el deterioro de las relaciones entre los aliados

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INSTITUCIÓN EDUCATIVA FRANCISCO LUIS HERNANDEZ BETANCUR
TALLER DECOMPETENCIAS BÁSICAS EN CIENCIAS SOCIALES
GRADO DÉCIMO – JULIÁN HENAO
NOMBRE: ___________________________ GRUPO: ____ FECHA: ______________
CONTENIDOS
EL MUNDO DE POSGUERRA, LA FORMACION DE BLOQUES ANTAGONICOS, GUERRA FRIA Y COEXISTENCIA PACIFICA, EL
FIN DE LOS IMPERIOS COLONIALES, DESCOLONIZACION Y TERCER MUNDO, EL MUNDO ACTUAL
INTRODUCCIÓN
Dicen que las cosas malas se olvidad con facilidad y las buenas perduran. Sin embargo, las consecuencias y efectos de la
guerra demuestran que más de 60 millones de personas murieron, la mayoría civiles inermes. A esto se suma una
reorganización socio-económica-política internacional, en el que Estados Unidos nace como superpotencia al igual que
la Unión Soviética. También el mundo ingresa en la era nuclear, liderado por la hegemonía de: la Unión Soviética en el
comunista, y Estados Unidos en el mundo capitalista.
De poco sirvió la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, pues se inicia una nueva etapa de conflictos y guerras. Por
más de cuarenta años, se divide el mundo y genera lo que hoy se conoce como la "Guerra fría"; que fue la lucha entre
las potencias capitalistas y comunistas por establecer su dominio en el mundo, especialmente EE.UU. y la URSS. De poco
sirvió la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, pues en estos años, el mundo vive bajo el fantasma de una guerra
nuclear.
Para los más optimistas, después de la Segunda Guerra Mundial se creó un nuevo orden político y económico. Empero,
este no adopto un verdadero sentimiento de coexistencia y benevolencia. Luego este orden será temporal como sé vera
a finales del Siglo XX. Esto se debió a una ausencia que cobijara una coherente armonía en los intereses individuales y los
de todo el planeta. Por este motivo el nuevo orden no fue estable y las guerras no se hicieron esperar. A causa de que
las guerras obedecen a la lógica de la prepotencia, y las de percepción. La primera genera antagonismos irreversibles
relacionados con la soberanía y la segunda engendra jeroglíficos de legitimidad.
A la historia contemporánea la definen dos procesos globales: La guerra fría expresión de las nuevas fuerzas que
aspiraban a controlar el sistema mundial, y la descolonización que ya como vía pacifica o como revolución violenta,
incorporaría al mundo decenas de nuevos estados , la mayoría de las veces determinados por las relaciones
internacionales impuestas por la confrontación Este – Oeste.
Palabras clave
Bipolar, descolonización, neocolonialismo, neoliberalismo, globalización, mundialización, centro, periferia, paradigma.
EL DETERIORO DE LAS RELACIONES ENTRE LOS ALIADOS
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, se evidenció un gran antagonismo entre los países occidentales y la Unión
Soviética. Las Conferencias de Yalta y Potsdam habían dividido Europa en dos zonas de influencia y tanto
estadounidenses como soviéticos estaban decididos a mantenerlas y a impedir que su rival pudiese ganar nuevas
posiciones.
Británicos y estadounidenses recelaban del dominio que estaban ejerciendo los soviéticos en las zonas liberadas por el
Ejército Rojo y la Unión Soviética se sentía amenazada por la bomba atómica que poseía únicamente Estados Unidos.
Pero las discrepancias no consistían tan sólo en motivos territoriales o militares, sino que eran fundamentalmente de
tipo ideológico, ya que ambos Estados representaban dos modelos antagónicos de organización política, social y
económica.
Para afianzar el control de sus respectivas zonas, Estados Unidos obligó a expulsar a los comunistas de los gobiernos de
coalición que se habían formado en algunos países de su área de influencia (Francia, Italia, Bélgica y Dinamarca).
Por su lado, la URSS propició que el Partido Comunista se hiciese con el control exclusivo del poder en los países bajo su
influencia. Así, en los Estados ocupados por el ejército soviético (Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria,
Alemania Oriental, Albania y Yugoslavia) se impulsó la formación de las llamadas democracias populares*, en las que se
instauró un sistema comunista inspirado en el soviético.
LA RUPTURA: EL TELÓN DE ACERO
La ruptura definitiva entre los dos bloques tuvo lugar en 1947, cuando el presidente estadounidense expuso la que se
conoce como Doctrina Truman. En ella denunciaba la creación de regímenes comunistas en los países ocupados por el
Ejército Rojo y proponía la intervención americana para frenar la amenaza comunista en Europa.
Para ello se aumentó el número de soldados y bases estadounidenses en Europa y se propuso el Plan Marshall*, una
ayuda económica para impulsar la reconstrucción del viejo continente. De este modo, alejando a Europa de la pobre/a,
disminuiría el riesgo de expansión del comunismo. La mayoría de los países occidentales aceptaron la ayuda
norteamericana, que fue rechazada por la Unión Soviética y los países del Este.
Como contrapartida, la URSS propuso el Informe Jdanov, que denunciaba la actuación de Estados Unidos como una vía
de dominio de Europa. La URSS manifestó su decisión de ayudar a los países que no quisiesen someterse a la influencia
estadounidense y potenció la fundación del Kominform*, una organización que reunía a los países comunistas.
El mundo se había dividido en dos bloques por una profunda brecha que Winston Churchill denominó Telón de Acero*.
Para afirmar la cohesión de los bloques, cada potencia organizó un bloque militar de países aliados. En 1949, los aliados
de Estados Unidos crearon la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y, en 1955, la Unión Soviética y sus
aliados formaron el Pacto de Varsovia.
LA PARTICIÓN DE ALEMANIA EN DOS ESTADOS
El primer escenario de enfrentamiento entre los dos bloques tuvo lugar en Alemania. Una vez finalizada la guerra, este
país había quedado dividido en cuatro zonas ocupadas por británicos, franceses, estadounidenses y soviéticos.
En el año 1948, los tres aliados occidentales decidieron unificar sus territorios y crear un Estado federal alemán.
En respuesta, la URSS ordenó el bloqueo de la ciudad de Berlín, dividida también en cuatro zonas y ubicada en la zona
soviética. Así, se ordenó el cierre de fronteras y se aisló el sector occidental de la ciudad. Estados Unidos respondió con
la creación de un puente aéreo para abastecer la ciudad, que se prolongó durante un año, (mayo de 1949).
La crisis aceleró la división de Alemania en dos Estados: la República Federal de Alemania, que se encuadró dentro del
bloque occidental, y la República Democrática de Alemania, bajo influencia soviética. Berlín, a su vez, quedó dividido en
dos zonas entre las que se levantó un muro en el año 1961.
GUERRA FRÍA Y COEXISTENCIA PACÍFICA
¿Qué ES LA GUERRA FRÍA?
La Guerra Fría consistió un modelo de relaciones internacionales que se desarrolló después de la Segunda Guerra
Mundial y que se basaba en un permanente antagonismo entre los bloques liderados por Estados Unidos y la Unión
Soviética.
Fue un enfrentamiento muy tenso, sin llegar nunca a una confrontación bélica entre las dos potencias, pero en el que
éstas desarrollaron una gran carrera de armamentos y adoptaron una actitud muy beligerante. La tensión entre los
bloques comportó también el empleo del juego sucio, de la propaganda hostil contra el enemigo y del espionaje, que se
justificaba por la necesidad de defenderse de las amenazas del bloque rival.
LOS CONFLICTOS DE LA GUERRA FRÍA
La rivalidad entre las superpotencias se manifestó también en conflictos bélicos alejados de su territorio, en los que el
enfrentamiento se producía indirectamente a través de aliados periféricos.
LA GUERRA DE COREA
Al finalizar la Guerra Mundial, el Norte de la península coreana fue ocupado por las tropas rusas, y el Sur, por las
estadounidenses. Pero, a pesar del acuerdo de constituir un único país, en 1949, tras la retirada de las fuerzas
ocupantes, Corea se dividió en dos Estados.
En 1950, Corea del Norte invadió el Sur con el apoyo soviético, y las tropas estadounidenses, apoyadas por la ONU,
intervinieron en defensa de Corea del Sur. El conflicto finalizó en 1953 con la Paz de Panmunjon, que consagró la
división de las dos Coreas.
LA GUERRA DE VIETNAM
En la Indochina francesa, las fuerzas comunistas del Vietminh proclamaron la independencia en 1945. Francia no la
aceptó y se inició una guerra entre las fuerzas nacionalistas, que contaban con el apoyo de los soviéticos, y el ejército
colonial, que tenía el soporte estadounidense. La guerra finalizó en 1954 y consolidó la división de Vietnam del Norte,
dirigido por un gobierno comunista, y Vietnam del Sur, con un régimen pro occidental.
Tras la retirada de los franceses, Estados Unidos envió un contingente militar en apoyo de Vietnam del Sur para evitar la
reunificación bajo un régimen comunista. La guerra finalizó en 1975 con la retirada de las tropas estadounidenses y la
unificación de Vietnam.
LA CRISIS DE LOS MISILES
En 1959 se instaló en Cuba un régimen revolucionario dirigido por Fidel Castro, que nunca fue aceptado por EE. UU.
Para ahogar al régimen castrista, el gobierno estadounidense declaró el boicot económico a la isla, que pronto recibió el
apoyo de la URSS y fue alineándose con el bloque comunista.
El momento de máxima tensión se vivió en 1962, cuando, ante la amenaza de que los soviéticos iban a instalar misiles
nucleares en la isla, Estados Unidos ordenó un bloqueo marítimo. Después de días de elevada tensión internacional, los
soviéticos se retiraron con el compromiso de desmontar las bases militares y EE. UU levantó el bloqueo.
LA COEXISTENCIA PACÍFICA
LA DISTENCION INTERNACIONAL
Vuestro vecino puede gustaros o no. Vosotros no estáis obligados ni a establecer amistad con él ni a hacerle visitas de cortesía. ¿Qué hacer si ni uno ni otro
quieren cambiar el lugar donde están acostumbrados a vivir?
Tan sólo hay dos salidas: o la guerra, y ésta en tiempos de los misiles y la bomba H tendría unas consecuencias gravísimas, o la coexistencia pacífica. (...) la
cuestión es que hay que encontrar un camino de entendimiento, ya que tenemos un único planeta (...). Discurso de Kruschev, 1960.
Pero tampoco pueden dos grandes y poderosos grupos de naciones sentirse satisfechos de su carrera actual, estando ambas partes sobrecargadas por el
costo de las armas modernas; estando ambas partes justamente alarmadas por la acentuada expansión del átomo mortal, (...) que conduciría a la última
guerra de la humanidad.
(...) No lleguemos a un acuerdo basado en el temor, pero tampoco sintamos el temor de llegar a un acuerdo.
Discurso de J. F. Kennedy, 1961.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la carrera armamentista evolucionó con gran rapidez. A partir de 1949 la Unión
Soviética construyó su primera bomba atómica y alcanzó el estatus de potencia nuclear. En 1957 la Unión Soviética puso
en órbita el Sputnik, el primer satélite artificial, poniéndose de este modo a la cabeza de la carrera espacial, con el
consiguiente temor de la opinión pública estadounidense. Estados Unidos había perdido el monopolio nuclear y el
miedo a la guerra atómica era ahora real por el aumento de la capacidad destructora de ambas potencias.
Las nuevas relaciones entre los bloques vinieron propiciadas por una nueva generación de dirigentes (Kruschev en la
URSS y Kennedy en EE. UU.). Éstos se mostraron ante el mundo con una actitud más tolerante frente a las discrepancias
ideológicas con el bloque rival. Los dos bloques entendieron la necesidad de crear foros internacionales con el fin de
controlar la carrera nuclear. Este miedo nuclear estuvo en la raíz de las primeras conferencias internacionales sobre
limitación de armamento, que tuvieron lugar desde mediados de los años sesenta. La visita del nuevo líder soviético,
Nikita Kruschev, a Estados Unidos en 1959, y la cumbre de París en 1960, supusieron la primera aproximación entre las
dos súper-potencias. Ambos gobiernos se mostraron más proclives al establecimiento de acuerdos mutuos. De este
modo se inició un diálogo entre las potencias para frenar la carrera de armamentos (Acuerdos SALT).
A pesar de estos intentos, precisamente en este período se produjo la crisis de los misiles en Cuba. En efecto, en 1962
los soviéticos comenzaron a instalar en Cuba cohetes que apuntaban hacia Estados Unidos. Por primera vez bases
nucleares soviéticas estaban a sólo decenas de kilómetros del territorio estadounidense. La tensión fue enorme y el
mundo temió lo peor: la guerra nuclear. Finalmente, la Unión Soviética y ordenó el desmantelamiento de las bases
nucleares.
Como resultado de esta crisis, se hizo inminente la búsqueda de un espacio de entendimiento entre la URSS y Estados
Unidos. Por este motivo, en 1963 se instaló el famoso teléfono rojo entre Washington y Moscú, que consistía en un
sistema de comunicaciones directas entre los líderes de las dos superpotencias.
La coexistencia pacífica cristalizó en un conjunto de acuerdos bilaterales y de conferencias entre las dos superpotencias.
El objetivo de todo esto era regular la carrera armamentista. El Tratado de Moscú, de 1963, prohibió las explosiones
nucleares en la atmósfera. En 1968 se aprobó el Tratado de No Proliferación Nuclear, que trataba de impedir que nuevos
países accedieran a las armas atómicas. En julio de 1973 se inició, en Helsinki, la Conferencia sobre Seguridad y
Cooperación Europea (CSCE), con la participación de todos los países europeos (menos Albania) más Canadá y Estados
Unidos. El espíritu de Helsinki pretendía crear un foro permanente para la cooperación en asuntos de la seguridad
internacional.
Sin embargo, a finales de la década de 1970 se produjeron nuevos focos de conflicto que hicieron aflorar de nuevo las
tensiones de la Guerra Fría. Los soviéticos invadieron Afganistán (1979) y los estadounidenses, la isla de Granada
(Pequeñas Antillas), mientras daban su apoyo a dictaduras latinoamericanas. Todo ello comportó un relanzamiento de la
carrera nuclear.
EL FIN DE LOS IMPERIOS
LAS CAUSAS DE LA DESCOLONIZACIÓN
Entre las causas que favorecieron el proceso descolonizador, podemos destacar las siguientes:
• El deseo de independencia de la mayoría de la población de las colonias frente a una metrópoli que había impuesto sus
formas de vida y cultura, gobernaba de forma despótica y desarticuló su economía.
• La pujanza de los movimientos nacionalistas, que, inspirados en diferentes ideologías (comunistas, islamistas,
nacionalistas...), se vieron con fuerzas para enfrentarse a los colonizadores.
• La disminución del prestigio de las potencias coloniales, que durante el conflicto mundial fueron derrotadas por el Eje y
buena parte de sus colonias asiáticas resultaron ocupadas por Japón. Esta derrota puso fin a la leyenda de la superioridad de
la raza blanca y de la imbatibilidad de las potencias europeas.
« La expansión de una opinión internacional contraria a la colonización, que se manifestó a través de la Carta del Atlántico*
(1941), la Declaración de la ONU (1946) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que proclamaron el
derecho de los pueblos a disponer de sí mismos (derecho de autodeterminación).
• El apoyo a la descolonización de las dos grandes potencias (EE. UU. y la URSS), que no poseían imperios coloniales y tenían
interés en debilitar a las viejas potencias europeas.
EL PROCESO DESCOLONIZADOR
La descolonización se realizó a lo largo de más de treinta años y pasó por diferentes etapas:
• La primera etapa se inició en Asia tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando los movimientos nacionalistas se
opusieron al retorno a la situación anterior: en 1947, Gran Bretaña aceptó la independencia de la India y, en 1949,
Indonesia se convirtió en un Estado independiente. En 1954, y tras una guerra de nueve años, Francia abandonó
Indochina y como consecuencia Vietnam se proclamó Estado.
• La segunda etapa afectó al Norte de África y se inició en 1951, cuando la colonia italiana de Libia accedió a la
soberanía. En 1956, Francia reconoció la independencia de Marruecos y Túnez, pero intentó mantener Argelia, hecho
que comportó una larga y cruenta guerra que finalizó con la independencia en 1962.
• La tercera fase afectó al África subsahariana y se extendió entre 1955 y 1965, cuando la mayoría de las colonias
británicas (Kenia, Nigeria...), francesas (Guinea, Mauritania, Madagascar...) y belgas (Congo) se proclamaron
independientes.
• La última fase afectó al Cono Sur africano y fue bastante tardía. En 1975 desaparecieron las colonias portuguesas
(Angola y Mozambique) y en 1990 Namibia se proclamó independiente. En Sudáfrica, cuya independencia había sido
declarada por los colonos blancos en 1961, el régimen del apartheid* se mantuvo hasta 1993, cuando se abolieron las
leyes discriminatorias para la población negra.
RECUPERAR LA DIGNIDAD
Hemos conocido el trabajo agotador exigido a cambio de salarios que no nos permitían ni saciar nuestra hambre, ni
vestirnos o alojarnos decentemente, ni educar a nuestros hijos (...).
Hemos conocido las ironías, los insultos, los golpes que debíamos soportar mañana, tarde y noche, porque éramos
negros (...).
Hemos conocido nuestras tierras expoliadas en nombre de documentos pretendidamente legales (...).
Hemos conocido que había en las ciudades casas magníficas para los blancos y chozas de paja ruinosas para los negros
(...). . Discurso de Patricio Lumumba, primer ministro del Congo, 1960.
El CONFLICTO DE ORIENTE MEDIO
Palestina era un protectorado británico habitado mayoritariamente por musulmanes, pero con un importante
contingente de judíos. En 1945, las milicias judías de Palestina declararon una insurrección para forzar la retirada de los
ingleses y presionar a favor de la creación de un Estado judío que acogiese a los sobrevivientes del Holocausto nazi. En
1947, una resolución de la ONU propuso la partición en dos Estados, uno judío y otro palestino, y en 1948, Ben Gurion
proclamó el Estado de Israel.
Los palestinos y sus vecinos musulmanes no reconocieron el nuevo Estado israelí, formaron la Liga Árabe (Egipto, Siria,
Arabia Saudí, Jordania, Irak, Líbano...) y desencadenaron la primera guerra árabe-israelí (1948-1949), que finalizó con la
adquisición de nuevos territorios palestinos por parte de Israel. El final del conflicto no trajo una paz consensuada y en
1956 estalló una segunda guerra, que fue seguida de una tercera en 1967. En todas ellas se impuso Israel, que extendió
su zona de ocupación.
Para defender los intereses palestinos, en 1964, se creó la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), dirigida
por Yasser Arafat, que fomentó el terrorismo contra Israel y sus aliados. A partir del año 1974, esta organización
abandonó la violencia y apostó por la vía de la negociación con Israel.
En 1993 se acordó la creación en Israel de un territorio autónomo bajo autoridad palestina. Sin embargo, los
enfrentamientos prosiguen y la convivencia entre judíos y palestinos continúa siendo muy conflictiva.
DESCOLONIZACIÓN Y TERCER MUNDO
EL SURGIMIENTO DEL TERCER MUNDO*
La mayoría de los nuevos Estados surgidos de la descolonización coincidían en el hecho de sentirse marginados de la
política internacional y de las grandes decisiones económicas. En el contexto de la política de bloques y del
enfrentamiento entre la Unión Soviética y EE. UU., los países nacientes manifestaron su voluntad de no ser simples
peones de la política internacional de las grandes potencias. Asimismo, expresaron su derecho a decidir su destino y a
afrontar el problema de la pobreza.
Con estos objetivos, en 1955 se reunió la Conferencia de Bandung, que acogió a los representantes de 29 países
africanos y asiáticos recientemente descolonizados. A ella asistieron los grandes líderes de la independencia: Sukarno,
Nehru, Nasser..., dispuestos a reivindicar un lugar relevante en las relaciones internacionales.
En Bandung se acordó una serie de principios: condena del colonialismo, soberanía e igualdad de todas las naciones,
rechazo de la injerencia en los asuntos internos de los Estados, arreglo de los conflictos por vía pacífica y creación de
planes de ayuda al desarrollo económico y cultural de los países afro-asiáticos.
Asimismo, otro objetivo de la conferencia fue el establecimiento de una alianza de Estados independientes y la instauración de una corriente neutralista y de no alineamiento con la política internacional de las dos grandes potencias. Como
resultado, en la conferencia de Belgrado (1961) se estableció el Movimiento de Países No Alineados*, que integró a 25
países.
EL NEOCOLONIALISMO, UNA HERENCIA COLONIAL
La independencia política no fue acompañada de una independencia económica, ya que en la mayoría de los nuevos
Estados se mantuvieron muchos de los intereses económicos de las antiguas metrópolis. Esta situación se conoce como
neocolonialismo*, una nueva forma de dominio que comporta una dependencia económica y cultural de la antigua
metrópoli.
La estructura económica de los nuevos países era débil e insuficiente. Debían exportar sus materias primas e importar
los productos industriales. Esa dependencia comercial recibe el nombre de intercambio desigual, puesto que sus
productos tienen menos valor en el mercado internacional. Además, el control de los precios de las materias primas es
fijado por las grandes Bolsas del comercio internacional, en función de la demanda de los países ricos.
En consecuencia, estos países sufren una fuerte dependencia financiera del exterior, ya que necesitan los préstamos y
las inversiones de los países más ricos, y también tecnológica, ya que deben comprar la tecnología al exterior. Esta
situación ha impedido el crecimiento económico de los países descolonizados y ha extendido la pobreza entre su
población.
NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN
HACIA UN MUNDO GLOBALIZADO
La expansión de los europeos por el mundo impuso, mediante el colonialismo, un primer orden mundial dominado por
Europa. Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dominado por las dos grandes potencias vencedoras, Estados
Unidos y la Unión Soviética. El resto de países se englobaba, en mayor o menor medida, en uno de los dos bloques.
A partir de 1990, la caída del bloque comunista ha establecido un nuevo sistema mundial, organizado alrededor de los
grandes polos económicos del mundo capitalista: EE.UU., Japón y la Unión Europea. Mercancías, capitales e
informaciones circulan a nivel planetario, con unos centros de decisión y otros centros dependientes, en un único
esquema económico y, en parte, social y político. A este fenómeno se le denomina globalización. Su definición es compleja, pero en el terreno estrictamente económico, se puede concretar como una aceleración de la interdependencia de
las economías nacionales, provocada por los cambios tecnológicos, y una reducción de las barreras a la movilidad de
mercancías, capitales y personas.
EL FENÓMENO DE LA MUNDIALIZACIÓN
El progreso técnico y la liberalización de los intercambios han permitido la expansión y la mundialización del comercio.
No sólo las mercancías, sino también los servicios (seguros, licencias, servicios bancarios...) y los productos culturales y
artísticos circulan a una enorme velocidad. El mercado se ha mundializado pues los bienes se producen y consumen en
cualquier lugar del mundo, a partir de materiales provenientes de diversas zonas del planeta. Este gran salto se debe a la
posibilidad de concentrar y transmitir rápidamente una gran cantidad de información, lo que permite comprar y vender
en cualquier parte del mundo. A ello se añade el desarrollo del transporte, que posibilita mover personas y mercancías
con gran facilidad y a precios cada vez más bajos. De esta forma, a lo largo del siglo XX, el comercio mundial se ha
multiplicado por 100. Como consecuencia, las economías nacionales son cada vez más dependientes de las redes
económicas mundiales, tanto por el volumen de las importaciones y exportaciones, como por el poder de las empresas
multinacionales*, que implantan sus fábricas y operan en cualquier país. Por encima de los Estados, la acción de las
empresas y de los negocios configura una nueva realidad en la que el campo de acción es el conjunto del planeta. De
este modo, aunque las empresas tengan su titularidad en un Estado, su capital carece de nacionalidad pues producen en
diferentes países y operan en el mercado internacional. Por último, se ha desencadenado una creciente división y
deslocalizacíón* del trabajo. Así, los productos se descomponen en diferentes procesos, por lo cual es posible encargar
cada componente del producto, por ejemplo un coche (carrocería, motor...), a distintas empresas y en diferentes países,
teniendo en cuenta solamente la rentabilidad de la producción.
UN MUNDO DESIGUAL
La mundialización no significa igualdad, antes al contrario, las desigualdades se han acentuado y se han reforzado las
jerarquías de unos territorios sobre otros. Mientras el 21% de los Estados de la Tierra se pueden considerar ricos, el 79%
tienen un nivel de vida modesto, pobre o miserable.
CENTRO Y PERIFERIA
En el actual sistema, los países desarrollados constituyen el centro, un área en la que el desarrollo económico y un
amplio proceso de industrialización han permitido condiciones de vida más que suficientes. Este espacio central
concentra los poderes de decisión, de dirección y de innovación.
A esta zona se contrapone un mundo subdesarrollado, o periferia, con graves problemas de atraso económico y social y
una fuerte dependencia y endeudamiento. Este conjunto de países se denomina, también, Tercer Mundo.
Actualmente, se ha dado en llamar a la zona desarrollada, Norte y a la subdesarrollada, Sur. Presenta la ventaja de ser
un criterio meramente geográfico y descriptivo, frente al concepto desarrollo subdesarrollo, que puede implicar la idea
de una situación de la que debe salirse emulando las fórmulas del mundo desarrollado. Acabada la confrontación entre
el Este (URSS) y el Oeste (EE.UU.), hoy en día el problema se centra, fundamentalmente, en la división entre dos
realidades económicas, sociales y políticas, es decir, el Norte y el Sur.
PARA RECORDAR:
El centro lo integran tres grandes áreas: Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Han aparecido unos centros
secundarios entre los países en desarrollo (India, China, Sudeste asiático, Brasil, México...). Por esta razón, la periferia
abarca realidades muy diferentes pues la distancia entre los países transformados en nuevas zonas industriales y los
países marginados de África o de ciertas zonas de Asia y Centroamérica es desmesurada.
HACIA UN AUMENTO DE LA DESIGUALDAD
Las desigualdades en el mundo actual son todavía enormes. En primer lugar, se calcula que 850 millones de personas
están desnutridas o, directamente, pasan hambre. Incluso, una parte importante de hombres, mujeres y sobre todo
niños mueren por falta de alimentos. La esperanza media de vida es de aproximadamente 53 años en los países más
pobres de la Tierra, y de 78 en los más ricos.
Además, existen diferencias abismales de renta: Noruega o EE.UU. superan los 35000 dólares por habitante, mientras
que Etiopía sólo alcanza los 100 dólares. El acceso a la escolarización y la cultura muestra los mismos contrastes: los
países desarrollados han erradicado el analfabetismo, mientras que en África afecta a más del 50% de la población.
También los países desarrollados concentran la mayor parte de las nuevas infraestructuras de transporte y de los puntos de acceso complejos (puertos y aeropuertos internacionales, terminales de carga...). Estos espacios concentran la
mayoría del comercio mundial.
Asimismo, el "centro" (EE.UU., Japón y los países de la UE) mantiene un papel de predominio en los flujos financieros.
La principal Bolsa del mundo es la de Nueva York, seguida de las de Londres, Tokio y Frankfurt. Los precios de las
materias primas de los países pobres son controlados en estas Bolsas, que se sitúan a miles de kilómetros.
Por último, la dimensión planetaria de la economía tiende a dejar al margen a determinadas áreas, que cada vez van sumiéndose más en la pobreza, la desestructuración social y el caos político.
En los últimos años, la aplicación de las políticas neoliberales a escala global ha provocado nefastas consecuencias
económicas y sociales. Incrementos descomunales de la deuda externa para respaldar fugas de capitales de los sectores
privados más concentrados, un inédito proceso de apertura comercial y financiera que destruyó el aparato productivo
vigente desde la posguerra y un conjunto de políticas de privatización de empresas públicas, flexibilización laboral y
desregulación de los mercados han generado, especialmente en América Latina, la región más castigada, niveles de
desempleo y subempleo históricos, una pobreza alarmante, una desigualdad de riquezas inédita y una precarización
social vergonzantes. Muchos sectores sociales e han comenzado a criticar muchas de las principales ideas del modelo
hegemónico de globalización neoliberal. En particular, líderes de gobiernos de países en vía de desarrollo han
desacreditado la idea de una globalización determinista que estaría gobernada por las “inescrutables e invencibles
fuerzas de la naturaleza”, para revalorizar la contingencia y la posibilidad de acción inherente a la política. Esta actual
revalorización de la capacidad de “poder actuar”, de “iniciar un nuevo comienzo”, según decía Arendt (1996), es muy
relevante, ya que nos permite ir dejando de lado, ahora sí, la visión naturalista o heterónoma de los fenómenos, que
entendía a la política como subordinada al disciplinamiento impuesto por la economía, en pos de una visión
constructivista que recupere su capacidad transformadora.
En este contexto, más aún a partir de la reciente crisis financiera de los Estados Unidos, que puso en evidencia la falacia
del libre mercado a partir de un Estado que intervino fuertemente sobre la economía para hacerse cargo de las deudas
del sector privado, todo indicaría que podemos ser optimistas y concluir que la fase crítica del sistema global neoliberal
ha llegado a su fin. Sin embargo, debemos ser muy cautelosos ya que, si bien se está revalorizando la acción política,
entendida como la capacidad de modificar el estado de cosas vigente, muchos de los postulados de la globalización
neoliberal, como la necesidad de reducir el gasto público social para disminuir el déficit fiscal e impedir que se propague
la inflación , o la idea de que el mercado es el ámbito eficiente por excelencia y la culpa de todo la tiene la burocracia, la
ineficiencia y la corrupción del Estado, siguen siendo defendidos por algunos de los gobernantes que han emergido. Por
otra parte, continúan existiendo en estos países altos niveles de desempleo, pobreza y desigualdad, además de una
redistribución fuertemente regresiva de la riqueza. En cuanto a la sociedad civil, pese al incremento de las protestas,
sigue vigente en ciertos sectores la creencia de una globalización en la que lo específicamente político, asociado al
antagonismo, se encuentra ausente. Por otra parte, se hace difícil organizar la acción colectiva cuando presenciamos
altos niveles de atomización social y cuando el consumismo fomenta aún más el individualismo.
BIBLIOGRAFIA
CORRAL, Pilar y otros “Historia IV. El Mundo Actual. Ed. Santillana.
GARCÍA, M. y GATELL C. “Actual, Historia del Mundo Contemporáneo”. Ed. Vicens Vives, Barcelona 2001.
HOBSBAWM, Eric. Historia del siglo XX, Ed. Crítica. Barcelona, España.2007.
MONTENEGRO, G Augusto. Historia del Antiguo Continente. Ed Norma, Colombia 1997.
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