oraciones pasivas e impersonales con se

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Rodríguez Espiñeira, Mª José: Lecciones de sintaxis, Santiago, Universidades de
Santiago de Compostela, 2004. Cap. 1. << Oraciones pasivas e impersonales con se>>
pp.
ORACIONES PASIVAS E IMPERSONALES CON SE
1. Presentación
Las pasivas con se y las impersonales con se forman parte de las construcciones
pronominales (CP) o reflejas, aquellas en las que existe concordancia de rasgos
gramaticales entre el sujeto, la forma se y el verbo. En algunos trabajos se propone
considerar se como una partícula y no como una unidad pronominal, y analizarla como un
índice gramatical, una marca, un afijo de concordancia. En otros trabajos, en cambio, se
siente la necesidad de tratar conjuntamente estos esquemas, y otros de la forma se,
dentro de las CP. Tres razones que existen este examen conjunto:

Conveniencia de diferenciar las pasivas con se y las impersonales con se de los
restantes esquemas reflejos, en especial de los usos no plenamente reflexivos o cuasireflejos, debido a su proximidad formal.
 El hecho de que las impersonales con se se caractericen por presuponer un
participante con los rasgos + Humano y – Específico; es decir, la predicación implica un
argumento no personal (de cosa) que no posee un referente específico.
 El que no se haya renunciado todavía a hallar el sustrato o denominador común que
proporcione una explicación unitaria de todos los empleos de esta unidad.
2. Aspectos gramaticales
El se pasivo y el se impersonal comparten un rasgo semántico-pragmático: su carácter
impersonal (se usan cuando no interesa aludir a un participante porque o bien su
mención es irrelevante o inoportuna. Por este motivo pragmático, las oraciones
impersonales se agrupan con las pasivas, aunque presentan algunas diferencias:
concordancia verbo-sujeto en las pasivas; no concordancia en las impersonales:
A. En la mesa, mientras se hablaba de otra cosa (porque en la mesa se evitaban
los temas desagradables). Mónica no pudo tomar su sopa.
2.1.Pasivas reflejas o pasivas con se
Constan de un verbo en acepción transitiva, en tercera persona (singular o plural),
concordado con un sintagma, cuyo referente es preferentemente inanimado. Lo que
caracteriza a las pasivas con se es la presencia de sujeto y la concordancia del verbo
con éste.
La pasiva es una estructura marcada, pues implica una inversión de los argumentos
agente y paciente con respecto a la transitiva, que se considera no marcada o básica.
La función de la pasiva consiste en promover al participante objeto de la activa
(colocarlo en primer plano) y desfocalizar al agente (postergarlo a un segundo plano).
La pasiva no altera el valor básico del verbo: se trata de un verbo de “actividad”, que
no modifica sus rasgos aspectuales en la conversión.
Lo que se describe en una pasiva es un evento dinámico, y no un estado , evento que
además está orientado hacia un agente que, si bien queda implícito, es
sintácticamente transparente. Prueba de ello es la compatibilidad de las pasivas con
oraciones finales que implican al agente (Ej: a y d), con expresiones adverbiales que
remiten al agente (Ej: c), y con adjuntos de lugar que revelan la posición del agente
que origina la acción (Ej: b). Las pasivas no están restringidas temporalmente a
tiempos imperfectivos: pueden aparecer en entornos temporales específicos (Ej: a y
d).
Ejemplos:
a. Se quemó el bosque para acabar con la plaga de orugas.
b. Para este trabajo, se dobla el papel en dos.
c. Aquella misma noche escuché desde mi cama un revuelo de pasos y
murmullos por el pasillo. Las puertas se abrían y cerraban con nerviosismo.
d. El puente se hundió con dinamita para evitar que pasara el ejército invasor.
El puente se hundió desde el avión.
e. Pidió que se elabore en el Parlamento vasco una ley que regule esta materia.
f. Lo malo de los pactos que se firman en la alcoba es que casi siempre se
rompen en la sala de estar.
Estos rasgos permiten distinguir el se pasivo del se de oraciones que expresan el proceso
interno ocurrido en el sujeto de forma natural; el proceso se verifica en un participante que
posee una cierta capacidad para experimentar su desarrollo; por eso se presenta como
autosuficiente y constituye el único protagonista de la predicación. A este se se le conoce
como “cuasi-reflejo” de modalidad media-interna. Las oraciones que lo contienen son la forma
intransitiva de la alternancia oración causativa/ oración anticausativa. Esta oración intransitiva
se caracteriza por poseer un sujeto que coincide léxicamente con el objeto de la oración
causativa, con valor de “experimentador” de un cambio de estado o de un cambio de posición.
Frente a las pasivas con se, las anticausativas designan un proceso de cambio que se presenta
como si ocurriese espontáneamente y que no es resultado de la actividad de un agente
externo.
2.1. Las pasivas reflejas que más se aproximan a las pasivas con ser son aquellas que preservan
algunos de los rasgos ya mencionados. . Por ejemplo, toleran diferentes tiempos verbales,
entre ellos las formas perfectivas, que dotan a la predicación de temporalidad específica:
(4) a. Y en este sentido, la novela rosa siguió considerándose durante mucho tiempo como un
mal menor.
b. Ese era de los primeros chedar que se fabricaron en el país.
c. Ya para entonces se habían iniciado los preparativos del viaje.
d. En la segunda mitad del siglo, se restableció el orden, pero a costa de la democracia.
e. Contó que se habían sacrificado cuarenta pavos y once cerdos para los invitados.
f. Uno de los más fabulosos regalos que jamás se hayan hecho en la historia del mundo.
g. Las irregularidades se habrían cometido al incumplir normas respecto al canje de títulos de
deuda externa chilena.
h. La entrega del dinero ha de efectuarse mañana por la mañana en una discreta cafetería de
Madrid.
El sujeto admite determinación definida y su posición obedece a principios informativos,
tolerando anteposición y posposición. Ejemplos de oraciones con predicados dinámicos, en
las que el sujeto está antepuesto:
(5) a. ¿Sabéis que Carlsberg se consume en más de 100 países?
b. Como era de suponer, para esta ocasión el agua bendita se sustituye por vino.
c. Los monasterios se edificaron en los montes y los montes no son de nadie.
d. Mamá me explicaba que aquella habitación secreta no se podía abrir.
En los siguientes ejemplos se presentan casos de posposición que implican la tematización
de otro constituyente de la oración: los complementos indirectos en a. y b., el adverbio
focalizador negativo tampoco en c., o los circunstanciales en d. y f.:
(6) a. A la prostitución clandestina *…+ se le achacaban mayores estragos que a la
practicada en los lupanares.
b. A esta desobediencia se le atribuían raíces subversivas.
c. Aunque al cadáver le faltaba el brazo derecho, no había en el aposento signos de
violencia. Tampoco se le encontraron documentos, dinero ni objetos de valor.
d. Al conjunto de estas educadas palabras se descorrió ligeramente la cortina de plástico.
e. Desde allí puede contemplarse un bello y profundo paisaje de alta montaña.
f. En el quiosco de amor se emplearon materiales deleznables.
En (7) vemos que la posposición es lo no marcado si la oración es presentativa (a. y c.), o
constituye un enunciado genérico (d. y f.):
(7) a. Actuaron también los clowns “los cinco Menéndez”, y se cantaron números de Los
Bohemios y La Revoltosa.
b. Después de un primer análisis, no se apreciaron daños externos.
c. Contó que se consumieron 205 cajas de alcoholes de contrabando y casi 2000 botellas
de ron de caña.
d. Se toman las rebanadas de pan, mejor de pueblo, y se untan con el tomate, se aliñan
con un poco de aceite y sal, y encima se pone el jamón.
e. Y en España, pues se cometen… los mismos atropellos contra la moral elemental que en
cualquier país del mundo.
f. Siempre se crean ciertos círculos durante el verano.
g. En este colegio no se cursaban estudios universitarios.
Finalmente, desde el punto de vista gramatical, en tanto que construcciones inversas
sobre una activa, las oraciones pasivas con se no deberán dar resultados agramaticales si
les añadimos un agente:
(8) a. En la Ford los empleados se seleccionan por el jefe de personal.
b. Estos problemas tienen que resolverse por la comunidad.
c. Se están cumpliendo los servicios mínimos por parte de los pilotos de Iberia.
d. Esta técnica se utiliza desde tiempos ancestrales por los indios de Sudamérica.
Las pasivas con se poseen una distribución más amplia que las perifrásticas, pues carecen
de algunas de las restricciones que se observan en estas; por ejemplo, aparecen con
verbos estativos, como necesitar, tener con sentido de posesión, y también con objetos
internos (correr una carrera, vivir un buen momento) y locativos (cruzar una plaza) que
encajan mal en la fórmula perifrástica. Además, la pasiva con se es la que aparece en
enunciados genéricos, donde se describen costumbres, normas, etc.
(9) a. ¡Había un niño en la casa, un niño chiquito! Se necesitaban pañales, camisitas,
baberos, una almohada diminuta, una cobija con borregos pintados, qué ajetreo→* eran
necesitados.
b. En esta profesión no se pueden tener nervios. → *no pueden ser tenidos nervios
c. En la práctica, cuando no se tenían dotes teatrales suficientes para desempeñar con
descaro e inteligencia aquel papel… → *no eran tenidas dotes teatrales…
Al margen de que la mayor extensión de la pasiva con se sea ya un indicador diferencial, es
esperable que ambas pasivas se especialicen o se diversifiquen, pues no parece rentable
disponer de dos formatos oracionales con idéntico significado. El gramático Fernández
Ramírez sostuvo que las pasivas con se no son construcciones idénticas a las perifrásticas.
Este gramático adjudicó las siguientes diferencias a ambos esquemas:
a) La posición del sujeto muestra tendencias inversas: anteposición con la pasiva se y
posposición con la pasiva refleja
b) El carácter dinámico de ambas pasivas: es más marcado en las perifrásticas que en la
pasiva refleja
c) El carácter intencional del argumento agentivo implicado, que es más acusado en la
pasiva con ser y se desdibuja en la pasiva con se
2.2 Sobre la presencia del agente en las pasivas con se constatamos muchas
discrepancias entre los gramáticos. Existen algunos indicios que ratifican la idea de
que el complemento agente es menos esperable en una pasiva con se que en una
pasiva perifrástica y justifican la extrañeza que provocan algunos ejemplos: (a) su
menor frecuencia de aparición, provocada por el reiterado empleo de las pasivas con
se en enunciados genéricos donde se describen normas y costumbres; (b) el que, para
aludir el agente, la preposición por deje de ser la predominante a favor de otros
enlaces, como la locución por parte de o el relator entre; (c) y el que en muchos
discursos la mención del agente obedezca a un cambio de estrategia comunicativa del
hablante: emplea una fórmula que sirve para ocultar al agente e inmediatamente se
siente obligado a revelar algún dato sobre él.
(10) a. * El latín se hablaba por los romanos
b. Se ha hablado ya muchísimo por personas más competentes que yo.
c. * La decisión se tomó por el presidente.
d. * La decisión de irnos se tomó conjuntamente y por personas de la misma línea
política.
e. * El terrorismo no debe atacarse aisladamente por las naciones que los padecen.
f. La obra del gran economista inglés no se ha estudiado bien por mucho.
2.2. Los otros rasgos que propician el distanciamiento con respecto al sentido pasivo y la
proximidad, tanto pragmática como gramatical, con las impersonales con se son
justamente algunos de los que desde antiguo se vienen mencionando como
caracterizadores de las pasivas con se. Según Fernández Ramírez, los factores
determinantes en el uso de la pasiva refleja son los cuatro siguientes:
(i)
La acción iterativa o habitual;
(ii)
Un sujeto pasivo que corresponda a un objeto interno de una activa;
(iii)
Los enunciados generales;
(iv)
La presencia de verbos modales (poder, deber, soler)
Tres de los rasgos citados ( salvo el (ii)) tiene que ver con la noción de enunciado genérico, con
el que se expresan hábitos o costumbres y también propiedades inherentes, habilidades o
deberes. En consonancia con estas propiedades genéricas, las pasivas con se que más se
desvíen de la noción de “pasividad” son las que contienen estos rasgos:
a) Sujetos pospuestos sin determinación, que remiten a clases de objetos y no a
entidades concretas o específicas;
b) Formas verbales imperfectivas, en especial el presente y el imperfecto;
c) Verbos modales en enunciados genéricos.
Además, cuanto más se aleje del sentido pasivo una oración con se y más se aproxime a un
impersonal son se, más reacia será a combinarse con agentes expresos.
(11) a. * Se venden pisos por la constructora.
b. * Se arreglan frenos por el mecánico.
c. En España, las tiendas se abren a las 9 (¿? Las tiendas se abren por los tenderos)
En estas construcciones cabe incluir algunos ejemplos con frases nominales de referente
animado, en las que la ausencia de determinante favorece una lectura genérica de la frase
nominal orientada hacia una profesión, un puesto de trabajo, o simplemente una clase o
categoría conformada por las entidades mencionadas. Estas fórmulas con se ya no admiten
como sujeto expresiones con referente específico ni toleran su anteposición:
(12) a. Allí se recibieron algunos personajes de nota, sobre todo políticos, desempleados
públicos, veteranos de guerra.
b. ¿Mujeres guapas vio usted? ¿Se veían por la calle?
c. No se le había conocido ningún novio anterior.
Las vacilaciones de los gramáticos a la hora de describir estas oraciones se comprenden mejor
si tenemos en cuenta que la fórmula pasiva con se está condicionada por dos fuerzas
contrarias: a) desde el punto de vista argumental invierte la perspectiva de una oración activa;
b) su fisonomía sintáctica, la forma se, propicia que se opere un distanciamiento con respecto
al modelo semántico pasivo, y que confluya con las impersonales, al predominar el valor
pragmático de ocultación del agente sobre el gramatical de inversión actancial. Por ello, junto
a ejemplares que se ajustan al modelo pasivo, encontramos otros que se alejan notablemente
de él: aquellos que contienen un sintagma concordado sin determinación; son muy frecuentes
las perífrasis modales, como también ocurre en las impersonales con se; está muy restringida
la aparición del agente. Ángel López García afirma que se venden pisos puede interpretarse en
sentido existencial, como equivalente de “hay pisos a la venta”, por lo que deja de estar
orientada hacia un agente y deja de tener sentido pasivo. Este sentido existencial es más
patente cuando el verbo es estativo: Para cazar perdices sólo se necesitan piernas, el verbo
equivales con toda claridad a “son necesarias”.
2.3. En la bibliografía más reciente se ha puesto especial énfasis en un grupo de construcciones
semánticamente marcadas, a las que se aplica un término que no les conviene:“medias”
(middle), “medias-pasivas”, o en español “cuasi-pasivas”. Ejemplos:
(13) a. Esta oración se analiza fácilmente/ #se analizó ayer.
b. Esta camisa se plancha sin problema/ #se planchará en mi casa.
c. Un problema como ese se resuelve en cinco minutos/#se resuelve con mi hijo.
Estas oraciones se caracterizan por los siguientes rasgos:
a) El sujeto ocupa la posición preverbal. Se trata de un sintagma que denota
generalmente entidades inanimadas, con rasgos de determinación definida, mediante
el cual se hace referencia a un tipo de entidades, a una clase específica con rasgos
precisos (el ejemplar particular se toma como representativo de una clase).
b) El verbo debe poseer acepción transitiva y debe expresar una acción, ya que no se
admiten en este modelo verbos de estado que no seleccionen agentes. Para que
resulte aceptable la oración Un coche como este no se tiene fácilmente, el verbo
expresará un cambio de posesión (“adquirir”) y no la simple posesión.
c) Aunque se trata de ejemplos con verbos agentivos, el agente no puede quedar
explicitado: “los procesos verbales […] suelen ser ejecutados o realizados por agentes
humanos que, sin embargo, en este tipo de oraciones no sólo no se especifican sino
que, en el fondo, no resultan especificables, dado que lo característico de las mismas
es poner de relieve el SN como representativo de cualidades inherentes que hacen
posible o conveniente la ejecución del proceso”.
d) En estas oraciones el predicado se “desactiva”, se convierte en un predicado de estado
caracterizador, que atribuye al sujeto bien una cualidad inherente, bien una
característica que es fruto de una convención social. Se trata de oraciones genéricas
que van asociadas a una temporalidad neutra.
e) El elemento adverbial, aunque no está exigido por el verbo, sí lo está por la predicación
estativa, por lo cual resulta un elemento no suprimible. El significado de la oración
puede diversificarse en tres acepciones: un sentido facilitativo (Este mamotreto se lee
con dificultad, Los embutidos se cortan fácilmente), un sentido habitual (Las
enciclopedias se leen en las bibliotecas, Los embutidos se compran en las charcuterías)
o un sentido normativo-obligativo (Estos libros se leen con lupa, Los embutidos se
comen fríos). Estos sentidos también pueden ser aportados por verbos modales.
2.2 Construcciones impersonales activas o impersonales con se.
El se impersonal es admitido por gran variedad de verbos, tanto en oraciones intransitivas,
como en oraciones transitivas –en especial cuando el objeto es preposicional. Los dos
requisitos para que se genere esta construcción son:
(i) Que el verbo esté en tercera persona de singular y que la predicación implique un
participante con los rasgos [Humano] e [Indefinido], aunque no necesariamente
agentivo, como veremos. En (14 a) y (14 c) la presencia del se impersonal obliga a
interpretar como “humano” el referente del argumento implicado.
(ii) Que el verbo no sea inherentemente pronominal, (atragantarse, atreverse, etc) ni que
contenga un se con lectura anticausativa (preocuparse, solidificarse, etc) ni un se
aspectual (morirse, reírse, caerse, etc)
(14) a. Llegó el paquete a su destino→ #Se llega bien a ese destino
b. Llegó tu tía al aeropuerto → Se llega pronto/ cómodo al aeropuerto
c. Es difícil dormir por las noches porque ¿? se ladra mucho
d. * Se se despeina con este viente → Se despeina una con este viento.
e. *Se se muere de calor aquí → Se muere uno de calor aquí.
La implicación semántica del participante humano se revela en algunas construcciones
específicas: aquellas que se originan sobre predicados agentivos, pues el se impersonal es
compatible con un adjunto final controlado por dicho agente o con un locativo que revele la
posición del agente; y también aquellas que se forman sobre verbos copulativos o semicopulativos, porque aparece en la oración un elemento predicativo que indica una propiedad
que opera no tanto como una caracterización de un entidad, sino como una condición que
debe satisfacer la predicación para constituir un aserto genérico.
(15) a. Se citó a los demandantes para invitarlos a negociar
Sintácticamente, debemos considerar el se como una forma que ocupa el lugar de ese
participante humano que, en caso de aparecer, se comportaría como sujeto.
Desde el punto de vista semántico, los puntos de contacto entre el se pasivo y el se impersonal
son evidentes: ambos se aplican a predicaciones transitivas y agentivas, si bien el segundo
posee un campo de uso más extenso (predicaciones intransitivas, copulativas, etc). En las
gramáticas normativas se quiere establecer una frontera sintáctica que delimite las dos clases,
razón por la cual se suele proponer la siguiente distribución complementaria:
2.1.1 Se impersonal sobre un esquema transitivo.
La fórmula que hoy se considera representativa de las impersonales sobre esquema transitivo
contiene una frase preposicional (con a) en función de objeto (CD) y no concertada.
(16) a. Se ama a una persona y resulta que es una desconocida
b. Y ¿Cómo se llega a condenar a un delincuente?
En lugar de la frase preposicional puede aparecer un pronombre átono que la represente:
(17) a. Ahora se la puede tocar, no hay peligro de que te muerda.
b. Me gustaría que no se me interrumpiera.
Si se antepone la frase preposicional, aparecen ejemplos con duplicación.
(18) a. A vosotras dos se os benefició en todo
b. En primer lugar, a los amigos nunca se les saludaba dándoles un beso, sino la mano.
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