Observatorios Urbanos TRES SIGLOS DE “FAVORES CELESTIALES…” Omar Cadena* El 21 de noviembre de 1708, un afamado relator y cartógrafo del rey, Felipe V, terminó de escribir una serie de relaciones, informes y mapas cosmográficos sobre sus exploraciones en los confines de la Cristiandad. En más de cuatrocientas fojas describe la conquista espiritual y material de los habitantes y territorios de las salvajes y bárbaras naciones del reino de la Nueva Navarra, “en el corazón de la América Septentrional”. En estos “pingües” y “dilatados” territorios de la cornucopia americana, este insigne misionero de la Compañía de Jesús navega y cabalga a través de las abundantes costas, valles, sierras y desiertos que rodean otros nuevos reinos, el de Vizcaya y México, junto a los deseados Gran Tehuayo y Gran Quivira; mientras sueña con los reinos de la Nueva Carolinas y la Nueva Filipinas, situados dentro y más allá del País de Sonora y de la ignota península de la California. A trescientos años de vivir más allá de las fronteras de la razón y la fe, somos testigos de una razón que no necesitaba tocar todo lo que podía ver y una fe que no necesitaba ver todo lo que podía imaginar: una orbe indiana unida y pacificada por él y otros misioneros germanos e hispanos que exploraron, evangelizaron y preservaron estos límites imaginarios para el rey y el papa, las dos majestades de estos nuevos cruzados por la razón y la fe. Eusebio Francisco Kino, el de “la tosca lengua y de la ruda pluma”, fue quien ayudó a iluminar y completar la representación de un mundo desconocido. Mediante la elaboración de un mapa corpóreo, pero también un mapa espiritual, de todo el espacio y tiempo de la escritura de los vicarios de Cristo, encontraron a dios en las geometrías de los astros y al hombre en las geografías del espíritu humano. A tres siglos de distancia, se desvanece la figura del cruzado por la razón y prevalece la del caballero andante de la fe. Son pocos quienes han conocido y glosado este manuscrito, desde sus contemporáneos del siglo XVIII y sus extemporáneos, del siglo XIX al XXI. De varias latitudes, filiaciones políticas, religiosas y académicas, algunos lectores han sido tocados más por el autor que por su obra, cuando describen y comentan sus andanzas y actividades en la construcción de una visión geográfica, más que cosmográfica del mundo, sin detenerse en el entendimiento de una razón geométrica que abarca el simbolismo divino de este, me atrevo a decir, “belerofonte matemático”, que luchó por la fe e hizo de la razón una quimera. Herbert E. Bolton (1870-1953) fue el estudioso por excelencia de la vida y obra de Kino, sobre todo de la obra que nos ocupa, cuando enfoca sus comentarios críticos en el Preface a su traducción de “Favores Celestiales…”, bajo el nombre de Kino's Historical Memoir Of Pimeria Alta: A Contemporary Account Of The Beginning Of California, Sonora And Arizona (1919) y en un apartado de Rim of Christendom (1936), su monumental biografía de la obra apostólica del misionero y explorador jesuita. Emilio Bösse, presentará los manuscritos de “Favores Celestiales” y la “Relación diaria de la entrada al noroeste…” que fueran palografiados por Francisco Fernández del Castillo y reunidos bajo el título de Las misiones de Sonora y Arizona (1922), con el ensayo biobibliográfico Datos biográficos del Padre Eusebio Francisco Kino (Kuhn) (1922 [1914]); seis años después de su escritura, como consecuencia de la gesta revolucionaria y el restablecimiento de la República Mexicana. Posteriormente surge una parva de excelentes kinófilos que han tomado el pulso de la vida y obra del “hombre de negro”, ya no sólo de la academia, sino desde las huestes ignacianas de historiadores, que reviven los objetivos de la Compañía de Jesús en la labor educativa e investigativa de la Sociedad de Jesús. Ernest J. Burrus S. J. se vuelve en el vocero de nuevos hallazgos de manuscrito que publica y comenta en sus diversas ediciones críticas, aunque se trata de estudios que señalan indirectamente esta relación cosmográfica de las nuevas conquistas y conversiones en la fronteras de la cristiandad; aunque de distinta manera que Charles W. Polzer S. J. y el padre Cruz Acuña, quienes dimensionan y comentan el valor histórico de toda su obra escrita y no escrita, con su revisión de sus cartas, reportes, informes y relaciones de corte autobiográfico, sobre sus trabajos como apóstol, explorador y “cronista” del Noroeste de México y Suroeste de América. Actualmente resurgen algunos estudios de las relaciones administrativas de Kino con los indios mansos y bárbaros de la región, con miembros de las bajas y altas jerarquías de su orden religiosa; pero también con la burocracia virreinal de la Corona Castellana, más allá de su visión providencialista, en esta obra; entre los que se encuentran los trabajos del investigador y exmisionero jesuita, Gabriel Gómez Padilla. Su Prólogo a Siete folios a la corona (2008), destaca la gran capacidad de sortear las adversidades no sólo geopolíticas sino socioculturales, suscitadas en los apartados reductos misionales donde la fe triunfa gracias a la disposición divina, el favor celestial cifrado en cada uno de los actos de Eusebio Francisco Kino. “Favores celestiales de Jesús y María Santísima y del Gloriosíssimo Apóstol de las Yndias, Francisco Xavier experimentados en las Nuevas Conquistas y Nuevas Conversiones del Nuevo Reino de la Nueva Navarra desta América Septentrional incógnita y passo por tierra a la California en 35 grados de altura, con su nuevo mapa Cosmográfico de estas Nuevas y Dilatadas tierras que hasta ahora habían sido incógnitas. Dedicados a la real Majestad de Felipo V muy católico rey, gran monarca de las Españas, y de las Yndias”, es el nombre de la obra que nadie se ha atrevido reescribir ni clasificar adecuadamente. Un nombre largo y preciso como todos los de la época, sugerido por el Padre General de la Compañía de Jesús, Thyrso González; el cual permite entender el camino de una filiación no sólo cronográfica sino cosmográfica de sus hallazgos, un sentido de escritura y de lectura que aún se encuentra en búsqueda de su clarificación. *Estudiante de la Maestría en Ciencias Sociales en la Línea Estudios Históricos de Región y Frontera de El Colegio de Sonora, [email protected]