LEY DE LA CARRERA MILITAR Una mala ley y peor su ejecución L levamos mucho tiempo hablando de la Ley 39/2007, de la Carrera Militar. Es lo normal, es una ley muy mala que se está ejecutando de forma peor todavía. AME hizo todo lo posible para que se publicara una ley más acorde con las necesidades de los militares y afín a las de los demás «empleados del Estado». A la vista de las diversas manifestaciones que están saliendo en la prensa, los socios y compañeros nos preguntan por nuestro punto de vista. En primer lugar hay que decir que, como es una asociación con militares de todos los empleos, escalas y situaciones, hemos recibido una abundante información, con las iniciativas de asociaciones y grupos de militares que se organizan para defender su carrera y su vida profesional. También hemos tenido reuniones con legisladores, informado al Ejecuti- vo a través de sus asesores y expuesto nuestra opinión a mandos militares, así como publicado notas y comentarios en MILITARES y en www.ame1.org. Casi todos abogan por modificar las partes más perjudiciales de la ley, cursar instancias, hacer recursos jurídicos, manifestaciones, etcétera, pero suelen ser parciales, sin una visión de conjunto de la disposición legal. Aquí pretendemos la derogación de la Ley 39/2007, que ha tomado un camino equivocado. No se trata de convencer a nadie, sólo tenemos ánimo de exponer el criterio más extendido entre los estudiosos de AME, dar una visión de conjunto y sus posibles soluciones en el momento actual. Desde 1984 los militares se iban adaptando al sistema de política de personal funcionarial. Fue cuando entraron los grupos o escalas de titulación –A, B, C, D y E– y los niveles de La Ley de la Carrera Militar ha tomado un camino equivocado. MILITARES 87 15 JULIO 2009 puesto de trabajo o de empleo. Esto permitió la homogeneización de la política de personal y mejorar la nivelación retributiva de los militares, que estaba muy por debajo de los funcionarios, aunque dejó entrar un sistema de complementos variables y atípicos en la carrera militar. Cuando en 2007 se aprueba la nueva Ley 7/2007, del Estatuto Básico del Empleado Público –de los funcionarios–, que se adaptaba algo a la Unión Europea, hubiera sido lo lógico seguir un modelo similar con los militares, con los grupos (escalas) A1, A2, B, C1, C2 y Agrupaciones Profesionales (AP). Pero la Ley 39/2007, de la Carrera Militar, ha seguido un camino radicalmente distinto, de escalas únicas e integradas, salvo la tropa y marinería que tienen dos escalas, con distinta titulación y distinta retribución. Además ha dejado a los Cuerpos de Ingenieros de los Ejércitos y a la Sanidad con el modelo funcionarial, con lo que se quiebra la unidad del sistema militar. También se da un cuarto de vuelta en el pase a la Reserva, con la reserva forzosa, no sólo para generales, como hasta ahora, sino también para oficiales y suboficiales, como sistema de aliviar los tapones superiores de las escalas, a costa de provocar el fracaso personal. Como se han creado muchos agravios y perjuicios, algunos producidos por normas de última hora para algunos grupos concretos, que han hecho más presión o que estaban más próximos a los legisladores, los demás grupos, escalas, empleos y situaciones están en una difícil situación. Por parte del Legislativo/Ejecutivo se mantiene la posición de «mantenella y no enmendalla», no reconocer el error, ni querer darse cuenta de los FUERZAS ARMADAS MILITARES 87 16 JULIO 2009 evidentes fallos para tratar, en primer lugar, de arreglar rápidamente los puntos más conflictivos, demorar algunas medidas y, sobre todo, publicar con urgencia una nueva ley en la línea de los funcionarios, antes de que sea demasiado tarde y los perjuicios sean casi irreversibles. En suma, se debe derogar la Ley 39/2007 y publicar una nueva, bien consensuada por los legisladores, después de escuchar atentamente a los mandos militares. También las asociaciones libres e independientes podrían aportar su trabajo con la finalidad de que no se olviden los detalles que pueden ver mejor los militares sufridores de la norma. El primer fallo, quizás el que hace un efecto de cascada, es la escala única de oficiales, con la integración de oficiales de la Escala Superior de Oficiales (ESO) y de la Escala de Oficiales (EO). Repercute en la escala de suboficiales a los que bloquea. Además se complica la situación con la integración de Armas y Especialistas simultáneamente, con lo que se agrava el problema. La ley olvida prácticamente la carrera militar de la tropa y marinería profesional. Solamente pueden llegar a ser permanentes a los 14 años de servicio. Una propuesta coherente es la de aprobar un real decreto-ley con la creación del curso de adaptación –master– para los oficiales de la ESO, similar el de la EO –grado universitario–. Además no se debe olvidar que muchos suboficiales comenzaron su carrera con la perspectiva de ser oficiales. Por ello, deberían hacer un curso de adaptación para la obtención del título de grado medio y la posibilidad de ser oficiales en actividad. Además aquellos suboficiales universitarios o con acceso a la universidad deberían poder optar a la ESO –ahora EO– por promoción interna. Con la tropa y marinería se ha rebajado el listón y no se exigen las titulaciones como a los funcionarios –de Bachiller y Enseñanza Secundaria Se debe derogar la Ley de la Carrera Militar y publicar una nueva bien consensuada por los legisladores, después de escuchar a los mandos militares. Obligatoria– para los grupos C1 y C2. En su lugar se podría hacer como con los funcionarios del grupo AP, crear una escala de soldados y marineros voluntarios, sin titulación. Los profesionales temporales del grupo escala C2 podrían pasar al C1, nueva escala básica de carrera de soldado a cabo mayor, como los funcionarios interinos, a los dos años. Las clases de tropa de carrera podrían, por promoción interna, pasar al nuevo grupo B, de técnicos superiores, para hacer la carrera militar de cabo a suboficial mayor. De esta forma el modelo militar en­­cajaría mejor en el funcionarial, más fluido, sobre todo si se aplica bien la promoción interna, para que asciendan los mejores y más esforzados por sus mé­­­­ritos, en tanto se aprueba la nueva ley. La sustancia de la nueva ley es fácil de explicar. La cuestión de política de personal es una cuestión matemática, de números. Se acompaña un cuadro (ver página anterior) en el que se compara un sistema militar como el de la nueva ley, parecido al funcionarial de escalas abiertas en las que se puede progresar adecuadamente, sobre todo con una buena promoción interna, con el sistema unificado e integrado de la Ley 39/2007, de escalas embudo y tapón. En esta ley, las escalas superiores bloquean a las inferiores, además de ser cada vez más lentas. Como remedio se crean las reservas forzosas, que añaden el efecto fracaso, cuando el militar debería terminar su carrera como retirado. MILITARES 87 17 JULIO 2009 La Guardia Civil que tiene las tradicionales escalas del Cuerpo y las nuevas escalas facultativas superiores y técnicas. Está más próxima al modelo funcionarial y parece que espera el desarrollo de la ley de los militares de los Ejércitos y Cuerpos Comunes. La recomendación es que se adapten al sistema que se propone antes de crear problemas innecesarios. En suma, además de protestas y recursos jurídicos, cuando exista esa posibilidad, se debe hacer un gran esfuerzo para que el Ejecutivo y los legisladores se apliquen a la tarea con una visión de futuro. Como es de prever una resistencia numantina a hacer una buena norma, no se les puede dejar en paz, en ningún momento. Hay que obligarles, con recursos jurídicos, a que reconozcan el error y hacerles que superen sus prejuicios y legislen en beneficio de los militares, de la Institución Militar y de la Defensa Nacional. Una cuestión muy importante es la de mantener una cierta unidad, sin esfuerzos dispersos, y hacer llegar a la sociedad civil, al poder civil, el mensaje alto y claro de que se necesita un real decreto-ley urgente y una nueva ley, antes de que sea demasiado tarde. La idea clave, con absoluta confianza en el mando... el militar: hacen falta buenos mandos militares, hasta el retiro, incluidos los inválidos y mutilados, que son buen ejemplo de servicio a España. José María Pairet