spanish - 2016 - Jersey Eisteddfod

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SPANISH - 2016
COMPETITIONS:
Wednesday 30th November 9.00 am at the Town Hall
CONTACT: Mrs C. Woodward at Roseleigh, Rue es Picots, Trinity JE3 5JG Tel:863474
ADVANCE ENTRIES TO: Mrs C. Woodward at Roseleigh, Rue es Picots, Trinity JE3 5JG Tel:863474
CONDITIONS OF ENTRY
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Scripts may only be used in Classes for 16 years and adults
Copies of Own Choice pieces to be given in by the last working day of October 2016.
Titles and Authors to be announced from the stage
Entry forms at the back of the syllabus
CONDITIONS OF PERFORMANCE
• Competitor(s)/teachers admitted free of charge to those sessions in which they are taking part.
• Only authorised officials may remain at the side of the stage during any competition.
• In no circumstances will the making of unofficial sound, video or still photographic recordings be
permitted at any performance, presented or organised by the Executive Council of the Jersey
Eisteddfod.
ENTRY FEES
Under 18 years
18 years and over
Duologues
£3.50
£6.00
£6.00
Please make cheques payable to the Jersey Eisteddfod
ABSENTEEISM /CANCELLATION: For cancellations or delays please advise Mrs C Woodward on 863474
The Jersey Eisteddfod reminds both competitors and audiences that there is an absolute ban on any
unauthorised recording of its proceedings, both during performances and backstage. As a result, the Jersey
Eisteddfod takes no responsibility for any images that may appear on any social media without permission.
SPANISH POEMS AND READINGS
Class 536 (Newcomers)
Open to any age for participants who have been learning the language for less than
one year. Recite from memory an own-choice poem or piece of prose which should
last no longer than 3 minutes. The poem may be selected from the set-choice
classes. Submission of poem or piece of prose should be made to the Section
Chairman by the last working day of October 2016.
Class 537 (Primary - 11 years and under – non-native) and
Class 538 (Primary – 11 years and under - native)
Recite from memory an own-choice poem or piece of prose which should last no
longer than 2 minutes. The poem may be selected from the set-choice classes.
Submission of poem or piece of prose to the Section Chairman should be made by
the last working day of October 2016.
Class 530 (12 and 13 years – non-native).
Choose one of the following:
Ratón Ratonero de Gracia Iglesias
El Barquito de Papel de Amado Nervo
Las Ovejas Canción Popular
Class 531 (12 and 13 years - native*)
Choose to recite from memory one of the pieces of prose or poems from Class 532,
or an own-choice under 3 minutes long and submitted to the Section Chairman by
the last working day of October 2016.
Class 532 (14 and 15 years - non native)
Choose one of the following to recite from memory:
La Saeta de Antonio Machado
Cuando me Vaya de Gloria Fuertes
Class 534 (16 years and above - non native) and
Classes 533 (14-15 native*) and 535 (16 years and above - native*)
Choose one of the following (scripts may be read) :
Pobre Manolito de Elvira Lindo
Contigo de Joaquín Sabina
PoemaXVI de Gustavo Adolfo Bécquer
La Reina descalza de Ildefonso Falcones
*(Native speakers only may additionally choose their own poems or readings.
Maximum 3 minutes. Conditions of Entry apply)
Class 539 (any group age)
DUOLOGUES
Duologues are conversations between 2 characters whose performance on
stage is static, without the use of props. Scripts may be read.
Choose from:
Igualdad de Derechos de Adelina Corea
Las Bicicletas son para el Verano de Fernando Fernán-Gómez
or
Eloísa está debajo de un Almendro de Enrique Jardiel Poncela
Classes 530 and 531
Ratón Ratonero
de Gracia Iglesias
Ratón ratonero
sin pan ni dinero,
vino la ratita,
Le dijo ¨te quiero¨
y, de la vergüenza,
él perdió el sombrero.
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El Barquito de Papel
de Amado Nervo
Con la mitad de un periódico
hice un barco de papel,
en la fuente de mi casa
le hice navegar muy bien.
Mi hermana con su abanico
sopla, y sopla sobre él.
Buen viaje, muy buen viaje
barquichuelo de papel!
*************************************
Las Ovejas
Canción popular
Tengo, tengo, tengo
tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas
en una cabaña.
Una me da leche,
otra me da lana
y otra mantequilla
para toda la semana.
*************************************
Classes 532 and 533
La Saeta
de Antonio Machado
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
*************************************
Cuando me vaya
de Gloria Fuertes
Cuando me vaya...
no quiero ser estatua,
ni cuadro ni vitrina,
sólo si acaso de saco una cortina
que te entorne la luz para que duermas.
Quisiera convertirme en tu linterna
y serte útil cuando no ves claro,
eso y sólo dormirme en tu costado
y amanecer rezando en tu cadera
Quisiera ser la lluvia en tu pradera
o tú mi lluvia o yo tu mar y tú mi barco
o al revés, jugar,
ser siempre un niño que en el amor me crezco,
quisiera ser,
todo lo que ya soy y aún no merezco.
************************************* tatua,
Classes 534 and 535
Pobre Manolito
de Elvira Lindo
Aquel sábado siete de enero todo Carabanchel (Alto) estaba en El Tropezón. La gente se
traía sillas de otros bares. Era impresionante. Y allí estaba yo, haciendo que me gustaba el
fútbol (llevo disimulando desde que tengo uso de razón), y todo porque mi padre no me
desherede. Me molestaría mucho que fuera el Imbécil el que se quedara con el camión. Por
eso llevo toda mi existencia sin poder confesar que no me entero de nada cuando veo un
partido.
Tengo que hacer que entiendo para ser alguien en esta vida.
Cuando meten un gol me pongo forofo perdido, grito más que nadie, y así voy salvando el
tipo, aunque hay veces que te vas de la lengua y metes la pata y ocurre lo peor. Eso
sucedió aquella tarde maldita, que me pasé de rosca.
Aquel fallo pudo costarme la vida. Cuando el Madrid metió el cuarto gol, me subí encima de
una silla, tomé aire y con todas las fuerzas que me cabían en el cuerpo que tengo, grité:
-Todos juntos: tres hurras por Romario!
Lo grité con tanto ímpetu que se me empañaron los cristales de las gafas y no pude ver que
todas las caras se volvían hacia mí. Escuché, eso sí, un silencio atronador. Un silencio
sepulcral. Me limpié las gafas para ver qué pasaba. Dejaron de mirarme a mí y miraron a mi
padre como suelen mirar los que están en la barra de los bares del Oeste al forastero que
entra en el saloon. Aquellas personas querían que mi padre me diera mi merecido, pero mi
padre es contrario a la violencia física (no como mi madre) y lo único que pudo hacer es
bajar la cabeza avergonzado.
*************************************
Contigo
Joaquín Sabina
Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros,
yo no quiero sembrar ni compartir,
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero domingos por la tarde,
yo no quiero columpio en el jardín,
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste,
yo no quiero contigo ni sin ti,
lo que yo quiero muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mi.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
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La Reina Descalza
de Ildefonso Falcones
El gitano soltó a Caridad, que volvió la mirada hacia la pelea en el momento en que Pedro,
exultante, seguro de sí mismo, miraba a sus abuelos como si les quisiera brindar el final de
su enemigo, decidido a dar el golpe definitivo. La Trianera tardó en comprender e intentó
reaccionar al ver a su nieto atacar al Galeote con indolencia, movido por la vanidad. La
advertencia se le ahogó en la garganta cuando Melchor esquivó la cuchillada dirigida al
centro de su corazón y, con un vigor nacido de la ira, del odio y del propio dolor incluso,
hendió su navaja hasta la empuñadura en el cuello de Pedro García que se detuvo en seco,
con un rictus de sorpresa, antes de que Melchor hurgase con saña en el interior, para
finalmente extraer la navaja entre un chorro de sangre.
En el silencio más absoluto, el gitano escupió sobre el cuerpo tendido del que la sangre
continuaba manando a borbotones. Quiso desviar la mirada hacia los García, pero no pudo.
Trató de erguirse. Tampoco lo consiguió. Solo logró clavar sus ojos en Caridad antes de
desplomarse y de que esta corriera en su ayuda.
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Por Siempre
de Mario Benedetti
Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces, se acabaría
nuestro amor.
Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces, no tendría
sentido vivir en esta tierra
como tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,
la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría...
Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor...
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos...
Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana...
por siempre...
todavía.
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Class 539
Igualdad de Derechos
de Adelina Corea
Esposo:
Esposa:
Esposo:
Esposa:
Esposo:
Esposa:
Esposo:
Esposa:
¡Escúchame! No te vayas, perdóname.
¡Cómo!.
Destruiste la pasión
al pisarme el corazón
con esa horrible traición…
¡Y ahora pides perdón!
(Agitando los brazos en alto)
Por favor entra en razón.
Sólo fue un resbalón…
Sabes que mi corazón
y mi alma tuyos son.
(Mirándolo de frente)
No, no puedo perdonarte..
Imagínate que yo,
para el rato así pasar
¡me atreviera a traicionarte!
Y luego que ya pasó…
¿Lo podrías tú olvidar?
(La agarra de los hombros desesperado)
Estás equivocada…
Entiéndeme, es diferente.
(La esposa se suelta e impaciente le contesta)
No digas que es diferente.
Y que equivocada estoy.
¡Porqué una mujer yo soy
crees que mi ser no siente?
(El hombre sacando a la luz su machismo contesta)
Tienes que ser consciente que soy hombre…..
(Con la mirada fija en èl le contesta)
¡No seas inconsecuente!
Todo por amor lo doy…
¡Pero humana también soy
y mi ser el dolor siente!
Ten esto siempre en tu mente
que, si fidelidad pides
leal también has de ser…
Tienes que estar, tú, consciente,
que lo mismo que tú exiges
¡Lo demanda tu mujer!
(El hombre se queda en silencio)
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Las Bicicletas son para el Verano
de Fernando Fernán-Gómez
JULIO- Perdón, Manolito. El otro día no supe lo que decía.
MANOLITA- Pues yo lo entendí muy bien.
JULIO- Bueno…Si lo piensas…, eso, al fin y al cabo, no quiere decir nada.
MANOLITA- ¿Ah, no?
JULIO- Quiere decir solo que uno está enfadado. Y yo estaba enfadado.
MANOLITA- Pues yo también lo estoy ahora.
JULIO- Manolito…Yo no tengo la culpa de lo que me pasa…De que me
gustes, quiero decir…Es, a lo mejor, por vivir tan cerca…
MANOLITA- ¿Nada más que por eso?
JULIO- Quiero decir que si tú vivieras en otro barrio muy lejos…, no te habría
conocido…Y entonces…, no me habría…enamorado de tí.
MANOLITA- Hombre, claro.
JULIO- Pero viviendo puerta con puerta….
MANOLITA- Qué cosas dices.
JULIO- Sí, tonterías…Pero es que yo no sé cómo hablar.
MANOLITA- Pues no hables. Nadie te lo pide.
JULIO- A mí…no me importa que quieras ser artista…Lo he pensado.
MANOLITA- (sarcástica) Ah, ¿Me das permiso?JULIO- Comprendo que
tienes que vivir. Y el ser artista es un trabajo como otro cualquiera. Mi madre
lo dice: lo que pasa en un teatro, igual puede pasar en una oficina.
MANOLITA- Dale las gracias.
JULIO- Tú eres más lista que yo. No sé por qué he venido a hablarte.
MANOLITA- Porque tenías la obligación.
JULIO- Sí, ya lo sé. Yo lo que digo es que lo del otro día fue un pronto; y
como tú me habías dado esperanzas…
MANOLITA- ¿Yo?
JULIO- Claro
MANOLITA- ¿Cuándo?
JULIO- Cuando lo de la carta. Me dijiste que la habías leído.
MANOLITA- Sí.
JULIO- Y no pusiste mala cara.
MANOLITA- La que tengo.
JULIO- Bueno, pues eso ya quiere decir algo.
MANOLITA ¿Ah, si?
JULIO- Hombre…A mí me pareció.
MANOLITA- Con poco te conformas.
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Eloísa está debajo de un Almendro
de Jardiel Poncela
FERNANDO. - Así he recorrido yo una y otra vez esta finca, mirándolo y
registrándolo todo... Y cierta noche, hace cinco años, en una de las habitaciones de
arriba, descubrí una alacena.
MARIANA.—¿Eh?
FERNANDO.—La registré y en ella encontré la causa de mis obsesiones.
MARIANA.—Pues ¿qué encontraste?
FERNANDO.—Un vestido de mujer.
MARIANA.—¿Un vestido de mujer?
FERNANDO.—Sí. De época: del primer Imperio. Un vestido hecho indudablemente
para un baile de disfraces. Ven; lo tengo aquí. Está incompleto; le falta una manga y
el chal. (Sacando un vestido como el que indica del arcón y mostrándoselo a
Mariana, que también se ha levantado.) Míralo. Y junto al vestido encontré otra
cosa.
MARIANA.—¿El qué?
FERNANDO.—Esto. (Saca del arcón una caja de música.)
MARIANA.—Una caja de música...
FERNANDO.—Sí. ¿Y no te recuerda algo? (Pone en marcha el resorte y la caja
rompe a tocar la misma música de la caja que vimos en casa de Mariana.)
MARIANA.—(Retrocediendo un paso.) ¡Jesús!
FERNANDO.—Y todavía encontré otra cosa más, Mariana. Un retrato.
MARIANA.—Un retrato...
FERNANDO.—Un retrato pequeño, una tablita pintada al óleo...
MARIANA.—¿El retrato de una mujer?
FERNANDO.—Sí. De una mujer... que podías ser tú.
MARIANA.—¿Qué?
FERNANDO.—¿No podías ser tú esta mujer? (Le enseña el retrato que ha sacado
del arcón.)
MARIANA.—¡Dios mío! ¡Pero si soy yo, realmente!
FERNANDO.—¿Qué dices?
MARIANA.—Este retrato es mío.
FERNANDO.—¡Tuyo! ¿Tuyo?
MARIANA.—Sí; claro. Me lo hizo papá hace seis años. Lo creía perdido entre aquel
lío de muebles de casa... Pero ¿cómo pudo haber llegado aquí este retrato?
FERNANDO.—(Yendo hacia la chimenea, apoyándose en ella y contemplando el
fuego.) ¡Si el retrato es tuyo,yo ya no sé qué pensar,Mariana!
MARIANA.—¿Por qué? (Siguiéndole.) ¿Es que no creías que fuera mío?
FERNANDO.—¿Cómo iba a creerlo? ¿Cómo había de pertenecer a una muchacha
actual un retrato hallado en una alacena que no se abría hace veinte años?
MARIANA.—¿La alacena no se abría hace veinte años?
FERNANDO.—Por lo menos. Yo suponía que el vestido, la caja de música y el
retrato eran la revelación de una antigua historia. Los relacionaba con el suicidio de
mi padre... Y para mí, la mujer del retrato era la mujer por la que él se mató... Por
eso, desde aquella noche interrogué a Dimas una y otra vez, a ver si podía
facilitarme algún dato. Llegué a padecer una verdadera obsesión... Porque...,
además, y por estúpido que te parezca, me había enamorado de esa mujer del
retrato: es decir, me había enamorado de ti sin conocerte.
MARIANA.—¡Fernando!
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