CARACTERIZACION GEOMORFOLOGICA Y VALORACION DE RIESGOS AMBIENTALES EN EL VALLE DE PACLIN – CATAMARCA RESUMEN: El Departamento Paclín, de la voz Cacana "Pakilingasta" (pakilin: costa partida en dos y gasta: pueblo) “pueblo partido en dos”, cuya cabecera departamental es la Localidad de La Merced, dista de la Capital catamarqueña 60 Km., a una altura media de 882 m.s.n.m., abarca una superficie de 985 km2, su población es de 4.290 habitantes. El Valle, se encuentra enmarcado por los cordones de Ancasti y Ambato; limita al Norte con las Cumbres de Singuil hasta las Higuerillas, al Este con las cumbres de El Alto hasta el paso de Llocan, sobre el Río Paclín, al Sur las Sierras de Ancasti, las cumbres de Gracián y la localidad de La Bajada y al Oeste, las cumbres de Balcozna y Gracián. Situado en la provincia geológica de Sierras Pampeanas, presenta serranías de escasa altura, constituidas por materiales Precámbricos cubiertos por depósitos sedimentarios cuaternarios principalmente de tipo loesoide, de importante riqueza productiva. Desde el punto de vista hidrográfico los afluentes principales son el Río Paclín que condiciona las actividades de todos los pueblos que se asientan en sus márgenes tales como La Bajada, Palo Labrado, Amadores, Monte Potrero, La Merced, La Higuera, El Rosario y San Antonio; y el Río Balcozna que escurre en el Valle homónimo, y desagua en territorio Tucumano, por lo que la dinámica de transporte de sedimentos afecta los numerosos asentamientos humanos situados en el piedemonte de la sierra El desarrollo socio-económico se sustenta principalmente en las actividades ganadera (vacunos, ovinos y caprinos), y agrícola ya sea de tipo domestico, para el sustento familiar, como en términos de importantes emprendimientos, unos ya afianzados y otros en la etapa inicial de preparación con la consecuente tala indiscriminada de árboles, matas y arbustos. La actividad agrícola adquiere mayor relevancia en las zonas aledañas a la localidad de Balcozna, donde la continuidad del clima húmedo que ingresa de Tucumán, permite cultivos que se producen a través del riego natural. En esta investigación se desarrollan las siguientes actividades a) la caracterización y confección de cartografía geomorfológica y b) ponderación de la presencia, magnitud e impacto de los riesgos ambientales del valle. Para ello se analizan detalladamente los diversos procesos degradantes del paisaje, con el objeto de contribuir al conocimiento geológico de la región y, elaborar estrategias y actividades que conduzcan a la prevención y mitigación de los desequilibrios en el medio ambiente ecológico ocasionado por el Hombre, ya que el uso indebido de los Recursos Naturales puede contribuir a la degradación irreversible de los suelos. En vista de ello, se detecta, valora y mensura la frecuencia e incidencia de los fenómenos y/o riesgos naturales en el desarrollo socio–económico de la región considerada y áreas de influencia, como así mismo la responsabilidad que le cabe dentro de estos procesos a la actividad antrópica. Como respuesta a ello, el estudio no solo se limita a la descripción puramente científica, sino también a acompañar la información con propuestas de acciones que conduzcan a posibles soluciones y/o mitigar la problemática presente en esta región con un importante proceso de degradación de las tierras. Generalidades de la Zona El Valle de Paclin tiene un clima que corresponde a un ambiente semiárido o subhúmedo (genéricamente conocido como "áreas secas") con una corta estación de lluvias, durante y después de la cual los ecosistemas locales trabajan arduamente. En estos períodos cortos el rendimiento biológico es mayor, la vegetación en general aprovecha la humedad temporal para crecer rápidamente y las poblaciones animales se alimentan más; pero al finalizar este periodo húmedo, se disminuye drásticamente la productividad, la tierra se torna reseca y polvorienta, por lo que la vida (animal y vegetal) debe adoptar elaboradas estrategias de sobrevivencia, y el sistema espera el próximo turno anual de precipitación con una actividad disminuida ,pero capaz de volver a una fuerte actividad cuando el agua reaparezca en el suelo. Estos ecosistemas secos a pesar de su fragilidad, son relativamente seguros y estables, se organiza la vida en ellos de tal manera que incluso podrían soportar la ausencia de una estación de lluvia ya que su estructura se ajusta a las condiciones imperantes. En realidad el daño ocurre cuando estas tierras son sometidas a un uso indebido o abusivo por parte del hombre y se agrava aún mas si los cambios climáticos se hacen más o menos extensos, como ocurre cuando se suceden períodos prolongados de sequía. Esto a su vés implica un stress adicional, frente al cual la región revela su incapacidad de adaptación poniendo de manifiesto los procesos de desertificación. Entre los procesos más importantes de degradación del suelo se encuentran: desertificación, erosión, contaminación y salinización. Aun cuando todos estos procesos pueden desencadenarse de manera natural, indudablemente la actividad antrópica influye notoriamente, sobre todo (particularmente) cuando el hombre lleva a cabo un uso incontrolado de los recursos naturales, como (primordialmente) el suelo, el agua y la vegetación. En el Valle de Paclín, son diversos los factores aliados a la degradación del paisaje que fueron, y son, responsables de fenómenos de perturbación, destacándose entre ellos: (se destacan): • Clima árido /semiárido estacionalmente controlado, caracterizado por una corta estación húmeda con lluvias. Materiales superficiales susceptibles a la remoción por acción del viento y/o el agua. • Pérdida o disminución de la cobertura vegetal natural a causa de la deforestación, el sobrepastoreo, y el manejo natural incorrecto de los cultivos, especialmente bajo riego. La presencia de estos factores favorecen el proceso erosivo y provoca consecuencias significativas como: • Marcados procesos de erosión eólica, afectando áreas de cultivos, ya sea por decapitación de la capa fértil de suelo, como también por el soterramiento de áreas de cultivo y viviendas, • Intensos procesos de erosión hídrica, laminar y en surcos en laderas, lo que se pone de manifiesto por una parte, contribuyendo a una paulatina disminución de las áreas aprovechables para cultivos y por otra, en el importante volumen de sedimento que aporta constantemente al cauce principal, el que a su ves los deposita en las márgenes de la cuenca media y baja modificando incluso la geometría de los mismos, y en canales hechos para riego interno de sembradíos • Salinización de los suelos por mal manejo del agua de riego. El proceso de colmatación del lecho del río provoca el soterramiento de áreas fértiles ubicadas en la desembocadura del valle de Paclín, especialmente en los parajes denominados El Portezuelo, Santa Cruz, Huaycama, etc., afectando severamente las economías locales, debido a la constante disminución de superficies cultivables. Por otra parte, la ocurrencia de precipitaciones torrenciales en el período estival, principalmente en la cuenca media y alta, provoca el incremento desmesurado de su caudal, que agregado al volumen considerable de sedimento arenoso y limo-arcilloso depositado en época de baja escorrentía, origina un proceso hídrico de divagación que se pone de manifiesto mediante la reactivación de paleocauces, y/o la generación de nuevas líneas de escurrimiento, ocasionando anegación y erosión por corte en importantes vías de comunicación tanto locales como interprovincial tales como la ruta nacional Nº 33 que comunica la capital de Catamarca con la provincia de Córdoba. • Respecto a la degradación de las tierras debido a los factores antropogénicos, es decir aquellos que son productos de la gestión inadecuada por parte del hombre en el empleo de los recursos naturales, se destacan: a- bcd- La sobreexplotación, en la que el suelo se agota por perdida y/o disminución de nutrientes, reduciendo o eliminando la cobertura vegetal y favoreciendo la erosión; la tala excesiva de la vegetación autóctona; la aplicación de técnicas agrícolas rudimentarias o inapropiadas; el mal manejo del recurso hídrico contribuyendo a la salinización de los suelos. Todo ello provoca una sucesión de procesos tendientes a la degradación, es decir la inhibición de la capacidad de regeneración de la cubierta vegetal necesaria para proteger la superficie del suelo de la erosión, propiciando un ambiente rexistásico donde se desarrollan procesos geomorfológicos como: erosión y sedimentación eólica, erosión hídrica (laminar, surcos y cárcavas), formación de badlands, formación o reactivación de dunas, salinización de suelos, remoción y transporte de sedimentos de laderas y piedemontes hacia los cauces, etc. Asimismo, la retroalimentación entre la erosión hídrica y la eólica potencian el impacto de las precipitaciones sobre el paisaje, contribuyendo al actual proceso de degradación. Cabe destacar que en los últimos años, y como consecuencia de las diferentes promociones para alentar el emplazamiento de emprendimientos agropecuarios, se ha impactado fuertemente en areas extensas, donde se llevan adelante trabajos de desmontes y desmalezamiento, con vista a futuras explotaciones agropecuarias. Por otra parte, debe considerarse la influencia de los cambios climáticos globales, en la dinámica hidrológica, de la flora y edáfica de los ecosistemas productivos y por ende en el desarrollo socio-económico de la zona, por lo que resulta necesario un análisis dinámico e integrado de las causas y mecanismos generadores de los cambios ambientales producidos en la región desde la perspectiva espacial y temporal. También amerita aplicar el concepto de “umbral de recuperabilidad” (Verstappen,1983), referido a la capacidad que tiene un ecosistema que es sometido a un cambio (debido a un estrés de tipo antrópico, climático, etc.), para recuperar la situación original, luego de que cesa o se relaja el estrés que modificó su estado inicial, lo que reconocemos como “resiliencia” de un ecosistema para paisajes altamente degradados; esta aplicación sed realizará con el objeto de determinar el estado de “salud” actual del ecosistema, y sus posibilidades de recuperación y/ó atenuación.