Alta autoestima vs Narcisismo

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Alta autoestima vs Narcisismo
¿Son realmente narcisistas aquellas personas egocéntricas, que gozan de una alta autoestima y
que solo piensan en ellas mismas?
Ésta pregunta es recurrente y fuente de debate entre mucha gente que se anima a decir que
una persona con las características anteriormente citadas son de hecho narcisistas.
Sin embargo existe una diferencia abismal entre una persona que goza de una alta autoestima
y una persona narcisista.
Para empezar, el narcicismo en su concepción más pura, es un trastorno de personalidad, y
como tal, los trastornos son patrones fijos, que no cambian, poco flexibles y determinantes en
la vida de la persona, y que además conforman enteramente la identidad del individuo.
Estos patrones o rasgos, van a afectar la forma en que un individuo se percibe y se interpreta a
sí mismo. Van a afectar a la forma en que actúa frente a determinados acontecimientos y a la
forma en que responde en distintas áreas de su vida: laboral, social, familiar, de pareja, etc.
Una de los rasgos principales e inherentes a este trastorno es la falta de empatía, es decir, la
incapacidad de ponerse en el lugar del otro, de sentir compasión, volviéndolos propensos a no
respetar los derechos ajenos.
Los estudios de psiquiatría señalan además que el trastorno narcisista, para determinarse como
tal, tiene que tener un mínimo de rasgos distintivos, como sentimiento de grandiosidad
exagerada, necesidad permanente de admiración, preocupación excesiva por tener éxito
ilimitado, poder o belleza, ausencia de interés por desarrollar relaciones íntimas o personales,
por mencionar algunos de ellos.
Por supuesto, el diagnóstico inicial y diferencial con otros trastornos, así como su tratamiento
deben ser realizados por un profesional especializado en el campo de la psicología clínica o la
psiquiatría. Los tratamientos terapéuticos comunes para abordar a este trastorno suelen ser
combinados con psicoterapias. Y las estrategias suelen estar orientadas a formar una alianza
terapéutica con los pacientes, en donde validen sus preocupaciones y se responda con atención
a todas ellas.
En cuanto a la autoestima elevada, ella es un factor positivo para la vida de las personas, al
menos si está cimentada sobre bases reales y no exageradas ni imaginarias como suele suceder
en el trastorno narcisista.
La autoestima elevada ayudará a la persona a ser capaz de actuar con asertividad en muchas de
sus actividades personales, mejorando su eficacia y desempeño. Esto incluye su desempeño
para manejar sus relaciones interpersonales de manera funcional, porque hará valer sus
derechos como persona que no permite maltrato físico, ni psicológico. De ahí la importancia de
fortalecer la autoestima. Además, una persona con una autoestima estable, es capaz de sentir
empatía por los demás, porque al hacer respetar sus derechos, sabe la importancia de respetar
los derechos ajenos, lo que no sucede con el narcicismo.
Es importante reconocer que la autoestima exagerada que hace obrar a la persona con soberbia
frente a los demás, con superioridad sobre los otros puede ser un rasgo narcisista, lo que quiere
decir que puede tener una de las características del trastorno, pero no todas, porque para
considerarse un trastorno, se necesitan más características fijas en el individuo.
Lo bueno de tener una autoestima elevada es que nos ayuda a obrar conforme a nuestras
expectativas y valores. Nos hace valorarnos como personas legítimas, únicas, que defienden sus
derechos y sentimientos. Si una persona tiene estas características y además muestra tolerancia
y respeto por su prójimo, no es preocupación que se estime elevadamente.
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