La escritura en el Proyecto de Indagación Luis Bernardo Peña Borrero Profesor, Facultad de Psicología La esencia de todo proyecto es el cambio. Una característica fundamental del trabajo por proyectos es que se trata de experiencias en movimiento, cambiantes por definición, mundos posibles que empiezan a tomar forma en un texto pero que sólo terminan de construirse en la acción. Ahora bien, cualquier cambio que se introduzca en el diseño inicial debe hacerse con base en una lectura y un análisis rigurosos del proceso, de los resultados de las evaluaciones y de los productos, no en percepciones subjetivas o en casos aislados. Por esta razón, desde sus inicios, en el Proyecto de Indagación se les ha dado una gran importancia a los espacios en los que se toma distancia del proceso para mirarlo críticamente y rectificar su rumbo, cuando ha sido necesario. Desde su concepción inicial, el proyecto ha asumido la escritura – y su correlato la lectura – como un instrumento central en el proceso de indagación. Puesto que mi principal responsabilidad ha sido la de asesorar al equipo del proyecto en el diseño y la orientación del trabajo de escritura, estas notas, así como las sugerencias que de ellas se desprenden, van enfocadas específicamente a este componente. En la escritura de estas reflexiones he tenido muy en cuenta los registros, informes, y actas de las reuniones de planeación y evaluación con los profesores y los practicantestutores, así como el diálogo permanente que he mantenido con Gloria Alzate, María Clara Arboleda y Gustavo Larrota, compañeros de equipo a lo largo de cinco años de intenso trabajo compartido. No obstante, debo aclarar que la responsabilidad por los juicios y opiniones que se expresan en estas notas recae únicamente en su autor. Luis Bernardo Peña Borrero Profesor, Facultad de Psicología 1/11 1. La formación de la competencia escritora en la facultad no es una tarea independiente del proyecto integral de formación de los estudiantes Una disciplina no es sólo un corpus de conceptos y modelos metodológicos, sino también un conjunto de prácticas discursivas aceptadas por una comunidad académica que se traducen en diferentes modos de hablar, leer y escribir. La iniciación del estudiante a una comunidad académica y su pertenencia a ella suponen, entre otras cosas, el dominio de las formas discursivas y las herramientas propias de las disciplinas del conocimiento. Por esta razón, en la universidad la competencia escritora debe desarrollarse paralelamente y en el contexto de los aprendizajes y los espacios discursivos específicos de cada disciplina.1 La escritura constituye uno de los instrumentos más poderosos para el desarrollo del pensamiento y una excelente herramienta para el aprendizaje en la universidad, con tal de que se practique en los contextos de aprendizaje y los espacios discursivos específicos de cada disciplina, y paralelamente con ellas. Este es el enfoque que hemos adoptado en el Proyecto de Indagación. En la práctica, tal enfoque supone profesores convencidos de que la escritura no es algo opcional o marginal a su ejercicio docente, sino una competencia necesaria para el desarrollo y la comunicación del pensamiento en la universidad. Por otra parte, significa un trabajo de equipo cada vez más estrecho entre la coordinación del proyecto, los profesores y los tutores. Si bien esto es algo que se ha venido buscando desde los comienzos del proyecto, esta articulación deberá fortalecerse aún más, de manera que los profesores y los estudiantes perciban el Proyecto de Indagación – y el proceso de escritura – como actividades académicas separadas o agregados incómodos al programa de las asignaturas. Las investigaciones sobre la escritura en la universidad, al igual que la experiencia docente, han demostrado que los talleres de redacción que suelen ofrecérseles a los estudiantes al comienzo de su carrera, si bien pueden ayudar a mejorar algunos aspectos puntuales de la escritura, no son una estrategia suficiente para responder a los problemas de fondo que encuentran los estudiantes a la hora de producir los tipos de texto que les exigen los estudios universitarios. Esto se debe a que muchos de estos talleres no tienen relación alguna con los contenidos de las materias y las tareas académicas, o son tratados como una actividad marginal que les corresponde a los especialistas en ciencias del lenguaje. Otras limitantes de este tipo de talleres son el excesivo énfasis que en ellos se les otorga a los problemas formales de la escritura, así como su concepción deficitaria de los estudiantes, que reduce la formación en escritura a una acción meramente remedial. 2. La pregunta es la fuerza inicial que impulsa la indagación y motiva la escritura Toda investigación nace en una pregunta y busca llegar a una posible respuesta. La pregunta es el arco tensado que dispara y le imprime su impulso a la búsqueda del investigador. “Todo conocimiento es una respuesta a una pregunta. Si no hubo 1 La escritura no obra sus efectos en el proceso educativo por sus características intrínsecas solamente. Como lo ha propuesto Foucault, los discursos hablados o escritos, solamente representan una autoridad y un significado, en la medida en que existan en un "campo discursivo", un campo de uso e intercambio social. 2/11 pregunta, no puede haber conocimiento científico.” 2 Parafraseando a Bachelard, podemos decir que sin preguntas tampoco puede haber indagación. Una premisa fundamental, que el proyecto ha mantenido hasta ahora, consiste en permitirles a los estudiantes elegir libremente el problema en torno al cual van a realizar la indagación. Esta premisa se basa en el supuesto de que esto incide positivamente en su motivación y su desempeño en el proyecto. La libertad para elegir la pregunta tiene la ventaja de que les permite a los estudiantes indagar acerca de interrogantes que les interesan, por razones personales o por los que sienten curiosidad, y a los que esperan encontrar respuesta en la Psicología. Esta libertad de elegir el problema de indagación tiene también como fundamento el respeto por las opciones propias de los estudiantes, frente a las tentaciones de la homogenización educativa, y a la convicción de que ellos y ellas son personas sensibles, capaces de encontrar su propio lugar en el discurso disciplinar y en la comunidad educativa. Adicionalmente, desde el punto de vista del proceso escritor, la posibilidad que tienen los estudiantes de estudiar en profundidad un problema que les interesa personalmente contribuye sin duda a que la escritura se convierta en una práctica mucho más significativa.3 Por otra parte, la forma como los estudiantes han venido formulando la pregunta de indagación plantea también algunos problemas que intentaremos resumir a continuación: (a) Sin que hayamos hecho todavía un análisis a fondo del tipo de preguntas y de las razones que las motivan, se observa una tendencia de los estudiantes a identificar lo psicológico con lo clínico, como si éste fuera el objeto central de la Psicología. Reconocemos aquí el fuerte influjo que tienen los preconceptos y los medios de comunicación en la elección de preguntas de indagación relacionadas con la violencia, el maltrato infantil o femenino, el conflicto armado, el desplazamiento forzoso, el suicidio, los fenómenos paranormales, la homosexualidad, etc. Sin desconocer la legitimidad de este tipo de preguntas, sería deseable que en el repertorio de intereses de los estudiantes empezaran a aparecer también preguntas relacionadas con otros ámbitos de interés de la Psicología como el aprendizaje, el desarrollo humano, la conciencia, la mente, las organizaciones, lo ético, lo psicobiológico, lo social, lo cultural, etc. (b) Lo que motiva inicialmente a los estudiantes para formular sus preguntas de indagación es, como decíamos antes, el interés personal o la curiosidad por un problema que ellos consideran “psicológico”, desde su propia perspectiva. Este problema, intuitivo y demasiado amplio al principio, debe acabar de justificarse y precisarse con la ayuda de los profesores y los tutores. Este solo ejercicio tiene ya un enorme valor en los primeros encuentros del estudiante con la carrera que ha elegido. 2 Sobre la importancia que tiene el planteamiento del problema en la formación del espíritu científico escribe Bachelard: “Ante todo es necesario saber plantear los problemas. Y dígase lo que se quiera, en la vida científica los problemas no se plantean por sí mismos. Es precisamente este sentido del problema el que indica el verdadero espíritu científico. Para un espíritu científico todo conocimiento es una respuesta a una pregunta. Si no hubo pregunta, no puede haber conocimiento científico.” Gastón Bachelard, La formación del espíritu científico, Buenos Aires, Siglo XXI Editores. (Itálicas nuestras). 3 Desarrollo más este punto en el numeral 5. 3/11 (c) En las distintas reuniones que se han tenido con los profesores, se ha afirmado varias veces que la gran dispersión de temas puntuales resultante está haciendo mucho más dispendiosa y menos efectiva la tutoría que prestan los profesores y los practicantes para orientar a los estudiantes en la búsqueda bibliográfica y en los diferentes momentos del proceso de indagación. (d) Desde el punto de vista de algunos profesores y tutores, los estudiantes están planteando temas, más que problemas. Esto explica que estén escribiendo textos de tipo expositivo, más que ensayos con un desarrollo argumentativo. (e) Por último, si bien es cierto que el hecho de trabajar sobre problemas diferentes puede resultar positivo en principio, también es cierto que limita la posibilidad de los estudiantes para dialogar sobre temas comunes, compartir hallazgos y confrontar sus posturas, lo cual estimula el proceso de indagación, les ayuda a ampliar la perspectiva de análisis y ganar profundidad en el análisis de un problema, aparte de que contribuye a concentrar y hacer más efectivo el trabajo de tutoría. Esta es la razón fundamental por la que, desde el 2006, se decidió que los estudiantes desarrollaran sus proyectos de indagación en parejas. Con el fin de conciliar el respeto a los interrogantes particulares de los estudiantes con la necesidad de enfrentarlos a una concepción más amplia y problematizadora de la Psicología desde el comienzo de la carrera, se acordó con el equipo de profesores que cada uno propusiera campos o áreas problema más globales. Esto les serviría a los estudiantes, por un lado, para poner en conflicto la visión limitada que traen sobre “lo psicológico” y, por otro, a interesarse por problemas y preguntas sobre las que antes no habían pensado. Lejos, pues, de limitar su libertad de elección, este marco amplio les permitiría ejercerla con mayor fundamento. 3. La calidad de los textos que escriben los estudiantes depende en gran parte de su capacidad para buscar, seleccionar y utilizar las fuentes de información La posibilidad de acceder y utilizar un corpus de información completa, autorizada y actualizada, que les permita a los estudiantes explorar las distintas facetas de un problema, es otra condición esencial del proceso de indagación. Sin embargo, en el trabajo de tutoría hemos constatado las dificultades que aún tienen muchos estudiantes para identificar, valorar y seleccinar fuentes documentales, al igual que para la comprensión de los textos científicos. Concientes de este problema, decidimos trabajar más intensamente en este aspecto, dándoles a los estudiantes unas orientaciones más claras sobre el uso de las fuentes, estableciendo una mayor articulación con la biblioteca de la universidad y ampliando el repertorio de consulta de modo que, además de los libros y las revistas especializadas, se reconozca el valor que tienen para la investigación otras fuentes, como los testimonios, las encuestas, las notas de campo o la Internet. En esta estrategia hemos contado con la valiosa colaboración del equipo de capacitación de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal. En relación con la Internet, convendría revisar algunos de los prejuicios que tenemos frente a esta tecnología, de modo que podamos diferenciar con más claridad entre sus aplicaciones poco educativas y sus malos usos, y su potencial indiscutible como 4/11 herramienta de conocimiento. No todo lo que circula por Internet es “basura”; éste es, por decirlo así, su lado más oscuro. Hay que reconocer que la red también permite acceder a bases de conocimientos, motores de búsqueda, páginas web de universidades, centros de investigación, revistas científicas y boletines electrónicos, con los que antes no contábamos, y que hoy día representan una herramienta de trabajo imprescindible para cualquier investigador. Lo importante es orientar a los estudiantes para que aprendan a explotar todas las posibilidades de esta herramienta y darles a conocer con toda claridad los criterios y las normas que rigen el uso de las fuentes documentales en internet. ¿Acaso no es ésta, también, una de las competencias en la que nos corresponde formarlos? 4. La buena escritura se nutre de una lectura juiciosa y reflexiva El ensayo final es el texto en el que los estudiantes dejan plasmado el producto de su indagación, al finalizar el semestre. Si hay algo que caracteriza al ensayo como género textual, es que está tejido fundamentalmente con ideas. La lectura de los grandes maestros del ensayo nos muestra hasta qué punto el pensamiento propio se construye y se confronta permanentemente con el pensamiento de otros autores. En la universidad, los ensayos deberían ser también pequeñas obras maestras del pensamiento, no simples formalismos o dispositivos de evaluación. El ingreso a la universidad trae consigo un cambio importante en los modos de lectura a los que los estudiantes venían acostumbrados en el colegio. Es una lectura no sólo mucho más extensiva – un volumen mucho mayor de textos que deben leer semanalmente para las distintas asignaturas – sino también más intensiva, pues la densidad y complejidad de los textos exigen una mayor concentración y profundidad analítica. Además, la lectura no se limita a los textos asignados por los profesores, sino que incluye la consulta bibliográfica en otras fuentes que el estudiante debe ser capaz de encontrar por sí mismo para fundamentar el proceso de indagación. 4 Esto supone una competencia que no siempre ha sido suficientemente desarrollada durante los años de colegio, como lo evidencian las recientes evaluaciones de la competencia lectora que han hecho el Ministerio de Educación y el ICFES, así como los resultados de los ECAES. En los cinco años de implementación del proyecto, tanto los profesores como los tutores hemos podido comprobar que muchos estudiantes todavía tienen serias dificultades para comprender los textos asignados en clase, particularmente para identificar y comprender las ideas principales. La transcripción textual que hacen en sus resúmenes de las fuentes bibliográficas consultadas es un indicador de esta dificultad que todavía tienen para aprehender el sentido global de un texto.5 4 “Al ser la investigación formativa una transversal curricular, las diferentes asignaturas teóricas se desarrollan a partir de la revisión de las investigaciones que originaron sus marcos conceptuales. Esta revisión permite la reflexión sobre los contextos históricos, los problemas, enfoques, métodos y procedimientos que generaron la construcción de las teorías. De esta forma se logra que el estudiante desarrolle una actitud crítica, relativizando la validez del conocimiento, en función de las condiciones de su producción.” (Documento curricular de la Facultad de Psicología, Diciembre, 2003, p. 34) 5 “Hay resúmenes concretamente escritos, que cumplen con los criterios dados en los talleres. Pero, del mismo modo y con mayor frecuencia, se han encontrado resúmenes deficientes y ajenos a dichos criterios: unos muy generales e incompletos, otros sin cohesión entre las ideas, varios son plagios de Internet; (…) pero tal vez lo más recurrente es la tendencia a transcribir textualmente del texto fuente. (Registro elaborado por Nicky John, uno de los tutores del proyecto). 5/11 Como lo ha documentado ampliamente la investigación sobre el proceso de producción textual, el desarrollo de la competencia escritora está íntimamente relacionado con el de la competencia lectora. Pero no hay que olvidar que la relación entre lectura y escritura es una relación recíproca. Por lo general, siempre hemos visto esta relación de un solo lado: el efecto que tiene la lectura sobre la escritura. Olvidamos que la práctica de la escritura, sobre todo cuando está centrada en la producción de sentido más que en los aspectos gramaticales o estilísticos, ha demostrado ser una estrategia poderosa para mejorar la lectura. Es como si la mayor concentración para organizar su propio pensamiento y el grado de autoconciencia que le exige al estudiante el acto de escribir funcionaran también como una mediación para comprender mejor los textos escritos por otros. En consecuencia, es indispensable que, paralelamente con el proceso de escritura – no como una tarea adicional – el Proyecto de Indagación se ocupe también del proceso de lectura de los estudiantes y que, con la ayuda de los profesores y los tutores, se puedan identificar aquellos casos de estudiantes cuyos problemas en la escritura pueden ser atribuidos a deficiencias en el proceso lector, de modo que se les pueda brindar un apoyo especial. 5. Recuperar el sentido del trabajo de escritura: hacia una escritura más significativa Es importante aclarar que muchos de los problemas que tienen los estudiantes con la escritura no son sólo de orden técnico o gramatical, sino que encuentran su explicación en las representaciones que tienen acerca de lo que significa realizar una investigación o sobre el proceso de escribir un ensayo. Para muchos, éste consiste simplemente en hacer una recopilación de fragmentos, transcritos a veces literalmente de los documentos consultados, y luego armar con ellos un “texto”, sin preocuparse de que éste tenga una tesis y una estructura coherente. Reconozcámoslo: para la mayoría, la escritura es sólo un requisito más, que viene a sumarse a los otros tantos que tienen, y la única motivación que tienen para escribir viene a ser la nota. Uno de los retos más importantes del Proyecto de Indagación ha sido recuperar, tanto en los profesores como en los estudiantes, el sentido profundo de la escritura como expresión del mundo personal, como instrumento de aprendizaje y construcción del pensamiento, y como medio de comunicación de las propias ideas y experiencias. 6 Este reto supone introducir algunos cambios en la estrategia de escritura del proyecto. (a) Estudiar más a fondo las representaciones que tienen los estudiantes sobre la lectura y la escritura Al igual que ocurre en todos los campos de la actividad humana, también en el proceso escritor las representaciones tienen una incidencia muy importante en los modos como los estudiantes asumen las tareas vinculadas con la comunicación escrita, y nos permiten entender mejor las dificultades que encuentran. En la mayoría de los 6 “Uno de los aspectos más importantes a tratar es el sentido que los estudiantes le están atribuyendo al proyecto. Se podría creer a simple vista que lo están percibiendo como una carga académica, algo que no les servirá mucho en su práctica. Por el contrario, este proyecto tiene un sentido muy diferente, y éste se descubre más cuando se ve la importancia que tiene la escritura como herramienta de trabajo diario en un contexto académico y profesional.” (Registro elaborado por Nicky John, uno de los tutores del proyecto). 6/11 estudiantes que entran a la universidad predomina una concepción de los textos como portadores de una autoridad incuestionable, frente a los cuales se debe asumir una actitud puramente receptiva y obediente, lo cual les impide tomar distancia del texto, ponerlo en duda, interrogarlo, cuestionarlo.7 Lo más grave es que esta misma actitud es la que asumen frente a su propios textos, por esa razón les cuesta tanto trabajo aceptar las críticas, tomar conciencia de su carácter provisional y volver sobre ellos para leerlos, evaluarlos y reescribirlos si fuera necesario. Un aspecto muy valioso, que el proyecto podría aportarle en general a la investigación sobre la escritura universitaria, consistiría en explicitar y analizar el sistema de representaciones que subyace a las prácticas de comprensión y producción de textos de los estudiantes. Este conocimiento podría dar bases para pensar formas de poner en conflicto esas representaciones e imaginar propuestas pedagógicas más acordes con la cultura escrita propia de la universidad. (b) Enmarcar el trabajo de producción escrita en un contexto más significativo y motivante Esto supone que los estudiantes escriban con una motivación que no se limite a conseguir una nota; imaginar un lector potencial al que el texto va dirigido, con quien se quiere dialogar para compartir lo aprendido, o al que se quiere refutar o convencer; un lector que no es un simple receptor, sino un activo protagonista en la construcción de sentido por medio de los textos. Aunque en la cultura universitaria ese lector ha sido tradicionalmente el profesor, el hecho de que el estudiante pueda tener otros posibles lectores de su texto le daría mucho mayor sentido y motivación a sus tareas de escritura. Una consecuencia que se desprende de la idea de situar la producción de textos en un contexto comunicativo más amplio es la importancia de que los estudiantes puedan publicarlos – es decir, hacerlos públicos – de modo que puedan ser leídos, comentados o discutidos por un público más amplio de lectores, que pueden ser sus mismos pares o cualquier persona interesada en el problema objeto de la indagación. Además de aumentar su compromiso con el proyecto, esto les ayudaría a encontrarle un mayor sentido a la tarea de escritura. La página de Internet de la Facultad sería un espacio ideal para esta publicación, por varias razones: engloba los textos en un contexto significativo, hace mucho más rápida y económica la circulación de los escritos de los estudiantes, es un medio que les resulta más cercano y en el que se desenvuelven con mucha facilidad, y que tiene la enorme ventaja de ser interactivo, lo que hace mucho más dinámica y participativa su lectura, al permitirle recibir comentarios y sugerencias de sus lectores. (c) Vivir el proceso escritor Como en un iceberg, el texto terminado es tan sólo la parte visible de una realidad mucho más profunda. La escritura – el sustantivo – no puede entenderse sin el escribir – el verbo – . La pedagogía se había centrado por mucho tiempo en el primero, hasta que la investigación nos abrió los ojos para develar toda la riqueza del proceso intelectual y creativo que se oculta en la acción de escribir un texto. Para realizar esta 7 No es raro encontrar que se lea un texto argumentativo, en el que su autor plantea una posición polémica y discutible, como si se tratara de un texto expositivo. 7/11 tarea, los estudiantes deben aprender a trabajar como lo hace un escritor experto. Esto supone darles libertad para explorar ideas mediante la escritura y experimentar las distintas fases del proceso de producción textual: investigación, generación y ordenamiento de las ideas, planeación, elaboración, revisión y reelaboración de los borradores, publicación y discusión del texto final. Además, deben poder hacerlo en un proceso gradual, escribiendo y reescribiendo sus textos, por aproximaciones sucesivas, es decir, ensayando. En la práctica, esto significa darles el tiempo necesario para elaborar, revisar y corregir los borradores, con base en los comentarios del profesor, el tutor y de algunos de sus pares. La mejor forma de ayudarles a encontrar sentido en el acto de escribir es mostrarles, en su práctica misma, que escribir es un camino incierto, que escribir es explorar, inventar, ensayar, es decir, algo muy diferente de calcar o de seguir un manual de fórmulas inflexibles. Ayudarles a descubrir que escribir de verdad es una aventura, en la que uno sabe dónde comenzó pero nunca está seguro de a dónde va a llegar, es la única forma de volver la escritura un trabajo fascinante. Porque, al fin y al cabo ¿qué es un ensayo sino un experimento, una constante búsqueda de las ideas y de las palabras, en la que ningún texto puede considerarse definitivo? 8 Una escritura en la que no están permitidas la invención y la aventura del pensamiento es una escritura sin alma, una técnica más, que difícilmente puede despertar interés en una mente joven.9 (d) La escritura compartida Una de los mayores dificultades que encuentran los estudiantes –y en general todo escritor– es el sentimiento de soledad que acompaña el acto de escribir. La idea que la mayor parte de la gente tiene sobre la escritura es que es un lenguaje cerrado en sí mismo, sin interlocutor, que ha perdido la vitalidad propia de la palabra hablada. Es, además, una de las causas de su desmotivación por la escritura. Es verdad que toda escritura es un acto personal y, como tal, lleva impresa la marca individual de su autor, de sus convicciones y de sus ideas; todo texto escrito representa, a la vez, un compromiso y una responsabilidad frente a los lectores. Ahora bien, este carácter eminentemente personal de la escritura no significa que ésta tenga que ser siempre el acto individual de un único escritor. La escritura no es un acto solitario, puede ser también un acto solidario, en el que varios autores se ponen de acuerdo y trabajan conjuntamente en la construcción de un texto cuya autoría no es de uno, sino de todos.10 Precisamente, una de las innovaciones que plantean las nuevas propuestas de pedagogía de la escritura es el reconocimiento del valor que tiene la producción de textos escritos 8 "La escritura tiene que ser un acto de descubrimiento... Yo escribo para encontrar lo que estoy pensando" (Edward Albee). 9 Chesterton, ese gran maestro del ensayo dice: “Un ensayo, por su propio nombre y su propia naturaleza, es verdaderamente un intento y un experimento. En realidad uno no escribe un ensayo. Lo que hace es ensayar un ensayo (…) En ese aspecto, el ensayo es un producto típicamente moderno y está inspirado por el futuro y las alabanzas de la aventura y los experimentos.” 10 La misma legislación sobre el derecho de autor acoge explícitamente este tipo de escritos bajo la denominación de “obras colectivas”, entendidas como aquéllas en las que el aporte de cada uno de los autores no es separable del de los demás. 8/11 en colaboración, especialmente cuando se trata de personas que están iniciando su formación en la escritura o que no la practican habitualmente. Esta fue otra de las consideraciones que tuvimos en cuenta para reemplazar los trabajos individuales por los proyectos en pareja. (e) ¿Qué hacer con los errores gramaticales y de ortografía? Aunque, en teoría, nadie niega que lo más importante en la escritura sean las ideas, muchas veces en la práctica se la enseña como si las ideas no importaran. Contra los modelos que conciben la escritura como una simple habilidad técnica, el Proyecto hace una clara opción por la escritura como práctica social y como herramienta mediadora del pensamiento. Sería un error interpretar esta opción como una separación entre pensamiento y escritura, entre el contenido y la forma. Puesto que la escritura es pensamiento hecho visible en signos, el texto es, al mismo tiempo, idea y palabra. Por tanto, una competencia insuficiente en el nivel formal de la escritura puede llegar a convertirse en un obstáculo para el desarrollo y la expresión del pensamiento. Uno de los hallazgos sorprendentes del proyecto es la cantidad de problemas gramaticales y ortográficos que se encuentran en los trabajos escritos. Aunque una investigación rigurosa en este aspecto está todavía por hacerse, la experiencia de la lectura y revisión de los textos revela problemas serios en aspectos que uno consideraría superados desde el colegio, como el dominio léxico, la construcción de las oraciones, la puntuación, la sintaxis, la organización de los párrafos, la concordancia, la coherencia y la ortografía. Si bien consideramos que es importante prestar atención a este tipo de problemas de carácter formal, en el proyecto no se trabajan separadamente ni como un fin en sí mismos, sino en el contexto y como parte integral del proceso de producción escrita. 6. Además de los talleres, los estudiantes requieren una asesoría y un seguimiento permanentes al proceso de escritura Puesto que en ellos se presentan los conceptos claves y las orientaciones para el desarrollo de sus productos escritos, los talleres tienen un papel clave en el proyecto. Sin embargo, sería ingenuo pensar que unos cuantos talleres vayan a resolver los problemas de escritura y de lectura con los que llegan los estudiantes a la universidad. Los talleres por sí solos resultan inoperantes si no se los complementa con otras dos estrategias: la tutoría y el material escrito. (a) La tutoría El proyecto de indagación contempla dos instancias: la tutoría de los profesores y la que prestan los estudiantes que están en semestres más avanzados de la carrera Uno de los supuestos del proyecto es que la indagación y la escritura – pensamiento y lenguaje – no pueden verse como procesos aislados, sino que deben estar íntimamente relacionados: la indagación moviliza y le da su sentido a la escritura pero, a su vez, la escritura actúa como una herramienta intelectual en la construcción de conocimiento. Esto quiere decir que en el análisis de los escritos de los estudiantes deberán tenerse en cuenta siempre los dos procesos. 9/11 Sin embargo, basados en el sentido común y en la observación de la experiencia, es apenas lógico suponer que, en la práctica misma de la tutoría, se den distintos énfasis o “especializaciones.” Mientras los profesores se concentran en los aspectos relacionados con la formulación de la pregunta, la búsqueda de información, la metodología de investigación, es decir con el proceso de indagación en sí mismo –sin que ello signifique divorciarlo de la escritura– el trabajo de los practicantes-tutores ha estado más enfocado hacia la producción escrita. Esto nos ha hecho pensar en la necesidad de fortalecer la formación de los estudiantes tutores en aspectos claves del proceso escritor, de manera que puedan contar con muchas más herramientas para desempeñar acertadamente su papel como tutores11 (utilizo intencionalmente la palabra “herramientas” para hacer énfasis en la dimensión práctica de su trabajo). Estos son algunos de los aspectos, en los que, en nuestra opinión, se debería profundizar, de acuerdo con la experiencia de los semestres anteriores: la planeación del texto, la elaboración de mapas conceptuales, la coherencia textual, el párrafo como unidad de sentido, la construcción de oraciones, la revisión y corrección de los textos, aspectos básicos de gramática y ortografía, entre otros. (b) El material escrito Los guiones o guías surgieron como una respuesta espontánea a la necesidad de complementar y ampliar las explicaciones que se daban en los talleres. Comenzaron como unas sencillas notas de clase, que se han ido ampliando y mejorando cada semestre. Más que pretender hacer un tratamiento exhaustivo de los temas, las guías presentan algunos de los conceptos claves de la lingüística textual, en un lenguaje comprensible para los estudiantes; además, incluyen ejemplos, ejercicios para realizar en clase, bibliografía e indicaciones para la producción de los trabajos escritos. Hasta el momento se han publicado los siguientes materiales que pueden consultase en el la sección titulada GUIAS. Cada una de las guías va acompañada de una presentación en Power Point. Indagar es preguntarse 1. La investigación documental 2. La reseña crítica: claves para su escritura 3. El plan del ensayo: orientaciones para su elaboración 4. Ensayar el ensayo 7. La necesidad de hacer una indagación sobre el Proyecto de Indagación Demás está insistir sobre la importancia de que todo proyecto realizado en una un contexto universitario vaya acompañado de un proceso investigativo. Basta decir que, sin investigación, un proyecto termina por convertirse en una práctica ciega, cerrada en sí misma y, en últimas, dogmática. Para que trascienda el nivel de la pura práctica, y llegue a convertirse en conocimiento significativo, toda experiencia universitaria debería estar permanentemente nutrida y confrontada por una práctica investigativa. La investigación es la respiración de un proyecto, lo que le da vida y lo mantiene en movimiento. 11 10/11 A pesar de que cada semestre se han realizado evaluaciones en grupos focales y por medio de cuestionarios de opinión, creemos que la información sobre los efectos del proyecto es todavía insuficiente y poco consistente. A partir de 2006, se ha venido realizando una evaluación más sistemática, para la cual se diseñó un cuestionario que se repartió a todos los estudiantes, para ser respondido en forma anónima. Aunque estas evaluaciones no tienen un valor conclusivo, pueden ser considerados como sondeos exploratorios que arrojan indicios, preguntas e hipótesis de interés que pueden servir para un trabajo investigativo más sistemático. Después de cinco años de implementación, se hace necesario realizar una investigación más rigurosa y comprensiva, que abarque los distintos componentes del proyecto y nos permita profundizar en el análisis de algunos de sus aspectos. Los resultados de este ejercicio nos darán elementos de juicio mucho más sólidos para valorar críticamente el trabajo que hemos realizado hasta ahora, enriquecerlo con nuevos elementos y darle su orientación en el futuro. La investigación en el proyecto tendría dos grandes campos, íntimamente relacionados: por un lado, la investigación sobre el proceso de indagación, es decir, las trayectorias que siguen, los problemas que enfrentan y los hallazgos que hacen los estudiantes, desde la formulación de la pregunta de indagación, hasta plasmar los resultados de su búsqueda en el ensayo final y su sustentación en el simposio. El otro campo sería la investigación sobre la escritura en el proyecto de indagación, que se enfoca a las condiciones de ingreso y las representaciones de los estudiantes, la interrelación entre escritura e indagación, la coordinación entre los profesores de las asignaturas y el grupo de la práctica por proyectos, los talleres de escritura, la tutoría, la formación de los practicantes-tutores, y las formas de revisar y corregir los productos escritos. Finalmente, espero que estas líneas sean leídas como lo que pretenden ser: apuntes de viaje, apostillas, reflexiones en primera persona escritas en el tono propio del ensayo, más que en el de la juiciosa disquisición académica. Pero, ante todo, me sentiría muy satisfecho de que su lectura y discusión sirviera como punto de partida para el debate y el fortalecimiento del Proyecto de Indagación, una propuesta pedagógica audaz y que encierra un enorme valor formativo. Luis Bernardo Peña Borrero, Ms. Sc. Profesor, Facultad de Psicología 11/11