14/10/01 ECONOLANDIA ANTONIO PULIDO Primeras predicciones después del ataque Ya saben mis lectores que soy tan defensor como escéptico ante cualquier ejercicio que intente adivinar el futuro en temas económicos o sociales en general. Hacer predicciones es inevitable, porque todos debemos tomar decisiones mirando hacia adelante. Podemos equivocarnos respecto a lo que va a ocurrir con la economía mundial, europea o española, pero los gobiernos o las empresas tienen que aprobar presupuestos y los individuos debemos decidir si pedir un préstamo, comprar un nuevo televisor o irnos de vacaciones el próximo “puente”. Sin embargo, hay un largo trecho entre admitir que realizar predicciones es un ejercicio necesario (e incluso saludable) y creerse cualquier futuro que nos pinten, sean los artistas los grandes organismos internacionales, los gobiernos, los estrategas financieros o los centros de predicción del mundo entero. Las posibilidades de equivocarnos en nuestras apuestas de futuro están siempre presentes, pero se multiplican en momentos de cambio. Por eso, cuando el entorno es incierto, como ahora, mi recomendación es convertir la predicción en una valoración de posibles alternativas que nos ayude a medir riesgos y a tomar nuestras decisiones en ambiente de incertidumbre. Mi propuesta en este momento, es que usted mismo elija cuál de los tres futuros que propongo le parece más factible (o incluso que se confeccione su propio escenario). Una primera alternativa parte de una intervención militar limitada y con mantenimiento de amplios apoyos a escala internacional, sin eludir que las acciones militares se extiendan durante meses y que se den algunas tensiones aisladas, incluso graves, entre los aliados. Nuevos atentados terroristas adicionales pero de repercusión limitada. Precios del petróleo relativamente estables, al no generalizarse la tensión en el Oriente Medio. Retorno progresivo, aunque lento, de la confianza de inversores y consumidores. EEUU entra en crecimientos ligeramente negativos durante el segundo semestre de este año y se recupera con fuerza en la segunda mitad de 2002. Las políticas monetarias y fiscales expansivas a corto plazo predominan tanto en EEUU como en Europa, sin que pueda evitarse una desaceleración progresiva durante los próximos trimestres. España acompaña a Europa en su menor ritmo de crecimiento hasta la segunda mitad del próximo año, en que se reinicia una nueva fase expansiva. Una segunda variante incluye una respuesta más visible y prolongada de la lucha armada, con dificultades en las alianzas con algunos de los países clave y acciones terroristas diversas aunque limitadas. Los países productores de petróleo se ven implicados y el precio del crudo sufre diversos impactos al alza. La incertidumbre se amplía en el tiempo y la recuperación se retrasa varios trimestres. Los mercados financieros conviven en situación de inestabilidad acusada durante el próximo año. La recuperación económica se retrasa hasta finales de 2002 o principios de 2003 en EEUU y Europa. La economía española se desacelera hasta llegar a crecimientos por debajo del 1% en los trimestres centrales de la crisis. Por último, puede usted ennegrecer aún más la pintura y añadir fracasos militares, acciones terroristas considerables, obsesión por la seguridad, derrumbe de la confianza y retraso en la recuperación hasta el 2003 e incluso a un ritmo lento. Por mi parte me quedo, por ahora, con el primer escenario. Me parece el más probable y además en tiempos de crisis es mejor no echar leña al fuego.