la vialidad prehispánica y colonial

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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE HISTORIA
LA VIALIDAD PREHISPÁNICA Y COLONIAL
(SIGLOS XV- XVI-XVII), Y EL POBLAMIENTO DE LA CUENCA
ALTA DEL RIO CHAMA
Br. Hernández A. Rubén A.
Br. Santos P. María del M.
TUTOR: Prof. Claudio Briceño
Memoria de Grado para optar al título de Licenciados en Historia.
Mérida, Julio 2004.
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE HISTORIA
LA VIALIDAD PREHISPÁNICA Y COLONIAL
(SIGLOS XV- XVI-XVII), Y EL POBLAMIENTO DE LA CUENCA
ALTA DEL RIO CHAMA
Br. Hernández A. Rubén A.
Br. Santos P. María del M.
TUTOR: Prof. Claudio Briceño
Memoria de Grado para optar al título de Licenciados en Historia.
Mérida, Julio 2004.
INDICE
Pág.
Dedicatoria
Agradecimiento
Listado de Mapas.....................................................................................
III
Listado de Fotografías................................................ .......... ..................
IV
Listado de Figuras....................................................................................
V
Listado de Cuadros..................................................................................
VI
Introducción
Conceptualización y Localización del área en estudio.............................
5
CAPITULO I: Producción bibliohemerográfica referente a las vías
de comunicación y el poblamiento andino......................................... 10
1.1 Trabajos específicos sobre el tema..................................................
11
1.2 Trabajos referidos al período prehispánico......................................
12
1.3 Obras que se refieren a las vías de comunicación
en la época colonial..........................................................................
19
1.4 Obras Generales que mencionan las vías de comunicación............. 27
Balance General de la Producción Bibliohemerográfica.......................... 43
CAPITULO II: Vías de Comunicación recorridas durante el Periodo
prehispánico......................................................................................
47
2.1 Vías de comunicación de algunas culturas andinas americanas...
48
2.2 Rutas de penetración de los primeros pobladores andinos
venezolanos...................................................................................... 61
2.3 El medio físico y las comunicaciones prehispánicas altoandinas....... 77
2.4 Los caminos y la vinculación económica de los centros poblados...... 88
2.5 Ubicación geográfica de los principales caminos................................ 106
CAPITULO III: Las Antiguas vías de comunicación y la penetración
española. Los caminos coloniales o la reconstrucción y ampliación de
las rutas existentes. ............................................................................... 109
3.1 La necesidad de conquistar las “Sierras Nevadas”. ............................ 110
3.2
La
Incursión
en
la
Cordillera
a
través
de
dos
ejes
de
poblamiento.............................................................................................
117
3.2.1 Penetración desde El Tocuyo..................................................
118
3.2.2 Penetración desde Pamplona................................................... 119
3.3 Exploraciones en la Cuenca alta del río Chama.................................. 126
3.4 Características de los principales Caminos Reales.............................. 130
3.5 Poblamiento colonial e interconexión vial............................................. 137
3.6 Las vías de comunicación y su vinculación económica.........................140
3.7 Centros poblados creados en las encrucijadas.................................. 158
3.8 Centros poblados creados como sitios de alojamiento........................ 163
3.9 Ubicación geográfica aproximada de los principales caminos............ 169
3.10 Las vías de comunicación y su vinculación geopolítica y jurídica.... 171
Consideraciones finales.............................................................................. 177
Fuentes
Anexos
................................................................................................. 181
Las vías de comunicación han jugado un papel tan importante en la
Historia mundial, que sin ellas no habría sido posible alcanzar el grado de
integración planetaria que, con sus aspectos positivos y negativos,
caracteriza a la humanidad en nuestros tiempos.
Rubén Hernández A.
DEDICATORIA
A Nuestro padre celestial, quien día a día me acompaña en cada proyecto
de mi vida.
A la Memoria de mi padre Jorge Santos, que en vida me dejó consejos que
me ayudaron a culminar mis estudios.
A mi madre Juanita Puente de Santos, quien con su amor y apoyo me motivó
a lograr esta meta.
A mis hermanos Rocío, Norka, Elizabeth, Jorlibeth y Miguel, quienes me
dieron ánimo para culminar mi carrera. Pronto ustedes lograrán esta meta.
A Rubén, con quien compartí durante todos estos años de estudios. Gracias
por tu amor y apoyo.
Milagro
A nuestro Señor Jesucristo.
A mi madre Rosa María, por su paciencia y colaboración.
A mi padre Lorenzo José, por su apoyo incondicional.
A Milagro, por su amor y comprensión.
A familiares y amigos, que de una u otra forma me han animado durante la
carrera.
Rubén
AGRADECIMIENTO
A la Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación.
Escuela de Historia.
Al profesor Claudio Briceño, tutor de este trabajo, por las orientaciones y
asesorías del mismo.
A los servicios bibliotecarios.
A los habitantes de distintas comunidades campesinas merideñas.
Milagro y Rubén
III
LISTADO DE MAPAS
1. Cuenca Alta del río Chama. Criterio Geográfico.
2. La extensión de las 3 culturas conocidas en Calima: Ilama, Yotoco y
Sonso.
3. Ubicación Geográfica de la Sierra Nevada de Santa Marta.
4. Rutas de Penetración desde Asentamientos Chibchas.
5. Posibles rutas de penetración prehispánica en los Andes venezolanos.
6. Posibles rutas de ingreso prehispánico a la cuenca alta del Chama.
7. Posible ubicación geográfica de las principales rutas prehispánicas en
la cuenca alta del Chama
8. Exploraciones en el occidente venezolano.
9. Rutas de penetración colonial en los Andes venezolanos.
10. Circuitos Económicos coloniales en la Cuenca del Lago de Maracaibo.
11. Pueblos de Indios y circuitos económicos coloniales
12. Ubicación aproximada de las principales rutas de recorrido colonial en
la cuenca alta del Chama.
IV
LISTADO DE FOTOGRAFIAS
1. Vialidad Incaica
2. Camino en “Ciudad Perdida”.
3. La “Ciudad Perdida”, localizada en alto río Buritaca.
4. Valle longitudinal del río Mucujún, en el páramo La Culata.
5. Valle transversal de la quebrada Gavidia, al sur de la población del
mismo nombre
6. CAMINO REAL, en las cercanías de Apartaderos.
7. Camino empedrado entre la población de Gavidia y el páramo de
Santo Cristo.
8. Camino Real en La Culata.
9. Drenaje en la vía entre Gavidia y el páramo Santo Cristo.
10. Aviso que indica un cruce de caminos en la población de Gavidia.
V
LISTADO DE FIGURAS
1. Pisos térmicos de la Sierra Nevada de Santa Marta
2. Posibles obras viales prehispánicas.
3. La Tarabita
VI
LISTADO DE CUADROS
1. Pisos Térmicos del valle del Chama.
2. Exportaciones de harinas desde Mérida y Trujillo.
INTRODUCCIÓN
El tema de la vialidad y su relación con el poblamiento, es de gran
relevancia si consideramos el papel histórico de las redes de comunicación,
desde antiguas culturas hasta los actuales Estados nacionales. Es de
destacar la importancia de las rutas terrestres para el auge y la consolidación
de poderosos Imperios, como el Inca en América, o el romano en Europa. A
su vez, debemos indicar que en la actualidad son más relevantes que nunca
las comunicaciones, ahora a nivel continental o mundial, producto en gran
parte de la gigantesca movilización comercial.
Lo anterior nos introduce a una temática poco estudiada en la Historia
de Venezuela, incluyendo a la cuenca alta del río Chama, tal vez porque
muchos investigadores consideren que corresponde más bien a ingenieros
civiles o profesionales afines, geógrafos, u otros expertos que se encarguen
de estos estudios. Obviamente, los estudios viales de tipo técnico no
corresponden a un historiador, pero sí debería serlo todo
aquello
relacionado con diversos aspectos del poblamiento histórico de un
determinado espacio territorial: ocupación y organización, comercio,
estrategia militar, entre otros.
En este sentido, nos proponemos llevar a cabo una amplia
investigación sobre la vialidad y el poblamiento prehispánico y colonial en los
altos Andes merideños,1 región que hemos escogido para nuestro estudio.
En dicha región debió haber sido relevante la presencia de una serie de
caminos, al igual que en las estructuras imperiales ya señaladas, aún con
1
En lo sucesivo emplearemos diversos términos para referirnos al espacio territorial en
estudio: cuenca alta del Chama, altos Andes merideños, espacio altoandino, tierras altas,
tierras frías, entre otros. Esto con el propósito de evitar las constantes repeticiones de la
principal expresión, "cuenca alta del río Chama".
2
diferencias
en
la
organización
político-territorial.
De
esta
manera,
intentaremos determinar que un sistema vial más o menos eficiente
contribuyó, por ejemplo, con los intercambios de diversos productos entre
grupos prehispánicos, y con la interconexión de los centros poblados y el
sistema comercial colonial de los Andes merideños. En consecuencia, el
objetivo fundamental de nuestro estudio es precisar cuan importante pudo
haber sido la vialidad terrestre para el poblamiento prehispánico y colonial de
la cuenca alta del río Chama, analizando aspectos como la organización
político-administrativa
del
espacio
físico,
la
formación
de
circuitos
comerciales, el intercambio entre diversos pisos térmicos, el surgimiento de
centros poblados geoestratégicos, entre otros.
Consideraremos algunos elementos de suma importancia para el logro
de los
objetivos propuestos, específicamente de tipo metodológico, de
carácter conceptual, y de delimitación cronológica. Respecto a la
metodología señalaremos los siguientes aspectos: a) la temática se basa
fundamentalmente en el método geohistórico, por cuanto se refiere a la
interrelación medio físico-procesos históricos. Sin embargo, no podemos
descartar la valiosa información que puedan aportar disciplinas como la
antropología, la arqueología, entre otras; b) el manejo de categorías
analíticas de gran relevancia, en base a la comparación y a la deducción.
Los análisis serán comparativos porque estableceremos relaciones entre
diversos
sistemas
viales,
y
deductivos
porque
haremos
algunas
consideraciones particulares a partir de observaciones generales. En cuanto
al marco conceptual, nos referiremos al poblamiento, término referido a todos
aquellos aspectos relacionados con el asentamiento de seres humanos en
un territorio determinado, desde la organización espacial hasta la formación
de circuitos económicos. Respecto al marco temporal, hemos delimitado el
estudio entre los siglos XV y XVII. Para el período prehispánico, el siglo XV
representaba una etapa inmediatamente anterior a la colonización, mientras
3
que los siglos XVI y XVII de la cuenca alta del Chama, representaban el
periodo colonial aún en vías de consolidación.
En todo caso, la etapa
cronólogica por nosotros escogida, se caracterizaba por la gran influencia del
elemento indígena, incluso para la ocupación espacial colonial, como
intentaremos demostrar en la investigación.
Para realizar nuestro trabajo contamos con diversas fuentes escritas
primarias y secundarias, gran parte de las cuales son de tipo geográfico, o
conceden gran importancia a la influencia del medio físico en las diversas
actividades humanas. En segundo lugar, contamos con diversas fuentes
gráficas, como mapas, croquis, y fotos, cuyo aporte es inestimable en una
temática de gran contenido geográfico. Sin embargo, en el caso de algunos
mapas base tenemos limitaciones en cuanto a la toponimia, porque no
contamos con una cartografía física idónea de los Andes merideños, que
represente convenientemente los nombres geográficos de cada periodo, a
excepción de algunos mapas o croquis de autores que serán reseñados. En
este sentido, creemos conveniente modificar algunos mapas base,
examinando con mucho cuidado la parte que corresponde netamente al
medio físico, que en última instancia constituye la mejor referencia en un
trabajo de tipo geohistórico.
Tambien debemos mencionar que, como la región en estudio es
cercana a Mérida, ciudad donde habitamos, ha sido relativamente fácil
realizar una serie de excursiones y constatar nosotros mismos el recorrido y
las características de algunas rutas, señaladas por diversos investigadores
como de tráfico prehispánico y colonial. Podemos señalar que dichas
excursiones corresponden a diversas observaciones de campo, llevadas a
cabo entre Agosto de 2003 y Febrero de 2004, algunas de las cuales están
detalladas en fotografías. La importancia de estas observaciones radica en
4
su utilidad como complemento a
la información teórica aportada por los
textos.
En términos generales, el presente trabajo está dividido en dos
grandes secciones: en primer lugar, hemos creído conveniente la elaboración
de un capítulo donde estén reseñadas una serie de fuentes bibliográficas y
hemerográficas, con el propósito de conocer el estado de la temática a
investigar; y en segundo término, hay dos capítulos dedicados al análisis de
la vialidad terrestre y el poblamiento histórico prehispánico y colonial,
tomando siempre en consideración la estrecha relación entre el medio físico
y las diversas actividades humanas.
5
CONCEPTUALIZACIÓN Y LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DEL ÁREA EN
ESTUDIO
En primer lugar, es necesario que señalemos una breve definición del
término geográfico conocido como cuenca. Tomaremos como referencia al
geohistoriador Marco Aurelio Vila, quien señala lo siguiente: "Territorio cuyas
aguas afluyen a un mismo río o lago".2 Es una definición corta, pero
concreta, que clarifica en parte el marco espacial de nuestro estudio, como
es la cuenca alta del río Chama, la cual, en una primera aproximación, es el
territorio que comprende a dicho río en su parte superior, y las áreas que
corresponden a la vertiente sureste de la sierra La Culata, y a la vertiente
noreste de la Sierra Nevada, en los Andes centro-orientales merideños, o lo
que algunos conocen en la actualidad como el "páramo merideño".
Ahora bien, el problema es como establecer una delimitación
geográfica lo más concreta posible. En realidad, para nosotros es complejo
asignar la ubicación geográfica exacta de la cuenca alta del río Chama, más
aún si consideramos que diversos investigadores de esta región no han
alcanzado a señalar criterios conceptuales contundentes. Sin embargo,
gracias a la recopilación bibliográfica hemos contado con la fortuna de
encontrar importantes puntos de vista acerca del tema en cuestión. Se trata
de un criterio geográfico y de uno antropológico, a partir de los cuales
elaboraremos nuestra propia ubicación geográfica de la región en estudio.
En primer lugar, contamos con la información de la geógrafa Sonia
Mora,3 para quien la cuenca alta del Chama está definida por los siguientes
límites:
2
Vocabulario geográfico de Venezuela. Caracas: Corporación Venezolana de Fomento,
1971, p.115.
3
Al servicio de la Procuraduría General del Estado Mérida.
6
"(...) por el Norte, con la divisoria de aguas de la cuenca del río
Motatán (...); por el Sur, con el páramo de Santo Cristo y con la
divisoria de aguas de la quebrada El Cardenillo; por el Este, con
la serranía de Santo Domingo y con la divisoria de aguas de la
cuenca del río Canaguá; por el Oeste, con los páramos El
Escorial y Piedras Blancas en la Serranía de La Culata; por el
Noreste, con la divisoria de aguas de la cuenca del río Santo
Domingo (...) Empieza en las nacientes del río Chama, en el
alto de Mifafí a 4.560 m.s.n.m., y termina en el sitio donde
confluye la quebrada Mucurubá con dicho río, en la cota 2.320
m.s.n.m., aguas abajo del poblado del mismo nombre".4
( ver mapa N°.1).
Por lo demás, Mora no presenta un claro argumento desde el punto de
vista de la topografía, de la vegetación, de la fauna, del régimen pluvial, o
cualquier otro elemento relacionado con la Geografía física.
Por otra parte, tenemos a los antropólogos Lino Meneses y Gladys
Gordones, quienes señalan algunas similitudes culturales entre los grupos
prehispánicos asentados en la cuenca alta del Chama, la cual comprende
"las poblaciones de Tabay, Cacute, Escaguey, Mucurubá, Mucuchíes, San
Rafael de Mucuchíes y Apartaderos".5
Ahora bien, trabajaremos no sólo con la cuenca alta del Chama, sino
con las áreas circundantes y los paisajes de recorrido,6 tomando elementos
de ambas delimitaciones geográficas, y aplicando el criterio de región
4
Determinación del uso potencial de la tierra bajo el ambiente SIG, cuenca alta del río
Chama. Mérida: ULA; Escuela de Geografía. (2001). p. 3.
5
La Organización Social y la Etnicidad de la Sociedad Prehispánica Altoandina de Mérida,
en Boletín Antropológico. Mérida: Universidad de Los Andes. N° 34, mayo-agosto de1995,
p. 67.
6
Son las rutas de tránsito a regiones como los Llanos o el sur del Lago de Maracaibo
7
histórica, caracterizada por los procesos históricos comunes a un
determinado espacio territorial. Según el geohistoriador Claudio Briceño, la
región histórica da origen a la llamada identidad regional, la cual
“se da por pertenencia y por referencia, siendo éstas influidas
por factores como la localización territorial (presencia de
individuos), la participación ecológica (simbiosis entre los
individuos de una población asentada en una misma área
temporal), la pertenencia social (asumir el rol o compromiso) y
la conformidad normativa (asumir y compartir plenamente los
modelos valorativos de un determinado complejo cultural); esto
forma parte de lo que es pertenencia socioterritorial”.7
De acuerdo a este criterio, las áreas circundantes mencionadas son
las zonas inmediatas al propio territorio de la cuenca alta del Chama,
diferente en los aspectos geofísicos, pero con estrechas relaciones históricas
-culturales y económicas- con las poblaciones de dicha cuenca. Por esta
razón, incluiremos al espacio territorial que comprendía a la actual ciudad de
Mérida y sus alrededores, como áreas circundantes, en virtud de su
importancia como centro de contacto cultural y comercial con las tierras frías,
determinante según Briceño:
“La ciudad de Mérida, situada en la meseta más importante del
valle prolongado por donde se extiende la cuenca hidrográfica
del Chama, se transformó en un centro urbano, foco irradiador
de poblamiento, núcleo dominante, al cual se subordinan otros
espacios urbanos y rurales”.8
7
8
Entrevista realizada por Rubén Hernández y María Santos el día 02-07-2004.
Idem.
8
De esta manera, podemos establecer con cierta claridad nuestro
marco espacial de estudio, basándonos en criterios geográficos e históricos –
culturales y económicos-, relacionados por los sistemas de rutas de
recorridos naturales, como reseñaremos posteriormente. Tomando como
referencia cartográfica el mapa de la geógrafa Sonia Mora, ampliaremos la
delimitación en los limites oeste y noroeste, hasta la confluencia de los ríos
Mucujún9 y Chama (aguas abajo de la población de Tabay en las cercanías
de Mérida), y el páramo La Culata.
Por lo tanto, la cuenca alta del Chama y sus áreas circundantes,
corresponden a una región comprendida de la siguiente manera: a) diversas
poblaciones asentadas en el valle del Chama, entre las actuales localidades
de Mucujún y Apartaderos; b) el territorio bañado por los diversos afluentes
del río Chama, o en otras palabras, parte de la vertiente meridional de la
sierra La Culata, y parte de la vertiente septentrional de la Sierra Nevada; y
c) algunas zonas cercanas de estrecho contacto histórico –cultural y
económico-, como la mencionada
ciudad de Mérida, y poblados como
Piñango y Torondoy.
9
El río Mucujún nace en el páramo La Culata. Como Mora menciona parte de esta sierra
como territorio de la cuenca alta, no tuvimos problemas en ampliar la delimitación.
9
Mapa N° 1
Cuenca Alta del río Chama. Criterio Geográfico.
Elaborado por las geógrafas: Sonia Mora M. y
Cleris Molina.
Modificado por: María del M. Santo P. y Rubén
Hernández. A.
10
CAPITULO I
PRODUCCIÓN BIBLIOHEMEROGRÁFICA REFERENTE A LAS VÍAS DE
COMUNICACIÓN Y EL POBLAMIENTO ANDINO
En este capítulo señalaremos la diversidad de trabajos10 referidos a
las vías de comunicación en Venezuela, tratando, en lo posible, de reseñar la
mayor información relacionada a las rutas prehispánicas y coloniales en la
cuenca alta del río Chama.11
Para
una
mejor
comprensión
de
la
diversa
producción
bibliohemerográfica referente a las vías de comunicación de los Andes
merideños, creemos conveniente clasificarla en base a la temática y al marco
temporal
prehispánico y colonial. Sin embargo, fue necesario reseñar la
producción referente a otras etapas históricas (siglos XIX y XX), porque de
igual manera se hace mención de la vialidad andina.
En este sentido, clasificaremos la producción bibliohemerográfica de la
siguiente manera: a) trabajos específicos sobre el tema; b) trabajos referidos
al período prehispánico; c) obras referidas al período colonial; y d) obras
generales
que
mencionan
las
vías
de
comunicación.
Así
mismo,
ordenaremos cada obra en orden alfabético, de acuerdo al título.
10
Libros, revistas, boletines, y anuarios.
Debemos advertir que no todos los trabajos se refieren específicamente a la vialidad. En
este caso, se señalan elementos vinculados de una u otra manera a los espacios de
recorrido. Por otro lado, no se trata de la totalidad de la producción relativa a la temática,
sino la correspondiente a un arqueo bibliohemerográfico realizado en unos 10 meses, en
bibliotecas y archivos regionales.
11
11
1.1
Trabajos específicos sobre el tema
Son aquellas obras especializadas en el estudio de la vialidad
prehispánica y colonial de la cuenca alta del río Chama. La producción es la
siguiente:
- Caminos de indios, Caminos Reales,12 de Claudine Kauman; estudia
la antigua red vial de recorrido del páramo “La Culata”; afirmando no sólo que
eran caminos prehispánicos, sino que fueron importantes para facilitar el
acceso desde el valle del Chama al Lago de Maracaibo, el cual era
indispensable para la salida e ingreso de diversos productos a los Andes
durante la Colonia. Kauman se apoya en fuentes documentales coloniales,
evidencias arqueológicas, estudios de otras regiones andinas americanas, y
fotografías aéreas; de esta manera establece la presencia de intercambios
de productos elaborados y alimentos entre las poblaciones de la cuenca alta
del Chama y aquellas localizadas en las márgenes del Lago de Maracaibo.
Ante la escasa información documental respecto a los caminos indígenas
recorridos por los conquistadores, Kauman deduce que debido a la ausencia
de la tecnología comunicacional (brújulas, mapas), es lógico imaginarse la
presencia de una red vial prehispánica.
- Las comunicaciones en el Occidente venezolano: rutas, pueblos
y puertos (siglo XVI y XVII),13 de Ileana Parra; hace un interesante análisis
sobre las principales vías de comunicación terrestres y acuáticas de lo que
se conoce como el Occidente venezolano (se refiere a los actuales Estados
12
En Clarac de Briceño, Jacqueline (compiladora), Mérida a Través del Tiempo: Los
Antiguos Habitantes y su eco cultural. Mérida: Talleres Gráficos ULA (1996).pp. 131-144.
13
Maracaibo: Universidad del Zulia; Facultad de Humanidades y Educación (1983).
pp. 53- 77.
12
Zulia, Táchira, Mérida y Trujillo), destacando su importancia para las
actividades económicas coloniales. En cuanto a los Andes merideños, señala
la progresiva penetración española y la posterior organización espacial,
basándose en la presencia de redes viales, que databan generalmente del
período prehispánico. Parra afirma que dichas redes viales contribuyeron a
sostener la economía merideña, porque se aseguró la comunicación con el
Lago de Maracaibo, y el consecuente transporte de diversos productos; es
decir, el Lago se convirtió en el eje alrededor del cual giraba la mayor parte
de la actividad económica colonial del Occidente venezolano (exportación e
importación). Por otro lado, la autora señala algunos aspectos interesantes,
como el
de los medios de transporte; en este sentido, menciona la
adaptación de éstos a la vialidad fundamentalmente terrestre de los Andes
merideños. Por ejemplo, se refiere al empleo de animales como el caballo, la
mula, y el burro.
1.2
Trabajos referidos al período prehispánico
Son las obras especializadas en diversos aspectos del período
prehispánico y tratan el tema de las vías de comunicación, no sólo en los
Andes venezolanos, sino en territorios como los Andes occidentales
colombianos. Los trabajos no específicos de los Andes merideños, son una
referencia al tema de caminos, tanto por la importancia que dan a dicha
temática, como por el marco metodológico empleado. La producción es la
siguiente:
- Caminos prehispánicos en Calima,14 de
Marianne Cardale de
Schrimpff; hace un análisis detallado sobre las rutas prehispánicas de la
14
Santa Fe de Bogotá: Banco de la República; Asociación Pro- Calima (1996). pp. 9-164.
13
cuenca alta del río Calima, ubicado en la Cordillera Occidental colombiana.
Relaciona la importancia de estos caminos con diversos aspectos del
poblamiento, lo cual determina a partir de un completo estudio arqueológico
de la región. Cardale asegura que había una verdadera red vial, y describe
detalladamente los principales caminos y características de su construcción,
trazado, y otros elementos. Como apartado final de su investigación, ofrece
un interesante material visual, constituido por fotografías y mapas. El estudio
es netamente arqueológico, pero no cabe duda de su importancia histórica,
ante lo cual Cardale destaca que aún queda mucho por investigar en
materia de vías de comunicación.
- El área cultural prehispánica de los andes venezolanos,15 de Miguel
Acosta Saignes; analiza diversos aspectos de los indígenas de los Andes
venezolanos, especificando en el dominio cultural de los “Timoto-Cuicas”. Al
reseñar la probable procedencia de los aborígenes andinos, se refiere
implícitamente a probables rutas de penetración. En este sentido, Saignes
cita a varios autores, como: a) Tulio Febres Cordero, quien señala como
posibles vías de acceso hacia los Andes, los corredores naturales del río
Santo Domingo y las montañas de Aricagua; b) Alfredo Jahn, al mencionar
como posibles vías de acceso a las abras de los ríos que surcan el
piedemonte barinés, como el Caparo, Ticoporo, y otros. Por otra parte,
Saignes menciona los diversos intercambios comerciales, como el tráfico del
“urao” entre Lagunillas y lugares como la “Laguna de Maracaibo”. Cuando se
refiere específicamente a la vialidad prehispánica, apenas indica que había
algunos “verdaderos caminos”, y cita a investigadores como Antolinez16 y
Briceño Valero,17 quienes destacan la presencia de malos caminos, y
15
Archivos Venezolanos de Folklore. Caracas: Universidad Central de Venezuela. año 1,
N° 1, Enero-Junio de 1952, pp. 45-72.
16
Antolinez, Gilberto. Hacia el Indio y su Mundo. En: Acosta Saignes M. El Área Cultural
Prehispánica de Los Andes Venezolanos. pp. 50-52.
17
Briceño Valero, A. Orígenes de los Habitantes precolombinos del Continente
Americano. En: Acosta Saignes M. Ob.cit. p.57.
14
senderos que seguían los filos montañosos, y no el fondo de los valles. El
autor también hace una breve descripción del transporte conocido como
tarabita, indispensable para cruzar importantes ríos.
- Estrategias productivas en la población prehispánica de los Andes
venezolanos: la importancia de las fuentes arqueológicas y etnohistóricas,
de Nelly Velásquez;
18
estudia la importancia de la producción agrícola
prehispánica en la cuenca alta del Chama, apoyada en datos arqueológicos y
etnohistóricos. Al respecto, señala cuatro elementos fundamentales: a) la
relación entre los indígenas y el medio físico, caracterizada por la adaptación
de las unidades poblacionales a los diversos pisos térmicos; b) la producción
agrícola en la tierra fría era abundante, pero presentaba poca diversidad;
c) la deficiente variedad
alimentarIa era
compensada a través del
intercambio con pobladores de las tierras templadas o de las tierras
calientes; d) las relaciones comerciales se establecieron no sólo entre los
pobladores del valle del Chama, sino entre éstos y aquellos ubicados en
zonas piemontinas, o incluso en lugares tan lejanos como la Sierra Nevada
de Santa Marta (Colombia). Velásquez considera la presencia de una
eficiente red comunicacional terrestre prehispánica, importante para la
posterior penetración europea (conquista, colonización y ocupación).
- Etnografía de Venezuela (Estados Mérida, Trujillo y Táchira), los
aborígenes de la Cordillera de Los Andes,19 de Julio César Salas; no se
refiere directamente a las vías de comunicación, sino a los intercambios
comerciales de los indígenas de la Cordillera andina con los pobladores del
sur del Lago de Maracaibo, y los de las llanuras del actual Estado Barinas.
En este sentido, Salas se refiere implícitamente a diversos caminos. Señala
18
Boletín del Museo Arqueológico de Quibor. Barquisimeto: N° 3, agosto de 1994,
pp.47-64.
19
Mérida: Talleres Gráficos Universitarios (1997). pp.117-172.
15
la antigua calzada de los Llanos, y duda de su importancia comercial,
desmintiendo a Humboldt, aunque asegura que fue una obra indígena.
- Invasión arawak de la Cordillera de Mérida: comparación con la
modalidad de la invasión española,20 de Jacqueline Clarac
de Briceño;
compara la penetración de grupos arawacos con la de los europeos en
tierras merideñas. Al referirse a la invasión española, la autora establece
diferencias respecto a la indígena, cómo en el caso de concentrar la
población sometida en áreas geoestratégicas, de fácil acceso a las
principales vías de comunicación.
- La prehistoria de Mucuchies,21 de Erika Wagner; aunque no
menciona directamente las vías de comunicación, sí dedica una sección a los
intercambios comerciales de los pobladores de Mucuchies. Reseña el
importante intercambio de los altos Andes con las regiones bajas, con el
propósito de obtener productos no disponibles en sus
tierras frías, y
viceversa; para tal efecto supone la presencia de una importante red vial. Se
basa en los datos de otros pueblos antiguos (por analogía), y en
informaciones aportadas por la Arqueología, exponiendo el hallazgo de
restos de materiales que aparentemente no eran originarios de los sitios
estudiados (maíz, diversos animales terrestres, conchas marinas).
- La organización social y la etnicidad de la sociedad prehispánica,22
de Lino Meneses y Gladys Gordones; hacen un análisis arqueológico de la
cuenca alta del río Chama, e intentan determinar ciertas características de
20
Mérida a Través del Tiempo... pp.53-62.
Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de Investigaciones Históricas. (1980).
pp.24-25.
22
Art. Cit... pp.67-85.
21
16
sus antiguos pobladores. A partir de dicho estudio, se demuestra una
compleja organización social, religiosa, y económica, caracterizada por una
importante producción agrícola (gracias a la técnica del terraceo); la
sedentarización y concentración de la población, y
presencia de objetos
simbólicos23. Sin embargo, la producción agrícola probablemente era
insuficiente para alimentar debidamente a los pobladores del área en estudio,
y
algunos objetos empleados con motivos religiosos o simbólicos, eran
construidos con materiales propios de regiones con características geofísicas
distintas a las de la cuenca alta del Chama. En este sentido, Meneses y
Gordones
se
basan
en
evidencias
arqueológicas
y
características
topográficas para demostrar la presencia de algunas rutas naturales, que
comunicaban a las poblaciones localizadas en el valle del Chama, con las del
piedemonte barinés.
- La humanización del espacio de la Cordillera. Los patrones de
asentamiento,24 de Andrés Puig; donde destaca en términos generales, la
organización del espacio cordillerano venezolano-merideño por los grupos
indígenas prehispánicos. Dedica una sección al papel de las vías de
comunicación y el desarrollo de centros económicos importantes, resaltando
la concentración de la población indígena en la cuenca del río Chama,
gracias a las ventajas que representaba la movilización a través de la vía
natural del valle longitudinal de dicho río. Además, de algunos puntos
estratégicos de este valle, definidos por Puig como nodos, partían diversas
vías semiperpendiculares o transversales,
que comunicaban los centros
poblados del río Chama con regiones como los llanos o el sur del Lago de
Maracaibo.
23
Como las llamadas placas aladas, las cuales eran objetos manufacturados a partir de
algunas piedras y conchas, entre otros materiales. Su nombre se debe a la forma de “alas
de murciélago”.
24
Mérida a Través del Tiempo... pp. 65-87.
17
- La tecnología agrícola prehispánica en la cordillera andina de
Mérida,25 de Andrés Puig; hace apuntes respecto al desarrollo agrícola
prehispánico,
caracterizado
por
permitir
la
sobreproducción
y
la
concentración de la población. Puig reseña elementos claves para
comprender la importancia de la vía natural que recorre los diversos pisos
térmicos del valle del río Chama, la cual facilitaba los intercambios de rubros
agrícolas entre zonas diferenciadas.
- Los aborígenes del occidente de Venezuela,26 de Alfredo Jahn;
hace breves señalamientos sobre las vías de comunicación. Analiza la
presencia de importantes valles fluviales, los cuales constituyeron una red
vial natural para el ingreso de indígenas a la Cordillera de Los Andes, desde
regiones como las selvas zulianas, los Llanos occidentales venezolanos, y
los Andes orientales colombianos. Sin embargo, Jahn advierte que las
inmensas
alturas
habrían
influido
en
el
proceso
migratorio,
que
probablemente fue mayor hacia los valles medios y bajos. Se destaca la
referencia sobre el valle longitudinal del río Chama, al indicar que ha sido
una importante vía natural de comunicación a través de los tiempos,
aprovechada por los grupos prehispánicos, por los conquistadores y
colonizadores europeos, luego durante el siglo XIX, y en la actualidad tiene
su asiento parte de la carretera trasandina.
- Organización urbana en Ciudad Perdida,27 de Margarita Serje de la
Ossa; expone desde el punto de vista arqueológico diversos aspectos del
Complejo Ciudad Perdida, en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia),
antiguo asentamiento indígena Kogui, actual tairona. En cuanto a las vías de
25
Ibidem, pp.91-109.
Caracas: Litografía y tipografía del Comercio (1927). pp. 277-329.
27
Cuadernos de Arquitectura. Aguilera Ediciones, Colombia: N° 9, noviembre de 1984,
pp.2-22.
26
18
comunicación, señala que una importante red de caminos empedrados en
su
mayoría,
comunicaba
las
diferentes
unidades
habitacionales
y
productivas, y posibilitaba los intercambios con grupos indígenas localizados
fuera de la Sierra Nevada. Utilizando el recurso de la fotografía, la autora
resalta la presencia de buenos caminos.
- Tres formas de acceso a recursos en territorio de la confederación del
Cocuy, siglo XVI,28 de Carl Henrik Langebaek Rueda; describe diversos
aspectos de los grupos indígenas localizados en la Sierra Nevada de Santa
Marta y sus alrededores (Colombia), destacando la importancia de los
intercambios comerciales entre poblaciones ubicadas en diferentes pisos
térmicos, a través de los cuales los indígenas de las tierras frías -altasobtenían productos propios de las zonas calientes –bajas-, como las llanuras,
y viceversa. Langebaek señala la presencia de toda una red de intercambio,
para lo cual era necesario un importante sistema vial.
- Investigaciones Arqueológicas en la Cuenca del río Mucujún, sitio
Monterrey,29 de Antonio Niño; reseña una serie de hallazgos arqueológicos
en un sector de la Sierra La Culata. Estos hallazgos fueron cámaras
subterráneas, cuyo contenido ofrece información valiosa sobre los habitantes
prehispánicos. Niño expone
la probabilidad de que emplearon estas
cámaras con propósitos funerarios. La investigación refuerza la tesis acerca
de los antiguos caminos de la región, reseñada por Claudine Kauman, y
según la cual algunas rutas se dirigen a zonas como el sur del Lago de
Maracaibo.
28
29
Boletín del Museo del Oro. Banco de la República, Bogotá: N° 18, 1987,pp.29-45.
Boletín Antropológico. Mérida: N° 20, octubre-diciembre de 1990, pp.64-69.
19
1.3 Obras que se refieren a las vías de comunicación en la época
colonial
Son los trabajos especializados en aspectos del período colonial, y de
una u otra manera se refieren a la relación entre las vías de comunicación y
diversos elementos asociados a la progresiva penetración y ocupación
europea del espacio altoandino merideño. En algunos casos, reseñaremos
obras que analizan la temática fuera de la cuenca alta del Chama o sus
áreas de influencia (Llanos de Barinas, sur del Lago de Maracaibo), pero de
igual manera importantes como punto de referencia. La producción es la
siguiente:
- Antiguo camino de recuas, de Barquisimeto a Cojedes,30 de Armando
José González Segovia; interesante ensayo sobre la importancia de las vías
de comunicación colonial en los actuales estados Portuguesa, Cojedes y
Lara. González Segovia señala que el desarrollo comercial de esta región
se debió en gran medida
a la comunicación que mantenía con otros
territorios venezolanos a través de los caminos de recuas, que básicamente
eran los mismos del período prehispánico. También destaca las medidas
gubernamentales para la conservación de dichos caminos, así como su
importancia estratégica para el movimiento de las tropas patriotas durante el
proceso independentista.
- Conquista pacífica y zonas de refugio,31 de Luis Bastidas; expone
la gran resistencia indígena ante los procesos de conquista y colonización en
los Andes merideños, destacando la huida de muchos “nativos” desde las
encomiendas hacia “zonas de refugio”, de difícil acceso para los europeos.
30
31
Tierra Firme. Caracas: año 13, N° 49, enero - marzo de 1995,pp.97-107.
Mérida a Través del Tiempo... pp. 307-334.
20
También menciona algunas reacciones indígenas frente a la agresión de los
invasores, como los ataques violentos en rutas importantes, lo cual
dificultaba la exploración en las intrincadas tierras andinas.
- La ruta de Lozada,32 de José María Cruxent; completa descripción
de la ruta seguida por el conquistador Diego de Lozada en su arribo a
Caracas, basándose en documentos antiguos, algunas veces recopilados por
autores contemporáneos. Cabe destacar la sección en la que hace una
reseña general de los caminos a la llegada de los españoles, lo cual indica la
importancia del elemento indígena en la penetración europea. Cruxent se
apoya en un importante número de fotografías como evidencias de su
investigación, y dispone especialmente de imágenes relacionadas con el
Camino Real de las Cocuizas, quizá la mejor ruta del área circundante de
Caracas.
- El encuentro. Itinerario de la conquista española. Resistencia
indígena,33 de Luis Bastidas; se analiza la programación expedicionaria
andina de los conquistadores, especialmente lo referido a los recorridos
desde Tunja y Pamplona. Según Bastidas, estas expediciones fueron
complicadas, debido a la resistencia indígena. Cabe destacar un aspecto
importante para nuestra investigación: Bastidas reseña no sólo el recorrido
por las vías naturales, como el valle del río Chama, sino las exploraciones en
regiones como la Sierra de La Culata.
- El proceso de integración de Venezuela (1776-1793)34, de
Guillermo Morón; describe la progresiva integración del territorio conocido
posteriormente como Venezuela, gracias a una serie de reformas e
32
Caracas: Gobernación del Distrito Federal (1971). pp.11-79.
Mérida a Través del Tiempo... pp. 281-306.
34
Colección El Libro Menor Vol.3. Caracas: Academia Nacional de la Historia (1977).
pp. 17-20.
33
21
instituciones que se crearon durante el reinado de Carlos III (1776-1793).
Morón destaca en la parte introductoria lo inconveniente que resultaría para
la Provincia de Venezuela su adhesión al Virreinato de Nueva Granada,
debido en
parte a las grandes distancias entre
los centros políticos y
económicos importantes. En este sentido, las autoridades españolas y
venezolanas dispusieron que diversos territorios se unificaran en torno a
Caracas, lo cual permitió a la Corona ejercer un mayor
control sobre
regiones que pertenecían a distintas jurisdicciones.
- Fundamentación legal y proceso de asignación del resguardo en
Mérida,35 de Edda Samudio; hace un estudio detallado del proceso de
organización de los resguardos indígenas en los primeros tiempos del
período colonial (siglos XVI-XVII), los cuales contribuyeron a la estructuración
político-administrativa de Mérida. Analiza la ubicación geoestratégica de
dichos resguardos, no sólo por la fertilidad de las tierras y disponibilidad de
otros recursos naturales, sino por la facilidad de acceso a las vías de
comunicación que hacían posible el funcionamiento de los circuitos
económicos coloniales, los cuales comunicaban la región con el Lago de
Maracaibo y el piedemonte llanero.
- La Geoeconomía de la Venezuela del siglo XVI,36 de Marco Aurelio
Vila; en las secciones dedicadas a la Cordillera de Mérida y la cuenca del
Lago de Maracaibo, Vila destaca la producción agrícola y actividad
comercial, y su relación con las vías de comunicación.
En la primera
sección, describe la fertilidad del valle longitudinal del Chama, y su
comunicación natural a través de valles menores con regiones como el sur
del Lago de Maracaibo, donde se ubicaba uno de los puertos lacustres más
35
36
Paramillo. San Cristóbal: N° 11-12, 1992-1993,pp.47-81.
Caracas: Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educación, Escuela de Historia
Universidad Central de Venezuela (1978). pp. 14-26.
22
importantes, Gibraltar, como contacto terrestre-lacustre-marítimo. En la
segunda sección, completa su idea anterior, al destacar la importancia del
Lago de Maracaibo como salida natural de los Andes merideños, lo que
determinó en gran medida su desarrollo económico; en este sentido, el lago
se transformó en un punto de enlace con puertos atlánticos como Cartagena
en Nueva Granada, y Veracruz en Nueva España.
- La Provincia de Mérida vista por el Ejército Realista,37 de Héctor
Bencomo Barrios; interesante reseña de documentos relativos a la Provincia
de Mérida durante el proceso de Independencia venezolana. Destaca la
descripción geográfica, vital para el control realista, dentro de la que se
menciona la especial preocupación de las autoridades militares por conocer
el estado de los caminos. En este sentido, los documentos muestran una
extensa reseña de las diversas rutas, a través de las cuales se comunicaban
una gran cantidad de centros poblados. Es importante señalar que dichos
documentos presentan datos muy valiosos, como: a) las distancias en
leguas; b) el tiempo de recorrido entre centros poblados de alguna ruta
importante. Podemos afirmar que estos escritos contienen una información
de tipo geoestratégico, donde las vías de comunicación jugaban un papel
importante.
- La Venezuela del café vista por los viajeros del siglo XIX,38 de
Miguel Izard; en los apartes dedicados a las vías de comunicación, el autor
se refiere a las opiniones que algunos viajeros tuvieron sobre el siglo XIX
venezolano. En cuanto a los Andes venezolanos, la mayoría indicaba que
los caminos eran malos, obstaculizando su desarrollo económico
y la
integración al resto del país. A pesar del testimonio negativo de los viajeros
decimonónicos, Izard no cree que el estado de las vías de comunicación
37
38
Caracas: Estudio Preliminar (1981). pp. 5-32.
Caracas: Fundación John Boulton (1969). p. 26; pp. 39-41.
23
haya sido un obstáculo fundamental para el desarrollo económico andino y
nacional.
- Las mulas venezolanas y el Caribe oriental del siglo XVIII: datos para
una historia olvidada,39 de Ramón Aizpurua; en el articulo no hay un
señalamiento directo sobre las vías de comunicación, sino la referencia a uno
de los más importantes medios de transporte y carga del periodo colonial: la
mula. Aizpurua destaca la magnitud del comercio mulero entre el oriente
venezolano
y
las
colonias
europeas
caribeñas
(siglo
XVIII),como
consecuencia de la importancia de estos animales, los cuales eran de mucha
utilidad
incluso en
diversas industrias, como los molinos trapicheros de
algunas islas caribeñas. En este sentido, la región oriental se transformó en
un emporio para la cría del ganado mular.
- Las ordenanzas del corregidor de Mérida Don Juan de Aguilar para
san Antonio de Gibraltar 1610,40 de Edda Samudio; señala el contenido de
las ordenanzas que consolidaron a Gibraltar como el puerto lacustre de
Mérida por excelencia, tanto para el egreso, como para el ingreso de
diversos productos en este territorio andino. En particular nos interesa la
referencia a las ordenanzas comerciales, en las que se mencionan ciertas
disputas entre Maracaibo y los Andes, al intentar los primeros controlar la
producción andina, lo cual implicaba detentar la jurisdicción sobre el puerto
de Gibraltar. En este sentido, las autoridades merideñas mostraron gran
preocupación, y ordenaron, entre otras cosas, la construcción y el
mantenimiento de caminos hacia el puerto, como factor esencial para su
control.
39
40
Tierra Firme. Caracas: año 7, N° 26, abril-junio de 1989,pp.125-139.
Boletín Antropológico. Mérida: N° 6, abril-diciembre de 1984, pp.53-61.
24
- Los resguardos de indios y el establecimiento de circuitos
económicos en la provincia de Mérida (siglo XVII),41 de Nelly Velásquez;
hace referencia a la organización político-territorial que los colonizadores
establecieron respecto a los grupos indígenas. Velásquez destaca la
integración de los llamados Pueblos de indios a los circuitos económicos
derivados de las actividades productivas y comerciales coloniales; es decir,
se analiza la participación del indígena en el comercio tanto regional, de la
provincia de Mérida, como externo. Los circuitos económicos mencionados
por Velásquez, funcionaron gracias a una red vial compuesta por importantes
caminos: a) el Camino Real que comunicaba a Mérida con Barinas; b) una
vía que comunicaba a Mérida con el puerto de Gibraltar; y c) el Camino Real
que comunicaba a Mérida con Pamplona.
- Los caminos reales de América en la legislación y en la historia,42 de
María Luisa Pérez González; realiza un breve trabajo sobre el desarrollo
histórico de la legislación española en materia de vialidad, a partir del cual se
comprenden los alcances de la legislación indiana en cuanto a los llamados
caminos reales de los territorios coloniales americanos. En este sentido,
hace un análisis comparativo, al examinar documentos que arrojan
información desde la época medieval hasta el siglo XIX, y establece la
influencia de las circunstancias históricas en los diversos proyectos viales.
Sin embargo, Pérez González no hace simple referencia a la legislación vial,
sino a su significación como basamento para el control colonial, respecto a
importantes disposiciones sobre la apertura y consolidación de los caminos
reales, los cuales fueron decisivos en la integración y comunicación territorial
en América.
41
Tierra Firme. Caracas: año 8, N° 30,abril-junio de 1990,pp.223-246.
Anuario de estudios americanos. Sevilla: Escuela de Estudios americanos, Vol. LVIII- 1
enero-junio de 2001, pp.33-59.
42
25
- Notas sobre el comercio entre Maracaibo y Cartagena, 1574-1699,43
Ileana Parra; al referirse a la importancia del comercio colonial a través del
Lago de Maracaibo, vinculando además parte de la Provincia de Venezuela y
del Nuevo Reino de Granada con los puertos caribeños, la autora describe
indirectamente el papel de las vías de comunicación que partiendo, por
ejemplo, de los Andes merideños, permitieron el tráfico comercial hasta algún
puerto lacustre, como Gibraltar. Dada la necesidad del comercio lacustre
para los Andes, entonces se comprende la importancia que adquirieron las
diversas rutas, terrestres en su mayoría.
- Pueblos de indios de la Provincia de Mérida,44 de Ana Isabel
Parada Soto;
hace un análisis completo del proceso de organización
político-territorial de la Provincia de Mérida, específicamente en cuanto a la
fundación de centros poblados con el fin de controlar a los asentamientos de
indios, al adoctrinarlos y lograr su inserción en el proceso productivo colonial.
En este sentido, destaca la importancia de la ubicación de los Pueblos de
Indios en sitios geoestratégicos, cerca de las áreas productoras, como
estancias, o conectados con los sistemas viales que comunicaban a los
Andes merideños con el piedemonte andino-llanero (parte del actual Estado
Barinas) y con el Lago de Maracaibo, puerta de salida e ingreso de diversos
productos agrícolas y mercancías en la región andina.
- Recopilación Historial de Venezuela,45 de Pedro Aguado; este
cronista hace una extensa reseña histórica, geográfica, cultural, militar, de
diversos territorios en Nueva Granada y las provincias venezolanas, durante
la primera fase del período colonial. El autor también se refiere a los Andes
43
Tierra Firme. Caracas: año IV, N° 14, abril-junio de 1986,pp.193-201.
Mérida: Talleres Gráficos Universitarios, Consejo de Publicaciones. Universidad de Los
Andes, (1998). pp.11-85.
45
Caracas: Academia Nacional de la Historia (1963) Tomo II, pp.16-32.
44
26
merideños, indicando las rutas de penetración de los conquistadores, pero
sin especificar aspectos técnicos (construcción, distancias exactas, tiempo de
recorrido). A pesar de no poseer extensos conocimientos técnicos, fruto de la
influencia medieval religiosa, el autor aporta información interesante, cómo el
hecho de que los conquistadores podían escoger entre varios caminos
indígenas, o las dificultades que tuvieron para movilizarse al no hallar
algunas rutas. Aguado es considerado el primer cronista merideño, y es tan
importante su aporte, que cronistas posteriores como Fray Pedro Simón y
José de Oviedo y Baños, tomaron gran parte de su información, y el aspecto
de las vías de comunicación no era una excepción.
- Un enclave en la economía merideña de mediados del siglo
XVIII,46 de Eduardo Osorio; describe la economía merideña colonial, la cual
sobrepasaba el ámbito local, y se vinculaba con dos regiones periféricas: los
Llanos de Barinas y la costa sureste del Lago de Maracaibo. Dicha
economía, que se basaba principalmente en la comercialización extraregional del trigo y otros cereales, sufrió una importante crisis a mediados del
siglo XVII y gran parte del siglo XVIII. En este sentido, el autor menciona
diversos factores que pudieron originar tal situación, y entre los que señala,
está el hecho de que la región no contaba con una vialidad que facilitara la
comunicación entre Mérida y sus áreas de influencia.
46
Mérida: Universidad de Los Andes; Facultad de Humanidades y Educación; Escuela de
Historia. Trabajo para ascender a Profesor Agregado. (1981). pp.12-35.
27
1.4 Obras Generales que mencionan las vías de comunicación
Son las obras que estudian el tema fuera del marco cronológico de
nuestro estudio, particularmente el período correspondiente a los siglos XIX y
XX. Tomaremos en consideración los trabajos específicos y generales sobre
los caminos de los Andes venezolanos. La producción es la siguiente:
- Apuntes estadísticos del Estado
Mérida,47 de Jesús Manuel
Jáuregui Moreno; hizo una completa descripción del Estado Mérida durante
el Gobierno de Guzmán Blanco. En el aspecto geográfico, se refiere a una
serie de caminos de recuas, que sí bien los describe como regulares, eran
importantes para mantener la actividad comercial regional, y con otros
estados nacionales.
- Aspectos geográficos del Estado Mérida,48 de Marco Aurelio Vila;
dedica un capítulo a las vías de comunicación y medios de transporte, desde
el periodo prehispánico hasta el siglo XX, y analiza la influencia del espacio
físico en la construcción o utilización de las rutas. En este sentido, destaca
que la abrupta orografía andina determinó que los indígenas fueran expertos
en la construcción de caminos, que incluso facilitaron la penetración de los
conquistadores europeos. Por supuesto, la vialidad fue transformada
durante la Colonia, como consecuencia del empleo de nuevos medios de
transporte, y su adaptación a diversas condiciones geofísicas. Sin embargo,
Vila describe las vías terrestres como deficientes, al menos hasta la
construcción de carreteras en el siglo XX. Por último, hace una breve reseña
sobre el traslado e itinerario de los correos a partir de la Colonia.
47
Caracas: Editorial Italgráfica. Colección Biblioteca Venezolana de Historia N° 23. (1987)
pp.10-34. Ed. Original 1887.
48
Caracas: Corporación venezolana de Fomento (1967). pp. 215-222.
28
- Aspectos geográficos y económicos-sociales del Estado
Mérida,49 de Melvin Gallardo Díaz; elabora una completa descripción
geográfica del Estado Mérida, aún cuando su trabajo presenta algunos
problemas conceptuales. En cuanto a las vías de comunicación, señala la
importancia de los valles para las más importantes rutas terrestres,
permitiendo, además, la ubicación de la mayor parte de la población. Por el
contrario, menciona las dificultades topográficas que impiden la presencia de
una buena vialidad, específicamente en las laderas montañosas.
- Aspectos geográficos del Estado Barinas,50 de Marco Aurelio Vila;
obra referida a la descripción de diversos aspectos del Estado Barinas, como
su paisaje geográfico, una breve reseña histórica y económica, entre otros.
Vila dedica una sección a las vías de comunicación y medios de transporte,
realizando una breve reseña histórica. En este sentido, menciona las rutas
que desde el período prehispánico bajaban de las montañas a través de los
valles fluviales, y comunicaban naturalmente el piedemonte barinés con los
Andes merideños, lo cual transformó esta región en área de influencia para la
economía merideña durante el periodo colonial. Además, a través de dichas
rutas también se comunicaba Barinas con el Lago de Maracaibo, y se
exportaban el tabaco y productos derivados del ganado, entre otros rubros.
Por otra parte, Vila señala el carácter predominante de las comunicaciones
terrestres en el piedemonte a partir del periodo colonial, lo que persiste en la
actualidad, gracias a la carretera de los Llanos; sin embargo, a partir del siglo
XIX
se complementaron de manera importante
con la navegación del
circuito fluvial Apure- Orinoco.
49
50
Mérida: ULA Facultad de Ciencias Forestales, Escuela de Geografía (1986). pp.6-30.
Caracas: Corporación venezolana de Fomento (1963). pp.10-43.
29
- Camino en las alturas,51 de Jesús Rondón Nucete; interesante
descripción del principal camino que conduce desde el sector conocido como
“La Culata” hasta la zona sur del Lago de Maracaibo, específicamente el
poblado de Tucaní. Hay que destacar la importancia que el autor concede a
esta ruta, la cual ha sido transitada desde el período prehispánico,
fundamentalmente con propósitos comerciales. Rondón Nucete reflexiona
sobre la importancia de conservar en buen estado el camino, aunque ha
entrado en desuso -ciertos tramos aún son utilizados por turistas-, porque de
esa forma se conservaría como patrimonio histórico; por lo tanto,
está en
desacuerdo con la idea de construir una carretera sobre el trazado del
antiguo camino. En todo caso, la ruta ha permitido el transporte de
mercancías y productos agrícolas entre Mérida, o poblaciones localizadas en
la subcuenca del río Mucujún, y el Lago de Maracaibo, entidad geofísica
importante para la salida e ingreso de diversos productos en los Andes.
- Circuitos comerciales y red urbana en los Andes venezolanos (18701930),52 de Alicia Ardao; se refiere a diversos aspectos relacionados con la
economía cafetalera de los Andes venezolanos, en especial a su
comercialización. Analiza los cambios provocados en la economía regional y
nacional por el auge de la producción cafetalera, destacando dos aspectos:
a.) Los índices altos de exportación de café a Estados Unidos y Europa a
través del Lago de Maracaibo. Aquí el tráfico terrestre- fluvial -lacustre marítimo seguía siendo fundamental para la economía andina; y b) la
intensificación del intercambio comercial regional, e importante crecimiento
económico de diversos centros poblados ubicados en vías de comunicación
principales, como la carretera Trasandina y su espacio de influencia. Por lo
demás, los antiguos caminos de recuas aún conservaban su importancia.
51
52
Mérida: Editorial Casa Blanca (2000) pp. 2-28.
Tierra Firme. Caracas: año 4, N° 13,enero-marzo de 1986,pp.19-35.
30
- Comunicación y civilización,53 de José Luis Escario Núñez del Pino;
esta es una interesante obra sobre el desarrollo histórico de las vías de
comunicación y medios de transporte en el mundo, aunque concentra su
estudio en Europa y Asia. Indica cómo los individuos fueron aprovechando la
ventaja de ciertos animales como medios de transporte en las vías terrestres,
no sin antes haber recorrido extensos tramos a pie. Se señalan las primeras
comunicaciones fluviales y marítimas de importancia, las cuales tuvieron
lugar en el llamado Medio Oriente. Estudia la vialidad del poderoso Imperio
romano, considerada la mejor en sus tiempos, y superada sólo por la red
Inca o por las carreteras modernas. También describe la importante red vial
del Imperio Inca y otras culturas prehispánicas, y destaca que era tan
importante como el sistema romano, lo cual demuestra el grado de
“civilización” de algunos pueblos indígenas americanos. Expone igualmente
las comunicaciones en la Europa Moderna, especificando el papel de la
navegación marítima en el desarrollo y consolidación de potencias
imperiales, así como el auge de los vehículos movidos por tracción animal.
Por último, se refiere a las comunicaciones europeas, e indica que se dio un
importante desarrollo vial, impulsado por las exigencias comerciales a partir
del siglo XVII.
- Construcción, Ocaso y Desaparición de los Ferrocarriles en
Venezuela,54 de José Murquey Gutiérrez; hace un análisis histórico del
desarrollo ferroviario venezolano a partir del siglo XIX. Enfoca su trabajo en
la importancia que tuvo este medio de transporte para consolidar la
economía agroexportadora, al hacer más eficiente el tráfico en comparación
con los antiguos caminos de recuas. En este sentido, Murguey destaca en
53
Madrid: Publicaciones de la Escuela Técnica Superior de Caminos (1970). pp.3-29; p.73.
Colección Ciencias Sociales. Serie Historia. Mérida: ULA, Consejo de Publicaciones.
(1997).pp. 297-401.
54
31
varios capítulos (1,2,3) de la tercera parte, titulada Construcción de vías
férreas en los Andes venezolanos, la presencia e importancia del sistema
vial, fundamentalmente terrestre; sin embargo, no debió ser tan eficiente,
toda vez que diversos dirigentes regionales, estimaban que era urgente una
alternativa comunicacional, en este caso, los ferrocarriles. En cuanto a los
Andes merideños, se refiere a las diversas rutas antiguas que permitían la
comunicación con el Lago de Maracaibo, señalando diversos elementos:
medios de transporte, influencia del medio físico. Advierte que ciertas
condiciones geofísicas hacían intransitables los caminos en ocasiones, y
aunque las autoridades regionales se preocuparon por mantener en buen
estado la vialidad, resultó inevitable la búsqueda de otras opciones en
materia de comunicaciones y transportes.
- El transporte y las comunicaciones en la Provincia de Mérida
1830-1864,55 de María D. Pérez Hidalgo; interesante descripción sobre el
estado de los caminos y los medios de transporte empleados a mediados del
siglo XIX, y su relación con la economía merideña. En el capítulo I se refiere
a los antecedentes coloniales de las rutas republicanas, y a los factores que
incidieron en la ausencia de una excelente vialidad: a) La precaria economía
regional, semi-autárquica, que no estimulaba la construcción y el
mantenimiento de nuevas vías de comunicación; b) Las adversas
condiciones topográficas y climatológicas. En los capítulos II y III, señala el
interés de las autoridades merideñas en construir nuevos caminos (siglo
XIX), o intentar la reapertura de los antiguos, con el propósito de estimular la
economía regional, y adaptarla a las transformaciones derivadas de los
cambios en los circuitos de comercialización, entre los que destaca la pérdida
de importancia del puerto de Gibraltar. En el capítulo IV menciona la
importancia que se daba al mantenimiento de los puentes, debido a los
55
Caracas: Fondo Editorial Tropykos. (1996). pp. 18-82.
32
torrenciales ríos que cruzaban algunas rutas, y que aumentaban su caudal
durante el período de lluvias. Por último, hace una breve referencia a la
influencia de la vialidad en el servicio de correos inter y extra- regional.
- Espacio y Sociedad en el Estado Mérida,56 de Amado Moreno
Pérez; se refiere al desarrollo histórico espacial en el Estado Mérida, en
especial durante el período colonial. Reseña la importancia de la población
indígena en: a) La penetración y exploración europea en el territorio
merideño; y b) La organización geoestratégica de los grupos indígenas, en
torno a los circuitos económicos y sus vías de comunicación. En cuanto a la
vialidad, señala los cambios (siglo XVII- XIX) en el uso de las redes
comunicacionales, como consecuencia de la apertura de nuevas rutas
fluviales, la creación de centros poblados, ataques de piratas o indígenas
“rebeldes”, cambios en la economía interna y externa, y otros factores. En
todo caso, indica que el Lago de Maracaibo era fundamental para la entrada
y salida de productos agrícolas y mercancías en los Andes merideños y
áreas de influencia, como el piedemonte barinés, y por lo tanto, las
principales rutas se dirigían hasta los puertos lacustres. Finalmente, Moreno
Pérez expone algunos mapas interesantes, que nos ayudan a comprender el
desarrollo de las vías de comunicación merideñas.
- Estadística y descripción de la Provincia de Mérida,57 de Juan de
Dios Picón; completa descripción geográfica, política, agrícola, vial, y de
otros aspectos, en el territorio que corresponde actualmente el Estado
Mérida. Para cada cantón (unidad político-administrativa) describe sus
caminos: estado, recorrido de importantes vías como el antiguo “Camino
Real” o el “Camino de Los Callejones”, y otros elementos. Indica el poco
56
Mérida: Talleres Gráficos de la Universidad de Los Andes. (1996) .pp. 12-22.
Mérida: Alcaldía de Mérida. (1992). pp.3-18. 1era. Ed. 1832. Este trabajo también fue
publicado en la siguiente compilación: Arellano Moreno, Antonio. Relaciones Geográficas
de Venezuela. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, N° 74. (1964).
57
33
cuidado que las autoridades merideñas daban a las rutas, a pesar del
esfuerzo de diversas juntas vecinales. En general, Picón destaca el mal
estado de los caminos.
- Evolución del transporte en Venezuela,58 Eugenio Mendoza; en
este trabajo no hay referencia directa a la vialidad andina, sino a los medios
de transporte de tracción, específicamente el caballo, animal que fue
fundamental como medio de transporte durante el periodo colonial y parte del
republicano. En los Andes también contribuyó al recorrido de los caminos,
aunque fue superado por otros equinos, como el burro y la mula.
- Evolución histórica del Hato en Barinas y el comercio del cuero y del
ganado,59 de Luis García Muller; completo estudio sobre la principal unidad
productiva llanera: el hato, alrededor del cual giró gran parte de la actividad
económica a partir del siglo XVIII. Resulta interesante la introducción al tema,
en la que el autor reseña la evolución histórica de la comercialización del
ganado y el cuero, describiendo las principales rutas de tráfico de dichos
productos. En este sentido, García Muller indica que el comercio ganadero
barines tuvo dos etapas importantes: a) en los primeros tiempos coloniales
se trasportó el ganado y sus productos derivados hacia los Andes merideños,
a través de la vialidad determinado por algunos valles transversales, como el
del río Santo Domingo; y b) a partir del siglo XVIII, el tráfico comercial se
extendió a territorios tan alejados como el actual Estado Bolívar, o parte de la
actual Colombia gracias a importantes vías fluviales.
- Geografía de Venezuela,60 de Luis Fernando Chávez y
Leonel
Vivas; en esta obra se señalan importantes elementos geográficos de
58
Caracas: Edición conmemorativa de la creación del transporte. Fundación Eugenio
Mendoza (1970). pp.12-21; p.46.
59
Tierra Firme. Caracas: año 4, N° 16,octubre-Diciembre de 1986,pp.523-535.
60
Mérida: Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales (1972). pp. 107-115.
34
Venezuela, en diversos aspectos: geofísicos, geohistórico, geoeconómicos, y
otros.
En cuanto a las vías de comunicación, los autores señalan la
importancia de las rutas naturales para el establecimiento de las redes viales,
las cuales determinan la organización del espacio en regiones económicas.
Los Andes merideños son incluidos dentro de lo que los autores denominan
el sistema de circulación de Occidente, su área de influencia corresponde al
norte del Estado Barinas y el sur del Lago de Maracaibo. En este sentido, la
comunicación merideña con dichas áreas se efectuaba en primer lugar a
través de las principales vías naturales longitudinales, como el valle del río
Chama, y en segundo lugar a través de los valles transversales, cuasi
perpendiculares a los valles longitudinales.
- Geografía Histórica: Cuenca de Mocotíes,61 de María Teresa
Delgado de Bravo; breve trabajo sobre el desarrollo geohistórico del actual
Estado Mérida a partir de las primeras exploraciones europeas, aunque
dedica sólo una pequeña sección al marco espacial de su estudio. Destaca el
papel de las vías de comunicación en la actividad comercial andina colonial,
y cómo el Lago de Maracaibo era la principal puerta de entrada y salida para
la producción agrícola y el comercio de Mérida.
- Geografía del poblamiento venezolano en el siglo XIX,62 de Pedro
Cunill Grau; señala diversos elementos asociados al desarrollo geohistórico
del poblamiento venezolano durante el siglo XIX. Aunque no hace énfasis en
las vías de comunicación, sí menciona su papel dentro de los factores que
estimularon u obstaculizaron el poblamiento en una determinada región.
61
Mérida: ULA; Facultad de Ciencias Forestales (1967). pp.1-14.
Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República. Primera Edición (1987). Segunda
Edición: Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela y Facultad de Humanidades y
Educación de la Universidad Central de Venezuela (1999). Tomo I, pp.3-36.
62
35
En el capítulo II del Tomo I, titulado “El empobrecimiento paisajístico
por la guerra y el deterioro del poblamiento de los Andes”, dedica una
sección a los Andes merideños, y se refiere al camino real interandino, sobre
cuyo trazado se establecieron los principales centros poblados de esta
región. En este sentido, podemos destacar dos aspectos interesantes del
trabajo de Cunill Grau: a) el camino real interandino permitió una
comunicación relativamente fácil entre Táchira, Mérida y Trujillo, pero a la
vez, estos territorios se encontraban semi-aislados del resto de Venezuela,
debido a la gran barrera natural de la Cordillera andina. Por consiguiente, la
abruta topografía andina, era un importante obstáculo para un fácil
comunicación entre los Andes y el resto de Venezuela; b) al citar diversos
escritos del siglo XIX el autor ofrece interesantes datos sobre los recorridos
y distancias y cualidades de las principales rutas merideñas; es decir,
aquellos en los que se ubicaron, el mayor numero de centros poblados, y el
tráfico comercial más importante.
- Historia de la ingeniería en Venezuela
63
de Eduardo Arcila Farias;
hace referencias importantes sobre el trazado y otras características de las
vías de comunicación en Venezuela. En el primer capítulo del tomo I se
refiere al área de los timoto-cuicas, la cual, según Arcila Farías, se
caracterizaba por una gran riqueza desde el punto de vista de la ingeniería;
sin embargo, no hace mención importante acerca de los caminos
prehispánicos, limitándose a describir, de forma breve, una importante ruta
construida en las cercanías del piedemonte barinés, cuyo destino era un sitio
no determinado en las llanuras de Barinas. Era una calzada diseñada contra
las inundaciones de las tierras bajas. En capítulos posteriores hace extensos
comentarios sobre las disposiciones reales respecto al estado de las vías de
comunicación, puentes, y empleo de los medios animales de transporte; no
63
Caracas: Colegio de Ingenieros de Venezuela (1961). Tomos I y II, pp. 7-127; y 112115.
36
obstante, no menciona el estado de la vialidad en los Andes merideños. En el
segundo tomo, Arcila Farias dedica una breve sección a la vialidad merideña,
de los siglos XIX y XX y se limita a indicar que los caminos eran defectuosos.
- Historia del Estado Mérida,64 de Magaly Burguera; se
hace
referencia a las vías de comunicación merideñas en dos capítulos: el primero
y el quinto. En el capítulo I, destaca la influencia del medio físico en las
características de los caminos (trazado, construcción, recorrido), y el
aprovechamiento por parte de los indígenas del curso de los valles. Según la
autora, los caminos indígenas fueron aprovechados por los conquistadores y
colonizadores, que mejoraron su estado, especialmente para facilitar el
comercio en caballo o mulas. En el capítulo V, reseña la evolución políticoterritorial de Mérida durante la Colonia, en la que fue importante el papel de
las vías de comunicación. En este sentido, algunas ciudades andinas
sirvieron de enlace entre la Provincia de Venezuela y el Nuevo Reino de
Granada, gracias a las rutas que los comunicaban. Por otra parte, como
especie de anécdota, mencionan el hecho de que la “aspereza” de los
caminos, constituían un factor de dificultad para el rápido tránsito, por lo cual
se construyeron sitios de alojamiento para viajeros “retardados”.
- Identidad étnica y arqueología de rescate: Cordillera de los andes,
Venezuela,65 de Jacqueline Clarac de Briceño; reflexiona sobre los nuevos
estudios referidos a los grupos prehispánicos merideños. En especial,
analiza elementos concernientes a la asociación de diversos accidentes
geográficos con prácticas mágico-religiosas, como era el caso de la estrecha
identificación del indígena con parajes alejados de las principales vías de
comunicación, en cuyas lagunas o cuevas realizaban diversas ofrendas. Por
64
65
Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República (1982). pp. 17-44; p. 85.
Boletín Antropológico. Mérida: N° 13, julio-diciembre de 1987, pp.35-41.
37
otra parte, los indígenas que huían de las encomiendas tenían como destino
final antiguos asentamientos o sitios de difícil acceso.
- Las rutas comerciales Cojedes-Carabobo 1849-1859 por los llanos de
El Baúl,
66
de Víctor Sánchez Manzano; interesante estudio de las rutas
comerciales que permitieron la integración de las actuales estados Cojedes y
Carabobo. En general, Sánchez Manzano destaca la opinión de viajeros del
siglo XIX, como Karl Appum, para quien la localidad de El Baúl se transformó
en un importante centro económico gracias a su transformación en
encrucijada. Dicha vialidad enlazaba
a poblaciones como San Carlos y
Tinaquillo, con el Centro y Occidente de Venezuela.
- Las vías de comunicación terrestres: tramo carretera TimotesValera 1916-1925,67 de Jesús María Espinoza Marín; estudia la carretera
Timotes-Valera, y su importancia como punto de enlace de la carretera
Trasandina. Como introducción a su análisis, Espinoza Marín describe las
características de las vías de comunicación en los tiempos anteriores a 1910,
destacando que los caminos y carreteras son símbolos de progreso. Señala
el papel fundamental de las vías de comunicación para el desarrollo y
consolidación de diversas civilizaciones, como en el caso de la relación entre
la red vial y la fortaleza del Imperio Inca. En cuanto a los Andes merideños,
se refiere a los caminos construidos por nuestros indígenas, los cuales
facilitaron no solo la movilización prehispánica, sino la exploración y
ocupación del espacio por los conquistadores y colonizadores europeos.
También señala la mala calidad de los caminos merideños, aunque eran los
únicos disponibles para la actividad comercial de Mérida hacia el Lago de
Maracaibo, o a través del “camino de recuas nacional”.
66
Tierra Firme. Caracas: año 12, N° 45, enero-marzo de 1994,pp.19-32.
Mérida: Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación. (Tesis de
grado) (1988). pp.4-27.
67
38
- Los Andes de Venezuela (Contribución al Estudio Geográfico de
los Andes),68 de Alfonso Vinci; en la sección dedicada a las vías de
comunicación, señala las principales rutas que enlazan los centros poblados
andinos en el siglo XX. Describe la carretera Trasandina, y aquella que se
dirige de Apartaderos a los Llanos. De especial interés para nosotros es la
referencia a los antiguos caminos de recuas, aun empleados para la fecha
en que Vinci realizó este trabajo, cuyo propósito era
enlazar centros
poblados ubicados lejos de los principales valles merideños. Según Vinci,
algunos de estos caminos eran relativamente buenos, hasta el punto de
poder ser transformados en carreteras. Asegura que incluso tienen un origen
prehispánico. Por otra parte, señala la importancia de las rutas que parten
del valle del Chama, comunicando a importantes centros poblados
merideños con el Lago de Maracaibo y el piedemonte barinés.
-
Los
Andes
Venezolanos:
demográfica ( 1800-1873),
69
Proceso
social
y
estructura
de Eduardo Osorio; detalla los aspectos
sociales y demográficos de los Andes venezolanos durante gran parte del
siglo XIX. En el capítulo 1.6, se refiere a las vías de comunicación, a través
de las cuales se establecía el comercio con destino al Lago de Maracaibo,
principal puerta de entrada y salida de productos alimenticios y diversas
mercancías a los Andes. Sin embargo, “la deficiencia del sistema vial”, como
afirma Osorio, entorpecía el crecimiento económico regional. En este sentido,
el autor señala la gran preocupación de las autoridades andinas por tratar de
mantener en buen estado los caminos, y sacar del aislamiento a una región
netamente montañosa, rodeada por la Cordillera merideña, cuyas inmensas
sierras constituían una barrera para establecer la plena comunicación y
tráfico comercial con el resto de Venezuela. Osorio indica algunas rutas que
68
69
Mérida: Edición especial para la casa del turista.(1953). pp. 62-64; p. 65.
Mérida: Universidad de Los Andes; Consejo de Publicaciones; Vicerrectorado Académico.
(1996).pp.80-103.
39
comunicaban a poblados andinos entre sí, con sus áreas de influencia, u
otras regiones venezolanas, y por último precisa algunos elementos del
deficiente sistema vial andino. En resumen, podemos indicar que el autor
sostiene la tesis del aislamiento andino, y debido principalmente a dos
factores: a) La gran Cordillera andina; y b) La deficiencia del sistema vial.
- Los caminos de Venezuela,70 de Rafael Valery; hace una breve
reseña sobre el desarrollo histórico de la vialidad en Venezuela, enfatizando
en lo que se conoce como el Centro del país. En cuanto a los Andes
merideños, hace escasa referencia, pero asegura que debieron ser los
mejores caminos prehispánicos, debido al alto desarrollo cultural de grupos
como los Timoto-Cuicas. Hay dos tesis fundamentales del trabajo de Valery
que valen la pena destacar: La idea de que el trazado de caminos reales y
carreteras nacionales, corresponde al de antiguos caminos indígenas; y que
gran parte del desarrollo económico colonial y republicano dependió de las
comunicaciones terrestres.
- Memorias de un viajero,71 de Ángel Pinedo; la obra es una especie
de anecdotario, en la que el autor se refiere a una serie de elementos
geográficos, culturales, alimentarios, y otros; que describe gracias a sus
viajes por diversos puntos de Venezuela. En cuanto a las vías de
comunicación, no hace extensos comentarios; sin embargo, describe algunas
rutas terrestres, fluviales y lacustres. En el caso de los Andes merideños, no
detalla en cuanto al trazado de los principales caminos, aunque señala
algunos tramos, refiriéndose a situaciones atmosféricas y de accidentes
topográficos, que incomodaban a los viajeros, como nevadas, lluvias
persistentes, profundos precipicios, y otros. Por otra parte, también menciona
70
71
Caracas: Cuadernos Lagoven. (1978). pp. 1-47.
Caracas : Editorial Armitano. (1976). pp. 6-164.
40
al medio de transporte más común en los antiguos caminos andinos: la mula,
y ciertas características de los llamados arreos.
- Opositores y defensores de la rueda de hierro en Trujillo,72 de José
Ángel Rodríguez; reseña la controversia originada en el estado Trujillo a
finales del siglo XIX, entre defensores y opositores a la construcción de
ferrocarriles. Para los defensores, este medio transporte representaría la
solución al lento y penoso tráfico comercial trujillano, fundamentalmente
hacia el Lago de Maracaibo; sin embargo, los opositores, una veces
defendiendo sus intereses económicos (comerciantes muleros), y otras por
temer al “progreso”, luchaban por impedir su construcción. Es de destacar
que los caminos de recuas fueron perdiendo importancia, no tanto por sus
malas condiciones, sino porque una economía más dinámica exigía cambios
en las vías de comunicación y medios de transporte.
- Santa Lucia de Mucuchies: 1586-1903,73 de Miriam Miralles y
Milagros Marín; realizan gran parte de la Historia del pueblo andino de
Mucuchies, Y fundamentan su estudio en diversas fuentes documentales,
como las visitas, títulos de encomienda, ordenanzas, reales cédulas, actas
de bautismos, y otras. Algunos de estos documentos indicaban el estado de
los caminos y puentes en el área circundante a Mucuchíes, y las autoras lo
señalan en el capítulo 1. Esta referencia demuestra la preocupación de las
autoridades coloniales merideñas por mantener un eficiente sistema vial.
- Vialidad y Comercio en el Occidente venezolano,74 de Nelson
Paredes Huggins; estudia la relación entre la vialidad de comienzos del siglo
XX, y la economía del occidente venezolano. Determina que, al igual que
72
Tierra Firme. Caracas: año 5, N° 18, abril-junio de 1987, pp.147-163.
Mérida: Archivo Arquidiocesano de Mérida, Colección Pueblos y Parroquias de Los Andes;
N° 2. (1999). pp. 29-59.
74
Caracas: Fondo Editorial Tropykos. (1984). pp.3-32.
73
41
durante el período colonial, el Lago de Maracaibo constituye el eje
económico
(hinterland
marabino),
canalizando
el
grueso
de
las
importaciones, exportaciones, y tráfico comercial entre Maracaibo y los
Estados andinos (incluso parte del Oriente colombiano). De acuerdo al
capítulo II, titulado Los transportes terrestres,
funcionaba toda una red
comunicacional alrededor del hinterland marabino, caracterizada por la
presencia
de una serie de rutas terrestres que partían de los valles
longitudinales andinos (donde se establecen las principales poblaciones), y
atravesaban los valles transversales remontando importantes alturas, hasta
caer al Lago de Maracaibo. En algunos casos, las rutas terrestres-fluviales
hacían más ligero el tránsito. Es importante señalar que Huggins, en este
mismo capítulo, hace referencia a los medios de transporte, y algunos
elementos topográficos y climatológicos que obstaculizaban o facilitaban el
tránsito por los llamados caminos de recuas.
- Venezuela: La búsqueda del orden. El sueño del progreso,75 de
John Lombardi; investiga el desarrollo histórico venezolano a partir del
período colonial, y señala que diversos dirigentes estuvieron en la búsqueda
constante de la integración territorial alrededor de un centro político,
económico, y geoestratégico importante (Caracas). Obviamente, para
integrar la nación, debía haber estabilidad en los diversos ámbitos, y facilitar
las comunicaciones entre Caracas y otros puntos importantes del territorio
venezolano. En cuanto a los Andes merideños, Lombardi destaca la
influencia del relieve montañoso para las comunicaciones, tanto por la
presencia de rutas determinadas por los valles fluviales, como por las
dificultades de tránsito con territorios extra-andinos.
75
(Traducción de Jordi Beltrán). Barcelona: Editorial Crítica. (1985). Primera edición (1982).
pp. 32-34. Titulo Original: Venezuela. The search for order, the dream of progress.
42
- Venezuela. El más bello país tropical,76 de Antón Goering;
describe diversos aspectos de los Andes merideños: geofísicos, botánicos,
zoológicos, y
otros. Como científico europeo, se esforzó en hacer una
reseña lo más completa posible, para lo cual fue imprescindible el recorrido
de largos trechos por
diversos caminos a finales del siglo XIX. En este
sentido, Goering indica la dirección y algunos elementos técnicos de algunos
caminos transitados, como el que se dirigía de Mérida al páramo La Culata, a
través del valle del río Mucujún, o el famoso “Camino Nacional” (antiguo
Camino Real), en el tramo correspondiente al valle del Chama. De este
último camino, en el poblado de Mucuchies, Goering partió rumbo a
Torondoy por un camino de recuas colonial, y notó la relativa facilidad de
comunicación con el sur del Lago de Maracaibo. Por lo demás, el autor no
abunda en detalles sobre la vialidad, y escasamente hace mención de las
dificultades que presentaba el recorrido de algunas rutas.
76
(Traducción de María Luisa G de Blay) Mérida: Colección especiales T.C.U (1962). pp. 2345. Título original: Von Tropischen Tieflande Zum Ewigen Schmee. Alemania: Leipzg (1893).
43
Balance General de la Producción Bibliohemerográfica
En términos generales, hay un relativo interés por la relación entre las
vías de comunicación y el poblamiento de la cuenca alta del río Chama,
durante los períodos prehispánico y colonial. En este sentido, la escasa
producción
de trabajos especializados
contrasta con la abundancia de
obras generales que reseñan la temática con poca profundidad.
La producción especializada en el estudio del tema a nivel espacial y
temporal, consta sólo de dos trabajos,77 mientras que el resto corresponde a
obras dedicadas a diversas etapas de la Historia andina merideña, a los
sistemas viales de otros espacios físicos, como algunas regiones
colombianas, y otros estudios que reseñan el papel histórico de las vías de
comunicación, incluidos aquellos de los siglos XIX y XX. Para una mejor
comprensión del balance, analizaremos cada una de las cuatro divisiones
propuestas, y luego indicaremos algunos comentarios finales.
Aunque la producción específica sobre el tema es escasa, su aporte
es importante para nuestra investigación, porque contamos con los
fundamentos necesarios para comprender y profundizar el estudio de la
relación entre la vialidad y el poblamiento altoandino merideño en el marco
temporal propuesto. Debemos señalar que los dos trabajos son diversos, al
estudiar por separado elementos prehispánicos y coloniales; sin embargo,
relacionan la vialidad de los dos periodos, cuyo análisis sustenta una de las
principales premisas de nuestro trabajo: demostrar que el sistema vial
77
Ver Claudine Kauman, Caminos de indios...; e IIeana Parra, Las comunicaciones en el
Occidente venezolano...
44
prehispánico fue básicamente el mismo empleado por los exploradores y
colonizadores europeos.
Reseñamos 13 obras referidas al periodo prehispánico, algunas de
ellas fuera del marco espacial en estudio. Sólo dos trabajos especifican el
tema de caminos, cómo el que está dedicado a un sector de la Cordillera
Occidental colombiana,78 mientras que el resto indica diversos aspectos de
las culturas prehispánicas en los Andes colombianos y venezolanos. En el
trabajo referido a los caminos en la región colombiana de Calima,
encontramos elementos técnicos, como tipos de construcción, materiales
empleados, presencia de acequias, muros, puentes, y otras obras. A
diferencia de dicho texto, la casi totalidad de la producción prehispánica está
dedicada a aspectos generales de los grupos indígenas, destacando la
relevancia de la organización espacial en base a la
vialidad, mientras que
en un trabajo como el de los caminos en Calima, no se hace un importante
análisis de la temática del poblamiento, más allá de establecer ciertas
relaciones entre los espacios de recorrido y los intercambios comerciales.
Para efectos de nuestra investigación, analizaremos en conjunto elementos
técnicos, comerciales, y otros, que vinculan la vialidad con el poblamiento.
Entre las 17 obras del periodo colonial, sólo algunas son específicas
de la Historia colonial merideña, mientras que el resto estudia la temática
fuera del marco espacial propuesto. Sin embargo, cada uno de los trabajos
hace referencia a diversos elementos de la vialidad altoandina merideña. En
general, la mayoría de los estudios analizan la temática desde un punto de
vista comercial, o de organización espacial por parte de los colonizadores.
Por otra parte, no hay extensas referencias al estado de los caminos, y la
mayoría de los investigadores consideran que las principales rutas facilitaban
78
Ver Marianne Cardale de Schrimpff, Caminos prehispánicos...
45
el comercio colonial dentro y fuera de los Andes venezolanos. En ciertos
casos, algunos autores79 han estimado que determinados tramos y rutas
hacían ineficiente el tránsito de mercancías y personas, aunque sin
profundizar en el tema.
En cuanto a la producción general, es la más abundante, y la más
diversa en el marco temporal. A diferencia de la producción prehispánica y
colonial, sólo hemos reseñado aquella en la que se menciona la vialidad
altoandina merideña y su relación con el poblamiento. reseñaremos los
principales aspectos reseñados en estos trabajos: a) la vinculación de la
vialidad con el comercio. En este sentido, los autores destacan las
transformaciones de las rutas, el surgimiento de nuevos espacios de
recorrido, y la evolución de los medios de transporte, como consecuencia de
las cambiantes necesidades económicas; b) la diversidad temporal permite
observar el desarrollo histórico vial merideño; y c) el estado de la vialidad es
señalado con énfasis por la mayoría de los autores, en particular cuando se
refieren al periodo republicano. En este sentido, los investigadores no dudan
al asegurar que gran parte del sistema vial era deficiente, y por lo tanto un
factor responsable del atraso y el aislamiento merideño.
Luego del balance general, es importante señalar algunos comentarios
finales:
a) La producción bibliohemerográfica específica de la vialidad merideña,
referida a los periodos prehispánico y colonial, no es abundante; incluso la
referida al periodo republicano. No obstante, hay que destacar la importancia
de aquellas obras que reseñan diversos procesos históricos andinos, y
analizan el papel de las vías de comunicación.
Ver Fray Pedro de Aguado, Recopilación Historial... ; y Eduardo Osorio, Un enclave
en la economía merideña...
79
46
b) Sólo algunas obras estudian la temática desde el punto de vista técnico, y
se basan en evidencias arqueológicas, estudios geofísicos, datos de
ingeniería, arquitectura, topografía, y otras disciplinas.80 En este sentido, los
estudios colombianos son importantes, y nos sentimos afortunados por
reseñar un texto completamente dedicado a los elementos técnicos de las
vías de comunicación:
producción
técnica
no
“Caminos prehispánicos en Calima”. Esta escasa
afecta
nuestra
investigación,
cuyo
objetivo
fundamental va más allá de una simple descripción vial: relacionar diversos
procesos históricos con la vialidad altoandina merideña.
c) La mayoría de los estudios mencionan la relación medio físico-vialidad, lo
cual demuestra la importancia de la Geografía histórica para la comprensión
de la temática. En consecuencia, la relación entre dos disciplinas como la
Geografía y la Historia, explica en gran parte la importancia del poblamiento
merideño de los periodos prehispánicos y colonial.
d) La casi totalidad de la producción bibliohemerográfica se refiere a la
vinculación de la vialidad con el comercio, y analiza su papel en el transporte
de productos agrícolas, de origen animal, y diversas mercancías.
e) En cuanto a los elementos culturales, geopolíticos, y otros vinculados a la
vialidad, los diversos textos han dedicado poco espacio y análisis, dejando a
consideración de los lectores, la posibilidad de investigar el tema con mayor
profundidad.
80
Ver Claudine Kauman, Caminos de indios...; Marianne Cardale de Schrimpff, Caminos
prehispánicos...; Eduardo Arcila Farias, Historia de la ingeniería... ; y Marco Aurelio Vila,
Aspectos geográficos del Estado Mérida...
47
CAPITULO II
VIAS DE COMUNICACIÓN RECORRIDAS DURANTE EL PERIODO
PREHISPÁNICO
Nos referiremos a las
vías de comunicación transitadas por los
aborígenes de los altos Andes merideños durante el periodo prehispánico.
Aunque disponemos de poca información especializada sobre el tema,
intentaremos realizar una investigación lo más completa posible sobre las
antiguas rutas de tránsito de los pobladores de la cuenca alta del río Chama,
algunas de
las cuales fueron empleadas en periodos posteriores. En la
primera parte, a manera de referencia, se describirán las vías de
comunicación de algunas culturas andinas americanas, como las que
recorrían el extenso territorio perteneciente al Imperio Inca, donde
actualmente se ubican Perú, Ecuador, Bolivia, y Colombia81. Estas culturas
eran tan importantes, que sus líderes religioso-políticos mostraron una
constante preocupación
por mantener
en buen estado los caminos,
lográndolo en gran medida, hasta el punto de ser comparadas con las rutas
romanas, tal como lo señala el francés Louis Baudin: “Las carreteras de los
incas han sobrepasado a las famosas vías romanas, en longitud y en
solidez”.82
En la segunda parte de este capítulo se estudiarán diversos aspectos
de los caminos en los Andes merideños: las probables rutas de penetración
de los primeros habitantes de la Cordillera andina,83 los factores influyentes
en su construcción, la vinculación económica entre los centros poblados, y la
81
Paises considerados como eminentemente andinos.
El Imperio Socialista de los Incas. Santiago de Chile: Empresa Editora ZIgZag, S.A,
(1955). p. 295.
83
En el caso de que efectivamente se hubiera dado el desplazamiento de grupos
prehispánicos desde otros territorios americanos.
82
48
posible ubicación geográfica de los principales caminos en la cuenca alta del
río Chama.
2.1 Vías de comunicación de algunas culturas andinas americanas
Estudiaremos el papel que jugaron las vías de comunicación en otras
culturas prehispánicas americanas, como el Imperio Inca, y diversas
poblaciones asentadas en los Andes colombianos. En particular nos
referiremos a la red de caminos que se estableció en países andinos, como
Perú, Ecuador y Bolivia (antiguo Imperio Inca), y a la vialidad localizada en
la Sierra Nevada de Santa Marta y el valle del río Calima, en el actual
noroeste colombiano. La información obtenida será una especie de
introducción al tema de las vías en la cuenca alta del río Chama,
estableciendo ciertas analogías entre estos sistemas viales y las rutas de los
altos Andes merideños.84
Antes de abordar el tema, hay que señalar las razones para
seleccionar dichos sistemas viales. En este sentido, mencionaremos algunos
argumentos, como: a) la disponibilidad de suficiente información escrita sobre
estos caminos; b) las similitudes con los aborígenes andinos merideños,
como la sedentarización. En este sentido, tanto en las áreas prehispánicas
colombianas e incaicas, como en los altos Andes merideños, la agricultura
era la principal fuente de subsistencia, y sus excedentes productivos
84
Debido a que el análisis de la vialidad altoandina merideña será realizado más adelante,
las analogías entre las rutas de las diversas culturas prehispánicas no serán ni extensas ni
profundas, sino lo necesario como punto de introducción a la temática de nuestra
investigación.
49
favorecían la concentración de la población; c) la magnitud de los posibles
movimientos migratorios interandinos; y d) algunas similitudes geográficas.
En cuanto al Imperio Inca, hay que destacar la presencia del más
importante sistema vial de las culturas indígenas americanas, de acuerdo a
dos factores fundamentales: la extensión de los caminos; y la complejidad en
su construcción. Respecto al primer elemento, podemos señalar que una
gran cantidad de caminos atravesaban los territorios incaicos, aunque sólo
dos eran los más importantes, y se extendían desde Quito al Cuzco o desde
los Andes Centrales hasta las regiones bajas del Océano Pacífico, con
recorridos de miles de kilómetros, lo que correspondería en la actualidad a
las grandes carreteras transnacionales continentales. El escritor Guillermo
Prescott hace breve referencia a los recorridos y algunos elementos técnicos
de dichas rutas:
“(...) los más considerables eran los dos que se extendían desde
Quito al Cuzco, y que, partiendo otra vez de la capital,
continuaban en la dirección del sur hacia Chile.
Uno de estos caminos atravesaba la gran llanura elevada, y el
otro corría por las tierras bajas a orillas del océano. La
construcción del primero fue la más difícil por la especie del
terreno que atravesaba. Pasaba por ásperas sierras cubiertas de
nieve (...) cruzaba barrancos de espantosa profundidad (...) El
otro gran camino de los incas iba por la región llana entre los
Andes y el Océano. Estaba construido de una manera muy
diferente, como lo exigía la naturaleza del terreno, que era en
general bajo y en gran parte arenoso. Levantábase el camino
sobre un alto terraplén de tierra, sostenido a cada lado por un
parapeto o pared; y toda la extensión de ambos lados cubierto de
50
árboles y arbustos olorosos que deleitaban los sentidos del
viajero(...). En las partes de desierto arenoso, donde la ligereza y
la
movilidad
del
suelo
no
podía
sostener
un
camino,
introducíanse grandes estacas en la tierra, muchas de las cuales
pueden verse aún, para indicar el curso del camino al viajero”.85
Esta compleja red vial respondía fundamentalmente a objetivos
militares, políticos y económicos, facilitando los desplazamientos rápidos de
sus funcionarios militares, los correos y el transporte de mercancías. En
cuanto a la utilidad militar y el tránsito de los chasquis86, los caminos incaicos
optimizaron su función como integradores del Imperio andino, al facilitar los
movimientos de tropas y las comunicaciones entre regiones alejadas.
Foto N° 1
Vialidad Incaica
Fuente: McCarry,John. Perú Begins Again.
Washington. Vol. 189, N° 5, mayo de 1996, p.19.
85
National
Geographic.
Historia de la Conquista del Perú. (Traducción de Fernández Cuesta). Buenos Aires:
Editorial Suma. (1944). pp. 56-57. Edic. original, (1847).
86
Eran los individuos encargados del transporte de mensajes, cartas, y otros escritos.
51
En los caminos incaicos se encontraban cada cierto tramo los famosos
tambos, los cuales eran lugares de alojamiento para los viajeros que
recorrían largas distancias, donde se podía comer y descansar, y se ofrecía
alimentos y resguardo a los
animales. El escritor Von Hagen hace una
interesante descripción cuando cita al viajero Pedro Cieza de León, quien
recorrió los caminos entre 1547 y 1550:
87
“Había edificios y almacenes(...) cada cuatro o seis leguas (...)
abastecidas de todas las provisiones que podían conseguirse
en los alrededores (...) tenían una serie de pequeñas
habitaciones que daban a un vasto corral donde se albergaba a
las llamas”.88
Tan importantes eran estos sitios de alojamiento para los incas, que
los había en gran cantidad, y eran administrados con carácter oficial. El
mantenimiento de los tambos constituía una necesidad, hasta el punto que
las autoridades imperiales obligaban a cada comunidad a preservar el sector
de camino que la circundaba y a garantizar el buen servicio de dichas
posadas. Otras características importantes de los caminos incaicos eran la
construcción de puentes colgantes y la utilización de la famosa tarabita89
para cruzar los ríos, indispensables cuando el trazado de los caminos debía
sortear sistemas hidrográficos torrentosos y caudalosos.
De acuerdo a los elementos descritos, es indudable la importancia de
la vialidad para el desarrollo histórico del poblamiento incaico, hasta el punto
87
En realidad, no se trataba de posadas como tal. Este término es contemporáneo, al menos
en los Andes merideños.
88
La Carretera del sol. México: Editorial Diana. (1977). pp. 203-205.
89
Medio de transporte que consistía en una especie de cable que sujetaba a un individuo,
quien pasaba de una orilla a otra ayudándose con los pies y las manos, o bien era halado
por otro indígena de servicio.
52
de facilitar el control de territorios extensos, lo cual trajo como consecuencia
el desarrollo y consolidación de un poderoso Imperio.
Esta breve reseña de la vialidad incaica, nos permite establecer
algunas importantes comparaciones con los caminos merideños, a pesar de
las diferencias geopolíticas y de extensión territorial entre el Imperio y los
diversos asentamientos prehispánicos de la cuenca alta del río Chama.
En primer lugar, observamos la importancia en términos generales de
las vías de comunicación, las cuales, en el caso de los Andes merideños; sí
bien no ayudaron al desarrollo de una amplia estructura políticoadministrativa, sí tuvo que ser fundamental para sus pobladores en cuanto a
la necesidad de los diversos intercambios, los que a su vez contribuyeron a
mantener la concentración de los indígenas en numerosos centros poblados.
Por otra parte, es interesante destacar como los indígenas incaicos
realizaban diversas adaptaciones de los caminos entre la influencia del
medio físico, lo cual no era diferente en los Andes merideños. En este
sentido, tanto en la cuenca alta del Chama, como en los territorios incaicos,
se construyeron obras que facilitaron el cruce de torrentosos y caudalosos
ríos, como la tarabita, la cual, de acuerdo a la descripción de algunos
investigadores, como Rafael Valery,90 presentaba una notable similitud en los
dos marcos espaciales reseñados.
Dentro del territorio que corresponde a la actual Colombia también
hubo sistemas de comunicación importantes. En este sentido, nos
referiremos a los grupos asentados en el valle del río Calima y en la Sierra
90
Ob.Cit. pp. 5-6.
53
Nevada de Santa Marta, regiones ubicadas en la Cordillera andina
occidental.
El río Calima, en su curso alto, recorre parte del Departamento del
Valle del Cauca, al suroccidente de Colombia, y en su valle aún se distinguen
las huellas de sociedades prehispánicas, de acuerdo a evidencias
arqueológicas y fuentes etnohistóricas. En el siguiente mapa elaborado por
la arqueóloga Marianne Cardale de Schrimpff, se presenta la ubicación del
valle de Calima y áreas circundantes:
Mapa N° 2
La extensión de las 3 culturas conocidas en Calima: Ilama, Yotoco y Sonso.
Fuente: de Schrimpff, Marianne C. Ob. Cit. p.11.
54
Nuestro interés se centra en las comunicaciones establecidas entre
las tierras altas de Calima y zonas bajas, como las costas del Océano
Pacífico, lo cual ha sido demostrado por arqueólogos interesados en los
estudios prehispánicos colombianos, como el caso de Marianne Cardale de
Schrimpff, quien presenta datos que comprueban la antigüedad
de los
principales caminos: “Una muestra de carbón recolectada en el paleosuelo
cruzado por el camino, dio una fecha calibrada de alrededor de 900 antes de
Cristo”.91
Las comunicaciones mencionadas se basaban fundamentalmente en
los intercambios comerciales. En este sentido, hay que destacar el tráfico de
diversos alimentos y mercancías, los cuales, en el caso de Calima,
complementaban su producción agrícola, o permitían el acceso a materiales
de adorno o votivos. Según Cardale, la zona baja proporcionaba a Calima:
“...materia prima como oro en polvo, caracoles, cristal de roca y maderas
especiales como la chonta, además de manufacturas como joyas en oro. La
sal marina constituía, otra mercancía de gran importancia”.92
Dichos intercambios no podían darse sin la presencia de una red vial
importante. En este sentido, Schrimpff describe una serie de rutas, que en
su mayoría partían del alto valle del río Calima rumbo al Pacífico. De la
cuenca alta del río Calima partían varios caminos hacia el Pacífico, algunos
de los cuales siguen siendo transitados:
“Las posibilidades para rutas al Pacifico serían cuatro: el cañón
del río Calima, la cuchilla entre éste y el próximo valle hacia el
sur (Sabaletas), el valle mismo y, por último, el filo sobre el
margen sur de este valle (...) las otras
91
92
Ibídem. p.25.
Ibídem. p. 17.
tres rutas (...)
55
desembocan en el valle Dagua, cerca de Loboquerrero, por
donde pasaba el camino a principios del siglo y hoy pasa la
carretera. Durante la Colonia y posteriormente, las dos rutas
principales que comunicaban la costa con la cordillera, eran por
el río Dagua y otra por el Anchicayá y luego por su afluente el
río Zabaletas(...) La ruta del río Dagua fue clave para mantener
el comercio entre Cali y el puerto de Buenaventura (...) “.93
La reseña de la vialidad prehispánica en el valle del río Calima aporta
elementos interesantes a nuestra investigación, donde podemos destacar lo
relacionado con los intercambios entre culturas ubicadas en diversos
espacios físicos; específicamente entre aquellas asentadas en las tierras
frías o templadas, y las que poblaron las tierras calientes, o dicho de otra
manera, entre los pobladores de las zonas altas y los grupos de las zonas
bajas. Tanto en la región de Calima como en la cuenca alta del río Chama,
ubicadas a más de 2000 metros sobre el nivel del mar, se establecieron
intercambios de diversos productos con grupos indígenas asentados en
espacios cercanos al nivel del mar, lo cual permitió la complementariedad
alimentaría y material entre distintas culturas.
En ambos casos, las vías de comunicación fueron fundamentales para
el transporte de alimentos, minerales, materias primas para la elaboración de
diversos artefactos líticos, entre otros. En el caso de Calima, los intercambios
se realizaron mayoritariamente con poblaciones asentadas en las cercanías
del océano Pacifico, mientras que los grupos prehispánicos de las tierras
altas merideñas, según investigadores
como Nelly Velásquez94 y Lino
Meneses,95 tenían contactos con poblaciones asentadas en el piedemonte
93
Ibídem. p. 19.
Estrategias productivas en la población prehispánica... pp.47-64
95
Art. Cit. pp.67-85.
94
56
oriental (barinés), y en las riberas del Lago de Maracaibo, regiones
localizadas por debajo de los 800 metros sobre el nivel del mar.
Otro sistema vial importante de la Colombia prehispánica es el
ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta, un sistema montañoso que se
levanta desde el Mar Caribe, y asciende en tan sólo 48 kilómetros desde el
nivel del mar hasta los 5.775 metros, lo que corresponde al actual pico
Cristóbal Colón. En sus tres vertientes; norte, occidental y suroriental,
numerosos ríos forman valles encañonados en una topografía sumamente
abrupta, lo cual determina la escasez de tierras planas aptas para la
concentración significativa de la población.
Mapa N° 3
Ubicación Geográfica de la Sierra Nevada de Santa Marta
Modificado por:
María del M. Santos P. y
Rubén A. Hernández A.
Fuente: Atlas Geográfico Universal. Barcelona: Grupo Editorial Océano.
Barcelona: (1999).p. 37.
57
Sin embargo, los arqueólogos han hallado los vestigios de antiguos
pueblos en las partes altas de la Sierra Nevada, los cuales solo pudieron
establecerse a partir de la construcción de terrazas artificiales. Margarita
Serje de la Ossa refiere lo siguiente:
"[Una] extensa red de poblados aterrazados y caminos
empedrados perduraron trescientos años bajo la selva y fueron
conocidos y guardados como ciudades de antiguos por los
Koqui, actuales habitantes indígenas de la región, relacionados
directamente con los tairona ”.96
La Sierra Nevada de Santa Marta tiene características climáticas
propias de acuerdo a su ubicación respecto al mar. En este sentido, contiene
todos los pisos térmicos de un sistema montañoso tropical, desde el piso
térmico tropical hasta el gélido de las altas cumbres. En consecuencia, hay
una interesante diversidad en la fauna, la flora, y recursos minerales, lo cual
ha impulsado los intercambios entre las poblaciones de los diferentes pisos
térmicos. Por lo tanto, los grupos prehispánicos asentados en las zonas altas
medias y bajas, de la Sierra Nevada, complementaban su alimentación y
otros requerimientos existenciales, al proveerse de productos presentes en
una u otra zona de la Sierra.
96
Ob.Cit..p.2.
58
Figura N° 1
Pisos térmicos de la Sierra Nevada de Santa Marta97
Fuente: http://www.banrep.gov.co/museo/esp/expo/manejo/sierra2.htm
Uno de los grupos prehispánicos más organizados de la Sierra
Nevada, se asentó en un lugar que actualmente se conoce como la Ciudad
Perdida
98
de los tairona, localizada en las tierras altas.
99
La población allí
asentada, equivalente de cierta manera a los grupos de la cuenca alta del
Chama, disponía de cierta tecnología agrícola, y poseía una alfarería y
orfebrería desarrollada. Sin embargo, necesitaban complementar su
alimentación, basada en el maíz, y los suelos no eran ricos en los minerales
que necesitaban para la manufactura de sus adornos; por lo tanto,
97
Esta sucesión de pisos térmicos también es característica de la Sierra La Culata y la
Sierra Nevada (Cordillera de Mérida), y por supuesto del valle longitudinal del río Chama,
gran depresión que separa a dichas sierras.
98
Ciudad Perdida está localizada sobre el filo y las laderas de un ramal del Cerro Corea,
desde donde se domina visualmente el Valle del Alto Buritaca.
99
Margarita Serje de la Ossa no especifica la altitud sobre el nivel del mar.
59
establecieron
relaciones
comerciales
con
los
grupos
prehispánicos
asentados en otras zonas de la Sierra Nevada.
Pero dichos contactos comerciales no eran posibles sin la presencia
de una red de caminos, que permitiera la mayor amplitud posible en cuanto
al transporte de diversos productos y mercancías, aprovechando aquellos
provenientes del Mar Caribe, y los disponibles en los diferentes pisos
térmicos de la Sierra.
En consecuencia, Ciudad Perdida era uno de los poblados de la Sierra
Nevada entrelazados por un sistema vial complejo. Serje de la Ossa señala
que: “(...) una intricada red de caminos empedrados que intercomunican las
terrazas, los grupos de terrazas y el asentamiento con su exterior (...). Una
intricada red de caminos de piedra permitió amplias relaciones comerciales
(...)”.100
Foto N° 2
Camino en “Ciudad Perdida”.
Foto N° 3
La “Ciudad Perdida”, localizada en alto río
Buritaca.
Fuente: http://www.banrep.gov.co/museo/esp/expo/manejo/sierra2.htm
100
Ob.Cit. p. 6.
60
Tanto los grupos prehispánicos de la Sierra Nevada de Santa Marta,
como los que se asentaron en la cuenca alta del río Chama, tuvieron que
afrontar condiciones geofísicas muy parecidas, impulsándolos a establecer
intercambios comerciales con las poblaciones establecidas en otros pisos
térmicos de una misma unidad orográfica.101 En el caso de Ciudad Perdida,
hubo contactos entre los pisos térmicos de la Sierra Nevada de Santa Marta,
mientras que en la cuenca alta del Chama, los grupos indígenas mantuvieron
intercambios con zonas ubicadas en los diversos pisos térmicos del valle del
mismo río. Para facilitar dichos intercambios era vital la presencia de redes
viales; por un lado, la intrincada red de caminos empedrados de Ciudad
Perdida y sus áreas circundantes, y por otra parte, los altos Andes merideños
contaban con una gran vía natural de comunicación, producto de la amplitud
del valle fluvial del Chama, como lo señala, por ejemplo, el investigador
Andrés Puig.102
En resumen, la descripción de las redes viales en territorio colombiano
y en
el Imperio Inca, es útil como referencia para comprender mejor la
importancia de las vías de comunicación en la región que nos compete, la
cual, además, presenta características geofísicas parecidas a los espacios
ya
señalados:
presencia
de
páramos,
bosques
nublados,
bajas
temperaturas, y otras. Por lo tanto, las semejanzas geográfico-culturales
entre diversos pueblos
prehispánicos
americanos,
ameritan el
establecimiento de importantes analogías, como la relación de las vías de
comunicación con el poblamiento.
101
La Sierra de Santa Marta y el valle longitudinal del Chama constituyen especies de
`continuidades de relieve, representadas por el gran macizo levantado del Mar Caribe, y por
el modelado que el río Chama ha efectuado en los Andes centrales venezolanos.
102
La Humanización del Espacio... p. 87.
61
2.2
Rutas de penetración de los primeros pobladores andinos
venezolanos
En este punto señalaremos las probables vías de penetración que
utilizaron los primeros pobladores andinos venezolanos, en el caso de una
efectiva migración desde otras regiones americanas103. Nos apoyaremos en
los principales elementos analizados en algunos trabajos referidos al origen
de los primeros pobladores andinos, a partir de lo cual, determinaremos las
posibles rutas que siguieron los aborígenes andinos venezolanos, y por
consiguiente, los pobladores de la cuenca alta del río Chama.
Hay diversas hipótesis acerca del origen y procedencia de los
primeros habitantes andinos venezolanos. En este sentido, hemos escogido
los trabajos especializados en los movimientos migratorios prehispánicos,
específicamente los que reseñan algunos datos sobre el espacio geográfico
en estudio. Los investigadores que reseñaremos, se han apoyado en
evidencias
etnohistóricas,
toponímicas,
arqueológicas,
lingüísticas,
y
geográficas.
A continuación haremos una breve reseña de seis trabajos
importantes, tres de ellos correspondientes a finales del siglo XIX
y
comienzos del XX, y otros tres realizados por autores actuales. En primer
lugar, nos referiremos a las teorías sobre la procedencia de los primeros
pobladores andinos, y posteriormente indicaremos las posibles rutas de
penetración propuestas por cada investigador, en el caso de aquellos que así
lo señalen. En todo caso, aún cuando no indiquen las probables rutas de
103
Solo nos referiremos al ingreso de diversos grupos prehispánicos americanos en los
Andes venezolanos; sin embargo, esto no significa que no se haya presentado el proceso a
partir de la Cordillera merideña (viceversa). Al respecto, se puede consultar el trabajo de la
antropóloga Ann Osborn, en El vuelo de las tijeretas.Bogotá: Fundación de Investigaciones
Arqueológicas Nacionales; Banco de la República. (1985), pp. 17-40.
62
penetración, la información que aportan los estudiosos acerca de la
procedencia de los grupos indígenas, puede ser importante para señalar
posibles caminos, tanto por la ubicación geográfica de las culturas de origen,
como al establecer analogías entre las diversas investigaciones.
-Julio César Salas, en Etnografía de Venezuela;104 propone diversos
orígenes al poblamiento andino, aunque cree probable que la influencia de
las culturas
quechua y arawak fue notoria. Por una parte, señala que la
radical “Mucu”, puede tener un origen quechua y significa lugar. En este
sentido, numerosos centros poblados y accidentes geográficos contienen
dicha radical, particularmente en las tierras altas merideñas: Mucuchies,
Mucurubá, Mucuro, Mucubají,
entre otros. Salas también indica que
determinados nombres geográficos andinos que contienen radicales “Cha”,
“Che”, “Chi”, como Chachopo, Chama, Chichui y Chejende, “son desinencias
muy frecuentes tanto en el quichua (sic) como en el azteca”.105 Por último, se
refiere al tipo de desinencias “iche”,”icha”,“ache”,“achi”, las cuales eran “muy
propias de las lenguas aruacas de América”.106 Estas terminaciones están
presentes
en
algunos
topónimos
andinos:
Mucubache,
Micarache,
Mucuchachí, entre otros.
De acuerdo a lo anterior, podemos apreciar una serie de
combinaciones lingüísticas en los topónimos andinos, lo que avala la tesis de
los orígenes diversos que propone Salas. Por lo tanto, indígenas de culturas
quechua y arawak, fueron los que posiblemente emigraron a los Andes
venezolanos.
104
Ob. Cit. pp. 23-45.
Ibídem. p. 31.
106
Idem.
105
63
En cuanto a las rutas de penetración, Salas no hace referencia, lo cual
no es de extrañar, por que no alcanza a establecer con claridad la ubicación
geográfica de quechuas y arawakos107. Sin embargo, la información de tipo
toponímico que aporta, es importante respecto al poblamiento de la cuenca
alta del río Chama.
-Tulio Febres Cordero, en Procedencia y Lengua de Los
Aborígenes
de Los Andes Venezolanos;108 señala que los antiguos
pobladores de los Andes venezolanos pudieron haber tenido diversos
orígenes:
“(...) los aborígenes de los Andes tienen afinidades con los
de Centro América, con los chibchas, y con los quichuas
(sic) y con los tupi-guaraníes (...), [entonces ocurrió] la
invasión del norte (Centroamérica),que primitivamente
debió de poblar las cordilleras de Venezuela y Colombia
(...), y de aquí los puntos de semejanza entre las
tribus andinas de uno y otro país, por razón de su
común origen”.109
En este sentido, Febres Cordero señala que la radical “Mucu”,
característica de la toponimia andina tiene nexos lingüísticos con las culturas
quechua y chibcha, mientras que otras desinencias gramaticales presentes
en el ámbito geográfico andino, se relacionan con los tupi-guaraníes. En
cuanto a la radical “Mucu”, señala que domina la cuenca alta del río Chama,
y cita: “ (...) hasta llegar a la Sierra Nevada, donde a cada paso se ve dicha
107
En realidad, no establece la procedencia de los grupos migratorios.
Obras Completas. Bogotá: Ediciones Conmemorativa, (1960), vol. I. pp.1-60.
109
Ibìdem.p.10
108
64
voz pegada [mucu] al territorio como huella no muy remota de un pueblo
invasor”.110
Febres Cordero indica que los diversos grupos provenientes de
América del Sur, no se establecieron directamente en los Andes
venezolanos, sino que asentados en regiones como los llanos barineses y el
piedemonte andino-llanero, remontaron los valles fluviales transversales,
como el del río Santo Domingo. En cuanto a las rutas de penetración, no
especifica los puntos de partida de los grupos que arribaron a dichas
regiones, sino se refiere a un punto de confluencia cultural, como lo era el
Nudo de Pasto, en los Andes colombianos: “(...) vino, del sur, de las fuentes
de la gran hoya amazónica y nudo orográfico de Pasto, trayendo mezclados
los elementos quichua (sic) y guaraní”.111
Aun cuando Febres Cordero no especifica el recorrido de los
indígenas hasta territorios venezolanos, es de suponer que utilizaron las vías
de comunicación más expeditas entre los Andes centrales suramericanos y el
piedemonte meridional de la Cordillera merideña; es decir, remontaron la
gran Cordillera continental hasta el Nudo de Pasto por rutas terrestres
intramontanas, y desde el Nudo, que es una encrucijada natural, partieron
con rumbo noreste, descendiendo casi al nivel del mar. La Cordillera oriental
colombiana, que parte del Nudo de Pasto, constituye la naciente de diversos
afluentes de ríos que se conectan con los llanos venezolanos. En este
sentido, es probable que las comunicaciones hayan sido generalmente
fluviales, tomando en cuenta la navegabilidad en grandes distancias de
muchos de los ríos.
110
111
Ibídem. p. 8.
Ibídem. p.10.
65
-Alfredo Jahn, en Los aborígenes del Occidente de Venezuela;112
señala las similitudes lingüísticas de los pobladores andinos venezolanos con
pueblos de Centro América, con culturas andinas como la chibcha y la inca,
y con grupos de filiación Caribe. En este sentido, Jahn establece que las
culturas andinas venezolanas tomaron elementos de unas y otras, algo
parecido a lo expuesto por Salas y Febres Cordero. Por lo tanto, solo nos
referiremos a sus teorías sobre las rutas de penetración.
Básicamente,
Jahn
se
refiere
a
los
valles
longitudinales
o
transversales como vías naturales para el ingreso de los primeros pobladores
andinos venezolanos. En este sentido, indica algunas probables rutas de
penetración, prioritariamente terrestres, con algunos tramos fluviales.
Por una parte, cree probable que grupos arawakos de las
estribaciones meridionales de los Llanos occidentales venezolanos, y en la
Depresión del Táchira, hayan ingresado en los Andes a través de algunos
valles transversales de ríos que surcan el actual Estado Apure, aunque
advierte que no pudieron haberse establecido en las tierras altas:
“Las
tribus
araucas
que
ocupaban
las
estribaciones
meridionales de los Andes y las márgenes del Apure (...),
debieron penetrar desde los Llanos a los valles de la Cordillera
[menciona lo dificultoso de arribar a las tierras altas], en que
abunda la cacería y la pesquería, y acaso fue detenido su
avance en la parte en que estos valles se hallan cerrados por
elevados páramos, cuyo paso era poco bueno que imposible a
hombres habituados a climas cálidos y por consiguiente,
desprovisto de abrigo”.113
112
113
Ob. Cit. pp. 277-329.
Ibídem. p. 289.
66
Luego se refiere a un posible origen chibcha
de los pobladores
andinos venezolanos. En este sentido, grupos indígenas establecidos en la
altiplanicie de Bogotá, la Cordillera central colombiana hasta caer en la
Depresión del Táchira, a través de una serie de valles y laderas: “Los valles
de Cúcuta, Quinimari y Torbes eran especialmente favorables a estas
incursiones, por sus tierras planas y su clima suave y por las circunstancias
de estar los dos últimos directamente enlazados con el río Apure (...)”.114
Jahn también hace referencia a varias rutas de recorrido probables
desde
los
Llanos
orientales
colombianos,
hasta
las
estribaciones
septentrionales de los Llanos occidentales y el piedemonte barinés, a través
de importantes valles transversales: “Así mismo se comunicaban con los
grupos de tribus residentes en las faldas meridionales de la Cordillera, por
vía de los ríos Santo Domingo, Paguey, Ticoporo, Canaguá y Suripá y por el
Caparo y sus afluentes Doradas, Chururú y Navay”.115
Por último, Jahn propone una entrada natural que se caracteriza por
atravesar el suroeste zuliano, aprovechando los indígenas la confluencia de
los ríos Zulia- Catatumbo, y la navegabilidad de estos ríos en gran parte de
su curso. En este sentido, grupos motilones asentados en la Serranía del
mismo nombre, habrían bajado hasta las selvas zulianas, y posteriormente a
territorio tachirense:
“En el extremo occidental del Táchira los nombres
indígenas de algunos ríos y quebradas tienen en sus
terminaciones la desinencia arí, urí, e irí, que revelan su
procedencia de las lenguas aruacas, así por ejemplo en
Quinimari, Casanari (...), lo que indica que por aquella
114
115
Idem.
Idem.
67
parte, lo más bajo de la Cordillera, debieron entrar y
radicarse algunos grupos de las tribus aruacas que
habitaron las selvas del Zulia (...)”.116
Entre los investigadores más recientes, cabe destacar a Mario Sanoja
e Iraida Vargas, quienes exponen en su libro Antiguas formaciones y
modos de producción venezolanos;117 que los antiguos pobladores de los
Andes venezolanos, tuvieron influencia de las zonas bajas del Lago de
Maracaibo y de los Andes orientales colombianos. Según Vargas y Sanoja,
las zonas bajas del Lago de Maracaibo se habrían poblado antes que las
zonas altas de los Andes venezolanos, debido en que las tierras altas había
poca fauna, aun no estaba desarrollada la tecnología agrícola del terraceo, y
la escasa variedad alimentaría contradecía la fertilidad de los suelos. En este
sentido, el estilo de vida de las zonas bajas fue “(...) difundiéndose luego
hacia las regiones montañosas de Los Andes, proceso que ha sido sugerido
también por Reichel Dolmatoff para explicar el origen del patrón cultural subandino de Colombia”.118
Vargas y Sanoja no indican las probables rutas de penetración, pero
entre las riberas del Lago y los Andes merideños, hay algunas vías
expeditas, como los valles transversales que descienden de la Sierra La
Culata.
En cuanto a la influencia de los Andes colombianos, Vargas y Sanoja
se refieren básicamente a la tecnología agrícola, la cual aumentó la
productividad de las fértiles tierras andinas, permitiendo a los indígenas
venezolanos contar con suficiente alimento en periodos de escasez. En este
116
Ibídem. p. 291.
Caracas: Monte Ávila Editores. (1979) pp. 81-90.
118
Ibídem. p.81.
117
68
sentido, la incidencia técnica de los grupos andinos colombianos fue un “(...)
proceso que culminaría con la introducción en los Andes venezolanos del
cultivo en terrazas o andenes, los silos subterráneos o mintoyes (...)”.119
Sin embargo, Vargas y Sanoja no ubican ninguna ruta de penetración
a partir de los Andes colombianos, y no especifican siquiera la localización
geográfica de los asentamientos prehispánicos de dicho territorio.
La antropóloga Jacqueline Clarac de Briceño, en Las antiguas etnias
de Mérida;120 se basa en evidencias arqueológicas y etnohistóricas, para
asegurar que el origen de los pobladores andinos consta de diversos
componentes:
“ -Un primer grupo humano instalado desde un tiempo
indeterminado (tal vez varios millares de años) y del cual el
estado actual del conocimiento no permite todavía reconstruir la
cultura.
-Un grupo étnico que llegó al comienzo de nuestra era y se
mantuvo en la cordillera hasta la llegada de los españoles (...).
Puede ser ubicado, por las características de su cultura,
mitología,
religión,
viviendas,
patrones
patrones
de
funerarios,
asentamiento,
construcción
técnicas
de
agrícolas
básicamente, dentro de la cultura chibcha, de la cual sabemos
hoy que se extendía a América Central, gran parte de Colombia
(oriental) y al Occidente de Venezuela (...).
119
120
Ibídem. p. 82.
Mérida a Través del Tiempo... pp. 23-44.
69
-Un grupo (o varios?) llegó más tarde, probablemente
alrededor del siglo IX de nuestra era, pertenecía a la cultura
arawak, una de las más extensas e importantes tanto de
América del Sur como del Mar Caribe.
- Es probable que haya penetrado también, más tardíamente
(poco antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI) un
grupo de la etnia Caribe, la cual conquistó gran parte del norte
de América del Sur, las Antillas y parte de Centroamérica”.121
Clarac de Briceño plantea que el segundo y el tercer grupo (o los
grupos) pertenecían probablemente a las culturas chibcha y arawak, las
cuales, en el caso de Mérida, se distribuyeron el poblamiento de la siguiente
manera: los grupos arawak habrían poblado desde la zona sur del Lago de
Maracaibo hasta la actual población de Lagunillas y sus alrededores, lo cual
equivale a las cuencas baja y media del río Chama; mientras tanto, los
chibchas ocupaban las tierras altas y frías de los páramos, correspondientes
a la cuenca alta del Chama, ámbito espacial de nuestro estudio.
Es interesante destacar que Clarac de Briceño no establece una
sucesión cronológica concreta sino un proceso llevado a cabo en largos
periodos, en los que diversos grupos prehispánicos penetraron y ocuparon
territorios en los Andes venezolanos. Sin embargo, ninguno de dichos grupos
desplazó totalmente a otros, dándose incluso una mezcla de rasgos mágicoreligiosos, alimentarios, agrícolas, entre otros. En resumen, Clarac de
Briceño plantea que el origen de los primeros pobladores andinos
venezolanos, fue el resultado de la conjunción de elementos de diversas
culturas prehispánicas americanas, proceso llevado a cabo en tiempo
indefinido, no especificado cronológicamente por la antropóloga.
121
Ibídem. p. 25.
70
En cuanto a las rutas de penetración, Clarac de Briceño no hace
referencia, pero sí nos basamos en su teoría sobre la procedencia de los
primeros pobladores, no hay duda debieron ser varias las vías de
comunicación que sirvieron a tal propósito, y recorriendo varias direcciones.
Otra investigadora de la actualidad es la arqueóloga Erika Wagner, en
La Prehistoria de Mucuchies;122 quien hace mención de los altos Andes
merideños. Señala que los primeros pobladores andinos venezolanos
tuvieron relación con culturas andinas colombianas (Tairona y Chibcha), cuya
principal
incidencia en los Andes merideños fue el aporte al desarrollo
agrícola, caracterizado por
“(...) una agricultura basada en el cultivo de
tubérculos altoandinos”.123
Por lo demás, se refiere a algunas similitudes respecto a elementos
mágico-religiosos y artesanales, pero no señala la ubicación geográfica de
los grupos prehispánicos de los Andes colombianos, y mucho menos las
rutas de ingreso a los Andes venezolanos.
De acuerdo a las teorías expuestas, no queda muy claro el origen de
los grupos prehispánicos de los Andes venezolanos, lo cual indica que sería
un error por parte de nosotros aventurarnos a dar alguna conclusión. Por lo
tanto, podemos señalar que ninguna teoría es concluyente, ante lo cual no
podemos establecer una realidad concreta acerca de la procedencia de los
pobladores
andinos
venezolanos.124
Lo
que
sí
podemos
asegurar,
basándonos en unos y otros estudios, es que nuestras culturas andinas
122
Ob. Cit. pp. 5-25.
Ibídem. p.5.
124
Recordemos que estamos trabajando bajo la premisa de una efectiva migración, lo cual
no significa la presencia de otros procesos demográficos relacionados con el poblamiento
andino venezolano.
123
71
presentan
elementos
de
diversos
grupos
indígenas
americanos,
y
especialmente de América del Sur.
Al respecto contamos con la información obtenida gracias a las
evidencias toponímicas, arqueológicas, etnohistóricas, y otras, que emplean
los investigadores reseñados, cuyos
estudios intentan demostrar, en
términos generales, que los antiguos pobladores de los Andes venezolanos
tenían estrecha relación con cuatro grandes culturas prehispánicas: la
chibcha y la quechua, asentadas en lo que se conoce como la América
andina; la arawak, procedente de los Llanos
y
del centro-occidente
venezolano; y la caribe, establecida en Mesoamérica, islas del Mar Caribe,
noreste y noroeste del actual territorio venezolano. Para el caso de los altos
Andes venezolanos, los diversos autores sostienen que la influencia chibcha
y quechua fue fundamental, principalmente en aspectos mágicos-religiosos y
de tecnología agrícola.
En todo caso, las teorías señaladas aportan algunos elementos para
intentar describir el recorrido de las posibles rutas de penetración de los
primeros pobladores andinos venezolanos. En este sentido, describiremos
cuatro grandes rutas, que probablemente eran las principales vías de acceso
a nuestros Andes, y posteriormente indicaremos los recorridos hasta la
cuenca alta del río Chama.
a) Una ruta procedente de los asentamientos chibchas en los Andes
centrales colombianos, la cual en realidad era una continuidad de uno de los
caminos que partían del Nudo de Pasto. Coincidirá con el posterior Camino
Real colonial que se dirigía desde Bogotá hasta la cuenca alta del Chama.
Era fundamentalmente terrestre, debido al accidentado relieve, y recorría las
principales vías naturales, como lo son los valles longitudinales, paralelos a
los principales ejes de la cordillera. Si tomamos como origen el Nudo de
72
Pasto, hay que señalar que la vialidad recorría los fondos de valle de tres
cordilleras: central y oriental en territorio colombiano, y la Cordillera de
Mérida, gracias a la acción erosiva y sedimentadora de importantes ríos:
Magdalena, Táchira, Zulia, Mocotíes, y Chama. Esta ruta llevaba una
dirección sur-noreste, y constaba de dos grandes tramos montañosos: el
primero, entre el Nudo de Pasto (sí establecemos el Nudo de Pasto como
punto de partida) y la depresión del Táchira, y el otro, entre este accidente
geográfico y el páramo de Mucuchíes.
Mapa N° 4
Rutas de Penetración desde Asentamientos Chibchas
Modificado por:
María del M. Santos P. y Rubén Hernández.
Fuente: Atlas Básico. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana, S.A.,
1994. p. 12.
73
b) Una segunda ruta procedente de asentamientos arawak en los Llanos
colombianos y venezolanos. Probablemente es la continuidad de una de las
rutas que parten de la encrucijada del Nudo de Pasto. Luego de un gran
recorrido fluvial, aprovechando las grandes corrientes provenientes de los
Andes venezolanos y colombianos, los grupos prehispánicos remontaban la
Cordillera merideña
a través de las abras que atraviesan el piedemonte
andino-llanero (Barinas y Apure). (Ver Mapa N° 5).
c) Otras rutas procedían de la costa sur del Lago de Maracaibo, donde se
establecieron grupos bobures, pocoes, tucaníes, entre otros.
Eran
fundamentalmente terrestres, a excepción de las estribaciones meridionales
de las costas lacustres, donde ciertos tramos fluviales eran navegables.
Estas rutas remontaban los Andes venezolanos a través de valles
transversales de ríos como: Escalante, Torondoy, Tucaní, y otros.
(Ver Mapa N° 5).
d) Una última gran ruta procedía de asentamientos arawak, en el centrooccidente venezolano. Básicamente, los grupos prehispánicos atravesaron la
Depresión de Barquisimeto, y remontaron las tierras andinas trujillanas a
través de corredores intramontanos, en dirección suroeste. (Ver Mapa N° 5).
Con respecto a las rutas que utilizaron los primeros pobladores de la
cuenca alta del río Chama para ingresar a estas tierras, contamos con poca
información. Sin embargo, intentaremos la reconstrucción de los recorridos a
partir de las rutas de penetración en los Andes venezolanos, considerando
que tienen mucha relación, presentándose una continuidad en el trazado de
algunos caminos. En este sentido, podemos indicar que varias rutas de
penetración a la cuenca alta del Chama, no eran sino una prolongación las
vías de acceso a los Andes venezolanos; sin embargo, a diferencia de estas
74
últimas, la vialidad de acceso al espacio alto andino merideño, tuvo que
haber sido totalmente terrestre, por razones topográficas.125
Mapa Nª 5
Posibles rutas de penetraciòn prehispànica en los Andes venezolanos.
Fuente: Atlas Básico. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana, S.A.,
1994. p. 16.
125
Más adelante explicaremos la influencia de los elementos geofísicos en la vialidad.
75
En general podemos señalar cuatro rutas posibles:
a) Una de las probables rutas que utilizaron los primeros pobladores de la
cuenca alta del río Chama, era aquella que provenía de los Andes trujillanos
siguiendo el valle longitudinal del río Motatán, y remontando el páramo de
Mucuchíes, para luego conectarse con el valle del Chama. Supuestamente,
esta ruta fue seguida por grupos timoto-cuicas, los cuales recorrieron gran
parte del valle longitudinal del Chama.
b) Otro de los probables caminos de ingreso para los grupos prehispánicos
de la cuenca alta del Chama, provenía de asentamientos bobures o pocoes,
en las riberas del Lago de Maracaibo. Recorrieron los valles transversales de
las dos vertientes126 de la Cordillera del norte o Sierra La Culata. Entre
dichos valles podemos mencionar el del río Tucaní y el del río Torondoy, los
cuales permiten un acceso relativamente fácil y rápido a las áreas
circundantes al valle alto del Chama.
c) Rutas procedentes del piedemonte andino-llanero, donde se asentaron
algunos grupos prehispánicos de filiación arawak. En este caso, los
indígenas que emigraron a los altos Andes merideños, contaron con diversas
posibilidades para la movilización, gracias a una buena cantidad de valles
transversales que constituían importantes caminos, entre los que destacan
los formados por los siguientes ríos: Santo Domingo, Canaguá, Curbatí y
Ticoporo. Sin embargo, es de advertir, que los indígenas tenían que soportar
unas duras condiciones topográficas y climatológicas.
126
Las vertientes son los declives que se desprenden de los puntos más altos de una
Cordillera, y las aguas que descienden por sus valles desembocan en un mismo río, lago,
mar u océano. Por ejemplo, la vertiente norte de La Culata es aquella cuyas aguas
constituyen parte de la cuenca del Lago de Maracaibo.
76
d) Otro probable punto de entrada a la cuenca alta del Chama, era a través
de la ruta interandina que parte del actual Estado Táchira, atravesando
diversos valles longitudinales; como el del río Mocotíes, y el río Chama en su
parte media. Este camino corresponderá más o menos con buena parte del
posterior Camino Real.
Es importante señalar que los grupos que ingresaron a la cuenca alta,
debieron haber contribuido con el conocimiento del medio fìsico altoandino
merideño, facilitando el posterior trànsito de rutas naturales en la regiòn.
Para
concluir
este
punto,
creemos
conveniente
aclarar
que
necesariamente los recorridos de los grupos prehispánicos que ingresaron a
los Andes venezolanos en general, y posteriormente a la cuenca alta del
Chama, no eran necesariamente realizados en cortas jornadas, sino que
fueron parte de un proceso en el que los
grupos indígenas se
fueron
asentando progresivamente en diversos puntos de los espacios de recorrido,
a la vez que exploraban los territorios circundantes. En todo caso, las rutas
de penetración aquí reseñadas eran las más probables, más no podemos
afirmarlo de manera concreta, porque como mencionamos al comienzo, no
hay la certeza sobre una efectiva migración hacia los Andes venezolanos, y
además no contamos con fuentes escritas prehispánicas. Sin embargo, al
menos hemos intentado descifrar aspectos de la vialidad prehispánica
basándonos en importantes evidencias de diversos investigadores, que sí
bien no son concluyentes, han aportado datos relevantes127 a una temática
poco estudiada.
127
Es posible que al estudiar otros autores, salgan a relucir nuevos datos interesantes. En
este sentido, la investigación respecto a la temática de las rutas de penetración prehispánica
en los Andes venezolanos, no debería darse por concluida.
77
2.3
El medio físico y las comunicaciones prehispánicas altoandinas
Estudiaremos la influencia del medio físico en los paisajes de
recorrido, lo cual es extensivo al periodo colonial, aunque
agregaremos
algunos elementos de análisis respecto a las rutas de este último período en
el capítulo siguiente. Intentaremos comprender dos aspectos fundamentales:
a) los principales factores que incidieron en la nula o escasa utilización de
rutas acuáticas en la cuenca alta del río Chama y áreas circundantes; y b) las
características geofísicas de las rutas terrestres prehispánicas, las cuales, en
general, correspondían a las llamadas vías naturales. Consideraremos, en lo
posible, diversos criterios técnicos, relacionados con la terminología
geográfica; en este sentido, un conocimiento geográfico elemental, facilitará
la investigación en diversos ámbitos de la temática vial.
En primer lugar, hay que señalar la incidencia de la abrupta topografía
altoandina en la dificultad para la navegación fluvial, la cual si era posible en
otras regiones del actual territorio venezolano. Como sabemos, la
navegación fluvial depende de varios factores (incluso la realizada con
embarcaciones menores como canoas y piraguas), que pueden ser
resumidos así:
a) importante caudal fluvial, que proporcione suficiente
profundidad y anchura a los ríos. Los ríos que nacen en el territorio en
estudio, forman parte de tres cuencas, como son la del Lago de Maracaibo,
la del el río Chama, y la del río Apure, y en su mayoría, disponen de un
caudal poco importante128 en gran parte de su recorrido. Solo algunas
corriente podían permitir la navegación menor, pero en su curso bajo, y
fuera del ámbito espacial de nuestro estudio; b) la navegación menor,
fundamental para los indígenas venezolanos, necesitaba de la relativa
128
Aún cuando el caudal de muchas corrientes altoandinas pudiese haber sido mayor en
otros tiempos, los lechos fluviales indican que no era muy grande la diferencia respecto a la
actualidad, con todo y el descenso en las aguas de algunos ríos, producto de la
desglasación y desecamiento de lagunas.
78
estabilidad de las aguas. En este sentido, sí un río andino presentaba la
profundidad y la anchura adecuadas, por otro lado presentaba el problema
de los torrentes que descendían por pendientes inclinadas (diversas
corrientes fluviales andinas forman las conocidas cascadas o chorreras, lo
cual demuestra la acentuación de la orografía andina), hasta que llegaban a
tierras casi planas. Obviamente, esta condición era un obstáculo importante
para la navegación aguas arribas y aguas abajo. Es más, aún en la
actualidad, cuando hay la disposición de embarcaciones propulsadas por
máquinas, es prácticamente imposible navegar las fuertes corrientes, y sólo
algunos practicantes de “deportes de aventura” se atreven a recorrer los
torrentosos ríos andinos; y c) las crecientes de los principales ríos andinos
representaban un peligro para la navegación, en especial para las
embarcaciones propias de los antiguos indígenas.
En consecuencia, las comunicaciones terrestres fueron fundamentales
para los indígenas andinos, situación que persistirá posteriormente.
Antes de referirnos a los principales elementos geofísicos que
caracterizaron a las vías de comunicación prehispánica en los altos Andes
merideños, tenemos que considerar que el relieve es netamente montañoso.
En este sentido, las diversas rutas estaban sujetas en gran medida a las
condiciones que imponía el medio físico, entre las que podemos destacar los
declives propios del relieve, diferentes tipos de suelo, y el torrente de algunos
ríos. En este orden de ideas, el geohistoriador Marco Aurelio Vila resume la
capacidad que tenían los indígenas para la construcción o adaptación de los
caminos al medio físico merideño, al calificarlos de expertos:
“Lo accidentado del relieve de las tierras de Mérida hizo del
aborigen un experto en la construcción de caminos y de
sistemas de transporte para cruzar los profundos valles. El
79
indígena no contaba con otro medio de transporte que su
propia persona, y a este medio acomodó las vías”.129
Por lo tanto, los elementos geofísicos relacionados con las
peculiaridades de la orografía altoandina merideña, determinaron el trazado
y algunas características de los caminos. En este sentido, analizaremos
brevemente algunos elementos propios de la cuenca alta del Chama:
a) La presencia de valles fluviales longitudinales y transversales, formados
por la acción sedimentadora durante millones de años.
b) Régimen de lluvias.
c) La abundancia de material rocoso.
d) La presencia de ríos torrentosos.
Los valles longitudinales y transversales han sido fundamentales para
el poblamiento histórico de los altos Andes merideños, porque han permitido
la concentración de la población, el desarrollo agrícola, la movilización entre
distintos pisos térmicos, y otros factores.
Los valles longitudinales son grandes depresiones paralelas a los
principales ejes de la Cordillera, como la Sierra Nevada y la Sierra La Culata.
Se formaron a partir de la acción erosiva y sedimentadora de los cursos de
agua, cuyos desplazamientos se han realizado a través de las líneas de
falla130 propias de la orografía andina, como la de Boconó; es decir, las
corrientes fluviales han aprovechado las debilidades de una corteza terrestre
relativamente reciente desde el punto de vista geológico.
129
130
Aspectos geográficos del Estado Mérida... p.33.
Son grietas que se han producido en los estratos.
80
Foto N° 4
Valle longitudinal del río Mucujún, en el páramo La Culata.131
Foto tomada por María del M. Santos P. en febrero del 2004.
Los valles han jugado un papel importante en el desarrollo del
poblamiento andino, al presentar los siguientes elementos: a) gran amplitud;
b) vastas extensiones de tierras planas; c) suelos fértiles; d) riqueza hídrica;
e) importantes vías naturales de comunicación, como los fondos de valle.
Este último elemento es fundamental para nuestro estudio, porque estos
valles constituyen las principales rutas históricas de los Andes venezolanos.
Al respecto, el geógrafo Levi Marrero señala:
“Estos valles, que contribuyen a dar tanta originalidad a los
Andes, seccionan las montañas a lo largo de su eje longitudinal
y crean así una serie interrumpida de trincheras interiores rutas
naturales de comunicación que han seguido sucesivamente los
131
Obsérvese la amplitud de este valle, que sin compararse con el del Chama, ha sido
importante para el asentamiento de población y para una producción agrícola de cierta
importancia. La flecha en la foto indica el camino antiguo de La Culata al sur del Lago, y a
otras áreas del páramo merideño.
81
senderos indios, los caminos coloniales y la Carretera
Trasandina”.132
En cuanto al ámbito espacial de nuestra investigación, señalaremos
que el valle longitudinal del río Chama es el más importante en los Andes
merideños, asentándose en éste una numerosa población desde el período
prehispánico. En su parte alta, se extiende desde el páramo de Mucuchíes
hasta aproximadamente la población de Mérida, y su importancia radica en
que corre paralelo a las dos principales sierras de la Cordillera andina
venezolana: la Sierra Nevada y la Sierra La Culata, que se comunican con
diversas rutas naturales que descienden por las vertientes. En este sentido,
el valle longitudinal del Chama ha sido fundamental para el asentamiento y
movilización de diversos grupos en los Andes merideños, tanto por la
facilidad de comunicación entre el valle alto y el valle medio, como por la
conexión con diversas depresiones semi-perpendiculares, llamados valles
transversales (en ciertos casos, representan los segmentos terminales de
depresiones longitudinales, como el caso de los ríos Chama y Santo
Domingo), lo cual ha permitido el desplazamiento de población de la cuenca
alta del Chama a otras regiones, y viceversa.
En cuanto a la vialidad, es de aclarar que el valle del Chama es más
amplio en su parte media y baja, lo cual, sin embargo, no incide en gran
medida en las características de la ruta en la cuenca alta.
Por otra parte, los valles transversales son depresiones más o menos
perpendiculares a los principales ejes de la Cordillera merideña. Se formaron
a partir del corte fluvial transversal de la orientación estructural de las
principales sierras, pero a diferencia de los valles longitudinales, son más
estrechos, y presentan ciertas características, según el geógrafo Leonel
132
Venezuela y sus Recursos. Madrid: Editorial Mediterráneo Diego de León, (1964). p. 61.
82
Vivas: "las depresiones o hendiduras transversales frecuentemente también
responde a fallas, pero perpendiculares o derivaciones de las anteriores.
Igualmente, pueden ser debilidades estructurales de otro tipo, como
buzamientos generales de los estratos rocosos y complejos importantes de
diaclasas orientados en el mismo sentido que llevan los cursos de agua de
desplazamiento transversal".133 Estos valles corresponden a ríos que
descienden por las vertientes septentrionales y meridionales de la Sierra
Nevada y La Culata.
Foto N° 5
Valle transversal de la quebrada Gavidia, al sur de la población del mismo
nombre
Foto tomada por María del M. Santos P. en agosto 2003.
Como consecuencia de la estrechez de estas depresiones, es menor
la concentración de población que en los valles longitudinales; sin embargo,
cumplen una función importante como vías naturales que comunican la
cuenca del Chama con el sur del Lago de Maracaibo y con el piedemonte
barinés, como lo señala Vivas:
133
Los Andes Venezolanos. Caracas: Academia Nacional de la Historia. (1992). pp. 48-49.
83
“Las secciones Transversales de los valles andinos (...)
han servido de pasos naturales entre la parte central de la
cordillera y las llanuras vecinas. Son los casos del valle
Transversal
del
Santo
Domingo
y
de
la
sección
Transversal del Boconó”.134
Obviamente, las rutas transversales no tienen la misma magnitud de
las longitudinales, pero han debido cumplir el importante papel histórico de
comunicar
grupos
asentados
en
diferentes
espacios
físicos,
pero
relacionados precisamente con el sistema de vías naturales conectadas con
los altos Andes merideños.
Con anterioridad, hemos mencionado el término geofísico fondo de
valle, que corresponde más o menos a las partes más amplias de los valles,
generalmente cercanas a las riberas fluviales, en las que se asienta la mayor
población. En realidad, las rutas longitudinales
recorren estos fondos,
siempre y cuando la amplitud del valle longitudinal o transversal lo permita.
En caso de que los fondos de valle sean prácticamente inexistentes, las vías
de
comunicación
son
simples
senderos
que
recorren
las
laderas
montañosas, a veces tan empinadas, que obligan al trazado de caminos en
forma de zigzag, como puede notarse en algunas rutas de los actuales
"pueblos del sur". De cualquier manera, las vías de comunicación
longitudinales y transversales han sido históricamente las más importantes
de los Andes merideños, y en ese sentido va dirigida nuestra investigación.
En cuanto al régimen pluvial, podemos indicar que la mayor o menor
precipitación incide en las características de los caminos. Entre la cuenca
alta del Chama y sus áreas circundantes, hay por lo menos dos o tres pisos
134
Ibídem. p.62.
84
térmicos135, lo cual indica la variabilidad en la cantidad de lluvias caída. En
este sentido, en las zonas más bajas la precipitación es mayor, mientras que
en las más altas la precipitación es menor, y regularmente se da en forma de
nevadas o granizadas.
Desde el punto de vista de la vialidad, un régimen pluvial elevado
obligaba al empedrado de los caminos de tierra, debido al fango formado
durante el período lluvioso. Sin embargo, no todos los tramos de vialidad
altoandina fueron empedrados, como pudimos observar durante nuestra
incursión en algunas áreas de la cuenca alta del Chama.136 Algunos caminos
de tierra presentan diversas obras para sortear aguas empantanadas,
charcos, pequeños arroyos, y quebraduras del terreno. Aparentemente,
algunas de estas obras fueron realizadas por los indígenas, de acuerdo a lo
sugerido por la investigadora Claudine Kauman. En general, se habrían
construido drenajes, acequias, y muros de nivelación, (ver figura N°. 2), los
cuales, según nuestra opinión, han debido ser más favorables al tránsito de
bestias durante el período colonial, que a los recorridos pedestres de los
grupos prehispánicos.
135
Unidades de relieves ubicadas a diferentes alturas sobre el nivel del mar.
Hemos recorrido algunos tramos de las siguientes rutas: La Culata- sur del LagoMucuchies; Gavidia- Los Aranguren- Ciudad Bolivia.
136
85
Figura N° 2
Posibles obras viales prehispánicas.
Fuente: Kauman, Claudine. Art. Cit. pp. 133-134.
En la cuenca alta del río Chama hay abundancia de material rocoso,
como consecuencia de los numerosos lechos fluviales y la escasa
vegetación, lo cual es fundamental para comprender las características de la
mayoría de las rutas altoandinas. En el caso de los caminos de piedra
recorridos durante el periodo prehispánico, y posteriormente durante la
Colonia, éstos pudieron haber sido empedrados por el hombre, o
simplemente eran vías naturales con abundancia de piedras.
86
En cuanto a la presencia de ríos torrentosos, en ocasiones era
indispensable su cruce para evitar largos recorridos innecesarios. En este
sentido, los indígenas de los altos Andes merideños contaban con un
importante medio como la tarabita, que como señalamos anteriormente,
consistía en una cuerda amarrada a ambas orillas de un determinado río,
pudiendo disponer de una especie de cesto que permitía el paso de los
individuos. (ver figura N° 3). La tarabita tuvo que haber sido un medio eficaz
en la cuenca alta del Chama, si tomamos en cuenta el poblamiento
prehispánico en ambas bandas del río. Es posible que durante el periodo
Colonial la tarabita se siguiera empleando, aunque reemplazada en parte
por puentes colgantes137 o de madera.
Para concluir, señalaremos que las características de la vialidad
prehispánica en general, estaban determinadas por diversos elementos
geofísicos. En consecuencia, el indígena tuvo que adaptarse
a las
cambiantes condiciones atmosféricas e hidrológicas del espacio altoandino
merideño, transformando, en menor medida, los paisajes de recorrido,
equivalentes a rutas naturales.
137
Estos puentes colgantes también fueron construidos durante el periodo prehispánico,
aunque no precisamente en la cuenca alta del Chama, sino en los territorios de otras
culturas americanas, como la Inca.
87
Figura N° 3
La Tarabita
Fuente: Valery, Rafael. Ob Cit. p. 7.
88
2.4
Los caminos y la vinculación económica de los centros poblados
En este punto estudiaremos la importancia de las vías de
comunicación para el intercambio comercial en la época prehispánica.
Intentaremos ubicar el recorrido de las principales rutas comerciales de la
cuenca alta del río Chama, así como la presencia en éstas de
centros
poblados geoestratégicos, y analizaremos dos aspectos fundamentales: a) el
intercambio comercial que se estableció entre los pobladores de los
diferentes pisos térmicos del valle del Chama; y b) la comunicación entre las
poblaciones del alto valle, y aquellas regiones conocidas como el piedemonte
andino-llanero o meridional (barinés), y el piedemonte andino-lacustre o
septentrional (sur del Lago de Maracaibo). A partir de la magnitud del
comercio, es posible establecer la importancia de tal o cual vía de
comunicación.
La relación entre vías de comunicación e intercambio comercial es
fundamental, porque sin una ruta lo más expedita posible, no hay
posibilidades para un eficaz traslado de seres humanos y mercancías, lo cual
es vital para la supervivencia de la mayoría de pueblos en el mundo. En este
sentido, la concentración y consecuente sedentarización de la población en
las tierras frías del valle del Chama, demandaba intercambios de cierta
importancia entre poblados de los altos Andes merideños y zonas bajas (con
diferentes condiciones geofísicas), las cuales se localizaban en otros pisos
térmicos del valle longitudinal, o en las regiones piemontinas.138 Además,
138
Las tierras frías, aunque son fértiles, no presentan una importante diversidad productiva.
En este sentido, el establecimiento de una gran población exigía una dieta diversificada, y
algunos de los alimentos consumidos eran propios de tierras templadas o calientes. A su
vez, los pobladores de zonas bajas pudieron haber consumido alimentos de las regiones
frías. En todo caso, eran elementos de peso para estimular los intercambios entre las tierras
frías y las tierras calientes.
89
evidencias arqueológicas, toponímicas, documentales, geográficas, y otras,
parecen confirmar estas aseveraciones, como veremos más adelante.
La vinculación comercial de las vías de comunicación ha permitido el
desarrollo de numerosos centros poblados, al facilitar la movilización de
grupos humanos entre determinados puntos geográficos, pero a la vez el
asentamiento de la población, y la necesidad de intercambiar diversos
productos, requiere la construcción de diversas rutas,
aprovechando en
gran parte las ventajas del medio físico, como es el caso de
las vías
naturales. En este sentido, intentaremos determinar la relación entre la
importancia económica de algunos centros poblados prehispánicos de la
cuenca alta del Chama, y las vías de mayor tránsito comercial; o en otras
palabras,
al referirnos a las rutas comerciales, señalaremos los centros
poblados geoestratégicos,139 surgidos o desarrollados gracias a los
recorridos de dichas rutas, cuyos trazados debían tener ciertas ventajas
geofísicas. Por lo tanto, se trata de la vinculación vial con elementos
concernientes a los intercambios prehispánicos.
Antes de referirnos específicamente a la vinculación económica de los
caminos prehispánicos, debemos sustentar la tesis de los intercambios, al
analizar diversos elementos relacionados con la diversidad de pisos térmicos
de la cuenca del Chama y las regiones
circundantes, como la riqueza
agrícola y variedad de especies animales.
La permanencia de los antiguos habitantes del valle alto del Chama,
respondió fundamentalmente a la fertilidad del suelo, la cual fue impulsada
por la tecnología del terraceo,140 permitiendo una producción agrícola de
gran magnitud, hasta alcanzar la sobreproducción, (en este sentido, los
139
140
Gracias a una ubicación geográfica ventajosa y a un importante desarrollo económico.
Producción agrícola dispuesta en forma de escalones, en las laderas de las montañas.
90
indígenas contaban con depósitos o silos), según la tesis del geógrafo
Andrés Puig:
“Paralelamente al proceso de concentración de la población y
de jerarquización técnico-productiva, el desarrollo de las
configuraciones agrícolas fue capaz de generar excedentes
agrícolas cada vez mayores en la medida en que el control del
medio a través del sistema fue perfeccionándose”.141
Los excedentes agrícolas facilitaban la concentración de la población,
al asegurarle a los indígenas el sustento en tiempos de escasez. Sin
embargo, como ya señalamos, la producción agrícola presentaba poca
diversidad, y las especies animales eran escasas: algunos tubérculos, frutas,
y unas pocas aves y mamíferos.142 Además, las materias primas para la
manufactura de objetos cuya función era votiva o simplemente de adorno,143
no estaban disponibles en la cuenca alta.
Estos
factores
fueron
claves
para
impulsar
los
intercambios
comerciales de los pobladores de la cuenca alta del Chama con otras
regiones, a través de los cuales se lograría la complementación alimentaria y
de diversas materias primas, tal como lo señala Lino Meneses y Gladys
Gordones:
“(...) la diversidad de los alimentos y materias primas
utilizadas en la vida cotidiana de estos habitantes que
provenían de los distintos pisos altitudinales de la región,
141
La humanización del espacio de la Cordillera... p.80.
Papas, apios o arracachas, curubas, aguacates, aves de corral, conejos, venados, entre
otros.
143
Para los indígenas de los Andes merideños, era de suma importancia la utilización de
ciertos objetos con fines religiosos, como las placas aladas manufacturadas con serpentinita.
142
91
estos recursos eran obtenidos por estas poblaciones por
medio de una organización sociocultural jerarquizada que les
permitía el control microvertical de los pisos térmicos y el
intercambio comercial con otras poblaciones ubicadas fuera
de la región”.144
En la anterior cita se hace referencia a los pisos altitudinales o
térmicos, los cuales son unidades de relieve caracterizadas por estar
ubicadas a diversas alturas sobre el nivel del mar, lo cual les confiere
particulares características topográficas, climatológicas, hidrográficas, y
otras. Por lo tanto, son fundamentales para comprender la calidad de los
suelos de diversas regiones, y por ende la diversidad agrícola, animal y
mineral presente en las áreas involucradas en los intercambios. Dicha
diversidad permitió contar con variados productos alimenticios.
En el valle del Chama se localizan diferentes pisos térmicos, desde su
nacimiento en el páramo de Mucuchies (4.000 metros sobre el nivel del mar),
hasta las tierras bajas cercanas al Lago de Maracaibo (cerca de los 0 metros
sobre el nivel del mar), como indica Marco Aurelio Vila. (ver cuadro N° 1).
144
Art. Cit. p.76.
92
Cuadro N° 1
Pisos Térmicos en el valle del Chama
Piso Térmico
Altitud s.n.m.
Producto
Tropical
Subtropical
0m a 800m
800m a los 1.500m
Templado
1500 y los 2.200m.
Frío
2000m. Y los 3.600m
Paramero
3.600m y los 4.600m
Gelido
4.600 a los 5.007m.
Cacao (Theobroma Cacao)
Auyama(Curubita
Moschata
Puch),
Batata
(Ipomoca
patatas),
Yuca
(Manihot
Esculenta)
Papa (Solanum andigenum)
Maíz( Zea Mays)
Papa (Solanum Andigenum)
Maíz (Zea Mays)
Frijoles( Phaseolus Vulgaris)
Se da escasa producción
agrícola y es casi inexistente
la población.
No hay ningún tipo de
producto
agrícola
ni
asentamiento humano.
Fuente: Aspectos Geográficos del Estado Mérida pp.64-65.
Nota: el maíz se da con mayor propiedad en climas templados que en el intenso frío
paramero. En este sentido, los indígenas de las partes más altas del valle del
Chama, debieron obtenerlo por intercambio con pobladores asentados por debajo
de los 2.200 metros sobre el nivel del mar.
De acuerdo a la investigadora Maximina Monasterio, esta división
responde a factores ambientales, y ha influido en el poblamiento andino a
través de la Historia:
”Esta división está basada en variables ambientales simples
(Temperatura, heladas, patrones de precipitación, nubosidad,
insolación) cuya proyección o rango de variación en el
espacio de la montaña producen cambios cualitativa y
cuantitativamente
significativos
que
inciden
sobre
la
distribución de los ecosistemas montañosos naturales sobre
el uso histórico que de ellos han hecho las distintas
formaciones
socio-culturales
que
habitaron
los
Andes
93
venezolanos
desde
la
época
prehispánica
hasta
el
145
presente”.
El cuadro anterior, que resume la diversificación agrícola existente146 a
lo largo del valle del Chama, es un importante sustento de la tesis de
intercambios entre los diferentes pisos térmicos de dicho valle. La
arqueóloga Erika Wagner nos ofrece un ejemplo de lo referido: “(...) el maíz
pudo haber sido obtenido en la región de Mucuchies a través de algún
mecanismo de intercambio de regiones más bajas (...), a cambio de, por
ejemplo, papas y otros productos de regiones elevadas”.147
Mientras tanto, Marco Aurelio Vila llega a la siguiente conclusión:
“ La producción agrícola diversificada de acuerdo con los pisos
térmicos, facilitó a los habitantes del territorio merideño el poder
contar con alimentos varios de origen vegetal, con lo cual su
alimentación fue más balanceada que la de otros habitantes de
la Venezuela de antaño”.148
La concentración de la población en el valle alto del río Chama y áreas
circundantes, se realizó en numerosos centros poblados, de acuerdo a las
evidencias toponímicas. Es probable que se haya asentado la mayor
población prehispánica del actual territorio merideño. Dicha situación no
respondió sólo a la sobreproducción y a los intercambios; sin duda, la gran
vía natural del valle longitudinal del Chama fue fundamental, gracias a la
relativa facilidad de desplazamiento. En este sentido, los intercambios
145
Estudios Ecológicos en los Paramos Andinos. Mérida: Ediciones de la Universidad de
Los Andes. (1980). p. 172.
146
Aurelio Vila no hace referencia a especies animales, pero es probable que también fueran
objeto de intercambio.
147
Ob. Cit. p.5.
148
Aspectos geográficos del Estado Mérida... p. 211.
94
debieron ser continuos, y es probable que los indígenas hayan recorrido
grandes distancias por caminos de tierra o piedra natural, o utilizando la
figura del intermediario, que parece ser lo más lógico.149
Por otro lado, el valle del Chama, en el que se asentó probablemente
la mayor población prehispánica del actual territorio merideño, se conecta
con diversos valles transversales y otros valles longitudinales, los cuales
permitían la comunicación natural de los indígenas del Chama con otras
regiones venezolanas. En cuanto al valle alto del Chama, tenía comunicación
con los valles medio y bajo, con las áreas de piedemonte, con el río Motatán,
y con el río Santo Domingo; las confluencias de estas rutas determinaron el
surgimiento de importantes centros poblados geoestratégicos, los cuales
tenían dos características definitorias: a) ubicación en encrucijadas, donde
se conectaban diversas vías naturales; y b) además de una importante
concentración de población, debieron ser importantes centros para la
distribución comercial, cuya área de influencia común era la cuenca alta del
Chama.
De acuerdo a lo reseñado por cronistas y autores contemporáneos,
como Fray Pedro de Aguado150, y Jacqueline Clarac de Briceño,151
podemos inferir en cuanto a la presencia
de dos
centros poblados
prehispánicos de importancia en la cuenca alta del Chama: Mucuchíes y los
asentamientos Tatuy, en la meseta de Mérida y sus alrededores, a los que
149
Esto parece ser cierto, sí tomamos en cuenta las dificultades que pudieron experimentar
los indígenas que recorrían regiones con características geofísicas diferentes a las de sus
asentamientos, lo cual está reseñado en los informes de los visitadores coloniales respecto
a los abusos cometidos por los encomenderos. Por el contrario, los intermediarios no
necesitaban recorrer grandes distancias, ni soportar elementos climatológicos a los que no
estaban acostumbrados. En todo caso, los recorridos pedestres superiores a los 50Kms.
(más aún si llevaban carga), difícilmente podían ser realizados por un mismo individuo o
grupo.
150
Ob. Cit. Tomo II, pp.235-245.
151
La persistencia de Los Dioses. Etnografía cronológica de Los andes venezolanos.
Mérida: Talleres Gráficos Universitarios. (1985). pp.45-55.
95
podemos agregarle el actual poblado de Apartaderos, donde confluyen
diversas rutas longitudinales y transversales. Por supuesto, es probable
que no hayan sido unidades poblacionales homogéneas, como la mayoría
de poblados prehispánicos andinos, sino una serie de aldeas o grupos de
viviendas más o menos dispersas. En todo caso, los grupos prehispánicos
asentados en la meseta de Tatuy o zonas cercanas,152 y en los alrededores
de Mucuchíes, representaban una importante población, con facilidad para
movilizarse a través del valle del Chama, y hacia otros territorios.
En este sentido, los pobladores de dichos lugares intercambiaban
entre ellos, o con otros grupos asentados en el valle del Chama. Por lo
tanto, podemos referirnos a una interesante relación establecida entre
importantes centros poblados, una gran vía natural de comunicación, e
intercambios de notable magnitud.
Sin embargo, la gran ruta longitudinal, aun cuando era la más
importante, no era la única que podían recorrer los pobladores de la cuenca
alta del Chama en sus intercambios a través de los distintos pisos térmicos
del valle de dicho río. En consecuencia, es probable que algunos grupos
prehispánicos hayan recorrido caminos longitudinales y transversales para
recortar distancias y enlazarse de forma más rápida con vías de recorrido
hacia regiones como los piedemontes. Algunos de dichos caminos pudieron
estar ubicados en La Culata, a través de cuyos valles transversales y
longitudinales, los indígenas de zonas como el valle del Mucujún, podían
comunicarse de forma más rápida con poblaciones como
Mucurubá y
Mucuchíes, que recorriendo el valle longitudinal del Chama.
152
La zona del valle del Mucujún debió concentrar una importante población prehispánica, lo
cual se fundamenta en los siguientes aspectos: evidencias arqueológicas, fertilidad del
suelo, amplitud del valle, riqueza hídrica, y los relatos de exploradores coloniales.
96
En términos generales, las probables opciones comunicacionales
entre poblados prehispánicos del valle alto del Chama, tomando como punto
de referencia a Mucuchíes, eran las siguientes: a) comunicación con otros
grupos asentados en el valle alto; b) comunicación con poblaciones del valle
del río Motatán o del río Santo Domingo, los cuales se conectan con el valle
del Chama en el nudo del páramo de Mucuchíes, a través del valle
longitudinal; c) comunicación con La Culata a través del valle del río Mucujún.
Basándonos en las ventajas del medio físico característico del valle
longitudinal del Chama, podemos asegurar que dicho valle ha sido
fundamental no sólo para el poblamiento de los Andes merideños, sino para
la histórica movilización humana entre
sus diferentes pisos térmicos,
comparable, quizás, con los intercambios establecidos entre los grupos
prehispánicos asentados en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Los pobladores de la cuenca alta del Chama también intercambiaban
con grupos asentados en el piedemonte andino-llanero, debido a las mismas
necesidades que impulsaron las relaciones entre pobladores de los diversos
pisos térmicos del valle del Chama. Por lo tanto, sólo nos referiremos
brevemente a algunos elementos concernientes al piedemonte, a evidencias
que demuestran tales intercambios, y a la vialidad correspondiente.
En primer lugar, es conveniente definir, en términos generales, lo que
representa el término piedemonte. En este sentido, podemos señalar que el
piedemonte es un área del relieve que constituye una especie de transición
entre las montañas andinas y las tierras bajas, con límites altitudinales que
oscilan entre los 200 y 800 metros sobre el nivel del mar. Según Leonel
Vivas, se caracteriza por estar "formado de colinas con diferentes
dimensiones y formas, constituidas esencialmente por rocas sedimentarias
(...), los piedemontes también están conformados por altas terrazas y conos
97
aluviales, dispuestos de manera destacada sobre los lechos actuales de los
ríos que disectan esos depósitos."153
A diferencia del piedemonte andino-lacustre, la faja andina llanera no
presenta declives tan pronunciados, porque los ríos que descienden de la
vertiente meridional de la Sierra Nevada recorren grandes distancias hacia su
desembocadura.154 Este factor es importante para comprender la relativa
riqueza del suelo y la concentración de la población en esta región,155 la cual,
si bien no fue abundante, se manifestó en las escasas áreas planas que
ofrecían terrenos poco inclinados, como las terrazas y conos aluviales ya
mencionados.
El piedemonte barinés no presenta avenamiento156 de las aguas (al
menos en alturas superiores a los 250 metros sobre el nivel del mar), su
clima es tropical, el régimen pluvial es elevado (seis meses de lluvia y seis
meses de sequía), y es evidente la presencia de abundante vegetación
boscosa. Estos factores son propicios para la abundancia de fauna
y
desarrollo agrícola, lo cual es importante para explicar los procesos de
intercambio entre grupos prehispánicos asentados en el piedemonte y otras
regiones, como la cuenca alta del Chama. Entre las plantas producidas en
suelo piemontino se encontraban el tabaco, el cacao, y el algodón; mientras
que algunas de las especies animales eran el conejo, la tortuga llanera, el
venado, y caracoles de río.157
153
Ob. Cit. pp. 65-66.
Por el contrario, los ríos que atraviesan el piedemonte andino-lacustre, recorren cortas
distancias hasta el Lago de Maracaibo.
155
Al contrario de las tierras bajas llaneras, donde los grupos prehispánicos eran
generalmente trashumantes, siendo cazadores y recolectores.
156
Dar salida a las aguas muertas o a la excesiva humedad de los terrenos, por medio de
zanjas o cañerías. Por lo tanto, el piedemonte barinés está casi libre de tierras anegadizas o
pantanosas.
157
Los peces no eran abundantes en esta región, al contrario de las zonas llaneras.
154
98
Entre los pobladores asentados en el piedemonte barinés, se
encontraban algunos considerados por Tulio Febres Cordero,158 como los
barinas, los
bumbunes,
los caquetíos, y los ticoporos, ubicados
aproximadamente entre la actual población de Barinas y las cercanías de la
localidad de Socopó. Éstos comerciaban con pobladores de la cuenca alta
del Chama, lo cual se evidencia no sólo por la complementación alimentaria,
sino gracias a estudios arqueológicos y una importante ubicación
geoestratégica de los indígenas. En este orden de ideas, señalaremos dos
ejemplos que tipifican los intercambios entre ambas regiones. En primer
lugar, el uso del tabaco entre los pobladores andinos merideños, como lo
asegura la investigadora Nelly Velásquez:
“(...) la diversidad de uso que tenía el tabaco entre la
población autóctona de la región explica su importancia como
dinamizador del comercio entre los pisos. Las hojas de tabaco
eran utilizadas por los naturales en los sahumerios, y además
las fumaban encendiendo los rollos en las hojas durante las
ceremonias religiosas”.159
Por otra parte, hay evidencias de consumo de tortugas llaneras entre
los pobladores de la cuenca alta del Chama, como señalan Lino Meneses y
Gladys Gordones, quienes también se refieren a la procedencia de
materiales para la manufactura de los objetos mágico-religiosos conocidos
como placas aladas:
“Con los llanos de Barinas, habría que resaltar la
existencia de placas aladas en los yacimientos de Curbatí
158
Procedencia y Lengua... p. 13.
Velázquez, Nelly. Población Indígena y Economía, Mérida siglo XVI y XVII. Mérida:
ULA,(1995). p. 59.
159
99
y el Gaván, (...) y la presencia de restos de tortugas
llaneras en los yacimientos de Mocao Alto, Mucuchíes (...).
Como lo apuntamos en líneas anteriores, cabe destacar
que, hasta los momentos, los talleres de placa alada han
sido reportados solamente para la cuenca alta del río
Chama en los sitios de Mocao y Escaguey (...)”.160
En cuanto a la vialidad comercial, debemos recalcar la presencia de
las importantes concentraciones de población en el valle alto del Chama. En
este caso, es muy probable que partieran importantes rutas de Mucuchíes y
lo que es actualmente Apartaderos, mientras que los indígenas de la ciudad
de Mérida y áreas circundantes no contaban con una ruta eficiente hacia el
piedemonte llanero161. Es probable que los grupos asentados en las actuales
poblaciones de Mérida, Tabay, Cacute, entre otras, se hayan dirigido a través
del valle longitudinal del Chama hasta Mucuchíes, donde empalmaban hacia
el piedemonte.
De acuerdo a nuestro recorrido por ciertos caminos transversales que
parten de Mucuchíes (Agosto de 2003), según evidencias arqueológicas, y a
la ubicación de poblaciones piemontinas actuales exactamente en las
desembocaduras de los corredores fluviales naturales, es probable que los
grupos prehispánicos hayan recorrido dos caminos importantes, como lo
evidencian Gordones y Meneses:
“(...) el yacimiento de Mocao Alto en Mucuchíes está ubicado
directamente encima del nacimiento del río de Canaguá que
drena su torrente en los terrenos del complejo Cubartí y el
160
Art. Cit. p.80.
A excepción de la actual población de Tabay. Según Meneses y Gordones, parte una ruta
que comunica a esta población con Ciudad Bolivia, en Barinas. Dicha ruta se conecta con
una ruta que parte desde Mucuchíes en un caserío conocido como Los Arangures.
161
100
Gaván, a los cuales se les puede llegar por medio de un corredor
natural que se abre desde Mocao pasando por Micarache y El
Carrizal. Estos últimos sitios están relacionados además por
medio de fechas radiocarbónicas que oscilan entre 830 y 1500
D.C. (...). También habría que tomar en cuenta, como ruta de
intercambio comercial con los llanos de Barinas a Los Arangures,
cuyas características geográficas permiten también el acceso a
los llanos por medio de un corredor natural”.162 (Ver mapa en
ubicación geográfica).
Sin embargo, creemos que la primera ruta mencionada debió ser más
factible, debido al recorrido por sitios arqueológicos que datan del período
prehispánico, además de las características toponímicas; mientras que el
otro camino, que pasa por Los Arangures y arriba a las proximidades de
Pedraza (actual Ciudad Bolivia), pudo haber sido transitado efectivamente
durante el período colonial.
En estas rutas transversales, además, pudieron haberse desarrollado
diversos centros poblados durante el periodo prehispánico, como los grupos
que pudieron haberse establecido en el valle donde se asienta la actual
población de Gavidia, ubicada en la encrucijada donde convergen las rutas
que comunican a Mucuchíes con el piedemonte andino-llanero. En este caso,
la ubicación geoestratégica
del poblado debió ser fundamental para el
asentamiento de indígenas que serían encomendados en el periodo colonial
por europeos de apellido Gavidia, y no la poca fertilidad de los suelos de un
lugar típicamente paramero, a una altitud superior a los 3.300 metros sobre el
nivel del mar; es decir, la confluencia de diversas rutas naturales en torno a
Gavidia, pudo haber compensado la escasez agrícola y animal mediante la
162
Art. Cit. p. 80.
101
complementación
alimentaria
derivada
de
los
intercambios.
Este
asentamiento es un ejemplo de la importancia de la interconexión de
espacios de recorrido comerciales.
El actual poblado de Apartaderos también es otra importante
encrucijada, y aunque no disponemos de una información precisa sobre los
grupos prehispánicos que allí habitaban, es muy probable que hayan tenido
contactos con pobladores de diversas regiones andinas y extra-andinas.
Como no contamos con alguna evidencia creíble, no nos atrevemos a
señalar alguna ruta de contacto con los pobladores del piedemonte andinollanero. Sabemos que hay una comunicación natural a través del corredor
del río Santo Domingo, pero hemos considerado referiremos a dicho corredor
en el período colonial, llamado por muchos como el Camino de los
Callejones.
Basándonos en las ventajas comunicacionales, y a pesar de las duras
condiciones topográficas y climáticas podemos señalar que los contactos
entre los pobladores de la cuenca alta del Chama y el piedemonte andinollanero, debieron haber sido continuos, y hasta vitales, en comparación con
los que pudieron haberse establecido entre los pobladores de este
piedemonte y aquellos de las zonas llaneras (generalmente trashumantes),
las cuales, además, debieron haber sido casi en su totalidad fluviales, ante el
espesor de los bosques selváticos y la inundación de la llanura durante el
período de lluvias. En consecuencia, podemos indicar la presencia de un
sistema vial
condicionó
que a pesar de
las abruptas condiciones topográficas,
la conexión natural entre los altos Andes merideños y el
piedemonte barinés, generando una estrecha relación en diversos ámbitos.
Los
antiguos
pobladores
del
valle
alto
del
Chama
también
intercambiaban diversos productos con los habitantes del sur del Lago, lo
102
cual se evidencia a través de las fuentes arqueológicas y documentos
coloniales; sin embargo, a diferencia del piedemonte andino-llanero, la
transición entre las montañas andinas y las tierras bajas lacustres,
incluyendo las riberas, han presentado condiciones geohistóricas adversas
para una importante concentración de la población. Entre dichas condiciones
tenemos: pronunciados declives, debido al corto recorrido de los ríos que
descienden por la vertiente septentrional de la sierra La Culata; escasez de
suelos aptos para la agricultura; formación de ciénagas en las riberas
lacustres; entre otras.
En términos generales, las áreas planas o conos de deyección
fluviales son más estrechos que en el piedemonte barinés, aunque vitales
para el escaso asentamiento de la población y la siembra de algunos
productos agrícolas; mientras que por otro lado, las riberas lacustres con su
dominio selvático y cenagoso, obligaban a sus pobladores a depender de
especies animales acuáticas y al consumo de minerales como la sal, y en
algunos casos vivían en viviendas ubicadas en el agua. En realidad, tanto el
piedemonte andino-lacustre como el sur del
Lago de Maracaibo, fueron
regiones prácticamente inhóspitas hasta el siglo XX, cuando gracias a
grandes carreteras, y a la explotación ganadera y petrolera, hubo gran auge
en la concentración de población y proliferación de centros poblados.
En consecuencia, es probable que se haya dado poca concentración
de población prehispánica en el piedemonte septentrional y en el sur del
Lago, y los pocos grupos mencionados por diversos investigadores, como
Tulio Febres Cordero,163 se asentaron en cotas altitudinales superiores a los
800 metros, o en las diferentes costas lacustres. En este caso, nos
referiremos a los pobladores ribereños, como los bobures, los tucaníes, y los
163
Décadas de la Historia de Mérida En Obras Completas. Bogotá: Ediciones
Conmemorativa, (1960), vol.I. p.49.
103
quiriquires, basándonos en el consumo de algunos productos lacustres como
la sal y algunos tipos de pescado por los pobladores de las tierras altos
andinas merideñas. Febres Cordero detalla algunos aspectos sobre el tráfico
de la sal y el pescado: “(...) los Bobures compraban a los de la laguna el
pescado, y decían que el oro lo llevaban de las Sierras; y se sabe asimismo
que las tribus ribereñas del Chama, hacia la parte llana, cambiaban maíz y
otros frutos por la sal que importaban de la laguna”. 164
La investigadora Nelly Velázquez también se refiere al tráfico de la sal,
e incluso señala la principal ruta de intercambio, a su juicio:
“El tráfico de la sal debió suponer un comercio muy activo
entre las poblaciones que habitaban pisos diferentes. La vía
seguida
por
posiblemente
la
sal
fue
la
durante
misma
el
período
que
siguió
prehispánico
este
recurso
posteriormente, durante el periodo colonial. Que no fue otro
que el camino real que comunica a Mérida con Gibraltar y en
la que estaban entrelazados Tucaní, Torondoy, el Pueblo de
la Sal (Piñango), Mucuchíes, Mucurubá y Tabay”.165
Es conveniente hacer una pequeña observación al comentario de
Velázquez. Probablemente esta ruta era importante para el intercambio de
sal por diversos productos de la cuenca alta del Chama; sin embargo, no
pudo haber sido la única, si nos remitimos al factor distancia, el cual
determina que habrían recorrido distancias más largas los grupos asentados
por debajo de la altura de Mucuchíes en el valle longitudinal. En este caso,
los indígenas habrían recorrido trayectos más largos a través de gran parte
del valle longitudinal del Chama, que a través de vías longitudinales y
164
165
Ibídem. p.57.
Estrategias productivas en la población prehispánica... pp.57-58.
104
transversales que conectan directamente poblaciones como Mucuchíes y
Mérida con Gibraltar o Tucaní. Además, Mucuchíes no se comunica
directamente con Piñango, sino a través de una ruta transversal que parte del
nudo de Apartaderos. A pesar de la limitación en este sentido de Velázquez,
su señalamiento es importante para indicar que más bien deberíamos
referirnos a las rutas de la sal, las cuales, por cierto, estaban conectadas
entre sí, de acuerdo a evidencias geofísicas.
El tráfico de la sal durante el periodo prehispánico, debió haber sido
muy importante, a juzgar por las informaciones de cronistas y autores
contemporáneos, como Luis Bastidas, respecto al “pueblo de la sal”,
posteriormente conocido como Piñango: “(...) fue conocida esta población por
los españoles, debido a que, al llegar Maldonado, sus habitantes le trajeron
como presente varias cargas de sal”.166
De acuerdo a la abundancia de cloruro de sodio que encontraron los
conquistadores en el "pueblo de la sal"167, es probable que se tratara de un
centro poblado geoestratégico, con una importante concentración de
población, y cumpliendo el papel de distribuidor o “intermediario” comercial,
gracias a su ubicación como encrucijada, donde confluyen rutas que
conectan no sólo al valle alto del Chama con el sur del Lago, sino a una serie
de poblaciones intermedias, como el caso de Torondoy.
En términos generales, tres eran las principales rutas comerciales que
conectaban el valle alto del Chama y el sur del Lago, y que incluso podían
conectar al piedemonte barinés, gracias al punto de enlace que representaba
166
El encuentro. Itinerario de la conquista española... p. 302.
Hay que tener siempre en consideración que dificilmente se producía sal en este centro
poblado. En este caso, es lógico pensar que la sal era trasladada desde algunas costas del
Lago de Maracaibo.
167
105
el gran valle longitudinal168: a) Mérida-La Culata-Tucaní, reseñado por
Claudine Kauman (ver mapa 6), a través del valle longitudinal del río Mucujún
y el valle transversal del río Tucaní; b) Mucuchíes-Torondoy-sur del Lago, a
través del valle transversal del río Torondoy; y c) Apartaderos-Piñango-sur
del Lago, a través del río Chirurí, y conectada con la segunda ruta en el
poblado de Torondoy.
Como conclusión
a la vinculación económica de las rutas
prehispánicas en la cuenca alta del Chama, podemos señalar que había un
sistema vial natural, representado fundamentalmente por rutas longitudinales
y transversales, que aunque no pueda compararse con sistemas como el del
imperio Inca, sin duda relacionó a los altos Andes merideños entre sí, y con
diversas regiones circundantes. A partir del mismo periodo prehispánico,
dichas regiones se irían transformando en áreas de influencia merideña, lo
cual se consolidò en el periodo colonial, de manera ampliada (gran parte de
los Llanos barineses, contanto siempre con la ventaja de las vias de
comunicaciòn determinadas por elementos orogràficos e hidrogràficos.
168
Al menos durante el periodo prehispánico, estas rutas no parecen haber sido muy
transitadas, si tomamos en cuenta las condiciones geofísicas del piedemonte andinolacustre y el sur del Lago, así como la escasa concentración de población en los espacios
de recorrido de la Sierra La Culata.
106
2.5
Ubicación geográfica de los principales caminos
En este punto intentaremos describir el recorrido de las principales
rutas prespánicas de la cuenca alta del Chama. Fundamentalmente
realizaremos un análisis a partir de fuentes gráficas, como mapas, en los que
indicaremos en forma aproximada el trazado de los caminos.
Sin duda, emprenderemos una labor complicada, en el sentido de que
no contamos con datos del periodo prehispánico sobre el recorrido de los
principales caminos. Sin embargo, gracias al apoyo de estudios actuales
basados en la Arqueología, la Toponimia, la Geografìa, entre otras
deisciplinas, y al análisis de fuentes coloniales que señalan algunos
elementos de la vialidad, podemos tener una visión más clara sobre los
espacios de recorrido prehispánicos.
No profundizaremos en los elementos que determinaron la importancia
de tal o cual camino, los cuales ya fueron suficientemente reseñados, sino
que intentaremos
describir con la mayor exactitud las posibles rutas
recorridas por los pobladores prehispánicos. En este sentido, solo
mencionaremos dichos elementos, los cuales nos permitirán abordar con
cierta facilidad la compleja labor de indicar la ubicación geográfica de las
principales vías de comunicación: a) La adaptación de los indígenas al medio
fìsico, o en otras palabras, la ventaja que éstos sacaron de las vías
naturales; b) la presencia de importantes núcleos de población en la cuenca
alta del Chama; y c) los diversos intercambios comerciales de los pobladores
altoandinos.
A continuación señalaremos las principales rutas de la cuenca alta del
rìo Chama, valiéndonos de un mapa reseñado por Claudine Kauman, y
nuestro mapa base, perteneciente a la Corporación Merideña de Turismo.
107
Es conveniente resaltar que eran las rutas de recorrido prehispánico más
probables, y necesariamente no eran definitivas.
Mapa Nª 6
Probables rutas de recorrido prehispànico en la Sierra La Culata
Fuente: Kauman. Claudine. Art. Cit. p.132.
108
Mapa N° 7
Posible ubicación geográfica de las principales
rutas prehispánicas en la cuenca alta del Chama.
LEYENDA
A través del valle longitudinal del Chama
Comunicación con el piedemonte andino-Llanero
Comunicación con el piedemonte andino –lacuste
y el sur del Lago
Modificado Por:
María del M. Santos P. y Rubén A. Hernández A.
Fuente: Corpoturismo. Mapa del Estado Mérida. Caracas: Grupo Editor
Interarte (s/f).
109
CAPITULO III
LAS ANTIGUAS VIAS DE COMUNICACIÓN Y LA PENETRACIÓN
ESPAÑOLA. LOS CAMINOS COLONIALES O LA RECONSTRUCCIÓN Y
AMPLIACIÓN DE LAS RUTAS EXISTENTES
Estudiaremos
las
vías
de
comunicación
que
recorrieron
los
conquistadores al ingresar a tierras andinas, y la manera como éstas fueron
adaptadas a los intereses coloniales, de acuerdo a las Ordenanzas de
Poblamiento.
En
esta
fase
de
la
investigación
nos
basaremos
fundamentalmente en los relatos de funcionarios administrativos, viajeros,
comerciantes, cronistas, y algunos autores contemporáneos, los cuales nos
ayudarán a reconstruir los recorridos de la red comunicacional que se
desarrolló en este período.
En primer lugar, haremos una breve síntesis sobre los principales
factores que impulsaron la conquista de las Sierras Nevadas,169 y las dos
rutas de penetración (El Tocuyo y Pamplona) que utilizaron para incursionar
en la Cordillera de Mérida. En segundo lugar, señalaremos algunas
características de los caminos coloniales,170 producto en gran parte de las
transformaciones de los caminos ya existentes antes de la llegada europea
a la cuenca alta del río Chama. Luego analizaremos diversos elementos del
poblamiento colonial relacionados íntimamente con la vialidad: organización
del espacio, circuitos económicos, sitios de alojamiento, entre otros.
169
División político-administrativa conocida como provincia de Sierras Nevadas, dependiente
del Nuevo Reino de Granada, entre 1558 y 1607, cuando fue elevada a Corregimiento.
Comprendía gran parte del actual Estado Mérida. Según cronistas coloniales como Fray
Pedro Aguado y Fray Pedro Simón, los exploradores europeos del occidente venezolano
debieron haber sentido una gran impresión ante las enormes montañas, algunas cubiertas
de nieve, lo cual probablemente influyó en el nombramiento de Sierras Nevadas.
170
Consideraremos la introducción por los colonizadores de animales de carga, como la
mula, lo cual facilitó el traslado de los productos desde los principales centros de producción
hasta los centros de distribución y de consumo.
110
Finalmente, consideraremos un elemento especial: la vinculación de la
vialidad con la problemática geopolítica en la Provincia de Mérida y territorios
circundantes o áreas de influencia.
3.1
La necesidad de conquistar las “Sierras Nevadas”
Nos referiremos a los factores que impulsaron a los españoles a
penetrar en los Andes venezolanos, describiendo los primeros intentos de los
exploradores delegados por la Provincia de Venezuela y el Nuevo Reino de
Granada171 para conquistar las Sierras Nevadas.172 Así mismo, reseñaremos
algunos recorridos, y sus consecuentes ventajas y dificultades. Estas
exploraciones permitieron posteriormente la penetración en regiones
específicas, como la cuenca alta del río Chama, para luego proceder a su
conquista y colonización definitiva.
Para mediados del siglo XVI la Corona española tenía un
conocimiento vago de la región andina venezolana, la cual aún no había sido
explorada173, tal como afirma la autora Magaly Burguera: “(...) tanto en el
Norte de la Provincia de Venezuela, como en el Sur, los del Nuevo Reino de
Granada
intentan
inspeccionarla
y
anexarla
a
sus
respectivas
jurisdicciones"174. Una vez instalados los Welseres en la Provincia de
Venezuela, les corresponderá el descubrimiento desde el
cabo de
Maracapana hasta el cabo de La Vela. Así, durante el periodo de mandato de
171
En realidad, los primeros intentos se dieron desde la Provincia de Venezuela,
estableciendo el precedente para los pobladores neogranadinos.
172
Cuando mencionemos el término en este punto, nos estaremos refiriendo a los Andes
venezolanos en general.
173
Es posible que los conquistadores imaginaran una Cordillera merideña parecida a
algunas zonas montañosas europeas, de otras regiones americanas, o del norte venezolano.
En todo caso, el conocimiento superficial que pudieron haber tenido los conquistadores,
debió ser producto de las noticias surgidas luego de algunas exploraciones por el occidente
venezolano en las primeras dos o tres décadas del siglo XVI.
174
Ob. Cit. p. 62.
111
los gobernadores
Welseres, apareció el famoso mito de El Dorado, que
consistía en la supuesta presencia de fabulosas ciudades y tierras ricas en
oro. En realidad, este mito fue inventado por los mismos indígenas para
alejar a los europeos de sus tierras, tal vez como lo señala Rosales María:
“(...) para tratar de evadir el peso de persecución o el
regularizado por Real Cedula del 14 de agosto de 1509”.
esclavisamiento
175
La idea de El
Dorado se extendió por todas partes, como lo señala el Hermano Nectario
María; “(...) situabanlo unos en la región oriental de la Guayana con el
nombre de El Dorado de la Paraima; otros a doscientas setenta leguas hacia
el poniente, cerca de la falda oriental de los Andes”. 176
Entre las probables regiones en las que pudo ubicarse El Dorado, los
Andes venezolanos debieron haber sido muy importantes, en virtud de la
fascinación y el temor que seguramente ocasionaba una gran cadena
montañosa que pudo parecer inaccesible y llena de misterios. Por lo tanto,
entre los motivos que impulsaron a los conquistadores a
intentar
inspeccionar los Andes occidentales venezolanos y orientales colombianos,
estaba la ambición por encontrar en estas regiones el oro que necesitaban
para mantener el sistema económico mercantilista, el cual consistía en la
acumulación de metales preciosos.
Las primeras exploraciones que se llevaron a cabo para ir en
búsqueda de El Dorado, fueron de Ambrosio Alfínger, Jorge Spira y Nicolás
Federman,177 quienes fueron comisionados por las autoridades de la
Provincia de Venezuela, partiendo de Coro, su capital. En realidad, no eran
claros sus objetivos respecto al ingreso en los Andes venezolanos, sino que
175
Los Andes en la Historia de Colombia. Táchira: Imprenta oficial del Estado Táchira,
(s.f), p.17.
176
Historia de Venezuela. Caracas: Fundación La Salle de Ciencias Naturales. (1980).
p. 42.
177
Según Tulio Febres Cordero, los exploradores Alonso de Ojeda y Américo Vespucio
fueron los primeros en pisar tierras merideñas por la costa sur del Lago de Maracaibo. Sin
embargo, difícilmente habrían tenido la intención de ingresar a la Cordillera.
112
básicamente se desplazarían por diversas zonas del occidente venezolano y
parte del actual territorio colombiano. Sin embargo, estas expediciones
constituirían un factor de avanzada para los futuros intentos de penetración
en la Cordillera merideña. Alfínger salió en 1531 desde Coro con rumbo a
Maracaibo, al noroeste del actual territorio venezolano. En un primer intento,
arribó al noreste del actual territorio colombiano, desplazándose luego por las
riberas del río Magdalena, pero cometiendo un importante error, porque
estas tierras son cenagosas, en vista de lo cual se vio obligado a regresar a
Coro para reintentar la incursión en el centro-oriente colombiano.178
Por segunda vez, Alfínger decidió seguir el mismo rumbo hasta el
noroeste venezolano, para luego bordear la Sierra de Perijá, la Serranía de
los Motilones, y finalmente la cordillera oriental colombiana, siempre al oeste
del Lago de Maracaibo. Es probable que parte de su recorrido haya sido
fluvial, a través de ríos como el Limón, el Algodonal, o el Zulia. Finalmente
arribó a una población cercana al valle de Cúcuta conocida como Chinácota,
pero su muerte le impidió lograr uno de sus posibles objetivos, como era
recorrer la Cordillera en sentido noreste, hasta los Andes venezolanos.
Según la geógrafa Ileana Parra, esta expedición de Alfínger traería
importantes consecuencias, fundamentalmente respecto al conocimiento
geográfico de la región por las autoridades del Virreinato de Nueva Granada,
lo cual sería de suma utilidad para futuras exploraciones. Parra indica lo
siguiente: “La expedición de Alfínger exploró la vertiente oeste de la cuenca
lacustre y sentó el precedente de una salida fluvial desde Pamplona y los
valles de Cúcuta hacia el Lago”.179
A la vez que Alfínger realizaba la expedición ya mencionada, mandó a
varios hombres a bordear la costa oriental del Lago de Maracaibo, llegando
178
Esta región corresponde más o menos a los actuales Departamentos de Santander,
donde se ubican poblaciones históricas como Cúcuta, Pamplona, y Chinácota.
179
Ob.Cit. p. 16.
113
hasta la costa sur (lo que se conoce en la actualidad como Sur del Lago).
Supuestamente, llegaron hasta la parte baja del río Chama, para lo cual
tendrían que haber atravesado toda la zona cenagosa del sur lacustre, o en
su defecto, haber navegado en pequeñas canoas. Ciertamente, las riberas
lacustres estaban habitadas por pobladores indígenas antes de la llegada de
los conquistadores, pero dependían fundamentalmente del medio acuático,
por las dificultades que les imponía el medio físico. De cualquier manera,
esta expedición de los hombres de Alfínger debió ser importante por dos
aspectos: a) conocimiento de las riquezas lacustres; y b) conocimiento
geográfico, en cuanto a la navegabilidad de ciertos ríos. Como la Cordillera
del Norte o Sierra La Culata bordea
el Sur del Lago, los exploradores
debieron divisarla, y en consecuencia, tuvieron cierta idea acerca de posibles
comunicaciones intramontanas.
Jorge Spira salió en 1534 con sus tenientes Francisco Velasco y
Nicolás de Palencia, y según Tulio Febres Cordero, “fueron (...) los primeros
que, por los lados de Barinas, pisaron las faldas de las Sierras Nevadas”.180
Spira y sus hombres se desplazaron hacia la población del Tocuyo, y de allí
se conectaron con los Llanos occidentales venezolanos. En realidad
recorrieron el piedemonte llanero, bordeando siempre la Cordillera merideña,
lo cual le facilitó, la observación de las Sierras Nevadas, y la presencia de
ciertos ríos transversales que descendían de los Andes, y cuyas abras
podían resultar en rutas naturales de comunicación. Así lo constataron,
estando en territorios barineses, cuando Spira envió a su teniente Francisco
Velasco para que siguiera el camino hacia la Sierra, recorrido del cual Baralt
señala: “Entrase seguidamente en la serranía por caminos asperísimos, con
mil dificultades y trabajos, y al cabo de dos meses de continuadas fatigas
hubo de penetrar a la Cordillera“.181
180
Décadas de la Historia... p.71.
Historia de Venezuela. Maracaibo: Editores Hnos. Belloso Rossell. Tomo I,
p. 260.
181
(1914)
114
Llegando Velasco a la falda de la serranía, envía a Nicolás de
Palencia para que subiese a la cima de la montaña. Según Tulio Febres
Cordero, encontró “ (...) mil quinientas fanegas de maíz, que encontró ocultas
en un bohío cerca de un poblado indígena”.182 Es probable que estas tierras
hayan estado ubicadas donde actualmente se sitúan Las Piedras y Santo
Domingo, en la vía de Mérida a Barinas, ruta que fueron incapaces de seguir
recorriendo, no por las dificultades (que obviamente eran importantes) del
camino, sino debido al cansancio y a las bajas de algunos soldados, después
de haber recorrido grandes distancias desde Coro. Por lo tanto, Espira y sus
tropas decidieron seguir su marcha con rumbo hacia los Llanos apureños y
colombianos, llegando hasta las cuencas de los ríos Meta y Guaviare, y
probablemente navegaron estos mismos ríos. Finalmente, Spira no pudo
remontar la cordillera oriental colombiana, a pesar de que los ríos navegados
nacían en dicha unidad orográfica.
Casi a la par de Jorge Spira, Federman también salió en busca de El
Dorado, y lo intentó por diferentes rutas. Sin embargo, no fue su primera
misión, ya que había sido delegado para explorar por el noreste del actual
territorio venezolano. Posteriormente, Federman decide desplazarse por el
piedemonte meridional andino y por los Llanos venezolanos, a través de
rutas parecidas a las recorridas por Spira. Al parecer Federman ni siquiera
remontó parte de la cordillera merideña por algún valle transversal, como lo
hiciera su predecesor, sino que exploró el occidente venezolano por la falda
de la cordillera andina, recorriendo los llanos, y arribando a Bogotá,
sin
poder recorrer los Andes venezolanos. En este sentido, es probable que el
recorrido haya sido realizado a través de los Llanos venezolanos y
colombianos, primero por rutas fluviales, para luego remontar la cordillera
colombiana a través de rutas terrestres. Por lo tanto, en vez de atravesar la
Cordillera de Mérida a través de valles longitudinales, y conectar con el nudo
182
Décadas de la Historia de Mérida... p. 70.
115
orográfico de Pamplona, Federman y sus hombres se desplazaron por rutas
terrestres y fluviales en los Llanos venezolanos y colombianos, gracias a lo
cual se ahorrarían grandes esfuerzos.
A pesar de que no consiguieron ingresar a las Sierras Nevadas en
pleno, las expediciones de Federman y Spira fueron importantes, porque
contribuyeron a establecer una primera aproximación en el conocimiento de
algunos elementos físicos y humanos en la Cordillera merideña. Lo anterior
es resumido por
Luis Bastidas de la siguiente manera: “(...) trae como
consecuencia que tanto en Venezuela como en el nuevo Reino de Granada
se
organizaran
intentos
por
conquistar
definitivamente
las
sierras
nevadas”.183 Adicionalmente, estos recorridos por los Llanos venezolanos, el
piedemonte andino-llanero, y las planicies colombianas, han debido ser
fundamentales en los siguientes aspectos: a) el posterior tráfico comercial
entre la Provincia de Venezuela
establecimiento
de
y el Nuevo Reino de Granada; y b) el
comunicaciones
entre
los
Llanos
y
los
Andes
venezolanos.
En 1547, el gobernador de El Tocuyo, Juan Pérez de Tolosa, organizó
una expedición hacia las Sierras Nevadas, la cual estaría a cargo de su
hermano Alonso Pérez de Tolosa. Uno de los motivos que impulsaron al
Gobernador de El Tocuyo a realizar esta expedición, era que muchos
españoles no disponían de tierras habitables y fértiles, y tenían la esperanza
de conseguir suelos ricos en materiales preciosos, o por lo menos aptos para
la agricultura. A diferencia de Spira y Federman, Tolosa si tenía el objetivo
claro de tratar de ingresar a la Sierra Nevada; sin embargo, fracasó, aunque
logró arribar a lo que es en la actualidad San Cristóbal, recorriendo parte del
piedemonte andino-llanero, y las llanuras a través del río Apure, e ingresando
al extremo suroeste de la Cordillera por los valles de los río Uribante y
183
El encuentro. Itinerario de la conquista... p. 284.
116
Torbes. Según Tulio Febres Cordero, Tolosa nunca se atrevió a remontar la
Cordillera: “no se atrevieron a trasmontar la serranía, que ya tenían a la vista,
temerosos de su fragosidad, y continuaron la marcha con rumbo Apure
(...)”.184
Luego de la exploración de Alonso Pérez de Tolosa, se dieron
diversas expediciones en busca de El Dorado, aunque ahora se
concentrarían en Los Andes venezolanos, y aun mantendrían la presunción
de que existía abundancia de metales preciosos.185 En este sentido, hubo
otros intentos para penetrar a los Andes venezolanos, tanto del Nuevo Reino
de Granada, como de la Provincia de Venezuela, algunos de los cuales
reseñaremos, incluyendo aquellos que pueden considerarse exitosos, como
los de Juan Rodríguez Suárez y Juan Maldonado.
A grandes rasgos, el ansia en cuanto a la búsqueda de metales
preciosos, fue un factor preponderante para los primeros intentos de
penetración y exploración de los Andes venezolanos, a lo que podemos
agregar la necesidad del Nuevo Reino de Granada por conseguir una salida
al Mar Caribe lo más expedita posible, (lo cual será analizado más adelante).
Posteriormente, cuando
penetran y exploran con éxito la Cordillera
merideña, los conquistadores encontrarán tierras fértiles, y una importante
concentración de población indígena disponible como mano de obra para el
sistema económico colonial, elementos que caracterizarán la definitiva
ocupación del espacio andino venezolano a partir del siglo XVI, y cuya
importancia en un futuro no muy lejano se reflejará a través del proceso de
implantación de toda la estructura colonial.
184
Décadas de la Historia de Mérida... p. 73.
Hasta que constataron que no había tal abundancia. Sin embargo, hallaron tierras
cultivables e importantes concentraciones de población indígena.
185
117
En el próximo punto detallaremos sobre la penetración en los Andes
venezolanos, resaltando el papel de las rutas naturales de recorrido
prehispánico en los proyectos de exploración y conquista.
Mapa N° 8
Exploraciones en el occidente venezolano
Fuente: ATLAS BÁSICO. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana,
S.A.1994.p.22.
3.2
La Incursión en la Cordillera a través de dos ejes de poblamiento.
Describiremos las primeras incursiones exitosas de los españoles en
los Andes venezolanos, partiendo del El Tocuyo en la Provincia de
Venezuela, y de Pamplona en el Nuevo Reino de Granada, lo cual facilitará
nuestra comprensión acerca de la importancia de la vialidad para los
procesos de penetración y de exploración a los Andes merideños, parte de la
cual ya era recorrida durante el periodo prehispánico.
118
3.2.1 Penetración desde El Tocuyo
El Tocuyo fue uno de los núcleos primarios de población en la
Provincia de Venezuela, desde donde se llevaría a cabo la avanzada hacia
los Andes trujillanos. Como ya señalamos, se realizaron varios intentos para
ingresar en esta región, hasta que el capitán Diego García de Paredes
incursionó con éxito, fundando por primera vez la ciudad de Trujillo. Pero
García de Paredes ya tenía noticias del territorio trujillano, gracias a la
exploración de su predecesor Juan de Villegas, la cual es señalada por Tulio
Febres Cordero:
“El año de 1549. de orden de Juan de Villegas, hizo la primera
entrada a la provincia de los Cuicas, términos que vinieron a ser de
Trujillo, el contador del Tocuyo Diego Ruiz Vallejo, con ánimo de
descubrir unas minas de oro en el valle de Boconó (...)”.186
A diferencia de sus antecesores, García de Paredes no recorrió los
Llanos, sino los valles interiores cordilleranos, o en su defecto las
depresiones de Barquisimeto y Carora, siguiendo parte de los cursos de ríos
como el Tocuyo, el Monay, y el Motatán, equivalente a menos tiempo en
distancias más cortas, si lo comparamos con un posible desplazamiento por
el piedemonte andino-llanero y luego por algunos valles transversales. Si
seguimos el relato de José Oviedo y Baños187 (quien a su vez tomó
información de los cronistas Aguado y Simón), notaremos que García de
186
Décadas de la Historia de Mérida... p.76.
Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela. Caracas:
Ediciones Ariel S.A. (1967).
187
119
Paredes y sus hombres se desplazaron desde El Tocuyo hasta los Andes
trujillanos a través del occidente, y arribaron a una población indígena
conocida como Escuque. En este caso, como la actual población de Escuque
se ubica cerca del piedemonte andino-lacustre, en las cercanías del río
Motatán, es posible que el asentamiento prehispánico haya tenido una
ubicación parecida.
En consecuencia, García de Paredes y sus hombres pudieron haber
bordeado las montañas larenses y trujillanas por el flanco septentrional,
desplazándose primero al norte de El Tocuyo, para luego recorrer los valles
longitudinales de ríos como el Villegas, el Monay, y el Motatán, hasta arribar
a tierras trujillanas, fundando la ciudad de Trujillo, que luego sería mudada
dos veces. En resumen, según la apreciación de los cronistas, García de
Paredes y sus hombres no intentaron desplazarse a través de los valles
intramontanos, y más bien recorrieron una de las dos grandes franjas que
bordean la Cordillera merideña, hacia el norte de la misma, tal vez motivados
por la necesidad de explorar una región que, a diferencia de los Llanos
occidentales, era casi totalmente desconocida para los conquistadores
europeos. De cualquier manera, esta expedición no logró llegar al corazón de
los Andes trujillanos, pero debió haber sentado un precedente para
establecer la posterior comunicación entre parte de los Andes venezolanos y
el Lago de Maracaibo.
3.2.2 Penetración desde Pamplona
Al igual que la Provincia de Venezuela, el Nuevo Reino de Granada
tuvo gran interés en penetrar, explorar, y colonizar los Andes venezolanos.
Con este propósito, hubo varios intentos por parte de funcionarios
autorizados por el virreinato, hasta que el capitán Juan Rodríguez Suárez
consiguió incursionar en tierras merideñas.
120
Sin embargo, las expediciones anteriores a la realizada por Suárez
fracasaron notablemente, como señalaremos a continuación, aunque hubo
varias exploraciones terrestres y fluviales en las primeras décadas del siglo
XVI, algunas de las cuales partieron de Pamplona y permitieron conocer
importantes rutas hacia el Lago de Maracaibo. Esta ruta será una de las más
importantes
para el comercio de Pamplona y áreas circundantes (actual
Departamento de Santander), porque le evitó a sus pobladores grandes y
dificultosos recorridos terrestres y fluviales hasta el Mar Caribe,188 en el
noreste colombiano.
Ambrosio Alfínger fue uno de los primeros en tratar de explorar toda la
ruta de Pamplona al Lago, sentando un precedente muy importante para el
futuro del Nuevo Reino de Granada, y posteriormente para la jurisdicción
venezolana. Luego, otras expediciones dieron a conocer totalmente la ruta,
que constaba de dos grandes tramos hasta el Lago de Maracaibo: uno
terrestre, entre Pamplona o zonas circundantes y la confluencia de los ríos
Zulia, y Pamplonita, conocida actualmente como Puerto Villamizar. De este
lugar se navegaba hasta el río Catatumbo, y de aquí hasta el Lago. Sin
embargo, la ruta presentó dos problemas fundamentales: a) la resistencia
indígena, dificultando incluso las labores de navegación; y b) durante el
período de verano descendía mucho el nivel de las aguas, impidiendo el
paso de naves de gran envergadura.
Como el tránsito comercial por el Lago de Maracaibo adquiría cada
vez mayor importancia para el Nuevo Reino de Granada, los factores
anteriormente mencionados obligaron a buscar nuevas rutas, para lo cual
contaban con territorios al noreste de Pamplona, incluyendo los Andes
188
Obviamente los españoles ya sabían que el Lago de Maracaibo se comunicaba con el
Mar Caribe, por el ya mencionado viaje de Alonso de Ojeda.
121
venezolanos. En este sentido, ya contamos con dos elementos de peso para
explicar la penetración de exploradores delegados por el Nuevo Reino en
nuestros Andes; primero, la búsqueda frenética de El Dorado, y segundo, la
ubicación de rutas expeditas hacia el Lago de Maracaibo, para facilitar la
comercialización de diversos productos alimenticios y mercancías con
puertos caribeños y con la Península Ibérica.
De esta manera, se iniciaban los procesos de penetración y
exploración de los Andes venezolanos, lo que traería como consecuencia su
posterior colonización. El capitán Juan de Maldonado fue el primero que
intentó ingresar a los Andes venezolanos, al recorrer en parte la misma ruta
que tiempo después seguiría Suárez desde Pamplona; sin embargo, fracasó
por no encontrar una vía expedita que le permitiera el acceso a las Sierras
Nevadas, a pesar de que a partir de la Depresión del Táchira, diversas vías
naturales recorren la Cordillera merideña. Por lo tanto, es probable que
Maldonado y sus hombres se hayan impresionado ante una región
montañosa desconocida hasta entonces, o que hayan tenido ciertos
problemas logísticos, factores que bien pudieron influir en que los
exploradores no localizaran las rutas más accesibles. Incluso, el cronista
Fray Pedro de Aguado, señala que diferencias de criterio entre los soldados
y Maldonado, trajeron como consecuencia el extravío aún antes de atravesar
el valle de Cúcuta:
“(...) fue a salir a las sabanas y llanos de Cúcuta, tierras que al
presente están en el camino y vía de Mérida, donde
reconocieron haberse vuelto a entrar en término de Pamplona
y haberles salido en vano todo su trabajo, por lo cual
comenzaron los soldados a murmurar y y blasfemar del capitán
Maldonado (...)”. 189
189
Ob.Cit. Tomo II. p.379.
122
Posteriormente, Andrés de Acevedo intentó hacer el recorrido hasta
los Andes venezolanos, pero fracasó completamente, demostrando una gran
ignorancia en materia geográfica, tal como señala Aguado en la siguiente
cita:
“ (...) saliendo por el valle que llaman de los Locos, que por
aquella parte son los últimos términos de Pamplona, y
atravesando el río que llaman de Bochagua, y en sus
nacimientos es llamado Chitagua, y en los llanos Zarare, pasó
por algunas poblaciones bien raras y apartadas unas de otras,
y fue a dar en una montaña muy espesa y llena de manglares
(...)”.190
Acevedo y sus hombres no pudieron atravesar esta zona montañosa
semi-selvática, la cual, posiblemente era un área no recorrida por otros
exploradores. Por lo tanto, decidieron regresar a Pamplona.
Luego de los intentos frustrados de Maldonado y Acevedo, Juan
Rodríguez Suárez sale como tercer competidor en busca de ingresar a las
“Sierras Nevadas”. Aventajando a los anteriores exploradores, Rodríguez
Suárez recorre por “diferente camino y vía que los demás
habían
seguido”.191 Suárez prosiguió el camino hacia los llanos de Cúcuta, desde
donde continuó su recorrido por las vertientes del valle de San Cristóbal,
desplazándose por el valle longitudinal del río La Grita, y de allí pasaron al
valle del río Mocotíes, llegando a Bailadores, y luego al valle del Chama. En
la parte media de este valle fundo por primera vez a Mérida, en un sitio
cercano a la laguna de la población prehispánica de Zamú, en la actual
Lagunillas.
190
191
Ibídem. pp. 379-380.
Ibidem. p. 381.
123
Luego de permanecer un tiempo en esta población, Rodríguez Suárez
siguió el curso del valle longitudinal del Chama, hasta llegar al valle alto y
contactar con el río Motatán se destacan algunas exploraciones hacia los
llamados pueblos del Sur, Cordillera del Norte o Sierra de La Culata. Puede
apreciare que Rodríguez Suárez ingresó en los Andes merideños a través de
los valles interiores cordilleranos o longitudinales, destacándose su
desplazamiento por el valle del río Chama donde consigue una importante
concentración de población, una importante vía natural de comunicación, a
partir de la cual realiza algunas exploraciones. Es probable que Rodríguez
Suárez comprendiera la importancia de esta ruta para la ocupación espacial
de parte de los Andes venezolanos, y para diversas actividades coloniales,
como el comercio. En consecuencia, las observaciones de Rodríguez Suárez
sirvieron para futuras exploraciones, al aportar el conocimiento necesario
acerca de un medio físico desconocido para los españoles.
La información hasta aquí reseñada es descrita con detalles por las
antiguas crónicas. Sin embargo, para una investigadora como Claudine
Kauman, las crónicas de Aguado y Simón, no son lo suficientemente
explicativas en cuanto a los detalles de la vialidad que recorrieron los
conquistadores al penetrar a los Andes venezolanos, puesto que en algunas
partes de sus escritos
los omiten, y en otras se limitan a indicar los
obstáculos que tuvieron que atravesar. Según Kauman, tales obstáculos no
debieron ser gran impedimento, “ porque ya existían caminos construidos
por los indígenas”.
192
En todo caso, si los conquistadores no hubieran
recorrido rutas naturales, como aquellas por donde pudieron haberse
desplazado
los indígenas,
hubiera sido difícil el ingreso a una región
netamente montañosa como los Andes venezolanos, que, sin embargo,
también ofrecía excelentes rutas a través de los principales valles fluviales.
Además, para la época de la Conquista y Colonización en los Andes
192
Art. Cit. p.134.
124
venezolanos, no había una tecnología comunicacional, como mapas y
brújulas, que facilitara el acceso de los europeos a través de territorios
desconocidos.
Luego de la penetración
de Juan Rodríguez Suárez a las Sierras
Nevadas, Juan Maldonado, por orden de la Audiencia de Santa Fe de
Bogotá, salió desde Pamplona en busca de Suárez para aprenderlo, por la
razón de que Suárez se extralimitó de sus funciones delegadas por las
autoridades del Nuevo Reino. Este era su segundo intento por ingresar a
tierras merideñas, con la ventaja de que la principal ruta de recorrido había
sido explorada por Rodríguez Suárez, lo cual favoreció en gran parte su
éxito. Es decir, la expedición de avanzada de Rodríguez Suárez facilitó el
conocimiento geográfico de una región que no había sido explorada por los
conquistadores, hasta el punto que le permitió a Juan Maldonado, quien
había fracaso totalmente en su primer intento de ingreso, arribar incluso
mucho más allá de Mérida, y hasta poder realizar algunas exploraciones en
la cuenca alta del Chama. Es más, Maldonado arribó a tierras trujillanas, pero
no pudo conquistarlas, ante las pretensiones del capitán Francisco Ruiz,
delegado por la Provincia de Venezuela. Ambos se encontraron en dichas
tierras, y surgieron algunas disputas, hecho histórico fundamental del período
colonial, no solo para los Andes venezolanos, sino para el Nuevo Reino de
Granada la Provincia de Venezuela. En este sentido, se establecieron los
límites entre el Corregimiento de Tunja y la Provincia de Venezuela, en el
Alto de los Cuicas, sitio que se ubica entre las actuales poblaciones de
Timotes y La Puerta.
En resumen, la penetración de Suárez y Maldonado en tierras
andinas, así como sus futuras exploraciones en áreas especificas, no
hubieran podido llevarse a cabo sin la facilidad de comunicación que
históricamente ha brindado el valle longitudinal del Chama, tal como lo indica
el sociólogo Amado Moreno Pérez:
125
“La ruta de penetración que utilizaron los conquistadores, tanto
Rodríguez Suárez como Juan Maldonado, corresponde en
líneas generales, a lo que es la carretera Trasandina, y de igual
modo, a las vías que los indígenas tenían en su comunicación
interna”.193
Mapa N° 9
Rutas de penetración colonial en los Andes venezolanos.
Fuente: GUILLÉN C, Irma T. Bases Históricas del poblamiento
de Los Andes Venezolanos. Mérida: Universidad de Los Andes;
Facultad de Ciencias Forestales. (1978). p. 26.
193
Ob. Cit. p. 76.
126
3.3
Exploraciones en la cuenca alta del río Chama
Reseñaremos las exploraciones que se realizaron en la cuenca alta
del río Chama, luego que los conquistadores y colonizadores realizaron las
primeras incursiones en diversas zonas andinas del actual territorio
venezolano. Mencionaremos las posibles rutas de recorrido de los
exploradores coloniales que partieron del valle alto del río Chama, para
explorar con profundidad todo el espacio geográfico de la cuenca alta, lo cual
permitió tener un conocimiento del territorio que posteriormente sería
colonizado. Entre algunos aspectos, destacaremos las expediciones que se
llevaron a cabo en la Sierra La Culata, donde los colonizadores pudieron
haber divisado las costas del sur del Lago de Maracaibo, lo cual sería de
suma importancia para el Nuevo Reino de Granada y para los intereses
merideños, por constituir una estratégica salida al Mar Caribe, al facilitar el
comercio de gran parte de los Andes venezolanos. También nos referiremos
a exploraciones en la otra sierra paralela al río Chama, como es la Sierra
Nevada.
En cuanto a la Sierra La Culata, describiremos
las expediciones
realizadas por Juan Rodríguez Suárez y Juan de Maldonado, quienes
recorrieron parte de dicha Sierra, no sin antes haberse desplazado por el
valle longitudinal del Chama. Rodríguez Suárez será el primero en explorar
parte de esta Sierra. Al parecer, los hombres de Rodríguez Suárez
exploraron el valle del río Mucujún, partiendo de la meseta de Mérida, según
reseña Luis Bastidas:
“Rodríguez Xuárez explorando todo el Valle de Mérida; al llegar
uno de sus caudillos a la quebrada de Los Alizares [se
denomina así por la abundancia del árbol aliso], a la que más
127
tarde llamaron de Carrasco, cerca de donde hoy se encuentra
ubicada la población de El Valle, vía La Culata (...)".194
Esta vía corresponde a la actual carretera que comunica a Mérida con
el valle del Mucujún, y según consta la crónica de Aguado, el camino fue
desbaratado195 por los indígenas para evitar el paso de los agresivos
conquistadores: “En la quebrada de los Alizares, que es más arriba de donde
ahora está Mérida poblada, se empalaron dos indios sólo porque queriendo
conservarse en sus tierras y casas habían cortado una cuchilla y atajado un
camino que por ella iba para que los caballos no pudiesen pasar por ella”. 196
La segunda exploración que se llevó hacia los lados de la Cordillera
Norte o Sierra La Culata, fue por parte de Maldonado, quien en su recorrido
por valles transversales pudo divisar el sur del Lago de Maracaibo.
Recordemos que para el Nuevo Reino de Granada era indispensable
conseguir una salida expedita al Mar Caribe. Maldonado se desplazó por el
valle longitudinal del Chama, pasando por Mucuchíes hasta llegar al mal
llamado Pico del Águila, en donde posiblemente tomó la ruta transversal del
río Chirurí, arribando al Pueblo de la Sal (actual Piñango), como fue conocida
esta población por los españoles, debido a que al llegar Maldonado, sus
habitantes le ofrecieron sal. En este lugar, Maldonado y sus hombres se
estuvieron algunos días, mientras que Alonso Desperanza fue enviado a
incursionar hacia la costa sur del Lago a través de una ruta natural que
comunica a Piñango con dicha costa, logrando su objetivo, al arribar primero
al asiento de los indígenas torondoyes, y luego siguiendo el valle del río
Torondoy hasta las riberas del Lago. Según Luis Bastidas, aún se recorre
parte del camino:
“Entre Piñango y Caja Seca se encontraban los
torondoyes (aún en nuestros días es usado el camino prehispánico que
194
El encuentro. Itinerario de la conquista... p.298.
Los indígenas tal vez obstaculizaron el camino, colocando maleza.
196
Ob. Cit. p.411.
195
128
comunica Piñango y Torondoy) (...)”.197 Sin embargo, Desperanza se vio
obligado a retornar al Pueblo de la Sal, debido a que su tropa fue atacada
por los Bobures que vivían a orillas del lago. De esta manera, Maldonado
exploró todo el valle de la sal, y luego siguió su recorrido hacia el noreste,
hasta Timotes.
A pesar de no tener una información precisa sobre las exploraciones
coloniales hacia la Sierra Nevada,198 o como dirían en el período colonial,
hacia la otra banda del río Chama, es probable que sí se hayan realizado
algunas expediciones, al igual que hacia la sierra La Culata. El problema es
que no contamos con información específica acerca de los primeros
exploradores, que presumiblemente fueron los primeros encomenderos.
Simplemente
contamos
con
la
información
que
recabaron
algunos
funcionarios delegados por las autoridades virreinales, como los visitadores,
los cuales no solo se dedicaron a vigilar la actuación de los encomenderos y
ayudar a la organización del espacio, sino que se preocuparon por algunos
aspectos específicos, como la vialidad, fundamental para garantizar el control
de las nuevas unidades poblacionales y productivas indígenas, facilitando al
mismo tiempo los constantes recorridos de estos funcionarios a lo largo del
período colonial.
En este sentido, los funcionarios coloniales debieron haber recorrido
diversos caminos para inspeccionar y organizar el espacio donde residían los
indígenas, muchos de los cuales ya estaban agregados a encomiendas. El
interés de las autoridades coloniales por el sistema vial, se expresa a través
197
El encuentro. Itinerario de la conquista... p.303.
Los capitanes Juan Rodríguez Suárez y Juan Maldonado ordenaron a hombres de su
confianza que exploraran la Sierra Nevada, pero lo hicieron en una zona fuera del ámbito
espacial de nuestra investigación, como es caso del estribo sur-occidental colindante con la
llamada Cordillera del sur, donde actualmente se asientan poblados como Canaguá,
Mucuchachí, y Aricagua. En esta zona los exploradores se encontraron con importantes
asentamientos indígenas y un sistema de caminos que comunicaba al valle medio del
Chama con los Llanos barineses.
198
129
de los recorridos que pudieron haber realizado algunos visitadores, y que
seguramente ya no serían de carácter exploratorio, pero debieron haber sido
los mismos que recorrieron los primeros encomenderos que hicieron los
repartimientos en la Sierra Nevada, específicamente en Mucuchíes y áreas
circundantes. Algunos de dichos recorridos están reseñados en documentos
del siglo XVII, compilados en la Colección Los Andes, gracias al Hermano
Nectario María, donde se reseña, por ejemplo, los recorridos de los
visitadores en 1655 hacia las encomiendas de Mocao, y otras ubicadas hacia
el sur de Mucuchíes:
“(...) y luego va corriendo el dicho resguardo desde el dicho rio de
Chama atravesándole y pasando de la otra bande del hasta llegar
a un quebrada que llaman Mucuyao y por otro nombre Mocaho
que entra en el dícho rio de Chama y por la dicha quebrada arriba
hasta lo alto del paramo y peñas que llaman Mucuguaguo y de
alli bajando hasta dar en la quebrada Mucumbas que entra en el
dicho rio grande de Chama (...)”.199
Presumiblemente arribaron a una población conocida como Gavidia
(en el páramo mencionado), por el valle longitudinal de la quebrada del
mismo nombre. Hay que tener en cuenta que dicha localidad está enclavada
en una encrucijada, que la comunica con Mucuchíes, con el piedemonte
andino-llanero, y con otras poblaciones del valle del Chama. Como sabemos,
parte del comercio andino merideño se hacia con Barinas, por lo cual las
exploraciones en la Sierra Nevada, han debido contribuir al conocimiento de
la vialidad que comunicaba, por ejemplo, a Mucuchíes con el poblado de
Pedraza.
199
Visita a Mucuchíes. Tomo 13. F. 66; pp. 108-109.
130
3.4
Características de los principales Caminos Reales
Analizaremos brevemente las características generales de las rutas
recorridas por los colonizadores en la cuenca alta del Chama, las cuales, a
pesar de presentar grades semejanzas con los caminos prehispánicos,
fueron diferentes en cuanto a la magnitud de los recorridos y el empleo de
medios de transporte novedosos. Específicamente, nos referiremos a las
principales rutas, llamadas Caminos Reales, de los cuales haremos una
breve definición, y señalaremos algunos elementos que indican
la
importancia que las autoridades coloniales locales daban a estos tipos de
vías.
En primer lugar, hay que señalar la presencia de diversas vías
naturales importantes a la llegada de los conquistadores, caracterizadas por
valles fluviales longitudinales, transversales, y laderas montañosas. Sin
embargo, estas rutas serían transformadas -en caso de ser necesario- de
acuerdo a los intereses coloniales, debido fundamentalmente a dos factores,
relacionados directamente al empleo de animales de tracción:
a) Algunos caminos no eran lo suficientemente anchos para el tránsito
de bestias.
b) Otros no estaban empedrados en gran parte de su recorrido, lo que
hacía sumamente dificultosa la movilización en el período lluvioso.
Como nos hemos referido al empleo de animales como medio de
transporte, es conveniente hacer un breve señalamiento al respecto. Los
colonizadores introdujeron animales característicos de sus tierras (Península
Ibérica), específicamente el asno y el caballo. A su vez,
obtuvieron un
híbrido del asno y la yegua, conocido como mula. Al respecto, la historiadora
María Pérez Hidalgo señala lo siguiente:
131
“A su llegada a América, los españoles introdujeron los animales
de tiro, que eran desconocidos en el continente, como el caballo,
la mula y el burro. A través de esos animales de tiro, que eran
llevados a manera de caravanas, se condujeron productos a lo
largo de la cordillera y fuera de ella, sistema que se le llamó
“arreos o recuas de mula”, que empleaba considerablemente la
tracción animal”. 200
Estos animales fueron introducidos para ayudar con el transporte de
productos alimenticios, mercancías, e incluso de personas. En este sentido,
estos sistemas de transporte pueden clasificarse en dos categorías: a) de
carga, son aquellos empleados para el transporte de diversos productos; y
b) de montura, son aquellos que solo transportan personas201.
En cuanto a los altos Andes merideños, la mula era el medio de
transporte de tracción animal más empleado, debido a las ventajas sobre
otras bestias en el medio físico mencionado.202 En este sentido, el
investigador Nelson Paredes Huggins indica:
“(...) la mula presentaba innegables ventajas por tener mayor
capacidad de carga que el burro, y una resistencia superior a la
del caballo (...). La utilización del caballo y del burro como
medios de transporte dependía, respectivamente, de la forma
del relieve y de los recursos económicos disponibles. En el
caso del caballo, las laderas y páramos andinos limitaban
considerablemente el empleo del mismo, especialmente como
200
Ob.Cit. pp. 18-19.
A este respecto, entrevistamos en Agosto de 2003 al señor Rómulo Torres, en la
población de Gavidia, quien ha sido guía de excursionistas y arriero durante más de 20
años.
202
Aún en la actualidad, la mula se emplea como medio de transporte en algunas aldeas de
los Andes merideños, como Los Nevados y La González, situada está última en el páramo
Los Conejos.
201
132
bestia de carga. El caso del burro difiere de la anterior, por
cuanto el relieve montañoso andino no era una limitación para
él (...)”.203
Como ya señalamos, las vías de comunicación tuvieron que ser
reestructuradas o construidas de acuerdo a las características de estos
animales. Es así como nacen los caminos reales, que equivaldrían en la
actualidad a las mejores carreteras o autopistas. Según el Diccionario de
Autoridades, el Camino Real era:
"(...) el más ancho, principal, fácil y cursado de los
passageros y el más público: y por eso tienen obligación las
justicias de tenerle llano y compuesto, y en partes
empedrado. Llámase Real, porque es público o guía parajes
grandes y se camina por él con más conveniencia(...)". 204
Foto N° 6
Camino Real, en las cercanías de Apartaderos.
Fuente: Brandli, Bárbara. Los Páramos se van quedando solos. Caracas:
Editorial Arte, Primera Edición. (1981), p. 21.
203
204
Ob. Cit. pp.60-61.
Madrid: Real Academia Española. 1979.Tomo I,
p.93.
133
Entre las principales características de los caminos reales en los altos
Andes merideños, podemos mencionar las siguientes:
a) Generalmente eran empedrados, debido a la dificultad que
representaba para los animales el tránsito por tierra empantanada o fango.
La abundancia de la piedra en esta región facilitaba la labor de empedrado;
incluso, en ciertos trechos de caminos, el material rocoso estaba dispuesto
de forma natural.
Foto N° 7
Camino empedrado entre la población de Gavidia y el páramo de
Santo Cristo
Foto tomada por Rubén A. Hernández A. Agosto 2003.
b) La anchura de los caminos era generalmente mayor que la de las
antiguas vías prehispánicas. Se debió principalmente al empleo de medios
de tracción animal, aun cuando el uso de los carruajes no fue factible en los
Andes merideños. De cualquier manera, solo en algunos trechos los caminos
134
reales alcanzaban anchuras de unos cinco o seis metros,
observaciones de campo
205
según
realizadas en antiguos caminos, como el que se
dirige de La Culata a Tucaní.
Foto N° 8
Camino Real en La Culata
Foto tomada por María del M. Santos P. Febrero 2004.
c) Al igual que las rutas prehispánicas, los caminos reales
generalmente recorrían los fondos de valles longitudinales y transversales. Al
igual que las carreteras modernas, las autoridades encargadas de estos
caminos, evitaban las pendientes muy inclinadas, como puede apreciarse
en algunos tramos de caminos de recuas.
205
Excursión realizada en febrero de este año (2004). La fotografía muestra un trecho
empedrado, quizás de forma natural, del camino que parte de la zona conocida como La
Culata. Observamos una anchura de aproximadamente 5 metros, por donde incluso circulan
en la actualidad automotores de doble tracción.
135
d) Se realizaron diversas obras para facilitar el tránsito pedestre o en
animales, como acequias, puentes, drenajes, y otras. (ver foto N°9). Cabe
destacar el caso de los puentes, los cuales tenían que ser construidos
obligatoriamente cuando el recorrido de una ruta se cruzaba con aguas más
o menos caudalosas. En este caso debieron haberse construido puentes de
madera, o quizás de piedra; el metal no era trabajado aún en los Andes
merideños. Según relatan los cronistas y otros escritores, la tarabita
prehispánica continuó siendo empleada de forma masiva.
Foto N° 9
Drenaje en la vía entre Gavidia y el páramo Santo Cristo
Foto tomada por Rubén A. Hernández A. Agosto 2003
En cuanto a la construcción y mantenimiento de los caminos reales,
era evidente la preocupación de las autoridades coloniales, para quienes el
control de los territorios americanos dependía en gran parte de la presencia
de sistemas viales más o menos eficientes. La escritora María Luisa Pérez
González señala lo siguiente:
136
“El interés de la Corona está en todos los caminos, pero
especialmente en aquellos que resultan vitales para el
desenvolvimiento económico y del Estado. Y al legislar sobre
ellos o sobre otros aspectos indirectos que les atañen
igualmente, los coloca directamente bajo su protección. Son los
caminos que en el lenguaje del XVIII se llamarán a veces
“caminos principales,” pero que por mucho tiempo se
conocerán por “caminos reales,” en el sentido de reforzar su
carácter público y su utilidad general”.206
Es indudable que los caminos reales andinos merideños, también
estaban sujetos a mantenimiento, aunque en manos de las autoridades de la
Provincia de Mérida, como está indicado en las Ordenanzas de Mérida de
1620:
“Ordenase que se aderecen los caminos y prohivese que los
indios lo hagan sin paga bastante. –Yten ordeno y mando que
se hagan puentes en al parte y lugares donde convengan y que
aya cuidado de repararlas y consevarlas, y que asi mismo se
aderecen los caminos y malos pasos para escusar las
desgracias y perdidas que an sucedido y puedan suceder lo
qual se a de hazer con repartimiento justo en el qual an de
contribuir y pagar los encomenderos y demas interesados en el
adereco y comodidad los tales caminos” .207
Como analizaremos más adelante, estos caminos reales serían tan
importantes para los Andes merideños, que permitirían el surgimiento y
206
Art. Cit. p. 39.
El Régimen de indios en Nueva Granada: Las Ordenanzas de Mérida de 1620. Anuario
de Estudios Americanos: Sevilla, (s/ed). Vol. II, N° 3, 1996, p. 127.
207
137
consolidación de un gran
circuito económico, que abarcaría desde los
Llanos altos occidentales hasta
Maracaibo, e incluso hasta el Caribe,
teniendo como eje central la Cordillera merideña.
3.5
Poblamiento colonial e interconexión vial
Analizaremos, en términos generales,
el papel del sistema vial
colonial en la organización del espacio en la cuenca alta del Chama, de
acuerdo a lo establecido por la administración europea. En este sentido,
haremos una introducción sobre diversos aspectos de la vialidad y el
poblamiento colonial, los cuales detallaremos en otros puntos de nuestra
investigación.
La colonización trajo consigo profundos cambios en cuanto a la
organización espacial presente en el periodo prehispánico en la cuenca alta
del Chama, no respecto a las condiciones favorables de tierras planas y
fértiles, riqueza hídrica, y asentamientos indígenas, sino por la visión
geoestratégica del colonizador, de controlar los nuevos territorios con la
mayor eficiencia posible, de acuerdo a intereses económicos208 y políticoterritoriales.209 Por lo tanto, las unidades de poblamiento colonial solo podían
funcionar y desarrollarse en estrecha y continua conexión, dando origen a la
formación de una verdadera red de asentamientos humanos, que de manera
relativamente fácil, posibilitaría las inspecciones regulares de autoridades
civiles y religiosas, y la ejecución de las respectivas medidas tendientes a
garantizar el orden colonial.
208
El sistema comercial colonial en base a circuitos económicos que comunicaban los Andes
con el Lago de Maracaibo.
209
En este caso, la división político-territorial en el área de influencia de la cuenca alta del
Chama evoluciona bajo la jurisdicción de los términos merideños.
138
Sin embargo, sin un sistema vial eficiente, el control colonial hubiera
sido ineficaz. Dicho sistema correspondía a una serie de rutas terrestre en el
caso de la cuenca alta del Chama, que interconectaban diversos centros
poblados dentro y fuera de esta unidad hidrográfica, posibilitando a la vez
que dicha cuenca se transformara en uno de los ejes centrales de la
cordillera andina venezolana, con importantes áreas de influencia, lo que en
definitiva influyó en la creación de la provincia de Mérida, territorio políticoadministrativo que abarcaba gran parte del occidente venezolano.
Hay que hacer una breve referencia a algunos centros poblados, los
cuales detallaremos más adelante, alrededor de los cuales se establecería
casi todo el sistema vial colonial de la cuenca alta del Chama y sus áreas de
influencia, lo que indica su importancia para la interconexión entre las
diversas zonas de la Provincia de Mérida. Básicamente eran tres
poblaciones, ya importantes durante el periodo prehispánico,210 destacadas
por su desarrollo económico como centros productores o de distribución de
alimentos, de diversas mercancías, y posiblemente por su concentración de
población. Dichas poblaciones eran Mérida, Mucuchies, y Apartaderos, cuya
importancia radicaba en las facilidades de comunicación, primero por estar
ubicadas en el valle longitudinal del Chama, siendo parte del posterior
Camino Real interandino, y segundo por sus características como
encrucijadas naturales, donde confluían diversas rutas transversales que
comunicaban a la cuenca alta del Chama con los Llanos barineses y con el
Lago de Maracaibo. De esta manera, se conformaron importantes circuitos
económicos, cuyo eje central correspondía a los Andes merideños, región
que permitía la comunicación a través del puerto de Gibraltar con el Lago, el
cual se fue transformando en un importante punto de salida y entrada para
alimentos y mercancías del occidente venezolano.
210
Obviamente las características del poblamiento eran diferentes, según las ordenanzas
emanadas por las autoridades coloniales, como consecuencia en gran parte de las
actividades comerciales y de la misión evangelizadora.
139
Estos circuitos económicos fueron posibles no sólo gracias a la
interconexión de los caminos, sino también al factor distancia y la
inexistencia de otros tipos de comunicaciones. Por ejemplo, tenemos el caso
de las escasas poblaciones, las cuales presentaban grandes distancias
terrestres hasta poblaciones centrales y norteñas de la Provincia de
Venezuela. Además, debemos agregar que la navegación fluvial por el eje
Apure-Orinoco era incipiente, al menos durante los siglos XVI y XVII. En
consecuencia, la interconexión con la cuenca alta del Chama y el Lago de
Maracaibo, era indispensable para Barinas211 por las distancias más cortas a
través de rutas naturales, ofreciéndole en los primeros tiempos coloniales
facilidades para la salida y entrada de diversos productos. A la vez, esto trajo
como resultado la correspondiente división político-territorial, de acuerdo a
los intereses de las autoridades coloniales merideñas.212
En todo caso, el ejemplo de Barinas nos indica la importancia de la
interconexión vial de centros poblados importantes, desde el punto de vista
económico, geoestratégicos (encrucijadas), alrededor de los cuales giraba la
actividad comercial colonial, y en gran parte la organización político-territorial
de Mérida y sus áreas de influencia. En resumen, la interconexión vial y el
poblamiento colonial estuvieron estrechamente relacionados en la cuenca
alta del Chama y sus espacios circundantes áreas.
211
Más adelante, reseñaremos el caso del comercio barinés con más detalle.
En este sentido, el territorio barinés estuvo sometido durante gran parte del período
colonial a la jurisdicción merideña.
212
140
3.6
Las vías de comunicación y su vinculación económica
Nos referiremos a las vías de comunicación y su relación con la
economía durante el periodo colonial. En primer lugar, haremos unos breves
comentarios sobre la economía colonial merideña, y cómo estuvo
directamente relacionada con el sistema vial constituido por una ruta principal
en el valle del Chama, y unas rutas secundarias que partían de dicho valle:
unas hacia los altos Llanos barineses, y otras hacia el sur del Lago de
Maracaibo.
Una vez realizados los procesos de penetración y colonización en
tierras merideñas por parte de Juan Rodríguez Suárez y Juan de Maldonado,
se fue consolidando el proceso de poblamiento, como elemento importante
de la implantación de las estructuras coloniales en los altos Andes
merideños. Desde el punto de vista económico, los factores de producción y
formas de comercio coloniales diferían notablemente de los prehispánicos,
aunque ciertos elementos propios de las antiguas culturas indígenas,
contribuyeron a impulsar la nueva economía. En este sentido, los europeos
eran mercantilistas, porque buscaban la acumulación de metales preciosos,
específicamente el oro y la plata, lo cual difería del sencillo sistema de
trueque de los indígenas.
Los conquistadores no hallaron metales preciosos en los Andes
merideños, pero si se encontraron con tierras fértiles y una importante
concentración de población indígena, por lo que de ahí en adelante se
dedicaron a la agricultura, agregando nuevos rubros y técnicas de cultivo,
como el arado con animales. A los cultivos existentes en los altos Andes
merideños, como las papas o turmas (Solanum tuberoso), y el maíz
(Zea mayz), los españoles agregaron el trigo (Triticum sp), la cebada, y otros.
También introdujeron animales para el consumo y cómo medios de
transporte, iniciándose en actividades ganaderas de menor escala, por no
141
contar con amplias extensiones de tierras planas. En este sentido, la
economía colonial fue más dinámica y diversificada que la prehispánica,213
aunque desmejoró en general las condiciones de vida de los pobladores
indígenas. 214
Como la agricultura se transformó en la principal actividad económica
de los Andes merideños, las autoridades dispusieron el comercio de algunos
rubros con otras zonas de los Andes venezolanos, con
la Provincia de
Venezuela, con Maracaibo, con Barinas, con algunos puertos caribeños
como Veracruz y Cartagena, e incluso con territorio español. Más adelante
detallaremos la relación entre la red vial natural que partía del valle del
Chama y sus intercambios comerciales. También se empezó a comerciar
con diversas mercancías, como consecuencia de la incipiente industria
manufacturera, en la que se elaboraban algunos derivados de origen animal
y vegetal, como la harina y los biscochos de trigo, tejidos de algodón, cobijas
de lana, entre otros. Mientras tanto, en los Andes merideños ingresaban
productos como: jamones, vinos, objetos religiosos en oro y plata, lujosas
telas, y otras mercancías.
Ahora bien, dichas actividades económicas solo fueron posibles
gracias a las potencialidades del medio físico altoandino, pero especialmente
a la mano de obra que podían aprovechar de los diversos asentamientos
indígenas que encontraron a su llegada. De esta manera, los colonizadores
agruparon a los indígenas en encomiendas y pueblos de indios, con el
propósito de adoctrinarlos y emplearlos de la manera más eficiente posible
213
No queremos señalar con esto que la economía colonial fue más moderna o desarrollada
que la prehispánica; simplemente fueron dos dinámicas distintas, de acuerdo a las
necesidades e intereses de cada periodo.
214
Es de destacar que los indígenas fueron obligados a cambiar su forma de vida, desde su
simbolismo mágico-religioso hasta la economía de tipo comunitaria. Además, fueron
forzados a servir como mano de obra para diversas actividades económicas coloniales.
142
en las actividades productivas coloniales. Los colonizadores emplearon a los
indígenas en diversas labores, desde el cultivo de la tierra hasta el
transporte de productos agrícolas y diversas mercancías: gañanes,215
trilladores, arrieros, baquianos, cargadores o mochileros, entre otros.
Generalmente estos pueblos de indios y encomiendas se ubicaban
donde estaban los antiguos asentamientos prehispánicos, o en lugares
cercanos, para aprovechar los conocimientos de los indígenas sobre el
medio físico donde habitaban. Sin embargo, en algunos casos se establecían
cerca de centros de producción importantes (estancias), ubicadas en la
proximidad de rutas importantes en la región. Con respecto a la participación
del indígena en la economía colonial, Ana Parada Soto señala lo siguiente:
“ (...) la existencia de una extensa red de caminos que
conectaba a todas las comunidades de Mérida con el lago de
Maracaibo, hizo posible que Gil Naranjo se interesara
en
preservar la ubicación original de los asentamientos. Aprovechó
el conocimiento ancestral de los indígenas en la detección de
las tierras más aptas para el cultivo”.
216
(ver mapa N° 11)
De esta manera, la presencia de los grupos indígenas fue importante
para el conocimiento de la vialidad, la cual, en términos generales, solo tuvo
que ser transformada -en algunos casos- por los colonizadores en atención
al empleo de animales como medios de transporte. En consecuencia, los
grupos indígenas de la cuenca alta del Chama fueron fundamentales para el
desarrollo de las actividades económicas coloniales, llevadas a cabo a través
de diversos circuitos económicos correspondientes a un determinado sistema
vial, como señala Nelly Velázquez:
215
216
Indígenas dedicados al arado de la tierra y la siembra de la semilla.
Ob.Cit. p. 25.
143
“La integración compleja y dinámica de los indios Mucuchíes a
la red de comercio regional es un ejemplo significativo para
mostrar que el Resguardo de Indios funcionó relativamente en
la provincia de Mérida como una institución colonial dirigida a
lograr la integración cultural definitiva del indio y su
adaptación al conjunto de las redes comerciales que se
establecieron en la región durante el siglo XVII”.217 (ver mapa
N°10).
Mapa N° 10
Circuitos Económicos coloniales en la cuenca del Lago de Maracaibo.
Fuente: Velásquez, Nelly. Población Indígena y Economía... p. 30.
217
Los resguardos de indios y el establecimiento de circuitos económicos... pp. 241-242.
144
Algunos de estos circuitos serán reseñados a continuación, indicando
la vialidad que permitió su auge y permanencia. En esencia, podemos indicar
que el comercio de la cuenca alta del Chama
realizó de las siguientes maneras: a)
y áreas circundantes, se
a lo largo de los ejes centrales de la
Cordillera merideña; b) con Maracaibo, puertos caribeños, y territorios de
ultra mar; y c) con poblaciones de los Llanos altos occidentales, como
Pedraza y Barinas.
Los
ejes
centrales
de
la
Cordillera
merideña
son
aquellos
correspondientes a los valles longitudinales de los principales ríos, los
cuales, como sabemos, se comunicaban a través de los puntos terminales
de sus fondos de valle. Tal es el caso de los ríos Mocotíes, Chama, y
Motatán, a través de los cuales se dirigía el gran Camino Real, en el que se
asentaba una importante población durante el periodo prehispánico, y que
durante el periodo colonial pudo haber aumentado como resultado de la
diversificación económica.
Precisamente dicha diversificación económica va a impulsar una gran
actividad comercial a través del Camino Real, porque no sólo se
comercializará en el ámbito local, en el caso de la cuenca alta del Chama,
sino al nivel de todos los Andes venezolanos y parte de los Andes
colombianos. El Camino Real llegó a ser como una gran carretera interandina
entre el territorio colombiano y el territorio venezolano, desplazándose desde
Santa Fé de Bogotá hasta el actual Estado Trujillo, a través de valles
longitudinales intramontanos correspondientes a la Cordillera oriental
colombiana y la Cordillera merideña. A continuación tenemos una gráfica que
representa las distancias en el Camino Real, según la geógrafa Ileana
Parra218:
218
Ob. Cit. p. 66.
145
Gibraltar
9 leg.
Cúcuta
12 leg.
San Cristóbal
15 leg.
La Grita
7 leg.
Bailadores
20leg
-30leg.
Mérida
25 leg.
PAMPLONA
Barinas
40 leg.
Tunja
22 leg.
SANTA FE
Es importante destacar que los poblados de la cuenca alta del Chama
y áreas circundantes, mantuvieron intensos contactos comerciales con otros
puntos del Camino Real, incluso en el centro oriente colombiano, en el caso
que hubiera dificultades en las rutas neogranadinas de salida al Lago.219
Para demostrar la importancia económica del Camino Real, nos referiremos
a tres poblaciones productoras y distribuidoras: Mérida, Mucuchíes y
Apartaderos, como fundamento de las relaciones comerciales establecidas
durante el periodo colonial.
En Mérida y áreas circundantes se introdujeron frutos tropicales como
manzanas y duraznos, además de ganado vacuno, ovino, equino, y otros. A
su vez, los españoles intensificaron el cultivo del maíz, y sembraron el trigo,
la papa, la zanahoria, en el valle de Los Alizares. Por último, crearon una
incipiente industria manufacturera. Todo esto como consecuencia de las
bondades del medio
219
físico merideño, y la presencia de diversos
En ocasiones los pobladores de Pamplona y Cúcuta no podían sacar su producción a
través de ríos como el Catatumbo y la Grita. En este caso, hacían el recorrido hasta los altos
Andes merideños a través del Camino Real.
146
asentamientos prehispánicos fundamentales para la mano de obra indígena,
como lo señalan las Ordenanzas de Mérida de 1620.220
En dichas Ordenanzas hay referencias de unas veinte encomiendas
en zonas cercanas a la meseta de Mérida, lo cual denota la importancia de la
ciudad como centro económico a partir del siglo XVI, incluso para áreas
periféricas de la cuenca del Chama, tanto en la parte alta como en la parte
media.
Mucuchíes era una población intermedia en el valle alto del Chama, y
disponía de una importante población y producción agrícola, impulsada
además por su excelente condición de paso (encrucijada) para el comercio
entre Barinas y Maracaibo, y entre distintos puntos del Camino Real. Incluso,
pensamos que después de la ciudad de Mérida, Mucuchíes fue el poblado
colonial más importante de la cuenca alta del Chama y sus áreas
circundantes, y coincidimos con lo señalado por José Mejías:
“A partir de la fundación de Mérida en 1558 por Juan Rodríguez
Suárez, toda esta zona de Mucuchíes se convirtió en punto de
atracción para los españoles por sus condiciones climáticas,
muy favorables a la agricultura.”221
En realidad, Mérida y Mucuchíes parecen haber tenido intensos
contactos comerciales, motivados quizás por la necesidad de satisfacer
algunos requerimientos alimentarios, hasta el punto que Mucuchíes era
importante como proveedor para Mérida, de acuerdo a Nelly Velásquez: “Los
220
Ob. Cit. pp. 1177-1200.
La Toponimia de Mucuchíes: Persistencia de la Influencia Cultural Indígena. Mérida:
Universidad de Los Andes Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Historia,
Tesis de Grado. (1996). p.42.
221
147
Habitantes de Mucuchíes se integraron directamente a la red de
comercialización abasteciendo a los vecinos de Mérida”.222
En términos generales, los españoles intensificaron en Mucuchíes el
cultivo de rubros como las papas, e introdujeron el trigo, la cebada, las
habas, el ganado ovino, y otros rubros agrícolas y animales, destacándose
el trigo, cuya harina fue un importante producto demandado en otros
territorios del imperio español, siendo sacado por el Lago de Maracaibo, pero
sobre su comercialización haremos referencia más adelante.
Por último, tenemos a Apartaderos o Desapartaderos,223 población no
muy importante desde el punto de vista demográfico, pero con una relevante
posición geográfica para las relaciones comerciales interandinas (a través del
Camino Real), y aquellas que se establecieron entre Maracaibo, los altos
Andes merideños, y los Llanos barineses.
Las poblaciones mencionadas no sólo fueron importantes a partir del
comercio que se realizaba por el Camino Real, sino que en base a su
ubicación geoestratégica (encrucijadas, como señalaremos más adelante),
fueron fundamentales para el auge y consolidación de los circuitos
económicos coloniales establecidos alrededor de los Andes merideños.
El circuito alrededor del Lago de Maracaibo se estableció a partir de
las necesidades de los centros poblados de la Cordillera merideña. Una vez
que los conquistadores ingresaron a tierras andinas, siempre tuvieron la idea
de establecer diversos puertos, que permitieran la salida y entrada de
diversos productos, a partir de las relaciones comerciales entra la cuenca alta
222
Los resguardos de indios y el establecimiento de circuitos económicos... p. 245.
Es probable que se denominara así por estar ubicado en un sitio donde se unían o
desapartaban varios caminos.
223
148
del Chama (jurisdicción del Corregimiento de Tunja, y luego de la Provincia
de Mérida) y otros territorios del imperio español en América. Este comercio
de la zona altoandina merideña se realizó de la siguiente manera: de la
península Ibérica y de puertos caribeños ingresaban a la cuenca alta del
Chama telas, objetos religiosos, vinos, y diversos alimentos procesados;
mientras tanto, de los Andes merideños se sacaban tubérculos, harina de
trigo, biscochos, cobijas, y otros artículos, aprovechando, la incipiente
industria manufacturera y la diversificación de los cultivos.
Es así como una vez iniciada la colonización en la cuenca alta del
Chama, y realizadas diversas exploraciones, las Autoridades coloniales
decidieron establecer el Puerto de San Antonio de Gibraltar (1591), el cual
tenia una importante ubicación geoestratégica, como excelente fondeadero,
con comunicaciones naturales terrestre con casi todo los Andes venezolanos
(a través de valles intramontanos), y con una buena comunicación lacustre
con diversos centros nodales de influencia, incluyendo la salida al Mar
Caribe.
Este puerto llegó a ser tan importante, que impulsó el poblamiento
hispánico en una zona que contaba con poca población indígena. Incluso en
las áreas circundantes a Gibraltar, se inició el cultivo de diversos rubros,
como el cacao, mediante el establecimiento de algunas estancias, cuya
producción pronto comenzó a ser transportada a regiones distantes. Además,
sirvió como punto de abastecimiento o reparación para las naves de otros
puertos lacustres menos importantes. La relevancia de Gibraltar se
manifiesta a través de ciertas Ordenanzas, reseñadas por la geógrafa Edda
Samudio de Chávez:
“Para la promulgación de las Ordenanzas de San Antonio de
Gibraltar,
posiblemente
contribuyeron
dos
circunstancias
especiales. Por una parte, la importancia económica que esa
149
ciudad tenía para Mérida y el resto de las ciudades bajo su
jurisdicción político administrativa, así como también para otras
ciudades del Nuevo Reino de Granada; y por otra, el hecho de
que Mérida necesitaba fortalecer ese puerto, para contrarrestar
las agresiones de Maracaibo, que de manera permanente
aspiraba
ampliar
su
hinterland
a
expensas
del
área
merideña”.224
Cuadro N° 2
Exportaciones de harinas desde Mérida y Trujillo
Año
Cantidad
Año
Cantidad
1579
1.000 arrobas
1620
4.024 arrobas
1599
3.200 arrobas a
1628
100 fanegas
1643
358 arrobas
1647
50 arrobas
1692
512 arrobas a
5 reales.
1600
700 arrobas a 6
reales.
1605
9.765 arrobas y
40 fgs. de trigo
1606
41.026 libras a
Pto. Rico
70 reales
30 arrobas a
Cartagena
1607
7.807 arrobas a
1693
4 reales.
1615
22.692 arrobas
100 arrobas a
21 reales.
1695
221 arrobas a
21 reales.
1619
28.600 arrobas
1701
50 arrobas a 21
reales.
Fuente: Arellano Moreno, Antonio. Orígenes de la Economía
Venezolana. Caracas: UCV. (1973) pp. 155-156.
224
Las ordenanzas del corregidor de Mérida Don Juan de Aguilar para San Antonio de
Gibraltar 1610... pp. 53-54.
150
Como ya mencionamos, diversos valles transversales que descienden
de la Cordillera merideña, comunican a Gibraltar con esta región. Si bien es
cierto que las comunicaciones terrestres eran dificultosas en sus tramos más
montañosos y cercanos al Lago, también era el único medio disponible para
comunicar gran parte de los Andes venezolanos con el Lago, debido a la
escasa navegabilidad de los ríos.
Las rutas terrestres partían de diversos puntos de la cuenca alta del
Chama, lo cual se debe en gran parte a las exploraciones en la Sierra La
Culata. En este sentido, podemos mencionar a los tres poblados más
importantes del periodo colonial. Mérida se comunicaba con Tucaní y
Gibraltar a través del valle longitudinal del río Mucujún, el cual se conectaba
con el valle transversal del río Tucaní, con un recorrido total de unas 30
leguas, equivalente a unos 150 kilómetros, tal como lo refiere Marco Aurelio
Vila.
225
Debió haber sido una ruta muy transitada durante el periodo colonial,
si observamos por ejemplo, que es uno de los mejores caminos de recuas
que aun son recorrido en los Andes merideños, con una anchura hasta de 5
metros. (ver Foto N° 8). Al respecto el escritor Jesús Rondón Nucete indica
lo siguiente:
“La idea es muy vieja. Esa vía fue utilizada durante la época
colonial como ‘principal’ para la comunicación de Mérida con los
puertos del Lago (Gibraltar, San Pedro y Santa María) y con las
numerosas haciendas y plantaciones que se fundaron en la
región. De allí las condiciones que tuvo (empedrado y de
buenas dimensiones) y la atención que siempre se le prestó,
como prueban numerosos documentos”.226
225
226
La Geoeconomía de la Venezuela... p. 75.
Ob. Cit.p.29.
151
De Mucuchíes también partían dos vías naturales, desplazándose
completamente a través de los valles transversales de las quebradas La
Toma o La Carbonera, y luego el río Torondoy. Esta ruta comunicaba a
Mucuchíes con Torondoy, y de Torondoy se bajaba al Lago. Pero Mucuchíes
también se comunicaba con otras poblaciones de la cuenca alta del Chama,
a través de una intricada red de caminos en La Culata. Por último,
señalaremos a Apartaderos poblado que se comunicaba con el Lago a través
de los valles transversales de la quebrada Mifafí y del río Chirurí,
comunicándose en primera instancia con Piñango.
Hay que destacar, sin embargo, que Gibraltar y sus áreas
circundantes sufrieron el ataque de grupos indígenas, impidiendo en varias
ocasiones el tráfico comercial. De todas maneras, el puerto siguió
funcionando regularmente hasta mediados del siglo XVIII.
En cuanto al comercio con Barinas, hay que destacar la presencia de
tres importantes poblados de los siglos XVI y XVII: Altamira de Cáceres,
Barinas, y Pedraza, los cuales, en realidad, parecen haber ser sido punto de
avanzada para la exploración de los Llanos occidentales. Estas poblaciones
fueron fundadas por vecinos merideños, bajo la supervisión de las
autoridades, lo cual garantizaba su control a la jurisdicción merideña, y por
supuesto la influencia en materia económica. En materia de vialidad, las
rutas de los fundadores ya presagiaban lo que sería el circuito comercial
entre Barinas, los Andes merideños, y Maracaibo.
En este sentido, Pedraza fue fundada en año 1591, por el capitán
Gonzalo de Piña Ludueña, el cual partió de La Grita recorriendo valles
transversales, hasta caer al piedemonte andino-llanero, asentando la
población por primera vez en el sitio conocido hoy como Pedraza La Vieja, al
suroeste de Barinas. Pero Pedraza tuvo que ser mudada al menos dos
veces, por los enfrentamientos entre los colonizadores y grupos indígenas.
152
La última de dicha mudanza se llevó acabo en el año 1609, ubicándose a
Pedraza en un lugar cercano a la actual población de Ciudad Bolivia, en las
riberas del río Canaguá, una excelente vía natural que comunica a esta parte
de los Llanos con los Altos Andes merideños específicamente con la
población de Mucuchíes. Sin duda alguna, esta ubicación de Pedraza debió
haber respondido a las facilidades de comunicación con el Lago de
Maracaibo a través del eje central constituido por los centros poblados de la
cuenca alta del Chama. La importancia de su ubicación era mayor si
tomamos
en
cuenta
la
producción
fundamentalmente en el tabaco y
agrícola
y
ganadera,
basada
las reses, productos que llegaron a
sacarse hasta la península Ibérica.
El caso de Barinas es similar a Pedraza, en cuanto a los sucesivos
cambios de asentamiento. Fue fundada por primera vez en 1577, con el
nombre de Altamira de Cáceres, en una pequeña meseta cercana al río
Santo Domingo. Según el historiador barines Virgilio Tosta, está población
siempre estuvo condenada al fracaso económico, respondiendo su ubicación
a aspectos geoestratégicos227:
”Tuvo la ciudad, más que todo, un valor estratégico. Estaba
situada en una pequeña meseta que sólo ofrecía dos salidas.
Una que facilitaba las comunicaciones con Mérida y Trujillo. La
otra daba hacia lo llanos”.228
Luego fue mudada al piedemonte andino-llanero en la meseta del
Moromoy, donde actualmente se ubica la población de Barinitas. Fue ubicada
también en el valle transversal del río Santo Domingo, pero al cabo de cierto
227
Virgilio Tosta no lo menciona, pero Altamira era un punto de avanzada para la exploración
andino-llanero y las tierras llanas.
228
Historia Colonial de Barinas: Altamira de Cáceres. Caracas: Vol. I, (1962). p.77.
153
tiempo no pareció lo suficientemente amplia para el despliegue de
importantes actividades económicas, por lo cual se estableció definitivamente
en la llanura, pero igualmente en las orillas del río Santo Domingo. En este
caso, el valle del río Santo Domingo fue fundamental para los diversos
asentamientos de Barinas, no sólo por sus tierras fértiles y riqueza hídrica,
sino por las facilidades comunicacionales, a través de una importante vía
transversal que conecta los llanos con los Altos Andes merideños, y a la vez
con el Lago de Maracaibo.
Las condiciones del medio físico hicieron de Barinas un importante
centro agrícola y ganadero, destacándose el tabaco y el ganado vacuno,
aunque el tabaco era el producto más famoso229 de Barinas en las primeras
etapas de la colonización, tal como lo cita Virgilio Tosta:
“Sobre el lomo de mulas, era sacado el tabaco de Barinas, por
la peligrosa ruta que conducía a Mérida. Desde esta ciudad, se
le llevaba a los puertos del lago de Maracaibo: Nueva Zamora,
primero, y más tarde, a partir de 1595, a San Antonio de
Gibraltar. De aquí era embarcado con destino a Europa, donde
gozaba de gran acogida y prestigio”.230
Toda esta producción tuvo su principal aliciente en la demanda
productos como el tabaco y el ganado vacuno, no sólo en Mérida y
Maracaibo, sino en territorios caribeños y en el continente europeo, donde
229
En realidad, la ganadería comenzó a ser importante a partir de finales del siglo XVII,
mientras que gracias a la comercialización del tabaco hubo un gran impulso de la economía
barinesa, y por ende el crecimiento rápido de la población.
230
Ob. Cit. p. 78.
154
era muy apreciado el tabaco barines. Pero sin las ventajas del medio físico,
no hubiera tenido tal
impulso la economía y el poblamiento barinés, en
cuanto a la presencia de un sistema vial natural que comunicaba los Llanos
con los Altos Andes merideños, y de aquí con el Lago de Maracaibo, a través
del cual se sacaba la producción hasta el Mar Caribe. En este sentido, las
poblaciones de Barinas y Pedraza se ubicaban en los puntos terminales de
importantes rutas transversales, que serán transformadas en caminos reales.
Sin embargo, los barineses también comerciaban con Maracaibo y
territorios caribeños a través de puertos lacustres dependientes de la
Provincia de Venezuela, específicamente los conocidos como Tomocoro y
Moporo, ubicados en las proximidades de lo que se conoce actualmente
como el poblado trujillano de La Ceiba. Los barineses alegaban que para
arribar a dichos puertos recorrían buenos caminos, de acuerdo a lo indicado
en un documento del Archivo General de Indias, citado por Virgilio Tosta:
“ (...) estado en uso y costumbre de tiempo inmemorial a esta
parte el llevar todo tabaco que se cria y se coge en la dicha
ciudad de Barinas a los puertos de tomocoro y moporo
jurisdicción de Maracaibo, para de allí nabegallo a estos reynos
por la comodidad que ay tan conveniente para ello por ser los
caminos muy buenos y la tierra sana para los naturales y
negros, más breve el biaje”.231
Es verdad que los barineses comerciaron primero por los puertos de
Moporo y Tomocoro, pero también es cierto que los caminos desde Barinas
hasta dichos puertos, desplazándose por valles intramontanos trujillanos, no
231
Ibídem. p.127.
155
eran ni mejores ni de distancias más cortas que las rutas transversales que
comunicaban a los Llanos altos occidentales con los Andes merideños.232 En
este sentido, hay que señalar que los barineses fueron obligados por las
autoridades merideñas a sacar sus productos a través de Gibraltar, en virtud
de la importancia económica que estaba adquiriendo este puerto, gracias en
gran parte a la recaudación aduanera de derechos reales,233 por concepto
de alcabalas. Incluso, hubo disputas que tuvieron que ser resueltas a nivel de
la Audiencia de Santa Fe, como señala Tosta: “La decisión de la Real
Audiencia indica que los barineses pierden esta especie de peleas; mas no
se declaran totalmente vencidos”. 234
En cuanto a la vialidad comercial, los barineses siguieron realizando
parte de su comercio a través de los puertos de la Provincia de Venezuela,
pero sin duda que la mayor parte de su economía giraba en torno a los
circuitos
económicos andinos merideños. De esta manera, Pedraza se
comunicaba con los Altos Andes merideños a través de dos importantes
caminos: a) el valle transversal del río Canaguá, que conectaba con la
quebrada Gavidia; y b) el valle transversal del río Curbatí, que se conectaba
con el otro camino. Mientras tanto, Barinas se comunicaba con Apartaderos,
Mucuchíes, o el Lago de Maracaibo, a través del camino de Los Callejones,
el cual sigue el valle transversal y longitudinal del río Santo Domingo. Por
mucho tiempo, estos caminos representaron la única forma de comunicación
de la zona de Barinas y Pedraza con otras regiones, a pesar de que no eran
las mejores condiciones topográficas y climatológicas, tal como señala
Agustín Codazzi, citado por Marco Aurelio Vila:
232
Por estas razones no debió haber sido muy importante el comercio a través de los
puertos trujillanos. Los barineses debieron haberse dado cuenta que las rutas a través de los
Andes trujillanos no eran mejores que las merideñas, a pesar de las adversidades que
presentaban estas últimas.
233
Lo más probable que los barineses se hayan visto perjudicado por el cobro de tales
derechos.
234
Ob. Cit. p. 126.
156
“He aquí la causa de las aguas robando, diremos, las tierras
progresivamente, hayan formado unos zanjones profundos, que
con sus paredes de un terreno de poca consistencia amenazan,
en tiempo de lluvias sobre todo, sepultar a los pasajeros: este
es el origen del nombre de los Callejones”.235
En términos generales, podemos señalar la presencia de dos circuitos
comerciales en torno a los Altos Andes merideños durante los siglos XVI y
XVII. Un circuito caracterizado por el comercio de las poblaciones ubicadas
en el valle longitudinal del Chama, a través de rutas terrestres transversales
hasta el Lago de Maracaibo. El otro circuito se caracterizaba por el comercio
de Barinas y Pedraza, con los Andes merideños, con Maracaibo, el Mar
Caribe, y otros territorios. En este caso, la Cordillera merideña era el punto
intermedio para establecer contactos con el puerto lacustre de Gibraltar, a
través de vías terrestres transversales y longitudinales.
Por lo tanto, los Altos Andes merideños tuvieron dos áreas influencia
en materia económica: el piedemonte andino-lacustre y parte de la costa sur
del Lago, y los Llanos barineses, las cuales cumplieron dicho papel debido
en gran parte al sistema vial terrestre de caminos reales. A la vez, este
sistema de caminos reales impulsó al Lago de Maracaibo como puerta de
entrada y salida para diversos productos en el occidente venezolano y
centro-oriente colombiano.
235
Aspectos Geográficos del Estado Barinas. Caracas: Corporación venezolana de
Fomento. (1963). p. 216.
157
Mapa N° 11
Pueblos de Indios y circuitos económicos coloniales.
Fuente: Parada, Ana Isabel. Pueblos de Indios... p. 94.
158
3.7
Centros poblados creados en las encrucijadas.
Nos referiremos a las poblaciones que se desarrollaron durante el
periodo colonial gracias a las encrucijadas presentes en la cuenca alta del río
Chama. En primer lugar indicaremos un breve concepto de este término vial,
y luego analizaremos su papel geoestratégico y económico en los procesos
de exploración y colonización.
En términos generales, una encrucijada es un punto geofísico o
unidad poblacional donde se cruzan dos o más caminos, lo cual es
determinado en buena medida por las características topográficas. En este
sentido, los factores geofísicos influyen en la confluencia de dos o más vías
naturales (corredores de valles fluviales), o facilitan al ser Humano la
construcción de enlaces viales favorables a diversos propósitos (comerciales,
estratégicos, y otros).
En cuanto a los centros poblados coloniales surgidos en las
encrucijadas, señalaremos dos posibilidades: a) los cruces de caminos que
impulsaron el asentamiento de poblaciones a partir de facilidades
comunicacionales,
siendo
indispensable
alguna
actividad
económica
(agricultura, tráfico comercial, alojamiento); o b) el asentamiento de
poblaciones en puntos geoestratégicos236, estimuló la construcción de rutas
convergentes que permitieran el tráfico comercial entre diversas unidades
económicas.
Como ya señalamos, la confluencia de dos o más vías naturales es un
factor en extremo favorable para el desplazamiento de población, y por ende
para el asentamiento, lo cual fue aprovechado por los colonizadores
236
Por ejemplo, más o menos equidistante a dichos o más poblaciones o centros de
producción.
159
europeos a favor de su proyecto de organización espacial. Básicamente, los
colonizadores tomaron ventaja de la interconexión de diversas vías naturales
en la cuenca alta del Chama para organizar la economía merideña a través
de los circuitos económicos. En este sentido, los colonizadores al explorar y
ocupar el valle alto del Chama, no sólo echaron las bases del comercio
interandino a través del gran Camino Real, sino que observaron la ubicación
de diversos centros poblados de origen prehispánico con notables ventajas
comunicacionales, y trazaron una estrategia de control colonial en base a la
interconexión de las nuevas poblaciones (pueblos de indios y pueblos de
españoles); en otras palabras, diversas partes del valle del Chama eran
encrucijadas naturales, y los europeos tomaron ventaja desde el punto de
vista de la comunicación y el comercio.
A partir de la lectura de algunos mapas se puede determinar
la
ubicación de algunas encrucijadas, tanto en el valle longitudinal del Chama,
como en las rutas de recorrido que partían de dicho valle, con diversos
rumbos.
En
consecuencia,
podemos
referirnos
a
poblados
como
Apartaderos, Mucuchíes, Gavidia, Mérida, entre otros, los cuales ya han sido
mencionados en otros aspectos coloniales relacionados con la vialidad.
En el caso de Apartaderos, tiene una excelente ubicación geográfica,
al ser una especie de nudo donde convergen los valles de tres de los
principales ríos andinos: el Chama, el Motatán, y el Santo Domingo, donde
convergen por lo menos cuatro rutas naturales, como la del valle longitudinal
del Chama, la que se dirige a Piñango, la de los altos Llanos barineses, y la
que toma rumbo hacia los Andes trujillanos. A pesar de que Apartaderos
contaba con un clima muy frío, y poseía poca producción agrícola, esta
condición de encrucijada que históricamente ha comunicado a los altos
Andes merideños con otras regiones, ha
sido fundamental tanto para el
asentamiento de población como para la distribución de productos
alimenticios y diversas mercancías. Aún en la actualidad, Apartaderos es un
160
punto fundamental para la comunicación merideña con los Llanos y el centrooccidente venezolano; más aún, Apartaderos se ha transformado en un
punto turístico de primer nivel en los Andes venezolanos, gracias a la relativa
facilidad con que se desplazan visitantes del Estado Mérida y otras zonas.
En cuanto a Mucuchíes, podemos señalar que ha sido el típico punto
intermedio de comunicaciones en la cuenca alta del río Chama, a partir de
su ubicación en el valle alto, y la confluencia de algunas corrientes fluviales,
como las quebradas La Carbonera, La Toma, y Gavidia, elemento que le
brinda unas comunicaciones casi directas con el Lago de Maracaibo y con
los Llanos de Barinas, como puede observarse en algunos mapas regionales
actuales.
Este
factor
tuvo
que
haber
sido
fundamental
para
el
establecimiento de los circuitos económicos coloniales que relacionaban
estrechamente a las regiones mencionadas con la cuenca alta del Chama.
Como ya mencionamos, el comercio entre los altos Andes merideños y sus
áreas de influencia, junto al que se hacía por el Camino Real, transformó a
Mucuchíes en un importante centro poblado237, de enlace vial, y de
distribución alimentaría o de mercancías. Además, su producción agrícola
debió aumentar considerablemente, en rubros como el trigo, por ejemplo,
para satisfacer la progresiva demanda de harina y bizcochos de Maracaibo,
Barinas, territorios caribeños, y la península ibérica.
También podemos referirnos a la población conocida como Gavidia, la
cual, aunque no está ubicada en el valle longitudinal, si lo está en un nudo
donde confluyen las quebradas Las Piñuelas, Gavidia, y El Montón. Hay que
tener en cuenta que está población se originó como encomienda, según
señala el historiador José Mejías:238
237
Durante el periodo prehispánico, ya había una importante población, aunque dispersa en
numerosas aldeas.
238
Los cognomotopónimos que menciona en la cita Mejías, son topónimos derivados de los
apellidos.
161
“(...)
este
nombre
cognomotopónimos
forma
parte
del
grupo
de
los
más antiguos del área de Mucuchíes.
Efectivamente hace referencia a los antiguos encomenderos de
la zona. Topónimo de gran importancia por el número de
hechos geográficos que identifica. La quebrada, por ejemplo, de
curso perpendicular al Chama, se forma por las confluencias de
las quebradas. La Pata, Las Piñuelas y El Montón, resulta ser la
mayor tributaria del torrentoso Chama. Páramo Gavidia, situado
al sur, en los límites con el municipio Santos Marquina.
Finalmente, conocemos con este nombre un caserío ubicado al
este de Mucuchíes, cerca de las confluencias de las quebradas
El Montón y Las Piñuelas”.239
Debido al carácter de encrucijada y de encomienda de esta población
durante el período colonial, no es de extrañar que haya sido importante punto
para el intercambio comercial, toda vez que se comunicaba con Mucuchíes y
con los Llanos barineses, específicamente con las poblaciones de Pedraza y
Curbatí. En consecuencia, Gavidia fue una importante zona de paso dentro
de los espacios de recorrido comerciales entre Mucuchíes y Barinas, lo cual
persistía hasta poco antes de la construcción de la carretera Trasandina. A
diferencia de Mucuchíes, no contaba con una gran cantidad de pobladores,
ni una importante producción agrícola; sin embargo, el mismo carácter de
encrucijada permitió el asentamiento de cierta población durante el período
colonial, debido en parte al alojamiento de comerciantes.
239
Ob. Cit. p.117.
162
Foto N° 10
Aviso que indica un cruce de caminos en la población de Gavidia.
Foto tomada por María del M. Santos Puente. Agosto 2003.
Por último, mencionaremos a Mérida, como importante centro poblado
colonial de todos los Andes venezolanos. Esta población también tiene una
privilegiada ubicación geográfica, tanto por estar asentada en el valle
longitudinal del Chama, como por la unión de diversas rutas naturales. Pero
como el área espacial que nos interesa es la cuenca alta del Chama, sólo
nos referiremos a la vía que comunicaba a Mérida con los
poblados
ubicados en el Valle de Los Alisares (donde en la actualidad se localizan
poblaciones como El Playón, El Valle, y La Culata). Parte del comercio de
Mérida y de dicho valle con Mucuchíes y Maracaibo, se hacía a través del
valle longitudinal del río Mucujún, el cual se conectaba con otros corredores
naturales en la cuenca alta del Chama, diversificando las posibilidades de
comunicación, en el caso, por ejemplo, de que algún otro camino estuviera
en muy malas condiciones.
Dicha aseveración la corroboramos a través de información obtenida
de algunos funcionarios de Inparques (Instituto Nacional de Parques), los
163
cuales nos aseguraron, con mapa en mano, que en la zona de la Sierra La
Culata hay una gran cantidad de caminos de tierra o empedrados que se
comunican entre sí, la mayoría transitados durante el período colonial para
comerciar con Maracaibo. Esta intricada red de caminos tuvo que dar origen
a ciertos centros poblados. En un mapa del Estado Mérida editado por
CORMETUR240 (sin fecha), aparecen algunos caseríos en cruces de
caminos, como algunos ubicados en la Sierra La Culata: Llano Ruzio, La
Pueblita, Mucumamo, entre otros. Sin embargo, no debieron constar de una
numerosa población, de acuerdo a las condiciones geofísicas parameras, y
ante el abandono actual de la mayoría de dichos poblados.
3.8
Centros poblados creados como sitios de alojamiento
Analizaremos la relación de la vialidad colonial altoandina con el
establecimiento
de
sitios
de
alojamiento,
conocidos
también
como
aposentos, y posteriormente como posadas, y la manera en que algunos de
esos alojamientos se transformaron en centros poblados. Es decir,
estudiaremos la vinculación vial con el desarrollo de algunos caseríos, aldeas
o pueblos, producto de las necesidades de los viajeros y el trafico comercial
En los antiguos caminos andinos, los viajeros no podían realizar, en la
mayoría de los casos, largos recorridos en periodos cortos de tiempo;241 más
aún, a veces el recorrido entre un punto de partida y uno de llegada
definitivo, se situaba entre dos o tres días, y hasta una semana. Entre los
factores que motivaban tal situación, tenemos las largas distancias para
recorridos pedestres o por tracción animal, la abrupta topografía, las
240
Principal mapa base de nuestro estudio.
Debemos aclarar que esta situación se presentaba sólo en los casos que un viajero o
grupo de viajeros no concretara el recorrido hasta su destino, lo cual era muy probable,
debido a las duras condiciones climáticas que a menudo debieron haber soportado los que
se desplazaban por diversos caminos altoandinos.
241
164
cambiantes condiciones climatológicas, entre otras. Aún en nuestros días,
muchos de los antiguos caminos prehispánicos y coloniales que son
recorridos, sobre todo con fines turísticos, exigen de los viajeros tiempos
considerables para completar los trayectos.
En primer lugar, haremos una breve referencia sobre las posibilidades
del alojamiento en el período prehispánico, y entonces notaremos que solo
merece estudiar el tema desde el período colonial. Aunque no contamos con
ninguna información sobre sitios de alojamiento en los Andes merideños
durante el período prehispánico, es probable la presencia de cierto tipo de
refugios,242 debido a los movimientos de población con fines económicos o
religiosos. En este sentido, factores como el cambio abrupto de las
condiciones atmosféricas, seguramente obligaban al viajero indígena a
pernoctar en algún sitio. La importancia de las posadas en otras culturas
prehispánicas americanas, como el Imperio Inca, refuerza nuestra tesis. De
acuerdo a Louis Baudin, en los caminos imperiales se encontraban los
llamados tambos, ubicados cada cierto tramo, los cuales según Louis
Baudin: “(...) encerraban a menudo provisiones abundantes y constituían
lugares de refugio (...).Una tropa numerosa podía hallar abrigo y alimentos,
vestidos y armas dentro de sus muros”.243
A pesar de este importante señalamiento, no podemos más que
teorizar sobre los sitios de alojamiento prehispánico en los Andes merideños,
más aún si intentáramos demostrar que uno o más centros poblados
surgieron gracias a la actividad del hospedaje. Por esta razón, es
conveniente estudiar la relación alojamiento-centro poblado a partir del
período colonial, para lo cual además, contamos con importante información
escrita, de las crónicas a nuestros días.
242
243
Desde una simple cueva hasta algunas viviendas de piedra.
Ob. Cit. p.300.
165
Pero no es de nuestro interés referirnos a las condiciones del
alojamiento como tal, sino a la transformación de un sitio de alojamiento en
un centro poblado (o viceversa) gracias al desplazamiento de población a
través de los caminos, generando su concentración en un lugar determinado,
que a su vez traía como consecuencia el movimiento comercial y la
estabilidad de algunos pobladores. Como señalamos anteriormente, diversos
factores motivaron la creación de los sitios de alojamiento, llamados
posteriormente aposentos y posadas, y la historiadora Magaly Burguera los
resume así: ”Las largas jornadas a través de tupidas selvas, las
características del clima local, las dificultades del terreno, escarpado en unos
lugares, cenagoso en otros, y los ataques de diversos grupos indígenas,
motivaron a que cada cierto trecho de camino se construyeran lugares
similares donde viajeros y recuas se detenían para descansar”.244
Ahora bien, nos referiremos a la influencia de los lugares de
alojamiento en el surgimiento de centros poblados en las principales vías de
comunicación de la cuenca alta del Chama, tanto en las que partían del valle
longitudinal, rumbo a las áreas de influencia merideña (Maracaibo y Llanos
de Barinas), como en el Camino Real. En estas rutas se registraba el mayor
tráfico comercial, y por ende, el más importante tránsito de personas del
espacio altoandino merideño.
En términos generales, señalaremos tres poblaciones ubicadas en el
Camino Real, como son La Venta, Apartaderos, y Los Aposentos, acerca de
las cuales contamos con datos precisos. Sin embargo, esto no significa la
ausencia de otros sitios de alojamiento en las rutas de recorrido de la cuenca
alta del Chama, y que hayan contribuido con el surgimiento de centros
poblados.
244
Ob. Cit. p. 86.
166
El caserío La Venta245 es quizá el más conocido sitio de estancia
para viajeros. Aunque no se localizaba en el valle alto del río Chama, sino en
la parte superior del río Motatán, era parte del recorrido de diversos
comerciantes entre territorio merideño y la Provincia de Venezuela. Contaba
con una importante ventaja geoestratégica, como la de ser un punto más o
menos equidistante entre los centros poblados más cercanos del valle del
Chama y del valle del Motatán, como lo eran Apartaderos y Chachopo. Más
importante aún, era su condición de refugio ante las duras condiciones
climáticas, a pesar de no ser tan largo el recorrido246 entre las poblaciones
mencionadas. En este sentido, el tipo de ecosistema presente en la zona es
paramero casi en su totalidad, por lo cual era casi obligatorio hospedarse en
La Venta, tanto para los que se desplazaban por el Camino Real en sentido
oeste-este, o viceversa. Este caserío estaba asentado más o menos donde
se ubica la actual población, y Tulio Febres Cordero hace una reseña del
interesante documento de petición para la construcción de un sitio de
alojamiento:
“El capitán Hernando Cerrada, vecino de la ciudad de Mérida,
parezco ante Vtras. Mds. y digo: que yo tengo necesidad de un
pedazo de tierra en términos de Chachopo, que es y son mis
aposentos en el páramo, que es y lo quiero para hacer una
Venta (...), por ser como es mucha necesidad y camino real, y
por allí pasa mucha gente (...) para que sea ayuda de recoger
la gente y caballos, pues se entiende es de necesidad y bien de
esta República (...).247
245
Así se denominaba a determinada casa establecida en los caminos para hospedaje de
los viajeros.
246
Esto es relativo, porque durante una fuerte nevada, por ejemplo, viajar a pie o en bestia
es muy desalentador, por muy corto que pueda ser un trayecto.
247
Dècadas de la Historia... p. 109.
167
El sitio conocido como Apartaderos, también debió parte de su origen
como poblado colonial a su condición de posada. Su notable posición
geoestratégica, como encrucijada de diversas vías que comunicaban a los
altos Andes merideños con el Lago de Maracaibo, y con los Llanos
barineses, además de ser un importante enlace en el Camino Real
interandino, fue fundamental para facilitar el traslado de personas, productos
alimenticios, y diversas mercancías. En este sentido, es indudable
que los
viajeros de diversas regiones requirieran de alojamiento en un lugar
donde
pudieran comunicarse relativamente fácil con otras zonas, o incluso, donde
pudieran establecer intercambios comerciales, teniendo en cuenta la
importancia de la encrucijada. El escritor Juán de Diós Picón es uno de los
que sostiene dicha tesis:
“ Los viageros procuran pasarlo lo más de mañana que es
posible porque en este tiempo es más benigno; para cuyo fin
regularmente se hospedan en el sitio llamado de los
Desapartaderos, al pie del páramo y de donde se separan los
caminos que van para las provincias de Trujillo y Maracaibo por
Timotes y el que va para la provincia de Barinas por Santo
Domingo y Las Piedras”.248
En cuanto al establecimiento de la población en Apartaderos, si bien
no era abundante por la escasez de tierras cultivables, hay que señalar, sin
embargo, que dicha localidad se vio favorecida por las facilidades para el
desplazamiento
moradores gra
248
Ob. Cit. p.41.
poblacional, por las ventajas que podían obtener sus
168
cias al tráfico comercial, y eventualmente, a cierta actividad
turística.249
El caserío Los Aposentos se ubica en un sitio cercano a la población
de Mucuchíes, por lo cual puede considerarse parte del área de influencia de
este último durante el período colonial. Como sabemos, Mucuchíes era una
importante población durante el periodo prehispánico y colonial, como punto
de enlace en el Camino Real, y al igual que en Apartaderos, se
interconectaban diversas vías de comunicación. En este sentido, era
evidente el movimiento de población y de mercancías, destacando la
importancia que pudo haber tenido para los intermediarios comerciales, que
establecían contactos, por ejemplo, entre los Llanos barineses y el Lago de
Maracaibo.
El historiador José Mejias confirma la importancia de Los Aposentos
como sitio de alojamiento durante el periodo colonial:
“Es un caserío ubicado al oeste de Mucuchíes. Este topónimo es
uno de los más antiguos de esta zona, ya vemos como la palabra
aposento aparece en la documentación del siglo XVI como el
lugar donde tenían su morada antiguamente los encomenderos
que poseían tierras en Mucuchíes. Posteriormente, estos lugares
toman otras características, es decir, pasan
a ser sitios de
llegada y estadía de viajeros (...)”.250
Por último, podemos agregar el caso de Torondoy, población ubicada
en una de las rutas transversales que comunican a los Andes merideños con
el sur del Lago de Maracaibo. Al respecto, la geógrafa Ileana Parra comenta
249
Por supuesto que es una simple teoría, hasta que se demuestre su veracidad. El turismo
como actividad de masas surgió en los Andes merideños a mediados del siglo XX.
250
Ob.Cit, p. 104.
169
lo siguiente: “La necesaria comunicación entre Mérida y el Lago motivó a que
Torondoy se convirtiera en un sitio de tránsito, con el que podían contar los
arrieros para el descanso.”251
3.9
Ubicación geográfica aproximada de los principales caminos
La ubicación geográfica de los principales caminos de recorrido
durante los siglos XVI y XVII, es parecida a la de las rutas prehispánicas, de
acuerdo a los diversos aspectos tratados en este capítulo. La diferencia entre
las rutas recorridas en cada uno de los periodos de nuestra investigación,
radica fundamentalmente en cuanto a la organización del espacio y las
actividades económicas. En este sentido, la organización del espacio colonial
se realizó en diversos circuitos económicos, que relacionaban a los altos
Andes merideños con el piedemonte meridional, con los Llanos barineses, y
con el Lago de Maracaibo. Por lo tanto, la vialidad asociada a dichos
circuitos, trajo como consecuencia que la cuenca alta del Chama tuviera
como áreas de influencia a las regiones ya mencionadas, las cuales eran
importantes, de cierta manera, en el periodo prehispánico.
La mayor diferencia del sistema vial prehispánico y colonial en la
cuenca alta del Chama, estriba, por lo tanto, en la ampliación,
reestructuración, o construcción de nuevas vías que permitieran el eficaz
transporte de mercancías a través de los circuitos económicos ya
mencionados. Además, la mayoría de las vías coloniales, al contrario de las
prehispánicas, han sido reseñadas de forma escrita a partir del mismo
periodo colonial. A continuación indicaremos, en forma aproximada, los
probables recorridos de las rutas más importantes durante la primera etapa
251
Ob. Cit. p. 64.
170
de la colonización en la cuenca alta del Chama, a través de la visualización
gráfica de nuestro mapa base.
Mapa N° 12
Ubicación aproximada de las principales rutas de recorrido colonial en la
cuenca alta del Chama.
LEYENDA
CAMINO REAL
Comunicación con los Llanos
Comunicación con el sur del Lago
Modificado por:
María del M. Santos P. y Rubén A. Hernández A.
Fuente: Corpoturismo. Mapa del Estado Mérida. Caracas: Grupo Editor
Interarte. (s/f)
171
3.10 Las vías de comunicación y su vinculación geopolítica y jurídica.
Analizaremos brevemente la relación que pudo haber entre el
recorrido o las distancias de las vías de comunicación colonial, y algunos
elementos relacionados con la organización político-administrativa de la
jurisdicción merideña y territorios vecinos. Específicamente, nos referiremos
a dos problemas estrechamente vinculados a los espacios de recorrido que
partían de la cuenca alta del Chama: a) uno limítrofe, correspondiente a las
disputas entre Mérida y Maracaibo por el puerto lacustre de Gibraltar; y b)
uno de tipo geopolítico, correspondiente a la necesidad de crear una
provincia en los Llanos occidentales, independiente de la región merideña.
Antes de comenzar la reseña, debemos indicar que la estructuración
político-administrativa del territorio merideño y áreas circundantes, bien sea
como Provincia de Mérida o como Corregimiento, correspondió en gran parte
a los circuitos económicos interconectados por un complejo sistema vial. En
este sentido, las diversas rutas naturales que comunicaban a los Andes
merideños con otras regiones, y cuyo eje principal era el Camino Real, sin
duda determinaron, al menos en parte, que las autoridades coloniales
establecieran la división político-administrativa correspondiente, a partir de la
separación de Mérida del Corregimiento de Tunja.
En este orden de ideas, es importante señalar que las autoridades
merideñas mostraban preocupación por las grandes distancias que tenían
que recorrer hasta Santa Fe de Bogotá, con el propósito de resolver
problemas de tipo político, administrativo, entre otros. En consecuencia, se
creó por Real Cédula de Diciembre de 1607, el Corregimiento de Mérida y La
Grita, para atender diversos asuntos de ciudades como La Grita, Mérida, y
San Cristóbal, tomando en cuenta las distancias relativamente cercanas
entre ellas, en vez de tener que desplazarse hasta la lejana capital del
Corregimiento de Tunja.
172
En cuanto a las disputas por Gibraltar, hay que resaltar la importancia
del puerto de Gibraltar,252 la cual podemos resumir en dos aspectos: a) el
grueso del ingreso y salida de diversos productos en gran parte del suroccidente venezolano (incluyendo la cuenca alta del río Chama), se realizaba
a través del mencionado puerto; y b) el norte del actual Estado Zulia
comerciaba con Mérida a través de Gibraltar.
Basándonos en lo anterior, podemos indicar que los intereses de
Mérida y Maracaibo dieron origen a una rivalidad por el control de Gibraltar, a
través de la anexión en sus términos locales, resultando en grandes
controversias que subsisten la actualidad (siglo XXI), aunque extendida a
toda la costa sur del Lago de Maracaibo, y con motivaciones económicas y
geopolíticas de la realidad contemporánea.
Ahora bien, es obvio que no profundizaremos en los aspectos
jurídicos, políticos, o económicos del problema, sino lo necesario para
explicar el papel de la vialidad, específicamente en el caso merideño, debido
al ámbito espacial de nuestro estudio. Hay que recordar que el puerto de
Gibraltar surgió gracias a la presencia de los circuitos económicos merideños
coloniales, y era uno de los principales puntos de ingreso y salida de
mercancías a los Andes venezolanos; por lo tanto, debía llegarse hasta éste
por caminos de relativa importancia, que partían del valle del Chama o de los
altos Llanos barineses, atravesando los Andes merideños.
Efectivamente, había preocupación de las autoridades merideñas por
mantener en buen estado el o los caminos que se dirigían hacia el puerto
lacustre, y así controlar las apetencias de Maracaibo, como señala la
geógrafa Edda Samudio de Chávez:
252
La jurisdicción de este puerto, aparentemente perteneció a Mérida en los primeros
tiempos, ya que el centro poblado fue fundado por vecinos de Mérida.
173
“Otra manifestación del empeño de Maracaibo por adquirir el
control de la producción andina, fue su franca oposición a la
vía lacustre con destino a Gibraltar, así como la construcción
de caminos que facilitaran el transporte de sus productos al
estar ya Mérida bajo su jurisdicción. Frente a esas actitudes
fueron múltiples las reacciones de Mérida (...)”.253
En este sentido, la geógrafa cita un acta del cabildo de Mérida de 11
de marzo de 1765, en la que se disponía lo siguiente:
“(...) el Cabildo de Mérida trataba de obtener que (...) se
abran caminos reales de toda la jurisdicción para lo que se
libraran las comisiones que correspondan (...), para la
institución de trato con todos los lugares de la provincia de
Venezuela, el que no ha podido verificarse, no obstante de
haberse practicado para ello algunas diligencias en la ciudad
de Maracaibo, por ser interesados en la continuación del
antiguo comercio”.254
En consecuencia, podemos señalar que el estado de la vialidad hacia
Gibraltar tuvo que haber sido de gran importancia para las autoridades
merideñas, al menos durante su auge, no sólo porque se mantenía un
constante tránsito de productos agrícolas, animales, y mercancías entre
Mérida, Maracaibo, las Islas del Caribe, y la misma península ibérica, sino
porque facilitaba el asentamiento de cierta población en una zona
prácticamente deshabitada (área circundante a Gibraltar y Tucaní), en cuyas
tierras, además, se dio la producción y distribución de algunos rubros
importantes como el cacao, que se sacaba en gran parte a través de
253
Las ordenanzas del corregidor de Mérida Don Juan de Aguilar para San Antonio de
Gibraltar 1610... p. 56.
254
Ibídem. p. 58.
174
Gibraltar. En fin, si las autoridades merideñas llegaron a tener efectivo control
sobre Gibraltar y zonas circundantes, fue debido en gran parte al
mantenimiento de la vialidad.
Mientras tanto, Maracaibo, que perteneció a la Provincia de Venezuela
durante
gran
tiempo,255
intentó
controlar
el
puerto
lacustre,
fundamentalmente a partir de su nombramiento como la capital de la
Provincia de Mérida. Para los intereses de Maracaibo, el aspecto económico
de la producción portuaria era tan importante como el geográfico, en cuanto
a que querían el control directo de la distribución a través del puerto, sin
tener que pagar tributos, o estar sometidos a los controles burocráticos o
administrativos de la institucionalidad merideña. Incluso, durante los últimos
momentos de la Colonia, y posteriormente durante el período republicano,
Maracaibo ha controlado gran de la costa sur del Lago.
Parte de los Llanos barineses también estuvo sometida a la
jurisdicción del Corregimiento y la Provincia de Mérida (entre 1607 y 1777),
especialmente aquella comprendida entre las poblaciones de Pedraza y
Barinas, ubicadas cerca del piedemonte meridional. Estas dos poblaciones
fueron fundadas por vecinos de Mérida, lo que determinó en parte su futura
pertenencia político-administrativa. Sin embargo, también hay que considerar
la presencia de elementos geográficos, relacionados con las comunicaciones
que facilitarían el comercio de esta región. En este sentido, hay que señalar
que en las zonas de Barinas y Pedraza hubo una importante producción de
tabaco en los primeros tiempos coloniales, y de ganado vacuno a partir de
finales del siglo XVII, teniendo los barineses que comerciar dichos productos
con los Andes merideños, con Maracaibo, con parte del actual territorio
255
En 1676 Maracaibo fue separada de la Provincia de Venezuela para anexarla a la
Provincia de Mérida, siendo su posterior capital a partir de 1778, por su importancia
geoestratégica.
175
colombiano, e incluso con territorios de ultramar, como consecuencia de que
gran parte de los Llanos aún no había sido colonizada, y las distancias
terrestres eran dificultosas.256
Por otra parte, los barineses pudieron haber tenido la oportunidad de
comerciar por vía fluvial a través de los ríos que conforman la cuenca del río
Orinoco, pero dicha cuenca no fue explorada convenientemente sino hasta el
siglo XVIII. En consecuencia, la vialidad terrestre que comunicaba a Barinas
con Mérida y el Lago de Maracaibo, con todo y las dificultades topográficas,
climatológicas, también obligó a su población a depender de las autoridades
merideñas, en virtud de las distancias relativamente cortas. 257
A pesar de que la ruta andina era la más expedita para el comercio,
parece que los pobladores barineses nunca estuvieron cómodos con su
recorrido, y reclamaban por pérdidas económicas causadas aparentemente
por las dificultades topográficas y climáticas de la ruta mencionada258. Al
respecto, el historiador Virgilio Tosta cita un documento del Archivo General
de Indias:
“(...) es muy aspero por tener siete leguas de paramo tan frio y
de tan mal camino que ordinariamente se abren las mulas con
las cargas en algunos barrancos y no ay quien las quiera
alquilar ni dar gente para que se lleve el dicho tabaco, así se
biene a quedar en los páramos mucha cantidad, pues a
llegado a quinientas arrobas sin que llegue a tiempo de
256
Por ejemplo, las distancias entre Barinas y ciudades como Valencia y Caracas, eran de
cientos de kilómetros, y seguramente los viajeros tendrían que haberse desplazado por
zonas pantanosas y selváticas, evidentemente despobladas.
257
Para Barinas era mucho más rentable sacar su producción hacía Maracaibo y territorios
del Atlántico, que intentar a atravesar la Provincia de Venezuela hasta las costas norteñas,
o remontar territorio neogranadino.
258
Sin embargo, como ya señalamos, es probable que los barineses hayan estado molestos
porque se les obligó a comerciar a través de Gibraltar (jurisdicción merideña), pagando
importantes tributos.
176
poderse embarcar, y an parecido muchos indios en este biaje
(...), y a los reales derechos disminución por ser mucho
menos el tabaco que se navega trayéndolo por el dicho puerto
de gibraltar.” 259
Tal vez esta fue una de las razones fundamentales para que
finalmente fuera creada la Comandancia de Barinas en 1786, independiente
de los términos merideños. Evidentemente, habían logrado comunicarse más
fácilmente con otras regiones. En este sentido, debieron haberse beneficiado
de la progresiva colonización de los Llanos occidentales (actuales Estados
Barinas, Apure, Portuguesa, y Cojedes), estableciendo comunicaciones
terrestres generalmente a través de la gran franja piemontina. Además, la
creación de esta Comandancia coincidió con la navegación regular de las
aguas de los principales ríos del eje Apure-Orinoco, lo cual facilitó el
transporte de diversos productos, especialmente el ganado, y algunos
derivados como el cuero y la leche.
Por lo tanto, el desarrollo poblacional y económico de la cuenca
llanera del Orinoco, tuvo incidencia en las necesidades comerciales de
Barinas y en el surgimiento de nuevos espacios de recorrido, dependiendo
cada vez menos del tráfico a través de los Andes merideños y el Lago de
Maracaibo.
259
Ob. Cit. p. 127.
177
CONSIDERACIONES FINALES
Haremos una serie de comentarios sobre algunos aspectos generales
de la investigación, no de manera concluyente, sino con la posibilidad de
continuar los estudios en la temática.
A grandes rasgos, podemos observar la importancia de la vialidad
terrestre para el poblamiento prehispánico y colonial de la cuenca alta del río
Chama, siendo determinante para la organización espacial, a partir del
conocimiento que tuvieron indígenas y colonizadores del territorio. En este
sentido, las comunicaciones de los altos Andes merideños, cuyo eje central
era el valle longitudinal del Chama, fueron relevantes en aspectos que van
desde la concentración de la población hasta el trafico comercial.
Es así como una serie de caminos naturales impulsó la concentración
de población prehispánica en un gran número de pequeñas comunidades, y
a la vez facilitó los intercambios de alimentos y mercancías entre indígenas
andinos y aquellos asentados en regiones como las piemontinas,
constituyéndose estas últimas en espacios de influencia para los altos Andes
merideños, consolidadas como tales durante el período colonial.
Posteriormente, las rutas indígenas facilitaron los procesos de
penetración, exploración, y ocupación espacial definitiva por parte de los
colonizadores al servicio de la Corona española (siglos XVI-XVII). De esta
manera, los colonizadores simplemente tomaron ventaja del medio físico
para ingresar en tierras altoandinas, y sacar provecho de la ubicación
geoestratégica de algunas comunidades prehispánicas, dando forma a una
organización espacial basada en el adoctrinamiento (pueblos de indios) y el
funcionamiento de circuitos económicos internos (interandinos) y externos
178
(hacia Barinas, Maracaibo, y otros territorios), en los que la mano de obra
indígena era fundamental.
Lo anterior nos indica que el indígena de la cuenca alta del Chama
aportó un conocimiento fundamental sobre el medio físico de la región, lo
cual puede comprobarse a través de algunos elementos claves, como: a) el
asentamiento
de
poblaciones
prehispánicas
en
importantes
valles
longitudinales y transversales, o en encrucijadas; y b) sus intercambios
comerciales con otras regiones, lo que terminó siendo una especie de
preparación para los oficios coloniales de arrieros, baquianos, cargadores, o
cualquier otro relacionado con el tráfico de alimentos, ganado, y mercancías.
Dentro del proceso de organización espacial colonial, los paisajes de
recorrido también contribuyeron con la creación de diversos centros
poblados, a partir de la presencia de encrucijadas naturales y de la
necesidad de alojamiento de todos aquellos comerciantes y arrieros que
recorrían largas distancias en los principales caminos. Las encrucijadas
condicionaron
el
denominados así
surgimiento
de
centros
poblados
geoestratégicos,
por poseer importantes ventajas comunicacionales;
mientras que diversos sitios de alojamiento, indispensables ante las duras
condiciones topográficas y climatológicas del espacio altoandino merideño,
evolucionaron hasta transformarse en centros poblados, como el caso de La
Venta. En este sentido, es indudable la importancia que tuvo el conocimiento
del medio físico para diferentes elementos del poblamiento de la cuenca alta
del Chama y zonas circundantes.
En términos generales, tanto en el periodo prehispánico como en el
colonial, el medio físico condicionó los paisajes de recorrido y la consiguiente
organización espacial, los cuales variaron en algunos aspectos entre uno y
otro marco cronológico, debido fundamentalmente a la diferenciación de las
actividades económicas; sin embargo, es indudable que cumplieron un
179
objetivo común: interrelacionar diversos poblados de la cuenca alta del
Chama, creando una especie de identidad regional histórica, caracterizada
por el sentido de procedencia, pertenencia, y permanencia socioterritorial.
En este orden de ideas, podemos señalar que tanto los pobladores
prehispánicos como los colonizadores, tuvieron una visión muy clara en
cuanto a la selección de rutas para la penetración y posterior organización
espacial, no sólo de los Andes venezolanos, sino en general del territorio
conocido en lo sucesivo como Venezuela.
A pesar del esfuerzo en nuestra investigación, no podemos obviar las
dificultades al recolectar y analizar la información, además de la escasez de
trabajos especializados. En primer lugar, la ausencia de fuentes escritas del
periodo prehispánico, invita a seguir estudiando acerca de la procedencia y
rutas de penetración de los grupos prehispánicos merideños, y respecto a
los tipos y zonas de intercambios, a través de estudios arqueológicos,
linguísticos, antropológicos, entre otros.
En segundo lugar, a la escasez de documentos coloniales relativos a
elementos vinculados con la vialidad260, se une el desinterés o la poca
colaboración de algunos funcionarios que laboran en los archivos históricos
regionales. En este caso sería importante exigir una mayor disposición del
material
presente
en
archivos
históricos
regionales,
nacionales,
e
internacionales.
En tercer lugar, no hay una cartografía geohistórica prehispánica y
colonial de los Andes merideños,
261
lo cual nos obligó a modificar algunos
mapas de acuerdo a la temática. Hay que considerar que dicha cartografía
260
261
Al menos en los archivos regionales.
A pesar del esfuerzo aislado de algunos investigadores.
180
sería importante no sólo para el conocimiento de la vialidad o de la
organización espacial, sino para el conocimiento histórico en general.
En resumen, podemos indicar que nuestro trabajo no es definitivo,
sino un portal abierto en el campo de la relación entre el poblamiento
histórico y las vías de comunicación, específicamente en los altos Andes
merideños. En consecuencia, intentaremos ampliar nuestras investigaciones,
a la vez que invitamos a todo aquel que esté interesado, a que ingrese y
explore en una temática
de la Geografía Histórica poco estudiada, pero
trascendental para comprender la Historia del poblamiento humano.
181
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Antropológico.Mérida: Universidad de Los Andes. N° 34, mayo-agosto
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3. MARTINEZ, Francisco. Diccionario geográfico del Estado Mérida.
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Universidad de Los Andes.1959.
4. VILA, Marco. Aurelio. Vocabulario geográfico de Venezuela. Caracas:
Corporación Venezolana de Fomento, 1971.
DOCUMENTOS
1. Camino de Gibraltar. Correspondencia dirigida al jefe Municipal de
Gibraltar, sobre la expedición destinada a descubrir el antiguo
camino de Tucaní hasta llegar a Gibraltar y sobre la formación de
una Compañía para la apertura de dicho camino. Mérida: Biblioteca
Febres Cordero. Caja 13, doc. 03. 1829.
192
2. Camino de Mucumpate. Ante las quejas de comerciantes, traficantes,
practicos y arrigeros. Mérida: Biblioteca Febres Cordero. Actas del
Cabildo de Mérida. Caja 5, doc. 04. 26 de Abril de 1824.
3. Camino de Tucaní. Antiguo camino de Mérida a Gibraltar llamado
Tucaní. Instrucciones que deberá seguir Ramón Garzo para
descubrir el antiguo camino. Mérida: Biblioteca Febres Cordero. Caja
13, doc. 07. 1829.
4. NECTARIO, María (transcriptor). Visita a Mucuchíes, 1655. Colección
Los Andes. Tomo 13. Mérida: Universidad de los Andes; Biblioteca de la
Facultad de Humanidades y Educación. (s/f).
FUENTES GRÁFICAS
1. CORPOTURISMO.
Mapa del Estado Mérida. Caracas: Grupo Editor
Interarte. (s/f)
2. ATLAS BÁSICO. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana.1994.
3. ATLAS GEOGRÁFICO UNIVERSAL. Venezuela. Barcelona: Grupo
Editorial Océano. Barcelona: (1999).
FUENTE ELECTRÓNICA
http://www.banrep.gov.co/museo/esp/expo/manejo/sierra2.htm
Fecha: 12-03-2003.
193
ANEXOS
Camino de Tucaní. Antiguo camino de Mérida a Gibraltar llamado Tucaní.
Instrucciones que deberá seguir Ramón Garzo para descubrir el antiguo
camino.
COTA
091
C183t
Caja 13
Doc.07
1829
Mérida
Biblioteca Febres Cordero
Extracto
“Al Jefe Municipal de Gibraltar (...), sin encontrar dificultad descubrieron el
antiguo camino hacia la quebrada de Tucaní de donde regresaron a causa
de haberse enfermado el practico [¿algún guía o ingeniero?] no faltándoles
sino como una legua para salir a la parte llana (...), han resuelto que continue
el descubrimiento mandando otra expedición (...), quieren tomar a mi cargo
esta empresa por medio de una compañía con el objeto de proporcionar esta
ventaja al comercio y agricultura rembolsando el capital que se invierta con
algún interes para cuyo fin es que se ha resuelto descubrir y determinar el
lugar por donde debe abrirse el camino: se ha descubierto hasta la quebrada
de Tucaní: y resta el espacio que hay desde esta hasta Gibraltar. El 20 del
entrante Enero saldrá la segunda expedición y yo espero que usted le
interesará en mandar todos los baqueanos (...) se dirijan al pie de la serranía
a donde deberán estar el 23 o 22 para que encontrandose con los de aca les
faciliten el transito hasta esa ciudad, en donde de acuerdo con los mas
practicos determinaran el lugar más directo y facil por donde deba tirarse el
camino desde esa [Gibraltar] al pie de la serranía (...)”.
Camino de Mucumpate. Ante las quejas de comerciantes, traficantes,
practicos y arrigeros.
Actas del cabildo de Mérida.
COTA
091
C115a
823-825
Caja 5
26 de Abril de 1824
Mérida
Doc. 04
Biblioteca Febres Cordero
Extracto
“(...) las medidas tomadaz con el Gobernador comte. del pto de Gibraltar (...)
acerca de la apertura del transito, vencidoz los tropezones, camposidades y
estorboz, de el de Mucumpate, de este distante, al de Gibraltar precediendo
(...), tubiesen a bien (...) exploradores y descubridores (...) ratificaron la
apertura del camino de Mucumpate, sin estorbo alguno [con la contribución
de campesinos y autoridades del cantón de Mucuchíes] ni dejar de vista el
otro camino indicado de Tucaní en la oportunidad que la coyuntura avise
emprenderlo (...)”.
Camino de Gibraltar.
Correspondencia dirigida al jefe
Municipal de
Gibraltar, sobre la expedición destinada a descubrir el antiguo camino de
Tucaní hasta llegar a Gibraltar y sobre la formación de una Compañía para la
apertura de dicho camino.
COTA
091
C183g
Caja 13
Doc. 03
Mérida
1829
Biblioteca Febres Cordero
Extracto
“Al Jefe Municipal de Gibraltar: en consecuencia a lo que expuse a usted en
mi comunicación sale mañana una expedicion con el objeto de descubrir el
camino antiguo de Tucaní llevando las instrucciones (...) y en las que se le
previene que al llegar a Gibraltar se ponga de acuerdo con los demas sobre
la dirección que convendra darle al camino (...) al pie de la serranía (...), para
que a su regreso dejen las señales necesarias a fin de los que emprendan
(...) no tengan ninguna dificultad.
Incluyo a usted el proyecto de la compañía que se comienza a formar para la
apertura del camino para los que quieran inscribirse lo figuran nombrando
(...), para que a su nombre concurra a la elección de la dirección.
Yo espero que usted con los demas vecinos tomaran todo el interes que
exige un establecimiento tan ventajoso para ambos lugares [Gibraltar y
Mérida] y al mismo tiempo que se sirviera franquear a la expedicion todos los
auxilios necesarios para su regreso los que seran costeados por compañía
(...)”.
Croquis relativo a la vialidad merideña de mediados del siglo XIX
Fuente: Picón, Juan de Dios. Estadística y Descripción... p. 65
Mapa relativo a rutas de comercialización merideñas.
(distintos períodos históricos).
Fuente: Moreno, Amado. Espacio y Sociedad... Anexos.
Indígena cargador o mochilero en Mucuchíes.
A comienzos del siglo XX
Fuente: Jahn, Alfredo. Los aborígenes del occidente... p. 300.
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