para abordar cualquier amenaza a la estabilidad financiera en el
conjunto de la zona euro, lo que contribuirá a resolver los problemas derivados de la fragmentación
financiera. La Autoridad de Resolución Única estará en marcha en enero de 2015, pero no emprenderá
ninguna acción de resolución hasta enero de 2016, fecha en que también se habrá constituido un fondo
único de resolución. Ambos pilares se desarrollarán sobre las bases de normas microprudenciales
armonizadas incorporadas en un nuevo Código Normativo Único para la UE. Y a medio plazo, la unión
bancaria estará con toda probabilidad respaldada por un tercer pilar consistente en un sistema único de
garantía de depósitos, una red de seguridad común que, aunque no está aún en la hoja de ruta, será
posible una vez se materialicen los avances hacia la unión fiscal.
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Recuadro 1: El milagro europeo
El sueño de la Unión Europea nació tras la
Segunda Guerra Mundial, bajo los ideales
compartidos de un grupo variado de estadistas
visionarios tales como Jean Monnet, Robert
Schuman, Konrad Adenauer o Alcide de Gasperi.
Estos “padres fundadores” dedicaron sus vidas a
persuadir a sus pares de los beneficios de
alcanzar una integración económica y política
completa en Europa. Sesenta años después, aún
no lo hemos conseguido, pero es innegable que
Europa ha construido la forma más avanzada de
integración supranacional que se ha alcanzado
hasta la fecha.
Esta singular metamorfosis es el resultado de un
proceso evolutivo que siempre ha estado guiado
por el Estado de Derecho y (hay que reconocerlo)
a menudo dictado por la sucesión de una crisis
tras otra. Todos los pasos hacia una mayor
integración fueron costosos y llevaron tiempo,
pues tenían que fundarse en nuevos Tratados que
debían ser democráticamente ratificados por todos
los Estados Miembros. Desde el originario Tratado
de París (firmado en 1951 por los “seis
fundadores” de la Comunidad Europea del Carbón
y del Acero) y el Tratado de Roma (que constituyó
el Mercado Común en 1957) hasta el último
Tratado de Lisboa (ratificado en 2009 por 27
EEMM), se han llevado a cabo más de 50
revisiones de los Tratados para mejorar la
gobernanza de la UE y ampliar su alcance
1
funcional y geográfico .
Durante más de treinta años (1957-1992) la
Comunidad Económica Europea y su Mercado
Común facilitaron el libre movimiento de personas,
bienes y servicios a través de las fronteras
nacionales. Pero los Estados Miembros todavía
podían controlar los flujos de capital, de modo que
el libre movimiento del capital estaba de hecho
limitado. Esta situación cambió en 1986 con el
Acta Única Europea (AUE), que revisó el Tratado
de Roma para dar un impulso hacia la integración
europea y completar el mercado interno. Entre
otras cosas, el AUE reformó las instituciones
europeas
y
creó
nuevas
competencias
comunitarias: estableció el Consejo Europeo,
aumentó los poderes del Parlamento y de la
Comisión y agilizó la toma de decisiones en el
Consejo de Ministros. En el terreno financiero,
esto facilitó, entre otras cosas, la adopción de la
2
Directiva de Liberalización de Capitales (1988),
que introdujo el libre movimiento de capital entre
los Estados Miembros a partir de julio de 1990.
3
Además, en 1989 la Segunda Directiva Bancaria
introdujo la licencia bancaria única, el control de la
solvencia por parte país de origen y el
reconocimiento mutuo.
En 1993, la ratificación del Tratado de Maastricht
completó el Mercado Único y creó la Unión
Europea, lo que marcó un nuevo y decisivo punto
de inflexión en el proyecto de integración europea.
La nueva UE constaba de tres pilares: la
Comunidad Europea, una política exterior y de
defensa común y la cooperación policial y judicial
en materia de seguridad. Con ello se abrió el
camino a la integración política con el nuevo
concepto de ciudadanía europea y se reforzaron
los poderes del Parlamento Europeo. En el terreno
económico/financiero, se prohibió toda restricción
directa o indirecta al libre movimiento de capitales
y pagos, pasando dicha libertad de movimiento a
integrarse en como una más de las libertades de
libertades fundamentales del Tratado. Por último,
se dieron los pasos definitivos para la creación de
una moneda única bajo una nueva Unión
Monetaria Europea, con el propósito principal de
4
resolver el dilema del “cuarteto inconsistente,
que hacía referencia a la imposibilidad de que la
UE combinara un Mercado Único (con libre
comercio y libre capital) con políticas monetarias
nacionales independientes y tipos de cambio fijos.
1: Los sucesivos tratados no se han limitado a enmendar el texto original sino que también han dado lugar a otros textos que se combinaron con él. En 2004,
los
tratados europeos existentes se consolidaron en un texto único conocido como 2Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
1
Los sucesivos
tratados no se han limitado a enmendar el texto original
: Directiva 88/361/CEE.
2:: Directiva
88/361/CEE.
3
que también
han dado lugar a otros textos que se combinaron con
: Directiva 89/646/CEE.
3:sino
Directiva
89/646/CEE.
4
En idea
2004,fuelos
tratados
existentesPadoa-Schioppa,
se consolidaron uno
en un
: Esta
idea que
fue descrita
1982 porque
Tommaso
Padoa-Schioppa,
de
4:él.Esta
descrita
en europeos
1982 por Tommaso
de los padres
del euro
muchos en
consideran
fue el que
dio el principaluno
impulso
texto único
como Tratado de Funcionamiento de la Unión
los padres del euro, considerado por muchos como el principal impulsor
intelectual
a laconocido
moneda única.
Europea (TFUE).
de la moneda única.
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Primer acto: negación y toma de conciencia
Con el estallido de la crisis financiera global, la integración financiera de la UE comenzó a dar marcha atrás
de forma sostenida. La fragmentación apareció primero en el sector bancario para extenderse después a los
mercados soberanos (Abascal et al 2013). Las frágiles condiciones de los bancos se tradujeron en
restricciones en el mercado interbancario no garantizado y luego en un problema de fragmentación
financiera con contagio al sector fiscal doméstico. Mientras los tesoros de los soberanos con mayores
problemas tenían dificultades para obtener acceso a los mercados primarios, los precios de los repos
bancarios se volvieron sumamente dependientes de la nacionalidad de las contrapartidas y de las garantías,
dando paso a un círculo vicioso entre bancos y deudas soberanas que se convertiría en la peor pesadilla de
los líderes europeos.
La reacción inmediata de la mayoría de los Estados Miembros de la UE no estuvo a la altura de las
circunstancias, teniendo en cuenta que se estaban desmoronando los cimientos del euro: primero negaron
la dimensión europea del problema y luego, incapaces de acordar una respuesta coordinada, admitieron su
gravedad a medias. Muchos países de la UE comenzaron a rescatar sus bancos en quiebra desde un
enfoque puramente nacionalista, lo que exacerbó la fragmentación y, en última instancia, impuso una
pesada carga en sus presupuestos nacionales. Entre octubre de 2008 y diciembre de 2012 la Comisión (DG
COMP) tomó más de 400 decisiones autorizando medidas de ayuda de Estado al sector financiero en forma
de recapitalizaciones o medidas de rescate de activos que ascendieron a 592.000 millones de euros (el
5
4,6% del PIB de la UE en 2012). Entre 2009 y 2013 la Comisión también adaptó sus normas temporales de
6
ayuda de Estado para evaluar el respaldo público a los bancos a través de seis comunicaciones nuevas.
Pero los titánicos esfuerzos de la Comisión por frenar las posturas proteccionistas a través de las normas de
ayuda de Estado resultaron insuficientes para mitigar la ausencia de coordinación a nivel de la UE. La
nacionalidad, una vez más, tenía importancia para los mercados. Como las condiciones macroeconómicas y
financieras siguieron deteriorándose, el círculo vicioso entre bancos y deuda soberana se perpetuó, lo que
puso a algunas economías periféricas en una situación insostenible.
Figura 2
De la armonización a la integración
Fuente: BBVA Research
5: Incluyendo las garantías esta cifra ascendería a 1,6 billones de euros (el 13% del PIB de la UE en 2012) solo para el periodo 2008-2010. Los mapas
interactivos de la Comisión que recogen las distintas cifras de ayudas de Estado que los distintos Estados Miembros han destinado al rescate del sector
bancario durante la crisis pueden consultarse aquí.
6: Los comunicados pueden consultarse aquí.
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Hasta entonces, la política monetaria acomodaticia del BCE y su generosa provisión de liquidez parecían
ser suficientes para mantener el problema bajo control, pero durante la primera mitad de 2012 se hizo
evidente que la mera coordinación no bastaba para mantener la unión monetaria. En la cumbre europea del
28-29 de junio de 2012, el Consejo Europeo anunció un plan para construir una UE genuina que englobara
una unión bancaria, una unión fiscal y económica y hasta una unión política. El primer paso de este
ambicioso plan sería la construcción de una unión bancaria para paliar las deficiencias institucionales del
euro, en especial la falta de sistemas unificados para la supervisión y la resolución bancaria. Ese mismo día,
el Eurogrupo pidió a la Comisión que preparase urgentemente una propuesta para establecer su primer
pilar, un Mecanismo Único de Supervisión (MUS), e hizo un llamamiento a los Estados Miembros para
alcanzar un acuerdo sobre esta propuesta antes de finales de 2012. Además, para romper el círculo vicioso
entre soberanos y banca, el Eurogrupo propuso la posibilidad de recapitalización directa de los bancos por
medio del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sin involucrar a los Estados, una vez que se
estableciera el supervisor único.
Aunque el anuncio de la unión bancaria (y la consiguiente posibilidad de recapitalización directa por parte
del MEDE) representaba un claro indicio de la voluntad política de avanzar hacia una Europa más sólida y
más integrada, resultó insuficiente para calmar a los mercados, que mantenían una cierta sospecha de que
el anuncio se quedaría en una simple declaración de interés por parte de los líderes de la UE ya que la falta
de propuesta formal se percibía como una señal de inmadurez. Por otro lado, la tensión de los mercados
parecía haber alcanzado un punto de no retorno en medio de la creciente tensión financiera y los rumores
sobre la desintegración del euro. El 26 de julio la situación se era tan crítica que el presidente del BCE,
Mario Draghi, se comprometió en comparecencia pública a hacer “lo que fuera necesario” para preservar la
integridad del euro. Este compromiso público de apoyo incondicional del BCE, respaldado por el anuncio del
lanzamiento del programa de Transacciones Monetarias Directas (OMT por sus siglas en inglés) en
septiembre, consiguió por fin acallar los rumores sobre el fin del euro y calmar las tensiones financieras. Los
mercados volvieron su atención al proyecto de unión bancaria con renovado optimismo, permaneciendo
desde entonces muy atentos al desarrollo del proceso y siempre alerta en busca de posibles retrasos en la
hoja de ruta acordada en junio de 2012 para la creación de una unión bancaria basada en dos pilares
fundamentales: la supervisión única y la resolución única. Pero, como veremos, la hoja de ruta ha seguido,
en su mayor parte, según lo previsto.
La Comisión presentó su propuesta para el supervisor único (MUS) en septiembre de 2012, y solo tres
meses después, en diciembre, los Estados Miembros llegaron a un acuerdo sobre el texto legal en una
reunión extraordinaria del ECOFIN. Al día siguiente, el Consejo Europeo aprobó la versión final del informe
“Hacia una Unión Económica y Monetaria genuina” (véase el Recuadro 2), lo que dio el impulso oficial
definitivo a la unión bancaria.
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Noviembre 2014
Recuadro 2: El “Informe de los cuatro presidentes” sobre una Unión
Económica y Monetaria genuina
Bloque 1. Un marco financiero más
integrado (unión bancaria):
El Consejo
Figura 3
Hacia una Unión Económica y Monetaria genuina
UEM
3.0
I
Unión
bancaria
II
Unión
fiscal
III
Unión
económic
a
Legitimidad democrática
Fuente: BBVA Research
La estrategia de la UE para avanzar hacia una
mayor integración que completaría el Mercado
Único y la Unión Económica y Monetaria (UEM) se
estableció a finales de 2012 en el informe “Hacia
una Unión Económica y Monetaria genuina”, cuya
versión final fue aprobada por el Consejo Europeo
en diciembre de ese mismo año. El que se conoce
como “Informe de los cuatro presidentes” fue
creado por el presidente del Consejo Europeo,
Herman Van Rompuy, en colaboración con los
presidentes del BCE, la Comisión y el Eurogrupo.
Van Rompuy presentó una primera visión de la
hoja de ruta del informe en junio de 2012, en un
intento por calmar a los mercados enviando
señales de la firme determinación de los líderes de
la UE para avanzar hacia una Europa más unida.
El informe planteó la creación de una unión
bancaria, una unión fiscal y una unión económica
(todo ello respaldado por una fuerte legitimidad
democrática), como la forma de salir de la crisis
mediante el desarrollo de una Europa más fuerte y
más integrada. La estrategia, que se aprobó aquel
mes de diciembre, proponía la siguiente hoja de
ruta con unos plazos definidos:
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Europeo preveía que el acuerdo sobre las
principales piezas legislativas del código normativo
único (paquete de Requisitos de Capital CRDIVCRR, Directiva de Recuperación y Resolución
Bancaria y Directiva de Fondos de Garantía de
Depósitos), así como las reglas operativas para la
recapitalización directa de los bancos por medio
del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE))
se alcanzaría en 2013, así como el
establecimiento del Mecanismo Único de
Supervisión (MUS). Según el texto, en 2014
deberían estar establecidos una autoridad única
de resolución y un fondo único de resolución
privado (ahora Fondo Único de Resolución), con el
mismo alcance que el MUS. El MEDE tendría
capacidad para proporcionar una línea de crédito a
la autoridad única de resolución como respaldo
público pero fiscalmente neutro. No se menciona
el Fondo Único de Garantía de Depósitos, solo se
hace un llamamiento a la rápida adopción de la
nueva (y armonizadora) Directiva de Fondos de
Garantía de Depósitos (DGSD). Esta hoja de ruta
cubre un periodo de 18 a 24 meses y está
claramente diseñada para hacer frente a la
urgencia de la situación teniendo en cuenta al
mismo tiempo las limitaciones legales establecidas
por el actual Tratado de la UE. Esto explica, por
ejemplo, por qué el FGD común se quedó al final
fuera de la hoja de ruta oficial, a pesar de que se
había incluido en las primeras etapas como un
pilar clave de la unión bancaria. Con la excepción
del papel a desempeñar por el MEDE a la hora de
proporcionar un respaldo público al Fondo Único
de Resolución, hasta ahora se han cumplido los
plazos de la hoja de ruta de la unión bancaria.
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Noviembre 2014
Bloques 2 y 3. Política económica y
marcos
presupuestarios
integrados
(uniones económica y fiscal): estos dos
componentes básicos están interrelacionados,
pues la integración fiscal ocupa un lugar
fundamental en la integración económica. El
informe preveía que el “Six Pack” y el “Two Pack”,
así como un marco para la coordinación ex ante
de las políticas económicas, deberían estar
implementados antes de 2014. En una segunda
etapa, la coordinación económica de reformas
estructurales debería reforzarse dando a los
acuerdos una naturaleza contractual obligatoria
para todos los países de la zona euro. Estos
acuerdos contractuales estarían respaldados por
asistencia financiera temporal, utilizando fondos
independientes del marco financiero multianual.
En una tercera y última etapa, después de 2014, el
texto prevé dar a la UEM capacidad fiscal formal a
través de un fondo centralizado de amortiguación
(“presupuesto de la zona euro”) y poderes de toma
de decisión común en materia de política
económica. Se espera un gran progreso en el
desarrollo de estos componentes básicos en
octubre de 2014, cuando el Consejo Europeo
discutirá los principales elementos del sistema de
planes contractuales mutuamente acordados y los
mecanismos de solidaridad asociados.
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Bloque 4. Legitimidad (unión política): el
informe de los cuatro presidentes termina con la
conclusión de que los tres componentes básicos
tendrán que ir acompañados de una mayor
legitimidad y responsabilidad en el nivel en que se
van a tomar las decisiones. En lo que respecta a la
integración financiera, como las políticas se
elaborarán principalmente a nivel europeo, debe
incrementarse la participación paralela del
Parlamento Europeo. En lo que respecta a los
componentes de la integración fiscal y económica,
se establecerán mecanismos apropiados para que
haya una estrecha colaboración entre los
parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo.
De acuerdo con la hoja de ruta establecida en este
estratégico documento, la unión bancaria marca el
punto de partida de una nueva andadura europea
hacia mayores formas de integración. En su
versión actual, la unión bancaria 1.0 dará como
resultado un euro más completo, una UEM 2.0.
Esperamos que el Fondo Único de Garantía de
Depósitos se introduzca en unos cuantos años, lo
que haría posible una unión bancaria 2.0
totalmente estable. Una UEM 3.0 incluiría la unión
bancaria 2.0 así como una unión fiscal y alguna
forma sólida de unión económica y política. El
estado de derecho guiará el camino de este
proceso innovador, imponiendo la necesidad de
una o de varias revisiones de los tratados que
podrían plantear dificultades y llevar tiempo, pero
el objetivo parece claro.
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Intermedio I: el código normativo único
A finales de 2008 el G-20 se embarcó en una revisión de la regulación financiera para abordar las
principales debilidades que se habían identificado a lo largo de la crisis. Desde una perspectiva política, el
objetivo principal de la reforma era triple: (1) reducir la probabilidad de quiebra de los bancos
(incrementando su solvencia y liquidez y realineando sus estrategias de asunción de riesgos con el objetivo
social de estabilidad financiera), (2) reducir los costes de las quiebras bancarias (proporcionando buenos
marcos de resolución en los que la amenaza de no ser rescatado sea creíble), y (3) garantizar la estabilidad
financiera reduciendo la complejidad y opacidad de los mercados financieros, vigilando y mitigando al
mismo tiempo el riesgo sistémico, a través de una supervisión macroprudencial más explícita y activa.
El resultado de ello fue una actividad legislativa frenética. En Europa, entre 2009 y 2013, la Comisión
7
presentó cerca de 40 propuestas, de las cuales casi 30 ya han sido adoptadas por los colegisladores.
Figura 4
Principales iniciativas regulatorias financieras de la UE lanzadas como respuesta a la crisis
Fuente: BBVA Research
El objetivo principal de la reforma regulatoria de la UE era introducir un nuevo marco armonizado, un nuevo
código normativo único en línea con los principios acordados en el G-20 y aplicable a todas las instituciones
financieras que operan en la UE. Esa armonización de las normas en la UE-28, fundamental para mantener
la integridad del Mercado Único, se garantiza (i) haciendo un uso más amplio de los Reglamentos de la UE
8
directamente aplicables (en lugar de Directivas), y (ii) delegando el desarrollo técnico de muchas de las
disposiciones de estos Reglamentos y Directivas a instancias de menor rango en la jerarquía legislativa
7: Para ver la situación de las principales iniciativas regulatorias a nivel de la UE a fecha del 24 de marzo de 2014 vaya aquí.
8: Las directivas deben transponerlas los Estados Miembros a través de la legislación nacional y son, por consiguiente, más proclives a la discreción
nacional. Antes de la crisis, se utilizaban en su mayor parte para regular los mercados financieros, pero en el nuevo escenario, las directivas tienden a
utilizarse solo cuando no se indican reglamentos desde un punto de vista legal.
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(niveles 2 y 3) pero aplicables con carácter general a los Estados Miembros. Al atenuar las
discrecionalidades nacionales por medio de reglas directamente aplicables, este enfoque reduce los costes
de cumplimiento y las medidas proteccionistas, manteniendo equilibrado el terreno de juego en el sector
bancario europeo y reduciendo el alcance del arbitraje regulatorio (FMI 2013).
Figura 5
El nuevo marco de regulación y supervisión en la zona euro
I
II
Reducir la probabilidad de
quiebra
Reducir costes de las quiebras
2
ESAs
3
4
CRDIV
Protección de los depósitos
BRRD
1
MUS
III
Gestión de
balance
Bail-in
(min 8% pasivos)
Fondo Resolución
(max 5% pasivos)
Fondos Públicos
(reglas de Ayudas de
Estado)
DGSD
BRRD
Depósitos
< EUR100.000
(Protegidos)
Otros depósitos
(Preferencia de los
depositantes en la
jerarquía del bail-in)
MUR
Fuente: BBVA Research
Al proporcionar normas armonizadas, el código normativo único ofrece una base sólida desde la que se
puede lograr la unificación de las reglas y políticas que requiere la unión bancaria. Estas nuevas normas
armonizadas buscan: (i) aumentar la fortaleza y resistencia de los bancos de la UE mediante la mejora de
los requisitos prudenciales y la supervisión, (iii) reducir los costes de las quiebras bancarias proporcionando
un marco de resolución eficaz que trate de evitar los recates bancarios y mejorar la protección de depósitos,
y (ii) gestionar el riesgo sistémico a través de un marco de política macroprudencial más activo y explícito.
En las áreas de relevancia para la unión bancaria, los elementos regulatorios de referencia son los
siguientes:
1. El paquete de Requisitos de Capital CRDIV-CRR, que incluye la última revisión de la Directiva de
Requisitos de Capital (CRDIV) y un nuevo Reglamento de Requisitos de Capital directamente aplicable
CRR). Ambos componentes implementan los nuevos estándares mundiales sobre capital bancario (el
marco Basilea III) en el marco legal de la UE y conllevan requerimientos de capital más estrictos, así
como nuevos requerimientos de liquidez y apalancamiento con el fin de reducir la probabilidad de
quiebras bancarias. El paquete CRDIV-CRR entró en vigor en enero de 2014 (incluida la trasposición de
la Directiva a las legislaciones nacionales) y ahora está experimentando un amplio proceso de desarrollo
técnico llevado a cabo principalmente por la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
9: El enfoque Lamfalussy es un procedimiento legislativo en cuatro niveles adoptado por la UE para desarrollar la legislación financiera. Abarca (i) nivel 1:
actos legislativos (directrices y reglamentos), (ii) nivel 2: implementación de las medidas adoptadas por la Comisión a propuesta de las ESAs, (iii) nivel 3:
consulta y orientación por parte de las ESAs, (iv) nivel 4: transposición nacional y aplicación de las normas de la UE.
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2. La Directiva de Recuperación y Resolución Bancaria (BRRD) , que hará posible la resolución ordenada
de los bancos aquejados de problemas a un coste mínimo para el contribuyente. En primera instancia,
los bancos tendrán que activar sus planes de recuperación cuando se produzcan situaciones de
debilidad financiera. Además, los supervisores tendrán poderes para intervenir en una etapa temprana y
gestionar la situación (intervención temprana). Las autoridades de resolución también elaborarán planes
de resolución que garanticen la continuidad de las funciones críticas de los bancos que no pueden
recuperarse en la fase de intervención temprana. Las autoridades de resolución asumirían el control de
la institución y la resolverían utilizando cualquiera de las siguientes herramientas: (i) venta del negocio,
(ii) banco puente, (iii) segregación de activos y (iv) bail-in (conversión o amortización de la deuda). Como
respaldo privado, habrá un fondo de resolución creado con las aportaciones de los bancos (con una
capacidad previa mínima del 1% de los depósitos cubiertos del Estado miembro). El fondo de resolución
se utilizará para cubrir los costes de resolución hasta el 5% de los pasivos de los bancos y solo después
de que se haya aplicado un bail-in mínimo del 8% sobre dichos pasivos. El bail-in se aplicará de acuerdo
con la siguiente jerarquía: (i) acciones, (ii) deuda subordinada, (iii) deuda senior y depósitos corporativos
no garantizados (p. ej. de más de 100.000 €) y (iv) depósitos no garantizados de pequeñas y medianas
empresas así como depósitos minoristas no garantizados (ambos por encima de 100.000 €). Los
depósitos que no superen los 100.000 € están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos. La
ayuda pública se permite como respaldo en casos de riesgo sistémico o riesgos de estabilidad financiera
y después de que se haya aplicado un bail-in mínimo del 8% con excepciones muy estrictas
relacionadas con aspectos de estabilidad financiera. La BRRD entrará en vigor en enero de 2015 (la
herramienta de bail-in se aplicará a partir de enero de 2016). Antes de esa fecha los Estados Miembros
deberán trasponer la BRRD adaptando los marcos internos existentes o creando otros nuevos.
3. Una nueva versión de la Directiva sobre Fondos de Garantía de Depósitos (DGSD), que busca armonizar
11
la financiación y cobertura de los fondos de garantía de depósitos en toda la UE, con entrada en vigor a
partir de enero de 2015. Los depósitos bancarios seguirán estando garantizados hasta un máximo de
100.000 € por cliente y banco en caso de quiebra. Además, mejora la DGSD de 2009 (i) simplificando y
armonizando el alcance de la cobertura (tipo de depósitos garantizados) y los procedimientos de pago
(con una reducción gradual del periodo de pago desde los 20 días actuales hasta 7 días hábiles en
2024), (ii) aclarando las responsabilidades para mejorar los cobros en caso de bancos transfronterizos,
(iii) permitiendo el uso del FGD con fines de intervención temprana y de resolución y (iv) introduciendo
normas comunes para asegurar una sólida financiación del FGD. En relación con este último punto, la
Directiva exige que los Estados Miembros recauden, en un periodo de diez años a partir de 2015,
aportaciones de los bancos basadas en su perfil de riesgo para crear una capacidad ex-ante de
financiación equivalente como mínimo al 0,8% de los depósitos garantizados del sistema. Si los fondos
ex-ante son insuficientes, el FGD recaudará contribuciones ex-post de los bancos y, como último
recurso, tendrá acceso a mecanismos de financiación alternativos como préstamos públicos o préstamos
privados de terceros. La Directiva también introduce los préstamos voluntarios entre los FGD de distintos
países de la UE.
10: Para obtener más información sobre la BRRD, véase el Compendio de BBVA Research sobre los regímenes de resolución: del FSBF a los marcos de
la UE y de EE. UU.
11: Con el estallido de la crisis varios Estados Miembros de la UE aumentaron los límites de sus seguros de depósitos o incluso introdujeron garantías
generales para evitar la fuga de depósitos. Esto llevó a una revisión de la Directiva del FGD que estaba en vigor en aquel momento (que databa de 1994)
para armonizar los niveles mínimos de la cobertura de los seguros de los depósitos y los periodos de pago máximos. La nueva Directiva ((2009/14/CE)
aumentó el nivel de cobertura hasta 50.000 € a mediados de 2009 y hasta 100.000 € por cliente y por banco a finales de 2010. También se acortó el
periodo de pago máximo a 20 días hábiles a finales de 2010.
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Recuadro 3: El laberinto legislativo de la UE
Figura 6
Situación de los principales componentes regulatorios de la unión bancaria a 1 de julio de 2014
Implementación
Entrada en vigor
Aprobación final Consejo UE
Aprobación final PE
Trílogos
Voatción ECOFIN + ECON
Propuesta CE
CRD-IV CRR
BRRD DGSD
Regulación única
MUS
MUR
Pilar I
Pilar 2
Fuente: BBVA Research
La mayoría de directivas y reglamentos de la UE
se aprueban mediante el “procedimiento legislativo
ordinario”, que cubre 85 áreas de actividad y
conlleva la participación de la Comisión y de los
dos colegisladores de la UE: el Parlamento y el
Consejo. El proceso se inicia con una propuesta
de la Comisión, que pasa a ser examinada por los
colegisladores. Una vez que éstos definen sus
posturas internas (lo que puede llevar meses) se
embarcan en un proceso de negociación llamado
“trílogos” en el que participan el Parlamento, el
Consejo y la Comisión y que termina una vez se
ha acordado un texto final común. El proceso
completo puede ser bastante prolongado y durar
varios meses o incluso años. Si las cosas van
bien, el texto se aprueba después de la primera
ronda de negociaciones (primera lectura) o en una
segunda lectura temprana (después de los
trílogos), pero incluso en este caso el proceso
puede ser sumamente lento debido a la necesidad
de conseguir que los 28 Estados Miembro del
Consejo, varios grupos parlamentarios y las
propias autoridades de la UE, todos ellos con
intereses potencialmente divergentes, lleguen a un
12
acuerdo sobre asuntos difíciles y estratégicos.
Como se puede ver, en el terreno de la unión
bancaria el proceso fue relativamente rápido. El
paquete CRDIV-CRR se aprobó dos años después
de que la Comisión hubiera hecho la propuesta
(julio 2011-julio 2013). Unos plazos similares se
cumplieron para la BRRD (se tardó un año y
medio, de junio de 2012 a abril de 2014). Sin
embargo, para el Reglamento del Mecanismo
Único de Supervisión (MUS), el Consejo consiguió
definir su postura en solo tres meses (septiembre
2012-diciembre 2012) aunque fue necesario
esperar hasta septiembre de 2013 para que el
Parlamento lo aceptara (véase la sección sobre el
MUS).
Por último, en el MUR se necesitaron nueve
meses para que los legisladores llegaran a un
acuerdo (julio 2013-marzo 2014), lo que
representa un récord absoluto dada la naturaleza
sumamente delicada de los aspectos de
mutualización que conlleva.
12: En la 6ª legislatura (2004-2009) el 72% de los textos de nivel 1 se adoptaron en la primera lectura, tras un periodo medio de 15 meses; y otro 9% al inicio
de la segunda lectura, con una media de 27 meses para su aprobación. Los archivos que pasaron a una 2ª /3ª lectura (por lo general con la participación de
una Conciliación formal) podían tardar de 30 a 40 meses en ser aprobados. No obstante, se registró una mejora significativa en la 7ª legislatura (2009-14),
donde más del 84% de los procedimientos se adoptaron en la primera lectura y el 12:
92%
de una
segunda
lectura
formal.
En laantes
6ª legislatura
(2004-2009)
el 72%
de los textos
de nivel 1 se adoptaron en la primera lectura,
tras un periodo medio de 15 meses; y otro 9% al inicio de la segunda lectura, con una media de 27
meses para su aprobación. Los archivos que pasaron a una 2ª /3ª lectura (por lo general con la
participación de una Conciliación formal) podían tardar de 30 a 40 meses en ser aprobados. No
obstante, se registró una mejora significativa en la 7ª legislatura (2009-14), donde más del 84% de los
procedimientos se adoptaron en la primera lectura y el 92% antes de una segunda lectura formal.
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Segundo acto: el Mecanismo Único de Supervisión
(MUS)
El Mecanismo Único de Supervisión (MUS) es el primer pilar fundamental de la unión bancaria. Supone un
cambio de las reglas de juego para la supervisión bancaria, ya que implica la creación, por fin, de un
sistema centralizado europeo que engloba tanto el BCE como las autoridades nacionales de supervisión de
los Estados Miembros participantes. El propósito principal del MUS es garantizar la seguridad y solidez del
sistema bancario europeo poniendo fin al aislamiento nacional y a la indulgencia en las prácticas
supervisoras. El BCE solo supervisará directamente las “entidades de crédito significativas”, pero trabajará
muy de cerca con las autoridades nacionales de supervisión para supervisar el resto de las entidades de
crédito y en cualquier momento puede decidir asumir la responsabilidad de un banco menos importante
para garantizar el funcionamiento global del MUS. Como la decisión última seguirá en el BCE, se garantiza
la interpretación y la aplicación homogénea de prácticas supervisoras en toda la UEM. El BCE aplicará el
paquete CRDIV (y a nivel más general el código normativo único) bajo criterios unificados, lo que permitirá
comparar mejor entre los bancos.
¿Por qué un supervisor único para la zona euro y por qué el BCE?
Los fundadores del euro eran conscientes de la naturaleza imperfecta de la UEM original, en concreto de la
falta de consistencia entre la política monetaria unificada y la fragmentación de la regulación y supervisión
bancarias a escala nacional. Esta debilidad institucional se amplificó por el hecho de que, en la UEM, el
sector bancario proporciona el canal más importante para la transmisión de la política monetaria. Algunos
expertos estaban preocupados por la naturaleza sin precedentes de este “experimento” y sabían que, en
ausencia de normas bancarias y de supervisión comunes, la creciente integración financiera estimulada por
el euro podría convertir la inestabilidad financiera de cualquier Estado miembro en una amenaza para el
conjunto de la UEM (Padoa-Schioppa, 1999). Uno de los participantes más activos en este debate fue
Tommaso Padoa-Schioppa, un eminente experto en integración económica y monetaria europea que había
sido co-rapporteur del Comité de Jacques Delors sobre Unión Monetaria (1989), y que también había tenido
importantes responsabilidades en la Comisión y en el BCE. Gracias a su insistencia, el Tratado de
Maastricht (1993) había dejado de hecho una posible vía abierta para la ampliación de las
responsabilidades supervisoras del BCE tras la activación por parte del Consejo de un procedimiento
13
simplificado. Aun así, el uso de esta “cláusula de habilitación” se veía como un último recurso en caso de
que la interacción entre el Eurosistema y las autoridades de supervisión nacional no funcionara de forma
efectiva. Más tarde, durante el diseño del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) (1998), la
14
supervisión bancaria fue incluida como la quinta tarea básica del BCE en el borrador de su estatuto. Pero
la idea se encontró con la feroz oposición de Alemania (y otros países) por miedo a que este nuevo
13: El artículo 127.6 (anteriormente 105.6) del Tratado sobre el Funcionamiento de la UE permite explícitamente al Consejo la potestad de conferir al BCE
algunos poderes de supervisión específicos sin necesidad de revisar el Tratado, proceso que requeriría una conferencia intergubernamental (es decir, el
acuerdo unánime), la ratificación de los parlamentos nacionales y hasta un referéndum en algunos casos.
14: Los tratados de la UE establecen una clara jerarquía de los objetivos del Eurosistema y dejan claro que la estabilidad de los precios es el primer
mandato del BCE. De acuerdo con el artículo 127(2) del Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea, las tareas básicas que se llevarán a cabo
a través del Eurosistema son:
1) la definición e implementación de la política monetaria para la zona euro,
2) la realización de operaciones cambiarias,
3) la tenencia y gestión de las reservas de divisas oficiales de los países de la zona euro (gestión de cartera),
4) el fomento del buen funcionamiento de los sistemas de pago.
Otras tareas del BCE son las siguientes:
1) El BCE tiene el derecho exclusivo de autorizar la emisión de billetes dentro de la zona euro.
2) El BCE, en colaboración con los bancos centrales nacionales recoge la información estadística necesaria para realizar las tareas del SEBC, ya sea a
través de las autoridades nacionales o directamente de los agentes económicos.
3) El BCE contribuye a la buena gestión de las políticas por parte de las autoridades competentes en lo que respecta a la supervisión prudencial de las
entidades de crédito y a la estabilidad del sistema financiero.
4) El BCE mantiene relaciones de trabajo con instituciones, organismos y foros relevantes, tanto dentro de la UE como a nivel mundial, con respecto a
las tareas encomendadas al Eurosistema.
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mandato interfiriera con el objetivo principal del BCE de estabilidad de precios, de modo que, al final, los
textos legales relevantes sólo mencionaban la supervisión prudencial como una tarea no básica del BCE
(Lastra 2001).
Aunque las posibles repercusiones negativas del desajuste entre la política monetaria europea y los
mandatos de los organismos supervisores nacionales eran “incógnitas conocidas”, se creía que una mayor
cooperación europea en las prácticas nacionales de supervisión sería suficiente para garantizar la
estabilidad financiera de la región, al menos en ausencia de una fuerte crisis. Pero cuando estalló la crisis
financiera mundial, Padoa-Schioppa fue de los primeros en prever las consecuencias nefastas que tendría
para la estabilidad de una zona euro, que en 2008 tenía ya sectores bancarios muy interdependientes.
Como Ministro de Finanzas italiano, inició un llamamiento para acordar un marco de regulación y
supervisión unificado para los bancos de la zona euro, una unión bancaria para completar y apoyar la UEM
(Angeloni 2012), pero, aunque algunos directores del BCE compartían sus preocupaciones, no consiguió el
apoyo de sus pares en los distintos Estados Miembros.
Posteriormente, los líderes de la UE decidieron consultar a un grupo de expertos de alto nivel, que siguieron
rechazando la idea de otorgar competencias de supervisión directa al BCE debido, entre otras cosas, a la
dificultad de implementación y a posibles conflictos de interés con el mandato principal del BCE: la
estabilidad de precios (de Larosière et al 2009). En su lugar, propusieron endurecer la supervisión financiera
y ampliarla a toda la UE mediante la creación de un Sistema Europeo de Supervisión Financiera (ESFS).
Este nuevo sistema reforzaría los mecanismos para mejorar la coordinación de la supervisión prudencial a
nivel europeo, manteniendo al mismo tiempo los mandatos de la supervisión nacional en su mayor parte
(véase el recuadro 4). También incluiría nuevos elementos de supervisión macroprudencial de la UE.
En el verano de 2012, con la zona euro al borde de la desintegración, los líderes de la UE por fin
reconocieron las limitaciones de la cooperación reforzada en supervisión bancaria a la hora de lidiar con la
crisis y reconocieron la necesidad de tener un supervisor bancario único con un mandato de estabilidad
financiera en toda la zona euro.
La importante cesión de soberanía que implica un supervisor único requería una base legal sólida. Aunque
era evidente que una entidad ex-novo era lo mejor, no había tiempo para esperar al largo proceso que
conllevaba la revisión del Tratado. En este contexto, la “cláusula de habilitación” mencionada anteriormente
resultó decisiva para hacer posible el supervisor único. Dicha cláusula apuntaba directamente al BCE como
supervisor único, pero también había razones prácticas que apoyaban su candidatura, incluido su
conocimiento de cómo funciona el sistema financiero (debido a su papel de prestamista de última instancia y
a su mandato de estabilidad financiera), el hecho de que la mayoría de los órganos supervisores nacionales
ya formaban parte del Eurosistema y su prestigio institucional basado en la independencia y la credibilidad
probadas. Por otro lado, los principales riesgos asociados al papel del BCE como supervisor único estaban
relacionados con los posibles conflictos de interés entre la gestión de la política monetaria y la supervisión
bancaria, por un lado, así como la posible pérdida de credibilidad e independencia del BCE.
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15
El artículo 127.6 del Tratado sobre el Funcionamiento de la UE (TFUE) imponía dos limitaciones
adicionales en el diseño del MUS. En primer lugar estipula que el BCE puede asumir funciones supervisoras
prudenciales específicas (es decir, no todas) sobre los bancos y otras instituciones a excepción de las
compañías de seguros. Esto limitaba automáticamente el alcance de la posible acción del BCE en la
supervisión bancaria, tanto en la dimensión funcional como en la institucional. Por este motivo, las
actividades y las empresas que podían ser competencia del BCE se limitaban a aquellas consideradas
indispensables para garantizar la aplicación coherente y eficaz de las normas prudenciales europeas. En
segundo lugar, el artículo establece que solo el Consejo puede conferir el nuevo mandato de supervisión al
BCE, lo que explica por qué el reglamento del MUS no pasó por el procedimiento legislativo ordinario y es,
de hecho, un reglamento del Consejo (es decir, el Parlamento no participó de manera vinculante en el
proceso legislativo).
15: El artículo 127.6 del TFUE estipula lo siguiente: “El Consejo, actuando por medio de reglamentos y de acuerdo con un procedimiento legislativo
especial, puede de forma unánime y después de consultar al Parlamento Europeo y al Banco Central Europeo, conferir tareas específicas al Banco Central
Europeo en lo que respecta a políticas relacionadas con la supervisión prudencial de las entidades de crédito y otras instituciones financieras y
exceptuando las compañías de seguros”.
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Recuadro 4: El Sistema Europeo de Supervisión Financiera (ESFS)
Figura 7
Sistema Europeo de Supervisión Financiera (ESFS)
Fuente: BBVA Research
El ESFS se estableció en 2010 para mejorar la
cooperación en materia de regulación financiera y
supervisión. Partiendo de los comités Lamfalussy
existentes, la idea era reforzar la delegación de
poderes sobre los supervisores domésticos dando
a su vez a los nuevos organismos europeos
ciertos poderes de coordinación específicos.
El ESFS tiene un pilar microprudencial integrado
por las autoridades nacionales de supervisión y
tres nuevas Autoridades Supervisoras Europeas
(ESAs): la Autoridad Bancaria Europea (EBA), la
Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA)
y la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones
(EIOPA). Las tres ESAs trabajan con las
autoridades nacionales de supervisión para
garantizar la armonización de las normas y su
aplicación. El ESFS también tiene un pilar
macroprudencial centrado en la Junta Europea de
Riesgo Sistémico (JERS), a cargo del BCE y cuyo
papel fundamental es mitigar los riesgos
sistémicos en la UE por medio de advertencias y
16
recomendaciones.
El ESFS lleva en funcionamiento desde enero de
2011. Durante 2014 la Comisión hizo su primera
valoración acerca de su funcionamiento,
señalando, entre otras debilidades el papel
limitado de las ESAs para (i) abordar casos de
infracción de las leyes de la UE, (ii) ayudar a
garantizar una mayor coherencia en la regulación
principal y (iii) abordar la protección de los
consumidores. Los expertos también han señalado
la limitada legitimidad democrática y el rendimiento
de cuentas de las decisiones de las ESAs ante la
UE y los parlamentos nacionales como debilidades
del ESFS.
Al introducir nuevos elementos de centralización,
el ESFS representa un gran paso hacia una
supervisión más eficaz de la UE. Sin embargo, no
proporciona
un
sistema
de
supervisión
centralizado genuino, ya que la mayoría de las
decisiones siguen siendo competencia de las
autoridades nacionales, mientras que las ESAs y
la JERS tienen poderes y recursos bastante
limitados. Aunque una mayor cooperación podría
funcionar bien en épocas normales, en situaciones
de crisis las autoridades nacionales tienen
incentivos para tomar un sesgo nacional e
involucrarse en estrategias no cooperativas que no
se ajustan al interés general de la UE (Chiodini et
al, 2012).
16: Ver legislación relevante aquí. Para una breve descripción véase EC Public consultation ESFS review. Background document (2013). Para un análisis
sobre su estructura véase Financial regulation and Supervision. A post-crisis analysis (Oxford Press 2012).
Ver legislación relevante aquí. Para una breve descripción véase EC
Public consultation ESFS review. Background document (2013). Para un
análisis detallado sobre su estructura véase Financial regulation and
Supervision. A post-crisis analysis (Oxford Press 2012).
detallado
16
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¿Cómo está estructurado el MUS y cuáles fueron los principales elementos
que impulsaron las negociaciones previas?
El 12 de septiembre de 2012 la Comisión presentó una propuesta legislativa para establecer un Mecanismo
Único de Supervisión en la zona euro (con adhesión voluntaria de los Estados Miembros fuera del euro). La
propuesta incluía dos textos legales, un reglamento del Consejo para conferir poderes de supervisión
financiera al BCE en aplicación del artículo 127.6 del TFUE, y un reglamento del Consejo y el Parlamento
para cambiar las normas de voto en la EBA con el fin de evitar un poder excesivo de los países del MUS en
el proceso de toma de decisiones de esta institución.
Las negociaciones sobre el Reglamento del MUS del Consejo fueron relativamente rápidas. Se centraron
principalmente en (i) los posibles conflictos de intereses entre las funciones de supervisión y de política
monetaria del BCE y (ii) el alcance institucional (es decir, el alcance de las entidades bajo supervisión
directa del BCE). Aunque se requería unanimidad entre todos los Estados Miembros, estos asuntos se
abordaron con relativa rapidez y se cerró un acuerdo final del Consejo en diciembre de 2012. Pero,
inesperadamente, el reglamento sobre el cambio de las normas de voto de la EBA resultó mucho más
problemático, especialmente debido a que el Parlamento decidió utilizarlo como una baza para influir
indirectamente en algunos aspectos relacionados con el Reglamento del MUS (especialmente para
asegurar la adecuada responsabilidad del BCE ante el Parlamento). Por este motivo, la aprobación del
paquete regulador del MUS por parte del Parlamento se pospuso hasta septiembre de 2013, una vez que se
17
había firmado un acuerdo interinstitucional con el BCE sobre rendición de cuentas. Después de esto fue
aprobado inmediatamente por el Consejo y el Reglamento del MUS entró en vigor en noviembre de 2013.
El marco final del MUS puede describirse a través de tres aspectos principales: geográfico, institucional y
funcional (Angeloni 2012). En lo que respecta al alcance geográfico, la Comisión había propuesto la
participación obligatoria de todos los Estados Miembros de la UEM y la participación voluntaria del resto de
los Estados Miembros de la UE (bajo una fórmula de “estrecha colaboración”) con vistas a salvaguardar el
Mercado Interior. Esta propuesta se mantuvo prácticamente inalterada, aunque se adaptaron algunos
aspectos de la gobernanza para que los países no pertenecientes a la zona euro (que no están
representados en el Consejo de Gobierno del BCE) pudieran participar en los asuntos del MUS.
En lo que respecta al alcance institucional, la Comisión quería que el BCE supervisara directamente todos
los bancos del MUS, con la ayuda de las autoridades nacionales de supervisión. Esto provocó un encendido
debate debido a la reticencia de algunos países (en particular Alemania) a aceptar un ámbito institucional
tan amplio. Alemania consideró que este enfoque no era ni práctico (hay más de 6.000 bancos en la zona
euro) ni políticamente aceptable, y quiso restringir las competencias del BCE a las entidades de mayor
tamaño (sistémicas). Pero Francia, España y otros países temían que ese sistema de “dos niveles” pusiera
en peligro la estabilidad de las reglas del juego y no fuera eficaz para romper el círculo vicioso entre deuda
bancaria y deuda soberana. Finalmente se acordó un “enfoque diferenciado” mediante el cual el BCE
supervisaría directamente los bancos “significativos” de la zona euro (aproximadamente 130 entidades que
representan el 85% de los activos bancarios europeos) y las autoridades nacionales de supervisión
supervisarían directamente el resto. Este enfoque incorpora algunas garantías clave para asegurar que el
MUS es suficientemente europeo, en particular el poder del BCE para intervenir en cualquier banco no
significativo en cualquier momento y a su total discreción con el fin de garantizar el funcionamiento eficaz
18
del MUS. De esta forma se garantiza que, en última instancia, el MUS no es un “sistema en dos niveles”.
17: En virtud de este Acuerdo la Junta Supervisora publicará informes trimestrales explicando su actividad supervisora y su presidente rendirá cuentas al
Parlamento de la UE al menos dos veces al año.
18: Artículo 6.5 (b) del Reglamento del Consejo del MUS 1024/2013.
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El Reglamento del MUS establece que los bancos supervisados directamente por el BCE son aquellos que
han solicitado o recibido fondos de la UE y aquellos considerados “significativos” porque cumplen alguna de
las condiciones siguientes: (i) tener un total de activos superior a 30.000 millones de euros, (ii) tener un total
de activos que represente más del 20% del PIB nacional, a menos que el total de activos sea inferior a
5.000 millones de euros, (iii) tener una importante actividad transfronteriza o (iv) estar considerado como
sistémico por el organismo supervisor nacional. Aparte de estos umbrales, al menos los tres bancos más
significativos de cada país estarán bajo las competencias del BCE. El estatus de “banco significativo” se
revisará periódicamente. En octubre de 2013 se publicó una lista inicial de 128 bancos, pero en septiembre
de 2014 se publicará una nueva lista, antes de que el BCE asuma plenamente su papel supervisor
(noviembre de 2014).
Figura 8
El Mecanismo Único de Supervisión
Supervisión directa por el MUS
de bancos significativos
(en torno a 130 entidades)
Responsable de
todo el MUS
Supervisión indirecta del MUS
de bancos menos significativos
(en torno a 5.800 entidades)
Cláusula de
intervención
BCE
Asistencia en la supervisión
directa del BCE
ANC
Informes de supervisión
directa de ANC
ECS
ENS
ANC
Instrucciones específicas
Instrucciones
del BCE a ANC
generales de las ANC
Fuente: BBVA Research
En lo que respecta al alcance funcional, se ha establecido una clara división de tareas entre el BCE y las
autoridades nacionales de supervisión (véase la tabla a continuación). Básicamente, el BCE se considera la
autoridad competente de supervisión en materia prudencial y, por consiguiente, tiene todos los poderes
disponibles para las autoridades competentes según la Directiva de Requerimientos de Capital y su
reglamento asociado (CRDIV-CRR). Las autoridades nacionales de supervisión mantienen algunas
competencias (como la supervisión de los sistemas de pago, la protección de los consumidores o el control
del blanqueo de capitales) que no están directamente relacionadas con asuntos prudenciales y que, por
tanto, no se confieren al BCE en el Reglamento del MUS. Las autoridades nacionales de supervisión
también están obligadas a ayudar al BCE en sus funciones de supervisión diarias. Por último, las
autoridades nacionales mantienen la mayoría de los poderes relacionados con la supervisión y la regulación
macroprudencial, aunque el BCE dispone de poderes vinculantes para imponer mayores requerimientos en
las herramientas macroprudenciales recogidas en la CRDIV-CRR si fuera necesario. En este sentido, es la
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autoridad nacional de supervisión (ANS) la que debe actuar en primera instancia, pero el BCE puede tomar
la decisión de añadir requerimientos adicionales (colchón de capital o alguna otra medida macroprudencial)
cuando lo considere necesario o a petición de la propia autoridad nacional. Si decide actuar de forma
autónoma debe notificarlo debidamente a la ANS explicando las razones para ello si la autoridad nacional lo
solicita. En la siguiente tabla se muestra la división de tareas entre el BCE y las autoridades nacionales en
relación a las instituciones supervisadas directamente por el BCE.
Tabla 1
División de tareas entre el BCE y las autoridades nacionales de supervisión
BCE

Poder de veto sobre: licencias bancarias, adquisición/enajenación de activos bancarios (excepto en los
procesos de resolución)

Garantizar el cumplimiento de las normas (micro) prudenciales de la UE, incluido el establecimiento de
requerimientos prudenciales.

Establecer mayores requerimientos para las herramientas macroprudenciales contempladas en la
legislación de la UE si es necesario para enfrentarse al riesgo sistémico.

Supervisión en el nivel consolidado, supervisión complementaria, supervisión de las sociedades
financieras y supervisión de las sociedades financieras mixtas.

Investigación in situ

Garantizar la solidez de los acuerdos de gobernanza de los bancos

Prueba de resistencia en la supervisión individual

Intervención temprana

Establecer colchones
macroprudenciales).

Poderes sancionadores (no todos)
Autoridades nacionales 
de supervisión

de
capital
adicionales
(colchón
anti
cíclico
u
otras
herramientas
Cualquier tarea no conferida explícitamente al BCE
Gestionar las solicitudes de licencias bancarias y la adquisición/enajenación de los activos bancarios.

Supervisar entidades que no se consideran de crédito según la ley de la UE, pero que sí se supervisan
como entidades de crédito en virtud de la ley nacional.

Supervisar las sucursales en terceros países.

Supervisar los sistemas de pago.

Protección de los consumidores

Luchar contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Establecer requerimientos macroprudenciales (si es competente en política macroprudencial).

Imponer algunas sanciones
Fuente: BBVA Research
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¿Cuándo estará en funcionamiento el MUS y cómo se tomarán las
decisiones?
El Reglamento del MUS entró en vigor en noviembre de 2013 y, de acuerdo con él, el BCE asumirá
plenamente sus obligaciones de supervisión bancaria en noviembre de 2014. Aun así, en este año de
transición el BCE puede optar por supervisar cualquier banco, especialmente aquellos que han recibido o
son susceptibles de recibir cualquier ayuda pública de la UE.
La gobernanza del MUS se asemeja a la del Eurosistema. Dentro del BCE ya se ha establecido una nueva
Junta de Supervisión que planificará y llevará a cabo las tareas de supervisión del BCE, realizará labores
preparatorias y propondrá las decisiones que deberán ser adoptadas por el Consejo de Gobierno del BCE
(véase el Gráfico 9). La Junta de Supervisión es independiente del Comité Ejecutivo del BCE (con un
presupuesto aparte financiado mediante cuotas de supervisión) y está compuesto por un presidente
(nombrado por un periodo no renovable de cinco años), un vicepresidente (elegido entre los miembros del
Comité Ejecutivo del BCE a los que dará cuentas de las actividades de la Junta de Supervisión), cuatro
representantes del BCE y un representante de las autoridades nacionales de supervisión de los países
participantes. Todos estos miembros tienen un voto (el presidente tiene un voto de calidad). Además, el
Consejo podrá invitar como observadores (sin voto) al presidente de la nueva Junta Única de Resolución,
un representante de la Comisión y la EBA.
La Junta de Supervisión contará en su trabajo diario con la ayuda de un Comité de Dirección compuesto por
ocho miembros (presidente, vicepresidente, un representante del BCE y cinco miembros rotativos que
representan a los Estados Miembros participantes). Habrá una División de Secretaría y cuatro Direcciones
Generales (DG). Dos de ellas (las DG de supervisión microprudencial I y II) llevarán a cabo la supervisión
directa de los bancos significativos; la DG I se encargará de los grupos bancarios con un perfil de riesgo
más elevado (medido en términos de exposición al riesgo, complejidad y modelo de negocio) y la DG II
supervisará el resto de los bancos significativos. La DG de supervisión microprudencial III se encargará de
la supervisión indirecta de los bancos menos significativos, cuya supervisión directa la seguirán llevando a
cabo los supervisores nacionales, pero con informes periódicos al BCE. Por último, la DG de supervisión
microprudencial IV se encargará de la supervisión horizontal y de funciones especializadas, como el
desarrollo de metodologías y normas (incluidas las inspecciones in situ), validación de modelos, aplicación
de normas y sanciones, gestión de crisis y control de la calidad supervisora, entre otras cosas.
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Figura 9
El universo del MUS
Equipos Conjuntos
de Supervisión
II
4 Direcciones Generales de
Supervisión
Micro–Prudencial
I
Silencio Positivo
Comité de Dirección
Junta de Supervisión
Consejo de Gobierno del BCE
III
IV
Junta Ejecutiva
Equipos Nacionales de Supervisión
(política monetaria)
Fuente: BBVA Research
En lo que respecta al proceso de toma de decisiones, es importante mencionar que, de acuerdo con el
Tratado de la UE y con los Estatutos del BCE, el Consejo de Gobierno es el único organismo del BCE que
puede tomar decisiones finales en nombre del BCE. Por este motivo la propuesta de la Comisión preveía la
aprobación explícita del Consejo de Gobierno de cualquier decisión tomada por la Junta de Supervisión. No
obstante, un grupo de países (liderados por Alemania) consideraron que en la propuesta no había una
separación suficiente entre la función monetaria y la función de supervisión dentro del BCE y pidió más
garantías en este frente con el fin de evitar efectos negativos sobre la credibilidad del BCE. Como resultado,
finalmente se acordó que las decisiones de la Junta de Supervisión seguirían un procedimiento de
aprobación tácita según el cual se adoptarían automáticamente a menos que el Consejo de Gobierno las
rechazara dentro de un (corto) periodo definido y después del debido razonamiento (público). Este
procedimiento de aprobación tácita, que atenúa el papel del Consejo de Gobierno en la máxima medida
posible, también busca paliar las preocupaciones de los países no pertenecientes a la zona euro por su falta
de representación en el Consejo de Gobierno.
Con el fin de garantizar aún más la separación entre las decisiones de supervisión y la política monetaria, el
Consejo de Gobierno tendrá reuniones separadas (con agendas independientes) para tomar decisiones
monetarias y las decisiones relacionadas con la supervisión. Además, un panel de mediación (compuesto
por un miembro de cada Estado miembro de la UE que participe, elegido entre los miembros del Consejo de
Gobierno y la Junta de Supervisión) considerará los recursos contra las desestimaciones del Consejo de
Gobierno con respecto a las decisiones de la Junta de Supervisión.
Aparte de las exigencias de Alemania con respecto a la independencia de la Junta de Supervisión y el
reducido alcance institucional, un grupo de países, liderados por el Reino Unido, mostraron su preocupación
por el posible dominio de los intereses del MUS en las decisiones tomadas en la EBA, dado que más de la
mitad de los miembros de la EBA estarían en el ámbito del MUS. En septiembre de 2012, junto con el
Reglamento del MUS, la Comisión también presentó una propuesta para un Reglamento que alineara el
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Reglamento existente (1093/2010) sobre el establecimiento de la EBA con el MUS, en particular para
modificar las modalidades de voto de la EBA en las decisiones que requieren mayoría simple (las que se
refieren al incumplimiento de las leyes de la UE y resolución de conflictos). La idea era adaptar el
procedimiento de voto en este caso para evitar que los miembros del MUS, que juntos hubieran tenido
mayoría simple, tuvieran una influencia desmesurada en la decisión final. Pero la propuesta de la CE no
satisfizo a los países no pertenecientes a la zona euro, y al final prevaleció un sistema de mayoría doble (es
decir, tanto en el grupo del MUS como en el grupo no perteneciente al MUS) para todas las decisiones que
se tomen en la EBA, no sólo aquellas que requieren mayoría simple sino también las que requieren una
mayoría cualificada (normas técnicas, directrices, recomendaciones y decisiones presupuestarias de la
EBA), excepto en situaciones de emergencia. Esto implica que no se puede tomar ninguna decisión sin
tener el apoyo como mínimo de una mayoría simple dentro del grupo no perteneciente al MUS, lo que
aumenta enormemente el poder de este grupo. Este nuevo sistema de voto se mantendrá mientras el
número de miembros de la EBA no pertenecientes al MUS siga siendo superior a cuatro. Si, debido a una
colaboración más estrecha con el MUS o a la adopción de la moneda común el número de miembros no
pertenecientes al MUS se situara por debajo de este umbral, el requisito de mayoría simple en ambos
grupos se relajaría, y sería suficiente una mayoría simple de los miembros del MUS y al menos un voto del
grupo no perteneciente al MUS.
Principales retos a los que se enfrenta el MUS
El funcionamiento pleno del MUS se enfrenta a tres retos principales, que pondrán a prueba la credibilidad
del BCE como supervisor único de la UEM y por consiguiente el futuro de la unión bancaria. En primer lugar,
el BCE tendrá que ser capaz de atraer el capital humano necesario en calendario ajustado
(aproximadamente 1.000 nuevos profesionales cualificados, de los cuales 700 estarán ya en su puesto en
noviembre de 2014, según los planes que ha dado a conocer el BCE). Los responsables de las Divisiones
ya han tomado posesión de sus cargos y se ha progresado considerablemente en la captación de
supervisores de nivel medio y expertos técnicos, muchos de los cuales ya ocupan sus puestos en Frankfurt.
En segundo lugar, el BCE tendrá que desarrollar una nueva cultura supervisora. A estos efectos, está
desarrollando plantillas para la supervisión única y un manual de supervisión común que constará de i)
principios y procedimientos de supervisión, ii) el proceso de revisión del capital (PRC, SREP en inglés), iii)
un sistema de indicadores cuantitativos y cualitativos para la evaluación de riesgos (RAS) y iv) los detalles y
objetivos de las inspecciones in situ. Parte del contenido de este manual se hará público en octubre como
una guía del BCE para las prácticas supervisoras. Durante la construcción de esta nueva cultura, es
necesario garantizar una transmisión completa de los conocimientos de los supervisores nacionales, tener
en cuenta las particularidades de las distintas geografías y mantener una buena relación con los
supervisores de terceros países (host) con el fin de maximizar los beneficios del mecanismo. Los costes de
este nuevo marco supervisor se cubrirán con cuotas anuales que se les cobrará a los bancos según el perfil
de riesgo y la importancia de cada entidad. La metodología para calcular las cantidades exactas se sometió
a consulta pública a finales de mayo y se publicará como un Reglamento del BCE en octubre.
En tercer lugar, tanto las autoridades nacionales de supervisión como el BCE tendrán un mandato con
respecto a los bancos menos y más significativos. En este sentido, es importante que los papeles que vayan
a desempeñar estos supervisores estén totalmente claros antes de que el MUS esté totalmente operativo.
También en esa línea, el BCE adoptó el 16 de abril el Reglamento del BCE que define la metodología para
la identificación de los bancos que dicho organismo supervisará directamente así como las normas que
gobernarán la cooperación entre el BCE y los supervisores nacionales dentro del MUS:
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Los papeles que desempeñarán el BCE y las autoridades nacionales de supervisión están claramente
diferenciados en lo que respecta a supervisión:
 La supervisión directa de los bancos significativos la llevará a cabo el BCE con la ayuda de las
autoridades nacionales de supervisión a través de Equipos Conjuntos de Supervisión (ECS). Cada banco
será supervisado por un ECS. Bajo la dirección de un coordinador del BCE, cada ECS estará formado
por expertos de las distintas autoridades nacionales de supervisión involucradas (en proporción a la
estructura del grupo bancario transfronterizo en la UE). El ECS será responsable de la supervisión del
día a día y se encargará de implementar las decisiones del BCE y de la Junta de Supervisión en lo que
respecta a los bancos significativos. Sus aportaciones servirán de base para la elaboración de proyectos
de decisiones por la Junta de Supervisión. Propondrán inspecciones, prepararán las recomendaciones
asociadas y dirigirán su seguimiento. Como principio general, las inspecciones in situ las realizará
anualmente el personal de supervisión nacional bajo la dirección de un Jefe de Misión que será
nombrado por el BCE (DG IV).
 La supervisión directa de los bancos no significativos la llevarán a cabo los respectivos equipos de
supervisión nacionales de acuerdo con el manual de supervisión del BCE. En aras de una mayor
integración del mecanismo, el BCE podría hacer que interviniera personal de otras autoridades
nacionales de supervisión en estos equipos, que tendrían que dar cuentas al BCE periódicamente. En
este caso, a menos que el BCE decida asumir la supervisión de los bancos menos significativos
afectados, las decisiones supervisoras las tomarán las autoridades nacionales y se las comunicarán al
BCE. El Reglamento del MUS otorga al BCE varios poderes para ejecutar esta responsabilidad: (i)
transmitir instrucciones generales a las autoridades nacionales de supervisión, (ii) solicitar información y
comunicación y (iii) llevar a cabo investigaciones generales e inspecciones in situ, lideradas por los
equipos de las inspecciones in situ cuyo líder sería elegido por el BCE.
En cualquier caso, como ya se ha dicho, el BCE es en última instancia el responsable de asegurar el buen
funcionamiento del MUS y, por tanto, de la supervisión de todas las entidades de los Estados Miembros
participantes. Así pues, retiene poderes exclusivos de evaluación de las autorizaciones de nuevos bancos (y
sus disposiciones) y de las adquisiciones de participaciones con independencia de la importancia del banco
en cuestión. Toda entidad dispuesta a obtener una autorización bancaria o cualquier banco que desee
adquirir nuevas participaciones tendrá que notificarlo a su autoridad nacional de supervisión, que a su vez
enviará un proyecto de propuesta al BCE para obtener su aprobación. Se ha estipulado un procedimiento
distinto para establecer nuevas sucursales. En este caso la decisión la tomarían el BCE o la ANS,
dependiendo del estatus del banco.
Por último, aunque no menos importante, antes de la puesta en marcha de la unión bancaria, debe
encontrarse una solución definitiva a nivel nacional para los problemas heredados de la crisis. Solo
entonces Europa estará preparada para una unión bancaria sólida con un supervisor único creíble (que no
debe considerarse responsable de ningún error de supervisión del pasado) y la mutualización de los costes
de resolución bancaria en el futuro (es decir, los no asociados con problemas heredados).
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Intermedio II: la resolución del problema heredado
El BCE, como futuro supervisor único es responsable de realizar, a lo largo de 2014, una evaluación integral
de los balances de los bancos más significativos de la zona euro. Este ejercicio de evaluación global de
activos del BCE, que será la primera gran prueba de la supervisión bancaria europea, incluirá una
evaluación de riesgos a efectos de supervisión, una evaluación de la calidad de los activos (conocido como
AQR por sus siglas en inglés) y una prueba de resistencia (o stress test, en conjunto con la EBA).
No debe subestimarse la importancia de esta evaluación integral. Hasta cierto punto, el AQR/prueba de
resistencia puede considerarse un juego a una sola baza que tiene algún paralelismo con el ejercicio SCAP
que emprendieron las autoridades de EE. UU. En 2009 y que indudablemente devolvió la confianza en el
sector bancario de ese país. En este sentido el AQR/prueba de resistencia será decisivo para trazar una
línea divisoria entre los problemas del sector bancario europeo del pasado (problemas heredados) y un
futuro en que se puede concebir la mutualización de los costes de resolución de los bancos (en caso
necesario).
En la actualidad el BCE está totalmente involucrado en llevar a cabo este ejercicio de evaluación integral,
cuyo éxito dependerá sobre todo de la credibilidad de los resultados que se publiquen a finales de octubre
de 2014. Las cifras serán creíbles si el ejercicio en su conjunto es transparente y robusto (es decir, si se
basa en metodologías sólidas y datos fiables). Pero también, y quizá esto sea lo más importante, debe
existir la expectativa de que cualquier déficit de capital identificado se cubrirá sin poner en peligro la
estabilidad financiera (ya que, de otro modo, podría suponerse que el BCE tendría incentivos para rebajar
las pérdidas de capital bancario con el fin de evitar una crisis financiera).
Figura 10
El papel fundamental de la resolución del problema heredado
2014
Identificar los
problemas
heredados
Evaluación integral del BCE
1. Evaluación del riesgo
2. AQR
3. Prueba de resistencia
2014-2015
2016
Solucionar los
problemas
heredados
Resolución
Única Europea
Hacer frente a los
problemas bajo
supervisión del
MUS
Hacer frente a los
resultados de
AQR/Prueba de
resistencia
1. Soluciones privadas
2. Bail-in parcial* (Regulación de
Ayudas de Estado)
3. Fondos de resolución nacionales
4. Respaldos públicos:
1. Nacionales
2. Europeos (recap directa y
préstamos a soberanos del
MEDE)
1.
2.
3.
4.
Soluciones privadas
Bail-in completo
Fondo Único de Resolución
Respaldo público europeo?
* Si se incluye la recapitalización directa por parte del MEDE, de acuerdo con la reunión de mayo del Eurogrupo, sería aplicable un bail-in completo
Fuente: BBVA Research
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El primer paso para resolver el problema heredado es cuantificarlo correctamente. Según las directrices del
BCE, cualquier déficit de capital identificado como resultado del AQR o del escenario base de la prueba de
resistencia debe ser cubierto en un plazo de 6 meses (en torno a mayo de 2015) y utilizando instrumentos
de capital ordinario de nivel 1 (CET1), mientras que para aquellos déficits de capital asociados con el
escenario adverso de la prueba de resistencia la fecha límite es de 9 meses (agosto de 2015) y también se
19
aceptarán instrumentos convertibles adecuados.
Como principio general, los déficits de capital tendrán que absorberse en primer lugar a través de medios
privados. Sólo cuando los medios privados resulten insuficientes puede activarse un respaldo público a nivel
nacional. No debe esperarse ninguna mutualización ni solidaridad financiera europea en esta etapa, excepto
como medida de último recurso en forma de ayuda directa o indirecta del MEDE.
En noviembre de 2013 el ECOFIN acordó la siguiente secuencia de absorción de pérdidas en el contexto de
las recapitalizaciones dirigidas a resolver el problema heredado:
1. Captación de capital en los mercados. Nueva emisión de capital ordinario o de capital contingente
adecuado y sólido.
2. Gestión del balance de los bancos. Los bancos podrían, por ejemplo, retener beneficios, desinvertir en
activos no estratégicos o ajustar su política de pay-back.
3. Bail-in parcial. En aplicación de las nuevas normas de ayuda de Estado (véase el recuadro 5), se
aplicaría el bail-in sobre los accionistas y los acreedores subordinados antes de utilizar fondos públicos.
Los acreedores senior no se verían afectados. Aunque las normas prevén excepciones en casos
concretos, están limitadas a tratar preocupaciones por la estabilidad financiera o falta de
proporcionalidad.
4. Respaldos públicos nacionales. La ayuda de Estado solo entraría en escena como medida de último
recurso cuando el apoyo público sea necesario para asegurar un respaldo adecuado si las fuentes
privadas resultan insuficientes. Estos respaldos públicos nacionales estarán ahí para cerrar el bucle y su
existencia es fundamental para aportar credibilidad al ejercicio de AQR/prueba de resistencia.
5. Ayuda europea. Aunque su dimensión principal es nacional, los respaldos públicos estarían en última
instancia respaldados por el MEDE a través de una línea de crédito al soberano (similar al programa de
España) que requerirá la aplicación de condicionalidad en determinadas políticas financieras de los
países receptores. La recapitalización directa por parte del MEDE estaría disponible como último recurso
para las entidades viables ubicadas en países sin margen de maniobra fiscal, con una condicionalidad
20
más estricta que en el instrumento anterior.
El 10 de junio de 2014 el Eurogrupo llegó a un acuerdo político sobre la propuesta final para conferir al
MEDE la facultad de recapitalizar directamente los bancos (significativos) aquejados de problemas en los
países con dificultades financieras. El acuerdo final es similar al texto preliminar ya respaldado en junio de
2013, pero incluye un endurecimiento de las condiciones previas establecidas para el uso de la herramienta
de recapitalización. Aunque en 2013 solo se requería a los accionistas y los titulares de deuda subordinada
que soportaran el bail-in, el marco final estipula que, antes de que tenga lugar ninguna recapitalización
directa por parte del MEDE durante 2015:
19: La comunicación completa del BCE puede encontrarse aquí.
20: El MEDE es el mecanismo de resolución de crisis permanente para los países de la UEM. Se estableció a través de un tratado intergubernamental en
febrero de 2012 y se inauguró el 8 de octubre de 2012. Con 700.000 millones de euros de capital suscrito (80.000 millones de euros de capital
desembolsado y el resto capital comprometido y exigible), el MEDE financia sus actividades emitiendo bonos u otros instrumentos de deuda. Tiene una
capacidad de préstamo máxima de 500.000 millones de euros, de los cuales 50.000 millones de euros ya se han desembolsado o están comprometidos
(41.300 millones de euros para España y 9.000 millones de euros para Chipre). El MEDE ofrece ayuda financiera a los Estados Miembros de la zona euro
bajo tensiones. Para ello puede utilizar cinco herramientas distintas: (i) préstamos, (ii) compras en el mercado primario, (iii) compras en el mercado
secundario, (iv) un programa cautelar, (v) la recapitalización de los bancos a través de préstamos a los gobiernos. La herramienta de recapitalización
directa hace referencia a una sexta herramienta que permitiría al MEDE recapitalizar los bancos directamente, sin la participación soberana.
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
Al menos un bail-in del 8% de los pasivos totales del banco deben participar en el bail-in (incluida la
deuda senior y los depósitos no garantizados), lo que supone adelantar de 2016 a 2015 la
herramienta de bail-in introducida por la BRRD.

El fondo nacional de resolución del Estado Miembro afectado desembolsará una contribución hasta
el nivel de dotación objetivo establecido por la BRRD para 2015.
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Recuadro 5. El bail-in parcial para las recapitalizaciones -preventivas
En el contexto de las recapitalizaciones que
tendrían lugar con el fin de cubrir los déficits de
capital identificados tras la evaluación integral que
el BCE realizará entre noviembre de 2014 y mayo
de 2015, cabe destacar que no se utilizará la
herramienta de bail-in introducida por la BRRD, ya
que no entrará en vigor hasta enero de 2016,
excepto para la utilización de la recapitalización
directa por parte del MEDE.
Sin embargo, las normas revisadas de ayuda de
Estado en vigor desde agosto, de 2013 requieren
que se reparta la carga entre los accionistas y los
acreedores subordinados antes de que un Estado
Miembro pueda ofrecer ayuda estatal a un banco
en dificultades (los tenedores de deuda senior no
se verían afectados por este principio). Este
principio se aplicará en el contexto de las
recapitalizaciones preventivas. Excepciones a este
principio general se analizarán caso por caso y se
aplicarán con el único propósito de mantener la
estabilidad financiera y/o de evitar resultados
desproporcionados (por ejemplo cuando el apoyo
público sea pequeño en comparación con los
activos ponderados por riesgo del banco y el
déficit de capital ya se haya reducido de forma
significativa por mediante recursos privados).
no está claro si se podría aplicar una exención, por
ejemplo, para una conversión obligatoria de deuda
subordinada de los bancos cuya ratio de capital
está por encima del mínimo regulatorio pero que
aun así necesitan capital para alcanzar el nivel
requerido en el próximo ejercicio de prueba de
resistencia del BCE y la EBA, como insinuó
inicialmente
el
BCE
aludiendo
a
tres
preocupaciones clave: (i) que estos bancos no
están técnicamente en proceso de resolución (y
por tanto no sería apropiado aplicar la norma de
bail-in por analogía con la BRRD, (ii) que estos
bancos podrían no conseguir el capital que
necesitan de fuentes privadas, debido a un efecto
de desplazamiento (y no porque no se perciban
como solventes y sólidos) y (iii) los posibles
efectos negativos de la conversión obligatoria
sobre los mercados de bonos subordinados
europeos y sobre la estabilidad financiera (huida
de los inversores debido a la probabilidad de no
resolución de la conversión forzada). De momento,
la Comisión se ha mostrado en contra de modificar
las normas, pero no se puede descartar una
posible mejora de la redacción de las normas de
ayuda de Estado a su debido tiempo, dada la
importancia del asunto.
Según el principio general de reparto de cargas,
en los bancos que tengan una ratio de capital por
encima del mínimo regulatorio marcado por la
CRDIV, la deuda subordinada debe convertirse en
capital antes de recibir ninguna ayuda estatal. En
los bancos con una ratio de capital por debajo del
mínimo regulatorio marcado por la CRDIV, la
deuda subordinada debe convertirse o reducirse
antes de recibir ayuda estatal. No obstante,
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La herramienta tiene un límite de 60.000 millones de euros que solo se puede incrementar en circunstancias
excepcionales. Se utilizará para instituciones sistémicamente importantes en países con dificultades
financieras que no pueden proporcionar la ayuda financiera necesaria para restablecer la viabilidad del
banco. Se prevé un sistema de reparto de cargas con dos escenarios distintos:
a. Escenario 1: el banco tiene una ratio de capital por debajo del 4,5% del CET1. Los Estados Miembros
deben cubrir el capital necesario hasta el 4,5% y el MEDE proporcionaría el resto hasta llegar a la ratio
del 8% que requiere el BCE en la fase transitoria de la CRDIV.
b. Escenario 2: el banco tiene una ratio de capital igual o superior al 4,5% del CET1 pero por debajo del
nivel requerido por el BCE. Los Estados Miembros deben realizar una aportación del 20% para cubrir el
déficit y el MEDE debe cubrir el resto. En circunstancias excepcionales, el Consejo del MEDE podría
tomar la decisión de suspender la aportación del Estado miembro, pero se requiere unanimidad.
c. Si la cantidad pagada bajo el escenario 1 (déficit por debajo del 4,5%) es inferior a lo que el Estado
miembro hubiera tenido que pagar bajo el escenario 2 (es decir un 20% de déficit por debajo del 8%), el
Estado miembro tendría que añadir la diferencia (es decir, en un banco con una ratio de capital del 4,4%,
el Estado miembro no pagaría solo un 0,1% sino un 0,7%).
La ayuda del MEDE deben solicitarla formalmente los Estados Miembros e implicaría la firma de un
Memorando de Entendimiento (MdE). Se entiende que la aprobación de la ayuda por parte del MEDE
tendría lugar bajo las mismas normas generales que se aplican a los programas actuales del MEDE de
asistencia soberana (que requieren el 85% de los votos y que otorgan a Alemania un poder de veto de
facto). El MdE asociado podría incluir cláusulas de condicionalidad, tanto para los bancos recapitalizados
como para las políticas económicas generales del Estado miembro. Los bancos se recapitalizarían a través
de una subsidiaria propiedad absoluta del MEDE sin poderes de toma de decisiones.
Para que el instrumento esté preparado para su uso en el contexto de las recapitalizaciones que se
necesiten como resultado del ejercicio del AQR y la prueba de resistencia, se requieren tres pasos:
a. La inclusión de un nuevo instrumento en el conjunto de herramientas del MEDE requiere la unanimidad
de la Junta de Gobernadores del MEDE, compuesta por los ministros de finanzas de la zona euro.
b. Se prevé que algunos países como Alemania o Finlandia tendrán que introducir cambios en las leyes
nacionales existentes para emitir un voto favorable en la reunión de la Junta.
c. El MUS debería estar ya plenamente operativo (noviembre de 2014).
El marco acordado es coherente con (i) el nuevo marco de gestión de crisis (BRRD), ya que da prioridad a
las soluciones privadas antes de utilizar fondos públicos y (ii) el enfoque de la unión bancaria mediante el
cual la evaluación integral del BCE trazará una línea divisoria entre los problemas del pasado (resueltos
principalmente a nivel nacional) y los problemas del futuro (que se abordarán parcialmente mediante
mutualización). Desde un punto de vista a corto plazo, la implementación a tiempo de este respaldo es
crucial para dar credibilidad a todo el ejercicio del AQR/prueba de resistencia, ya que será un complemento
esencial de los respaldos nacionales que ya se han implementado de acuerdo con los requisitos del
ECOFIN acordados en noviembre de 2013.
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Tercer acto: el Mecanismo Único de Resolución (MUR)
El Mecanismo Único de Resolución (MUR) es el segundo pilar fundamental de la unión bancaria. Su
objetivo principal es poner las decisiones y acciones de resolución bancaria en el mismo nivel centralizado
que la supervisión, y hacer posible la resolución ordenada de un banco en quiebra en un fin de semana,
siguiendo unos criterios unificados y con la posibilidad de recurrir a fondos privados comunes
(mutualizados) en los casos en los que los recursos privados propios del banco resulten insuficientes para
cubrir los costes del proceso de resolución. Para ello, el MUR englobará un sistema centralizado para la
resolución bancaria en toda la zona euro, compuesto por las autoridades nacionales de resolución (ANR),
una nueva Autoridad Única de Resolución (que tendrá el poder último en la toma de decisiones), un Fondo
Único de Resolución y un único conjunto de normas de resolución (totalmente en línea con la BRRD).
Las negociaciones políticas para alcanzar un acuerdo sobre el diseño del MUR fueron particularmente
duras, dada la naturaleza sumamente sensible de la mutualización de costes. El MUR final acordado
representa un gran paso hacia delante en comparación con las posturas iniciales de algunos países
miembros (especialmente Alemania) que abogaban por un mecanismo de resolución descentralizado como
primer paso.
Por qué un Mecanismo Único de Resolución para la zona euro
La Autoridad Única de Resolución resolverá directamente los bancos significativos, los bancos
transfronterizos de la UE y todos los bancos cuya resolución requiera el uso del Fondo Único de Resolución.
Las Autoridades Nacionales de Resolución (ANR) resolverán los bancos restantes, pero la Autoridad Única
de Resolución podrá intervenir en cualquier momento y los Estados Miembros siempre tendrán la opción de
que aquella se haga responsable de todos los bancos con sede en su territorio. Los procesos de resolución
seguirán la BRRD (que la Autoridad Única de Resolución aplicará de manera uniforme en toda la zona euro)
y se podrá recurrir a un Fondo Único de Resolución que alcanzará el nivel objetivo global de 55.000
millones de euros en 2024, y en el que la mutualización de los costes será al menos del 40% ya desde su
inicio (2016) hasta llegar al 100% en 2024.
La unión bancaria necesita ese MUR por tres razones principales:
1. Para proporcionar al MUS una contraparte creíble en el ámbito de la resolución. El Supervisor Único no
puede romper por sí mismo el círculo vicioso entre riesgos soberanos y riesgos bancarios. Además, un
supervisor único en funcionamiento con 18 autoridades nacionales de resolución conlleva un alto riesgo.
El MUR evitará las situaciones incoherentes que se producirían en caso de que el BCE tomara una
decisión con respecto a un banco europeo con posibles implicaciones de resolución, soportadas por la
autoridad única de resolución, y en última instancia, los respaldos nacionales.
2. Mantener la estabilidad de las reglas del juego garantizando una implementación uniforme de las normas
de resolución bancaria de la UE (BRRD) en toda la zona del MUS. La amplia discrecionalidad que
permite la BRRD no encaja bien con la uniformidad de las normas que se requiere a nivel de la zona
euro. El MUR aportará certidumbre y previsibilidad a la aplicación de la BRRD y la DGSD dentro del
MUS, evitando así las brechas que surjan de divergencias en las posturas nacionales.
3. Mejorar los procesos de resolución transfronterizos en la UE. El Mercado Único necesita basarse en un
marco de resolución transfronteriza eficaz para garantizar la estabilidad financiera y evitar distorsiones
competitivas. En el MUS, la Autoridad Única de Resolución actuaría en interés de toda la zona,
facilitando de ese modo la firma de acuerdos de resolución transfronterizos donde sea necesario.
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Noviembre 2014
¿Cuáles fueron los principales factores detrás de las negociaciones en torno
al MUR?
El 10 de julio de 2013 la Comisión presentó una propuesta para establecer un MUR centralizado basándose
21
en el artículo 114 del TFUE. Esta propuesta incluía una Autoridad Única de Resolución y un Fondo Único
de Resolución. En cuanto a la Autoridad Única de Resolución, la Comisión propuso crear un nuevo
organismo, la Junta Única de Resolución (JUR) encargada de elaborar las decisiones de resolución
bancaria en la zona euro. Por razones legales, el máximo poder de decisión se asignó a la Comisión. Así
pues, todas las decisiones de resolución tomadas por la JUR tendrían que recibir el visto bueno de la
Comisión. En cuanto al Fondo Único de Resolución, en 10 años se crearía un fondo privado de 55.000
millones de euros procedentes de las aportaciones individuales de bancos y se utilizaría como respaldo
privado, después de un bail-in del 8% del total de pasivos de la entidad.
En la segunda mitad de 2013, el Parlamento y el Consejo de la UE debatieron y examinaron la propuesta de
la Comisión, siguiendo el proceso legislativo ordinario. El Parlamento emitió su informe el 25 de septiembre,
apoyando la propuesta de la Comisión en su mayor parte, con unas cuantas enmiendas importantes. El
Parlamento quería asegurar que tanto el BCE como la Junta Única de Resolución tendrían la oportunidad
de dar su valoración y sus recomendaciones a la Comisión antes de que pudiera adoptarse ninguna
medida. El Parlamento también pidió que el fondo se utilizara para proteger los depósitos no garantizados
de cualquier bail-in. Pero condicionaba su uso al establecimiento de una línea de préstamo, preferiblemente
una línea pública europea.
Figura 11
El proceso de “europeización” del Mecanismo Único de Resolución
Propuesta inicial de Alemania
Mecanismo Único de Resolución
(Verano 2013)
(Marzo 2014)
FUR
JUR
Red de 18 Autoridades Nacionales de
Resolución y 18 Fondos de Resolución Nacional
Una Junta Única de Resolución responsable de todo
el sistema y un Fondo Único de Resolución privado
Fuente: BBVA Research
21: El artículo 114.1 del TFUE estipula lo siguiente: (…) El Parlamento Europeo y el Consejo adoptarán, actuando de acuerdo con el procedimiento
legislativo ordinario y después de consultar al Comité Económico y Social, las medidas necesarias para la aproximación de las provisiones que indica la
ley, el reglamento o la acción administrativa en los Estados Miembros que tienen por objeto el establecimiento y el funcionamiento del mercado interno.
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Noviembre 2014
El Consejo acordó su postura en diciembre de 2013. En este caso se introdujeron varias modificaciones y
enmiendas al enfoque de la Comisión para hacerlo mucho menos ambicioso. No obstante, pese a la
oposición inicial de Alemania (que no estaba convencida de la legalidad del uso del artículo 114 para
establecer un MUR centralizado), prevaleció el enfoque centralizado. Durante meses, Alemania había
abogado por un enfoque en dos etapas: una primera etapa en que se establecería una red nacional de
autoridades y fondos de resolución, y una segunda etapa en que se establecería finalmente un MUR
centralizado tras la debida revisión del Tratado. Sin embargo, los servicios legales del Consejo, la Comisión
y el BCE confirmaron la legalidad del artículo 114 para crear un MUR centralizado, y al final Alemania tuvo
que ceder.
La postura del Consejo en diciembre reflejaba importantes concesiones hacia el enfoque centralizado, pero
al final no aseguró un MUR suficientemente europeo. La sensación general fue que no ayudaría a la unión
bancaria a conseguir los resultados deseados en cuanto a reducir la fragmentación y romper el círculo
vicioso. En primer lugar, fue el Consejo, en vez de la Comisión, el organismo propuesto como máxima
autoridad en materia de resolución; esto hizo el proceso de toma de decisiones menos dinámico, más
complejo y vulnerable a las interferencias políticas, ya que involucraba a demasiados grupos de interés. Se
corría el riesgo de que el sistema no funcionara adecuadamente si la nueva Autoridad no podía tomar
decisiones rápidas a tiempo. Lo ideal sería que la Autoridad Única de Resolución fuera una institución
europea recién creada, pero para ello se requeriría revisar el Tratado de la UE, lo que sería sumamente
difícil de lograr en un plazo de tiempo razonable. Esta es la razón por la que el Consejo optó por una
solución subóptima (o de second best). Sin embargo, la solución acordada era demasiado compleja y el
hecho de que el Consejo fuera la máxima autoridad de resolución (en vez de la Comisión) planteó
preocupaciones importantes, y el plazo límite de 24 horas para oponerse a una decisión de la Junta Única
de Resolución parecía insuficiente para evitar el estancamiento político.
Figura 12
El Mecanismo Único de Resolución
Resolución directa
Resolución indirecta
Responsable de
todo el MUR
Cláusula de
intervención
JUR elabora planes de resolución
y envía para aprobación de CE/Consejo
ANRs
JUR
JUR emite instrucciones
generales y advertencias
Banco
Banco
• Supervisados directamente
por el BCE,
• transfronterizos o
• cuando participa el FUR
•
•
•
Supervisadas directamente por
las autoridades nacionales,
no transfronterizos y
cuando no participa el FUR
ANRs
ANRs preparan, aprueban
e implementan el esquema
de resolución
Fuente: BBVA Research
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Noviembre 2014
En segundo lugar, aunque el Fondo Único se iba a establecer desde el principio, la transición hacia la
mutualización plena era demasiado larga e incierta. Se planteaba una creciente mutualización en el proceso
de absorción de pérdidas, pero con un alcance bastante limitado, mientras que la propuesta de la Comisión
planteaba la plena mutualización desde el principio. El fondo podría obtener dinero prestado de terceros en
caso de necesidad, pero no se preveía una línea de préstamo explícita. En cuanto a los respaldos públicos,
habría un sistema de financiación puente a nivel nacional en funcionamiento hasta 2024, al que le seguiría
un respaldo público europeo, pero no se dieron detalles en relación a estos dos elementos. Había más
incógnitas que datos conocidos en relación al papel que debían desempeñar esos respaldos públicos,
fundamentales para dar credibilidad al Fondo Único. Además, los detalles clave del Fondo Único se
establecían en un acuerdo intergubernamental (IGA), ajeno al acquis communautaire (la legislación de la
UE) y por tanto se enfrentaban a una fuerte oposición del Parlamento.
En general, a la postura del Consejo le faltaba claramente la ambición que guiaba los planes de la Comisión
y del Parlamento, y cuando comenzaron los trílogos en enero de 2014 parecía muy improbable que se
llegara a tiempo a un acuerdo final entre los colegisladores (Alonso 2014). De hecho, las negociaciones del
trílogo estuvieron estancadas durante dos meses, dada la amplia disparidad de posturas (Abascal et al
2014a). Sin embargo, el 12 de marzo los colegisladores acudieron a las negociaciones con nuevas posturas
22
que incorporaban importantes concesiones de ambos lados. En ese momento, tres asuntos importantes
bloqueaban todavía el acuerdo final:
1. La máxima autoridad en materia de resolución y la toma de decisiones en la Junta. El Parlamento
insistía en que debía ser la Comisión la que iniciara los procesos de resolución, mientras que el Consejo
quería mantener un papel decisivo en el proceso (con la posibilidad de vetar o enmendar cualquier
decisión de la Junta en un plazo de 24 horas a instancias de la Comisión).
2. Creación y mutualización del Fondo Único de Resolución. El Parlamento quería crear el fondo de
55.000 millones de euros en 10 años (2016-2026), pero podía aceptar posponer la mutualización plena
hasta 2019 (es decir, en tres años). El Consejo continuaba mostrándose reacio a acelerar
significativamente la transición hacia la plena mutualización, pero empezó a plantearse una reducción
de la trayectoria a ocho años a cambio de acortar de forma similar el plazo de dotación.
3. Aumento de la liquidez del Fondo Único de Resolución. El Parlamento insistió en poner en marcha una
línea de préstamo, preferiblemente una línea pública y europea como respaldo para reforzar la solidez y
la credibilidad del Fondo Único. El Consejo tenía grandes reservas en esa etapa. La incertidumbre se
había agravado por la falta de acuerdo sobre las normas finales de la herramienta del MEDE de
recapitalización directa de los bancos.
El 19 de marzo era la última oportunidad para llegar a un acuerdo dentro de la legislatura del periodo 200914, de modo que ambos colegisladores acudieron a la reunión del trílogo con enormes expectativas y bajo
una enorme presión (Abascal et al 2014b). Después de una ronda de negociaciones récord de 17 horas,
finalmente llegaron a un acuerdo provisional que más tarde confirmaron los representantes del Consejo y
del Parlamento. La sesión plenaria del Parlamento ratificó el texto final en la última sesión de la legislatura
(15 de abril) y el Consejo hizo lo mismo durante el verano (14 de julio). Se prevé que el Reglamento del
MUR entre en vigor en septiembre. En cuanto al acuerdo intergubernamental (véase a continuación), 26 de
los Estados Miembros firmaron el documento el 21 de mayo, abriendo el periodo de ratificación de las
partes contratantes (incluidos los procesos de escrutinio parlamentarios necesarios a nivel nacional). En
última instancia, el paquete legislativo del MUR se aprobará antes de que el MUS entre plenamente en vigor
22: El Parlamento hizo pública su postura revisada el 4 de marzo. El Consejo revisó su postura después de la última reunión del ECOFIN (11 de marzo) y
dio a la Presidencia griega un nuevo mandato para concluir las negociaciones con el Parlamento lo más pronto posible.
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en noviembre de 2014 (es decir, cuando el BCE asuma responsabilidades de supervisión plenas sobre los
bancos de la zona euro).
¿Cómo se estructurará y estará operativo el MUR? Diseño final
La Junta Única de Resolución (JUR) estará operativa en enero de 2015, aunque no asumirá los poderes de
resolución hasta enero de 2016, junto con la herramienta de bail-in introducida por la BRRD para la UE-28.
Por tanto, el Fondo Único de Resolución no se utilizará en el contexto de las recapitalizaciones preventivas
iniciadas tras los ejercicios del AQR/prueba de resistencia. El marco final ofrece un MUR verdaderamente
europeo. Se asemeja a los planes del Parlamento y de la Comisión mucho más de lo que se había previsto
anteriormente por la postura del Consejo acordada en diciembre de 2013. Tiene suficiente independencia y
fuerza para proporcionar una contraparte creíble para el MUS en asuntos de resolución, lo que
indudablemente respalda la creación de una unión bancaria fuerte y eficaz.
La mayoría de las decisiones de resolución serán tomadas por un organismo europeo independiente, la
Junta Única de Resolución, aunque desde la perspectiva legal las máximas autoridades en materia de
resolución serán la Comisión y el Consejo. La JUR se reunirá en dos sesiones distintas. La sesión plenaria
estará compuesta por un presidente, un vicepresidente y cuatro miembros independientes, dos
observadores permanentes (sin voto) de la Comisión y el BCE, además de un representante de cada
Autoridad Nacional de Resolución de los Estados Miembros que participan en el MUS/MUR. La sesión
ejecutiva no incluye representantes nacionales, excepto cuando se delibere sobre la resolución de un banco
o de un grupo bancario concretos, en cuyo caso se incluiría un representante de las autoridades nacionales
de resolución afectadas.
El plan de resolución de un banco en quiebra se adoptará a través de un proceso que busca dar a la JUR
tanta independencia como sea posible dentro del actual marco legal de la UE. Los pasos principales son los
siguientes:
1.
Inicio de la resolución. Un banco solo entrará en resolución después de que el BCE (como supervisor)
determine que ha quebrado o está a punto de quebrar (o lo determina la JUR y se lo comunica al BCE
y el BCE no reacciona en un plazo de 3 días). La JUR también tiene que decidir que (i) no hay
alternativas privadas a la resolución y (ii) la resolución se realiza en aras del interés público.
2.
Entrada de la entidad en resolución. Si la JUR considera que la resolución debe activarse (paso 1), el
banco entrará en resolución y se adoptará un plan de resolución en el que se especifique qué
herramientas de resolución se utilizarán y cómo, y cuándo se utilizará el Fondo Único de Resolución. El
plan de resolución adoptado debe transmitirse inmediatamente a la Comisión.
3.
Escrutinio del plan de resolución por parte de la Comisión y el Consejo. Una vez que la JUR comunica
un plan de resolución a la Comisión, la Comisión tiene 24 horas para apoyarlo o rechazarlo (y proponer
enmiendas). El Consejo solo participa a instancias de la Comisión, que puede rechazar el plan por tres
razones principales. Si duda de que el plan proteja el interés público debe pedir al Consejo, en las
primeras 12 horas, que vete el plan (en cuyo caso el banco se liquida de acuerdo con las leyes de
insolvencia nacionales). Si la Comisión rechaza el plan porque no está de acuerdo con el uso
propuesto del Fondo Único pedirá al Consejo, en las primeras 12 horas, que apruebe un cambio
sustancial en el uso del Fondo. En ese caso, el Consejo tiene 12 horas más para decidir acerca de la
propuesta de la Comisión (por mayoría simple). Por último, la Comisión puede rechazar el plan y
proponer enmiendas por otras razones discrecionales y en este proceso no participa el Consejo. Si se
rechaza el plan, el Consejo o la Comisión (según sea el caso) debe dar razones para sus objeciones.
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4.
Adopción del plan. Si no se plantean objeciones por parte del Consejo ni de la Comisión en un plazo de
24 horas, se adopta automáticamente el plan de la JUR. Si el plan tiene que someterse a cambios
como resultado del proceso de escrutinio de la Comisión/Consejo, la JUR tiene 8 horas para
modificarlo en consecuencia y dar instrucciones a la Autoridades Nacionales de Resolución para que
tomen las medidas necesarias para implementar el plan.
Figura 13
¿Cómo se tomarán las decisiones de resolución?
I
II
BCE notifica banco
en quiebra o próximo
III
JUR valora interés público y
soluciones privadas
JUR adopta el esquema
de resolución propuesto
IV
Tres escenarios
B
A
12h
CE no
rechaza
CE rechaza
interés público o
cuantía de fondos
CE rechaza por
otros motivos
Consejo acepta o
rechaza cambios
de la CE
24h
32h
C
El esquema de
resolución es válido
V
V
JUR tiene 8h para
realizar los cambios
VI
Implementación por las
Autoridades Nacionales de
Resolución
BCE: Banco Central Europeo; CE: Comisión Europea; JUR: Junta Única de Resolución; ANR: Autoridades Nacionales de Resolución;
Fuente: BBVA Research
La sesión ejecutiva de la JUR (en la que cada miembro tiene un voto) elaborará y tomará la mayoría de las
decisiones relacionadas con el plan de resolución. Si en la sesión ejecutiva no se puede alcanzar un
consenso, el presidente, el vicepresidente (que también tendrá la función de director del Fondo Único) y los
cuatro miembros permanentes tomarán una decisión por mayoría simple. Si el plan de resolución requiere el
uso de más de 5.000 millones de euros del Fondo de Resolución (o el doble de esa cantidad si se usa solo
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23
con fines de liquidez) el plenario puede vetar o enmendar la propuesta de la ejecutiva si lo propone al
menos uno de los miembros del plenario. Si el uso acumulado del fondo en 12 meses llega al umbral de
5.000 millones de euros, el plenario dará instrucciones que la ejecutiva tendrá que seguir en decisiones de
resolución futuras.
El plenario de la JUR tomará decisiones por mayoría simple cuando delibere sobre asuntos de carácter
general (presupuesto, plan de trabajo, normas de procedimiento, etc.) Sin embargo, cuando el plenario
delibera sobre el uso del fondo por encima del umbral de 5.000 millones de euros es necesario que un
número mínimo de miembros, que representen al menos el 30% de la capacidad de fondo, apoyen la
decisión votada por la mayoría simple. Además, para cualquier decisión relativa al periodo de transición
hasta que el Fondo Único esté plenamente mutualizado, el plenario también decidirá sobre cualquier
recaudación de aportaciones ex post de los bancos y sobre los préstamos voluntarios entre
compartimentos. En este caso, las normas de voto también serían especiales. Durante la fase transitoria de
8 años estas decisiones requerirán una mayoría de dos tercios de los miembros del plenario, que
representen al menos el 50% de las aportaciones al Fondo Único. Después de 2024 requerirán una mayoría
de dos tercios de los miembros, con una representación de al menos el 30% de las aportaciones al FUR.
Figura 14
Preparación del plan del proyecto de resolución dentro de la JUR
Regla general
Junta Ejecutiva
prepara y adopta los planes de resolución
Excepción1. Si en 12 meses uso acumulado de FUR > 5€bn
BANCO EN
PROBLEMAS
JUR
Junta Ejecutiva con directrices de la Plenaria
prepara y adopta el plan de resolución
CE
Excepción2. Si uso FUR > 5€bn (10bn€ en apoyo a liquidez)
Junta Ejecutiva
prepara el plan de
resolución
Junta Plenaria
(Silencio positivo -3h-)
Fuente: BBVA Research
23: Cualquier apoyo a la liquidez contribuirá con un peso del 50% hacia este umbral, mientras que el apoyo al capital computará al 100%.
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Recuadro 6. La puesta en marcha de la Junta Única de Resolución
Figura 15
Junta Única de Resolución
Presidente
Vicepresidente
Director del Fondo Único de Resolución y Servicios Corporativos
Director
Director
Director
Director
Estrategia y Coordinación
de Políticas
Planes y Decisiones de
Resolución I
Planes y Decisiones de
Resolución II
Planes y Decisiones de
Resolución III
Fuente: BBVA Research
El 10 de julio, el Diario Oficial de la Unión Europea
publicó las primeras vacantes para miembros de la
Junta Única de Resolución (JUR), incluidos los
puestos de presidente y vicepresidente. Según el
Reglamento del MUR (aprobado por el Consejo el
14 de julio), la JUR debe estar establecida (y
recaudadas las primeras aportaciones privadas
para cubrir los costes administrativos) antes de
enero de 2015, es decir, en menos de seis meses.
Una JUR en seis meses. El Reglamento del MUR
prevé que la JUR deberá estar en funcionamiento
y comenzar la elaboración de los planes de
resolución en enero 2015. Las estructuras
restantes de la nueva autoridad se desarrollarían
durante 2015 y 2016 (30 profesionales en enero
de 2015 y 120 en diciembre, hasta alcanzar los
250).
La selección de la cúpula directiva de la JUR
(véase el gráfico) ya ha empezado y finalizará este
otoño. La Comisión presentará una lista reducida
de los candidatos elegidos a través de un proceso
de selección abierto que tendrán que aprobar el
Parlamento y el Consejo antes de que finalice el
año. También se han publicado las primeras
vacantes para cubrir los puestos de apoyo
iniciales. Por otro lado, la Comisión ya está
trabajando con un equipo de trabajo constituido en
mayo y formado por cinco miembros, y en breve
se prevé la elección de un funcionario superior de
la Comisión como presidente interino.
Costes administrativos de la JUR. Los costes
administrativos en los que incurra la JUR se
cubrirán por completo a través de las aportaciones
del sector bancario, y los primeros desembolsos
tendrán lugar antes de enero de 2015. A tal efecto,
en los próximos seis meses, la Comisión debe
elaborar las normas de establecimiento de estas
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aportaciones y conseguir que se aprueben para
recaudar el dinero antes de que la JUR esté
operativa. Debido al reto que supone el calendario
y a la incapacidad temporal de la JUR para
recaudar y administrar su propio presupuesto, la
Comisión se está planteando dividir el pago en
tres fases:
1. Fase 1: los gastos administrativos en los que
se incurra hasta que entre en vigor el
Reglamento del MUR se cubrirán con el
presupuesto de la Comisión.
2. Fase 2: los costes en los que se incurra entre
finales de 2014 y 2015 (25 millones de euros)
se dividirán a partes iguales entre los bancos
significativos (ante la imposibilidad de gestionar
las aportaciones de miles de bancos).
3. Fase 3: un acto delegado final se desarrollaría
en 2015, una vez que las estructuras de la
autoridad
única
de
resolución
estén
desarrolladas y que la JUR esté preparada
para recaudar los pagos correspondientes
para cubrir los costes de 2016 de todos los
bancos bajo el dominio del MUR. Para
mantener la simplicidad, la metodología sería
similar a la establecida para recaudar las
comisiones de supervisión bajo el MUS (y
posiblemente se recaudarán conjuntamente a
partir de 2015). Este acto delegado tendría en
cuenta el dinero desembolsado por algunos
bancos en la fase 2 y los compensaría si es
necesario.
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¿Cómo se financiará el Fondo Único de Resolución? ¿Tendrá respaldos
apropiados?
Figura 16
Uso del Fondo Único de Resolución (2016 – 2024)
IV
II
I
Compartimentos nacionales
afectados
Fondos mutualizados
III
Fondos nacionales
afectados
(Fondos restantes)
Préstamos entre
compartimentos
V
Endeudamiento privado
IV
si la Junta Plenaria lo aprueba
Contribuciones ex post
Fuente: BBVA Research
El Fondo Único de Resolución estará en vigor desde enero de 2016. Se creará a partir de las aportaciones
individuales de los bancos y llegará a una capacidad total ex ante de 55.000 millones de euros en 2024.
Durante el periodo de transición, el Fondo Único estará compuesto por compartimentos nacionales sujetos a
una mutualización gradual que se completará en 2024, cuando los compartimentos nacionales estén
totalmente fusionados y desaparezcan. La mutualización llegará al 40% ya en el primer año, se
incrementará hasta el 60% en el segundo año y luego se incrementará un 6,6% anual hasta llegar al 100%
en 2024. La secuencia para soportar los costes de resolución será la siguiente:
1.
Paso 1. Los compartimentos nacionales de los Estados Miembros de origen y de acogida afectados se
utilizarían en primer lugar para cubrir los costes de resolución restantes tras el bail-in. El primer año
estos compartimentos se utilizarán hasta el 100% de su capacidad, el segundo y el tercer año se
utilizarán hasta un 60% y un 40% de su capacidad respectivamente y los años subsiguientes el
porcentaje se reducirá de forma lineal (un 6,67% al año) hasta llegar al 0% en 2024.
2.
Paso 2. Si el paso 1 no es suficiente para cubrir los costes, se utilizará una parte de todos los
compartimentos (incluidos los de los Estados Miembros afectados), de acuerdo con el perfil de
mutualización mencionado anteriormente: el 40% en el primer año, el 60% en el segundo año y, a partir
de ahí, se incrementará de forma lineal (un 6,67% al año) hasta llegar al 100%.
3.
Paso 3. Si todavía hay costes sin cubrir, se utilizarían los fondos restantes de los compartimentos
afectados.
Más allá de los pasos 1 a 3, el Fondo Único podrá (i) captar fondos adicionales (contribuciones ex-post), (ii)
gestionar préstamos temporales entre compartimentos nacionales, o (iii) obtener fondos de los mercados
cuando se necesiten para cubrir cualquier coste de resolución residual.
En general, este diseño representa una mejora sustancial en comparación con el acuerdo del Consejo
alcanzado en diciembre ya que no solo acorta el periodo de transición sino que también aumenta la
credibilidad del Fondo y garantiza la creación de un considerable fondo común con aportaciones privadas
europeas en los dos primeros años (60%, frente al 20% que apoyaba inicialmente el Consejo).
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Noviembre 2014
Figura 17
La progresiva mutualización de los fondos
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
2016
2017
2018
Posición del Consejo (diciembre 2013)
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
Acuerdo final (marzo 2014)
Fuente: BBVA Research
La capacidad total de 55.000 millones de euros ex-ante del Fondo Único ha sido criticada por ser
demasiado baja. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el Fondo Único se utilizaría como un
respaldo privado, después de haber sido aplicado un bail-in del 8% para cubrir el déficit de capital, en línea
con la BRRD. Además, se aplicaría un límite del 5% de los pasivos del banco en el uso del Fondo Único
(una vez más en línea con a BRRD), lo que hace que sea sumamente improbable que el Fondo pueda
agotarse prematuramente (de hecho, esta suma habría sido suficiente para cubrir las pérdidas de la
mayoría de las crisis bancarias recientes en Europa, según la Comisión). Por último, hay que recordar que
la cifra de 55.000 millones de euros se refiere a un nivel objetivo ex ante y que también se han previsto
mecanismos de financiación ex post, préstamos privados de los mercados o una línea de crédito).
Pese a ser sumamente improbable, no se puede descartar por completo un escenario en el que el Fondo
Único tenga que captar recursos extra de manera ex post, o incluso recurrir al respaldo público, bien porque
se haya superado el límite del 5% o bien porque el Fondo Único se haya quedado sin fondos. En este
sentido, los detalles de la línea de crédito privado deberían definirse lo antes posible con el fin de reducir la
incertidumbre. Además, la ausencia de un respaldo público común (europeo) hasta 2024 es claramente una
debilidad, ya que de algún modo mina la credibilidad del MUR y podría poner en peligro las percepciones
positivas de los efectos de estabilización previstos gracias a la unión bancaria. Durante el periodo de
transición de ocho años, estará disponible una financiación puente procedente de fuentes nacionales y
respaldada por contribuciones bancarias o procedente del MEDE en línea con las herramientas existentes,
lo que apunta a que la herramienta de recapitalización directa del MEDE podría desempeñar un papel
importante, pero esto aún está por confirmar.
Principales retos a los que se enfrenta el MUR
Aunque no asumirá poderes de resolución plenos hasta enero de 2016, el MUR tendrá que establecerse en
menos de seis meses a partir de ahora ya que el Reglamento será aplicable desde enero de 2015. Este
plazo tan ajustado plantea varios retos operativos, incluida la constitución de la Junta (y el nombramiento de
su presidente, vicepresidente y de los cuatro miembros permanentes) y la contratación de un importante
número de profesionales cualificados.
Además, el Consejo y la Junta tendrán que diseñar y establecer la línea de crédito privado antes de enero
de 2016, lo que requiere tomar medidas concretas y significativas en el futuro próximo. Además, el Consejo
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Documento de Trabajo
Noviembre 2014
tendrá que desarrollar la metodología que servirá para calcular las contribuciones que cubran los costes
administrativos de la Junta, y la metodología para calcular las aportaciones individuales de los bancos al
Fondo Único en los próximos meses (mediante un acto delegado y siguiendo una propuesta de la
Comisión). La metodología propuesta debe estar totalmente en línea con los principios de la BRRD y debe,
por tanto, tener en cuenta la importancia de cada banco dentro del sector bancario del MUS (medida en
términos de pasivos menos fondos propios y depósitos garantizados), debidamente ajustada según el perfil
de riesgo del banco. Este asunto puede resultar muy conflictivo, pues los Estados Miembros podrían
adoptar posturas distintas con respecto a su fórmula de aportación preferida, dependiendo de la posición
relativa de sus respectivos bancos (dentro del ámbito del MUS) en términos de pasivos netos y perfil de
riesgo.
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Noviembre 2014
Intermedio III: beneficios previstos y camino a seguir
Una unión bancaria bien diseñada será el mejor catalizador para restablecer la integración financiera y
romper el círculo vicioso entre riesgo soberano y banca que impide el correcto funcionamiento del canal de
transmisión de la política monetaria del BCE
 El progreso alcanzado hasta ahora ya ha frenado y reducido el proceso de fragmentación. El anuncio de
la creación de la unión bancaria a finales de junio de 2012, junto con la firmeza demostrada por el BCE y
las famosas palabras de Draghi: “el BCE está preparado para hacer lo que sea necesario para preservar
el euro”, han jugado un papel crucial en frenar la fragmentación del mercado y devolver la credibilidad y
la confianza en el euro a los mercados.
 La unión bancaria ayudará a fortalecer y a preservar la integridad del mercado único al crear unas reglas
de juego verdaderamente homogéneas. En este sentido, el proceso es positivo para la zona euro y
también para Europa.
 Contribuirá a restablecer el canal de transmisión de la política monetaria, contribuyendo de ese modo a
lograr la necesaria convergencia de los tipos de interés. El beneficio fundamental de la unión bancaria es
que el mismo riesgo será igualmente valorado con independencia de donde esté ubicado. También
pondrá fin a la antigua discrepancia entre una política monetaria única y mandatos nacionales sobre la
supervisión de los bancos.
Figura 18
Beneficios esperados de la unión bancaria
I
II
III
Restauración del canal de
trasmisión de la política
monetaria
Mayor eficiencia y entorno más
competitivo
IV
Refuerzo de la confianza en la
supervisión financiera
Refuerzo de la integridad del
Mercado Único
Diferentes reglas, supervisión,
resolución y protección
VIII
Eliminación de las prácticas de
renacionalización financiera
Reducción de la fragmentación
del mercado financiero de la UE
VII
Contribución a la eliminación del
círculo vicioso entre deuda y bancos
V
VI
Fuente: BBVA Research
 Reforzará la confianza entre los supervisores y las prácticas de renacionalización de los sistemas
financieros desaparecerán gracias a la existencia de una supervisión única y la aplicación de un solo
criterio de supervisión.
 Garantizará que los bancos se resolverán con las mismas reglas independientemente del país en el que
tenga su sede la institución. Cuestiones como el tamaño del fondo de resolución dejarán de ser
pertinentes debido a que todas las entidades participantes van a compartir el mismo fondo. La posibilidad
de rescate en un país porque su Tesoro es fuerte y no en otro, porque sus valores soberanos no pueden
permitírselo, desaparecerá en gran medida.
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 Proporcionará un terrero óptimo para conseguir un sector financiero eficiente en la zona euro. La unión
bancaria propiciará un entorno más competitivo y los bancos tendrán que aumentar su eficacia para
competir en este nuevo y exigente marco.
En conclusión, la unión bancaria permitirá a los Estados Miembros participantes obtener importantes
beneficios de este proyecto integrador. Indudablemente, el progreso conseguido hasta ahora es un punto de
partida muy prometedor, no solo porque se ha creado en un tiempo récord sino también porque representa
la mayor transferencia de soberanía desde la creación del euro. No obstante, aún hay margen para mejorar.
Por un lado, la incertidumbre sobre el respaldo público común debe disiparse urgentemente. Dotar al Fondo
Único de un poder financiero fuerte es esencial para su credibilidad. La inclusión de una línea de crédito
también es un gran adelante, especialmente unido a un rápido perfil de mutualización. Pero la ausencia de
un respaldo público común podría terminar por minar la credibilidad del MUR y del MUS. Por ahora, la
herramienta del recapitalización directa del MEDE reduciría las presiones en este frente.
Por otro lado, la unión bancaria 1.0 tendrá que completarse en el futuro cercano con un Plan de Garantía de
Depósitos Único para desarrollar una unión bancaria totalmente estable de segunda generación. Este
elemento final quizá sea el más difícil de lograr y está estrechamente vinculado a la unión fiscal, razón por la
que es un objetivo a más largo plazo y probablemente requerirá cambios en el Tratado.
El futuro de Europa solo puede basarse en más Europa. Durante la crisis, Europa ha actuado a menudo con
urgencia, construyendo Europa a base de tratados y firmando acuerdos intergubernamentales como en el
caso del MEDE, el Pacto Fiscal o el Fondo Único de Resolución. El próximo paso sería modificar los
Tratados para integrar estos reglamentos en la acquis communautaire, es decir, bajo el marco legislativo y
arquitectónico europeo. Es difícil saber cuánto durará este debate y actualmente se percibe como una
cuestión a largo plazo. Sin embargo, también parece un paso inevitable para mejorar la gobernanza
europea, así que sería mejor que se diera cuanto antes.
Además, hay que destacar que la unión bancaria no puede garantizar por sí misma la integración financiera
total. La unión bancaria tendría que completarse y avanzar hacia una unión económica, fiscal y política más
profunda para poner fin a la persistente fragmentación, e incluso permitir un cambio de los Tratados cuando
se cumplan las condiciones previas para superar las limitaciones políticas.
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Recuadro 7. Vínculos a documentos clave de la unión bancaria
0. Hacia una Unión Económica y Monetaria Genuina (El informe de los cuatro presidentes)
1. Fundamentos: el código normativo único
 Directiva de Requisitos de Capital IV (CRDIV) y Reglamento de Requisitos de Capital (CRR)
 Directiva de Recuperación y Resolución Bancaria (BRRD)
 Directiva sobre Fondos de Garantía de Depósitos (DGSD)
2. Pilar I: Mecanismo Único de Supervisión
 Reglamento del Mecanismo Único de Supervisión (MUS)
 Reglamento con cambios específicos al Reglamento que establece la EBA (Reglamento de la EBA)
 Reglamento del Marco del Mecanismo Único de Supervisión (Marco del MUS)
3. Pilar II: Mecanismo Único de Resolución
 Reglamento del Mecanismo Único de Resolución (Reglamento del MUR)
 Acuerdo intergubernamental (IGA)
4. Evaluación integral
 Notas sobre la evaluación integral (octubre 2013, febrero 2014, abril 2014 y julio 2014)
 Características principales de la prueba de resistencia en toda la UE 2014 (enero 2014)
 Manual para la revisión de la calidad de los activos (marzo 2014)
 Metodología común y escenario para prueba de resistencia de los bancos de la UE, 2014 (abril 2014)
5. Planes de respaldo
 Comunicación sobre la aplicación de las normas de la ayuda de Estado (julio 2013)
 Normas del Consejo para abordar los déficits de capital en el contexto de la evaluación global
(noviembre 2013 y julio 2014)
 Recapitalización directa de los bancos mediante el Mecanismo Europeo de Estabilidad
‒ Principales características del marco operativo (junio 2013)
‒ Acuerdo preliminar del Eurogrupo (junio 2014)
‒
Preguntas y respuestas frecuentes sobre el MEDE (junio 2014)
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Conclusiones
Desde el inicio del proceso era evidente que el proyecto de la unión bancaria marcaría un gran avance en la
historia de la UE y que una unión completa no podía construirse de la noche a la mañana. La unión bancaria
representa la mayor cesión de soberanía en Europa desde la creación del euro. Aun así, durante todo el
proceso ha prevalecido una fuerte voluntad política y una sensación de urgencia, tanto a nivel del Consejo
como en el Parlamento, lo que ha sido decisivo para conseguir una unión bancaria oportuna y creíble. En
algunos momentos hubo riesgo de estancamiento debido a la complacencia, pero afortunadamente los
líderes de la UE consiguieron alcanzar un consenso en los asuntos clave. Tres cuartas partes del proceso
legislativo se han completado en menos de dos años. Se han producido al menos seis nuevas Directivas o
Reglamentos (incluido el código normativo único), además de algunos acuerdos interinstitucionales, un
acuerdo intergubernamental y varias normas técnicas en el proceso hacia la primera unión bancaria de la
historia. Todo esto ha conllevado una gran cantidad de trabajo legislativo, además de interminables
negociaciones al más alto nivel político y técnico. La ruta legislativa con frecuencia tiende a ser larga y
penosa, y siempre se corre el riesgo de quedarse estancado, pero Europa ha demostrado su capacidad
para ponerse de acuerdo en asuntos muy complicados y en condiciones de presión.
En el momento de redactar este informe, los niveles de fragmentación son todavía demasiado elevados
para una moneda única. Es muy importante seguir fielmente la hoja de ruta acordada en junio de 2012. Las
presiones de financiación son más bajas que en los últimos 18 meses y no hay duda de que se ha relajado
el círculo vicioso, pero la amenaza sigue todavía presente, pendiendo como la espada de Damocles. La
oferta de crédito sigue en su mayoría limitada a las fronteras nacionales, lo que provoca diferencias
importantes en el coste del crédito entre los países centrales y la periferia, con el consiguiente perjuicio para
la transmisión de la política monetaria. En este contexto, es comprensible, y supone un alivio a la vez, que
los legisladores de la UE hayan sido capaces de llegar a un acuerdo sobre la forma de adelantar una unión
bancaria sólida y creíble para ayudar a restablecer, de una vez por todas, la estabilidad bancaria y la
sostenibilidad financiera de la zona euro.
En algún momento será necesario reformar el Tratado para conseguir la unión bancaria 2.0 necesaria para
lograr una genuina unión económica y monetaria. Dadas las limitaciones políticas, es difícil prever cuándo
se producirá este cambio. Pero por ahora la unión bancaria que se ha habilitado cumple su finalidad, pues
pondrá fin al desajuste entre una política monetaria centralizada y responsabilidades bancarias a nivel
nacional. Para ello, se construirá sobre los cimientos del código normativo único de la UE y tendrá dos
pilares maestros: un único supervisor fuerte y creíble, y un mecanismo único de resolución asimismo fuerte
y creíble. A medio plazo, hay expectativas razonables de que también haya un tercer pilar que proporcione
una red de seguridad común (es decir, un Fondo de Garantía de Depósitos Único).
La ausencia de un FGD único surge claramente como la primera víctima del proceso exprés que ha hecho
24
posible una unión bancaria en menos de dos años, y también es posiblemente una de sus principales
debilidades si no se aborda a medio plazo. Pero debemos reconocer que un FGD único no es esencial para
garantizar el buen funcionamiento de la unión bancaria que necesitamos hoy en día, a la que
denominaremos unión bancaria 1.0. En primer lugar, la nueva Directiva sobre Fondos de Garantía de
Depósitos (DGSD) ofrece un grado de armonización suficientemente alto en la protección de los depósitos
de toda la UE y un buen nivel de financiación ex-ante, además de planes de financiación ex-post
adecuados, incluida la activación, en caso necesario, de préstamos entre los sistemas nacionales, aunque
solo sea de forma voluntaria. Es sumamente improbable que la Junta Única de Resolución (que se guía por
24: En agosto de 2013 la Comisión publicó una versión actualizada de su hoja de ruta (CE 2013) para completar la unión bancaria, donde reconoció
oficialmente que por el momento no habría un FGD único. En la nueva Directiva sobre Fondos de Garantía de Depósitos acordada finalmente en
diciembre de 2013 se dio prioridad a alcanzar un acuerdo sobre una red común de fondos de garantía de depósitos nacionales (adecuadamente
financiados ex-ante).
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el nuevo marco de resolución bancaria según la BRRD), liquide alguna vez un banco significativo de la UE
si tal proceso pusiera en peligro la estabilidad financiera y fuera en contra del interés público (caso que se
daría si uno o varios FGD se solicitaran al mismo tiempo y no tuvieran capacidad para cumplir con sus
compromisos de pago). De este modo, la probabilidad de que un país sufra una amenaza seria de pánico
bancario o esté sometido a presiones fiscales insoportables para cubrir sus obligaciones del FGD es, bajo el
nuevo código normativo único, mucho más remota que en el pasado (aunque desde luego no es
inexistente).
Por otro lado, también hay que reconocer que la falta de la voluntad política que se requiere para acordar un
FGD único (que incorpora elementos de mutualización fiscal), así como la cantidad de tiempo que se
requiere para modificar el Tratado con respecto a una unión fiscal, habrían hecho prácticamente imposible
alcanzar una unión bancaria ahora. Al igual que los padres del euro sabían que al mantener los mandatos
de supervisión nacionales no estaban creando la UEM óptima, y que llegaría un día en que sería imperativo
complementar esa UEM 1.0 con mecanismos de supervisión y resolución bancaria comunes con el fin de
hacerla más fuerte y completa (una UEM 2.0), hoy en día la falta de un FGD único puede aceptarse
temporalmente como el mal menor en aras de tener una unión bancaria en marcha en 2015. Pero esta
unión bancaria 1.0 tendrá que completarse en el futuro próximo con un FGD único para desarrollar una
unión bancaria 2.0 totalmente estable.
Al proporcionar marcos de supervisión y resolución bancaria integrados, la unión bancaria preservará la
integridad del euro, lo que ayudará a la UEM a superar el problema de fragmentación actual y romper el
círculo vicioso entre bancos y riesgos soberanos. Pero solo con una mayor integración en los mercados
minoristas financieros, así como en los ámbitos fiscal, económico y político podrá la zona euro restablecer
un círculo virtuoso sostenible de integración financiera, crecimiento y prosperidad para Europa. Además,
Europa también necesita agilizar su gobernanza y revisar los distintos instrumentos creados para manejar la
crisis, especialmente aquello que se han concretado en acuerdos intergubernamentales. Para hacer esta
gobernanza europea más fácil de entender y más sólida sería necesario integrarlos en el acquis
communautaire. Esperemos que el nuevo mandato europeo dedique grandes esfuerzos a debatir estos
próximos pasos, pero eso será ya objeto de otro estudio.
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Noviembre 2014
Referencias
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Determinants, and Policy Solutions, BBVA Research, Documento de Trabajo número 13/22, julio de 2013.
Abascal, M, T. Alonso, W. Golecki (2014a), “No deal on Single Resolution: final agreement in suspense until
19 March”, BBVA Research, Flash Regulación, 07/2014, 13 de marzo.
Abascal, M, Alonso T., Golecki W. (2014b), “Green light to Single Resolution Mechanism, deal ensures
needed credibility and continuity of the banking union project “, BBVA Research, Flash Regulación, 08/2014,
20 de marzo.
Abascal, M, Alonso T., Golecki W. (2014c), “Single Resolution Fund: Agreement signed”, BBVA Research,
Flash Regulación, 13/2014, 21 de mayo.
Alonso T. (2014), “State of play of the Single Resolution Mechanism: building bridges against the clock”
BBVA Research, Situación Regulación, 02/2014, 14 de febrero.
Angeloni I. (2012), Towards a European Banking Union, CESifo Forum, 04/2012.
Consejo de la Unión Europea (2013), Declaración del Consejo sobre las evaluaciones de la calidad de los
activos y las pruebas de solvencia de los bancos de la UE, incluidos los planes de respaldo, nota de prensa
3271ª, reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea, 15 de noviembre.
Chiodin,i F. and Ferrarini, G. (2012), Nationally Fragmented Supervision over Multinational Banks as a
Source of Global Risk: A Critical Analysis of Recent EU Reforms. In E. Wymeersch, K.J. Hopt, G. Ferrarini
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Consejo de la Unión Europea (2013), nota de prensa 3281ª, reunión del Consejo de Asuntos Económicos y
Financieros de la Unión Europea, 18 de diciembre.
Consejo de la Unión Europea (2013), enfoque general del Consejo sobre la propuesta para un reglamento
del Parlamento Europeo y del Consejo que establezca normas y procedimientos uniformes para la
resolución de entidades de crédito y determinadas sociedades de inversión en el marco de un Mecanismo
Único de Resolución y un Fondo Único de Resolución Bancaria, 18 de diciembre.
Consejo de la Unión Europea (2014), nota de prensa 3302ª, reunión del Consejo de Asuntos Económicos y
Financieros de la Unión Europea, 11 de marzo.
Reglamento del Consejo (UE) nº 1024/2013 del 15 de octubre de 2013 en el que se confieren tareas
específicas al Banco Central Europeo concernientes a las políticas relacionadas con la supervisión
prudencial de las entidades de crédito.
Directiva 2013/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo del 26 de junio de 2013 sobre el acceso a la
actividad de las entidades de crédito y la supervisión prudencial de entidades de crédito y sociedades de
inversión, que enmienda la Directiva 2002/87/CE y deroga el texto de las Directivas 2006/48/CE y
2006/49/CE con relevancia para la EEA.
Directiva 2014/XX/UE del Parlamento Europeo y del Consejo que establece un marco para la recuperación
y la resolución de entidades de crédito y sociedades de inversión y enmienda la Directiva del Consejo
82/891/CEE y las Directivas 2001/24/CE, 2002/47/CE, 2004/25/CE, 2005/56/CE, 2007/36/CE, 2011/35/UE,
2012/30/UE y 2013/36/UE, y los Reglamentos (UE) nº 1093/2010 y (UE) nº 648/2012, del Parlamento
Europeo y del Consejo.
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Noviembre 2014
Eurogrupo (2012), nota de prensa de la declaración de la Cumbre de la zona euro sobre el mecanismo
único de supervisión en breve y la recapitalización directa por parte del MEE, 29 de junio.
Eurogrupo (2014), observaciones del presidente del Eurogrupo, J.Dijsselbloem, tras la reunión del 5 de
mayo.
Banco Central Europeo (2014), “ECB to give banks six to nine months to cover capital shortfalls following
comprehensive assessment”, 29 de abril.
Comisión Europea (2012), comunicado de la Comisión de un plan para lograr una unión económica y
monetaria más profunda y auténtica, 28 de noviembre.
Comisión Europea (2013), comunicado sobre la aplicación, desde el 1 de agosto de 2013 de las normas de
ayuda estatal para apoyar medidas a favor de los bancos en el contexto de la crisis financiera, 10 de julio.
Comisión Europea (2013), propuesta de un Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo que
establece normas uniformes y un procedimiento uniforme para la resolución de entidades de crédito y
determinadas sociedades de inversión en el marco de un Mecanismo Único de Resolución y un Fondo
Único de Resolución Bancaria y en enmienda el Reglamento (UE) nº 1093/2010 del Parlamento Europeo y
del Consejo, 10 de julio.
Comisión Europea (2014), el Parlamento Europeo y el Consejo apoyan la propuesta de la Comisión para un
Mecanismo Único de Resolución: un paso muy importante para completar la unión bancaria, 20 de marzo.
Comisión Europea (2014), un nuevo sistema financiero para Europa, 16 de abril
Consejo Europeo (2012), Hacia una genuina Unión Económica y Monetaria, informe preliminar, 26 de junio.
Consejo Europeo (2012), Hacia una genuina Unión Económica y Monetaria, informe final, 05 de diciembre.
Parlamento Europeo (2014) documento extraoficial sobre la postura del Parlamento Europeo con respecto
al proceso de toma de decisiones y el Fondo Único de Resolución e preparación del voto de la asamblea
plenaria de abril, 5 de marzo.
Parlamento Europeo (2014), resolución legislativa del Parlamento Europeo sobre la postura del Consejo en
la primera lectura con vistas a la adopción de una directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre los
Planes de Garantía de Depósitos (reformulación), 15 de abril.
Parlamento Europeo (2014), postura del Parlamento Europeo sobre el Reglamento (UE) nº .../2014 del
Parlamento Europeo y del Consejo que establece normas uniformes y un procedimiento uniforme para la
resolución de las entidades de crédito y de determinadas sociedades de inversión en el marco de un
Mecanismo Único de Resolución y un Fondo Único de Resolución Bancaria y enmienda el Reglamento (UE)
nº 1093/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo, 15 de abril.
Mecanismo Europeo de Estabilización (2013), características principales del marco operativo y del camino a
seguir del instrumento de recapitalización bancaria directa del MEE, 20 de junio.
Fernandez de Lis S., Pardo Labrador J., Santillana V. and Mirat Navarro M. (2014), “Compendium on bank
resolution regimes”, Situación Regulación, 06/2014, 05 de junio.
Ferreira E. (2013), “Draft Report of the Committee on Economic and Monetary Affairs on the proposal for a
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Ferreira E. (2013), “Final report of the Committee on Economic and Monetary Affairs of the Committee on
Economic and Monetary Affairs on the proposal for a regulation of the European Parliament and of the
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Noviembre 2014
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investment firms in the framework of a Single Resolution Mechanism and a Single Bank Resolution Fund”,
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Lastra, R. M. (2001), The governance structure for financial regulation and supervision in Europe, abril.
Padoa-Schioppa, T. (1982), European Capital Markets between liberalisation and restrictions, National
Economists’ Club, 6 de julio. Consejo Europeo (2012), Hacia una genuina Unión Económica y Monetaria,
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Padoa-Schioppa, T. (1999), EMU and banking supervision, Financial Markets Group, 24 de febrero.
Padoa-Schioppa, T. (2002), Competition, co-operation, public action: three necessary drivers for European
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Reglamento (UE) nº 575/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo del 26 de junio de 2013 sobre los
requerimientos prudenciales para las entidades de crédito y las sociedades de inversión y enmienda al
Reglamento (UE) nº 648/2012. Texto con relevancia para la EEA.
Reglamento (UE) nº 1022/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo del 22 de octubre de 2013 que
enmienda el Reglamento (UE) nº 1093/2010 que establece una Autoridad Supervisora Europea (Autoridad
Bancaria Europea) con respecto a conferir tareas específicas al Banco Central Europeo en virtud del
Reglamento del Consejo (UE) nº 1024/2013.
Reglamento del Banco Central Europeo del 16 de abril de 2014 que establece el marco para la cooperación
dentro del Mecanismo Único de Supervisión entre el Banco Central Europeo y las autoridades nacionales
competentes y con las autoridades nacionales designadas.
Sicilia J., Fernandez de Lis S., Rubio A. (2013), Banking Union: integrating components and complementary
measures, Documento de Trabajo de BBVA nº 13/28, octubre de 2013.
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Documentos de Trabajo
2014
14/32 María Abascal, Tatiana Alonso, Santiago Fernández de Lis, Wojciech A. Golecki: Una unión
bancaria para Europa: haciendo de la necesidad virtud.
14/31 Daniel Aromí, Marcos Dal Bianco: Un análisis de los desequilibrios del tipo de cambio real argentino
bajo cambios de régimen.
14/30 Ángel de la Fuente and Rafael Doménech: Educational Attainment in the OECD, 1960-2010.
Updated series and a comparison with other sources.
14/29 Gonzalo de Cadenas-Santiago, Alicia García-Herrero and Álvaro Ortiz Vidal-Abarca: Monetary
policy in the North and portfolio flows in the South.
14/28 Alfonos Arellano, Noelia Cámara and David Tuesta: The effect of self-confidence on financial
literacy.
14/27 Alfonos Arellano, Noelia Cámara y David Tuesta: El efecto de la autoconfianza en el conocimiento
financiero.
14/26 Noelia Cámara and David Tuesta: Measuring Financial Inclusion: A Multidimensional Index.
14/25 Ángel de la Fuente: La evolución de la financiación de las comunidades autónomas de régimen
común, 2002-2012.
14/24 Jesús Fernández-Villaverde, Pablo Guerrón-Quintana, Juan F. Rubio-Ramírez: Estimating
Dynamic Equilibrium Models with Stochastic Volatility.
14/23 Jaime Zurita: Análisis de la concentración y competencia en el sector bancario.
14/22 Ángel de la Fuente: La financiación de las comunidades autónomas de régimen común en 2012.
14/21 Leonardo Villar, David Forero: Escenarios de vulnerabilidad fiscal para la economía colombiana.
14/20 David Tuesta: La economía informal y las restricciones que impone sobre las cotizaciones al régimen
de pensiones en América Latina.
14/19 David Tuesta: The informal economy and the constraints that it imposes on pension contributions in
Latin America.
14-18 María Abascal, Tatiana Alonso, Santiago Fernández de Lis, Wojciech A. Golecki: A banking
union for Europe: making virtue of necessity.
14-17 Angel de la Fuente: Las finanzas autonómicas en 2013 y entre 2003 y 2013.
14-16 Alicia Garcia-Herrero, Sumedh Deorukhkar: What explains India’s surge in outward direct
investment?
14-15 Ximena Peña, Carmen Hoyo, David Tuesta: Determinants of financial inclusion in Mexico based on
the 2012 National Financial Inclusion Survey (ENIF).
14-14 Ximena Peña, Carmen Hoyo, David Tuesta: Determinantes de la inclusión financiera en México a
partir de la ENIF 2012.
14-13 Mónica Correa-López, Rafael Doménech: Does anti-competitive service sector regulation harm
exporters? Evidence from manufacturing firms in Spain.
14/12 Jaime Zurita: La reforma del sector bancario español hasta la recuperación de los flujos de crédito.
14/11 Alicia García-Herrero, Enestor Dos Santos, Pablo Urbiola, Marcos Dal Bianco, Fernando Soto,
Mauricio Hernandez, Arnulfo Rodríguez, Rosario Sánchez, Erikson Castro: Competitiveness in the
Latin American manufacturing sector: trends and determinants.
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Noviembre 2014
14/10 Alicia García-Herrero, Enestor Dos Santos, Pablo Urbiola, Marcos Dal Bianco, Fernando Soto,
Mauricio Hernandez, Arnulfo Rodríguez, Rosario Sánchez, Erikson Castro: Competitividad del sector
manufacturero en América Latina: un análisis de las tendencias y determinantes recientes.
14/09 Noelia Cámara, Ximena Peña, David Tuesta: Factors that Matter for Financial Inclusion: Evidence
from Peru.
14/08 Javier Alonso, Carmen Hoyo y David Tuesta: A model for the pension system in Mexico: diagnosis
and recommendations.
14/07 Javier Alonso, Carmen Hoyo y David Tuesta: Un modelo para el sistema de pensiones en México:
diagnóstico y recomendaciones.
14/06 Rodolfo Méndez-Marcano and José Pineda: Fiscal Sustainability and Economic Growth in Bolivia.
14/05 Rodolfo Méndez-Marcano: Technology, Employment, and the Oil-Countries’ Business Cycle.
14/04 Santiago Fernández de Lis, María Claudia Llanes, Carlos López- Moctezuma, Juan Carlos Rojas
and David Tuesta: Financial inclusion and the role of mobile banking in Colombia: developments and
potential.
14/03 Rafael Doménech: Pensiones, bienestar y crecimiento económico.
14/02 Angel de la Fuente y José E. Boscá: Gasto educativo por regiones y niveles en 2010.
14/01 Santiago Fernández de Lis, María Claudia Llanes, Carlos López- Moctezuma, Juan Carlos Rojas
y David Tuesta. Inclusión financiera y el papel de la banca móvil en Colombia: desarrollos y
potencialidades.
2013
13/38 Jonas E. Arias, Juan F. Rubio-Ramrez and Daniel F. Waggoner: Inference Based on SVARs
Identied with Sign and Zero Restrictions: Theory and Applications
13/37 Carmen Hoyo Martínez, Ximena Peña Hidalgo and David Tuesta: Demand factors that influence
financial inclusion in Mexico: analysis of the barriers based on the ENIF survey.
13/36 Carmen Hoyo Martínez, Ximena Peña Hidalgo y David Tuesta. Factores de demanda que influyen
en la Inclusión Financiera en México: Análisis de las barreras a partir de la ENIF.
13/35 Carmen Hoyo and David Tuesta. Financing retirement with real estate assets: an analysis of Mexico
13/34 Carmen Hoyo y David Tuesta. Financiando la jubilación con activos inmobiliarios: un análisis de
caso para México.
13/33 Santiago Fernández de Lis y Ana Rubio: Tendencias a medio plazo en la banca española.
13/32 Ángel de la Fuente: La evolución de la financiación de las comunidades autónomas de régimen
común, 2002-2011.
13/31 Noelia Cámara, Ximena Peña, David Tuesta: Determinantes de la inclusión financiera en Perú.
13/30 Ángel de la Fuente: La financiación de las comunidades autónomas de régimen común en 2011.
13/29 Sara G. Castellanos and Jesús G. Garza-García: Competition and Efficiency in the Mexican
Banking Sector.
13/28 Jorge Sicilia, Santiago Fernández de Lis and Ana Rubio: Banking Union: integrating components
and complementary measures.
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Noviembre 2014
13/27 Ángel de la Fuente and Rafael Doménech: Cross-country data on the quantity of schooling: a
selective survey and some quality measures.
13/26 Jorge Sicilia, Santiago Fernández de Lis y Ana Rubio: Unión Bancaria: elementos integrantes y
medidas complementarias.
13/25 Javier Alonso, Santiago Fernández de Lis, Carlos López-Moctezuma, Rosario Sánchez and
David Tuesta: The potential of mobile banking in Peru as a mechanism for financial inclusion.
13/24 Javier Alonso, Santiago Fernández de Lis, Carlos López-Moctezuma, Rosario Sánchez y David
Tuesta: Potencial de la banca móvil en Perú como mecanismo de inclusión financiera.
13/23 Javier Alonso, Tatiana Alonso, Santiago Fernández de Lis, Cristina Rohde y David Tuesta:
Tendencias regulatorias financieras globales y retos para las Pensiones y Seguros.
13/22 María Abascal, Tatiana Alonso, Sergio Mayordomo: Fragmentation in European Financial Markets:
Measures, Determinants, and Policy Solutions.
13/21 Javier Alonso, Tatiana Alonso, Santiago Fernández de Lis, Cristina Rohde y David Tuesta:
Global Financial Regulatory Trends and Challenges for Insurance & Pensions.
13/20 Javier Alonso, Santiago Fernández de Lis, Carmen Hoyo, Carlos López-Moctezuma and David
Tuesta: Mobile banking in Mexico as a mechanism for financial inclusion: recent developments and a closer
look into the potential market.
13/19 Javier Alonso, Santiago Fernández de Lis, Carmen Hoyo, Carlos López-Moctezuma y David
Tuesta: La banca móvil en México como mecanismo de inclusión financiera: desarrollos recientes y
aproximación al mercado potencial.
13/18 Alicia Garcia-Herrero and Le Xia: China’s RMB Bilateral Swap Agreements: What explains the
choice of countries?
13/17 Santiago Fernández de Lis, Saifeddine Chaibi, Jose Félix Izquierdo, Félix Lores, Ana Rubio and
Jaime Zurita: Some international trends in the regulation of mortgage markets: Implications for Spain.
13/16 Ángel de la Fuente: Las finanzas autonómicas en boom y en crisis (2003-12).
13/15 Javier Alonso y David Tuesta, Diego Torres, Begoña Villamide: Projections of dynamic
generational tables and longevity risk in Chile.
13/14 Maximo Camacho, Marcos Dal Bianco, Jaime Martínez-Martín: Short-Run Forecasting of Argentine
GDP Growth.
13/13 Alicia Garcia Herrero and Fielding Chen: Euro-area banks’ cross-border lending in the wake of the
sovereign crisis.
13/12 Javier Alonso y David Tuesta, Diego Torres, Begoña Villamide: Proyecciones de tablas
generacionales dinámicas y riesgo de longevidad en Chile.
13/11 Javier Alonso, María Lamuedra y David Tuesta: Potentiality of reverse mortgages to supplement
pension: the case of Chile.
13/10 Ángel de la Fuente: La evolución de la financiación de las comunidades autónomas de régimen
común, 2002-2010.
13/09 Javier Alonso, María Lamuedra y David Tuesta: Potencialidad del desarrollo de hipotecas inversas:
el caso de Chile.
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Documento de Trabajo
Noviembre 2014
13/08 Santiago Fernández de Lis, Adriana Haring, Gloria Sorensen, David Tuesta, Alfonso Ugarte:
Banking penetration in Uruguay.
13/07 Hugo Perea, David Tuesta and Alfonso Ugarte: Credit and Savings in Peru.
13/06 K.C. Fung, Alicia Garcia-Herrero, Mario Nigrinis Ospina: Latin American Commodity Export
Concentration: Is There a China Effect?.
13/05 Matt Ferchen, Alicia Garcia-Herrero and Mario Nigrinis: Evaluating Latin America’s Commodity
Dependence on China.
13/04 Santiago Fernández de Lis, Adriana Haring, Gloria Sorensen, David Tuesta, Alfonso Ugarte:
Lineamientos para impulsar el proceso de profundización bancaria en Uruguay.
13/03 Ángel de la Fuente: El sistema de financiación regional: la liquidación de 2010 y algunas reflexiones
sobre la reciente reforma.
13/02 Ángel de la Fuente: A mixed splicing procedure for economic time series.
13/01 Hugo Perea, David Tuesta y Alfonso Ugarte: Lineamientos para impulsar el Crédito y el Ahorro.
Perú.
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