UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN ESCUELA DE HISTORIA LA VIALIDAD PREHISPÁNICA Y COLONIAL (SIGLOS XV- XVI-XVII), Y EL POBLAMIENTO DE LA CUENCA ALTA DEL RIO CHAMA Br. Hernández A. Rubén A. Br. Santos P. María del M. TUTOR: Prof. Claudio Briceño Memoria de Grado para optar al título de Licenciados en Historia. Mérida, Julio 2004. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN ESCUELA DE HISTORIA LA VIALIDAD PREHISPÁNICA Y COLONIAL (SIGLOS XV- XVI-XVII), Y EL POBLAMIENTO DE LA CUENCA ALTA DEL RIO CHAMA Br. Hernández A. Rubén A. Br. Santos P. María del M. TUTOR: Prof. Claudio Briceño Memoria de Grado para optar al título de Licenciados en Historia. Mérida, Julio 2004. INDICE Pág. Dedicatoria Agradecimiento Listado de Mapas..................................................................................... III Listado de Fotografías................................................ .......... .................. IV Listado de Figuras.................................................................................... V Listado de Cuadros.................................................................................. VI Introducción Conceptualización y Localización del área en estudio............................. 5 CAPITULO I: Producción bibliohemerográfica referente a las vías de comunicación y el poblamiento andino......................................... 10 1.1 Trabajos específicos sobre el tema.................................................. 11 1.2 Trabajos referidos al período prehispánico...................................... 12 1.3 Obras que se refieren a las vías de comunicación en la época colonial.......................................................................... 19 1.4 Obras Generales que mencionan las vías de comunicación............. 27 Balance General de la Producción Bibliohemerográfica.......................... 43 CAPITULO II: Vías de Comunicación recorridas durante el Periodo prehispánico...................................................................................... 47 2.1 Vías de comunicación de algunas culturas andinas americanas... 48 2.2 Rutas de penetración de los primeros pobladores andinos venezolanos...................................................................................... 61 2.3 El medio físico y las comunicaciones prehispánicas altoandinas....... 77 2.4 Los caminos y la vinculación económica de los centros poblados...... 88 2.5 Ubicación geográfica de los principales caminos................................ 106 CAPITULO III: Las Antiguas vías de comunicación y la penetración española. Los caminos coloniales o la reconstrucción y ampliación de las rutas existentes. ............................................................................... 109 3.1 La necesidad de conquistar las “Sierras Nevadas”. ............................ 110 3.2 La Incursión en la Cordillera a través de dos ejes de poblamiento............................................................................................. 117 3.2.1 Penetración desde El Tocuyo.................................................. 118 3.2.2 Penetración desde Pamplona................................................... 119 3.3 Exploraciones en la Cuenca alta del río Chama.................................. 126 3.4 Características de los principales Caminos Reales.............................. 130 3.5 Poblamiento colonial e interconexión vial............................................. 137 3.6 Las vías de comunicación y su vinculación económica.........................140 3.7 Centros poblados creados en las encrucijadas.................................. 158 3.8 Centros poblados creados como sitios de alojamiento........................ 163 3.9 Ubicación geográfica aproximada de los principales caminos............ 169 3.10 Las vías de comunicación y su vinculación geopolítica y jurídica.... 171 Consideraciones finales.............................................................................. 177 Fuentes Anexos ................................................................................................. 181 Las vías de comunicación han jugado un papel tan importante en la Historia mundial, que sin ellas no habría sido posible alcanzar el grado de integración planetaria que, con sus aspectos positivos y negativos, caracteriza a la humanidad en nuestros tiempos. Rubén Hernández A. DEDICATORIA A Nuestro padre celestial, quien día a día me acompaña en cada proyecto de mi vida. A la Memoria de mi padre Jorge Santos, que en vida me dejó consejos que me ayudaron a culminar mis estudios. A mi madre Juanita Puente de Santos, quien con su amor y apoyo me motivó a lograr esta meta. A mis hermanos Rocío, Norka, Elizabeth, Jorlibeth y Miguel, quienes me dieron ánimo para culminar mi carrera. Pronto ustedes lograrán esta meta. A Rubén, con quien compartí durante todos estos años de estudios. Gracias por tu amor y apoyo. Milagro A nuestro Señor Jesucristo. A mi madre Rosa María, por su paciencia y colaboración. A mi padre Lorenzo José, por su apoyo incondicional. A Milagro, por su amor y comprensión. A familiares y amigos, que de una u otra forma me han animado durante la carrera. Rubén AGRADECIMIENTO A la Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Historia. Al profesor Claudio Briceño, tutor de este trabajo, por las orientaciones y asesorías del mismo. A los servicios bibliotecarios. A los habitantes de distintas comunidades campesinas merideñas. Milagro y Rubén III LISTADO DE MAPAS 1. Cuenca Alta del río Chama. Criterio Geográfico. 2. La extensión de las 3 culturas conocidas en Calima: Ilama, Yotoco y Sonso. 3. Ubicación Geográfica de la Sierra Nevada de Santa Marta. 4. Rutas de Penetración desde Asentamientos Chibchas. 5. Posibles rutas de penetración prehispánica en los Andes venezolanos. 6. Posibles rutas de ingreso prehispánico a la cuenca alta del Chama. 7. Posible ubicación geográfica de las principales rutas prehispánicas en la cuenca alta del Chama 8. Exploraciones en el occidente venezolano. 9. Rutas de penetración colonial en los Andes venezolanos. 10. Circuitos Económicos coloniales en la Cuenca del Lago de Maracaibo. 11. Pueblos de Indios y circuitos económicos coloniales 12. Ubicación aproximada de las principales rutas de recorrido colonial en la cuenca alta del Chama. IV LISTADO DE FOTOGRAFIAS 1. Vialidad Incaica 2. Camino en “Ciudad Perdida”. 3. La “Ciudad Perdida”, localizada en alto río Buritaca. 4. Valle longitudinal del río Mucujún, en el páramo La Culata. 5. Valle transversal de la quebrada Gavidia, al sur de la población del mismo nombre 6. CAMINO REAL, en las cercanías de Apartaderos. 7. Camino empedrado entre la población de Gavidia y el páramo de Santo Cristo. 8. Camino Real en La Culata. 9. Drenaje en la vía entre Gavidia y el páramo Santo Cristo. 10. Aviso que indica un cruce de caminos en la población de Gavidia. V LISTADO DE FIGURAS 1. Pisos térmicos de la Sierra Nevada de Santa Marta 2. Posibles obras viales prehispánicas. 3. La Tarabita VI LISTADO DE CUADROS 1. Pisos Térmicos del valle del Chama. 2. Exportaciones de harinas desde Mérida y Trujillo. INTRODUCCIÓN El tema de la vialidad y su relación con el poblamiento, es de gran relevancia si consideramos el papel histórico de las redes de comunicación, desde antiguas culturas hasta los actuales Estados nacionales. Es de destacar la importancia de las rutas terrestres para el auge y la consolidación de poderosos Imperios, como el Inca en América, o el romano en Europa. A su vez, debemos indicar que en la actualidad son más relevantes que nunca las comunicaciones, ahora a nivel continental o mundial, producto en gran parte de la gigantesca movilización comercial. Lo anterior nos introduce a una temática poco estudiada en la Historia de Venezuela, incluyendo a la cuenca alta del río Chama, tal vez porque muchos investigadores consideren que corresponde más bien a ingenieros civiles o profesionales afines, geógrafos, u otros expertos que se encarguen de estos estudios. Obviamente, los estudios viales de tipo técnico no corresponden a un historiador, pero sí debería serlo todo aquello relacionado con diversos aspectos del poblamiento histórico de un determinado espacio territorial: ocupación y organización, comercio, estrategia militar, entre otros. En este sentido, nos proponemos llevar a cabo una amplia investigación sobre la vialidad y el poblamiento prehispánico y colonial en los altos Andes merideños,1 región que hemos escogido para nuestro estudio. En dicha región debió haber sido relevante la presencia de una serie de caminos, al igual que en las estructuras imperiales ya señaladas, aún con 1 En lo sucesivo emplearemos diversos términos para referirnos al espacio territorial en estudio: cuenca alta del Chama, altos Andes merideños, espacio altoandino, tierras altas, tierras frías, entre otros. Esto con el propósito de evitar las constantes repeticiones de la principal expresión, "cuenca alta del río Chama". 2 diferencias en la organización político-territorial. De esta manera, intentaremos determinar que un sistema vial más o menos eficiente contribuyó, por ejemplo, con los intercambios de diversos productos entre grupos prehispánicos, y con la interconexión de los centros poblados y el sistema comercial colonial de los Andes merideños. En consecuencia, el objetivo fundamental de nuestro estudio es precisar cuan importante pudo haber sido la vialidad terrestre para el poblamiento prehispánico y colonial de la cuenca alta del río Chama, analizando aspectos como la organización político-administrativa del espacio físico, la formación de circuitos comerciales, el intercambio entre diversos pisos térmicos, el surgimiento de centros poblados geoestratégicos, entre otros. Consideraremos algunos elementos de suma importancia para el logro de los objetivos propuestos, específicamente de tipo metodológico, de carácter conceptual, y de delimitación cronológica. Respecto a la metodología señalaremos los siguientes aspectos: a) la temática se basa fundamentalmente en el método geohistórico, por cuanto se refiere a la interrelación medio físico-procesos históricos. Sin embargo, no podemos descartar la valiosa información que puedan aportar disciplinas como la antropología, la arqueología, entre otras; b) el manejo de categorías analíticas de gran relevancia, en base a la comparación y a la deducción. Los análisis serán comparativos porque estableceremos relaciones entre diversos sistemas viales, y deductivos porque haremos algunas consideraciones particulares a partir de observaciones generales. En cuanto al marco conceptual, nos referiremos al poblamiento, término referido a todos aquellos aspectos relacionados con el asentamiento de seres humanos en un territorio determinado, desde la organización espacial hasta la formación de circuitos económicos. Respecto al marco temporal, hemos delimitado el estudio entre los siglos XV y XVII. Para el período prehispánico, el siglo XV representaba una etapa inmediatamente anterior a la colonización, mientras 3 que los siglos XVI y XVII de la cuenca alta del Chama, representaban el periodo colonial aún en vías de consolidación. En todo caso, la etapa cronólogica por nosotros escogida, se caracterizaba por la gran influencia del elemento indígena, incluso para la ocupación espacial colonial, como intentaremos demostrar en la investigación. Para realizar nuestro trabajo contamos con diversas fuentes escritas primarias y secundarias, gran parte de las cuales son de tipo geográfico, o conceden gran importancia a la influencia del medio físico en las diversas actividades humanas. En segundo lugar, contamos con diversas fuentes gráficas, como mapas, croquis, y fotos, cuyo aporte es inestimable en una temática de gran contenido geográfico. Sin embargo, en el caso de algunos mapas base tenemos limitaciones en cuanto a la toponimia, porque no contamos con una cartografía física idónea de los Andes merideños, que represente convenientemente los nombres geográficos de cada periodo, a excepción de algunos mapas o croquis de autores que serán reseñados. En este sentido, creemos conveniente modificar algunos mapas base, examinando con mucho cuidado la parte que corresponde netamente al medio físico, que en última instancia constituye la mejor referencia en un trabajo de tipo geohistórico. Tambien debemos mencionar que, como la región en estudio es cercana a Mérida, ciudad donde habitamos, ha sido relativamente fácil realizar una serie de excursiones y constatar nosotros mismos el recorrido y las características de algunas rutas, señaladas por diversos investigadores como de tráfico prehispánico y colonial. Podemos señalar que dichas excursiones corresponden a diversas observaciones de campo, llevadas a cabo entre Agosto de 2003 y Febrero de 2004, algunas de las cuales están detalladas en fotografías. La importancia de estas observaciones radica en 4 su utilidad como complemento a la información teórica aportada por los textos. En términos generales, el presente trabajo está dividido en dos grandes secciones: en primer lugar, hemos creído conveniente la elaboración de un capítulo donde estén reseñadas una serie de fuentes bibliográficas y hemerográficas, con el propósito de conocer el estado de la temática a investigar; y en segundo término, hay dos capítulos dedicados al análisis de la vialidad terrestre y el poblamiento histórico prehispánico y colonial, tomando siempre en consideración la estrecha relación entre el medio físico y las diversas actividades humanas. 5 CONCEPTUALIZACIÓN Y LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DEL ÁREA EN ESTUDIO En primer lugar, es necesario que señalemos una breve definición del término geográfico conocido como cuenca. Tomaremos como referencia al geohistoriador Marco Aurelio Vila, quien señala lo siguiente: "Territorio cuyas aguas afluyen a un mismo río o lago".2 Es una definición corta, pero concreta, que clarifica en parte el marco espacial de nuestro estudio, como es la cuenca alta del río Chama, la cual, en una primera aproximación, es el territorio que comprende a dicho río en su parte superior, y las áreas que corresponden a la vertiente sureste de la sierra La Culata, y a la vertiente noreste de la Sierra Nevada, en los Andes centro-orientales merideños, o lo que algunos conocen en la actualidad como el "páramo merideño". Ahora bien, el problema es como establecer una delimitación geográfica lo más concreta posible. En realidad, para nosotros es complejo asignar la ubicación geográfica exacta de la cuenca alta del río Chama, más aún si consideramos que diversos investigadores de esta región no han alcanzado a señalar criterios conceptuales contundentes. Sin embargo, gracias a la recopilación bibliográfica hemos contado con la fortuna de encontrar importantes puntos de vista acerca del tema en cuestión. Se trata de un criterio geográfico y de uno antropológico, a partir de los cuales elaboraremos nuestra propia ubicación geográfica de la región en estudio. En primer lugar, contamos con la información de la geógrafa Sonia Mora,3 para quien la cuenca alta del Chama está definida por los siguientes límites: 2 Vocabulario geográfico de Venezuela. Caracas: Corporación Venezolana de Fomento, 1971, p.115. 3 Al servicio de la Procuraduría General del Estado Mérida. 6 "(...) por el Norte, con la divisoria de aguas de la cuenca del río Motatán (...); por el Sur, con el páramo de Santo Cristo y con la divisoria de aguas de la quebrada El Cardenillo; por el Este, con la serranía de Santo Domingo y con la divisoria de aguas de la cuenca del río Canaguá; por el Oeste, con los páramos El Escorial y Piedras Blancas en la Serranía de La Culata; por el Noreste, con la divisoria de aguas de la cuenca del río Santo Domingo (...) Empieza en las nacientes del río Chama, en el alto de Mifafí a 4.560 m.s.n.m., y termina en el sitio donde confluye la quebrada Mucurubá con dicho río, en la cota 2.320 m.s.n.m., aguas abajo del poblado del mismo nombre".4 ( ver mapa N°.1). Por lo demás, Mora no presenta un claro argumento desde el punto de vista de la topografía, de la vegetación, de la fauna, del régimen pluvial, o cualquier otro elemento relacionado con la Geografía física. Por otra parte, tenemos a los antropólogos Lino Meneses y Gladys Gordones, quienes señalan algunas similitudes culturales entre los grupos prehispánicos asentados en la cuenca alta del Chama, la cual comprende "las poblaciones de Tabay, Cacute, Escaguey, Mucurubá, Mucuchíes, San Rafael de Mucuchíes y Apartaderos".5 Ahora bien, trabajaremos no sólo con la cuenca alta del Chama, sino con las áreas circundantes y los paisajes de recorrido,6 tomando elementos de ambas delimitaciones geográficas, y aplicando el criterio de región 4 Determinación del uso potencial de la tierra bajo el ambiente SIG, cuenca alta del río Chama. Mérida: ULA; Escuela de Geografía. (2001). p. 3. 5 La Organización Social y la Etnicidad de la Sociedad Prehispánica Altoandina de Mérida, en Boletín Antropológico. Mérida: Universidad de Los Andes. N° 34, mayo-agosto de1995, p. 67. 6 Son las rutas de tránsito a regiones como los Llanos o el sur del Lago de Maracaibo 7 histórica, caracterizada por los procesos históricos comunes a un determinado espacio territorial. Según el geohistoriador Claudio Briceño, la región histórica da origen a la llamada identidad regional, la cual “se da por pertenencia y por referencia, siendo éstas influidas por factores como la localización territorial (presencia de individuos), la participación ecológica (simbiosis entre los individuos de una población asentada en una misma área temporal), la pertenencia social (asumir el rol o compromiso) y la conformidad normativa (asumir y compartir plenamente los modelos valorativos de un determinado complejo cultural); esto forma parte de lo que es pertenencia socioterritorial”.7 De acuerdo a este criterio, las áreas circundantes mencionadas son las zonas inmediatas al propio territorio de la cuenca alta del Chama, diferente en los aspectos geofísicos, pero con estrechas relaciones históricas -culturales y económicas- con las poblaciones de dicha cuenca. Por esta razón, incluiremos al espacio territorial que comprendía a la actual ciudad de Mérida y sus alrededores, como áreas circundantes, en virtud de su importancia como centro de contacto cultural y comercial con las tierras frías, determinante según Briceño: “La ciudad de Mérida, situada en la meseta más importante del valle prolongado por donde se extiende la cuenca hidrográfica del Chama, se transformó en un centro urbano, foco irradiador de poblamiento, núcleo dominante, al cual se subordinan otros espacios urbanos y rurales”.8 7 8 Entrevista realizada por Rubén Hernández y María Santos el día 02-07-2004. Idem. 8 De esta manera, podemos establecer con cierta claridad nuestro marco espacial de estudio, basándonos en criterios geográficos e históricos – culturales y económicos-, relacionados por los sistemas de rutas de recorridos naturales, como reseñaremos posteriormente. Tomando como referencia cartográfica el mapa de la geógrafa Sonia Mora, ampliaremos la delimitación en los limites oeste y noroeste, hasta la confluencia de los ríos Mucujún9 y Chama (aguas abajo de la población de Tabay en las cercanías de Mérida), y el páramo La Culata. Por lo tanto, la cuenca alta del Chama y sus áreas circundantes, corresponden a una región comprendida de la siguiente manera: a) diversas poblaciones asentadas en el valle del Chama, entre las actuales localidades de Mucujún y Apartaderos; b) el territorio bañado por los diversos afluentes del río Chama, o en otras palabras, parte de la vertiente meridional de la sierra La Culata, y parte de la vertiente septentrional de la Sierra Nevada; y c) algunas zonas cercanas de estrecho contacto histórico –cultural y económico-, como la mencionada ciudad de Mérida, y poblados como Piñango y Torondoy. 9 El río Mucujún nace en el páramo La Culata. Como Mora menciona parte de esta sierra como territorio de la cuenca alta, no tuvimos problemas en ampliar la delimitación. 9 Mapa N° 1 Cuenca Alta del río Chama. Criterio Geográfico. Elaborado por las geógrafas: Sonia Mora M. y Cleris Molina. Modificado por: María del M. Santo P. y Rubén Hernández. A. 10 CAPITULO I PRODUCCIÓN BIBLIOHEMEROGRÁFICA REFERENTE A LAS VÍAS DE COMUNICACIÓN Y EL POBLAMIENTO ANDINO En este capítulo señalaremos la diversidad de trabajos10 referidos a las vías de comunicación en Venezuela, tratando, en lo posible, de reseñar la mayor información relacionada a las rutas prehispánicas y coloniales en la cuenca alta del río Chama.11 Para una mejor comprensión de la diversa producción bibliohemerográfica referente a las vías de comunicación de los Andes merideños, creemos conveniente clasificarla en base a la temática y al marco temporal prehispánico y colonial. Sin embargo, fue necesario reseñar la producción referente a otras etapas históricas (siglos XIX y XX), porque de igual manera se hace mención de la vialidad andina. En este sentido, clasificaremos la producción bibliohemerográfica de la siguiente manera: a) trabajos específicos sobre el tema; b) trabajos referidos al período prehispánico; c) obras referidas al período colonial; y d) obras generales que mencionan las vías de comunicación. Así mismo, ordenaremos cada obra en orden alfabético, de acuerdo al título. 10 Libros, revistas, boletines, y anuarios. Debemos advertir que no todos los trabajos se refieren específicamente a la vialidad. En este caso, se señalan elementos vinculados de una u otra manera a los espacios de recorrido. Por otro lado, no se trata de la totalidad de la producción relativa a la temática, sino la correspondiente a un arqueo bibliohemerográfico realizado en unos 10 meses, en bibliotecas y archivos regionales. 11 11 1.1 Trabajos específicos sobre el tema Son aquellas obras especializadas en el estudio de la vialidad prehispánica y colonial de la cuenca alta del río Chama. La producción es la siguiente: - Caminos de indios, Caminos Reales,12 de Claudine Kauman; estudia la antigua red vial de recorrido del páramo “La Culata”; afirmando no sólo que eran caminos prehispánicos, sino que fueron importantes para facilitar el acceso desde el valle del Chama al Lago de Maracaibo, el cual era indispensable para la salida e ingreso de diversos productos a los Andes durante la Colonia. Kauman se apoya en fuentes documentales coloniales, evidencias arqueológicas, estudios de otras regiones andinas americanas, y fotografías aéreas; de esta manera establece la presencia de intercambios de productos elaborados y alimentos entre las poblaciones de la cuenca alta del Chama y aquellas localizadas en las márgenes del Lago de Maracaibo. Ante la escasa información documental respecto a los caminos indígenas recorridos por los conquistadores, Kauman deduce que debido a la ausencia de la tecnología comunicacional (brújulas, mapas), es lógico imaginarse la presencia de una red vial prehispánica. - Las comunicaciones en el Occidente venezolano: rutas, pueblos y puertos (siglo XVI y XVII),13 de Ileana Parra; hace un interesante análisis sobre las principales vías de comunicación terrestres y acuáticas de lo que se conoce como el Occidente venezolano (se refiere a los actuales Estados 12 En Clarac de Briceño, Jacqueline (compiladora), Mérida a Través del Tiempo: Los Antiguos Habitantes y su eco cultural. Mérida: Talleres Gráficos ULA (1996).pp. 131-144. 13 Maracaibo: Universidad del Zulia; Facultad de Humanidades y Educación (1983). pp. 53- 77. 12 Zulia, Táchira, Mérida y Trujillo), destacando su importancia para las actividades económicas coloniales. En cuanto a los Andes merideños, señala la progresiva penetración española y la posterior organización espacial, basándose en la presencia de redes viales, que databan generalmente del período prehispánico. Parra afirma que dichas redes viales contribuyeron a sostener la economía merideña, porque se aseguró la comunicación con el Lago de Maracaibo, y el consecuente transporte de diversos productos; es decir, el Lago se convirtió en el eje alrededor del cual giraba la mayor parte de la actividad económica colonial del Occidente venezolano (exportación e importación). Por otro lado, la autora señala algunos aspectos interesantes, como el de los medios de transporte; en este sentido, menciona la adaptación de éstos a la vialidad fundamentalmente terrestre de los Andes merideños. Por ejemplo, se refiere al empleo de animales como el caballo, la mula, y el burro. 1.2 Trabajos referidos al período prehispánico Son las obras especializadas en diversos aspectos del período prehispánico y tratan el tema de las vías de comunicación, no sólo en los Andes venezolanos, sino en territorios como los Andes occidentales colombianos. Los trabajos no específicos de los Andes merideños, son una referencia al tema de caminos, tanto por la importancia que dan a dicha temática, como por el marco metodológico empleado. La producción es la siguiente: - Caminos prehispánicos en Calima,14 de Marianne Cardale de Schrimpff; hace un análisis detallado sobre las rutas prehispánicas de la 14 Santa Fe de Bogotá: Banco de la República; Asociación Pro- Calima (1996). pp. 9-164. 13 cuenca alta del río Calima, ubicado en la Cordillera Occidental colombiana. Relaciona la importancia de estos caminos con diversos aspectos del poblamiento, lo cual determina a partir de un completo estudio arqueológico de la región. Cardale asegura que había una verdadera red vial, y describe detalladamente los principales caminos y características de su construcción, trazado, y otros elementos. Como apartado final de su investigación, ofrece un interesante material visual, constituido por fotografías y mapas. El estudio es netamente arqueológico, pero no cabe duda de su importancia histórica, ante lo cual Cardale destaca que aún queda mucho por investigar en materia de vías de comunicación. - El área cultural prehispánica de los andes venezolanos,15 de Miguel Acosta Saignes; analiza diversos aspectos de los indígenas de los Andes venezolanos, especificando en el dominio cultural de los “Timoto-Cuicas”. Al reseñar la probable procedencia de los aborígenes andinos, se refiere implícitamente a probables rutas de penetración. En este sentido, Saignes cita a varios autores, como: a) Tulio Febres Cordero, quien señala como posibles vías de acceso hacia los Andes, los corredores naturales del río Santo Domingo y las montañas de Aricagua; b) Alfredo Jahn, al mencionar como posibles vías de acceso a las abras de los ríos que surcan el piedemonte barinés, como el Caparo, Ticoporo, y otros. Por otra parte, Saignes menciona los diversos intercambios comerciales, como el tráfico del “urao” entre Lagunillas y lugares como la “Laguna de Maracaibo”. Cuando se refiere específicamente a la vialidad prehispánica, apenas indica que había algunos “verdaderos caminos”, y cita a investigadores como Antolinez16 y Briceño Valero,17 quienes destacan la presencia de malos caminos, y 15 Archivos Venezolanos de Folklore. Caracas: Universidad Central de Venezuela. año 1, N° 1, Enero-Junio de 1952, pp. 45-72. 16 Antolinez, Gilberto. Hacia el Indio y su Mundo. En: Acosta Saignes M. El Área Cultural Prehispánica de Los Andes Venezolanos. pp. 50-52. 17 Briceño Valero, A. Orígenes de los Habitantes precolombinos del Continente Americano. En: Acosta Saignes M. Ob.cit. p.57. 14 senderos que seguían los filos montañosos, y no el fondo de los valles. El autor también hace una breve descripción del transporte conocido como tarabita, indispensable para cruzar importantes ríos. - Estrategias productivas en la población prehispánica de los Andes venezolanos: la importancia de las fuentes arqueológicas y etnohistóricas, de Nelly Velásquez; 18 estudia la importancia de la producción agrícola prehispánica en la cuenca alta del Chama, apoyada en datos arqueológicos y etnohistóricos. Al respecto, señala cuatro elementos fundamentales: a) la relación entre los indígenas y el medio físico, caracterizada por la adaptación de las unidades poblacionales a los diversos pisos térmicos; b) la producción agrícola en la tierra fría era abundante, pero presentaba poca diversidad; c) la deficiente variedad alimentarIa era compensada a través del intercambio con pobladores de las tierras templadas o de las tierras calientes; d) las relaciones comerciales se establecieron no sólo entre los pobladores del valle del Chama, sino entre éstos y aquellos ubicados en zonas piemontinas, o incluso en lugares tan lejanos como la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia). Velásquez considera la presencia de una eficiente red comunicacional terrestre prehispánica, importante para la posterior penetración europea (conquista, colonización y ocupación). - Etnografía de Venezuela (Estados Mérida, Trujillo y Táchira), los aborígenes de la Cordillera de Los Andes,19 de Julio César Salas; no se refiere directamente a las vías de comunicación, sino a los intercambios comerciales de los indígenas de la Cordillera andina con los pobladores del sur del Lago de Maracaibo, y los de las llanuras del actual Estado Barinas. En este sentido, Salas se refiere implícitamente a diversos caminos. Señala 18 Boletín del Museo Arqueológico de Quibor. Barquisimeto: N° 3, agosto de 1994, pp.47-64. 19 Mérida: Talleres Gráficos Universitarios (1997). pp.117-172. 15 la antigua calzada de los Llanos, y duda de su importancia comercial, desmintiendo a Humboldt, aunque asegura que fue una obra indígena. - Invasión arawak de la Cordillera de Mérida: comparación con la modalidad de la invasión española,20 de Jacqueline Clarac de Briceño; compara la penetración de grupos arawacos con la de los europeos en tierras merideñas. Al referirse a la invasión española, la autora establece diferencias respecto a la indígena, cómo en el caso de concentrar la población sometida en áreas geoestratégicas, de fácil acceso a las principales vías de comunicación. - La prehistoria de Mucuchies,21 de Erika Wagner; aunque no menciona directamente las vías de comunicación, sí dedica una sección a los intercambios comerciales de los pobladores de Mucuchies. Reseña el importante intercambio de los altos Andes con las regiones bajas, con el propósito de obtener productos no disponibles en sus tierras frías, y viceversa; para tal efecto supone la presencia de una importante red vial. Se basa en los datos de otros pueblos antiguos (por analogía), y en informaciones aportadas por la Arqueología, exponiendo el hallazgo de restos de materiales que aparentemente no eran originarios de los sitios estudiados (maíz, diversos animales terrestres, conchas marinas). - La organización social y la etnicidad de la sociedad prehispánica,22 de Lino Meneses y Gladys Gordones; hacen un análisis arqueológico de la cuenca alta del río Chama, e intentan determinar ciertas características de 20 Mérida a Través del Tiempo... pp.53-62. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de Investigaciones Históricas. (1980). pp.24-25. 22 Art. Cit... pp.67-85. 21 16 sus antiguos pobladores. A partir de dicho estudio, se demuestra una compleja organización social, religiosa, y económica, caracterizada por una importante producción agrícola (gracias a la técnica del terraceo); la sedentarización y concentración de la población, y presencia de objetos simbólicos23. Sin embargo, la producción agrícola probablemente era insuficiente para alimentar debidamente a los pobladores del área en estudio, y algunos objetos empleados con motivos religiosos o simbólicos, eran construidos con materiales propios de regiones con características geofísicas distintas a las de la cuenca alta del Chama. En este sentido, Meneses y Gordones se basan en evidencias arqueológicas y características topográficas para demostrar la presencia de algunas rutas naturales, que comunicaban a las poblaciones localizadas en el valle del Chama, con las del piedemonte barinés. - La humanización del espacio de la Cordillera. Los patrones de asentamiento,24 de Andrés Puig; donde destaca en términos generales, la organización del espacio cordillerano venezolano-merideño por los grupos indígenas prehispánicos. Dedica una sección al papel de las vías de comunicación y el desarrollo de centros económicos importantes, resaltando la concentración de la población indígena en la cuenca del río Chama, gracias a las ventajas que representaba la movilización a través de la vía natural del valle longitudinal de dicho río. Además, de algunos puntos estratégicos de este valle, definidos por Puig como nodos, partían diversas vías semiperpendiculares o transversales, que comunicaban los centros poblados del río Chama con regiones como los llanos o el sur del Lago de Maracaibo. 23 Como las llamadas placas aladas, las cuales eran objetos manufacturados a partir de algunas piedras y conchas, entre otros materiales. Su nombre se debe a la forma de “alas de murciélago”. 24 Mérida a Través del Tiempo... pp. 65-87. 17 - La tecnología agrícola prehispánica en la cordillera andina de Mérida,25 de Andrés Puig; hace apuntes respecto al desarrollo agrícola prehispánico, caracterizado por permitir la sobreproducción y la concentración de la población. Puig reseña elementos claves para comprender la importancia de la vía natural que recorre los diversos pisos térmicos del valle del río Chama, la cual facilitaba los intercambios de rubros agrícolas entre zonas diferenciadas. - Los aborígenes del occidente de Venezuela,26 de Alfredo Jahn; hace breves señalamientos sobre las vías de comunicación. Analiza la presencia de importantes valles fluviales, los cuales constituyeron una red vial natural para el ingreso de indígenas a la Cordillera de Los Andes, desde regiones como las selvas zulianas, los Llanos occidentales venezolanos, y los Andes orientales colombianos. Sin embargo, Jahn advierte que las inmensas alturas habrían influido en el proceso migratorio, que probablemente fue mayor hacia los valles medios y bajos. Se destaca la referencia sobre el valle longitudinal del río Chama, al indicar que ha sido una importante vía natural de comunicación a través de los tiempos, aprovechada por los grupos prehispánicos, por los conquistadores y colonizadores europeos, luego durante el siglo XIX, y en la actualidad tiene su asiento parte de la carretera trasandina. - Organización urbana en Ciudad Perdida,27 de Margarita Serje de la Ossa; expone desde el punto de vista arqueológico diversos aspectos del Complejo Ciudad Perdida, en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia), antiguo asentamiento indígena Kogui, actual tairona. En cuanto a las vías de 25 Ibidem, pp.91-109. Caracas: Litografía y tipografía del Comercio (1927). pp. 277-329. 27 Cuadernos de Arquitectura. Aguilera Ediciones, Colombia: N° 9, noviembre de 1984, pp.2-22. 26 18 comunicación, señala que una importante red de caminos empedrados en su mayoría, comunicaba las diferentes unidades habitacionales y productivas, y posibilitaba los intercambios con grupos indígenas localizados fuera de la Sierra Nevada. Utilizando el recurso de la fotografía, la autora resalta la presencia de buenos caminos. - Tres formas de acceso a recursos en territorio de la confederación del Cocuy, siglo XVI,28 de Carl Henrik Langebaek Rueda; describe diversos aspectos de los grupos indígenas localizados en la Sierra Nevada de Santa Marta y sus alrededores (Colombia), destacando la importancia de los intercambios comerciales entre poblaciones ubicadas en diferentes pisos térmicos, a través de los cuales los indígenas de las tierras frías -altasobtenían productos propios de las zonas calientes –bajas-, como las llanuras, y viceversa. Langebaek señala la presencia de toda una red de intercambio, para lo cual era necesario un importante sistema vial. - Investigaciones Arqueológicas en la Cuenca del río Mucujún, sitio Monterrey,29 de Antonio Niño; reseña una serie de hallazgos arqueológicos en un sector de la Sierra La Culata. Estos hallazgos fueron cámaras subterráneas, cuyo contenido ofrece información valiosa sobre los habitantes prehispánicos. Niño expone la probabilidad de que emplearon estas cámaras con propósitos funerarios. La investigación refuerza la tesis acerca de los antiguos caminos de la región, reseñada por Claudine Kauman, y según la cual algunas rutas se dirigen a zonas como el sur del Lago de Maracaibo. 28 29 Boletín del Museo del Oro. Banco de la República, Bogotá: N° 18, 1987,pp.29-45. Boletín Antropológico. Mérida: N° 20, octubre-diciembre de 1990, pp.64-69. 19 1.3 Obras que se refieren a las vías de comunicación en la época colonial Son los trabajos especializados en aspectos del período colonial, y de una u otra manera se refieren a la relación entre las vías de comunicación y diversos elementos asociados a la progresiva penetración y ocupación europea del espacio altoandino merideño. En algunos casos, reseñaremos obras que analizan la temática fuera de la cuenca alta del Chama o sus áreas de influencia (Llanos de Barinas, sur del Lago de Maracaibo), pero de igual manera importantes como punto de referencia. La producción es la siguiente: - Antiguo camino de recuas, de Barquisimeto a Cojedes,30 de Armando José González Segovia; interesante ensayo sobre la importancia de las vías de comunicación colonial en los actuales estados Portuguesa, Cojedes y Lara. González Segovia señala que el desarrollo comercial de esta región se debió en gran medida a la comunicación que mantenía con otros territorios venezolanos a través de los caminos de recuas, que básicamente eran los mismos del período prehispánico. También destaca las medidas gubernamentales para la conservación de dichos caminos, así como su importancia estratégica para el movimiento de las tropas patriotas durante el proceso independentista. - Conquista pacífica y zonas de refugio,31 de Luis Bastidas; expone la gran resistencia indígena ante los procesos de conquista y colonización en los Andes merideños, destacando la huida de muchos “nativos” desde las encomiendas hacia “zonas de refugio”, de difícil acceso para los europeos. 30 31 Tierra Firme. Caracas: año 13, N° 49, enero - marzo de 1995,pp.97-107. Mérida a Través del Tiempo... pp. 307-334. 20 También menciona algunas reacciones indígenas frente a la agresión de los invasores, como los ataques violentos en rutas importantes, lo cual dificultaba la exploración en las intrincadas tierras andinas. - La ruta de Lozada,32 de José María Cruxent; completa descripción de la ruta seguida por el conquistador Diego de Lozada en su arribo a Caracas, basándose en documentos antiguos, algunas veces recopilados por autores contemporáneos. Cabe destacar la sección en la que hace una reseña general de los caminos a la llegada de los españoles, lo cual indica la importancia del elemento indígena en la penetración europea. Cruxent se apoya en un importante número de fotografías como evidencias de su investigación, y dispone especialmente de imágenes relacionadas con el Camino Real de las Cocuizas, quizá la mejor ruta del área circundante de Caracas. - El encuentro. Itinerario de la conquista española. Resistencia indígena,33 de Luis Bastidas; se analiza la programación expedicionaria andina de los conquistadores, especialmente lo referido a los recorridos desde Tunja y Pamplona. Según Bastidas, estas expediciones fueron complicadas, debido a la resistencia indígena. Cabe destacar un aspecto importante para nuestra investigación: Bastidas reseña no sólo el recorrido por las vías naturales, como el valle del río Chama, sino las exploraciones en regiones como la Sierra de La Culata. - El proceso de integración de Venezuela (1776-1793)34, de Guillermo Morón; describe la progresiva integración del territorio conocido posteriormente como Venezuela, gracias a una serie de reformas e 32 Caracas: Gobernación del Distrito Federal (1971). pp.11-79. Mérida a Través del Tiempo... pp. 281-306. 34 Colección El Libro Menor Vol.3. Caracas: Academia Nacional de la Historia (1977). pp. 17-20. 33 21 instituciones que se crearon durante el reinado de Carlos III (1776-1793). Morón destaca en la parte introductoria lo inconveniente que resultaría para la Provincia de Venezuela su adhesión al Virreinato de Nueva Granada, debido en parte a las grandes distancias entre los centros políticos y económicos importantes. En este sentido, las autoridades españolas y venezolanas dispusieron que diversos territorios se unificaran en torno a Caracas, lo cual permitió a la Corona ejercer un mayor control sobre regiones que pertenecían a distintas jurisdicciones. - Fundamentación legal y proceso de asignación del resguardo en Mérida,35 de Edda Samudio; hace un estudio detallado del proceso de organización de los resguardos indígenas en los primeros tiempos del período colonial (siglos XVI-XVII), los cuales contribuyeron a la estructuración político-administrativa de Mérida. Analiza la ubicación geoestratégica de dichos resguardos, no sólo por la fertilidad de las tierras y disponibilidad de otros recursos naturales, sino por la facilidad de acceso a las vías de comunicación que hacían posible el funcionamiento de los circuitos económicos coloniales, los cuales comunicaban la región con el Lago de Maracaibo y el piedemonte llanero. - La Geoeconomía de la Venezuela del siglo XVI,36 de Marco Aurelio Vila; en las secciones dedicadas a la Cordillera de Mérida y la cuenca del Lago de Maracaibo, Vila destaca la producción agrícola y actividad comercial, y su relación con las vías de comunicación. En la primera sección, describe la fertilidad del valle longitudinal del Chama, y su comunicación natural a través de valles menores con regiones como el sur del Lago de Maracaibo, donde se ubicaba uno de los puertos lacustres más 35 36 Paramillo. San Cristóbal: N° 11-12, 1992-1993,pp.47-81. Caracas: Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educación, Escuela de Historia Universidad Central de Venezuela (1978). pp. 14-26. 22 importantes, Gibraltar, como contacto terrestre-lacustre-marítimo. En la segunda sección, completa su idea anterior, al destacar la importancia del Lago de Maracaibo como salida natural de los Andes merideños, lo que determinó en gran medida su desarrollo económico; en este sentido, el lago se transformó en un punto de enlace con puertos atlánticos como Cartagena en Nueva Granada, y Veracruz en Nueva España. - La Provincia de Mérida vista por el Ejército Realista,37 de Héctor Bencomo Barrios; interesante reseña de documentos relativos a la Provincia de Mérida durante el proceso de Independencia venezolana. Destaca la descripción geográfica, vital para el control realista, dentro de la que se menciona la especial preocupación de las autoridades militares por conocer el estado de los caminos. En este sentido, los documentos muestran una extensa reseña de las diversas rutas, a través de las cuales se comunicaban una gran cantidad de centros poblados. Es importante señalar que dichos documentos presentan datos muy valiosos, como: a) las distancias en leguas; b) el tiempo de recorrido entre centros poblados de alguna ruta importante. Podemos afirmar que estos escritos contienen una información de tipo geoestratégico, donde las vías de comunicación jugaban un papel importante. - La Venezuela del café vista por los viajeros del siglo XIX,38 de Miguel Izard; en los apartes dedicados a las vías de comunicación, el autor se refiere a las opiniones que algunos viajeros tuvieron sobre el siglo XIX venezolano. En cuanto a los Andes venezolanos, la mayoría indicaba que los caminos eran malos, obstaculizando su desarrollo económico y la integración al resto del país. A pesar del testimonio negativo de los viajeros decimonónicos, Izard no cree que el estado de las vías de comunicación 37 38 Caracas: Estudio Preliminar (1981). pp. 5-32. Caracas: Fundación John Boulton (1969). p. 26; pp. 39-41. 23 haya sido un obstáculo fundamental para el desarrollo económico andino y nacional. - Las mulas venezolanas y el Caribe oriental del siglo XVIII: datos para una historia olvidada,39 de Ramón Aizpurua; en el articulo no hay un señalamiento directo sobre las vías de comunicación, sino la referencia a uno de los más importantes medios de transporte y carga del periodo colonial: la mula. Aizpurua destaca la magnitud del comercio mulero entre el oriente venezolano y las colonias europeas caribeñas (siglo XVIII),como consecuencia de la importancia de estos animales, los cuales eran de mucha utilidad incluso en diversas industrias, como los molinos trapicheros de algunas islas caribeñas. En este sentido, la región oriental se transformó en un emporio para la cría del ganado mular. - Las ordenanzas del corregidor de Mérida Don Juan de Aguilar para san Antonio de Gibraltar 1610,40 de Edda Samudio; señala el contenido de las ordenanzas que consolidaron a Gibraltar como el puerto lacustre de Mérida por excelencia, tanto para el egreso, como para el ingreso de diversos productos en este territorio andino. En particular nos interesa la referencia a las ordenanzas comerciales, en las que se mencionan ciertas disputas entre Maracaibo y los Andes, al intentar los primeros controlar la producción andina, lo cual implicaba detentar la jurisdicción sobre el puerto de Gibraltar. En este sentido, las autoridades merideñas mostraron gran preocupación, y ordenaron, entre otras cosas, la construcción y el mantenimiento de caminos hacia el puerto, como factor esencial para su control. 39 40 Tierra Firme. Caracas: año 7, N° 26, abril-junio de 1989,pp.125-139. Boletín Antropológico. Mérida: N° 6, abril-diciembre de 1984, pp.53-61. 24 - Los resguardos de indios y el establecimiento de circuitos económicos en la provincia de Mérida (siglo XVII),41 de Nelly Velásquez; hace referencia a la organización político-territorial que los colonizadores establecieron respecto a los grupos indígenas. Velásquez destaca la integración de los llamados Pueblos de indios a los circuitos económicos derivados de las actividades productivas y comerciales coloniales; es decir, se analiza la participación del indígena en el comercio tanto regional, de la provincia de Mérida, como externo. Los circuitos económicos mencionados por Velásquez, funcionaron gracias a una red vial compuesta por importantes caminos: a) el Camino Real que comunicaba a Mérida con Barinas; b) una vía que comunicaba a Mérida con el puerto de Gibraltar; y c) el Camino Real que comunicaba a Mérida con Pamplona. - Los caminos reales de América en la legislación y en la historia,42 de María Luisa Pérez González; realiza un breve trabajo sobre el desarrollo histórico de la legislación española en materia de vialidad, a partir del cual se comprenden los alcances de la legislación indiana en cuanto a los llamados caminos reales de los territorios coloniales americanos. En este sentido, hace un análisis comparativo, al examinar documentos que arrojan información desde la época medieval hasta el siglo XIX, y establece la influencia de las circunstancias históricas en los diversos proyectos viales. Sin embargo, Pérez González no hace simple referencia a la legislación vial, sino a su significación como basamento para el control colonial, respecto a importantes disposiciones sobre la apertura y consolidación de los caminos reales, los cuales fueron decisivos en la integración y comunicación territorial en América. 41 Tierra Firme. Caracas: año 8, N° 30,abril-junio de 1990,pp.223-246. Anuario de estudios americanos. Sevilla: Escuela de Estudios americanos, Vol. LVIII- 1 enero-junio de 2001, pp.33-59. 42 25 - Notas sobre el comercio entre Maracaibo y Cartagena, 1574-1699,43 Ileana Parra; al referirse a la importancia del comercio colonial a través del Lago de Maracaibo, vinculando además parte de la Provincia de Venezuela y del Nuevo Reino de Granada con los puertos caribeños, la autora describe indirectamente el papel de las vías de comunicación que partiendo, por ejemplo, de los Andes merideños, permitieron el tráfico comercial hasta algún puerto lacustre, como Gibraltar. Dada la necesidad del comercio lacustre para los Andes, entonces se comprende la importancia que adquirieron las diversas rutas, terrestres en su mayoría. - Pueblos de indios de la Provincia de Mérida,44 de Ana Isabel Parada Soto; hace un análisis completo del proceso de organización político-territorial de la Provincia de Mérida, específicamente en cuanto a la fundación de centros poblados con el fin de controlar a los asentamientos de indios, al adoctrinarlos y lograr su inserción en el proceso productivo colonial. En este sentido, destaca la importancia de la ubicación de los Pueblos de Indios en sitios geoestratégicos, cerca de las áreas productoras, como estancias, o conectados con los sistemas viales que comunicaban a los Andes merideños con el piedemonte andino-llanero (parte del actual Estado Barinas) y con el Lago de Maracaibo, puerta de salida e ingreso de diversos productos agrícolas y mercancías en la región andina. - Recopilación Historial de Venezuela,45 de Pedro Aguado; este cronista hace una extensa reseña histórica, geográfica, cultural, militar, de diversos territorios en Nueva Granada y las provincias venezolanas, durante la primera fase del período colonial. El autor también se refiere a los Andes 43 Tierra Firme. Caracas: año IV, N° 14, abril-junio de 1986,pp.193-201. Mérida: Talleres Gráficos Universitarios, Consejo de Publicaciones. Universidad de Los Andes, (1998). pp.11-85. 45 Caracas: Academia Nacional de la Historia (1963) Tomo II, pp.16-32. 44 26 merideños, indicando las rutas de penetración de los conquistadores, pero sin especificar aspectos técnicos (construcción, distancias exactas, tiempo de recorrido). A pesar de no poseer extensos conocimientos técnicos, fruto de la influencia medieval religiosa, el autor aporta información interesante, cómo el hecho de que los conquistadores podían escoger entre varios caminos indígenas, o las dificultades que tuvieron para movilizarse al no hallar algunas rutas. Aguado es considerado el primer cronista merideño, y es tan importante su aporte, que cronistas posteriores como Fray Pedro Simón y José de Oviedo y Baños, tomaron gran parte de su información, y el aspecto de las vías de comunicación no era una excepción. - Un enclave en la economía merideña de mediados del siglo XVIII,46 de Eduardo Osorio; describe la economía merideña colonial, la cual sobrepasaba el ámbito local, y se vinculaba con dos regiones periféricas: los Llanos de Barinas y la costa sureste del Lago de Maracaibo. Dicha economía, que se basaba principalmente en la comercialización extraregional del trigo y otros cereales, sufrió una importante crisis a mediados del siglo XVII y gran parte del siglo XVIII. En este sentido, el autor menciona diversos factores que pudieron originar tal situación, y entre los que señala, está el hecho de que la región no contaba con una vialidad que facilitara la comunicación entre Mérida y sus áreas de influencia. 46 Mérida: Universidad de Los Andes; Facultad de Humanidades y Educación; Escuela de Historia. Trabajo para ascender a Profesor Agregado. (1981). pp.12-35. 27 1.4 Obras Generales que mencionan las vías de comunicación Son las obras que estudian el tema fuera del marco cronológico de nuestro estudio, particularmente el período correspondiente a los siglos XIX y XX. Tomaremos en consideración los trabajos específicos y generales sobre los caminos de los Andes venezolanos. La producción es la siguiente: - Apuntes estadísticos del Estado Mérida,47 de Jesús Manuel Jáuregui Moreno; hizo una completa descripción del Estado Mérida durante el Gobierno de Guzmán Blanco. En el aspecto geográfico, se refiere a una serie de caminos de recuas, que sí bien los describe como regulares, eran importantes para mantener la actividad comercial regional, y con otros estados nacionales. - Aspectos geográficos del Estado Mérida,48 de Marco Aurelio Vila; dedica un capítulo a las vías de comunicación y medios de transporte, desde el periodo prehispánico hasta el siglo XX, y analiza la influencia del espacio físico en la construcción o utilización de las rutas. En este sentido, destaca que la abrupta orografía andina determinó que los indígenas fueran expertos en la construcción de caminos, que incluso facilitaron la penetración de los conquistadores europeos. Por supuesto, la vialidad fue transformada durante la Colonia, como consecuencia del empleo de nuevos medios de transporte, y su adaptación a diversas condiciones geofísicas. Sin embargo, Vila describe las vías terrestres como deficientes, al menos hasta la construcción de carreteras en el siglo XX. Por último, hace una breve reseña sobre el traslado e itinerario de los correos a partir de la Colonia. 47 Caracas: Editorial Italgráfica. Colección Biblioteca Venezolana de Historia N° 23. (1987) pp.10-34. Ed. Original 1887. 48 Caracas: Corporación venezolana de Fomento (1967). pp. 215-222. 28 - Aspectos geográficos y económicos-sociales del Estado Mérida,49 de Melvin Gallardo Díaz; elabora una completa descripción geográfica del Estado Mérida, aún cuando su trabajo presenta algunos problemas conceptuales. En cuanto a las vías de comunicación, señala la importancia de los valles para las más importantes rutas terrestres, permitiendo, además, la ubicación de la mayor parte de la población. Por el contrario, menciona las dificultades topográficas que impiden la presencia de una buena vialidad, específicamente en las laderas montañosas. - Aspectos geográficos del Estado Barinas,50 de Marco Aurelio Vila; obra referida a la descripción de diversos aspectos del Estado Barinas, como su paisaje geográfico, una breve reseña histórica y económica, entre otros. Vila dedica una sección a las vías de comunicación y medios de transporte, realizando una breve reseña histórica. En este sentido, menciona las rutas que desde el período prehispánico bajaban de las montañas a través de los valles fluviales, y comunicaban naturalmente el piedemonte barinés con los Andes merideños, lo cual transformó esta región en área de influencia para la economía merideña durante el periodo colonial. Además, a través de dichas rutas también se comunicaba Barinas con el Lago de Maracaibo, y se exportaban el tabaco y productos derivados del ganado, entre otros rubros. Por otra parte, Vila señala el carácter predominante de las comunicaciones terrestres en el piedemonte a partir del periodo colonial, lo que persiste en la actualidad, gracias a la carretera de los Llanos; sin embargo, a partir del siglo XIX se complementaron de manera importante con la navegación del circuito fluvial Apure- Orinoco. 49 50 Mérida: ULA Facultad de Ciencias Forestales, Escuela de Geografía (1986). pp.6-30. Caracas: Corporación venezolana de Fomento (1963). pp.10-43. 29 - Camino en las alturas,51 de Jesús Rondón Nucete; interesante descripción del principal camino que conduce desde el sector conocido como “La Culata” hasta la zona sur del Lago de Maracaibo, específicamente el poblado de Tucaní. Hay que destacar la importancia que el autor concede a esta ruta, la cual ha sido transitada desde el período prehispánico, fundamentalmente con propósitos comerciales. Rondón Nucete reflexiona sobre la importancia de conservar en buen estado el camino, aunque ha entrado en desuso -ciertos tramos aún son utilizados por turistas-, porque de esa forma se conservaría como patrimonio histórico; por lo tanto, está en desacuerdo con la idea de construir una carretera sobre el trazado del antiguo camino. En todo caso, la ruta ha permitido el transporte de mercancías y productos agrícolas entre Mérida, o poblaciones localizadas en la subcuenca del río Mucujún, y el Lago de Maracaibo, entidad geofísica importante para la salida e ingreso de diversos productos en los Andes. - Circuitos comerciales y red urbana en los Andes venezolanos (18701930),52 de Alicia Ardao; se refiere a diversos aspectos relacionados con la economía cafetalera de los Andes venezolanos, en especial a su comercialización. Analiza los cambios provocados en la economía regional y nacional por el auge de la producción cafetalera, destacando dos aspectos: a.) Los índices altos de exportación de café a Estados Unidos y Europa a través del Lago de Maracaibo. Aquí el tráfico terrestre- fluvial -lacustre marítimo seguía siendo fundamental para la economía andina; y b) la intensificación del intercambio comercial regional, e importante crecimiento económico de diversos centros poblados ubicados en vías de comunicación principales, como la carretera Trasandina y su espacio de influencia. Por lo demás, los antiguos caminos de recuas aún conservaban su importancia. 51 52 Mérida: Editorial Casa Blanca (2000) pp. 2-28. Tierra Firme. Caracas: año 4, N° 13,enero-marzo de 1986,pp.19-35. 30 - Comunicación y civilización,53 de José Luis Escario Núñez del Pino; esta es una interesante obra sobre el desarrollo histórico de las vías de comunicación y medios de transporte en el mundo, aunque concentra su estudio en Europa y Asia. Indica cómo los individuos fueron aprovechando la ventaja de ciertos animales como medios de transporte en las vías terrestres, no sin antes haber recorrido extensos tramos a pie. Se señalan las primeras comunicaciones fluviales y marítimas de importancia, las cuales tuvieron lugar en el llamado Medio Oriente. Estudia la vialidad del poderoso Imperio romano, considerada la mejor en sus tiempos, y superada sólo por la red Inca o por las carreteras modernas. También describe la importante red vial del Imperio Inca y otras culturas prehispánicas, y destaca que era tan importante como el sistema romano, lo cual demuestra el grado de “civilización” de algunos pueblos indígenas americanos. Expone igualmente las comunicaciones en la Europa Moderna, especificando el papel de la navegación marítima en el desarrollo y consolidación de potencias imperiales, así como el auge de los vehículos movidos por tracción animal. Por último, se refiere a las comunicaciones europeas, e indica que se dio un importante desarrollo vial, impulsado por las exigencias comerciales a partir del siglo XVII. - Construcción, Ocaso y Desaparición de los Ferrocarriles en Venezuela,54 de José Murquey Gutiérrez; hace un análisis histórico del desarrollo ferroviario venezolano a partir del siglo XIX. Enfoca su trabajo en la importancia que tuvo este medio de transporte para consolidar la economía agroexportadora, al hacer más eficiente el tráfico en comparación con los antiguos caminos de recuas. En este sentido, Murguey destaca en 53 Madrid: Publicaciones de la Escuela Técnica Superior de Caminos (1970). pp.3-29; p.73. Colección Ciencias Sociales. Serie Historia. Mérida: ULA, Consejo de Publicaciones. (1997).pp. 297-401. 54 31 varios capítulos (1,2,3) de la tercera parte, titulada Construcción de vías férreas en los Andes venezolanos, la presencia e importancia del sistema vial, fundamentalmente terrestre; sin embargo, no debió ser tan eficiente, toda vez que diversos dirigentes regionales, estimaban que era urgente una alternativa comunicacional, en este caso, los ferrocarriles. En cuanto a los Andes merideños, se refiere a las diversas rutas antiguas que permitían la comunicación con el Lago de Maracaibo, señalando diversos elementos: medios de transporte, influencia del medio físico. Advierte que ciertas condiciones geofísicas hacían intransitables los caminos en ocasiones, y aunque las autoridades regionales se preocuparon por mantener en buen estado la vialidad, resultó inevitable la búsqueda de otras opciones en materia de comunicaciones y transportes. - El transporte y las comunicaciones en la Provincia de Mérida 1830-1864,55 de María D. Pérez Hidalgo; interesante descripción sobre el estado de los caminos y los medios de transporte empleados a mediados del siglo XIX, y su relación con la economía merideña. En el capítulo I se refiere a los antecedentes coloniales de las rutas republicanas, y a los factores que incidieron en la ausencia de una excelente vialidad: a) La precaria economía regional, semi-autárquica, que no estimulaba la construcción y el mantenimiento de nuevas vías de comunicación; b) Las adversas condiciones topográficas y climatológicas. En los capítulos II y III, señala el interés de las autoridades merideñas en construir nuevos caminos (siglo XIX), o intentar la reapertura de los antiguos, con el propósito de estimular la economía regional, y adaptarla a las transformaciones derivadas de los cambios en los circuitos de comercialización, entre los que destaca la pérdida de importancia del puerto de Gibraltar. En el capítulo IV menciona la importancia que se daba al mantenimiento de los puentes, debido a los 55 Caracas: Fondo Editorial Tropykos. (1996). pp. 18-82. 32 torrenciales ríos que cruzaban algunas rutas, y que aumentaban su caudal durante el período de lluvias. Por último, hace una breve referencia a la influencia de la vialidad en el servicio de correos inter y extra- regional. - Espacio y Sociedad en el Estado Mérida,56 de Amado Moreno Pérez; se refiere al desarrollo histórico espacial en el Estado Mérida, en especial durante el período colonial. Reseña la importancia de la población indígena en: a) La penetración y exploración europea en el territorio merideño; y b) La organización geoestratégica de los grupos indígenas, en torno a los circuitos económicos y sus vías de comunicación. En cuanto a la vialidad, señala los cambios (siglo XVII- XIX) en el uso de las redes comunicacionales, como consecuencia de la apertura de nuevas rutas fluviales, la creación de centros poblados, ataques de piratas o indígenas “rebeldes”, cambios en la economía interna y externa, y otros factores. En todo caso, indica que el Lago de Maracaibo era fundamental para la entrada y salida de productos agrícolas y mercancías en los Andes merideños y áreas de influencia, como el piedemonte barinés, y por lo tanto, las principales rutas se dirigían hasta los puertos lacustres. Finalmente, Moreno Pérez expone algunos mapas interesantes, que nos ayudan a comprender el desarrollo de las vías de comunicación merideñas. - Estadística y descripción de la Provincia de Mérida,57 de Juan de Dios Picón; completa descripción geográfica, política, agrícola, vial, y de otros aspectos, en el territorio que corresponde actualmente el Estado Mérida. Para cada cantón (unidad político-administrativa) describe sus caminos: estado, recorrido de importantes vías como el antiguo “Camino Real” o el “Camino de Los Callejones”, y otros elementos. Indica el poco 56 Mérida: Talleres Gráficos de la Universidad de Los Andes. (1996) .pp. 12-22. Mérida: Alcaldía de Mérida. (1992). pp.3-18. 1era. Ed. 1832. Este trabajo también fue publicado en la siguiente compilación: Arellano Moreno, Antonio. Relaciones Geográficas de Venezuela. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, N° 74. (1964). 57 33 cuidado que las autoridades merideñas daban a las rutas, a pesar del esfuerzo de diversas juntas vecinales. En general, Picón destaca el mal estado de los caminos. - Evolución del transporte en Venezuela,58 Eugenio Mendoza; en este trabajo no hay referencia directa a la vialidad andina, sino a los medios de transporte de tracción, específicamente el caballo, animal que fue fundamental como medio de transporte durante el periodo colonial y parte del republicano. En los Andes también contribuyó al recorrido de los caminos, aunque fue superado por otros equinos, como el burro y la mula. - Evolución histórica del Hato en Barinas y el comercio del cuero y del ganado,59 de Luis García Muller; completo estudio sobre la principal unidad productiva llanera: el hato, alrededor del cual giró gran parte de la actividad económica a partir del siglo XVIII. Resulta interesante la introducción al tema, en la que el autor reseña la evolución histórica de la comercialización del ganado y el cuero, describiendo las principales rutas de tráfico de dichos productos. En este sentido, García Muller indica que el comercio ganadero barines tuvo dos etapas importantes: a) en los primeros tiempos coloniales se trasportó el ganado y sus productos derivados hacia los Andes merideños, a través de la vialidad determinado por algunos valles transversales, como el del río Santo Domingo; y b) a partir del siglo XVIII, el tráfico comercial se extendió a territorios tan alejados como el actual Estado Bolívar, o parte de la actual Colombia gracias a importantes vías fluviales. - Geografía de Venezuela,60 de Luis Fernando Chávez y Leonel Vivas; en esta obra se señalan importantes elementos geográficos de 58 Caracas: Edición conmemorativa de la creación del transporte. Fundación Eugenio Mendoza (1970). pp.12-21; p.46. 59 Tierra Firme. Caracas: año 4, N° 16,octubre-Diciembre de 1986,pp.523-535. 60 Mérida: Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales (1972). pp. 107-115. 34 Venezuela, en diversos aspectos: geofísicos, geohistórico, geoeconómicos, y otros. En cuanto a las vías de comunicación, los autores señalan la importancia de las rutas naturales para el establecimiento de las redes viales, las cuales determinan la organización del espacio en regiones económicas. Los Andes merideños son incluidos dentro de lo que los autores denominan el sistema de circulación de Occidente, su área de influencia corresponde al norte del Estado Barinas y el sur del Lago de Maracaibo. En este sentido, la comunicación merideña con dichas áreas se efectuaba en primer lugar a través de las principales vías naturales longitudinales, como el valle del río Chama, y en segundo lugar a través de los valles transversales, cuasi perpendiculares a los valles longitudinales. - Geografía Histórica: Cuenca de Mocotíes,61 de María Teresa Delgado de Bravo; breve trabajo sobre el desarrollo geohistórico del actual Estado Mérida a partir de las primeras exploraciones europeas, aunque dedica sólo una pequeña sección al marco espacial de su estudio. Destaca el papel de las vías de comunicación en la actividad comercial andina colonial, y cómo el Lago de Maracaibo era la principal puerta de entrada y salida para la producción agrícola y el comercio de Mérida. - Geografía del poblamiento venezolano en el siglo XIX,62 de Pedro Cunill Grau; señala diversos elementos asociados al desarrollo geohistórico del poblamiento venezolano durante el siglo XIX. Aunque no hace énfasis en las vías de comunicación, sí menciona su papel dentro de los factores que estimularon u obstaculizaron el poblamiento en una determinada región. 61 Mérida: ULA; Facultad de Ciencias Forestales (1967). pp.1-14. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República. Primera Edición (1987). Segunda Edición: Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela y Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela (1999). Tomo I, pp.3-36. 62 35 En el capítulo II del Tomo I, titulado “El empobrecimiento paisajístico por la guerra y el deterioro del poblamiento de los Andes”, dedica una sección a los Andes merideños, y se refiere al camino real interandino, sobre cuyo trazado se establecieron los principales centros poblados de esta región. En este sentido, podemos destacar dos aspectos interesantes del trabajo de Cunill Grau: a) el camino real interandino permitió una comunicación relativamente fácil entre Táchira, Mérida y Trujillo, pero a la vez, estos territorios se encontraban semi-aislados del resto de Venezuela, debido a la gran barrera natural de la Cordillera andina. Por consiguiente, la abruta topografía andina, era un importante obstáculo para un fácil comunicación entre los Andes y el resto de Venezuela; b) al citar diversos escritos del siglo XIX el autor ofrece interesantes datos sobre los recorridos y distancias y cualidades de las principales rutas merideñas; es decir, aquellos en los que se ubicaron, el mayor numero de centros poblados, y el tráfico comercial más importante. - Historia de la ingeniería en Venezuela 63 de Eduardo Arcila Farias; hace referencias importantes sobre el trazado y otras características de las vías de comunicación en Venezuela. En el primer capítulo del tomo I se refiere al área de los timoto-cuicas, la cual, según Arcila Farías, se caracterizaba por una gran riqueza desde el punto de vista de la ingeniería; sin embargo, no hace mención importante acerca de los caminos prehispánicos, limitándose a describir, de forma breve, una importante ruta construida en las cercanías del piedemonte barinés, cuyo destino era un sitio no determinado en las llanuras de Barinas. Era una calzada diseñada contra las inundaciones de las tierras bajas. En capítulos posteriores hace extensos comentarios sobre las disposiciones reales respecto al estado de las vías de comunicación, puentes, y empleo de los medios animales de transporte; no 63 Caracas: Colegio de Ingenieros de Venezuela (1961). Tomos I y II, pp. 7-127; y 112115. 36 obstante, no menciona el estado de la vialidad en los Andes merideños. En el segundo tomo, Arcila Farias dedica una breve sección a la vialidad merideña, de los siglos XIX y XX y se limita a indicar que los caminos eran defectuosos. - Historia del Estado Mérida,64 de Magaly Burguera; se hace referencia a las vías de comunicación merideñas en dos capítulos: el primero y el quinto. En el capítulo I, destaca la influencia del medio físico en las características de los caminos (trazado, construcción, recorrido), y el aprovechamiento por parte de los indígenas del curso de los valles. Según la autora, los caminos indígenas fueron aprovechados por los conquistadores y colonizadores, que mejoraron su estado, especialmente para facilitar el comercio en caballo o mulas. En el capítulo V, reseña la evolución políticoterritorial de Mérida durante la Colonia, en la que fue importante el papel de las vías de comunicación. En este sentido, algunas ciudades andinas sirvieron de enlace entre la Provincia de Venezuela y el Nuevo Reino de Granada, gracias a las rutas que los comunicaban. Por otra parte, como especie de anécdota, mencionan el hecho de que la “aspereza” de los caminos, constituían un factor de dificultad para el rápido tránsito, por lo cual se construyeron sitios de alojamiento para viajeros “retardados”. - Identidad étnica y arqueología de rescate: Cordillera de los andes, Venezuela,65 de Jacqueline Clarac de Briceño; reflexiona sobre los nuevos estudios referidos a los grupos prehispánicos merideños. En especial, analiza elementos concernientes a la asociación de diversos accidentes geográficos con prácticas mágico-religiosas, como era el caso de la estrecha identificación del indígena con parajes alejados de las principales vías de comunicación, en cuyas lagunas o cuevas realizaban diversas ofrendas. Por 64 65 Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República (1982). pp. 17-44; p. 85. Boletín Antropológico. Mérida: N° 13, julio-diciembre de 1987, pp.35-41. 37 otra parte, los indígenas que huían de las encomiendas tenían como destino final antiguos asentamientos o sitios de difícil acceso. - Las rutas comerciales Cojedes-Carabobo 1849-1859 por los llanos de El Baúl, 66 de Víctor Sánchez Manzano; interesante estudio de las rutas comerciales que permitieron la integración de las actuales estados Cojedes y Carabobo. En general, Sánchez Manzano destaca la opinión de viajeros del siglo XIX, como Karl Appum, para quien la localidad de El Baúl se transformó en un importante centro económico gracias a su transformación en encrucijada. Dicha vialidad enlazaba a poblaciones como San Carlos y Tinaquillo, con el Centro y Occidente de Venezuela. - Las vías de comunicación terrestres: tramo carretera TimotesValera 1916-1925,67 de Jesús María Espinoza Marín; estudia la carretera Timotes-Valera, y su importancia como punto de enlace de la carretera Trasandina. Como introducción a su análisis, Espinoza Marín describe las características de las vías de comunicación en los tiempos anteriores a 1910, destacando que los caminos y carreteras son símbolos de progreso. Señala el papel fundamental de las vías de comunicación para el desarrollo y consolidación de diversas civilizaciones, como en el caso de la relación entre la red vial y la fortaleza del Imperio Inca. En cuanto a los Andes merideños, se refiere a los caminos construidos por nuestros indígenas, los cuales facilitaron no solo la movilización prehispánica, sino la exploración y ocupación del espacio por los conquistadores y colonizadores europeos. También señala la mala calidad de los caminos merideños, aunque eran los únicos disponibles para la actividad comercial de Mérida hacia el Lago de Maracaibo, o a través del “camino de recuas nacional”. 66 Tierra Firme. Caracas: año 12, N° 45, enero-marzo de 1994,pp.19-32. Mérida: Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación. (Tesis de grado) (1988). pp.4-27. 67 38 - Los Andes de Venezuela (Contribución al Estudio Geográfico de los Andes),68 de Alfonso Vinci; en la sección dedicada a las vías de comunicación, señala las principales rutas que enlazan los centros poblados andinos en el siglo XX. Describe la carretera Trasandina, y aquella que se dirige de Apartaderos a los Llanos. De especial interés para nosotros es la referencia a los antiguos caminos de recuas, aun empleados para la fecha en que Vinci realizó este trabajo, cuyo propósito era enlazar centros poblados ubicados lejos de los principales valles merideños. Según Vinci, algunos de estos caminos eran relativamente buenos, hasta el punto de poder ser transformados en carreteras. Asegura que incluso tienen un origen prehispánico. Por otra parte, señala la importancia de las rutas que parten del valle del Chama, comunicando a importantes centros poblados merideños con el Lago de Maracaibo y el piedemonte barinés. - Los Andes Venezolanos: demográfica ( 1800-1873), 69 Proceso social y estructura de Eduardo Osorio; detalla los aspectos sociales y demográficos de los Andes venezolanos durante gran parte del siglo XIX. En el capítulo 1.6, se refiere a las vías de comunicación, a través de las cuales se establecía el comercio con destino al Lago de Maracaibo, principal puerta de entrada y salida de productos alimenticios y diversas mercancías a los Andes. Sin embargo, “la deficiencia del sistema vial”, como afirma Osorio, entorpecía el crecimiento económico regional. En este sentido, el autor señala la gran preocupación de las autoridades andinas por tratar de mantener en buen estado los caminos, y sacar del aislamiento a una región netamente montañosa, rodeada por la Cordillera merideña, cuyas inmensas sierras constituían una barrera para establecer la plena comunicación y tráfico comercial con el resto de Venezuela. Osorio indica algunas rutas que 68 69 Mérida: Edición especial para la casa del turista.(1953). pp. 62-64; p. 65. Mérida: Universidad de Los Andes; Consejo de Publicaciones; Vicerrectorado Académico. (1996).pp.80-103. 39 comunicaban a poblados andinos entre sí, con sus áreas de influencia, u otras regiones venezolanas, y por último precisa algunos elementos del deficiente sistema vial andino. En resumen, podemos indicar que el autor sostiene la tesis del aislamiento andino, y debido principalmente a dos factores: a) La gran Cordillera andina; y b) La deficiencia del sistema vial. - Los caminos de Venezuela,70 de Rafael Valery; hace una breve reseña sobre el desarrollo histórico de la vialidad en Venezuela, enfatizando en lo que se conoce como el Centro del país. En cuanto a los Andes merideños, hace escasa referencia, pero asegura que debieron ser los mejores caminos prehispánicos, debido al alto desarrollo cultural de grupos como los Timoto-Cuicas. Hay dos tesis fundamentales del trabajo de Valery que valen la pena destacar: La idea de que el trazado de caminos reales y carreteras nacionales, corresponde al de antiguos caminos indígenas; y que gran parte del desarrollo económico colonial y republicano dependió de las comunicaciones terrestres. - Memorias de un viajero,71 de Ángel Pinedo; la obra es una especie de anecdotario, en la que el autor se refiere a una serie de elementos geográficos, culturales, alimentarios, y otros; que describe gracias a sus viajes por diversos puntos de Venezuela. En cuanto a las vías de comunicación, no hace extensos comentarios; sin embargo, describe algunas rutas terrestres, fluviales y lacustres. En el caso de los Andes merideños, no detalla en cuanto al trazado de los principales caminos, aunque señala algunos tramos, refiriéndose a situaciones atmosféricas y de accidentes topográficos, que incomodaban a los viajeros, como nevadas, lluvias persistentes, profundos precipicios, y otros. Por otra parte, también menciona 70 71 Caracas: Cuadernos Lagoven. (1978). pp. 1-47. Caracas : Editorial Armitano. (1976). pp. 6-164. 40 al medio de transporte más común en los antiguos caminos andinos: la mula, y ciertas características de los llamados arreos. - Opositores y defensores de la rueda de hierro en Trujillo,72 de José Ángel Rodríguez; reseña la controversia originada en el estado Trujillo a finales del siglo XIX, entre defensores y opositores a la construcción de ferrocarriles. Para los defensores, este medio transporte representaría la solución al lento y penoso tráfico comercial trujillano, fundamentalmente hacia el Lago de Maracaibo; sin embargo, los opositores, una veces defendiendo sus intereses económicos (comerciantes muleros), y otras por temer al “progreso”, luchaban por impedir su construcción. Es de destacar que los caminos de recuas fueron perdiendo importancia, no tanto por sus malas condiciones, sino porque una economía más dinámica exigía cambios en las vías de comunicación y medios de transporte. - Santa Lucia de Mucuchies: 1586-1903,73 de Miriam Miralles y Milagros Marín; realizan gran parte de la Historia del pueblo andino de Mucuchies, Y fundamentan su estudio en diversas fuentes documentales, como las visitas, títulos de encomienda, ordenanzas, reales cédulas, actas de bautismos, y otras. Algunos de estos documentos indicaban el estado de los caminos y puentes en el área circundante a Mucuchíes, y las autoras lo señalan en el capítulo 1. Esta referencia demuestra la preocupación de las autoridades coloniales merideñas por mantener un eficiente sistema vial. - Vialidad y Comercio en el Occidente venezolano,74 de Nelson Paredes Huggins; estudia la relación entre la vialidad de comienzos del siglo XX, y la economía del occidente venezolano. Determina que, al igual que 72 Tierra Firme. Caracas: año 5, N° 18, abril-junio de 1987, pp.147-163. Mérida: Archivo Arquidiocesano de Mérida, Colección Pueblos y Parroquias de Los Andes; N° 2. (1999). pp. 29-59. 74 Caracas: Fondo Editorial Tropykos. (1984). pp.3-32. 73 41 durante el período colonial, el Lago de Maracaibo constituye el eje económico (hinterland marabino), canalizando el grueso de las importaciones, exportaciones, y tráfico comercial entre Maracaibo y los Estados andinos (incluso parte del Oriente colombiano). De acuerdo al capítulo II, titulado Los transportes terrestres, funcionaba toda una red comunicacional alrededor del hinterland marabino, caracterizada por la presencia de una serie de rutas terrestres que partían de los valles longitudinales andinos (donde se establecen las principales poblaciones), y atravesaban los valles transversales remontando importantes alturas, hasta caer al Lago de Maracaibo. En algunos casos, las rutas terrestres-fluviales hacían más ligero el tránsito. Es importante señalar que Huggins, en este mismo capítulo, hace referencia a los medios de transporte, y algunos elementos topográficos y climatológicos que obstaculizaban o facilitaban el tránsito por los llamados caminos de recuas. - Venezuela: La búsqueda del orden. El sueño del progreso,75 de John Lombardi; investiga el desarrollo histórico venezolano a partir del período colonial, y señala que diversos dirigentes estuvieron en la búsqueda constante de la integración territorial alrededor de un centro político, económico, y geoestratégico importante (Caracas). Obviamente, para integrar la nación, debía haber estabilidad en los diversos ámbitos, y facilitar las comunicaciones entre Caracas y otros puntos importantes del territorio venezolano. En cuanto a los Andes merideños, Lombardi destaca la influencia del relieve montañoso para las comunicaciones, tanto por la presencia de rutas determinadas por los valles fluviales, como por las dificultades de tránsito con territorios extra-andinos. 75 (Traducción de Jordi Beltrán). Barcelona: Editorial Crítica. (1985). Primera edición (1982). pp. 32-34. Titulo Original: Venezuela. The search for order, the dream of progress. 42 - Venezuela. El más bello país tropical,76 de Antón Goering; describe diversos aspectos de los Andes merideños: geofísicos, botánicos, zoológicos, y otros. Como científico europeo, se esforzó en hacer una reseña lo más completa posible, para lo cual fue imprescindible el recorrido de largos trechos por diversos caminos a finales del siglo XIX. En este sentido, Goering indica la dirección y algunos elementos técnicos de algunos caminos transitados, como el que se dirigía de Mérida al páramo La Culata, a través del valle del río Mucujún, o el famoso “Camino Nacional” (antiguo Camino Real), en el tramo correspondiente al valle del Chama. De este último camino, en el poblado de Mucuchies, Goering partió rumbo a Torondoy por un camino de recuas colonial, y notó la relativa facilidad de comunicación con el sur del Lago de Maracaibo. Por lo demás, el autor no abunda en detalles sobre la vialidad, y escasamente hace mención de las dificultades que presentaba el recorrido de algunas rutas. 76 (Traducción de María Luisa G de Blay) Mérida: Colección especiales T.C.U (1962). pp. 2345. Título original: Von Tropischen Tieflande Zum Ewigen Schmee. Alemania: Leipzg (1893). 43 Balance General de la Producción Bibliohemerográfica En términos generales, hay un relativo interés por la relación entre las vías de comunicación y el poblamiento de la cuenca alta del río Chama, durante los períodos prehispánico y colonial. En este sentido, la escasa producción de trabajos especializados contrasta con la abundancia de obras generales que reseñan la temática con poca profundidad. La producción especializada en el estudio del tema a nivel espacial y temporal, consta sólo de dos trabajos,77 mientras que el resto corresponde a obras dedicadas a diversas etapas de la Historia andina merideña, a los sistemas viales de otros espacios físicos, como algunas regiones colombianas, y otros estudios que reseñan el papel histórico de las vías de comunicación, incluidos aquellos de los siglos XIX y XX. Para una mejor comprensión del balance, analizaremos cada una de las cuatro divisiones propuestas, y luego indicaremos algunos comentarios finales. Aunque la producción específica sobre el tema es escasa, su aporte es importante para nuestra investigación, porque contamos con los fundamentos necesarios para comprender y profundizar el estudio de la relación entre la vialidad y el poblamiento altoandino merideño en el marco temporal propuesto. Debemos señalar que los dos trabajos son diversos, al estudiar por separado elementos prehispánicos y coloniales; sin embargo, relacionan la vialidad de los dos periodos, cuyo análisis sustenta una de las principales premisas de nuestro trabajo: demostrar que el sistema vial 77 Ver Claudine Kauman, Caminos de indios...; e IIeana Parra, Las comunicaciones en el Occidente venezolano... 44 prehispánico fue básicamente el mismo empleado por los exploradores y colonizadores europeos. Reseñamos 13 obras referidas al periodo prehispánico, algunas de ellas fuera del marco espacial en estudio. Sólo dos trabajos especifican el tema de caminos, cómo el que está dedicado a un sector de la Cordillera Occidental colombiana,78 mientras que el resto indica diversos aspectos de las culturas prehispánicas en los Andes colombianos y venezolanos. En el trabajo referido a los caminos en la región colombiana de Calima, encontramos elementos técnicos, como tipos de construcción, materiales empleados, presencia de acequias, muros, puentes, y otras obras. A diferencia de dicho texto, la casi totalidad de la producción prehispánica está dedicada a aspectos generales de los grupos indígenas, destacando la relevancia de la organización espacial en base a la vialidad, mientras que en un trabajo como el de los caminos en Calima, no se hace un importante análisis de la temática del poblamiento, más allá de establecer ciertas relaciones entre los espacios de recorrido y los intercambios comerciales. Para efectos de nuestra investigación, analizaremos en conjunto elementos técnicos, comerciales, y otros, que vinculan la vialidad con el poblamiento. Entre las 17 obras del periodo colonial, sólo algunas son específicas de la Historia colonial merideña, mientras que el resto estudia la temática fuera del marco espacial propuesto. Sin embargo, cada uno de los trabajos hace referencia a diversos elementos de la vialidad altoandina merideña. En general, la mayoría de los estudios analizan la temática desde un punto de vista comercial, o de organización espacial por parte de los colonizadores. Por otra parte, no hay extensas referencias al estado de los caminos, y la mayoría de los investigadores consideran que las principales rutas facilitaban 78 Ver Marianne Cardale de Schrimpff, Caminos prehispánicos... 45 el comercio colonial dentro y fuera de los Andes venezolanos. En ciertos casos, algunos autores79 han estimado que determinados tramos y rutas hacían ineficiente el tránsito de mercancías y personas, aunque sin profundizar en el tema. En cuanto a la producción general, es la más abundante, y la más diversa en el marco temporal. A diferencia de la producción prehispánica y colonial, sólo hemos reseñado aquella en la que se menciona la vialidad altoandina merideña y su relación con el poblamiento. reseñaremos los principales aspectos reseñados en estos trabajos: a) la vinculación de la vialidad con el comercio. En este sentido, los autores destacan las transformaciones de las rutas, el surgimiento de nuevos espacios de recorrido, y la evolución de los medios de transporte, como consecuencia de las cambiantes necesidades económicas; b) la diversidad temporal permite observar el desarrollo histórico vial merideño; y c) el estado de la vialidad es señalado con énfasis por la mayoría de los autores, en particular cuando se refieren al periodo republicano. En este sentido, los investigadores no dudan al asegurar que gran parte del sistema vial era deficiente, y por lo tanto un factor responsable del atraso y el aislamiento merideño. Luego del balance general, es importante señalar algunos comentarios finales: a) La producción bibliohemerográfica específica de la vialidad merideña, referida a los periodos prehispánico y colonial, no es abundante; incluso la referida al periodo republicano. No obstante, hay que destacar la importancia de aquellas obras que reseñan diversos procesos históricos andinos, y analizan el papel de las vías de comunicación. Ver Fray Pedro de Aguado, Recopilación Historial... ; y Eduardo Osorio, Un enclave en la economía merideña... 79 46 b) Sólo algunas obras estudian la temática desde el punto de vista técnico, y se basan en evidencias arqueológicas, estudios geofísicos, datos de ingeniería, arquitectura, topografía, y otras disciplinas.80 En este sentido, los estudios colombianos son importantes, y nos sentimos afortunados por reseñar un texto completamente dedicado a los elementos técnicos de las vías de comunicación: producción técnica no “Caminos prehispánicos en Calima”. Esta escasa afecta nuestra investigación, cuyo objetivo fundamental va más allá de una simple descripción vial: relacionar diversos procesos históricos con la vialidad altoandina merideña. c) La mayoría de los estudios mencionan la relación medio físico-vialidad, lo cual demuestra la importancia de la Geografía histórica para la comprensión de la temática. En consecuencia, la relación entre dos disciplinas como la Geografía y la Historia, explica en gran parte la importancia del poblamiento merideño de los periodos prehispánicos y colonial. d) La casi totalidad de la producción bibliohemerográfica se refiere a la vinculación de la vialidad con el comercio, y analiza su papel en el transporte de productos agrícolas, de origen animal, y diversas mercancías. e) En cuanto a los elementos culturales, geopolíticos, y otros vinculados a la vialidad, los diversos textos han dedicado poco espacio y análisis, dejando a consideración de los lectores, la posibilidad de investigar el tema con mayor profundidad. 80 Ver Claudine Kauman, Caminos de indios...; Marianne Cardale de Schrimpff, Caminos prehispánicos...; Eduardo Arcila Farias, Historia de la ingeniería... ; y Marco Aurelio Vila, Aspectos geográficos del Estado Mérida... 47 CAPITULO II VIAS DE COMUNICACIÓN RECORRIDAS DURANTE EL PERIODO PREHISPÁNICO Nos referiremos a las vías de comunicación transitadas por los aborígenes de los altos Andes merideños durante el periodo prehispánico. Aunque disponemos de poca información especializada sobre el tema, intentaremos realizar una investigación lo más completa posible sobre las antiguas rutas de tránsito de los pobladores de la cuenca alta del río Chama, algunas de las cuales fueron empleadas en periodos posteriores. En la primera parte, a manera de referencia, se describirán las vías de comunicación de algunas culturas andinas americanas, como las que recorrían el extenso territorio perteneciente al Imperio Inca, donde actualmente se ubican Perú, Ecuador, Bolivia, y Colombia81. Estas culturas eran tan importantes, que sus líderes religioso-políticos mostraron una constante preocupación por mantener en buen estado los caminos, lográndolo en gran medida, hasta el punto de ser comparadas con las rutas romanas, tal como lo señala el francés Louis Baudin: “Las carreteras de los incas han sobrepasado a las famosas vías romanas, en longitud y en solidez”.82 En la segunda parte de este capítulo se estudiarán diversos aspectos de los caminos en los Andes merideños: las probables rutas de penetración de los primeros habitantes de la Cordillera andina,83 los factores influyentes en su construcción, la vinculación económica entre los centros poblados, y la 81 Paises considerados como eminentemente andinos. El Imperio Socialista de los Incas. Santiago de Chile: Empresa Editora ZIgZag, S.A, (1955). p. 295. 83 En el caso de que efectivamente se hubiera dado el desplazamiento de grupos prehispánicos desde otros territorios americanos. 82 48 posible ubicación geográfica de los principales caminos en la cuenca alta del río Chama. 2.1 Vías de comunicación de algunas culturas andinas americanas Estudiaremos el papel que jugaron las vías de comunicación en otras culturas prehispánicas americanas, como el Imperio Inca, y diversas poblaciones asentadas en los Andes colombianos. En particular nos referiremos a la red de caminos que se estableció en países andinos, como Perú, Ecuador y Bolivia (antiguo Imperio Inca), y a la vialidad localizada en la Sierra Nevada de Santa Marta y el valle del río Calima, en el actual noroeste colombiano. La información obtenida será una especie de introducción al tema de las vías en la cuenca alta del río Chama, estableciendo ciertas analogías entre estos sistemas viales y las rutas de los altos Andes merideños.84 Antes de abordar el tema, hay que señalar las razones para seleccionar dichos sistemas viales. En este sentido, mencionaremos algunos argumentos, como: a) la disponibilidad de suficiente información escrita sobre estos caminos; b) las similitudes con los aborígenes andinos merideños, como la sedentarización. En este sentido, tanto en las áreas prehispánicas colombianas e incaicas, como en los altos Andes merideños, la agricultura era la principal fuente de subsistencia, y sus excedentes productivos 84 Debido a que el análisis de la vialidad altoandina merideña será realizado más adelante, las analogías entre las rutas de las diversas culturas prehispánicas no serán ni extensas ni profundas, sino lo necesario como punto de introducción a la temática de nuestra investigación. 49 favorecían la concentración de la población; c) la magnitud de los posibles movimientos migratorios interandinos; y d) algunas similitudes geográficas. En cuanto al Imperio Inca, hay que destacar la presencia del más importante sistema vial de las culturas indígenas americanas, de acuerdo a dos factores fundamentales: la extensión de los caminos; y la complejidad en su construcción. Respecto al primer elemento, podemos señalar que una gran cantidad de caminos atravesaban los territorios incaicos, aunque sólo dos eran los más importantes, y se extendían desde Quito al Cuzco o desde los Andes Centrales hasta las regiones bajas del Océano Pacífico, con recorridos de miles de kilómetros, lo que correspondería en la actualidad a las grandes carreteras transnacionales continentales. El escritor Guillermo Prescott hace breve referencia a los recorridos y algunos elementos técnicos de dichas rutas: “(...) los más considerables eran los dos que se extendían desde Quito al Cuzco, y que, partiendo otra vez de la capital, continuaban en la dirección del sur hacia Chile. Uno de estos caminos atravesaba la gran llanura elevada, y el otro corría por las tierras bajas a orillas del océano. La construcción del primero fue la más difícil por la especie del terreno que atravesaba. Pasaba por ásperas sierras cubiertas de nieve (...) cruzaba barrancos de espantosa profundidad (...) El otro gran camino de los incas iba por la región llana entre los Andes y el Océano. Estaba construido de una manera muy diferente, como lo exigía la naturaleza del terreno, que era en general bajo y en gran parte arenoso. Levantábase el camino sobre un alto terraplén de tierra, sostenido a cada lado por un parapeto o pared; y toda la extensión de ambos lados cubierto de 50 árboles y arbustos olorosos que deleitaban los sentidos del viajero(...). En las partes de desierto arenoso, donde la ligereza y la movilidad del suelo no podía sostener un camino, introducíanse grandes estacas en la tierra, muchas de las cuales pueden verse aún, para indicar el curso del camino al viajero”.85 Esta compleja red vial respondía fundamentalmente a objetivos militares, políticos y económicos, facilitando los desplazamientos rápidos de sus funcionarios militares, los correos y el transporte de mercancías. En cuanto a la utilidad militar y el tránsito de los chasquis86, los caminos incaicos optimizaron su función como integradores del Imperio andino, al facilitar los movimientos de tropas y las comunicaciones entre regiones alejadas. Foto N° 1 Vialidad Incaica Fuente: McCarry,John. Perú Begins Again. Washington. Vol. 189, N° 5, mayo de 1996, p.19. 85 National Geographic. Historia de la Conquista del Perú. (Traducción de Fernández Cuesta). Buenos Aires: Editorial Suma. (1944). pp. 56-57. Edic. original, (1847). 86 Eran los individuos encargados del transporte de mensajes, cartas, y otros escritos. 51 En los caminos incaicos se encontraban cada cierto tramo los famosos tambos, los cuales eran lugares de alojamiento para los viajeros que recorrían largas distancias, donde se podía comer y descansar, y se ofrecía alimentos y resguardo a los animales. El escritor Von Hagen hace una interesante descripción cuando cita al viajero Pedro Cieza de León, quien recorrió los caminos entre 1547 y 1550: 87 “Había edificios y almacenes(...) cada cuatro o seis leguas (...) abastecidas de todas las provisiones que podían conseguirse en los alrededores (...) tenían una serie de pequeñas habitaciones que daban a un vasto corral donde se albergaba a las llamas”.88 Tan importantes eran estos sitios de alojamiento para los incas, que los había en gran cantidad, y eran administrados con carácter oficial. El mantenimiento de los tambos constituía una necesidad, hasta el punto que las autoridades imperiales obligaban a cada comunidad a preservar el sector de camino que la circundaba y a garantizar el buen servicio de dichas posadas. Otras características importantes de los caminos incaicos eran la construcción de puentes colgantes y la utilización de la famosa tarabita89 para cruzar los ríos, indispensables cuando el trazado de los caminos debía sortear sistemas hidrográficos torrentosos y caudalosos. De acuerdo a los elementos descritos, es indudable la importancia de la vialidad para el desarrollo histórico del poblamiento incaico, hasta el punto 87 En realidad, no se trataba de posadas como tal. Este término es contemporáneo, al menos en los Andes merideños. 88 La Carretera del sol. México: Editorial Diana. (1977). pp. 203-205. 89 Medio de transporte que consistía en una especie de cable que sujetaba a un individuo, quien pasaba de una orilla a otra ayudándose con los pies y las manos, o bien era halado por otro indígena de servicio. 52 de facilitar el control de territorios extensos, lo cual trajo como consecuencia el desarrollo y consolidación de un poderoso Imperio. Esta breve reseña de la vialidad incaica, nos permite establecer algunas importantes comparaciones con los caminos merideños, a pesar de las diferencias geopolíticas y de extensión territorial entre el Imperio y los diversos asentamientos prehispánicos de la cuenca alta del río Chama. En primer lugar, observamos la importancia en términos generales de las vías de comunicación, las cuales, en el caso de los Andes merideños; sí bien no ayudaron al desarrollo de una amplia estructura políticoadministrativa, sí tuvo que ser fundamental para sus pobladores en cuanto a la necesidad de los diversos intercambios, los que a su vez contribuyeron a mantener la concentración de los indígenas en numerosos centros poblados. Por otra parte, es interesante destacar como los indígenas incaicos realizaban diversas adaptaciones de los caminos entre la influencia del medio físico, lo cual no era diferente en los Andes merideños. En este sentido, tanto en la cuenca alta del Chama, como en los territorios incaicos, se construyeron obras que facilitaron el cruce de torrentosos y caudalosos ríos, como la tarabita, la cual, de acuerdo a la descripción de algunos investigadores, como Rafael Valery,90 presentaba una notable similitud en los dos marcos espaciales reseñados. Dentro del territorio que corresponde a la actual Colombia también hubo sistemas de comunicación importantes. En este sentido, nos referiremos a los grupos asentados en el valle del río Calima y en la Sierra 90 Ob.Cit. pp. 5-6. 53 Nevada de Santa Marta, regiones ubicadas en la Cordillera andina occidental. El río Calima, en su curso alto, recorre parte del Departamento del Valle del Cauca, al suroccidente de Colombia, y en su valle aún se distinguen las huellas de sociedades prehispánicas, de acuerdo a evidencias arqueológicas y fuentes etnohistóricas. En el siguiente mapa elaborado por la arqueóloga Marianne Cardale de Schrimpff, se presenta la ubicación del valle de Calima y áreas circundantes: Mapa N° 2 La extensión de las 3 culturas conocidas en Calima: Ilama, Yotoco y Sonso. Fuente: de Schrimpff, Marianne C. Ob. Cit. p.11. 54 Nuestro interés se centra en las comunicaciones establecidas entre las tierras altas de Calima y zonas bajas, como las costas del Océano Pacífico, lo cual ha sido demostrado por arqueólogos interesados en los estudios prehispánicos colombianos, como el caso de Marianne Cardale de Schrimpff, quien presenta datos que comprueban la antigüedad de los principales caminos: “Una muestra de carbón recolectada en el paleosuelo cruzado por el camino, dio una fecha calibrada de alrededor de 900 antes de Cristo”.91 Las comunicaciones mencionadas se basaban fundamentalmente en los intercambios comerciales. En este sentido, hay que destacar el tráfico de diversos alimentos y mercancías, los cuales, en el caso de Calima, complementaban su producción agrícola, o permitían el acceso a materiales de adorno o votivos. Según Cardale, la zona baja proporcionaba a Calima: “...materia prima como oro en polvo, caracoles, cristal de roca y maderas especiales como la chonta, además de manufacturas como joyas en oro. La sal marina constituía, otra mercancía de gran importancia”.92 Dichos intercambios no podían darse sin la presencia de una red vial importante. En este sentido, Schrimpff describe una serie de rutas, que en su mayoría partían del alto valle del río Calima rumbo al Pacífico. De la cuenca alta del río Calima partían varios caminos hacia el Pacífico, algunos de los cuales siguen siendo transitados: “Las posibilidades para rutas al Pacifico serían cuatro: el cañón del río Calima, la cuchilla entre éste y el próximo valle hacia el sur (Sabaletas), el valle mismo y, por último, el filo sobre el margen sur de este valle (...) las otras 91 92 Ibídem. p.25. Ibídem. p. 17. tres rutas (...) 55 desembocan en el valle Dagua, cerca de Loboquerrero, por donde pasaba el camino a principios del siglo y hoy pasa la carretera. Durante la Colonia y posteriormente, las dos rutas principales que comunicaban la costa con la cordillera, eran por el río Dagua y otra por el Anchicayá y luego por su afluente el río Zabaletas(...) La ruta del río Dagua fue clave para mantener el comercio entre Cali y el puerto de Buenaventura (...) “.93 La reseña de la vialidad prehispánica en el valle del río Calima aporta elementos interesantes a nuestra investigación, donde podemos destacar lo relacionado con los intercambios entre culturas ubicadas en diversos espacios físicos; específicamente entre aquellas asentadas en las tierras frías o templadas, y las que poblaron las tierras calientes, o dicho de otra manera, entre los pobladores de las zonas altas y los grupos de las zonas bajas. Tanto en la región de Calima como en la cuenca alta del río Chama, ubicadas a más de 2000 metros sobre el nivel del mar, se establecieron intercambios de diversos productos con grupos indígenas asentados en espacios cercanos al nivel del mar, lo cual permitió la complementariedad alimentaría y material entre distintas culturas. En ambos casos, las vías de comunicación fueron fundamentales para el transporte de alimentos, minerales, materias primas para la elaboración de diversos artefactos líticos, entre otros. En el caso de Calima, los intercambios se realizaron mayoritariamente con poblaciones asentadas en las cercanías del océano Pacifico, mientras que los grupos prehispánicos de las tierras altas merideñas, según investigadores como Nelly Velásquez94 y Lino Meneses,95 tenían contactos con poblaciones asentadas en el piedemonte 93 Ibídem. p. 19. Estrategias productivas en la población prehispánica... pp.47-64 95 Art. Cit. pp.67-85. 94 56 oriental (barinés), y en las riberas del Lago de Maracaibo, regiones localizadas por debajo de los 800 metros sobre el nivel del mar. Otro sistema vial importante de la Colombia prehispánica es el ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta, un sistema montañoso que se levanta desde el Mar Caribe, y asciende en tan sólo 48 kilómetros desde el nivel del mar hasta los 5.775 metros, lo que corresponde al actual pico Cristóbal Colón. En sus tres vertientes; norte, occidental y suroriental, numerosos ríos forman valles encañonados en una topografía sumamente abrupta, lo cual determina la escasez de tierras planas aptas para la concentración significativa de la población. Mapa N° 3 Ubicación Geográfica de la Sierra Nevada de Santa Marta Modificado por: María del M. Santos P. y Rubén A. Hernández A. Fuente: Atlas Geográfico Universal. Barcelona: Grupo Editorial Océano. Barcelona: (1999).p. 37. 57 Sin embargo, los arqueólogos han hallado los vestigios de antiguos pueblos en las partes altas de la Sierra Nevada, los cuales solo pudieron establecerse a partir de la construcción de terrazas artificiales. Margarita Serje de la Ossa refiere lo siguiente: "[Una] extensa red de poblados aterrazados y caminos empedrados perduraron trescientos años bajo la selva y fueron conocidos y guardados como ciudades de antiguos por los Koqui, actuales habitantes indígenas de la región, relacionados directamente con los tairona ”.96 La Sierra Nevada de Santa Marta tiene características climáticas propias de acuerdo a su ubicación respecto al mar. En este sentido, contiene todos los pisos térmicos de un sistema montañoso tropical, desde el piso térmico tropical hasta el gélido de las altas cumbres. En consecuencia, hay una interesante diversidad en la fauna, la flora, y recursos minerales, lo cual ha impulsado los intercambios entre las poblaciones de los diferentes pisos térmicos. Por lo tanto, los grupos prehispánicos asentados en las zonas altas medias y bajas, de la Sierra Nevada, complementaban su alimentación y otros requerimientos existenciales, al proveerse de productos presentes en una u otra zona de la Sierra. 96 Ob.Cit..p.2. 58 Figura N° 1 Pisos térmicos de la Sierra Nevada de Santa Marta97 Fuente: http://www.banrep.gov.co/museo/esp/expo/manejo/sierra2.htm Uno de los grupos prehispánicos más organizados de la Sierra Nevada, se asentó en un lugar que actualmente se conoce como la Ciudad Perdida 98 de los tairona, localizada en las tierras altas. 99 La población allí asentada, equivalente de cierta manera a los grupos de la cuenca alta del Chama, disponía de cierta tecnología agrícola, y poseía una alfarería y orfebrería desarrollada. Sin embargo, necesitaban complementar su alimentación, basada en el maíz, y los suelos no eran ricos en los minerales que necesitaban para la manufactura de sus adornos; por lo tanto, 97 Esta sucesión de pisos térmicos también es característica de la Sierra La Culata y la Sierra Nevada (Cordillera de Mérida), y por supuesto del valle longitudinal del río Chama, gran depresión que separa a dichas sierras. 98 Ciudad Perdida está localizada sobre el filo y las laderas de un ramal del Cerro Corea, desde donde se domina visualmente el Valle del Alto Buritaca. 99 Margarita Serje de la Ossa no especifica la altitud sobre el nivel del mar. 59 establecieron relaciones comerciales con los grupos prehispánicos asentados en otras zonas de la Sierra Nevada. Pero dichos contactos comerciales no eran posibles sin la presencia de una red de caminos, que permitiera la mayor amplitud posible en cuanto al transporte de diversos productos y mercancías, aprovechando aquellos provenientes del Mar Caribe, y los disponibles en los diferentes pisos térmicos de la Sierra. En consecuencia, Ciudad Perdida era uno de los poblados de la Sierra Nevada entrelazados por un sistema vial complejo. Serje de la Ossa señala que: “(...) una intricada red de caminos empedrados que intercomunican las terrazas, los grupos de terrazas y el asentamiento con su exterior (...). Una intricada red de caminos de piedra permitió amplias relaciones comerciales (...)”.100 Foto N° 2 Camino en “Ciudad Perdida”. Foto N° 3 La “Ciudad Perdida”, localizada en alto río Buritaca. Fuente: http://www.banrep.gov.co/museo/esp/expo/manejo/sierra2.htm 100 Ob.Cit. p. 6. 60 Tanto los grupos prehispánicos de la Sierra Nevada de Santa Marta, como los que se asentaron en la cuenca alta del río Chama, tuvieron que afrontar condiciones geofísicas muy parecidas, impulsándolos a establecer intercambios comerciales con las poblaciones establecidas en otros pisos térmicos de una misma unidad orográfica.101 En el caso de Ciudad Perdida, hubo contactos entre los pisos térmicos de la Sierra Nevada de Santa Marta, mientras que en la cuenca alta del Chama, los grupos indígenas mantuvieron intercambios con zonas ubicadas en los diversos pisos térmicos del valle del mismo río. Para facilitar dichos intercambios era vital la presencia de redes viales; por un lado, la intrincada red de caminos empedrados de Ciudad Perdida y sus áreas circundantes, y por otra parte, los altos Andes merideños contaban con una gran vía natural de comunicación, producto de la amplitud del valle fluvial del Chama, como lo señala, por ejemplo, el investigador Andrés Puig.102 En resumen, la descripción de las redes viales en territorio colombiano y en el Imperio Inca, es útil como referencia para comprender mejor la importancia de las vías de comunicación en la región que nos compete, la cual, además, presenta características geofísicas parecidas a los espacios ya señalados: presencia de páramos, bosques nublados, bajas temperaturas, y otras. Por lo tanto, las semejanzas geográfico-culturales entre diversos pueblos prehispánicos americanos, ameritan el establecimiento de importantes analogías, como la relación de las vías de comunicación con el poblamiento. 101 La Sierra de Santa Marta y el valle longitudinal del Chama constituyen especies de `continuidades de relieve, representadas por el gran macizo levantado del Mar Caribe, y por el modelado que el río Chama ha efectuado en los Andes centrales venezolanos. 102 La Humanización del Espacio... p. 87. 61 2.2 Rutas de penetración de los primeros pobladores andinos venezolanos En este punto señalaremos las probables vías de penetración que utilizaron los primeros pobladores andinos venezolanos, en el caso de una efectiva migración desde otras regiones americanas103. Nos apoyaremos en los principales elementos analizados en algunos trabajos referidos al origen de los primeros pobladores andinos, a partir de lo cual, determinaremos las posibles rutas que siguieron los aborígenes andinos venezolanos, y por consiguiente, los pobladores de la cuenca alta del río Chama. Hay diversas hipótesis acerca del origen y procedencia de los primeros habitantes andinos venezolanos. En este sentido, hemos escogido los trabajos especializados en los movimientos migratorios prehispánicos, específicamente los que reseñan algunos datos sobre el espacio geográfico en estudio. Los investigadores que reseñaremos, se han apoyado en evidencias etnohistóricas, toponímicas, arqueológicas, lingüísticas, y geográficas. A continuación haremos una breve reseña de seis trabajos importantes, tres de ellos correspondientes a finales del siglo XIX y comienzos del XX, y otros tres realizados por autores actuales. En primer lugar, nos referiremos a las teorías sobre la procedencia de los primeros pobladores andinos, y posteriormente indicaremos las posibles rutas de penetración propuestas por cada investigador, en el caso de aquellos que así lo señalen. En todo caso, aún cuando no indiquen las probables rutas de 103 Solo nos referiremos al ingreso de diversos grupos prehispánicos americanos en los Andes venezolanos; sin embargo, esto no significa que no se haya presentado el proceso a partir de la Cordillera merideña (viceversa). Al respecto, se puede consultar el trabajo de la antropóloga Ann Osborn, en El vuelo de las tijeretas.Bogotá: Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales; Banco de la República. (1985), pp. 17-40. 62 penetración, la información que aportan los estudiosos acerca de la procedencia de los grupos indígenas, puede ser importante para señalar posibles caminos, tanto por la ubicación geográfica de las culturas de origen, como al establecer analogías entre las diversas investigaciones. -Julio César Salas, en Etnografía de Venezuela;104 propone diversos orígenes al poblamiento andino, aunque cree probable que la influencia de las culturas quechua y arawak fue notoria. Por una parte, señala que la radical “Mucu”, puede tener un origen quechua y significa lugar. En este sentido, numerosos centros poblados y accidentes geográficos contienen dicha radical, particularmente en las tierras altas merideñas: Mucuchies, Mucurubá, Mucuro, Mucubají, entre otros. Salas también indica que determinados nombres geográficos andinos que contienen radicales “Cha”, “Che”, “Chi”, como Chachopo, Chama, Chichui y Chejende, “son desinencias muy frecuentes tanto en el quichua (sic) como en el azteca”.105 Por último, se refiere al tipo de desinencias “iche”,”icha”,“ache”,“achi”, las cuales eran “muy propias de las lenguas aruacas de América”.106 Estas terminaciones están presentes en algunos topónimos andinos: Mucubache, Micarache, Mucuchachí, entre otros. De acuerdo a lo anterior, podemos apreciar una serie de combinaciones lingüísticas en los topónimos andinos, lo que avala la tesis de los orígenes diversos que propone Salas. Por lo tanto, indígenas de culturas quechua y arawak, fueron los que posiblemente emigraron a los Andes venezolanos. 104 Ob. Cit. pp. 23-45. Ibídem. p. 31. 106 Idem. 105 63 En cuanto a las rutas de penetración, Salas no hace referencia, lo cual no es de extrañar, por que no alcanza a establecer con claridad la ubicación geográfica de quechuas y arawakos107. Sin embargo, la información de tipo toponímico que aporta, es importante respecto al poblamiento de la cuenca alta del río Chama. -Tulio Febres Cordero, en Procedencia y Lengua de Los Aborígenes de Los Andes Venezolanos;108 señala que los antiguos pobladores de los Andes venezolanos pudieron haber tenido diversos orígenes: “(...) los aborígenes de los Andes tienen afinidades con los de Centro América, con los chibchas, y con los quichuas (sic) y con los tupi-guaraníes (...), [entonces ocurrió] la invasión del norte (Centroamérica),que primitivamente debió de poblar las cordilleras de Venezuela y Colombia (...), y de aquí los puntos de semejanza entre las tribus andinas de uno y otro país, por razón de su común origen”.109 En este sentido, Febres Cordero señala que la radical “Mucu”, característica de la toponimia andina tiene nexos lingüísticos con las culturas quechua y chibcha, mientras que otras desinencias gramaticales presentes en el ámbito geográfico andino, se relacionan con los tupi-guaraníes. En cuanto a la radical “Mucu”, señala que domina la cuenca alta del río Chama, y cita: “ (...) hasta llegar a la Sierra Nevada, donde a cada paso se ve dicha 107 En realidad, no establece la procedencia de los grupos migratorios. Obras Completas. Bogotá: Ediciones Conmemorativa, (1960), vol. I. pp.1-60. 109 Ibìdem.p.10 108 64 voz pegada [mucu] al territorio como huella no muy remota de un pueblo invasor”.110 Febres Cordero indica que los diversos grupos provenientes de América del Sur, no se establecieron directamente en los Andes venezolanos, sino que asentados en regiones como los llanos barineses y el piedemonte andino-llanero, remontaron los valles fluviales transversales, como el del río Santo Domingo. En cuanto a las rutas de penetración, no especifica los puntos de partida de los grupos que arribaron a dichas regiones, sino se refiere a un punto de confluencia cultural, como lo era el Nudo de Pasto, en los Andes colombianos: “(...) vino, del sur, de las fuentes de la gran hoya amazónica y nudo orográfico de Pasto, trayendo mezclados los elementos quichua (sic) y guaraní”.111 Aun cuando Febres Cordero no especifica el recorrido de los indígenas hasta territorios venezolanos, es de suponer que utilizaron las vías de comunicación más expeditas entre los Andes centrales suramericanos y el piedemonte meridional de la Cordillera merideña; es decir, remontaron la gran Cordillera continental hasta el Nudo de Pasto por rutas terrestres intramontanas, y desde el Nudo, que es una encrucijada natural, partieron con rumbo noreste, descendiendo casi al nivel del mar. La Cordillera oriental colombiana, que parte del Nudo de Pasto, constituye la naciente de diversos afluentes de ríos que se conectan con los llanos venezolanos. En este sentido, es probable que las comunicaciones hayan sido generalmente fluviales, tomando en cuenta la navegabilidad en grandes distancias de muchos de los ríos. 110 111 Ibídem. p. 8. Ibídem. p.10. 65 -Alfredo Jahn, en Los aborígenes del Occidente de Venezuela;112 señala las similitudes lingüísticas de los pobladores andinos venezolanos con pueblos de Centro América, con culturas andinas como la chibcha y la inca, y con grupos de filiación Caribe. En este sentido, Jahn establece que las culturas andinas venezolanas tomaron elementos de unas y otras, algo parecido a lo expuesto por Salas y Febres Cordero. Por lo tanto, solo nos referiremos a sus teorías sobre las rutas de penetración. Básicamente, Jahn se refiere a los valles longitudinales o transversales como vías naturales para el ingreso de los primeros pobladores andinos venezolanos. En este sentido, indica algunas probables rutas de penetración, prioritariamente terrestres, con algunos tramos fluviales. Por una parte, cree probable que grupos arawakos de las estribaciones meridionales de los Llanos occidentales venezolanos, y en la Depresión del Táchira, hayan ingresado en los Andes a través de algunos valles transversales de ríos que surcan el actual Estado Apure, aunque advierte que no pudieron haberse establecido en las tierras altas: “Las tribus araucas que ocupaban las estribaciones meridionales de los Andes y las márgenes del Apure (...), debieron penetrar desde los Llanos a los valles de la Cordillera [menciona lo dificultoso de arribar a las tierras altas], en que abunda la cacería y la pesquería, y acaso fue detenido su avance en la parte en que estos valles se hallan cerrados por elevados páramos, cuyo paso era poco bueno que imposible a hombres habituados a climas cálidos y por consiguiente, desprovisto de abrigo”.113 112 113 Ob. Cit. pp. 277-329. Ibídem. p. 289. 66 Luego se refiere a un posible origen chibcha de los pobladores andinos venezolanos. En este sentido, grupos indígenas establecidos en la altiplanicie de Bogotá, la Cordillera central colombiana hasta caer en la Depresión del Táchira, a través de una serie de valles y laderas: “Los valles de Cúcuta, Quinimari y Torbes eran especialmente favorables a estas incursiones, por sus tierras planas y su clima suave y por las circunstancias de estar los dos últimos directamente enlazados con el río Apure (...)”.114 Jahn también hace referencia a varias rutas de recorrido probables desde los Llanos orientales colombianos, hasta las estribaciones septentrionales de los Llanos occidentales y el piedemonte barinés, a través de importantes valles transversales: “Así mismo se comunicaban con los grupos de tribus residentes en las faldas meridionales de la Cordillera, por vía de los ríos Santo Domingo, Paguey, Ticoporo, Canaguá y Suripá y por el Caparo y sus afluentes Doradas, Chururú y Navay”.115 Por último, Jahn propone una entrada natural que se caracteriza por atravesar el suroeste zuliano, aprovechando los indígenas la confluencia de los ríos Zulia- Catatumbo, y la navegabilidad de estos ríos en gran parte de su curso. En este sentido, grupos motilones asentados en la Serranía del mismo nombre, habrían bajado hasta las selvas zulianas, y posteriormente a territorio tachirense: “En el extremo occidental del Táchira los nombres indígenas de algunos ríos y quebradas tienen en sus terminaciones la desinencia arí, urí, e irí, que revelan su procedencia de las lenguas aruacas, así por ejemplo en Quinimari, Casanari (...), lo que indica que por aquella 114 115 Idem. Idem. 67 parte, lo más bajo de la Cordillera, debieron entrar y radicarse algunos grupos de las tribus aruacas que habitaron las selvas del Zulia (...)”.116 Entre los investigadores más recientes, cabe destacar a Mario Sanoja e Iraida Vargas, quienes exponen en su libro Antiguas formaciones y modos de producción venezolanos;117 que los antiguos pobladores de los Andes venezolanos, tuvieron influencia de las zonas bajas del Lago de Maracaibo y de los Andes orientales colombianos. Según Vargas y Sanoja, las zonas bajas del Lago de Maracaibo se habrían poblado antes que las zonas altas de los Andes venezolanos, debido en que las tierras altas había poca fauna, aun no estaba desarrollada la tecnología agrícola del terraceo, y la escasa variedad alimentaría contradecía la fertilidad de los suelos. En este sentido, el estilo de vida de las zonas bajas fue “(...) difundiéndose luego hacia las regiones montañosas de Los Andes, proceso que ha sido sugerido también por Reichel Dolmatoff para explicar el origen del patrón cultural subandino de Colombia”.118 Vargas y Sanoja no indican las probables rutas de penetración, pero entre las riberas del Lago y los Andes merideños, hay algunas vías expeditas, como los valles transversales que descienden de la Sierra La Culata. En cuanto a la influencia de los Andes colombianos, Vargas y Sanoja se refieren básicamente a la tecnología agrícola, la cual aumentó la productividad de las fértiles tierras andinas, permitiendo a los indígenas venezolanos contar con suficiente alimento en periodos de escasez. En este 116 Ibídem. p. 291. Caracas: Monte Ávila Editores. (1979) pp. 81-90. 118 Ibídem. p.81. 117 68 sentido, la incidencia técnica de los grupos andinos colombianos fue un “(...) proceso que culminaría con la introducción en los Andes venezolanos del cultivo en terrazas o andenes, los silos subterráneos o mintoyes (...)”.119 Sin embargo, Vargas y Sanoja no ubican ninguna ruta de penetración a partir de los Andes colombianos, y no especifican siquiera la localización geográfica de los asentamientos prehispánicos de dicho territorio. La antropóloga Jacqueline Clarac de Briceño, en Las antiguas etnias de Mérida;120 se basa en evidencias arqueológicas y etnohistóricas, para asegurar que el origen de los pobladores andinos consta de diversos componentes: “ -Un primer grupo humano instalado desde un tiempo indeterminado (tal vez varios millares de años) y del cual el estado actual del conocimiento no permite todavía reconstruir la cultura. -Un grupo étnico que llegó al comienzo de nuestra era y se mantuvo en la cordillera hasta la llegada de los españoles (...). Puede ser ubicado, por las características de su cultura, mitología, religión, viviendas, patrones patrones de funerarios, asentamiento, construcción técnicas de agrícolas básicamente, dentro de la cultura chibcha, de la cual sabemos hoy que se extendía a América Central, gran parte de Colombia (oriental) y al Occidente de Venezuela (...). 119 120 Ibídem. p. 82. Mérida a Través del Tiempo... pp. 23-44. 69 -Un grupo (o varios?) llegó más tarde, probablemente alrededor del siglo IX de nuestra era, pertenecía a la cultura arawak, una de las más extensas e importantes tanto de América del Sur como del Mar Caribe. - Es probable que haya penetrado también, más tardíamente (poco antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI) un grupo de la etnia Caribe, la cual conquistó gran parte del norte de América del Sur, las Antillas y parte de Centroamérica”.121 Clarac de Briceño plantea que el segundo y el tercer grupo (o los grupos) pertenecían probablemente a las culturas chibcha y arawak, las cuales, en el caso de Mérida, se distribuyeron el poblamiento de la siguiente manera: los grupos arawak habrían poblado desde la zona sur del Lago de Maracaibo hasta la actual población de Lagunillas y sus alrededores, lo cual equivale a las cuencas baja y media del río Chama; mientras tanto, los chibchas ocupaban las tierras altas y frías de los páramos, correspondientes a la cuenca alta del Chama, ámbito espacial de nuestro estudio. Es interesante destacar que Clarac de Briceño no establece una sucesión cronológica concreta sino un proceso llevado a cabo en largos periodos, en los que diversos grupos prehispánicos penetraron y ocuparon territorios en los Andes venezolanos. Sin embargo, ninguno de dichos grupos desplazó totalmente a otros, dándose incluso una mezcla de rasgos mágicoreligiosos, alimentarios, agrícolas, entre otros. En resumen, Clarac de Briceño plantea que el origen de los primeros pobladores andinos venezolanos, fue el resultado de la conjunción de elementos de diversas culturas prehispánicas americanas, proceso llevado a cabo en tiempo indefinido, no especificado cronológicamente por la antropóloga. 121 Ibídem. p. 25. 70 En cuanto a las rutas de penetración, Clarac de Briceño no hace referencia, pero sí nos basamos en su teoría sobre la procedencia de los primeros pobladores, no hay duda debieron ser varias las vías de comunicación que sirvieron a tal propósito, y recorriendo varias direcciones. Otra investigadora de la actualidad es la arqueóloga Erika Wagner, en La Prehistoria de Mucuchies;122 quien hace mención de los altos Andes merideños. Señala que los primeros pobladores andinos venezolanos tuvieron relación con culturas andinas colombianas (Tairona y Chibcha), cuya principal incidencia en los Andes merideños fue el aporte al desarrollo agrícola, caracterizado por “(...) una agricultura basada en el cultivo de tubérculos altoandinos”.123 Por lo demás, se refiere a algunas similitudes respecto a elementos mágico-religiosos y artesanales, pero no señala la ubicación geográfica de los grupos prehispánicos de los Andes colombianos, y mucho menos las rutas de ingreso a los Andes venezolanos. De acuerdo a las teorías expuestas, no queda muy claro el origen de los grupos prehispánicos de los Andes venezolanos, lo cual indica que sería un error por parte de nosotros aventurarnos a dar alguna conclusión. Por lo tanto, podemos señalar que ninguna teoría es concluyente, ante lo cual no podemos establecer una realidad concreta acerca de la procedencia de los pobladores andinos venezolanos.124 Lo que sí podemos asegurar, basándonos en unos y otros estudios, es que nuestras culturas andinas 122 Ob. Cit. pp. 5-25. Ibídem. p.5. 124 Recordemos que estamos trabajando bajo la premisa de una efectiva migración, lo cual no significa la presencia de otros procesos demográficos relacionados con el poblamiento andino venezolano. 123 71 presentan elementos de diversos grupos indígenas americanos, y especialmente de América del Sur. Al respecto contamos con la información obtenida gracias a las evidencias toponímicas, arqueológicas, etnohistóricas, y otras, que emplean los investigadores reseñados, cuyos estudios intentan demostrar, en términos generales, que los antiguos pobladores de los Andes venezolanos tenían estrecha relación con cuatro grandes culturas prehispánicas: la chibcha y la quechua, asentadas en lo que se conoce como la América andina; la arawak, procedente de los Llanos y del centro-occidente venezolano; y la caribe, establecida en Mesoamérica, islas del Mar Caribe, noreste y noroeste del actual territorio venezolano. Para el caso de los altos Andes venezolanos, los diversos autores sostienen que la influencia chibcha y quechua fue fundamental, principalmente en aspectos mágicos-religiosos y de tecnología agrícola. En todo caso, las teorías señaladas aportan algunos elementos para intentar describir el recorrido de las posibles rutas de penetración de los primeros pobladores andinos venezolanos. En este sentido, describiremos cuatro grandes rutas, que probablemente eran las principales vías de acceso a nuestros Andes, y posteriormente indicaremos los recorridos hasta la cuenca alta del río Chama. a) Una ruta procedente de los asentamientos chibchas en los Andes centrales colombianos, la cual en realidad era una continuidad de uno de los caminos que partían del Nudo de Pasto. Coincidirá con el posterior Camino Real colonial que se dirigía desde Bogotá hasta la cuenca alta del Chama. Era fundamentalmente terrestre, debido al accidentado relieve, y recorría las principales vías naturales, como lo son los valles longitudinales, paralelos a los principales ejes de la cordillera. Si tomamos como origen el Nudo de 72 Pasto, hay que señalar que la vialidad recorría los fondos de valle de tres cordilleras: central y oriental en territorio colombiano, y la Cordillera de Mérida, gracias a la acción erosiva y sedimentadora de importantes ríos: Magdalena, Táchira, Zulia, Mocotíes, y Chama. Esta ruta llevaba una dirección sur-noreste, y constaba de dos grandes tramos montañosos: el primero, entre el Nudo de Pasto (sí establecemos el Nudo de Pasto como punto de partida) y la depresión del Táchira, y el otro, entre este accidente geográfico y el páramo de Mucuchíes. Mapa N° 4 Rutas de Penetración desde Asentamientos Chibchas Modificado por: María del M. Santos P. y Rubén Hernández. Fuente: Atlas Básico. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana, S.A., 1994. p. 12. 73 b) Una segunda ruta procedente de asentamientos arawak en los Llanos colombianos y venezolanos. Probablemente es la continuidad de una de las rutas que parten de la encrucijada del Nudo de Pasto. Luego de un gran recorrido fluvial, aprovechando las grandes corrientes provenientes de los Andes venezolanos y colombianos, los grupos prehispánicos remontaban la Cordillera merideña a través de las abras que atraviesan el piedemonte andino-llanero (Barinas y Apure). (Ver Mapa N° 5). c) Otras rutas procedían de la costa sur del Lago de Maracaibo, donde se establecieron grupos bobures, pocoes, tucaníes, entre otros. Eran fundamentalmente terrestres, a excepción de las estribaciones meridionales de las costas lacustres, donde ciertos tramos fluviales eran navegables. Estas rutas remontaban los Andes venezolanos a través de valles transversales de ríos como: Escalante, Torondoy, Tucaní, y otros. (Ver Mapa N° 5). d) Una última gran ruta procedía de asentamientos arawak, en el centrooccidente venezolano. Básicamente, los grupos prehispánicos atravesaron la Depresión de Barquisimeto, y remontaron las tierras andinas trujillanas a través de corredores intramontanos, en dirección suroeste. (Ver Mapa N° 5). Con respecto a las rutas que utilizaron los primeros pobladores de la cuenca alta del río Chama para ingresar a estas tierras, contamos con poca información. Sin embargo, intentaremos la reconstrucción de los recorridos a partir de las rutas de penetración en los Andes venezolanos, considerando que tienen mucha relación, presentándose una continuidad en el trazado de algunos caminos. En este sentido, podemos indicar que varias rutas de penetración a la cuenca alta del Chama, no eran sino una prolongación las vías de acceso a los Andes venezolanos; sin embargo, a diferencia de estas 74 últimas, la vialidad de acceso al espacio alto andino merideño, tuvo que haber sido totalmente terrestre, por razones topográficas.125 Mapa Nª 5 Posibles rutas de penetraciòn prehispànica en los Andes venezolanos. Fuente: Atlas Básico. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana, S.A., 1994. p. 16. 125 Más adelante explicaremos la influencia de los elementos geofísicos en la vialidad. 75 En general podemos señalar cuatro rutas posibles: a) Una de las probables rutas que utilizaron los primeros pobladores de la cuenca alta del río Chama, era aquella que provenía de los Andes trujillanos siguiendo el valle longitudinal del río Motatán, y remontando el páramo de Mucuchíes, para luego conectarse con el valle del Chama. Supuestamente, esta ruta fue seguida por grupos timoto-cuicas, los cuales recorrieron gran parte del valle longitudinal del Chama. b) Otro de los probables caminos de ingreso para los grupos prehispánicos de la cuenca alta del Chama, provenía de asentamientos bobures o pocoes, en las riberas del Lago de Maracaibo. Recorrieron los valles transversales de las dos vertientes126 de la Cordillera del norte o Sierra La Culata. Entre dichos valles podemos mencionar el del río Tucaní y el del río Torondoy, los cuales permiten un acceso relativamente fácil y rápido a las áreas circundantes al valle alto del Chama. c) Rutas procedentes del piedemonte andino-llanero, donde se asentaron algunos grupos prehispánicos de filiación arawak. En este caso, los indígenas que emigraron a los altos Andes merideños, contaron con diversas posibilidades para la movilización, gracias a una buena cantidad de valles transversales que constituían importantes caminos, entre los que destacan los formados por los siguientes ríos: Santo Domingo, Canaguá, Curbatí y Ticoporo. Sin embargo, es de advertir, que los indígenas tenían que soportar unas duras condiciones topográficas y climatológicas. 126 Las vertientes son los declives que se desprenden de los puntos más altos de una Cordillera, y las aguas que descienden por sus valles desembocan en un mismo río, lago, mar u océano. Por ejemplo, la vertiente norte de La Culata es aquella cuyas aguas constituyen parte de la cuenca del Lago de Maracaibo. 76 d) Otro probable punto de entrada a la cuenca alta del Chama, era a través de la ruta interandina que parte del actual Estado Táchira, atravesando diversos valles longitudinales; como el del río Mocotíes, y el río Chama en su parte media. Este camino corresponderá más o menos con buena parte del posterior Camino Real. Es importante señalar que los grupos que ingresaron a la cuenca alta, debieron haber contribuido con el conocimiento del medio fìsico altoandino merideño, facilitando el posterior trànsito de rutas naturales en la regiòn. Para concluir este punto, creemos conveniente aclarar que necesariamente los recorridos de los grupos prehispánicos que ingresaron a los Andes venezolanos en general, y posteriormente a la cuenca alta del Chama, no eran necesariamente realizados en cortas jornadas, sino que fueron parte de un proceso en el que los grupos indígenas se fueron asentando progresivamente en diversos puntos de los espacios de recorrido, a la vez que exploraban los territorios circundantes. En todo caso, las rutas de penetración aquí reseñadas eran las más probables, más no podemos afirmarlo de manera concreta, porque como mencionamos al comienzo, no hay la certeza sobre una efectiva migración hacia los Andes venezolanos, y además no contamos con fuentes escritas prehispánicas. Sin embargo, al menos hemos intentado descifrar aspectos de la vialidad prehispánica basándonos en importantes evidencias de diversos investigadores, que sí bien no son concluyentes, han aportado datos relevantes127 a una temática poco estudiada. 127 Es posible que al estudiar otros autores, salgan a relucir nuevos datos interesantes. En este sentido, la investigación respecto a la temática de las rutas de penetración prehispánica en los Andes venezolanos, no debería darse por concluida. 77 2.3 El medio físico y las comunicaciones prehispánicas altoandinas Estudiaremos la influencia del medio físico en los paisajes de recorrido, lo cual es extensivo al periodo colonial, aunque agregaremos algunos elementos de análisis respecto a las rutas de este último período en el capítulo siguiente. Intentaremos comprender dos aspectos fundamentales: a) los principales factores que incidieron en la nula o escasa utilización de rutas acuáticas en la cuenca alta del río Chama y áreas circundantes; y b) las características geofísicas de las rutas terrestres prehispánicas, las cuales, en general, correspondían a las llamadas vías naturales. Consideraremos, en lo posible, diversos criterios técnicos, relacionados con la terminología geográfica; en este sentido, un conocimiento geográfico elemental, facilitará la investigación en diversos ámbitos de la temática vial. En primer lugar, hay que señalar la incidencia de la abrupta topografía altoandina en la dificultad para la navegación fluvial, la cual si era posible en otras regiones del actual territorio venezolano. Como sabemos, la navegación fluvial depende de varios factores (incluso la realizada con embarcaciones menores como canoas y piraguas), que pueden ser resumidos así: a) importante caudal fluvial, que proporcione suficiente profundidad y anchura a los ríos. Los ríos que nacen en el territorio en estudio, forman parte de tres cuencas, como son la del Lago de Maracaibo, la del el río Chama, y la del río Apure, y en su mayoría, disponen de un caudal poco importante128 en gran parte de su recorrido. Solo algunas corriente podían permitir la navegación menor, pero en su curso bajo, y fuera del ámbito espacial de nuestro estudio; b) la navegación menor, fundamental para los indígenas venezolanos, necesitaba de la relativa 128 Aún cuando el caudal de muchas corrientes altoandinas pudiese haber sido mayor en otros tiempos, los lechos fluviales indican que no era muy grande la diferencia respecto a la actualidad, con todo y el descenso en las aguas de algunos ríos, producto de la desglasación y desecamiento de lagunas. 78 estabilidad de las aguas. En este sentido, sí un río andino presentaba la profundidad y la anchura adecuadas, por otro lado presentaba el problema de los torrentes que descendían por pendientes inclinadas (diversas corrientes fluviales andinas forman las conocidas cascadas o chorreras, lo cual demuestra la acentuación de la orografía andina), hasta que llegaban a tierras casi planas. Obviamente, esta condición era un obstáculo importante para la navegación aguas arribas y aguas abajo. Es más, aún en la actualidad, cuando hay la disposición de embarcaciones propulsadas por máquinas, es prácticamente imposible navegar las fuertes corrientes, y sólo algunos practicantes de “deportes de aventura” se atreven a recorrer los torrentosos ríos andinos; y c) las crecientes de los principales ríos andinos representaban un peligro para la navegación, en especial para las embarcaciones propias de los antiguos indígenas. En consecuencia, las comunicaciones terrestres fueron fundamentales para los indígenas andinos, situación que persistirá posteriormente. Antes de referirnos a los principales elementos geofísicos que caracterizaron a las vías de comunicación prehispánica en los altos Andes merideños, tenemos que considerar que el relieve es netamente montañoso. En este sentido, las diversas rutas estaban sujetas en gran medida a las condiciones que imponía el medio físico, entre las que podemos destacar los declives propios del relieve, diferentes tipos de suelo, y el torrente de algunos ríos. En este orden de ideas, el geohistoriador Marco Aurelio Vila resume la capacidad que tenían los indígenas para la construcción o adaptación de los caminos al medio físico merideño, al calificarlos de expertos: “Lo accidentado del relieve de las tierras de Mérida hizo del aborigen un experto en la construcción de caminos y de sistemas de transporte para cruzar los profundos valles. El 79 indígena no contaba con otro medio de transporte que su propia persona, y a este medio acomodó las vías”.129 Por lo tanto, los elementos geofísicos relacionados con las peculiaridades de la orografía altoandina merideña, determinaron el trazado y algunas características de los caminos. En este sentido, analizaremos brevemente algunos elementos propios de la cuenca alta del Chama: a) La presencia de valles fluviales longitudinales y transversales, formados por la acción sedimentadora durante millones de años. b) Régimen de lluvias. c) La abundancia de material rocoso. d) La presencia de ríos torrentosos. Los valles longitudinales y transversales han sido fundamentales para el poblamiento histórico de los altos Andes merideños, porque han permitido la concentración de la población, el desarrollo agrícola, la movilización entre distintos pisos térmicos, y otros factores. Los valles longitudinales son grandes depresiones paralelas a los principales ejes de la Cordillera, como la Sierra Nevada y la Sierra La Culata. Se formaron a partir de la acción erosiva y sedimentadora de los cursos de agua, cuyos desplazamientos se han realizado a través de las líneas de falla130 propias de la orografía andina, como la de Boconó; es decir, las corrientes fluviales han aprovechado las debilidades de una corteza terrestre relativamente reciente desde el punto de vista geológico. 129 130 Aspectos geográficos del Estado Mérida... p.33. Son grietas que se han producido en los estratos. 80 Foto N° 4 Valle longitudinal del río Mucujún, en el páramo La Culata.131 Foto tomada por María del M. Santos P. en febrero del 2004. Los valles han jugado un papel importante en el desarrollo del poblamiento andino, al presentar los siguientes elementos: a) gran amplitud; b) vastas extensiones de tierras planas; c) suelos fértiles; d) riqueza hídrica; e) importantes vías naturales de comunicación, como los fondos de valle. Este último elemento es fundamental para nuestro estudio, porque estos valles constituyen las principales rutas históricas de los Andes venezolanos. Al respecto, el geógrafo Levi Marrero señala: “Estos valles, que contribuyen a dar tanta originalidad a los Andes, seccionan las montañas a lo largo de su eje longitudinal y crean así una serie interrumpida de trincheras interiores rutas naturales de comunicación que han seguido sucesivamente los 131 Obsérvese la amplitud de este valle, que sin compararse con el del Chama, ha sido importante para el asentamiento de población y para una producción agrícola de cierta importancia. La flecha en la foto indica el camino antiguo de La Culata al sur del Lago, y a otras áreas del páramo merideño. 81 senderos indios, los caminos coloniales y la Carretera Trasandina”.132 En cuanto al ámbito espacial de nuestra investigación, señalaremos que el valle longitudinal del río Chama es el más importante en los Andes merideños, asentándose en éste una numerosa población desde el período prehispánico. En su parte alta, se extiende desde el páramo de Mucuchíes hasta aproximadamente la población de Mérida, y su importancia radica en que corre paralelo a las dos principales sierras de la Cordillera andina venezolana: la Sierra Nevada y la Sierra La Culata, que se comunican con diversas rutas naturales que descienden por las vertientes. En este sentido, el valle longitudinal del Chama ha sido fundamental para el asentamiento y movilización de diversos grupos en los Andes merideños, tanto por la facilidad de comunicación entre el valle alto y el valle medio, como por la conexión con diversas depresiones semi-perpendiculares, llamados valles transversales (en ciertos casos, representan los segmentos terminales de depresiones longitudinales, como el caso de los ríos Chama y Santo Domingo), lo cual ha permitido el desplazamiento de población de la cuenca alta del Chama a otras regiones, y viceversa. En cuanto a la vialidad, es de aclarar que el valle del Chama es más amplio en su parte media y baja, lo cual, sin embargo, no incide en gran medida en las características de la ruta en la cuenca alta. Por otra parte, los valles transversales son depresiones más o menos perpendiculares a los principales ejes de la Cordillera merideña. Se formaron a partir del corte fluvial transversal de la orientación estructural de las principales sierras, pero a diferencia de los valles longitudinales, son más estrechos, y presentan ciertas características, según el geógrafo Leonel 132 Venezuela y sus Recursos. Madrid: Editorial Mediterráneo Diego de León, (1964). p. 61. 82 Vivas: "las depresiones o hendiduras transversales frecuentemente también responde a fallas, pero perpendiculares o derivaciones de las anteriores. Igualmente, pueden ser debilidades estructurales de otro tipo, como buzamientos generales de los estratos rocosos y complejos importantes de diaclasas orientados en el mismo sentido que llevan los cursos de agua de desplazamiento transversal".133 Estos valles corresponden a ríos que descienden por las vertientes septentrionales y meridionales de la Sierra Nevada y La Culata. Foto N° 5 Valle transversal de la quebrada Gavidia, al sur de la población del mismo nombre Foto tomada por María del M. Santos P. en agosto 2003. Como consecuencia de la estrechez de estas depresiones, es menor la concentración de población que en los valles longitudinales; sin embargo, cumplen una función importante como vías naturales que comunican la cuenca del Chama con el sur del Lago de Maracaibo y con el piedemonte barinés, como lo señala Vivas: 133 Los Andes Venezolanos. Caracas: Academia Nacional de la Historia. (1992). pp. 48-49. 83 “Las secciones Transversales de los valles andinos (...) han servido de pasos naturales entre la parte central de la cordillera y las llanuras vecinas. Son los casos del valle Transversal del Santo Domingo y de la sección Transversal del Boconó”.134 Obviamente, las rutas transversales no tienen la misma magnitud de las longitudinales, pero han debido cumplir el importante papel histórico de comunicar grupos asentados en diferentes espacios físicos, pero relacionados precisamente con el sistema de vías naturales conectadas con los altos Andes merideños. Con anterioridad, hemos mencionado el término geofísico fondo de valle, que corresponde más o menos a las partes más amplias de los valles, generalmente cercanas a las riberas fluviales, en las que se asienta la mayor población. En realidad, las rutas longitudinales recorren estos fondos, siempre y cuando la amplitud del valle longitudinal o transversal lo permita. En caso de que los fondos de valle sean prácticamente inexistentes, las vías de comunicación son simples senderos que recorren las laderas montañosas, a veces tan empinadas, que obligan al trazado de caminos en forma de zigzag, como puede notarse en algunas rutas de los actuales "pueblos del sur". De cualquier manera, las vías de comunicación longitudinales y transversales han sido históricamente las más importantes de los Andes merideños, y en ese sentido va dirigida nuestra investigación. En cuanto al régimen pluvial, podemos indicar que la mayor o menor precipitación incide en las características de los caminos. Entre la cuenca alta del Chama y sus áreas circundantes, hay por lo menos dos o tres pisos 134 Ibídem. p.62. 84 térmicos135, lo cual indica la variabilidad en la cantidad de lluvias caída. En este sentido, en las zonas más bajas la precipitación es mayor, mientras que en las más altas la precipitación es menor, y regularmente se da en forma de nevadas o granizadas. Desde el punto de vista de la vialidad, un régimen pluvial elevado obligaba al empedrado de los caminos de tierra, debido al fango formado durante el período lluvioso. Sin embargo, no todos los tramos de vialidad altoandina fueron empedrados, como pudimos observar durante nuestra incursión en algunas áreas de la cuenca alta del Chama.136 Algunos caminos de tierra presentan diversas obras para sortear aguas empantanadas, charcos, pequeños arroyos, y quebraduras del terreno. Aparentemente, algunas de estas obras fueron realizadas por los indígenas, de acuerdo a lo sugerido por la investigadora Claudine Kauman. En general, se habrían construido drenajes, acequias, y muros de nivelación, (ver figura N°. 2), los cuales, según nuestra opinión, han debido ser más favorables al tránsito de bestias durante el período colonial, que a los recorridos pedestres de los grupos prehispánicos. 135 Unidades de relieves ubicadas a diferentes alturas sobre el nivel del mar. Hemos recorrido algunos tramos de las siguientes rutas: La Culata- sur del LagoMucuchies; Gavidia- Los Aranguren- Ciudad Bolivia. 136 85 Figura N° 2 Posibles obras viales prehispánicas. Fuente: Kauman, Claudine. Art. Cit. pp. 133-134. En la cuenca alta del río Chama hay abundancia de material rocoso, como consecuencia de los numerosos lechos fluviales y la escasa vegetación, lo cual es fundamental para comprender las características de la mayoría de las rutas altoandinas. En el caso de los caminos de piedra recorridos durante el periodo prehispánico, y posteriormente durante la Colonia, éstos pudieron haber sido empedrados por el hombre, o simplemente eran vías naturales con abundancia de piedras. 86 En cuanto a la presencia de ríos torrentosos, en ocasiones era indispensable su cruce para evitar largos recorridos innecesarios. En este sentido, los indígenas de los altos Andes merideños contaban con un importante medio como la tarabita, que como señalamos anteriormente, consistía en una cuerda amarrada a ambas orillas de un determinado río, pudiendo disponer de una especie de cesto que permitía el paso de los individuos. (ver figura N° 3). La tarabita tuvo que haber sido un medio eficaz en la cuenca alta del Chama, si tomamos en cuenta el poblamiento prehispánico en ambas bandas del río. Es posible que durante el periodo Colonial la tarabita se siguiera empleando, aunque reemplazada en parte por puentes colgantes137 o de madera. Para concluir, señalaremos que las características de la vialidad prehispánica en general, estaban determinadas por diversos elementos geofísicos. En consecuencia, el indígena tuvo que adaptarse a las cambiantes condiciones atmosféricas e hidrológicas del espacio altoandino merideño, transformando, en menor medida, los paisajes de recorrido, equivalentes a rutas naturales. 137 Estos puentes colgantes también fueron construidos durante el periodo prehispánico, aunque no precisamente en la cuenca alta del Chama, sino en los territorios de otras culturas americanas, como la Inca. 87 Figura N° 3 La Tarabita Fuente: Valery, Rafael. Ob Cit. p. 7. 88 2.4 Los caminos y la vinculación económica de los centros poblados En este punto estudiaremos la importancia de las vías de comunicación para el intercambio comercial en la época prehispánica. Intentaremos ubicar el recorrido de las principales rutas comerciales de la cuenca alta del río Chama, así como la presencia en éstas de centros poblados geoestratégicos, y analizaremos dos aspectos fundamentales: a) el intercambio comercial que se estableció entre los pobladores de los diferentes pisos térmicos del valle del Chama; y b) la comunicación entre las poblaciones del alto valle, y aquellas regiones conocidas como el piedemonte andino-llanero o meridional (barinés), y el piedemonte andino-lacustre o septentrional (sur del Lago de Maracaibo). A partir de la magnitud del comercio, es posible establecer la importancia de tal o cual vía de comunicación. La relación entre vías de comunicación e intercambio comercial es fundamental, porque sin una ruta lo más expedita posible, no hay posibilidades para un eficaz traslado de seres humanos y mercancías, lo cual es vital para la supervivencia de la mayoría de pueblos en el mundo. En este sentido, la concentración y consecuente sedentarización de la población en las tierras frías del valle del Chama, demandaba intercambios de cierta importancia entre poblados de los altos Andes merideños y zonas bajas (con diferentes condiciones geofísicas), las cuales se localizaban en otros pisos térmicos del valle longitudinal, o en las regiones piemontinas.138 Además, 138 Las tierras frías, aunque son fértiles, no presentan una importante diversidad productiva. En este sentido, el establecimiento de una gran población exigía una dieta diversificada, y algunos de los alimentos consumidos eran propios de tierras templadas o calientes. A su vez, los pobladores de zonas bajas pudieron haber consumido alimentos de las regiones frías. En todo caso, eran elementos de peso para estimular los intercambios entre las tierras frías y las tierras calientes. 89 evidencias arqueológicas, toponímicas, documentales, geográficas, y otras, parecen confirmar estas aseveraciones, como veremos más adelante. La vinculación comercial de las vías de comunicación ha permitido el desarrollo de numerosos centros poblados, al facilitar la movilización de grupos humanos entre determinados puntos geográficos, pero a la vez el asentamiento de la población, y la necesidad de intercambiar diversos productos, requiere la construcción de diversas rutas, aprovechando en gran parte las ventajas del medio físico, como es el caso de las vías naturales. En este sentido, intentaremos determinar la relación entre la importancia económica de algunos centros poblados prehispánicos de la cuenca alta del Chama, y las vías de mayor tránsito comercial; o en otras palabras, al referirnos a las rutas comerciales, señalaremos los centros poblados geoestratégicos,139 surgidos o desarrollados gracias a los recorridos de dichas rutas, cuyos trazados debían tener ciertas ventajas geofísicas. Por lo tanto, se trata de la vinculación vial con elementos concernientes a los intercambios prehispánicos. Antes de referirnos específicamente a la vinculación económica de los caminos prehispánicos, debemos sustentar la tesis de los intercambios, al analizar diversos elementos relacionados con la diversidad de pisos térmicos de la cuenca del Chama y las regiones circundantes, como la riqueza agrícola y variedad de especies animales. La permanencia de los antiguos habitantes del valle alto del Chama, respondió fundamentalmente a la fertilidad del suelo, la cual fue impulsada por la tecnología del terraceo,140 permitiendo una producción agrícola de gran magnitud, hasta alcanzar la sobreproducción, (en este sentido, los 139 140 Gracias a una ubicación geográfica ventajosa y a un importante desarrollo económico. Producción agrícola dispuesta en forma de escalones, en las laderas de las montañas. 90 indígenas contaban con depósitos o silos), según la tesis del geógrafo Andrés Puig: “Paralelamente al proceso de concentración de la población y de jerarquización técnico-productiva, el desarrollo de las configuraciones agrícolas fue capaz de generar excedentes agrícolas cada vez mayores en la medida en que el control del medio a través del sistema fue perfeccionándose”.141 Los excedentes agrícolas facilitaban la concentración de la población, al asegurarle a los indígenas el sustento en tiempos de escasez. Sin embargo, como ya señalamos, la producción agrícola presentaba poca diversidad, y las especies animales eran escasas: algunos tubérculos, frutas, y unas pocas aves y mamíferos.142 Además, las materias primas para la manufactura de objetos cuya función era votiva o simplemente de adorno,143 no estaban disponibles en la cuenca alta. Estos factores fueron claves para impulsar los intercambios comerciales de los pobladores de la cuenca alta del Chama con otras regiones, a través de los cuales se lograría la complementación alimentaria y de diversas materias primas, tal como lo señala Lino Meneses y Gladys Gordones: “(...) la diversidad de los alimentos y materias primas utilizadas en la vida cotidiana de estos habitantes que provenían de los distintos pisos altitudinales de la región, 141 La humanización del espacio de la Cordillera... p.80. Papas, apios o arracachas, curubas, aguacates, aves de corral, conejos, venados, entre otros. 143 Para los indígenas de los Andes merideños, era de suma importancia la utilización de ciertos objetos con fines religiosos, como las placas aladas manufacturadas con serpentinita. 142 91 estos recursos eran obtenidos por estas poblaciones por medio de una organización sociocultural jerarquizada que les permitía el control microvertical de los pisos térmicos y el intercambio comercial con otras poblaciones ubicadas fuera de la región”.144 En la anterior cita se hace referencia a los pisos altitudinales o térmicos, los cuales son unidades de relieve caracterizadas por estar ubicadas a diversas alturas sobre el nivel del mar, lo cual les confiere particulares características topográficas, climatológicas, hidrográficas, y otras. Por lo tanto, son fundamentales para comprender la calidad de los suelos de diversas regiones, y por ende la diversidad agrícola, animal y mineral presente en las áreas involucradas en los intercambios. Dicha diversidad permitió contar con variados productos alimenticios. En el valle del Chama se localizan diferentes pisos térmicos, desde su nacimiento en el páramo de Mucuchies (4.000 metros sobre el nivel del mar), hasta las tierras bajas cercanas al Lago de Maracaibo (cerca de los 0 metros sobre el nivel del mar), como indica Marco Aurelio Vila. (ver cuadro N° 1). 144 Art. Cit. p.76. 92 Cuadro N° 1 Pisos Térmicos en el valle del Chama Piso Térmico Altitud s.n.m. Producto Tropical Subtropical 0m a 800m 800m a los 1.500m Templado 1500 y los 2.200m. Frío 2000m. Y los 3.600m Paramero 3.600m y los 4.600m Gelido 4.600 a los 5.007m. Cacao (Theobroma Cacao) Auyama(Curubita Moschata Puch), Batata (Ipomoca patatas), Yuca (Manihot Esculenta) Papa (Solanum andigenum) Maíz( Zea Mays) Papa (Solanum Andigenum) Maíz (Zea Mays) Frijoles( Phaseolus Vulgaris) Se da escasa producción agrícola y es casi inexistente la población. No hay ningún tipo de producto agrícola ni asentamiento humano. Fuente: Aspectos Geográficos del Estado Mérida pp.64-65. Nota: el maíz se da con mayor propiedad en climas templados que en el intenso frío paramero. En este sentido, los indígenas de las partes más altas del valle del Chama, debieron obtenerlo por intercambio con pobladores asentados por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar. De acuerdo a la investigadora Maximina Monasterio, esta división responde a factores ambientales, y ha influido en el poblamiento andino a través de la Historia: ”Esta división está basada en variables ambientales simples (Temperatura, heladas, patrones de precipitación, nubosidad, insolación) cuya proyección o rango de variación en el espacio de la montaña producen cambios cualitativa y cuantitativamente significativos que inciden sobre la distribución de los ecosistemas montañosos naturales sobre el uso histórico que de ellos han hecho las distintas formaciones socio-culturales que habitaron los Andes 93 venezolanos desde la época prehispánica hasta el 145 presente”. El cuadro anterior, que resume la diversificación agrícola existente146 a lo largo del valle del Chama, es un importante sustento de la tesis de intercambios entre los diferentes pisos térmicos de dicho valle. La arqueóloga Erika Wagner nos ofrece un ejemplo de lo referido: “(...) el maíz pudo haber sido obtenido en la región de Mucuchies a través de algún mecanismo de intercambio de regiones más bajas (...), a cambio de, por ejemplo, papas y otros productos de regiones elevadas”.147 Mientras tanto, Marco Aurelio Vila llega a la siguiente conclusión: “ La producción agrícola diversificada de acuerdo con los pisos térmicos, facilitó a los habitantes del territorio merideño el poder contar con alimentos varios de origen vegetal, con lo cual su alimentación fue más balanceada que la de otros habitantes de la Venezuela de antaño”.148 La concentración de la población en el valle alto del río Chama y áreas circundantes, se realizó en numerosos centros poblados, de acuerdo a las evidencias toponímicas. Es probable que se haya asentado la mayor población prehispánica del actual territorio merideño. Dicha situación no respondió sólo a la sobreproducción y a los intercambios; sin duda, la gran vía natural del valle longitudinal del Chama fue fundamental, gracias a la relativa facilidad de desplazamiento. En este sentido, los intercambios 145 Estudios Ecológicos en los Paramos Andinos. Mérida: Ediciones de la Universidad de Los Andes. (1980). p. 172. 146 Aurelio Vila no hace referencia a especies animales, pero es probable que también fueran objeto de intercambio. 147 Ob. Cit. p.5. 148 Aspectos geográficos del Estado Mérida... p. 211. 94 debieron ser continuos, y es probable que los indígenas hayan recorrido grandes distancias por caminos de tierra o piedra natural, o utilizando la figura del intermediario, que parece ser lo más lógico.149 Por otro lado, el valle del Chama, en el que se asentó probablemente la mayor población prehispánica del actual territorio merideño, se conecta con diversos valles transversales y otros valles longitudinales, los cuales permitían la comunicación natural de los indígenas del Chama con otras regiones venezolanas. En cuanto al valle alto del Chama, tenía comunicación con los valles medio y bajo, con las áreas de piedemonte, con el río Motatán, y con el río Santo Domingo; las confluencias de estas rutas determinaron el surgimiento de importantes centros poblados geoestratégicos, los cuales tenían dos características definitorias: a) ubicación en encrucijadas, donde se conectaban diversas vías naturales; y b) además de una importante concentración de población, debieron ser importantes centros para la distribución comercial, cuya área de influencia común era la cuenca alta del Chama. De acuerdo a lo reseñado por cronistas y autores contemporáneos, como Fray Pedro de Aguado150, y Jacqueline Clarac de Briceño,151 podemos inferir en cuanto a la presencia de dos centros poblados prehispánicos de importancia en la cuenca alta del Chama: Mucuchíes y los asentamientos Tatuy, en la meseta de Mérida y sus alrededores, a los que 149 Esto parece ser cierto, sí tomamos en cuenta las dificultades que pudieron experimentar los indígenas que recorrían regiones con características geofísicas diferentes a las de sus asentamientos, lo cual está reseñado en los informes de los visitadores coloniales respecto a los abusos cometidos por los encomenderos. Por el contrario, los intermediarios no necesitaban recorrer grandes distancias, ni soportar elementos climatológicos a los que no estaban acostumbrados. En todo caso, los recorridos pedestres superiores a los 50Kms. (más aún si llevaban carga), difícilmente podían ser realizados por un mismo individuo o grupo. 150 Ob. Cit. Tomo II, pp.235-245. 151 La persistencia de Los Dioses. Etnografía cronológica de Los andes venezolanos. Mérida: Talleres Gráficos Universitarios. (1985). pp.45-55. 95 podemos agregarle el actual poblado de Apartaderos, donde confluyen diversas rutas longitudinales y transversales. Por supuesto, es probable que no hayan sido unidades poblacionales homogéneas, como la mayoría de poblados prehispánicos andinos, sino una serie de aldeas o grupos de viviendas más o menos dispersas. En todo caso, los grupos prehispánicos asentados en la meseta de Tatuy o zonas cercanas,152 y en los alrededores de Mucuchíes, representaban una importante población, con facilidad para movilizarse a través del valle del Chama, y hacia otros territorios. En este sentido, los pobladores de dichos lugares intercambiaban entre ellos, o con otros grupos asentados en el valle del Chama. Por lo tanto, podemos referirnos a una interesante relación establecida entre importantes centros poblados, una gran vía natural de comunicación, e intercambios de notable magnitud. Sin embargo, la gran ruta longitudinal, aun cuando era la más importante, no era la única que podían recorrer los pobladores de la cuenca alta del Chama en sus intercambios a través de los distintos pisos térmicos del valle de dicho río. En consecuencia, es probable que algunos grupos prehispánicos hayan recorrido caminos longitudinales y transversales para recortar distancias y enlazarse de forma más rápida con vías de recorrido hacia regiones como los piedemontes. Algunos de dichos caminos pudieron estar ubicados en La Culata, a través de cuyos valles transversales y longitudinales, los indígenas de zonas como el valle del Mucujún, podían comunicarse de forma más rápida con poblaciones como Mucurubá y Mucuchíes, que recorriendo el valle longitudinal del Chama. 152 La zona del valle del Mucujún debió concentrar una importante población prehispánica, lo cual se fundamenta en los siguientes aspectos: evidencias arqueológicas, fertilidad del suelo, amplitud del valle, riqueza hídrica, y los relatos de exploradores coloniales. 96 En términos generales, las probables opciones comunicacionales entre poblados prehispánicos del valle alto del Chama, tomando como punto de referencia a Mucuchíes, eran las siguientes: a) comunicación con otros grupos asentados en el valle alto; b) comunicación con poblaciones del valle del río Motatán o del río Santo Domingo, los cuales se conectan con el valle del Chama en el nudo del páramo de Mucuchíes, a través del valle longitudinal; c) comunicación con La Culata a través del valle del río Mucujún. Basándonos en las ventajas del medio físico característico del valle longitudinal del Chama, podemos asegurar que dicho valle ha sido fundamental no sólo para el poblamiento de los Andes merideños, sino para la histórica movilización humana entre sus diferentes pisos térmicos, comparable, quizás, con los intercambios establecidos entre los grupos prehispánicos asentados en la Sierra Nevada de Santa Marta. Los pobladores de la cuenca alta del Chama también intercambiaban con grupos asentados en el piedemonte andino-llanero, debido a las mismas necesidades que impulsaron las relaciones entre pobladores de los diversos pisos térmicos del valle del Chama. Por lo tanto, sólo nos referiremos brevemente a algunos elementos concernientes al piedemonte, a evidencias que demuestran tales intercambios, y a la vialidad correspondiente. En primer lugar, es conveniente definir, en términos generales, lo que representa el término piedemonte. En este sentido, podemos señalar que el piedemonte es un área del relieve que constituye una especie de transición entre las montañas andinas y las tierras bajas, con límites altitudinales que oscilan entre los 200 y 800 metros sobre el nivel del mar. Según Leonel Vivas, se caracteriza por estar "formado de colinas con diferentes dimensiones y formas, constituidas esencialmente por rocas sedimentarias (...), los piedemontes también están conformados por altas terrazas y conos 97 aluviales, dispuestos de manera destacada sobre los lechos actuales de los ríos que disectan esos depósitos."153 A diferencia del piedemonte andino-lacustre, la faja andina llanera no presenta declives tan pronunciados, porque los ríos que descienden de la vertiente meridional de la Sierra Nevada recorren grandes distancias hacia su desembocadura.154 Este factor es importante para comprender la relativa riqueza del suelo y la concentración de la población en esta región,155 la cual, si bien no fue abundante, se manifestó en las escasas áreas planas que ofrecían terrenos poco inclinados, como las terrazas y conos aluviales ya mencionados. El piedemonte barinés no presenta avenamiento156 de las aguas (al menos en alturas superiores a los 250 metros sobre el nivel del mar), su clima es tropical, el régimen pluvial es elevado (seis meses de lluvia y seis meses de sequía), y es evidente la presencia de abundante vegetación boscosa. Estos factores son propicios para la abundancia de fauna y desarrollo agrícola, lo cual es importante para explicar los procesos de intercambio entre grupos prehispánicos asentados en el piedemonte y otras regiones, como la cuenca alta del Chama. Entre las plantas producidas en suelo piemontino se encontraban el tabaco, el cacao, y el algodón; mientras que algunas de las especies animales eran el conejo, la tortuga llanera, el venado, y caracoles de río.157 153 Ob. Cit. pp. 65-66. Por el contrario, los ríos que atraviesan el piedemonte andino-lacustre, recorren cortas distancias hasta el Lago de Maracaibo. 155 Al contrario de las tierras bajas llaneras, donde los grupos prehispánicos eran generalmente trashumantes, siendo cazadores y recolectores. 156 Dar salida a las aguas muertas o a la excesiva humedad de los terrenos, por medio de zanjas o cañerías. Por lo tanto, el piedemonte barinés está casi libre de tierras anegadizas o pantanosas. 157 Los peces no eran abundantes en esta región, al contrario de las zonas llaneras. 154 98 Entre los pobladores asentados en el piedemonte barinés, se encontraban algunos considerados por Tulio Febres Cordero,158 como los barinas, los bumbunes, los caquetíos, y los ticoporos, ubicados aproximadamente entre la actual población de Barinas y las cercanías de la localidad de Socopó. Éstos comerciaban con pobladores de la cuenca alta del Chama, lo cual se evidencia no sólo por la complementación alimentaria, sino gracias a estudios arqueológicos y una importante ubicación geoestratégica de los indígenas. En este orden de ideas, señalaremos dos ejemplos que tipifican los intercambios entre ambas regiones. En primer lugar, el uso del tabaco entre los pobladores andinos merideños, como lo asegura la investigadora Nelly Velásquez: “(...) la diversidad de uso que tenía el tabaco entre la población autóctona de la región explica su importancia como dinamizador del comercio entre los pisos. Las hojas de tabaco eran utilizadas por los naturales en los sahumerios, y además las fumaban encendiendo los rollos en las hojas durante las ceremonias religiosas”.159 Por otra parte, hay evidencias de consumo de tortugas llaneras entre los pobladores de la cuenca alta del Chama, como señalan Lino Meneses y Gladys Gordones, quienes también se refieren a la procedencia de materiales para la manufactura de los objetos mágico-religiosos conocidos como placas aladas: “Con los llanos de Barinas, habría que resaltar la existencia de placas aladas en los yacimientos de Curbatí 158 Procedencia y Lengua... p. 13. Velázquez, Nelly. Población Indígena y Economía, Mérida siglo XVI y XVII. Mérida: ULA,(1995). p. 59. 159 99 y el Gaván, (...) y la presencia de restos de tortugas llaneras en los yacimientos de Mocao Alto, Mucuchíes (...). Como lo apuntamos en líneas anteriores, cabe destacar que, hasta los momentos, los talleres de placa alada han sido reportados solamente para la cuenca alta del río Chama en los sitios de Mocao y Escaguey (...)”.160 En cuanto a la vialidad comercial, debemos recalcar la presencia de las importantes concentraciones de población en el valle alto del Chama. En este caso, es muy probable que partieran importantes rutas de Mucuchíes y lo que es actualmente Apartaderos, mientras que los indígenas de la ciudad de Mérida y áreas circundantes no contaban con una ruta eficiente hacia el piedemonte llanero161. Es probable que los grupos asentados en las actuales poblaciones de Mérida, Tabay, Cacute, entre otras, se hayan dirigido a través del valle longitudinal del Chama hasta Mucuchíes, donde empalmaban hacia el piedemonte. De acuerdo a nuestro recorrido por ciertos caminos transversales que parten de Mucuchíes (Agosto de 2003), según evidencias arqueológicas, y a la ubicación de poblaciones piemontinas actuales exactamente en las desembocaduras de los corredores fluviales naturales, es probable que los grupos prehispánicos hayan recorrido dos caminos importantes, como lo evidencian Gordones y Meneses: “(...) el yacimiento de Mocao Alto en Mucuchíes está ubicado directamente encima del nacimiento del río de Canaguá que drena su torrente en los terrenos del complejo Cubartí y el 160 Art. Cit. p.80. A excepción de la actual población de Tabay. Según Meneses y Gordones, parte una ruta que comunica a esta población con Ciudad Bolivia, en Barinas. Dicha ruta se conecta con una ruta que parte desde Mucuchíes en un caserío conocido como Los Arangures. 161 100 Gaván, a los cuales se les puede llegar por medio de un corredor natural que se abre desde Mocao pasando por Micarache y El Carrizal. Estos últimos sitios están relacionados además por medio de fechas radiocarbónicas que oscilan entre 830 y 1500 D.C. (...). También habría que tomar en cuenta, como ruta de intercambio comercial con los llanos de Barinas a Los Arangures, cuyas características geográficas permiten también el acceso a los llanos por medio de un corredor natural”.162 (Ver mapa en ubicación geográfica). Sin embargo, creemos que la primera ruta mencionada debió ser más factible, debido al recorrido por sitios arqueológicos que datan del período prehispánico, además de las características toponímicas; mientras que el otro camino, que pasa por Los Arangures y arriba a las proximidades de Pedraza (actual Ciudad Bolivia), pudo haber sido transitado efectivamente durante el período colonial. En estas rutas transversales, además, pudieron haberse desarrollado diversos centros poblados durante el periodo prehispánico, como los grupos que pudieron haberse establecido en el valle donde se asienta la actual población de Gavidia, ubicada en la encrucijada donde convergen las rutas que comunican a Mucuchíes con el piedemonte andino-llanero. En este caso, la ubicación geoestratégica del poblado debió ser fundamental para el asentamiento de indígenas que serían encomendados en el periodo colonial por europeos de apellido Gavidia, y no la poca fertilidad de los suelos de un lugar típicamente paramero, a una altitud superior a los 3.300 metros sobre el nivel del mar; es decir, la confluencia de diversas rutas naturales en torno a Gavidia, pudo haber compensado la escasez agrícola y animal mediante la 162 Art. Cit. p. 80. 101 complementación alimentaria derivada de los intercambios. Este asentamiento es un ejemplo de la importancia de la interconexión de espacios de recorrido comerciales. El actual poblado de Apartaderos también es otra importante encrucijada, y aunque no disponemos de una información precisa sobre los grupos prehispánicos que allí habitaban, es muy probable que hayan tenido contactos con pobladores de diversas regiones andinas y extra-andinas. Como no contamos con alguna evidencia creíble, no nos atrevemos a señalar alguna ruta de contacto con los pobladores del piedemonte andinollanero. Sabemos que hay una comunicación natural a través del corredor del río Santo Domingo, pero hemos considerado referiremos a dicho corredor en el período colonial, llamado por muchos como el Camino de los Callejones. Basándonos en las ventajas comunicacionales, y a pesar de las duras condiciones topográficas y climáticas podemos señalar que los contactos entre los pobladores de la cuenca alta del Chama y el piedemonte andinollanero, debieron haber sido continuos, y hasta vitales, en comparación con los que pudieron haberse establecido entre los pobladores de este piedemonte y aquellos de las zonas llaneras (generalmente trashumantes), las cuales, además, debieron haber sido casi en su totalidad fluviales, ante el espesor de los bosques selváticos y la inundación de la llanura durante el período de lluvias. En consecuencia, podemos indicar la presencia de un sistema vial condicionó que a pesar de las abruptas condiciones topográficas, la conexión natural entre los altos Andes merideños y el piedemonte barinés, generando una estrecha relación en diversos ámbitos. Los antiguos pobladores del valle alto del Chama también intercambiaban diversos productos con los habitantes del sur del Lago, lo 102 cual se evidencia a través de las fuentes arqueológicas y documentos coloniales; sin embargo, a diferencia del piedemonte andino-llanero, la transición entre las montañas andinas y las tierras bajas lacustres, incluyendo las riberas, han presentado condiciones geohistóricas adversas para una importante concentración de la población. Entre dichas condiciones tenemos: pronunciados declives, debido al corto recorrido de los ríos que descienden por la vertiente septentrional de la sierra La Culata; escasez de suelos aptos para la agricultura; formación de ciénagas en las riberas lacustres; entre otras. En términos generales, las áreas planas o conos de deyección fluviales son más estrechos que en el piedemonte barinés, aunque vitales para el escaso asentamiento de la población y la siembra de algunos productos agrícolas; mientras que por otro lado, las riberas lacustres con su dominio selvático y cenagoso, obligaban a sus pobladores a depender de especies animales acuáticas y al consumo de minerales como la sal, y en algunos casos vivían en viviendas ubicadas en el agua. En realidad, tanto el piedemonte andino-lacustre como el sur del Lago de Maracaibo, fueron regiones prácticamente inhóspitas hasta el siglo XX, cuando gracias a grandes carreteras, y a la explotación ganadera y petrolera, hubo gran auge en la concentración de población y proliferación de centros poblados. En consecuencia, es probable que se haya dado poca concentración de población prehispánica en el piedemonte septentrional y en el sur del Lago, y los pocos grupos mencionados por diversos investigadores, como Tulio Febres Cordero,163 se asentaron en cotas altitudinales superiores a los 800 metros, o en las diferentes costas lacustres. En este caso, nos referiremos a los pobladores ribereños, como los bobures, los tucaníes, y los 163 Décadas de la Historia de Mérida En Obras Completas. Bogotá: Ediciones Conmemorativa, (1960), vol.I. p.49. 103 quiriquires, basándonos en el consumo de algunos productos lacustres como la sal y algunos tipos de pescado por los pobladores de las tierras altos andinas merideñas. Febres Cordero detalla algunos aspectos sobre el tráfico de la sal y el pescado: “(...) los Bobures compraban a los de la laguna el pescado, y decían que el oro lo llevaban de las Sierras; y se sabe asimismo que las tribus ribereñas del Chama, hacia la parte llana, cambiaban maíz y otros frutos por la sal que importaban de la laguna”. 164 La investigadora Nelly Velázquez también se refiere al tráfico de la sal, e incluso señala la principal ruta de intercambio, a su juicio: “El tráfico de la sal debió suponer un comercio muy activo entre las poblaciones que habitaban pisos diferentes. La vía seguida por posiblemente la sal fue la durante misma el período que siguió prehispánico este recurso posteriormente, durante el periodo colonial. Que no fue otro que el camino real que comunica a Mérida con Gibraltar y en la que estaban entrelazados Tucaní, Torondoy, el Pueblo de la Sal (Piñango), Mucuchíes, Mucurubá y Tabay”.165 Es conveniente hacer una pequeña observación al comentario de Velázquez. Probablemente esta ruta era importante para el intercambio de sal por diversos productos de la cuenca alta del Chama; sin embargo, no pudo haber sido la única, si nos remitimos al factor distancia, el cual determina que habrían recorrido distancias más largas los grupos asentados por debajo de la altura de Mucuchíes en el valle longitudinal. En este caso, los indígenas habrían recorrido trayectos más largos a través de gran parte del valle longitudinal del Chama, que a través de vías longitudinales y 164 165 Ibídem. p.57. Estrategias productivas en la población prehispánica... pp.57-58. 104 transversales que conectan directamente poblaciones como Mucuchíes y Mérida con Gibraltar o Tucaní. Además, Mucuchíes no se comunica directamente con Piñango, sino a través de una ruta transversal que parte del nudo de Apartaderos. A pesar de la limitación en este sentido de Velázquez, su señalamiento es importante para indicar que más bien deberíamos referirnos a las rutas de la sal, las cuales, por cierto, estaban conectadas entre sí, de acuerdo a evidencias geofísicas. El tráfico de la sal durante el periodo prehispánico, debió haber sido muy importante, a juzgar por las informaciones de cronistas y autores contemporáneos, como Luis Bastidas, respecto al “pueblo de la sal”, posteriormente conocido como Piñango: “(...) fue conocida esta población por los españoles, debido a que, al llegar Maldonado, sus habitantes le trajeron como presente varias cargas de sal”.166 De acuerdo a la abundancia de cloruro de sodio que encontraron los conquistadores en el "pueblo de la sal"167, es probable que se tratara de un centro poblado geoestratégico, con una importante concentración de población, y cumpliendo el papel de distribuidor o “intermediario” comercial, gracias a su ubicación como encrucijada, donde confluyen rutas que conectan no sólo al valle alto del Chama con el sur del Lago, sino a una serie de poblaciones intermedias, como el caso de Torondoy. En términos generales, tres eran las principales rutas comerciales que conectaban el valle alto del Chama y el sur del Lago, y que incluso podían conectar al piedemonte barinés, gracias al punto de enlace que representaba 166 El encuentro. Itinerario de la conquista española... p. 302. Hay que tener siempre en consideración que dificilmente se producía sal en este centro poblado. En este caso, es lógico pensar que la sal era trasladada desde algunas costas del Lago de Maracaibo. 167 105 el gran valle longitudinal168: a) Mérida-La Culata-Tucaní, reseñado por Claudine Kauman (ver mapa 6), a través del valle longitudinal del río Mucujún y el valle transversal del río Tucaní; b) Mucuchíes-Torondoy-sur del Lago, a través del valle transversal del río Torondoy; y c) Apartaderos-Piñango-sur del Lago, a través del río Chirurí, y conectada con la segunda ruta en el poblado de Torondoy. Como conclusión a la vinculación económica de las rutas prehispánicas en la cuenca alta del Chama, podemos señalar que había un sistema vial natural, representado fundamentalmente por rutas longitudinales y transversales, que aunque no pueda compararse con sistemas como el del imperio Inca, sin duda relacionó a los altos Andes merideños entre sí, y con diversas regiones circundantes. A partir del mismo periodo prehispánico, dichas regiones se irían transformando en áreas de influencia merideña, lo cual se consolidò en el periodo colonial, de manera ampliada (gran parte de los Llanos barineses, contanto siempre con la ventaja de las vias de comunicaciòn determinadas por elementos orogràficos e hidrogràficos. 168 Al menos durante el periodo prehispánico, estas rutas no parecen haber sido muy transitadas, si tomamos en cuenta las condiciones geofísicas del piedemonte andinolacustre y el sur del Lago, así como la escasa concentración de población en los espacios de recorrido de la Sierra La Culata. 106 2.5 Ubicación geográfica de los principales caminos En este punto intentaremos describir el recorrido de las principales rutas prespánicas de la cuenca alta del Chama. Fundamentalmente realizaremos un análisis a partir de fuentes gráficas, como mapas, en los que indicaremos en forma aproximada el trazado de los caminos. Sin duda, emprenderemos una labor complicada, en el sentido de que no contamos con datos del periodo prehispánico sobre el recorrido de los principales caminos. Sin embargo, gracias al apoyo de estudios actuales basados en la Arqueología, la Toponimia, la Geografìa, entre otras deisciplinas, y al análisis de fuentes coloniales que señalan algunos elementos de la vialidad, podemos tener una visión más clara sobre los espacios de recorrido prehispánicos. No profundizaremos en los elementos que determinaron la importancia de tal o cual camino, los cuales ya fueron suficientemente reseñados, sino que intentaremos describir con la mayor exactitud las posibles rutas recorridas por los pobladores prehispánicos. En este sentido, solo mencionaremos dichos elementos, los cuales nos permitirán abordar con cierta facilidad la compleja labor de indicar la ubicación geográfica de las principales vías de comunicación: a) La adaptación de los indígenas al medio fìsico, o en otras palabras, la ventaja que éstos sacaron de las vías naturales; b) la presencia de importantes núcleos de población en la cuenca alta del Chama; y c) los diversos intercambios comerciales de los pobladores altoandinos. A continuación señalaremos las principales rutas de la cuenca alta del rìo Chama, valiéndonos de un mapa reseñado por Claudine Kauman, y nuestro mapa base, perteneciente a la Corporación Merideña de Turismo. 107 Es conveniente resaltar que eran las rutas de recorrido prehispánico más probables, y necesariamente no eran definitivas. Mapa Nª 6 Probables rutas de recorrido prehispànico en la Sierra La Culata Fuente: Kauman. Claudine. Art. Cit. p.132. 108 Mapa N° 7 Posible ubicación geográfica de las principales rutas prehispánicas en la cuenca alta del Chama. LEYENDA A través del valle longitudinal del Chama Comunicación con el piedemonte andino-Llanero Comunicación con el piedemonte andino –lacuste y el sur del Lago Modificado Por: María del M. Santos P. y Rubén A. Hernández A. Fuente: Corpoturismo. Mapa del Estado Mérida. Caracas: Grupo Editor Interarte (s/f). 109 CAPITULO III LAS ANTIGUAS VIAS DE COMUNICACIÓN Y LA PENETRACIÓN ESPAÑOLA. LOS CAMINOS COLONIALES O LA RECONSTRUCCIÓN Y AMPLIACIÓN DE LAS RUTAS EXISTENTES Estudiaremos las vías de comunicación que recorrieron los conquistadores al ingresar a tierras andinas, y la manera como éstas fueron adaptadas a los intereses coloniales, de acuerdo a las Ordenanzas de Poblamiento. En esta fase de la investigación nos basaremos fundamentalmente en los relatos de funcionarios administrativos, viajeros, comerciantes, cronistas, y algunos autores contemporáneos, los cuales nos ayudarán a reconstruir los recorridos de la red comunicacional que se desarrolló en este período. En primer lugar, haremos una breve síntesis sobre los principales factores que impulsaron la conquista de las Sierras Nevadas,169 y las dos rutas de penetración (El Tocuyo y Pamplona) que utilizaron para incursionar en la Cordillera de Mérida. En segundo lugar, señalaremos algunas características de los caminos coloniales,170 producto en gran parte de las transformaciones de los caminos ya existentes antes de la llegada europea a la cuenca alta del río Chama. Luego analizaremos diversos elementos del poblamiento colonial relacionados íntimamente con la vialidad: organización del espacio, circuitos económicos, sitios de alojamiento, entre otros. 169 División político-administrativa conocida como provincia de Sierras Nevadas, dependiente del Nuevo Reino de Granada, entre 1558 y 1607, cuando fue elevada a Corregimiento. Comprendía gran parte del actual Estado Mérida. Según cronistas coloniales como Fray Pedro Aguado y Fray Pedro Simón, los exploradores europeos del occidente venezolano debieron haber sentido una gran impresión ante las enormes montañas, algunas cubiertas de nieve, lo cual probablemente influyó en el nombramiento de Sierras Nevadas. 170 Consideraremos la introducción por los colonizadores de animales de carga, como la mula, lo cual facilitó el traslado de los productos desde los principales centros de producción hasta los centros de distribución y de consumo. 110 Finalmente, consideraremos un elemento especial: la vinculación de la vialidad con la problemática geopolítica en la Provincia de Mérida y territorios circundantes o áreas de influencia. 3.1 La necesidad de conquistar las “Sierras Nevadas” Nos referiremos a los factores que impulsaron a los españoles a penetrar en los Andes venezolanos, describiendo los primeros intentos de los exploradores delegados por la Provincia de Venezuela y el Nuevo Reino de Granada171 para conquistar las Sierras Nevadas.172 Así mismo, reseñaremos algunos recorridos, y sus consecuentes ventajas y dificultades. Estas exploraciones permitieron posteriormente la penetración en regiones específicas, como la cuenca alta del río Chama, para luego proceder a su conquista y colonización definitiva. Para mediados del siglo XVI la Corona española tenía un conocimiento vago de la región andina venezolana, la cual aún no había sido explorada173, tal como afirma la autora Magaly Burguera: “(...) tanto en el Norte de la Provincia de Venezuela, como en el Sur, los del Nuevo Reino de Granada intentan inspeccionarla y anexarla a sus respectivas jurisdicciones"174. Una vez instalados los Welseres en la Provincia de Venezuela, les corresponderá el descubrimiento desde el cabo de Maracapana hasta el cabo de La Vela. Así, durante el periodo de mandato de 171 En realidad, los primeros intentos se dieron desde la Provincia de Venezuela, estableciendo el precedente para los pobladores neogranadinos. 172 Cuando mencionemos el término en este punto, nos estaremos refiriendo a los Andes venezolanos en general. 173 Es posible que los conquistadores imaginaran una Cordillera merideña parecida a algunas zonas montañosas europeas, de otras regiones americanas, o del norte venezolano. En todo caso, el conocimiento superficial que pudieron haber tenido los conquistadores, debió ser producto de las noticias surgidas luego de algunas exploraciones por el occidente venezolano en las primeras dos o tres décadas del siglo XVI. 174 Ob. Cit. p. 62. 111 los gobernadores Welseres, apareció el famoso mito de El Dorado, que consistía en la supuesta presencia de fabulosas ciudades y tierras ricas en oro. En realidad, este mito fue inventado por los mismos indígenas para alejar a los europeos de sus tierras, tal vez como lo señala Rosales María: “(...) para tratar de evadir el peso de persecución o el regularizado por Real Cedula del 14 de agosto de 1509”. esclavisamiento 175 La idea de El Dorado se extendió por todas partes, como lo señala el Hermano Nectario María; “(...) situabanlo unos en la región oriental de la Guayana con el nombre de El Dorado de la Paraima; otros a doscientas setenta leguas hacia el poniente, cerca de la falda oriental de los Andes”. 176 Entre las probables regiones en las que pudo ubicarse El Dorado, los Andes venezolanos debieron haber sido muy importantes, en virtud de la fascinación y el temor que seguramente ocasionaba una gran cadena montañosa que pudo parecer inaccesible y llena de misterios. Por lo tanto, entre los motivos que impulsaron a los conquistadores a intentar inspeccionar los Andes occidentales venezolanos y orientales colombianos, estaba la ambición por encontrar en estas regiones el oro que necesitaban para mantener el sistema económico mercantilista, el cual consistía en la acumulación de metales preciosos. Las primeras exploraciones que se llevaron a cabo para ir en búsqueda de El Dorado, fueron de Ambrosio Alfínger, Jorge Spira y Nicolás Federman,177 quienes fueron comisionados por las autoridades de la Provincia de Venezuela, partiendo de Coro, su capital. En realidad, no eran claros sus objetivos respecto al ingreso en los Andes venezolanos, sino que 175 Los Andes en la Historia de Colombia. Táchira: Imprenta oficial del Estado Táchira, (s.f), p.17. 176 Historia de Venezuela. Caracas: Fundación La Salle de Ciencias Naturales. (1980). p. 42. 177 Según Tulio Febres Cordero, los exploradores Alonso de Ojeda y Américo Vespucio fueron los primeros en pisar tierras merideñas por la costa sur del Lago de Maracaibo. Sin embargo, difícilmente habrían tenido la intención de ingresar a la Cordillera. 112 básicamente se desplazarían por diversas zonas del occidente venezolano y parte del actual territorio colombiano. Sin embargo, estas expediciones constituirían un factor de avanzada para los futuros intentos de penetración en la Cordillera merideña. Alfínger salió en 1531 desde Coro con rumbo a Maracaibo, al noroeste del actual territorio venezolano. En un primer intento, arribó al noreste del actual territorio colombiano, desplazándose luego por las riberas del río Magdalena, pero cometiendo un importante error, porque estas tierras son cenagosas, en vista de lo cual se vio obligado a regresar a Coro para reintentar la incursión en el centro-oriente colombiano.178 Por segunda vez, Alfínger decidió seguir el mismo rumbo hasta el noroeste venezolano, para luego bordear la Sierra de Perijá, la Serranía de los Motilones, y finalmente la cordillera oriental colombiana, siempre al oeste del Lago de Maracaibo. Es probable que parte de su recorrido haya sido fluvial, a través de ríos como el Limón, el Algodonal, o el Zulia. Finalmente arribó a una población cercana al valle de Cúcuta conocida como Chinácota, pero su muerte le impidió lograr uno de sus posibles objetivos, como era recorrer la Cordillera en sentido noreste, hasta los Andes venezolanos. Según la geógrafa Ileana Parra, esta expedición de Alfínger traería importantes consecuencias, fundamentalmente respecto al conocimiento geográfico de la región por las autoridades del Virreinato de Nueva Granada, lo cual sería de suma utilidad para futuras exploraciones. Parra indica lo siguiente: “La expedición de Alfínger exploró la vertiente oeste de la cuenca lacustre y sentó el precedente de una salida fluvial desde Pamplona y los valles de Cúcuta hacia el Lago”.179 A la vez que Alfínger realizaba la expedición ya mencionada, mandó a varios hombres a bordear la costa oriental del Lago de Maracaibo, llegando 178 Esta región corresponde más o menos a los actuales Departamentos de Santander, donde se ubican poblaciones históricas como Cúcuta, Pamplona, y Chinácota. 179 Ob.Cit. p. 16. 113 hasta la costa sur (lo que se conoce en la actualidad como Sur del Lago). Supuestamente, llegaron hasta la parte baja del río Chama, para lo cual tendrían que haber atravesado toda la zona cenagosa del sur lacustre, o en su defecto, haber navegado en pequeñas canoas. Ciertamente, las riberas lacustres estaban habitadas por pobladores indígenas antes de la llegada de los conquistadores, pero dependían fundamentalmente del medio acuático, por las dificultades que les imponía el medio físico. De cualquier manera, esta expedición de los hombres de Alfínger debió ser importante por dos aspectos: a) conocimiento de las riquezas lacustres; y b) conocimiento geográfico, en cuanto a la navegabilidad de ciertos ríos. Como la Cordillera del Norte o Sierra La Culata bordea el Sur del Lago, los exploradores debieron divisarla, y en consecuencia, tuvieron cierta idea acerca de posibles comunicaciones intramontanas. Jorge Spira salió en 1534 con sus tenientes Francisco Velasco y Nicolás de Palencia, y según Tulio Febres Cordero, “fueron (...) los primeros que, por los lados de Barinas, pisaron las faldas de las Sierras Nevadas”.180 Spira y sus hombres se desplazaron hacia la población del Tocuyo, y de allí se conectaron con los Llanos occidentales venezolanos. En realidad recorrieron el piedemonte llanero, bordeando siempre la Cordillera merideña, lo cual le facilitó, la observación de las Sierras Nevadas, y la presencia de ciertos ríos transversales que descendían de los Andes, y cuyas abras podían resultar en rutas naturales de comunicación. Así lo constataron, estando en territorios barineses, cuando Spira envió a su teniente Francisco Velasco para que siguiera el camino hacia la Sierra, recorrido del cual Baralt señala: “Entrase seguidamente en la serranía por caminos asperísimos, con mil dificultades y trabajos, y al cabo de dos meses de continuadas fatigas hubo de penetrar a la Cordillera“.181 180 Décadas de la Historia... p.71. Historia de Venezuela. Maracaibo: Editores Hnos. Belloso Rossell. Tomo I, p. 260. 181 (1914) 114 Llegando Velasco a la falda de la serranía, envía a Nicolás de Palencia para que subiese a la cima de la montaña. Según Tulio Febres Cordero, encontró “ (...) mil quinientas fanegas de maíz, que encontró ocultas en un bohío cerca de un poblado indígena”.182 Es probable que estas tierras hayan estado ubicadas donde actualmente se sitúan Las Piedras y Santo Domingo, en la vía de Mérida a Barinas, ruta que fueron incapaces de seguir recorriendo, no por las dificultades (que obviamente eran importantes) del camino, sino debido al cansancio y a las bajas de algunos soldados, después de haber recorrido grandes distancias desde Coro. Por lo tanto, Espira y sus tropas decidieron seguir su marcha con rumbo hacia los Llanos apureños y colombianos, llegando hasta las cuencas de los ríos Meta y Guaviare, y probablemente navegaron estos mismos ríos. Finalmente, Spira no pudo remontar la cordillera oriental colombiana, a pesar de que los ríos navegados nacían en dicha unidad orográfica. Casi a la par de Jorge Spira, Federman también salió en busca de El Dorado, y lo intentó por diferentes rutas. Sin embargo, no fue su primera misión, ya que había sido delegado para explorar por el noreste del actual territorio venezolano. Posteriormente, Federman decide desplazarse por el piedemonte meridional andino y por los Llanos venezolanos, a través de rutas parecidas a las recorridas por Spira. Al parecer Federman ni siquiera remontó parte de la cordillera merideña por algún valle transversal, como lo hiciera su predecesor, sino que exploró el occidente venezolano por la falda de la cordillera andina, recorriendo los llanos, y arribando a Bogotá, sin poder recorrer los Andes venezolanos. En este sentido, es probable que el recorrido haya sido realizado a través de los Llanos venezolanos y colombianos, primero por rutas fluviales, para luego remontar la cordillera colombiana a través de rutas terrestres. Por lo tanto, en vez de atravesar la Cordillera de Mérida a través de valles longitudinales, y conectar con el nudo 182 Décadas de la Historia de Mérida... p. 70. 115 orográfico de Pamplona, Federman y sus hombres se desplazaron por rutas terrestres y fluviales en los Llanos venezolanos y colombianos, gracias a lo cual se ahorrarían grandes esfuerzos. A pesar de que no consiguieron ingresar a las Sierras Nevadas en pleno, las expediciones de Federman y Spira fueron importantes, porque contribuyeron a establecer una primera aproximación en el conocimiento de algunos elementos físicos y humanos en la Cordillera merideña. Lo anterior es resumido por Luis Bastidas de la siguiente manera: “(...) trae como consecuencia que tanto en Venezuela como en el nuevo Reino de Granada se organizaran intentos por conquistar definitivamente las sierras nevadas”.183 Adicionalmente, estos recorridos por los Llanos venezolanos, el piedemonte andino-llanero, y las planicies colombianas, han debido ser fundamentales en los siguientes aspectos: a) el posterior tráfico comercial entre la Provincia de Venezuela establecimiento de y el Nuevo Reino de Granada; y b) el comunicaciones entre los Llanos y los Andes venezolanos. En 1547, el gobernador de El Tocuyo, Juan Pérez de Tolosa, organizó una expedición hacia las Sierras Nevadas, la cual estaría a cargo de su hermano Alonso Pérez de Tolosa. Uno de los motivos que impulsaron al Gobernador de El Tocuyo a realizar esta expedición, era que muchos españoles no disponían de tierras habitables y fértiles, y tenían la esperanza de conseguir suelos ricos en materiales preciosos, o por lo menos aptos para la agricultura. A diferencia de Spira y Federman, Tolosa si tenía el objetivo claro de tratar de ingresar a la Sierra Nevada; sin embargo, fracasó, aunque logró arribar a lo que es en la actualidad San Cristóbal, recorriendo parte del piedemonte andino-llanero, y las llanuras a través del río Apure, e ingresando al extremo suroeste de la Cordillera por los valles de los río Uribante y 183 El encuentro. Itinerario de la conquista... p. 284. 116 Torbes. Según Tulio Febres Cordero, Tolosa nunca se atrevió a remontar la Cordillera: “no se atrevieron a trasmontar la serranía, que ya tenían a la vista, temerosos de su fragosidad, y continuaron la marcha con rumbo Apure (...)”.184 Luego de la exploración de Alonso Pérez de Tolosa, se dieron diversas expediciones en busca de El Dorado, aunque ahora se concentrarían en Los Andes venezolanos, y aun mantendrían la presunción de que existía abundancia de metales preciosos.185 En este sentido, hubo otros intentos para penetrar a los Andes venezolanos, tanto del Nuevo Reino de Granada, como de la Provincia de Venezuela, algunos de los cuales reseñaremos, incluyendo aquellos que pueden considerarse exitosos, como los de Juan Rodríguez Suárez y Juan Maldonado. A grandes rasgos, el ansia en cuanto a la búsqueda de metales preciosos, fue un factor preponderante para los primeros intentos de penetración y exploración de los Andes venezolanos, a lo que podemos agregar la necesidad del Nuevo Reino de Granada por conseguir una salida al Mar Caribe lo más expedita posible, (lo cual será analizado más adelante). Posteriormente, cuando penetran y exploran con éxito la Cordillera merideña, los conquistadores encontrarán tierras fértiles, y una importante concentración de población indígena disponible como mano de obra para el sistema económico colonial, elementos que caracterizarán la definitiva ocupación del espacio andino venezolano a partir del siglo XVI, y cuya importancia en un futuro no muy lejano se reflejará a través del proceso de implantación de toda la estructura colonial. 184 Décadas de la Historia de Mérida... p. 73. Hasta que constataron que no había tal abundancia. Sin embargo, hallaron tierras cultivables e importantes concentraciones de población indígena. 185 117 En el próximo punto detallaremos sobre la penetración en los Andes venezolanos, resaltando el papel de las rutas naturales de recorrido prehispánico en los proyectos de exploración y conquista. Mapa N° 8 Exploraciones en el occidente venezolano Fuente: ATLAS BÁSICO. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana, S.A.1994.p.22. 3.2 La Incursión en la Cordillera a través de dos ejes de poblamiento. Describiremos las primeras incursiones exitosas de los españoles en los Andes venezolanos, partiendo del El Tocuyo en la Provincia de Venezuela, y de Pamplona en el Nuevo Reino de Granada, lo cual facilitará nuestra comprensión acerca de la importancia de la vialidad para los procesos de penetración y de exploración a los Andes merideños, parte de la cual ya era recorrida durante el periodo prehispánico. 118 3.2.1 Penetración desde El Tocuyo El Tocuyo fue uno de los núcleos primarios de población en la Provincia de Venezuela, desde donde se llevaría a cabo la avanzada hacia los Andes trujillanos. Como ya señalamos, se realizaron varios intentos para ingresar en esta región, hasta que el capitán Diego García de Paredes incursionó con éxito, fundando por primera vez la ciudad de Trujillo. Pero García de Paredes ya tenía noticias del territorio trujillano, gracias a la exploración de su predecesor Juan de Villegas, la cual es señalada por Tulio Febres Cordero: “El año de 1549. de orden de Juan de Villegas, hizo la primera entrada a la provincia de los Cuicas, términos que vinieron a ser de Trujillo, el contador del Tocuyo Diego Ruiz Vallejo, con ánimo de descubrir unas minas de oro en el valle de Boconó (...)”.186 A diferencia de sus antecesores, García de Paredes no recorrió los Llanos, sino los valles interiores cordilleranos, o en su defecto las depresiones de Barquisimeto y Carora, siguiendo parte de los cursos de ríos como el Tocuyo, el Monay, y el Motatán, equivalente a menos tiempo en distancias más cortas, si lo comparamos con un posible desplazamiento por el piedemonte andino-llanero y luego por algunos valles transversales. Si seguimos el relato de José Oviedo y Baños187 (quien a su vez tomó información de los cronistas Aguado y Simón), notaremos que García de 186 Décadas de la Historia de Mérida... p.76. Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela. Caracas: Ediciones Ariel S.A. (1967). 187 119 Paredes y sus hombres se desplazaron desde El Tocuyo hasta los Andes trujillanos a través del occidente, y arribaron a una población indígena conocida como Escuque. En este caso, como la actual población de Escuque se ubica cerca del piedemonte andino-lacustre, en las cercanías del río Motatán, es posible que el asentamiento prehispánico haya tenido una ubicación parecida. En consecuencia, García de Paredes y sus hombres pudieron haber bordeado las montañas larenses y trujillanas por el flanco septentrional, desplazándose primero al norte de El Tocuyo, para luego recorrer los valles longitudinales de ríos como el Villegas, el Monay, y el Motatán, hasta arribar a tierras trujillanas, fundando la ciudad de Trujillo, que luego sería mudada dos veces. En resumen, según la apreciación de los cronistas, García de Paredes y sus hombres no intentaron desplazarse a través de los valles intramontanos, y más bien recorrieron una de las dos grandes franjas que bordean la Cordillera merideña, hacia el norte de la misma, tal vez motivados por la necesidad de explorar una región que, a diferencia de los Llanos occidentales, era casi totalmente desconocida para los conquistadores europeos. De cualquier manera, esta expedición no logró llegar al corazón de los Andes trujillanos, pero debió haber sentado un precedente para establecer la posterior comunicación entre parte de los Andes venezolanos y el Lago de Maracaibo. 3.2.2 Penetración desde Pamplona Al igual que la Provincia de Venezuela, el Nuevo Reino de Granada tuvo gran interés en penetrar, explorar, y colonizar los Andes venezolanos. Con este propósito, hubo varios intentos por parte de funcionarios autorizados por el virreinato, hasta que el capitán Juan Rodríguez Suárez consiguió incursionar en tierras merideñas. 120 Sin embargo, las expediciones anteriores a la realizada por Suárez fracasaron notablemente, como señalaremos a continuación, aunque hubo varias exploraciones terrestres y fluviales en las primeras décadas del siglo XVI, algunas de las cuales partieron de Pamplona y permitieron conocer importantes rutas hacia el Lago de Maracaibo. Esta ruta será una de las más importantes para el comercio de Pamplona y áreas circundantes (actual Departamento de Santander), porque le evitó a sus pobladores grandes y dificultosos recorridos terrestres y fluviales hasta el Mar Caribe,188 en el noreste colombiano. Ambrosio Alfínger fue uno de los primeros en tratar de explorar toda la ruta de Pamplona al Lago, sentando un precedente muy importante para el futuro del Nuevo Reino de Granada, y posteriormente para la jurisdicción venezolana. Luego, otras expediciones dieron a conocer totalmente la ruta, que constaba de dos grandes tramos hasta el Lago de Maracaibo: uno terrestre, entre Pamplona o zonas circundantes y la confluencia de los ríos Zulia, y Pamplonita, conocida actualmente como Puerto Villamizar. De este lugar se navegaba hasta el río Catatumbo, y de aquí hasta el Lago. Sin embargo, la ruta presentó dos problemas fundamentales: a) la resistencia indígena, dificultando incluso las labores de navegación; y b) durante el período de verano descendía mucho el nivel de las aguas, impidiendo el paso de naves de gran envergadura. Como el tránsito comercial por el Lago de Maracaibo adquiría cada vez mayor importancia para el Nuevo Reino de Granada, los factores anteriormente mencionados obligaron a buscar nuevas rutas, para lo cual contaban con territorios al noreste de Pamplona, incluyendo los Andes 188 Obviamente los españoles ya sabían que el Lago de Maracaibo se comunicaba con el Mar Caribe, por el ya mencionado viaje de Alonso de Ojeda. 121 venezolanos. En este sentido, ya contamos con dos elementos de peso para explicar la penetración de exploradores delegados por el Nuevo Reino en nuestros Andes; primero, la búsqueda frenética de El Dorado, y segundo, la ubicación de rutas expeditas hacia el Lago de Maracaibo, para facilitar la comercialización de diversos productos alimenticios y mercancías con puertos caribeños y con la Península Ibérica. De esta manera, se iniciaban los procesos de penetración y exploración de los Andes venezolanos, lo que traería como consecuencia su posterior colonización. El capitán Juan de Maldonado fue el primero que intentó ingresar a los Andes venezolanos, al recorrer en parte la misma ruta que tiempo después seguiría Suárez desde Pamplona; sin embargo, fracasó por no encontrar una vía expedita que le permitiera el acceso a las Sierras Nevadas, a pesar de que a partir de la Depresión del Táchira, diversas vías naturales recorren la Cordillera merideña. Por lo tanto, es probable que Maldonado y sus hombres se hayan impresionado ante una región montañosa desconocida hasta entonces, o que hayan tenido ciertos problemas logísticos, factores que bien pudieron influir en que los exploradores no localizaran las rutas más accesibles. Incluso, el cronista Fray Pedro de Aguado, señala que diferencias de criterio entre los soldados y Maldonado, trajeron como consecuencia el extravío aún antes de atravesar el valle de Cúcuta: “(...) fue a salir a las sabanas y llanos de Cúcuta, tierras que al presente están en el camino y vía de Mérida, donde reconocieron haberse vuelto a entrar en término de Pamplona y haberles salido en vano todo su trabajo, por lo cual comenzaron los soldados a murmurar y y blasfemar del capitán Maldonado (...)”. 189 189 Ob.Cit. Tomo II. p.379. 122 Posteriormente, Andrés de Acevedo intentó hacer el recorrido hasta los Andes venezolanos, pero fracasó completamente, demostrando una gran ignorancia en materia geográfica, tal como señala Aguado en la siguiente cita: “ (...) saliendo por el valle que llaman de los Locos, que por aquella parte son los últimos términos de Pamplona, y atravesando el río que llaman de Bochagua, y en sus nacimientos es llamado Chitagua, y en los llanos Zarare, pasó por algunas poblaciones bien raras y apartadas unas de otras, y fue a dar en una montaña muy espesa y llena de manglares (...)”.190 Acevedo y sus hombres no pudieron atravesar esta zona montañosa semi-selvática, la cual, posiblemente era un área no recorrida por otros exploradores. Por lo tanto, decidieron regresar a Pamplona. Luego de los intentos frustrados de Maldonado y Acevedo, Juan Rodríguez Suárez sale como tercer competidor en busca de ingresar a las “Sierras Nevadas”. Aventajando a los anteriores exploradores, Rodríguez Suárez recorre por “diferente camino y vía que los demás habían seguido”.191 Suárez prosiguió el camino hacia los llanos de Cúcuta, desde donde continuó su recorrido por las vertientes del valle de San Cristóbal, desplazándose por el valle longitudinal del río La Grita, y de allí pasaron al valle del río Mocotíes, llegando a Bailadores, y luego al valle del Chama. En la parte media de este valle fundo por primera vez a Mérida, en un sitio cercano a la laguna de la población prehispánica de Zamú, en la actual Lagunillas. 190 191 Ibídem. pp. 379-380. Ibidem. p. 381. 123 Luego de permanecer un tiempo en esta población, Rodríguez Suárez siguió el curso del valle longitudinal del Chama, hasta llegar al valle alto y contactar con el río Motatán se destacan algunas exploraciones hacia los llamados pueblos del Sur, Cordillera del Norte o Sierra de La Culata. Puede apreciare que Rodríguez Suárez ingresó en los Andes merideños a través de los valles interiores cordilleranos o longitudinales, destacándose su desplazamiento por el valle del río Chama donde consigue una importante concentración de población, una importante vía natural de comunicación, a partir de la cual realiza algunas exploraciones. Es probable que Rodríguez Suárez comprendiera la importancia de esta ruta para la ocupación espacial de parte de los Andes venezolanos, y para diversas actividades coloniales, como el comercio. En consecuencia, las observaciones de Rodríguez Suárez sirvieron para futuras exploraciones, al aportar el conocimiento necesario acerca de un medio físico desconocido para los españoles. La información hasta aquí reseñada es descrita con detalles por las antiguas crónicas. Sin embargo, para una investigadora como Claudine Kauman, las crónicas de Aguado y Simón, no son lo suficientemente explicativas en cuanto a los detalles de la vialidad que recorrieron los conquistadores al penetrar a los Andes venezolanos, puesto que en algunas partes de sus escritos los omiten, y en otras se limitan a indicar los obstáculos que tuvieron que atravesar. Según Kauman, tales obstáculos no debieron ser gran impedimento, “ porque ya existían caminos construidos por los indígenas”. 192 En todo caso, si los conquistadores no hubieran recorrido rutas naturales, como aquellas por donde pudieron haberse desplazado los indígenas, hubiera sido difícil el ingreso a una región netamente montañosa como los Andes venezolanos, que, sin embargo, también ofrecía excelentes rutas a través de los principales valles fluviales. Además, para la época de la Conquista y Colonización en los Andes 192 Art. Cit. p.134. 124 venezolanos, no había una tecnología comunicacional, como mapas y brújulas, que facilitara el acceso de los europeos a través de territorios desconocidos. Luego de la penetración de Juan Rodríguez Suárez a las Sierras Nevadas, Juan Maldonado, por orden de la Audiencia de Santa Fe de Bogotá, salió desde Pamplona en busca de Suárez para aprenderlo, por la razón de que Suárez se extralimitó de sus funciones delegadas por las autoridades del Nuevo Reino. Este era su segundo intento por ingresar a tierras merideñas, con la ventaja de que la principal ruta de recorrido había sido explorada por Rodríguez Suárez, lo cual favoreció en gran parte su éxito. Es decir, la expedición de avanzada de Rodríguez Suárez facilitó el conocimiento geográfico de una región que no había sido explorada por los conquistadores, hasta el punto que le permitió a Juan Maldonado, quien había fracaso totalmente en su primer intento de ingreso, arribar incluso mucho más allá de Mérida, y hasta poder realizar algunas exploraciones en la cuenca alta del Chama. Es más, Maldonado arribó a tierras trujillanas, pero no pudo conquistarlas, ante las pretensiones del capitán Francisco Ruiz, delegado por la Provincia de Venezuela. Ambos se encontraron en dichas tierras, y surgieron algunas disputas, hecho histórico fundamental del período colonial, no solo para los Andes venezolanos, sino para el Nuevo Reino de Granada la Provincia de Venezuela. En este sentido, se establecieron los límites entre el Corregimiento de Tunja y la Provincia de Venezuela, en el Alto de los Cuicas, sitio que se ubica entre las actuales poblaciones de Timotes y La Puerta. En resumen, la penetración de Suárez y Maldonado en tierras andinas, así como sus futuras exploraciones en áreas especificas, no hubieran podido llevarse a cabo sin la facilidad de comunicación que históricamente ha brindado el valle longitudinal del Chama, tal como lo indica el sociólogo Amado Moreno Pérez: 125 “La ruta de penetración que utilizaron los conquistadores, tanto Rodríguez Suárez como Juan Maldonado, corresponde en líneas generales, a lo que es la carretera Trasandina, y de igual modo, a las vías que los indígenas tenían en su comunicación interna”.193 Mapa N° 9 Rutas de penetración colonial en los Andes venezolanos. Fuente: GUILLÉN C, Irma T. Bases Históricas del poblamiento de Los Andes Venezolanos. Mérida: Universidad de Los Andes; Facultad de Ciencias Forestales. (1978). p. 26. 193 Ob. Cit. p. 76. 126 3.3 Exploraciones en la cuenca alta del río Chama Reseñaremos las exploraciones que se realizaron en la cuenca alta del río Chama, luego que los conquistadores y colonizadores realizaron las primeras incursiones en diversas zonas andinas del actual territorio venezolano. Mencionaremos las posibles rutas de recorrido de los exploradores coloniales que partieron del valle alto del río Chama, para explorar con profundidad todo el espacio geográfico de la cuenca alta, lo cual permitió tener un conocimiento del territorio que posteriormente sería colonizado. Entre algunos aspectos, destacaremos las expediciones que se llevaron a cabo en la Sierra La Culata, donde los colonizadores pudieron haber divisado las costas del sur del Lago de Maracaibo, lo cual sería de suma importancia para el Nuevo Reino de Granada y para los intereses merideños, por constituir una estratégica salida al Mar Caribe, al facilitar el comercio de gran parte de los Andes venezolanos. También nos referiremos a exploraciones en la otra sierra paralela al río Chama, como es la Sierra Nevada. En cuanto a la Sierra La Culata, describiremos las expediciones realizadas por Juan Rodríguez Suárez y Juan de Maldonado, quienes recorrieron parte de dicha Sierra, no sin antes haberse desplazado por el valle longitudinal del Chama. Rodríguez Suárez será el primero en explorar parte de esta Sierra. Al parecer, los hombres de Rodríguez Suárez exploraron el valle del río Mucujún, partiendo de la meseta de Mérida, según reseña Luis Bastidas: “Rodríguez Xuárez explorando todo el Valle de Mérida; al llegar uno de sus caudillos a la quebrada de Los Alizares [se denomina así por la abundancia del árbol aliso], a la que más 127 tarde llamaron de Carrasco, cerca de donde hoy se encuentra ubicada la población de El Valle, vía La Culata (...)".194 Esta vía corresponde a la actual carretera que comunica a Mérida con el valle del Mucujún, y según consta la crónica de Aguado, el camino fue desbaratado195 por los indígenas para evitar el paso de los agresivos conquistadores: “En la quebrada de los Alizares, que es más arriba de donde ahora está Mérida poblada, se empalaron dos indios sólo porque queriendo conservarse en sus tierras y casas habían cortado una cuchilla y atajado un camino que por ella iba para que los caballos no pudiesen pasar por ella”. 196 La segunda exploración que se llevó hacia los lados de la Cordillera Norte o Sierra La Culata, fue por parte de Maldonado, quien en su recorrido por valles transversales pudo divisar el sur del Lago de Maracaibo. Recordemos que para el Nuevo Reino de Granada era indispensable conseguir una salida expedita al Mar Caribe. Maldonado se desplazó por el valle longitudinal del Chama, pasando por Mucuchíes hasta llegar al mal llamado Pico del Águila, en donde posiblemente tomó la ruta transversal del río Chirurí, arribando al Pueblo de la Sal (actual Piñango), como fue conocida esta población por los españoles, debido a que al llegar Maldonado, sus habitantes le ofrecieron sal. En este lugar, Maldonado y sus hombres se estuvieron algunos días, mientras que Alonso Desperanza fue enviado a incursionar hacia la costa sur del Lago a través de una ruta natural que comunica a Piñango con dicha costa, logrando su objetivo, al arribar primero al asiento de los indígenas torondoyes, y luego siguiendo el valle del río Torondoy hasta las riberas del Lago. Según Luis Bastidas, aún se recorre parte del camino: “Entre Piñango y Caja Seca se encontraban los torondoyes (aún en nuestros días es usado el camino prehispánico que 194 El encuentro. Itinerario de la conquista... p.298. Los indígenas tal vez obstaculizaron el camino, colocando maleza. 196 Ob. Cit. p.411. 195 128 comunica Piñango y Torondoy) (...)”.197 Sin embargo, Desperanza se vio obligado a retornar al Pueblo de la Sal, debido a que su tropa fue atacada por los Bobures que vivían a orillas del lago. De esta manera, Maldonado exploró todo el valle de la sal, y luego siguió su recorrido hacia el noreste, hasta Timotes. A pesar de no tener una información precisa sobre las exploraciones coloniales hacia la Sierra Nevada,198 o como dirían en el período colonial, hacia la otra banda del río Chama, es probable que sí se hayan realizado algunas expediciones, al igual que hacia la sierra La Culata. El problema es que no contamos con información específica acerca de los primeros exploradores, que presumiblemente fueron los primeros encomenderos. Simplemente contamos con la información que recabaron algunos funcionarios delegados por las autoridades virreinales, como los visitadores, los cuales no solo se dedicaron a vigilar la actuación de los encomenderos y ayudar a la organización del espacio, sino que se preocuparon por algunos aspectos específicos, como la vialidad, fundamental para garantizar el control de las nuevas unidades poblacionales y productivas indígenas, facilitando al mismo tiempo los constantes recorridos de estos funcionarios a lo largo del período colonial. En este sentido, los funcionarios coloniales debieron haber recorrido diversos caminos para inspeccionar y organizar el espacio donde residían los indígenas, muchos de los cuales ya estaban agregados a encomiendas. El interés de las autoridades coloniales por el sistema vial, se expresa a través 197 El encuentro. Itinerario de la conquista... p.303. Los capitanes Juan Rodríguez Suárez y Juan Maldonado ordenaron a hombres de su confianza que exploraran la Sierra Nevada, pero lo hicieron en una zona fuera del ámbito espacial de nuestra investigación, como es caso del estribo sur-occidental colindante con la llamada Cordillera del sur, donde actualmente se asientan poblados como Canaguá, Mucuchachí, y Aricagua. En esta zona los exploradores se encontraron con importantes asentamientos indígenas y un sistema de caminos que comunicaba al valle medio del Chama con los Llanos barineses. 198 129 de los recorridos que pudieron haber realizado algunos visitadores, y que seguramente ya no serían de carácter exploratorio, pero debieron haber sido los mismos que recorrieron los primeros encomenderos que hicieron los repartimientos en la Sierra Nevada, específicamente en Mucuchíes y áreas circundantes. Algunos de dichos recorridos están reseñados en documentos del siglo XVII, compilados en la Colección Los Andes, gracias al Hermano Nectario María, donde se reseña, por ejemplo, los recorridos de los visitadores en 1655 hacia las encomiendas de Mocao, y otras ubicadas hacia el sur de Mucuchíes: “(...) y luego va corriendo el dicho resguardo desde el dicho rio de Chama atravesándole y pasando de la otra bande del hasta llegar a un quebrada que llaman Mucuyao y por otro nombre Mocaho que entra en el dícho rio de Chama y por la dicha quebrada arriba hasta lo alto del paramo y peñas que llaman Mucuguaguo y de alli bajando hasta dar en la quebrada Mucumbas que entra en el dicho rio grande de Chama (...)”.199 Presumiblemente arribaron a una población conocida como Gavidia (en el páramo mencionado), por el valle longitudinal de la quebrada del mismo nombre. Hay que tener en cuenta que dicha localidad está enclavada en una encrucijada, que la comunica con Mucuchíes, con el piedemonte andino-llanero, y con otras poblaciones del valle del Chama. Como sabemos, parte del comercio andino merideño se hacia con Barinas, por lo cual las exploraciones en la Sierra Nevada, han debido contribuir al conocimiento de la vialidad que comunicaba, por ejemplo, a Mucuchíes con el poblado de Pedraza. 199 Visita a Mucuchíes. Tomo 13. F. 66; pp. 108-109. 130 3.4 Características de los principales Caminos Reales Analizaremos brevemente las características generales de las rutas recorridas por los colonizadores en la cuenca alta del Chama, las cuales, a pesar de presentar grades semejanzas con los caminos prehispánicos, fueron diferentes en cuanto a la magnitud de los recorridos y el empleo de medios de transporte novedosos. Específicamente, nos referiremos a las principales rutas, llamadas Caminos Reales, de los cuales haremos una breve definición, y señalaremos algunos elementos que indican la importancia que las autoridades coloniales locales daban a estos tipos de vías. En primer lugar, hay que señalar la presencia de diversas vías naturales importantes a la llegada de los conquistadores, caracterizadas por valles fluviales longitudinales, transversales, y laderas montañosas. Sin embargo, estas rutas serían transformadas -en caso de ser necesario- de acuerdo a los intereses coloniales, debido fundamentalmente a dos factores, relacionados directamente al empleo de animales de tracción: a) Algunos caminos no eran lo suficientemente anchos para el tránsito de bestias. b) Otros no estaban empedrados en gran parte de su recorrido, lo que hacía sumamente dificultosa la movilización en el período lluvioso. Como nos hemos referido al empleo de animales como medio de transporte, es conveniente hacer un breve señalamiento al respecto. Los colonizadores introdujeron animales característicos de sus tierras (Península Ibérica), específicamente el asno y el caballo. A su vez, obtuvieron un híbrido del asno y la yegua, conocido como mula. Al respecto, la historiadora María Pérez Hidalgo señala lo siguiente: 131 “A su llegada a América, los españoles introdujeron los animales de tiro, que eran desconocidos en el continente, como el caballo, la mula y el burro. A través de esos animales de tiro, que eran llevados a manera de caravanas, se condujeron productos a lo largo de la cordillera y fuera de ella, sistema que se le llamó “arreos o recuas de mula”, que empleaba considerablemente la tracción animal”. 200 Estos animales fueron introducidos para ayudar con el transporte de productos alimenticios, mercancías, e incluso de personas. En este sentido, estos sistemas de transporte pueden clasificarse en dos categorías: a) de carga, son aquellos empleados para el transporte de diversos productos; y b) de montura, son aquellos que solo transportan personas201. En cuanto a los altos Andes merideños, la mula era el medio de transporte de tracción animal más empleado, debido a las ventajas sobre otras bestias en el medio físico mencionado.202 En este sentido, el investigador Nelson Paredes Huggins indica: “(...) la mula presentaba innegables ventajas por tener mayor capacidad de carga que el burro, y una resistencia superior a la del caballo (...). La utilización del caballo y del burro como medios de transporte dependía, respectivamente, de la forma del relieve y de los recursos económicos disponibles. En el caso del caballo, las laderas y páramos andinos limitaban considerablemente el empleo del mismo, especialmente como 200 Ob.Cit. pp. 18-19. A este respecto, entrevistamos en Agosto de 2003 al señor Rómulo Torres, en la población de Gavidia, quien ha sido guía de excursionistas y arriero durante más de 20 años. 202 Aún en la actualidad, la mula se emplea como medio de transporte en algunas aldeas de los Andes merideños, como Los Nevados y La González, situada está última en el páramo Los Conejos. 201 132 bestia de carga. El caso del burro difiere de la anterior, por cuanto el relieve montañoso andino no era una limitación para él (...)”.203 Como ya señalamos, las vías de comunicación tuvieron que ser reestructuradas o construidas de acuerdo a las características de estos animales. Es así como nacen los caminos reales, que equivaldrían en la actualidad a las mejores carreteras o autopistas. Según el Diccionario de Autoridades, el Camino Real era: "(...) el más ancho, principal, fácil y cursado de los passageros y el más público: y por eso tienen obligación las justicias de tenerle llano y compuesto, y en partes empedrado. Llámase Real, porque es público o guía parajes grandes y se camina por él con más conveniencia(...)". 204 Foto N° 6 Camino Real, en las cercanías de Apartaderos. Fuente: Brandli, Bárbara. Los Páramos se van quedando solos. Caracas: Editorial Arte, Primera Edición. (1981), p. 21. 203 204 Ob. Cit. pp.60-61. Madrid: Real Academia Española. 1979.Tomo I, p.93. 133 Entre las principales características de los caminos reales en los altos Andes merideños, podemos mencionar las siguientes: a) Generalmente eran empedrados, debido a la dificultad que representaba para los animales el tránsito por tierra empantanada o fango. La abundancia de la piedra en esta región facilitaba la labor de empedrado; incluso, en ciertos trechos de caminos, el material rocoso estaba dispuesto de forma natural. Foto N° 7 Camino empedrado entre la población de Gavidia y el páramo de Santo Cristo Foto tomada por Rubén A. Hernández A. Agosto 2003. b) La anchura de los caminos era generalmente mayor que la de las antiguas vías prehispánicas. Se debió principalmente al empleo de medios de tracción animal, aun cuando el uso de los carruajes no fue factible en los Andes merideños. De cualquier manera, solo en algunos trechos los caminos 134 reales alcanzaban anchuras de unos cinco o seis metros, observaciones de campo 205 según realizadas en antiguos caminos, como el que se dirige de La Culata a Tucaní. Foto N° 8 Camino Real en La Culata Foto tomada por María del M. Santos P. Febrero 2004. c) Al igual que las rutas prehispánicas, los caminos reales generalmente recorrían los fondos de valles longitudinales y transversales. Al igual que las carreteras modernas, las autoridades encargadas de estos caminos, evitaban las pendientes muy inclinadas, como puede apreciarse en algunos tramos de caminos de recuas. 205 Excursión realizada en febrero de este año (2004). La fotografía muestra un trecho empedrado, quizás de forma natural, del camino que parte de la zona conocida como La Culata. Observamos una anchura de aproximadamente 5 metros, por donde incluso circulan en la actualidad automotores de doble tracción. 135 d) Se realizaron diversas obras para facilitar el tránsito pedestre o en animales, como acequias, puentes, drenajes, y otras. (ver foto N°9). Cabe destacar el caso de los puentes, los cuales tenían que ser construidos obligatoriamente cuando el recorrido de una ruta se cruzaba con aguas más o menos caudalosas. En este caso debieron haberse construido puentes de madera, o quizás de piedra; el metal no era trabajado aún en los Andes merideños. Según relatan los cronistas y otros escritores, la tarabita prehispánica continuó siendo empleada de forma masiva. Foto N° 9 Drenaje en la vía entre Gavidia y el páramo Santo Cristo Foto tomada por Rubén A. Hernández A. Agosto 2003 En cuanto a la construcción y mantenimiento de los caminos reales, era evidente la preocupación de las autoridades coloniales, para quienes el control de los territorios americanos dependía en gran parte de la presencia de sistemas viales más o menos eficientes. La escritora María Luisa Pérez González señala lo siguiente: 136 “El interés de la Corona está en todos los caminos, pero especialmente en aquellos que resultan vitales para el desenvolvimiento económico y del Estado. Y al legislar sobre ellos o sobre otros aspectos indirectos que les atañen igualmente, los coloca directamente bajo su protección. Son los caminos que en el lenguaje del XVIII se llamarán a veces “caminos principales,” pero que por mucho tiempo se conocerán por “caminos reales,” en el sentido de reforzar su carácter público y su utilidad general”.206 Es indudable que los caminos reales andinos merideños, también estaban sujetos a mantenimiento, aunque en manos de las autoridades de la Provincia de Mérida, como está indicado en las Ordenanzas de Mérida de 1620: “Ordenase que se aderecen los caminos y prohivese que los indios lo hagan sin paga bastante. –Yten ordeno y mando que se hagan puentes en al parte y lugares donde convengan y que aya cuidado de repararlas y consevarlas, y que asi mismo se aderecen los caminos y malos pasos para escusar las desgracias y perdidas que an sucedido y puedan suceder lo qual se a de hazer con repartimiento justo en el qual an de contribuir y pagar los encomenderos y demas interesados en el adereco y comodidad los tales caminos” .207 Como analizaremos más adelante, estos caminos reales serían tan importantes para los Andes merideños, que permitirían el surgimiento y 206 Art. Cit. p. 39. El Régimen de indios en Nueva Granada: Las Ordenanzas de Mérida de 1620. Anuario de Estudios Americanos: Sevilla, (s/ed). Vol. II, N° 3, 1996, p. 127. 207 137 consolidación de un gran circuito económico, que abarcaría desde los Llanos altos occidentales hasta Maracaibo, e incluso hasta el Caribe, teniendo como eje central la Cordillera merideña. 3.5 Poblamiento colonial e interconexión vial Analizaremos, en términos generales, el papel del sistema vial colonial en la organización del espacio en la cuenca alta del Chama, de acuerdo a lo establecido por la administración europea. En este sentido, haremos una introducción sobre diversos aspectos de la vialidad y el poblamiento colonial, los cuales detallaremos en otros puntos de nuestra investigación. La colonización trajo consigo profundos cambios en cuanto a la organización espacial presente en el periodo prehispánico en la cuenca alta del Chama, no respecto a las condiciones favorables de tierras planas y fértiles, riqueza hídrica, y asentamientos indígenas, sino por la visión geoestratégica del colonizador, de controlar los nuevos territorios con la mayor eficiencia posible, de acuerdo a intereses económicos208 y políticoterritoriales.209 Por lo tanto, las unidades de poblamiento colonial solo podían funcionar y desarrollarse en estrecha y continua conexión, dando origen a la formación de una verdadera red de asentamientos humanos, que de manera relativamente fácil, posibilitaría las inspecciones regulares de autoridades civiles y religiosas, y la ejecución de las respectivas medidas tendientes a garantizar el orden colonial. 208 El sistema comercial colonial en base a circuitos económicos que comunicaban los Andes con el Lago de Maracaibo. 209 En este caso, la división político-territorial en el área de influencia de la cuenca alta del Chama evoluciona bajo la jurisdicción de los términos merideños. 138 Sin embargo, sin un sistema vial eficiente, el control colonial hubiera sido ineficaz. Dicho sistema correspondía a una serie de rutas terrestre en el caso de la cuenca alta del Chama, que interconectaban diversos centros poblados dentro y fuera de esta unidad hidrográfica, posibilitando a la vez que dicha cuenca se transformara en uno de los ejes centrales de la cordillera andina venezolana, con importantes áreas de influencia, lo que en definitiva influyó en la creación de la provincia de Mérida, territorio políticoadministrativo que abarcaba gran parte del occidente venezolano. Hay que hacer una breve referencia a algunos centros poblados, los cuales detallaremos más adelante, alrededor de los cuales se establecería casi todo el sistema vial colonial de la cuenca alta del Chama y sus áreas de influencia, lo que indica su importancia para la interconexión entre las diversas zonas de la Provincia de Mérida. Básicamente eran tres poblaciones, ya importantes durante el periodo prehispánico,210 destacadas por su desarrollo económico como centros productores o de distribución de alimentos, de diversas mercancías, y posiblemente por su concentración de población. Dichas poblaciones eran Mérida, Mucuchies, y Apartaderos, cuya importancia radicaba en las facilidades de comunicación, primero por estar ubicadas en el valle longitudinal del Chama, siendo parte del posterior Camino Real interandino, y segundo por sus características como encrucijadas naturales, donde confluían diversas rutas transversales que comunicaban a la cuenca alta del Chama con los Llanos barineses y con el Lago de Maracaibo. De esta manera, se conformaron importantes circuitos económicos, cuyo eje central correspondía a los Andes merideños, región que permitía la comunicación a través del puerto de Gibraltar con el Lago, el cual se fue transformando en un importante punto de salida y entrada para alimentos y mercancías del occidente venezolano. 210 Obviamente las características del poblamiento eran diferentes, según las ordenanzas emanadas por las autoridades coloniales, como consecuencia en gran parte de las actividades comerciales y de la misión evangelizadora. 139 Estos circuitos económicos fueron posibles no sólo gracias a la interconexión de los caminos, sino también al factor distancia y la inexistencia de otros tipos de comunicaciones. Por ejemplo, tenemos el caso de las escasas poblaciones, las cuales presentaban grandes distancias terrestres hasta poblaciones centrales y norteñas de la Provincia de Venezuela. Además, debemos agregar que la navegación fluvial por el eje Apure-Orinoco era incipiente, al menos durante los siglos XVI y XVII. En consecuencia, la interconexión con la cuenca alta del Chama y el Lago de Maracaibo, era indispensable para Barinas211 por las distancias más cortas a través de rutas naturales, ofreciéndole en los primeros tiempos coloniales facilidades para la salida y entrada de diversos productos. A la vez, esto trajo como resultado la correspondiente división político-territorial, de acuerdo a los intereses de las autoridades coloniales merideñas.212 En todo caso, el ejemplo de Barinas nos indica la importancia de la interconexión vial de centros poblados importantes, desde el punto de vista económico, geoestratégicos (encrucijadas), alrededor de los cuales giraba la actividad comercial colonial, y en gran parte la organización político-territorial de Mérida y sus áreas de influencia. En resumen, la interconexión vial y el poblamiento colonial estuvieron estrechamente relacionados en la cuenca alta del Chama y sus espacios circundantes áreas. 211 Más adelante, reseñaremos el caso del comercio barinés con más detalle. En este sentido, el territorio barinés estuvo sometido durante gran parte del período colonial a la jurisdicción merideña. 212 140 3.6 Las vías de comunicación y su vinculación económica Nos referiremos a las vías de comunicación y su relación con la economía durante el periodo colonial. En primer lugar, haremos unos breves comentarios sobre la economía colonial merideña, y cómo estuvo directamente relacionada con el sistema vial constituido por una ruta principal en el valle del Chama, y unas rutas secundarias que partían de dicho valle: unas hacia los altos Llanos barineses, y otras hacia el sur del Lago de Maracaibo. Una vez realizados los procesos de penetración y colonización en tierras merideñas por parte de Juan Rodríguez Suárez y Juan de Maldonado, se fue consolidando el proceso de poblamiento, como elemento importante de la implantación de las estructuras coloniales en los altos Andes merideños. Desde el punto de vista económico, los factores de producción y formas de comercio coloniales diferían notablemente de los prehispánicos, aunque ciertos elementos propios de las antiguas culturas indígenas, contribuyeron a impulsar la nueva economía. En este sentido, los europeos eran mercantilistas, porque buscaban la acumulación de metales preciosos, específicamente el oro y la plata, lo cual difería del sencillo sistema de trueque de los indígenas. Los conquistadores no hallaron metales preciosos en los Andes merideños, pero si se encontraron con tierras fértiles y una importante concentración de población indígena, por lo que de ahí en adelante se dedicaron a la agricultura, agregando nuevos rubros y técnicas de cultivo, como el arado con animales. A los cultivos existentes en los altos Andes merideños, como las papas o turmas (Solanum tuberoso), y el maíz (Zea mayz), los españoles agregaron el trigo (Triticum sp), la cebada, y otros. También introdujeron animales para el consumo y cómo medios de transporte, iniciándose en actividades ganaderas de menor escala, por no 141 contar con amplias extensiones de tierras planas. En este sentido, la economía colonial fue más dinámica y diversificada que la prehispánica,213 aunque desmejoró en general las condiciones de vida de los pobladores indígenas. 214 Como la agricultura se transformó en la principal actividad económica de los Andes merideños, las autoridades dispusieron el comercio de algunos rubros con otras zonas de los Andes venezolanos, con la Provincia de Venezuela, con Maracaibo, con Barinas, con algunos puertos caribeños como Veracruz y Cartagena, e incluso con territorio español. Más adelante detallaremos la relación entre la red vial natural que partía del valle del Chama y sus intercambios comerciales. También se empezó a comerciar con diversas mercancías, como consecuencia de la incipiente industria manufacturera, en la que se elaboraban algunos derivados de origen animal y vegetal, como la harina y los biscochos de trigo, tejidos de algodón, cobijas de lana, entre otros. Mientras tanto, en los Andes merideños ingresaban productos como: jamones, vinos, objetos religiosos en oro y plata, lujosas telas, y otras mercancías. Ahora bien, dichas actividades económicas solo fueron posibles gracias a las potencialidades del medio físico altoandino, pero especialmente a la mano de obra que podían aprovechar de los diversos asentamientos indígenas que encontraron a su llegada. De esta manera, los colonizadores agruparon a los indígenas en encomiendas y pueblos de indios, con el propósito de adoctrinarlos y emplearlos de la manera más eficiente posible 213 No queremos señalar con esto que la economía colonial fue más moderna o desarrollada que la prehispánica; simplemente fueron dos dinámicas distintas, de acuerdo a las necesidades e intereses de cada periodo. 214 Es de destacar que los indígenas fueron obligados a cambiar su forma de vida, desde su simbolismo mágico-religioso hasta la economía de tipo comunitaria. Además, fueron forzados a servir como mano de obra para diversas actividades económicas coloniales. 142 en las actividades productivas coloniales. Los colonizadores emplearon a los indígenas en diversas labores, desde el cultivo de la tierra hasta el transporte de productos agrícolas y diversas mercancías: gañanes,215 trilladores, arrieros, baquianos, cargadores o mochileros, entre otros. Generalmente estos pueblos de indios y encomiendas se ubicaban donde estaban los antiguos asentamientos prehispánicos, o en lugares cercanos, para aprovechar los conocimientos de los indígenas sobre el medio físico donde habitaban. Sin embargo, en algunos casos se establecían cerca de centros de producción importantes (estancias), ubicadas en la proximidad de rutas importantes en la región. Con respecto a la participación del indígena en la economía colonial, Ana Parada Soto señala lo siguiente: “ (...) la existencia de una extensa red de caminos que conectaba a todas las comunidades de Mérida con el lago de Maracaibo, hizo posible que Gil Naranjo se interesara en preservar la ubicación original de los asentamientos. Aprovechó el conocimiento ancestral de los indígenas en la detección de las tierras más aptas para el cultivo”. 216 (ver mapa N° 11) De esta manera, la presencia de los grupos indígenas fue importante para el conocimiento de la vialidad, la cual, en términos generales, solo tuvo que ser transformada -en algunos casos- por los colonizadores en atención al empleo de animales como medios de transporte. En consecuencia, los grupos indígenas de la cuenca alta del Chama fueron fundamentales para el desarrollo de las actividades económicas coloniales, llevadas a cabo a través de diversos circuitos económicos correspondientes a un determinado sistema vial, como señala Nelly Velázquez: 215 216 Indígenas dedicados al arado de la tierra y la siembra de la semilla. Ob.Cit. p. 25. 143 “La integración compleja y dinámica de los indios Mucuchíes a la red de comercio regional es un ejemplo significativo para mostrar que el Resguardo de Indios funcionó relativamente en la provincia de Mérida como una institución colonial dirigida a lograr la integración cultural definitiva del indio y su adaptación al conjunto de las redes comerciales que se establecieron en la región durante el siglo XVII”.217 (ver mapa N°10). Mapa N° 10 Circuitos Económicos coloniales en la cuenca del Lago de Maracaibo. Fuente: Velásquez, Nelly. Población Indígena y Economía... p. 30. 217 Los resguardos de indios y el establecimiento de circuitos económicos... pp. 241-242. 144 Algunos de estos circuitos serán reseñados a continuación, indicando la vialidad que permitió su auge y permanencia. En esencia, podemos indicar que el comercio de la cuenca alta del Chama realizó de las siguientes maneras: a) y áreas circundantes, se a lo largo de los ejes centrales de la Cordillera merideña; b) con Maracaibo, puertos caribeños, y territorios de ultra mar; y c) con poblaciones de los Llanos altos occidentales, como Pedraza y Barinas. Los ejes centrales de la Cordillera merideña son aquellos correspondientes a los valles longitudinales de los principales ríos, los cuales, como sabemos, se comunicaban a través de los puntos terminales de sus fondos de valle. Tal es el caso de los ríos Mocotíes, Chama, y Motatán, a través de los cuales se dirigía el gran Camino Real, en el que se asentaba una importante población durante el periodo prehispánico, y que durante el periodo colonial pudo haber aumentado como resultado de la diversificación económica. Precisamente dicha diversificación económica va a impulsar una gran actividad comercial a través del Camino Real, porque no sólo se comercializará en el ámbito local, en el caso de la cuenca alta del Chama, sino al nivel de todos los Andes venezolanos y parte de los Andes colombianos. El Camino Real llegó a ser como una gran carretera interandina entre el territorio colombiano y el territorio venezolano, desplazándose desde Santa Fé de Bogotá hasta el actual Estado Trujillo, a través de valles longitudinales intramontanos correspondientes a la Cordillera oriental colombiana y la Cordillera merideña. A continuación tenemos una gráfica que representa las distancias en el Camino Real, según la geógrafa Ileana Parra218: 218 Ob. Cit. p. 66. 145 Gibraltar 9 leg. Cúcuta 12 leg. San Cristóbal 15 leg. La Grita 7 leg. Bailadores 20leg -30leg. Mérida 25 leg. PAMPLONA Barinas 40 leg. Tunja 22 leg. SANTA FE Es importante destacar que los poblados de la cuenca alta del Chama y áreas circundantes, mantuvieron intensos contactos comerciales con otros puntos del Camino Real, incluso en el centro oriente colombiano, en el caso que hubiera dificultades en las rutas neogranadinas de salida al Lago.219 Para demostrar la importancia económica del Camino Real, nos referiremos a tres poblaciones productoras y distribuidoras: Mérida, Mucuchíes y Apartaderos, como fundamento de las relaciones comerciales establecidas durante el periodo colonial. En Mérida y áreas circundantes se introdujeron frutos tropicales como manzanas y duraznos, además de ganado vacuno, ovino, equino, y otros. A su vez, los españoles intensificaron el cultivo del maíz, y sembraron el trigo, la papa, la zanahoria, en el valle de Los Alizares. Por último, crearon una incipiente industria manufacturera. Todo esto como consecuencia de las bondades del medio 219 físico merideño, y la presencia de diversos En ocasiones los pobladores de Pamplona y Cúcuta no podían sacar su producción a través de ríos como el Catatumbo y la Grita. En este caso, hacían el recorrido hasta los altos Andes merideños a través del Camino Real. 146 asentamientos prehispánicos fundamentales para la mano de obra indígena, como lo señalan las Ordenanzas de Mérida de 1620.220 En dichas Ordenanzas hay referencias de unas veinte encomiendas en zonas cercanas a la meseta de Mérida, lo cual denota la importancia de la ciudad como centro económico a partir del siglo XVI, incluso para áreas periféricas de la cuenca del Chama, tanto en la parte alta como en la parte media. Mucuchíes era una población intermedia en el valle alto del Chama, y disponía de una importante población y producción agrícola, impulsada además por su excelente condición de paso (encrucijada) para el comercio entre Barinas y Maracaibo, y entre distintos puntos del Camino Real. Incluso, pensamos que después de la ciudad de Mérida, Mucuchíes fue el poblado colonial más importante de la cuenca alta del Chama y sus áreas circundantes, y coincidimos con lo señalado por José Mejías: “A partir de la fundación de Mérida en 1558 por Juan Rodríguez Suárez, toda esta zona de Mucuchíes se convirtió en punto de atracción para los españoles por sus condiciones climáticas, muy favorables a la agricultura.”221 En realidad, Mérida y Mucuchíes parecen haber tenido intensos contactos comerciales, motivados quizás por la necesidad de satisfacer algunos requerimientos alimentarios, hasta el punto que Mucuchíes era importante como proveedor para Mérida, de acuerdo a Nelly Velásquez: “Los 220 Ob. Cit. pp. 1177-1200. La Toponimia de Mucuchíes: Persistencia de la Influencia Cultural Indígena. Mérida: Universidad de Los Andes Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Historia, Tesis de Grado. (1996). p.42. 221 147 Habitantes de Mucuchíes se integraron directamente a la red de comercialización abasteciendo a los vecinos de Mérida”.222 En términos generales, los españoles intensificaron en Mucuchíes el cultivo de rubros como las papas, e introdujeron el trigo, la cebada, las habas, el ganado ovino, y otros rubros agrícolas y animales, destacándose el trigo, cuya harina fue un importante producto demandado en otros territorios del imperio español, siendo sacado por el Lago de Maracaibo, pero sobre su comercialización haremos referencia más adelante. Por último, tenemos a Apartaderos o Desapartaderos,223 población no muy importante desde el punto de vista demográfico, pero con una relevante posición geográfica para las relaciones comerciales interandinas (a través del Camino Real), y aquellas que se establecieron entre Maracaibo, los altos Andes merideños, y los Llanos barineses. Las poblaciones mencionadas no sólo fueron importantes a partir del comercio que se realizaba por el Camino Real, sino que en base a su ubicación geoestratégica (encrucijadas, como señalaremos más adelante), fueron fundamentales para el auge y consolidación de los circuitos económicos coloniales establecidos alrededor de los Andes merideños. El circuito alrededor del Lago de Maracaibo se estableció a partir de las necesidades de los centros poblados de la Cordillera merideña. Una vez que los conquistadores ingresaron a tierras andinas, siempre tuvieron la idea de establecer diversos puertos, que permitieran la salida y entrada de diversos productos, a partir de las relaciones comerciales entra la cuenca alta 222 Los resguardos de indios y el establecimiento de circuitos económicos... p. 245. Es probable que se denominara así por estar ubicado en un sitio donde se unían o desapartaban varios caminos. 223 148 del Chama (jurisdicción del Corregimiento de Tunja, y luego de la Provincia de Mérida) y otros territorios del imperio español en América. Este comercio de la zona altoandina merideña se realizó de la siguiente manera: de la península Ibérica y de puertos caribeños ingresaban a la cuenca alta del Chama telas, objetos religiosos, vinos, y diversos alimentos procesados; mientras tanto, de los Andes merideños se sacaban tubérculos, harina de trigo, biscochos, cobijas, y otros artículos, aprovechando, la incipiente industria manufacturera y la diversificación de los cultivos. Es así como una vez iniciada la colonización en la cuenca alta del Chama, y realizadas diversas exploraciones, las Autoridades coloniales decidieron establecer el Puerto de San Antonio de Gibraltar (1591), el cual tenia una importante ubicación geoestratégica, como excelente fondeadero, con comunicaciones naturales terrestre con casi todo los Andes venezolanos (a través de valles intramontanos), y con una buena comunicación lacustre con diversos centros nodales de influencia, incluyendo la salida al Mar Caribe. Este puerto llegó a ser tan importante, que impulsó el poblamiento hispánico en una zona que contaba con poca población indígena. Incluso en las áreas circundantes a Gibraltar, se inició el cultivo de diversos rubros, como el cacao, mediante el establecimiento de algunas estancias, cuya producción pronto comenzó a ser transportada a regiones distantes. Además, sirvió como punto de abastecimiento o reparación para las naves de otros puertos lacustres menos importantes. La relevancia de Gibraltar se manifiesta a través de ciertas Ordenanzas, reseñadas por la geógrafa Edda Samudio de Chávez: “Para la promulgación de las Ordenanzas de San Antonio de Gibraltar, posiblemente contribuyeron dos circunstancias especiales. Por una parte, la importancia económica que esa 149 ciudad tenía para Mérida y el resto de las ciudades bajo su jurisdicción político administrativa, así como también para otras ciudades del Nuevo Reino de Granada; y por otra, el hecho de que Mérida necesitaba fortalecer ese puerto, para contrarrestar las agresiones de Maracaibo, que de manera permanente aspiraba ampliar su hinterland a expensas del área merideña”.224 Cuadro N° 2 Exportaciones de harinas desde Mérida y Trujillo Año Cantidad Año Cantidad 1579 1.000 arrobas 1620 4.024 arrobas 1599 3.200 arrobas a 1628 100 fanegas 1643 358 arrobas 1647 50 arrobas 1692 512 arrobas a 5 reales. 1600 700 arrobas a 6 reales. 1605 9.765 arrobas y 40 fgs. de trigo 1606 41.026 libras a Pto. Rico 70 reales 30 arrobas a Cartagena 1607 7.807 arrobas a 1693 4 reales. 1615 22.692 arrobas 100 arrobas a 21 reales. 1695 221 arrobas a 21 reales. 1619 28.600 arrobas 1701 50 arrobas a 21 reales. Fuente: Arellano Moreno, Antonio. Orígenes de la Economía Venezolana. Caracas: UCV. (1973) pp. 155-156. 224 Las ordenanzas del corregidor de Mérida Don Juan de Aguilar para San Antonio de Gibraltar 1610... pp. 53-54. 150 Como ya mencionamos, diversos valles transversales que descienden de la Cordillera merideña, comunican a Gibraltar con esta región. Si bien es cierto que las comunicaciones terrestres eran dificultosas en sus tramos más montañosos y cercanos al Lago, también era el único medio disponible para comunicar gran parte de los Andes venezolanos con el Lago, debido a la escasa navegabilidad de los ríos. Las rutas terrestres partían de diversos puntos de la cuenca alta del Chama, lo cual se debe en gran parte a las exploraciones en la Sierra La Culata. En este sentido, podemos mencionar a los tres poblados más importantes del periodo colonial. Mérida se comunicaba con Tucaní y Gibraltar a través del valle longitudinal del río Mucujún, el cual se conectaba con el valle transversal del río Tucaní, con un recorrido total de unas 30 leguas, equivalente a unos 150 kilómetros, tal como lo refiere Marco Aurelio Vila. 225 Debió haber sido una ruta muy transitada durante el periodo colonial, si observamos por ejemplo, que es uno de los mejores caminos de recuas que aun son recorrido en los Andes merideños, con una anchura hasta de 5 metros. (ver Foto N° 8). Al respecto el escritor Jesús Rondón Nucete indica lo siguiente: “La idea es muy vieja. Esa vía fue utilizada durante la época colonial como ‘principal’ para la comunicación de Mérida con los puertos del Lago (Gibraltar, San Pedro y Santa María) y con las numerosas haciendas y plantaciones que se fundaron en la región. De allí las condiciones que tuvo (empedrado y de buenas dimensiones) y la atención que siempre se le prestó, como prueban numerosos documentos”.226 225 226 La Geoeconomía de la Venezuela... p. 75. Ob. Cit.p.29. 151 De Mucuchíes también partían dos vías naturales, desplazándose completamente a través de los valles transversales de las quebradas La Toma o La Carbonera, y luego el río Torondoy. Esta ruta comunicaba a Mucuchíes con Torondoy, y de Torondoy se bajaba al Lago. Pero Mucuchíes también se comunicaba con otras poblaciones de la cuenca alta del Chama, a través de una intricada red de caminos en La Culata. Por último, señalaremos a Apartaderos poblado que se comunicaba con el Lago a través de los valles transversales de la quebrada Mifafí y del río Chirurí, comunicándose en primera instancia con Piñango. Hay que destacar, sin embargo, que Gibraltar y sus áreas circundantes sufrieron el ataque de grupos indígenas, impidiendo en varias ocasiones el tráfico comercial. De todas maneras, el puerto siguió funcionando regularmente hasta mediados del siglo XVIII. En cuanto al comercio con Barinas, hay que destacar la presencia de tres importantes poblados de los siglos XVI y XVII: Altamira de Cáceres, Barinas, y Pedraza, los cuales, en realidad, parecen haber ser sido punto de avanzada para la exploración de los Llanos occidentales. Estas poblaciones fueron fundadas por vecinos merideños, bajo la supervisión de las autoridades, lo cual garantizaba su control a la jurisdicción merideña, y por supuesto la influencia en materia económica. En materia de vialidad, las rutas de los fundadores ya presagiaban lo que sería el circuito comercial entre Barinas, los Andes merideños, y Maracaibo. En este sentido, Pedraza fue fundada en año 1591, por el capitán Gonzalo de Piña Ludueña, el cual partió de La Grita recorriendo valles transversales, hasta caer al piedemonte andino-llanero, asentando la población por primera vez en el sitio conocido hoy como Pedraza La Vieja, al suroeste de Barinas. Pero Pedraza tuvo que ser mudada al menos dos veces, por los enfrentamientos entre los colonizadores y grupos indígenas. 152 La última de dicha mudanza se llevó acabo en el año 1609, ubicándose a Pedraza en un lugar cercano a la actual población de Ciudad Bolivia, en las riberas del río Canaguá, una excelente vía natural que comunica a esta parte de los Llanos con los Altos Andes merideños específicamente con la población de Mucuchíes. Sin duda alguna, esta ubicación de Pedraza debió haber respondido a las facilidades de comunicación con el Lago de Maracaibo a través del eje central constituido por los centros poblados de la cuenca alta del Chama. La importancia de su ubicación era mayor si tomamos en cuenta la producción fundamentalmente en el tabaco y agrícola y ganadera, basada las reses, productos que llegaron a sacarse hasta la península Ibérica. El caso de Barinas es similar a Pedraza, en cuanto a los sucesivos cambios de asentamiento. Fue fundada por primera vez en 1577, con el nombre de Altamira de Cáceres, en una pequeña meseta cercana al río Santo Domingo. Según el historiador barines Virgilio Tosta, está población siempre estuvo condenada al fracaso económico, respondiendo su ubicación a aspectos geoestratégicos227: ”Tuvo la ciudad, más que todo, un valor estratégico. Estaba situada en una pequeña meseta que sólo ofrecía dos salidas. Una que facilitaba las comunicaciones con Mérida y Trujillo. La otra daba hacia lo llanos”.228 Luego fue mudada al piedemonte andino-llanero en la meseta del Moromoy, donde actualmente se ubica la población de Barinitas. Fue ubicada también en el valle transversal del río Santo Domingo, pero al cabo de cierto 227 Virgilio Tosta no lo menciona, pero Altamira era un punto de avanzada para la exploración andino-llanero y las tierras llanas. 228 Historia Colonial de Barinas: Altamira de Cáceres. Caracas: Vol. I, (1962). p.77. 153 tiempo no pareció lo suficientemente amplia para el despliegue de importantes actividades económicas, por lo cual se estableció definitivamente en la llanura, pero igualmente en las orillas del río Santo Domingo. En este caso, el valle del río Santo Domingo fue fundamental para los diversos asentamientos de Barinas, no sólo por sus tierras fértiles y riqueza hídrica, sino por las facilidades comunicacionales, a través de una importante vía transversal que conecta los llanos con los Altos Andes merideños, y a la vez con el Lago de Maracaibo. Las condiciones del medio físico hicieron de Barinas un importante centro agrícola y ganadero, destacándose el tabaco y el ganado vacuno, aunque el tabaco era el producto más famoso229 de Barinas en las primeras etapas de la colonización, tal como lo cita Virgilio Tosta: “Sobre el lomo de mulas, era sacado el tabaco de Barinas, por la peligrosa ruta que conducía a Mérida. Desde esta ciudad, se le llevaba a los puertos del lago de Maracaibo: Nueva Zamora, primero, y más tarde, a partir de 1595, a San Antonio de Gibraltar. De aquí era embarcado con destino a Europa, donde gozaba de gran acogida y prestigio”.230 Toda esta producción tuvo su principal aliciente en la demanda productos como el tabaco y el ganado vacuno, no sólo en Mérida y Maracaibo, sino en territorios caribeños y en el continente europeo, donde 229 En realidad, la ganadería comenzó a ser importante a partir de finales del siglo XVII, mientras que gracias a la comercialización del tabaco hubo un gran impulso de la economía barinesa, y por ende el crecimiento rápido de la población. 230 Ob. Cit. p. 78. 154 era muy apreciado el tabaco barines. Pero sin las ventajas del medio físico, no hubiera tenido tal impulso la economía y el poblamiento barinés, en cuanto a la presencia de un sistema vial natural que comunicaba los Llanos con los Altos Andes merideños, y de aquí con el Lago de Maracaibo, a través del cual se sacaba la producción hasta el Mar Caribe. En este sentido, las poblaciones de Barinas y Pedraza se ubicaban en los puntos terminales de importantes rutas transversales, que serán transformadas en caminos reales. Sin embargo, los barineses también comerciaban con Maracaibo y territorios caribeños a través de puertos lacustres dependientes de la Provincia de Venezuela, específicamente los conocidos como Tomocoro y Moporo, ubicados en las proximidades de lo que se conoce actualmente como el poblado trujillano de La Ceiba. Los barineses alegaban que para arribar a dichos puertos recorrían buenos caminos, de acuerdo a lo indicado en un documento del Archivo General de Indias, citado por Virgilio Tosta: “ (...) estado en uso y costumbre de tiempo inmemorial a esta parte el llevar todo tabaco que se cria y se coge en la dicha ciudad de Barinas a los puertos de tomocoro y moporo jurisdicción de Maracaibo, para de allí nabegallo a estos reynos por la comodidad que ay tan conveniente para ello por ser los caminos muy buenos y la tierra sana para los naturales y negros, más breve el biaje”.231 Es verdad que los barineses comerciaron primero por los puertos de Moporo y Tomocoro, pero también es cierto que los caminos desde Barinas hasta dichos puertos, desplazándose por valles intramontanos trujillanos, no 231 Ibídem. p.127. 155 eran ni mejores ni de distancias más cortas que las rutas transversales que comunicaban a los Llanos altos occidentales con los Andes merideños.232 En este sentido, hay que señalar que los barineses fueron obligados por las autoridades merideñas a sacar sus productos a través de Gibraltar, en virtud de la importancia económica que estaba adquiriendo este puerto, gracias en gran parte a la recaudación aduanera de derechos reales,233 por concepto de alcabalas. Incluso, hubo disputas que tuvieron que ser resueltas a nivel de la Audiencia de Santa Fe, como señala Tosta: “La decisión de la Real Audiencia indica que los barineses pierden esta especie de peleas; mas no se declaran totalmente vencidos”. 234 En cuanto a la vialidad comercial, los barineses siguieron realizando parte de su comercio a través de los puertos de la Provincia de Venezuela, pero sin duda que la mayor parte de su economía giraba en torno a los circuitos económicos andinos merideños. De esta manera, Pedraza se comunicaba con los Altos Andes merideños a través de dos importantes caminos: a) el valle transversal del río Canaguá, que conectaba con la quebrada Gavidia; y b) el valle transversal del río Curbatí, que se conectaba con el otro camino. Mientras tanto, Barinas se comunicaba con Apartaderos, Mucuchíes, o el Lago de Maracaibo, a través del camino de Los Callejones, el cual sigue el valle transversal y longitudinal del río Santo Domingo. Por mucho tiempo, estos caminos representaron la única forma de comunicación de la zona de Barinas y Pedraza con otras regiones, a pesar de que no eran las mejores condiciones topográficas y climatológicas, tal como señala Agustín Codazzi, citado por Marco Aurelio Vila: 232 Por estas razones no debió haber sido muy importante el comercio a través de los puertos trujillanos. Los barineses debieron haberse dado cuenta que las rutas a través de los Andes trujillanos no eran mejores que las merideñas, a pesar de las adversidades que presentaban estas últimas. 233 Lo más probable que los barineses se hayan visto perjudicado por el cobro de tales derechos. 234 Ob. Cit. p. 126. 156 “He aquí la causa de las aguas robando, diremos, las tierras progresivamente, hayan formado unos zanjones profundos, que con sus paredes de un terreno de poca consistencia amenazan, en tiempo de lluvias sobre todo, sepultar a los pasajeros: este es el origen del nombre de los Callejones”.235 En términos generales, podemos señalar la presencia de dos circuitos comerciales en torno a los Altos Andes merideños durante los siglos XVI y XVII. Un circuito caracterizado por el comercio de las poblaciones ubicadas en el valle longitudinal del Chama, a través de rutas terrestres transversales hasta el Lago de Maracaibo. El otro circuito se caracterizaba por el comercio de Barinas y Pedraza, con los Andes merideños, con Maracaibo, el Mar Caribe, y otros territorios. En este caso, la Cordillera merideña era el punto intermedio para establecer contactos con el puerto lacustre de Gibraltar, a través de vías terrestres transversales y longitudinales. Por lo tanto, los Altos Andes merideños tuvieron dos áreas influencia en materia económica: el piedemonte andino-lacustre y parte de la costa sur del Lago, y los Llanos barineses, las cuales cumplieron dicho papel debido en gran parte al sistema vial terrestre de caminos reales. A la vez, este sistema de caminos reales impulsó al Lago de Maracaibo como puerta de entrada y salida para diversos productos en el occidente venezolano y centro-oriente colombiano. 235 Aspectos Geográficos del Estado Barinas. Caracas: Corporación venezolana de Fomento. (1963). p. 216. 157 Mapa N° 11 Pueblos de Indios y circuitos económicos coloniales. Fuente: Parada, Ana Isabel. Pueblos de Indios... p. 94. 158 3.7 Centros poblados creados en las encrucijadas. Nos referiremos a las poblaciones que se desarrollaron durante el periodo colonial gracias a las encrucijadas presentes en la cuenca alta del río Chama. En primer lugar indicaremos un breve concepto de este término vial, y luego analizaremos su papel geoestratégico y económico en los procesos de exploración y colonización. En términos generales, una encrucijada es un punto geofísico o unidad poblacional donde se cruzan dos o más caminos, lo cual es determinado en buena medida por las características topográficas. En este sentido, los factores geofísicos influyen en la confluencia de dos o más vías naturales (corredores de valles fluviales), o facilitan al ser Humano la construcción de enlaces viales favorables a diversos propósitos (comerciales, estratégicos, y otros). En cuanto a los centros poblados coloniales surgidos en las encrucijadas, señalaremos dos posibilidades: a) los cruces de caminos que impulsaron el asentamiento de poblaciones a partir de facilidades comunicacionales, siendo indispensable alguna actividad económica (agricultura, tráfico comercial, alojamiento); o b) el asentamiento de poblaciones en puntos geoestratégicos236, estimuló la construcción de rutas convergentes que permitieran el tráfico comercial entre diversas unidades económicas. Como ya señalamos, la confluencia de dos o más vías naturales es un factor en extremo favorable para el desplazamiento de población, y por ende para el asentamiento, lo cual fue aprovechado por los colonizadores 236 Por ejemplo, más o menos equidistante a dichos o más poblaciones o centros de producción. 159 europeos a favor de su proyecto de organización espacial. Básicamente, los colonizadores tomaron ventaja de la interconexión de diversas vías naturales en la cuenca alta del Chama para organizar la economía merideña a través de los circuitos económicos. En este sentido, los colonizadores al explorar y ocupar el valle alto del Chama, no sólo echaron las bases del comercio interandino a través del gran Camino Real, sino que observaron la ubicación de diversos centros poblados de origen prehispánico con notables ventajas comunicacionales, y trazaron una estrategia de control colonial en base a la interconexión de las nuevas poblaciones (pueblos de indios y pueblos de españoles); en otras palabras, diversas partes del valle del Chama eran encrucijadas naturales, y los europeos tomaron ventaja desde el punto de vista de la comunicación y el comercio. A partir de la lectura de algunos mapas se puede determinar la ubicación de algunas encrucijadas, tanto en el valle longitudinal del Chama, como en las rutas de recorrido que partían de dicho valle, con diversos rumbos. En consecuencia, podemos referirnos a poblados como Apartaderos, Mucuchíes, Gavidia, Mérida, entre otros, los cuales ya han sido mencionados en otros aspectos coloniales relacionados con la vialidad. En el caso de Apartaderos, tiene una excelente ubicación geográfica, al ser una especie de nudo donde convergen los valles de tres de los principales ríos andinos: el Chama, el Motatán, y el Santo Domingo, donde convergen por lo menos cuatro rutas naturales, como la del valle longitudinal del Chama, la que se dirige a Piñango, la de los altos Llanos barineses, y la que toma rumbo hacia los Andes trujillanos. A pesar de que Apartaderos contaba con un clima muy frío, y poseía poca producción agrícola, esta condición de encrucijada que históricamente ha comunicado a los altos Andes merideños con otras regiones, ha sido fundamental tanto para el asentamiento de población como para la distribución de productos alimenticios y diversas mercancías. Aún en la actualidad, Apartaderos es un 160 punto fundamental para la comunicación merideña con los Llanos y el centrooccidente venezolano; más aún, Apartaderos se ha transformado en un punto turístico de primer nivel en los Andes venezolanos, gracias a la relativa facilidad con que se desplazan visitantes del Estado Mérida y otras zonas. En cuanto a Mucuchíes, podemos señalar que ha sido el típico punto intermedio de comunicaciones en la cuenca alta del río Chama, a partir de su ubicación en el valle alto, y la confluencia de algunas corrientes fluviales, como las quebradas La Carbonera, La Toma, y Gavidia, elemento que le brinda unas comunicaciones casi directas con el Lago de Maracaibo y con los Llanos de Barinas, como puede observarse en algunos mapas regionales actuales. Este factor tuvo que haber sido fundamental para el establecimiento de los circuitos económicos coloniales que relacionaban estrechamente a las regiones mencionadas con la cuenca alta del Chama. Como ya mencionamos, el comercio entre los altos Andes merideños y sus áreas de influencia, junto al que se hacía por el Camino Real, transformó a Mucuchíes en un importante centro poblado237, de enlace vial, y de distribución alimentaría o de mercancías. Además, su producción agrícola debió aumentar considerablemente, en rubros como el trigo, por ejemplo, para satisfacer la progresiva demanda de harina y bizcochos de Maracaibo, Barinas, territorios caribeños, y la península ibérica. También podemos referirnos a la población conocida como Gavidia, la cual, aunque no está ubicada en el valle longitudinal, si lo está en un nudo donde confluyen las quebradas Las Piñuelas, Gavidia, y El Montón. Hay que tener en cuenta que está población se originó como encomienda, según señala el historiador José Mejías:238 237 Durante el periodo prehispánico, ya había una importante población, aunque dispersa en numerosas aldeas. 238 Los cognomotopónimos que menciona en la cita Mejías, son topónimos derivados de los apellidos. 161 “(...) este nombre cognomotopónimos forma parte del grupo de los más antiguos del área de Mucuchíes. Efectivamente hace referencia a los antiguos encomenderos de la zona. Topónimo de gran importancia por el número de hechos geográficos que identifica. La quebrada, por ejemplo, de curso perpendicular al Chama, se forma por las confluencias de las quebradas. La Pata, Las Piñuelas y El Montón, resulta ser la mayor tributaria del torrentoso Chama. Páramo Gavidia, situado al sur, en los límites con el municipio Santos Marquina. Finalmente, conocemos con este nombre un caserío ubicado al este de Mucuchíes, cerca de las confluencias de las quebradas El Montón y Las Piñuelas”.239 Debido al carácter de encrucijada y de encomienda de esta población durante el período colonial, no es de extrañar que haya sido importante punto para el intercambio comercial, toda vez que se comunicaba con Mucuchíes y con los Llanos barineses, específicamente con las poblaciones de Pedraza y Curbatí. En consecuencia, Gavidia fue una importante zona de paso dentro de los espacios de recorrido comerciales entre Mucuchíes y Barinas, lo cual persistía hasta poco antes de la construcción de la carretera Trasandina. A diferencia de Mucuchíes, no contaba con una gran cantidad de pobladores, ni una importante producción agrícola; sin embargo, el mismo carácter de encrucijada permitió el asentamiento de cierta población durante el período colonial, debido en parte al alojamiento de comerciantes. 239 Ob. Cit. p.117. 162 Foto N° 10 Aviso que indica un cruce de caminos en la población de Gavidia. Foto tomada por María del M. Santos Puente. Agosto 2003. Por último, mencionaremos a Mérida, como importante centro poblado colonial de todos los Andes venezolanos. Esta población también tiene una privilegiada ubicación geográfica, tanto por estar asentada en el valle longitudinal del Chama, como por la unión de diversas rutas naturales. Pero como el área espacial que nos interesa es la cuenca alta del Chama, sólo nos referiremos a la vía que comunicaba a Mérida con los poblados ubicados en el Valle de Los Alisares (donde en la actualidad se localizan poblaciones como El Playón, El Valle, y La Culata). Parte del comercio de Mérida y de dicho valle con Mucuchíes y Maracaibo, se hacía a través del valle longitudinal del río Mucujún, el cual se conectaba con otros corredores naturales en la cuenca alta del Chama, diversificando las posibilidades de comunicación, en el caso, por ejemplo, de que algún otro camino estuviera en muy malas condiciones. Dicha aseveración la corroboramos a través de información obtenida de algunos funcionarios de Inparques (Instituto Nacional de Parques), los 163 cuales nos aseguraron, con mapa en mano, que en la zona de la Sierra La Culata hay una gran cantidad de caminos de tierra o empedrados que se comunican entre sí, la mayoría transitados durante el período colonial para comerciar con Maracaibo. Esta intricada red de caminos tuvo que dar origen a ciertos centros poblados. En un mapa del Estado Mérida editado por CORMETUR240 (sin fecha), aparecen algunos caseríos en cruces de caminos, como algunos ubicados en la Sierra La Culata: Llano Ruzio, La Pueblita, Mucumamo, entre otros. Sin embargo, no debieron constar de una numerosa población, de acuerdo a las condiciones geofísicas parameras, y ante el abandono actual de la mayoría de dichos poblados. 3.8 Centros poblados creados como sitios de alojamiento Analizaremos la relación de la vialidad colonial altoandina con el establecimiento de sitios de alojamiento, conocidos también como aposentos, y posteriormente como posadas, y la manera en que algunos de esos alojamientos se transformaron en centros poblados. Es decir, estudiaremos la vinculación vial con el desarrollo de algunos caseríos, aldeas o pueblos, producto de las necesidades de los viajeros y el trafico comercial En los antiguos caminos andinos, los viajeros no podían realizar, en la mayoría de los casos, largos recorridos en periodos cortos de tiempo;241 más aún, a veces el recorrido entre un punto de partida y uno de llegada definitivo, se situaba entre dos o tres días, y hasta una semana. Entre los factores que motivaban tal situación, tenemos las largas distancias para recorridos pedestres o por tracción animal, la abrupta topografía, las 240 Principal mapa base de nuestro estudio. Debemos aclarar que esta situación se presentaba sólo en los casos que un viajero o grupo de viajeros no concretara el recorrido hasta su destino, lo cual era muy probable, debido a las duras condiciones climáticas que a menudo debieron haber soportado los que se desplazaban por diversos caminos altoandinos. 241 164 cambiantes condiciones climatológicas, entre otras. Aún en nuestros días, muchos de los antiguos caminos prehispánicos y coloniales que son recorridos, sobre todo con fines turísticos, exigen de los viajeros tiempos considerables para completar los trayectos. En primer lugar, haremos una breve referencia sobre las posibilidades del alojamiento en el período prehispánico, y entonces notaremos que solo merece estudiar el tema desde el período colonial. Aunque no contamos con ninguna información sobre sitios de alojamiento en los Andes merideños durante el período prehispánico, es probable la presencia de cierto tipo de refugios,242 debido a los movimientos de población con fines económicos o religiosos. En este sentido, factores como el cambio abrupto de las condiciones atmosféricas, seguramente obligaban al viajero indígena a pernoctar en algún sitio. La importancia de las posadas en otras culturas prehispánicas americanas, como el Imperio Inca, refuerza nuestra tesis. De acuerdo a Louis Baudin, en los caminos imperiales se encontraban los llamados tambos, ubicados cada cierto tramo, los cuales según Louis Baudin: “(...) encerraban a menudo provisiones abundantes y constituían lugares de refugio (...).Una tropa numerosa podía hallar abrigo y alimentos, vestidos y armas dentro de sus muros”.243 A pesar de este importante señalamiento, no podemos más que teorizar sobre los sitios de alojamiento prehispánico en los Andes merideños, más aún si intentáramos demostrar que uno o más centros poblados surgieron gracias a la actividad del hospedaje. Por esta razón, es conveniente estudiar la relación alojamiento-centro poblado a partir del período colonial, para lo cual además, contamos con importante información escrita, de las crónicas a nuestros días. 242 243 Desde una simple cueva hasta algunas viviendas de piedra. Ob. Cit. p.300. 165 Pero no es de nuestro interés referirnos a las condiciones del alojamiento como tal, sino a la transformación de un sitio de alojamiento en un centro poblado (o viceversa) gracias al desplazamiento de población a través de los caminos, generando su concentración en un lugar determinado, que a su vez traía como consecuencia el movimiento comercial y la estabilidad de algunos pobladores. Como señalamos anteriormente, diversos factores motivaron la creación de los sitios de alojamiento, llamados posteriormente aposentos y posadas, y la historiadora Magaly Burguera los resume así: ”Las largas jornadas a través de tupidas selvas, las características del clima local, las dificultades del terreno, escarpado en unos lugares, cenagoso en otros, y los ataques de diversos grupos indígenas, motivaron a que cada cierto trecho de camino se construyeran lugares similares donde viajeros y recuas se detenían para descansar”.244 Ahora bien, nos referiremos a la influencia de los lugares de alojamiento en el surgimiento de centros poblados en las principales vías de comunicación de la cuenca alta del Chama, tanto en las que partían del valle longitudinal, rumbo a las áreas de influencia merideña (Maracaibo y Llanos de Barinas), como en el Camino Real. En estas rutas se registraba el mayor tráfico comercial, y por ende, el más importante tránsito de personas del espacio altoandino merideño. En términos generales, señalaremos tres poblaciones ubicadas en el Camino Real, como son La Venta, Apartaderos, y Los Aposentos, acerca de las cuales contamos con datos precisos. Sin embargo, esto no significa la ausencia de otros sitios de alojamiento en las rutas de recorrido de la cuenca alta del Chama, y que hayan contribuido con el surgimiento de centros poblados. 244 Ob. Cit. p. 86. 166 El caserío La Venta245 es quizá el más conocido sitio de estancia para viajeros. Aunque no se localizaba en el valle alto del río Chama, sino en la parte superior del río Motatán, era parte del recorrido de diversos comerciantes entre territorio merideño y la Provincia de Venezuela. Contaba con una importante ventaja geoestratégica, como la de ser un punto más o menos equidistante entre los centros poblados más cercanos del valle del Chama y del valle del Motatán, como lo eran Apartaderos y Chachopo. Más importante aún, era su condición de refugio ante las duras condiciones climáticas, a pesar de no ser tan largo el recorrido246 entre las poblaciones mencionadas. En este sentido, el tipo de ecosistema presente en la zona es paramero casi en su totalidad, por lo cual era casi obligatorio hospedarse en La Venta, tanto para los que se desplazaban por el Camino Real en sentido oeste-este, o viceversa. Este caserío estaba asentado más o menos donde se ubica la actual población, y Tulio Febres Cordero hace una reseña del interesante documento de petición para la construcción de un sitio de alojamiento: “El capitán Hernando Cerrada, vecino de la ciudad de Mérida, parezco ante Vtras. Mds. y digo: que yo tengo necesidad de un pedazo de tierra en términos de Chachopo, que es y son mis aposentos en el páramo, que es y lo quiero para hacer una Venta (...), por ser como es mucha necesidad y camino real, y por allí pasa mucha gente (...) para que sea ayuda de recoger la gente y caballos, pues se entiende es de necesidad y bien de esta República (...).247 245 Así se denominaba a determinada casa establecida en los caminos para hospedaje de los viajeros. 246 Esto es relativo, porque durante una fuerte nevada, por ejemplo, viajar a pie o en bestia es muy desalentador, por muy corto que pueda ser un trayecto. 247 Dècadas de la Historia... p. 109. 167 El sitio conocido como Apartaderos, también debió parte de su origen como poblado colonial a su condición de posada. Su notable posición geoestratégica, como encrucijada de diversas vías que comunicaban a los altos Andes merideños con el Lago de Maracaibo, y con los Llanos barineses, además de ser un importante enlace en el Camino Real interandino, fue fundamental para facilitar el traslado de personas, productos alimenticios, y diversas mercancías. En este sentido, es indudable que los viajeros de diversas regiones requirieran de alojamiento en un lugar donde pudieran comunicarse relativamente fácil con otras zonas, o incluso, donde pudieran establecer intercambios comerciales, teniendo en cuenta la importancia de la encrucijada. El escritor Juán de Diós Picón es uno de los que sostiene dicha tesis: “ Los viageros procuran pasarlo lo más de mañana que es posible porque en este tiempo es más benigno; para cuyo fin regularmente se hospedan en el sitio llamado de los Desapartaderos, al pie del páramo y de donde se separan los caminos que van para las provincias de Trujillo y Maracaibo por Timotes y el que va para la provincia de Barinas por Santo Domingo y Las Piedras”.248 En cuanto al establecimiento de la población en Apartaderos, si bien no era abundante por la escasez de tierras cultivables, hay que señalar, sin embargo, que dicha localidad se vio favorecida por las facilidades para el desplazamiento moradores gra 248 Ob. Cit. p.41. poblacional, por las ventajas que podían obtener sus 168 cias al tráfico comercial, y eventualmente, a cierta actividad turística.249 El caserío Los Aposentos se ubica en un sitio cercano a la población de Mucuchíes, por lo cual puede considerarse parte del área de influencia de este último durante el período colonial. Como sabemos, Mucuchíes era una importante población durante el periodo prehispánico y colonial, como punto de enlace en el Camino Real, y al igual que en Apartaderos, se interconectaban diversas vías de comunicación. En este sentido, era evidente el movimiento de población y de mercancías, destacando la importancia que pudo haber tenido para los intermediarios comerciales, que establecían contactos, por ejemplo, entre los Llanos barineses y el Lago de Maracaibo. El historiador José Mejias confirma la importancia de Los Aposentos como sitio de alojamiento durante el periodo colonial: “Es un caserío ubicado al oeste de Mucuchíes. Este topónimo es uno de los más antiguos de esta zona, ya vemos como la palabra aposento aparece en la documentación del siglo XVI como el lugar donde tenían su morada antiguamente los encomenderos que poseían tierras en Mucuchíes. Posteriormente, estos lugares toman otras características, es decir, pasan a ser sitios de llegada y estadía de viajeros (...)”.250 Por último, podemos agregar el caso de Torondoy, población ubicada en una de las rutas transversales que comunican a los Andes merideños con el sur del Lago de Maracaibo. Al respecto, la geógrafa Ileana Parra comenta 249 Por supuesto que es una simple teoría, hasta que se demuestre su veracidad. El turismo como actividad de masas surgió en los Andes merideños a mediados del siglo XX. 250 Ob.Cit, p. 104. 169 lo siguiente: “La necesaria comunicación entre Mérida y el Lago motivó a que Torondoy se convirtiera en un sitio de tránsito, con el que podían contar los arrieros para el descanso.”251 3.9 Ubicación geográfica aproximada de los principales caminos La ubicación geográfica de los principales caminos de recorrido durante los siglos XVI y XVII, es parecida a la de las rutas prehispánicas, de acuerdo a los diversos aspectos tratados en este capítulo. La diferencia entre las rutas recorridas en cada uno de los periodos de nuestra investigación, radica fundamentalmente en cuanto a la organización del espacio y las actividades económicas. En este sentido, la organización del espacio colonial se realizó en diversos circuitos económicos, que relacionaban a los altos Andes merideños con el piedemonte meridional, con los Llanos barineses, y con el Lago de Maracaibo. Por lo tanto, la vialidad asociada a dichos circuitos, trajo como consecuencia que la cuenca alta del Chama tuviera como áreas de influencia a las regiones ya mencionadas, las cuales eran importantes, de cierta manera, en el periodo prehispánico. La mayor diferencia del sistema vial prehispánico y colonial en la cuenca alta del Chama, estriba, por lo tanto, en la ampliación, reestructuración, o construcción de nuevas vías que permitieran el eficaz transporte de mercancías a través de los circuitos económicos ya mencionados. Además, la mayoría de las vías coloniales, al contrario de las prehispánicas, han sido reseñadas de forma escrita a partir del mismo periodo colonial. A continuación indicaremos, en forma aproximada, los probables recorridos de las rutas más importantes durante la primera etapa 251 Ob. Cit. p. 64. 170 de la colonización en la cuenca alta del Chama, a través de la visualización gráfica de nuestro mapa base. Mapa N° 12 Ubicación aproximada de las principales rutas de recorrido colonial en la cuenca alta del Chama. LEYENDA CAMINO REAL Comunicación con los Llanos Comunicación con el sur del Lago Modificado por: María del M. Santos P. y Rubén A. Hernández A. Fuente: Corpoturismo. Mapa del Estado Mérida. Caracas: Grupo Editor Interarte. (s/f) 171 3.10 Las vías de comunicación y su vinculación geopolítica y jurídica. Analizaremos brevemente la relación que pudo haber entre el recorrido o las distancias de las vías de comunicación colonial, y algunos elementos relacionados con la organización político-administrativa de la jurisdicción merideña y territorios vecinos. Específicamente, nos referiremos a dos problemas estrechamente vinculados a los espacios de recorrido que partían de la cuenca alta del Chama: a) uno limítrofe, correspondiente a las disputas entre Mérida y Maracaibo por el puerto lacustre de Gibraltar; y b) uno de tipo geopolítico, correspondiente a la necesidad de crear una provincia en los Llanos occidentales, independiente de la región merideña. Antes de comenzar la reseña, debemos indicar que la estructuración político-administrativa del territorio merideño y áreas circundantes, bien sea como Provincia de Mérida o como Corregimiento, correspondió en gran parte a los circuitos económicos interconectados por un complejo sistema vial. En este sentido, las diversas rutas naturales que comunicaban a los Andes merideños con otras regiones, y cuyo eje principal era el Camino Real, sin duda determinaron, al menos en parte, que las autoridades coloniales establecieran la división político-administrativa correspondiente, a partir de la separación de Mérida del Corregimiento de Tunja. En este orden de ideas, es importante señalar que las autoridades merideñas mostraban preocupación por las grandes distancias que tenían que recorrer hasta Santa Fe de Bogotá, con el propósito de resolver problemas de tipo político, administrativo, entre otros. En consecuencia, se creó por Real Cédula de Diciembre de 1607, el Corregimiento de Mérida y La Grita, para atender diversos asuntos de ciudades como La Grita, Mérida, y San Cristóbal, tomando en cuenta las distancias relativamente cercanas entre ellas, en vez de tener que desplazarse hasta la lejana capital del Corregimiento de Tunja. 172 En cuanto a las disputas por Gibraltar, hay que resaltar la importancia del puerto de Gibraltar,252 la cual podemos resumir en dos aspectos: a) el grueso del ingreso y salida de diversos productos en gran parte del suroccidente venezolano (incluyendo la cuenca alta del río Chama), se realizaba a través del mencionado puerto; y b) el norte del actual Estado Zulia comerciaba con Mérida a través de Gibraltar. Basándonos en lo anterior, podemos indicar que los intereses de Mérida y Maracaibo dieron origen a una rivalidad por el control de Gibraltar, a través de la anexión en sus términos locales, resultando en grandes controversias que subsisten la actualidad (siglo XXI), aunque extendida a toda la costa sur del Lago de Maracaibo, y con motivaciones económicas y geopolíticas de la realidad contemporánea. Ahora bien, es obvio que no profundizaremos en los aspectos jurídicos, políticos, o económicos del problema, sino lo necesario para explicar el papel de la vialidad, específicamente en el caso merideño, debido al ámbito espacial de nuestro estudio. Hay que recordar que el puerto de Gibraltar surgió gracias a la presencia de los circuitos económicos merideños coloniales, y era uno de los principales puntos de ingreso y salida de mercancías a los Andes venezolanos; por lo tanto, debía llegarse hasta éste por caminos de relativa importancia, que partían del valle del Chama o de los altos Llanos barineses, atravesando los Andes merideños. Efectivamente, había preocupación de las autoridades merideñas por mantener en buen estado el o los caminos que se dirigían hacia el puerto lacustre, y así controlar las apetencias de Maracaibo, como señala la geógrafa Edda Samudio de Chávez: 252 La jurisdicción de este puerto, aparentemente perteneció a Mérida en los primeros tiempos, ya que el centro poblado fue fundado por vecinos de Mérida. 173 “Otra manifestación del empeño de Maracaibo por adquirir el control de la producción andina, fue su franca oposición a la vía lacustre con destino a Gibraltar, así como la construcción de caminos que facilitaran el transporte de sus productos al estar ya Mérida bajo su jurisdicción. Frente a esas actitudes fueron múltiples las reacciones de Mérida (...)”.253 En este sentido, la geógrafa cita un acta del cabildo de Mérida de 11 de marzo de 1765, en la que se disponía lo siguiente: “(...) el Cabildo de Mérida trataba de obtener que (...) se abran caminos reales de toda la jurisdicción para lo que se libraran las comisiones que correspondan (...), para la institución de trato con todos los lugares de la provincia de Venezuela, el que no ha podido verificarse, no obstante de haberse practicado para ello algunas diligencias en la ciudad de Maracaibo, por ser interesados en la continuación del antiguo comercio”.254 En consecuencia, podemos señalar que el estado de la vialidad hacia Gibraltar tuvo que haber sido de gran importancia para las autoridades merideñas, al menos durante su auge, no sólo porque se mantenía un constante tránsito de productos agrícolas, animales, y mercancías entre Mérida, Maracaibo, las Islas del Caribe, y la misma península ibérica, sino porque facilitaba el asentamiento de cierta población en una zona prácticamente deshabitada (área circundante a Gibraltar y Tucaní), en cuyas tierras, además, se dio la producción y distribución de algunos rubros importantes como el cacao, que se sacaba en gran parte a través de 253 Las ordenanzas del corregidor de Mérida Don Juan de Aguilar para San Antonio de Gibraltar 1610... p. 56. 254 Ibídem. p. 58. 174 Gibraltar. En fin, si las autoridades merideñas llegaron a tener efectivo control sobre Gibraltar y zonas circundantes, fue debido en gran parte al mantenimiento de la vialidad. Mientras tanto, Maracaibo, que perteneció a la Provincia de Venezuela durante gran tiempo,255 intentó controlar el puerto lacustre, fundamentalmente a partir de su nombramiento como la capital de la Provincia de Mérida. Para los intereses de Maracaibo, el aspecto económico de la producción portuaria era tan importante como el geográfico, en cuanto a que querían el control directo de la distribución a través del puerto, sin tener que pagar tributos, o estar sometidos a los controles burocráticos o administrativos de la institucionalidad merideña. Incluso, durante los últimos momentos de la Colonia, y posteriormente durante el período republicano, Maracaibo ha controlado gran de la costa sur del Lago. Parte de los Llanos barineses también estuvo sometida a la jurisdicción del Corregimiento y la Provincia de Mérida (entre 1607 y 1777), especialmente aquella comprendida entre las poblaciones de Pedraza y Barinas, ubicadas cerca del piedemonte meridional. Estas dos poblaciones fueron fundadas por vecinos de Mérida, lo que determinó en parte su futura pertenencia político-administrativa. Sin embargo, también hay que considerar la presencia de elementos geográficos, relacionados con las comunicaciones que facilitarían el comercio de esta región. En este sentido, hay que señalar que en las zonas de Barinas y Pedraza hubo una importante producción de tabaco en los primeros tiempos coloniales, y de ganado vacuno a partir de finales del siglo XVII, teniendo los barineses que comerciar dichos productos con los Andes merideños, con Maracaibo, con parte del actual territorio 255 En 1676 Maracaibo fue separada de la Provincia de Venezuela para anexarla a la Provincia de Mérida, siendo su posterior capital a partir de 1778, por su importancia geoestratégica. 175 colombiano, e incluso con territorios de ultramar, como consecuencia de que gran parte de los Llanos aún no había sido colonizada, y las distancias terrestres eran dificultosas.256 Por otra parte, los barineses pudieron haber tenido la oportunidad de comerciar por vía fluvial a través de los ríos que conforman la cuenca del río Orinoco, pero dicha cuenca no fue explorada convenientemente sino hasta el siglo XVIII. En consecuencia, la vialidad terrestre que comunicaba a Barinas con Mérida y el Lago de Maracaibo, con todo y las dificultades topográficas, climatológicas, también obligó a su población a depender de las autoridades merideñas, en virtud de las distancias relativamente cortas. 257 A pesar de que la ruta andina era la más expedita para el comercio, parece que los pobladores barineses nunca estuvieron cómodos con su recorrido, y reclamaban por pérdidas económicas causadas aparentemente por las dificultades topográficas y climáticas de la ruta mencionada258. Al respecto, el historiador Virgilio Tosta cita un documento del Archivo General de Indias: “(...) es muy aspero por tener siete leguas de paramo tan frio y de tan mal camino que ordinariamente se abren las mulas con las cargas en algunos barrancos y no ay quien las quiera alquilar ni dar gente para que se lleve el dicho tabaco, así se biene a quedar en los páramos mucha cantidad, pues a llegado a quinientas arrobas sin que llegue a tiempo de 256 Por ejemplo, las distancias entre Barinas y ciudades como Valencia y Caracas, eran de cientos de kilómetros, y seguramente los viajeros tendrían que haberse desplazado por zonas pantanosas y selváticas, evidentemente despobladas. 257 Para Barinas era mucho más rentable sacar su producción hacía Maracaibo y territorios del Atlántico, que intentar a atravesar la Provincia de Venezuela hasta las costas norteñas, o remontar territorio neogranadino. 258 Sin embargo, como ya señalamos, es probable que los barineses hayan estado molestos porque se les obligó a comerciar a través de Gibraltar (jurisdicción merideña), pagando importantes tributos. 176 poderse embarcar, y an parecido muchos indios en este biaje (...), y a los reales derechos disminución por ser mucho menos el tabaco que se navega trayéndolo por el dicho puerto de gibraltar.” 259 Tal vez esta fue una de las razones fundamentales para que finalmente fuera creada la Comandancia de Barinas en 1786, independiente de los términos merideños. Evidentemente, habían logrado comunicarse más fácilmente con otras regiones. En este sentido, debieron haberse beneficiado de la progresiva colonización de los Llanos occidentales (actuales Estados Barinas, Apure, Portuguesa, y Cojedes), estableciendo comunicaciones terrestres generalmente a través de la gran franja piemontina. Además, la creación de esta Comandancia coincidió con la navegación regular de las aguas de los principales ríos del eje Apure-Orinoco, lo cual facilitó el transporte de diversos productos, especialmente el ganado, y algunos derivados como el cuero y la leche. Por lo tanto, el desarrollo poblacional y económico de la cuenca llanera del Orinoco, tuvo incidencia en las necesidades comerciales de Barinas y en el surgimiento de nuevos espacios de recorrido, dependiendo cada vez menos del tráfico a través de los Andes merideños y el Lago de Maracaibo. 259 Ob. Cit. p. 127. 177 CONSIDERACIONES FINALES Haremos una serie de comentarios sobre algunos aspectos generales de la investigación, no de manera concluyente, sino con la posibilidad de continuar los estudios en la temática. A grandes rasgos, podemos observar la importancia de la vialidad terrestre para el poblamiento prehispánico y colonial de la cuenca alta del río Chama, siendo determinante para la organización espacial, a partir del conocimiento que tuvieron indígenas y colonizadores del territorio. En este sentido, las comunicaciones de los altos Andes merideños, cuyo eje central era el valle longitudinal del Chama, fueron relevantes en aspectos que van desde la concentración de la población hasta el trafico comercial. Es así como una serie de caminos naturales impulsó la concentración de población prehispánica en un gran número de pequeñas comunidades, y a la vez facilitó los intercambios de alimentos y mercancías entre indígenas andinos y aquellos asentados en regiones como las piemontinas, constituyéndose estas últimas en espacios de influencia para los altos Andes merideños, consolidadas como tales durante el período colonial. Posteriormente, las rutas indígenas facilitaron los procesos de penetración, exploración, y ocupación espacial definitiva por parte de los colonizadores al servicio de la Corona española (siglos XVI-XVII). De esta manera, los colonizadores simplemente tomaron ventaja del medio físico para ingresar en tierras altoandinas, y sacar provecho de la ubicación geoestratégica de algunas comunidades prehispánicas, dando forma a una organización espacial basada en el adoctrinamiento (pueblos de indios) y el funcionamiento de circuitos económicos internos (interandinos) y externos 178 (hacia Barinas, Maracaibo, y otros territorios), en los que la mano de obra indígena era fundamental. Lo anterior nos indica que el indígena de la cuenca alta del Chama aportó un conocimiento fundamental sobre el medio físico de la región, lo cual puede comprobarse a través de algunos elementos claves, como: a) el asentamiento de poblaciones prehispánicas en importantes valles longitudinales y transversales, o en encrucijadas; y b) sus intercambios comerciales con otras regiones, lo que terminó siendo una especie de preparación para los oficios coloniales de arrieros, baquianos, cargadores, o cualquier otro relacionado con el tráfico de alimentos, ganado, y mercancías. Dentro del proceso de organización espacial colonial, los paisajes de recorrido también contribuyeron con la creación de diversos centros poblados, a partir de la presencia de encrucijadas naturales y de la necesidad de alojamiento de todos aquellos comerciantes y arrieros que recorrían largas distancias en los principales caminos. Las encrucijadas condicionaron el denominados así surgimiento de centros poblados geoestratégicos, por poseer importantes ventajas comunicacionales; mientras que diversos sitios de alojamiento, indispensables ante las duras condiciones topográficas y climatológicas del espacio altoandino merideño, evolucionaron hasta transformarse en centros poblados, como el caso de La Venta. En este sentido, es indudable la importancia que tuvo el conocimiento del medio físico para diferentes elementos del poblamiento de la cuenca alta del Chama y zonas circundantes. En términos generales, tanto en el periodo prehispánico como en el colonial, el medio físico condicionó los paisajes de recorrido y la consiguiente organización espacial, los cuales variaron en algunos aspectos entre uno y otro marco cronológico, debido fundamentalmente a la diferenciación de las actividades económicas; sin embargo, es indudable que cumplieron un 179 objetivo común: interrelacionar diversos poblados de la cuenca alta del Chama, creando una especie de identidad regional histórica, caracterizada por el sentido de procedencia, pertenencia, y permanencia socioterritorial. En este orden de ideas, podemos señalar que tanto los pobladores prehispánicos como los colonizadores, tuvieron una visión muy clara en cuanto a la selección de rutas para la penetración y posterior organización espacial, no sólo de los Andes venezolanos, sino en general del territorio conocido en lo sucesivo como Venezuela. A pesar del esfuerzo en nuestra investigación, no podemos obviar las dificultades al recolectar y analizar la información, además de la escasez de trabajos especializados. En primer lugar, la ausencia de fuentes escritas del periodo prehispánico, invita a seguir estudiando acerca de la procedencia y rutas de penetración de los grupos prehispánicos merideños, y respecto a los tipos y zonas de intercambios, a través de estudios arqueológicos, linguísticos, antropológicos, entre otros. En segundo lugar, a la escasez de documentos coloniales relativos a elementos vinculados con la vialidad260, se une el desinterés o la poca colaboración de algunos funcionarios que laboran en los archivos históricos regionales. En este caso sería importante exigir una mayor disposición del material presente en archivos históricos regionales, nacionales, e internacionales. En tercer lugar, no hay una cartografía geohistórica prehispánica y colonial de los Andes merideños, 261 lo cual nos obligó a modificar algunos mapas de acuerdo a la temática. Hay que considerar que dicha cartografía 260 261 Al menos en los archivos regionales. A pesar del esfuerzo aislado de algunos investigadores. 180 sería importante no sólo para el conocimiento de la vialidad o de la organización espacial, sino para el conocimiento histórico en general. En resumen, podemos indicar que nuestro trabajo no es definitivo, sino un portal abierto en el campo de la relación entre el poblamiento histórico y las vías de comunicación, específicamente en los altos Andes merideños. En consecuencia, intentaremos ampliar nuestras investigaciones, a la vez que invitamos a todo aquel que esté interesado, a que ingrese y explore en una temática de la Geografía Histórica poco estudiada, pero trascendental para comprender la Historia del poblamiento humano. 181 FUENTES BIBLIOGRAFÍA 1. 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Caja 13, doc. 03. 1829. 192 2. Camino de Mucumpate. Ante las quejas de comerciantes, traficantes, practicos y arrigeros. Mérida: Biblioteca Febres Cordero. Actas del Cabildo de Mérida. Caja 5, doc. 04. 26 de Abril de 1824. 3. Camino de Tucaní. Antiguo camino de Mérida a Gibraltar llamado Tucaní. Instrucciones que deberá seguir Ramón Garzo para descubrir el antiguo camino. Mérida: Biblioteca Febres Cordero. Caja 13, doc. 07. 1829. 4. NECTARIO, María (transcriptor). Visita a Mucuchíes, 1655. Colección Los Andes. Tomo 13. Mérida: Universidad de los Andes; Biblioteca de la Facultad de Humanidades y Educación. (s/f). FUENTES GRÁFICAS 1. CORPOTURISMO. Mapa del Estado Mérida. Caracas: Grupo Editor Interarte. (s/f) 2. ATLAS BÁSICO. Caracas: Editorial Cartográfica de Santillana.1994. 3. ATLAS GEOGRÁFICO UNIVERSAL. Venezuela. Barcelona: Grupo Editorial Océano. Barcelona: (1999). FUENTE ELECTRÓNICA http://www.banrep.gov.co/museo/esp/expo/manejo/sierra2.htm Fecha: 12-03-2003. 193 ANEXOS Camino de Tucaní. Antiguo camino de Mérida a Gibraltar llamado Tucaní. Instrucciones que deberá seguir Ramón Garzo para descubrir el antiguo camino. COTA 091 C183t Caja 13 Doc.07 1829 Mérida Biblioteca Febres Cordero Extracto “Al Jefe Municipal de Gibraltar (...), sin encontrar dificultad descubrieron el antiguo camino hacia la quebrada de Tucaní de donde regresaron a causa de haberse enfermado el practico [¿algún guía o ingeniero?] no faltándoles sino como una legua para salir a la parte llana (...), han resuelto que continue el descubrimiento mandando otra expedición (...), quieren tomar a mi cargo esta empresa por medio de una compañía con el objeto de proporcionar esta ventaja al comercio y agricultura rembolsando el capital que se invierta con algún interes para cuyo fin es que se ha resuelto descubrir y determinar el lugar por donde debe abrirse el camino: se ha descubierto hasta la quebrada de Tucaní: y resta el espacio que hay desde esta hasta Gibraltar. El 20 del entrante Enero saldrá la segunda expedición y yo espero que usted le interesará en mandar todos los baqueanos (...) se dirijan al pie de la serranía a donde deberán estar el 23 o 22 para que encontrandose con los de aca les faciliten el transito hasta esa ciudad, en donde de acuerdo con los mas practicos determinaran el lugar más directo y facil por donde deba tirarse el camino desde esa [Gibraltar] al pie de la serranía (...)”. Camino de Mucumpate. Ante las quejas de comerciantes, traficantes, practicos y arrigeros. Actas del cabildo de Mérida. COTA 091 C115a 823-825 Caja 5 26 de Abril de 1824 Mérida Doc. 04 Biblioteca Febres Cordero Extracto “(...) las medidas tomadaz con el Gobernador comte. del pto de Gibraltar (...) acerca de la apertura del transito, vencidoz los tropezones, camposidades y estorboz, de el de Mucumpate, de este distante, al de Gibraltar precediendo (...), tubiesen a bien (...) exploradores y descubridores (...) ratificaron la apertura del camino de Mucumpate, sin estorbo alguno [con la contribución de campesinos y autoridades del cantón de Mucuchíes] ni dejar de vista el otro camino indicado de Tucaní en la oportunidad que la coyuntura avise emprenderlo (...)”. Camino de Gibraltar. Correspondencia dirigida al jefe Municipal de Gibraltar, sobre la expedición destinada a descubrir el antiguo camino de Tucaní hasta llegar a Gibraltar y sobre la formación de una Compañía para la apertura de dicho camino. COTA 091 C183g Caja 13 Doc. 03 Mérida 1829 Biblioteca Febres Cordero Extracto “Al Jefe Municipal de Gibraltar: en consecuencia a lo que expuse a usted en mi comunicación sale mañana una expedicion con el objeto de descubrir el camino antiguo de Tucaní llevando las instrucciones (...) y en las que se le previene que al llegar a Gibraltar se ponga de acuerdo con los demas sobre la dirección que convendra darle al camino (...) al pie de la serranía (...), para que a su regreso dejen las señales necesarias a fin de los que emprendan (...) no tengan ninguna dificultad. Incluyo a usted el proyecto de la compañía que se comienza a formar para la apertura del camino para los que quieran inscribirse lo figuran nombrando (...), para que a su nombre concurra a la elección de la dirección. Yo espero que usted con los demas vecinos tomaran todo el interes que exige un establecimiento tan ventajoso para ambos lugares [Gibraltar y Mérida] y al mismo tiempo que se sirviera franquear a la expedicion todos los auxilios necesarios para su regreso los que seran costeados por compañía (...)”. Croquis relativo a la vialidad merideña de mediados del siglo XIX Fuente: Picón, Juan de Dios. Estadística y Descripción... p. 65 Mapa relativo a rutas de comercialización merideñas. (distintos períodos históricos). Fuente: Moreno, Amado. Espacio y Sociedad... Anexos. Indígena cargador o mochilero en Mucuchíes. A comienzos del siglo XX Fuente: Jahn, Alfredo. Los aborígenes del occidente... p. 300.