Rumbo a la independencia

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Assemblea Nacional Catalana (ANC), 12 de abril
Rumbo a la independencia
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Fecha de publicación en línea: Viernes 13 de marzo de 2015
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Rumbo a la independencia
El próximo 12 de abril se celebrará la asamblea general de la ANC en la cual se aprobará la hoja de ruta 2015-2016,
cuyo objetivo es iniciar el proceso de construcción de un estado independiente en este período. Ahora mismo tanto
la hoja de ruta como la ponencia marco complementaria, elaboradas por el secretariado nacional de la ANC, están
en fase de discusión y presentación de enmiendas por parte de las asambleas de base. En este artículo se va a
exponer el contenido de la hoja de ruta y se van a comentar cuales son, en mi opinión, los puntos fuertes y débiles
de la propuesta.
Después de la consulta del 9N, el documento considera que los escenarios de trabajo posible son dos, los que
denomina C y D. El escenario C es la celebración, el 27S, de unas elecciones autonómicas anticipadas que adopten
el carácter de plebiscitarias y constituyentes. El escenario D es que la Generalitat sea intervenida política y
jurídicamente por el Estado español. En los dos escenarios el objetivo es la independencia.
Las elecciones anticipadas del 27S anunciadas por el presidente Artur Mas, que configuran el escenario C, son,
legalmente, unas elecciones autonómicas normales; el carácter plebiscitario se lo deben dar una parte de las
fuerzas que concurran a las mismas incluyendo claramente en su programa el objetivo de conseguir la
independencia. En estas elecciones la ANC se propone dos objetivos: que sean la segunda vuelta (y la definitiva)
del 9N, de la que salga un mensaje claro e inequívoco para el nuevo Parlament y que las listas comprometidas con
la independencia sumen una clara mayoría. Si se consiguen estos objetivos, el primer acto del nuevo Parlament
debería ser una declaración solemne del inicio de construcción de un estado independiente, a la cual seguirían la
apertura de un proceso constituyente con participación popular, la celebración de un referéndum para aprobar la
nueva constitución y, finalmente (en el plazo máximo de 18 meses), la proclamación de la independencia.
Si, por el contrario, el Estado español impide la celebración de las elecciones, con intervención o suspensión de las
instituciones del país, se abriría el escenario D, en el que la ANC llamaría a crear la Assemblea de Càrrecs Electes
de Catalunya (ACEC), formada por los diputados del Parlament y los alcaldes o concejales designados por los
municipios que apoyen el proceso hacia la independencia. El objetivo sería reunir una representación democrática
incontestable de la mayoría de la ciudadanía de Catalunya. La tarea de esta asamblea sería proclamar la
independencia de Catalunya y pedir el amparo de las instituciones internacionales, especialmente de las europeas.
Para alcanzar la independencia en cualquiera de los dos escenarios la ANC es consciente de que debe hacer
todavía un gran esfuerzo para ganar una mayoría social a favor de este objetivo y que debe concentrarse
especialmente en los sectores sociales escépticos o indecisos (que el 9N mostró que se encuentran principalmente
en los cinturones industriales y en los barrios con fuerte concentración de personas inmigradas, tanto si son de
época reciente como más antigua).
Por otra parte, la ANC sigue confiando en que los partidos independentistas se mantengan firmes y con capacidad
de acción unitaria. Pero esta confianza está más debilitada que en el pasado porque, en palabras del vicepresidente
Jaume Marfany, "han demostrado ser el eslabón más débil"/1. Por eso, si no se consiguiera un acuerdo entre las
fuerzas políticas soberanistas o si "las elecciones del 27S fueran aplazadas por cualquier motivo distinto a una
injerencia del Estado español", la ANC se planteará la posibilidad de impulsar, desde la sociedad civil, "una
candidatura de país...que dé prioridad absoluta a conseguir la independencia"/2.
Fuerza y debilidades del proceso
La fuerza principal de la propuesta de la ANC es sin duda la confianza en las propias fuerzas, en el poder de la
movilización de la sociedad civil sin subordinarse a dinámicas externas y, por y para ello, la firme decisión de
impulsar actos de soberanía nacional y de desobediencia a las instituciones del Estado español, de los cuales el 9N
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(con sus cerca de 2,4 millones de personas votando pese a la prohibición del Constitucional) fue un magnífico
ejemplo, pero sólo el primero y el más modesto de los que se proponen en la nueva hoja de ruta. Se trata, sin duda,
de una fuerza formidable.
Y la mayor debilidad es no haber puesto, hasta el momento, medios suficientes para hacer realidad lo que se
considera un objetivo imprescindible, ganar una mayoría social a favor de la independencia, para lo cual se necesita
sumar al proyecto los votos de una parte de los sectores que el 9N se mostraron escépticos o indecisos (y que
diversas estimaciones sitúan en la necesidad de ganar entre un cuarto y medio millón de votos adicionales a favor
de la independencia). Esta afirmación necesita ser razonada.
En la hoja de ruta se constata el problema anterior, pero sólo hay unas pocas palabras sobre cómo resolverlo. Por
ejemplo se constata que Catalunya es y ha sido tradicionalmente un país de inmigración, de gente "que ha venido a
Catalunya buscando un futuro mejor para ella y para sus hijos e hijas. La ANC seguirá trabajando para que este
futuro mejor sea una realidad. Trabajar para este futuro mejor y tomar consciencia que sólo será posible con la
independencia es lo que nos permitirá conseguir una mayoría social favorable a la independencia en las elecciones
del próximo 27 de septiembre". Pero para las clases populares golpeadas por la crisis, sobre todo si provienen de la
inmigración, un futuro mejor significa mejoras concretas en los terrenos económico, social y de los derechos
ciudadanos: tener trabajo, cobrar un subsidio digno en caso de no tenerlo, acceder a una vivienda digna, a una
buena sanidad y enseñanza públicas, no ser encerrado en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) por no
tener permiso de residencia, tener derecho al voto por el hecho de residir en el país (como en el 9N), etc. Si la ANC
no se pronuncia sobre estos problemas concretos será dificilísimo ganar la mayoría social por la independencia,
porque la gente seguirá viendo que sólo una fuerza independentista modesta como la CUP se ocupa de ellos,
mientras que el partido independentista hegemónico (CDC y su presidente Artur Mas) son responsables directos de
los ataques a sus condiciones de vida y la posible alternativa de gobierno (ERC) evita cualquier batalla al respeto
con el fin de intentar asegurar la independencia (aunque sea sin contenido social).
Recientemente la ANC ha dado un paso importante para empezar a modificar esta situación al dar apoyo público y
empezar a recoger firmas a favor de la ILP contra los desahucios y la pobreza energética. Durante la presentación
Carme Forcadell, presidenta de la ANC, declaró: "no entendemos el avance nacional sin avance social. Son dos
caras de la misma moneda". Bien; pero se trata de continuar demostrándolo en los hechos, con una batería de
medidas en la misma dirección. Oportunidades no faltan, por ejemplo: hay en marcha una ILP sobre la Renta
Garantizada de Ciudadanía y otra sobre educación, las medidas tomadas al amparo del decretazo sobre sanidad
(RDL 16/2012) deberían ser derogadas y situarnos, como mínimo, en la situación anterior al mismo (con acceso a la
tarjeta sanitaria por el hecho de estar empadronado), se debería asegurar que los extranjeros que lleven un tiempo
en el país podrán votar en todas las elecciones o que en la nueva Catalunya no existirá nada parecido a los CIEs o a
la ley de extranjería, etc.
Las elecciones municipales son otra cuestión, aunque menos decisiva que la anterior, en la que la posición de la
ANC me parece discutible, porque afirma que su principal objetivo será situar "las elecciones municipales como
primarias de las elecciones del 27S". En este sentido pedirá a todas las candidaturas que se presenten un
compromiso para que las elecciones del 27S sean plebiscitarias, que se pongan a disposición del presidente de la
Generalitat para el proceso de construcción del nuevo estado, que impulsen la creación de la ACEC y que se
incorporen a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). A mi entender, las elecciones municipales son,
ante todo, una gran oportunidad para echar a los responsables del deterioro de nuestros pueblos y ciudades e
intentar superarlos por medio de candidaturas con una política favorable a las clases populares; intentar reducirlas a
unas primarias del 27S es una forma de hacer pasar el objetivo de la independencia por encima de las necesidades
urgentes de las personas, una forma de contraponer artificialmente las exigencias del avance nacional y del avance
social. Y tampoco está nada claro que, si llega el momento de poner en pie la ACEC, los compromisos que se piden
ahora sean útiles para asegurar una mayor masividad después.
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Elecciones españolas y reconocimiento internacional
En el documento de la ANC echo a faltar una valoración más ajustada de la ventana de oportunidad que se puede
abrir tras las elecciones española (en un artículo anterior hice una valoración de cómo pueden influenciarse las
diversas elecciones pendientes). La única hipótesis que se maneja es que, cuando se realicen, ya se habrá iniciado
el proceso de construcción del nuevo estado independiente en Catalunya y que los grandes cambios previsibles en
el mapa político español se deberán tener en cuenta para platear "la mejor estrategia de negociación de la secesión
con el nuevo gobierno que salga de las urnas". Lo cual parece un exceso de optimismo y un descarte innecesario de
otros escenarios, como la posibilidad de negociar, entonces sí, un referéndum como el de Escocia, pero en una
posición de mayor fuerza de Catalunya y mayor debilidad del Estado español; porque es un hecho relevante que
una posible fuerza ganadora como Podemos, aun siendo contraria a la independencia de Catalunya, sea defensora
del derecho a decidir.
El exceso de optimismo continúa cuando se trata del reconocimiento internacional del nuevo estado, que se
considera que empezará a producirse cuando "Catalunya proclame su independencia y muestre su capacidad
política, jurídica, administrativa y financiera para mantener el funcionamiento del país". Como si esto fuera a resultar
fácil con la actitud previsible, no sólo del Estado español, sino también de la Unión Europea (que está mostrando su
lado más oscuro en las actuales negociaciones con Grecia).
En todo caso el punto decisivo sigue siendo si el 27S se celebrarán, efectivamente, las elecciones prometidas y si
de ellas saldrá un mandato claro para la independencia. Y para que esto sea así los puntos fundamentales me
parece que son: conseguir que la independencia aparezca estrechamente ligada a un plan de rescate de las
personas, con medidas urgentes para paliar los efectos de la crisis y que se deje claro que, si hay victoria en las
elecciones, se producirá la apertura inmediata de un proceso constituyente democrático y con participación popular,
que haga sentir a toda las gentes de Catalunya que son fundadoras activas del nuevo estado.
Como se ha dicho al principio, la asamblea general de la ANC será quien apruebe la hoja de ruta definitiva. Ahora es
el momento del debate y las enmiendas en las asambleas de base. Y por lo tanto, hasta el 12 de abril todas las
valoraciones son provisionales.
Martí Caussa es miembro de la Redacción de la web y del Consejo Asesor de VIENTO SUR
13/03/2015
Notas
1/ Jaume Marfany, ANC: el Full de ruta més decisiu:
http://www.tribuna.cat/opinio//anc-el-full-de-ruta-mes-decisiu-10-03-2015.html.
2/ Cuando no se indica lo contrario todas las citas provienen de, Assemblea General Ordinària 2015. Full de Ruta
2015-2016: http://www.ara.cat/politica/Full-de-Ruta-2015-2016-aprovatSN_ARAFIL20150306_0001.pdf
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