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Primer Centenario de la 1ª Guerra Mundial
Felipe Quero Rodiles
General de División (R)
Presidente de AEME
Mis primeras palabras han de ser de agradecimiento a la Junta Directiva de la Asociación
Española de Militares Escritores que consideró conveniente que yo hiciese esta reflexión.
dándome la oportunidad de exponer mi opinión y que yo acepté. Después al Centro
Cultural de los Ejércitos porque, consecuencia del Convenio de Colaboración, la incluyó
en su programa, brindándome la ocasión de hacerlo ante tan importante auditorio. Y por
último a su Presidente, mi buen amigo general Valverde, por su muy cariñosa
presentación.
INTRODUCCIÓN
Gran Guerra primero y Primera Mundial después, fue la guerra más importante de la
Historia, en su momento. Y lo fue por las naciones participantes, por la población implicada,
por las causas, por los efectivos empeñados, por las bajas, por los teatros donde se hizo
sentir, por sus consecuencias políticas, económicas y diplomáticas.
Pero también lo fue por las innovaciones militares, hasta el extremo de constituir el primer
capítulo en la formación del pensamiento militar moderno. Este año, que recordamos su
Centenario, se cumple también el 75 Aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial, el
segundo capítulo, y el 25 Aniversario del final de la Guerra Fría, el tercer capítulo. Los Tres
Capítulos que conformaron el pensamiento militar universal contemporáneo.
Mi exposición será la visión de un soldado veterano, que es lo que soy, y dirigida a las
aportaciones militares. Constará de cuatro partes, forzosamente muy esquemáticas:
1. Planteamientos y Planes iniciales
2. Doctrinas y Fuerzas en presencia
3. Aportaciones principales.
4. Consideración final
Y me apoyaré en gráficos no para detalles, sino para facilitar gráficamente el seguimiento.
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1.- PLANTEAMIENTOS Y PLANES INICIALES,
En la Europa de 1914, la Doble Alianza estaba formada por Alemania y el Imperio Austrohúngaro.
Alemania era la nación fuerte: primera potencia militar y segunda naval. Consideraba que
su amenaza principal era Rusia y la secundaria Francia, por lo que en 1871, el Jefe del
Estado Mayor General, Moltke el viejo, concibió un esfuerzo ofensivo en el Este y otro
defensivo en el Oeste. En el mar, su posición no podía ser más adversa por tener sus
bases en un profundo rincón del mar del Norte, en la bahía de Helligoland, por lo que,
burlando el bloqueo, atacaría el tráfico marítimo aliado.
Austria-Hungría era la nación débil, especialmente por la falta de cohesión que
ocasionaban sus 11 grupos étnicos: italianos en el Tirol, eslovenos en Istria, checos en
Moravia y Bohemia, magiares en Polonia, rutenos en Galitzia, eslavos en el norte de
Hungría, rumanos en el este, croatas en el sur, y hasta los propios austriacos eran en
realidad alemanes. Su planteamiento era ofensivo contra Serbia y vigilante para Rusia.
El Imperio Otomano era muy proclive a Alemania, hasta el extremo de que su Ejército
estaba mandado por un general alemán. Italia, que se había incorporado formando la
Triple Alianza, en 1911 declaró la guerra a Turquía para anexionarse Tripolitania, Rodas e
islas del Dodecaneso, por lo que quedó excluida.
Como reacción, Francia, Gran Bretaña y Rusia formaron otra alianza, la Triple Entente,
más convenio de intereses que alianza militar. Francia quería recuperar Alsacia y Lorena
y restablecer su prestigio militar; Gran Bretaña proteger su comercio; y Rusia,
contaminada ya por la revolución, apoyar a Serbia, buscando la salida al Mediterráneo.
Serbia y Bélgica se defenderían en sus territorios. Japón tenía un tratado defensivo con
Gran Bretaña, y Estados Unidos, con su Ejército prácticamente desmovilizado y orientado
a Méjico y el Caribe, no estaba en condiciones de afrontar una guerra.
El detonante de la guerra, que no su causa, fue el asesinato terrorista del inspector de los
Ejércitos imperiales y heredero al trono, archiduque Francisco Fernando de Austria y su
esposa, en Sarajevo el 28 de junio de 1914.
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Austria-Hungría lo consideró casus belli y lanzó un ultimátum a Serbia y, al cumplirlo sólo
parcialmente, le declaró la guerra el 28 de julio. El 1 de agosto, Rusia decretó la
movilización, y Alemania respondió declarándole la guerra a Rusia el día 3. Rusia
entonces se la declaró a Austria-Hungría, y Francia y Gran Bretaña a Alemania. Una
declaración de guerra en cadena de las naciones europeas que, excepto Alemania, no
estaban en condiciones de afrontar.
2.- DOCTRINAS Y FUERZAS EN PRESENCIA
Al comenzar la guerra las doctrinas dominantes y el balance de fuerzas, en términos de
efectivos, grandes unidades, buques de línea y aviones, eran los siguientes:
Alemania.
Su Doctrina se fundamentaba en la ofensiva como procedimiento resolutivo. Su Ejército
era modelo de espíritu, disciplina, instrucción y organización, estaba bien mandado y
dotado. Contaba con 660.000 hombres encuadrados en 87 divisiones de Infantería y 11
de Caballería. Una reserva (Landwher), una milicia territorial (Landsturm) y una reserva de
complemento (Erstaz) le permitirían elevar sus efectivos a 4.000.000 de hombres.
Su Marina era lo suficientemente poderosa para preocupar a Gran Bretaña. Disponía de
14 acorazados modernos, 8 cruceros de batalla y 40 acorazados antiguos. Conviene
recordar que, desde la guerra ruso-japonesa, el buque de línea por excelencia era el
acorazado moderno, bautizado en Inglaterra como Dreadnought (“Sin miedo”), eran los
modernos, con su variante el crucero de combate moderno, y los predreadnougt, los
antiguos. Y su incipiente fuerza área disponía de 250 aviones.
Austria-Hungría.
Su Doctrina preconizaba la ofensiva fundamentada en el choque, en la bayoneta. Su
Ejército, de formación y dotación alemana, estaba bien mandado e instruido, pero con
muy baja cohesión por la diversidad étnica. Disponía de unos 400.000 hombres
encuadrados en 49 divisiones de Infantería y 11 de Caballería. Una reserva austriaca
(Landwher) y otra húngara (Honved), podían elevar sus efectivos a 3.000.000 de
hombres.
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Su Marina, modesta y orientada al Mar Adriático, contaba con 3 acorazados modernos y 9
antiguos. Y su fuerza arrea podía estimarse en 35 aviones.
Francia.
Su Doctrina era defensiva y basada en el fuego. Su Ejército, bien dotado e instruido,
estaba totalmente recuperado de la derrota de 1871, pero muy mediatizado (el Gran
Mudo). Contaba con unos 700.000 hombres encuadrados en 62 divisiones de Infantería y
10 de Caballería. Sus reservas le permitirían elevar sus efectivos a 4.500.000 hombres.
Su Marina estaba formada por 3 acorazados modernos y 20 antiguos. Y su fuerza área
por unos 130 aviones.
Gran Bretaña
Su Doctrina se fundamentada en la preponderancia de la Infantería. Su Ejército era muy
modesto, contaba con unos 70.000 hombres organizados en 6 divisiones de Infantería y 2
de Caballería.
Su Marina, la más potente del mundo, contaba con 20 acorazados modernos, 8 cruceros
de batalla y 40 acorazados antiguos. Y su fuerza aérea con unos 170 aviones.
Rusia.
Su Doctrina se basaba en la superioridad de hombres y de espacios. Su Ejército, el mayor
del mundo, estaba formado por 5.000.000 de hombres encuadrados en 114 divisiones de
Infantería y 36 de Caballería, que la movilización podría elevar a 15.000.000 hombres.
Su Marina era muy modesta, con 3 acorazados modernos y 8 antiguos. Y la fuerza área
podría llegar a disponer de 145 aviones
3.- APORTACIONES PRINCIPALES
En los 4 años de guerra cabe distinguir tres fases de desarrollo:
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•
1ª Fase. De iniciativas ofensivas iniciales. Comenzó el 3 de agosto de 1914 y
finalizó en abril de 1915. Se caracterizó por un dinamismo operativo decreciente
que acabó en frentes estabilizados, primero en Francia y después en Prusia y
Polonia. Entraron en guerra Japón en el bando aliado, y Turquía en el germano.
•
2ª Fase. De estabilización de frentes. Entre febrero de 1915 y diciembre de 1916.
Se caracterizó por la eficacia del fuego de las ametralladoras con el consiguiente
desgaste, dándole la hegemonía a la defensiva estática, a las trincheras. Entraron
en guerra Italia y Rumania en el bando aliado y Bulgaria en el germano.
•
3ª Fase. Nuevamente de ofensivas. Entre diciembre de 1916 y noviembre de 1918.
Se
caracterizó
por
la
recuperación
de
la
capacidad
de
maniobra
y,
consecuentemente, un dinamismo ofensivo creciente. Y así se llegó al final. En el
bando aliado entraron Grecia, Portugal y Estados Unidos, y salieron Rusia y
Rumania, y en el germano entró Bulgaria.
Así pues, una primera conclusión es que esta guerra no se caracterizó por el estatismo de
los frentes, por las trincheras. La mayor parte del tiempo se caracterizó por las acciones
ofensivas.
Para destacar las aportaciones militares principales me voy a limitar a 5 batallas
terrestres, una anfibia, consideraciones sobre la guerra en el mar y sobre el comienzo de
la guerra aérea.
Batalla de Francia. El fracaso de una gran maniobra.
En 1906 el mariscal von Schlieffen, Jefe del Estado Mayor General alemán, rechazó la
idea de Moltke el viejo y concibió un nuevo plan —el conocido plan Schlieffen— para
derrotar a Francia en 21 días, antes de que Rusia finalizase la movilización.
Las plazas francesas fortificadas fronterizas y el movido terreno suizo obligaban a
penetrar por Luxemburgo, Bélgica y Holanda, describir un gran arco con 5 ejércitos (gran
unidad formada por varios cuerpos de ejército), envolver París por el oeste y empujar al
despliegue fronterizo francés hacia el este, donde otros 2 ejércitos alemanes cederían
terreno deliberadamente para atraer a los franceses. El plan era de corte clásico y muy
ambicioso, pero tenía graves deficiencias: un plazo excesivamente crítico; no prever la
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reacción británica; y una longitud de la línea envolvente (más de 800 kilómetros) excesiva
para tropas a pie.
En 1913 el nuevo Jefe del Estado Mayor General, Moltke el joven, modificó el plan
Schlieffen: excluyó a Holanda, rebajó el nivel de ambición, transformó la maniobra
envolvente en maniobra de doble ala con líneas mucho más cortas, y redujo la fuerza.
Aún así siguió siendo una gran maniobra.
Por su parte, Francia atacaría a Alemania por Alsacia y Lorena con 3 ejércitos, Gran
Bretaña enviaría un Cuerpo Expedicionario con obediencia limitada al mando francés, y
Bélgica se defendería con 2 divisiones en el Mosa y 4 en el Gette.
El 2 de agosto comenzó la invasión de Luxemburgo y el 4 la de Bélgica, encontrándose
con tres problemas: el paso del Mosa, que muy protegido por los belgas en Lieja, originó
el apelotonamiento de 2 ejércitos entre Aquisgrán-Malmedy y un gran retraso (no se pasó
el río hasta el día 16, 14 de los 21 días críticos); una fuerte y consistente resistencia belga
que aumentó la detención y distrajo 3 cuerpos de ejército; y la apertura del frente ruso en
Prusia el día 17, a los 15 del inicio y no a los 21, como se preveía.
Una primerísima lección para los británicos fue que los efectivos de su Cuerpo
Expedicionario eran muy insuficientes, por lo que Londres hubo de improvisar una
campaña urgente de alistamiento, Y es que un Ejército muy profesional pero
excesivamente pequeño era insuficiente. La detención en Bélgica facilitó la campaña de
alistamiento y el refuerzo.
El parón en Bélgica animó a Joffre a lanzar su ataque el 7 de agosto: con el 1º ejército
hacia Sarreburgo, el 2º hacia San Avoid, el 3º a Sarrebruck, y el de Alsacia, de nueva
creación, hacia Mulhausen. El día 21 se detuvo la ofensiva francesa por falta de
impulsión, y el 9 de septiembre se dio por finalizada sin conseguir los objetivos. Fue el
fracaso de una maniobra mal concebida, peor preparada y sin capacidad para acometerla.
El 21 de agosto comenzó la invasión de Francia. Los ejércitos alemanes 1º y 2º, al tratar
de desbordar al Cuerpo Británico y al 5º ejército francés por el Oeste, provocaron una
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enorme separación del 3º ejército, lo que aconsejó crear una nueva gran unidad
estratégica, el grupo de ejércitos.
Los combates parecían favorables a Alemania, pero la verdad era que no lo eran, pues
había perdido mucha potencia (3 cuerpos de ejército en Bélgica y 2 enviados a Prusia).
El Cuerpo Expedicionario Británico, ante el riesgo de envolvimiento y apoyándose en su
obediencia limitada, se replegó unilateralmente al Somme, dejando al descubierto el
flanco francés. Joffre se vio obligado a retirarse también al Somme y a crear un nuevo
ejército en Amiens, el 6º, para cubrir su flanco. El Cuerpo Expedicionario Británico, una
vez más en desacuerdo con la decisión francesa, volvió a replegarse unilateralmente al
Marne, descubriendo nuevamente el flanco francés.
El 2 de septiembre Joffre organizó la defensa de París y ordenó un nuevo repliegue al
Marne, enlazando los campos fortificados de París y de Verdún. El día 3 patrullas
alemanas se aproximaron a París obligando a reforzar con urgencia al 6º ejército con
6.000 fusileros reservistas, trasladándolos en los famosos taxis de París, germen de la
infantería motorizada.
Los errores aliados más destacados fueron la aplicación sistemática de la doctrina
defensiva, operar por encima de las capacidades, y, sobre todo, falta de unidad de
mando. Su acierto, la ejecución de los repliegues, que hiciero caer en el vacío los ataques
alemanes.
Por parte alemana, además de los señalados del paso del Mosa y de la reducción de la
resistencia belga, hay que añadir la falta de explotación del éxito para sus buenas
acciones ofensivas por falta de Caballería, lo que facilitó los repliegues aliados.
El 8 de septiembre franceses y británicos lanzaron una ofensiva en el Marne, por la
brecha abierta entre el grupo de ejércitos y el 3º ejército alemán, obligando al mando
alemán a replegarse a la línea Somme el día 9, dando por finalizada la batalla de Francia
a los 39 días de iniciada (casi el doble de los 21 previstos), y con la línea de estabilización
en Calais-río Somme-Thionville.
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El gran fracaso de la audaz y ambiciosa maniobra alemana puso de manifiesto que no
basta con un buen plan, sino que es imprescindible su vialidad, es decir, la máxima
coherencia entre el plan de maniobra, las capacidades, la información y la ejecución. Fue
la eficacia del fuego de las ametralladoras y el desgaste que produjo en el enemigo lo que
propició la superioridad de la defensiva, la estabilización del frente, las trincheras.
Batalla de los Lagos Masurianos o Tannemberg. El éxito de la maniobra defensiva.
El 8º ejército alemán, formado por 5 cuerpos de ejército y 1 división de caballería, y de
guarnición en Prusia Oriental, fue atacado frontalmente el 13 de agosto por el 1º ejército
ruso y amenazado de flanco por el 2º ejército, sin tener en cuenta su separación por los
Lagos Masurianos, ya que cada uno superaba en potencia al ejército alemán.
El alemán organizó una posición de bloqueo en Stalluponen-Gumbinen, que el 1º ejército
ruso rompió el día 23, pero no explotó el éxito, que hubiera sido desastroso el ejército
alemán, sino que se detuvo cerca de Insterburg a la espera de órdenes. El 2º ejército
ruso, creyendo victorioso al 1º, se aproximó a Ortelburg, sin cautelas por el carácter
militarmente pasivo de la región de los Lagos.
Tres errores rusos de bulto: detención del 1º ejército; avance temerario del 2º abriendo
una brecha de 140 kilómetros con el 1º; y considerar pasiva la región de los Lagos.
Tomó el mando del 8º ejército alemán el general Hindenburg, prusiano y buen conocedor
de la región de los Lagos. Mantuvo el contacto con el 1º ejército con su división de
caballería, y con el resto organizó una fuerza de maniobra que desplegó en la línea
Allenstein-Tannenberg-Soldau. El 2º ejército ruso, sorprendido en su aproximación,
desplegó sus 5 cuerpos de ejército en la línea Ortelburg-Neidemburg. El 27 de agosto la
izquierda alemana atacó en dirección a Ortelburg y la derecha a Neidemburg. El 31, el 2º
ejército ruso fue totalmente derrotado.
El 1º ejército ruso se replegó y el 8º alemán, reforzado con unidades procedentes de
Francia, lo persiguió, pero hubo de desistir por los refuerzos recibidos por los rusos.
Las aportaciones del 8º ejército alemán fueron que la maniobra defensiva, no la defensiva
estática, podía ser resolutiva en contra de las doctrinas tácticas vigentes, así como que la
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adecuada conjugación de maniobra, capacidades y terreno hacía posible superar, hasta
cierto punto, la inferioridad cuantitativa.
Batalla de Yprés. El origen de la guerra química
En abril de 1915, y con los frentes estabilizados, el mando alemán concibió una ofensiva
en el Artois, en Yprés para abrir un pasillo hasta Calais, y en la que utilizaría una nueva
arma: los gases asfixiantes.
El sector elegido estaba guarnecido por una división canadiense y dos divisiones
británicas pertenecientes al 2º ejército británico (el Cuerpo Expedicionario Británico había
adquirido ya la entidad de grupo de ejércitos), y dos divisiones francesas.
El 22 de abril los alemanes liberaron 178 toneladas de cloro gaseoso que el viento dirigió
hacia las divisiones francesas y canadiense, abriendo una gran brecha en el frente aliado.
Los alemanes provistos de máscaras avanzaron, tomaron prisioneros, armas y material,
pero no explotaron el éxito, esto es, no profundizaron, ya que era imposible proveer de
máscaras a los caballos de la Caballería y hacerlos operar.
El terror causó desmanes e indisciplina en unidades francesas dando fe de su eficacia,
pero eran peligrosos porque un cambio del viento causaría un desastre en las tropas
propias. Lo cual, unido a que pocos días después, las tropas aliadas fueron provistas de
unas máscaras simples pero eficaces, neutralizó sus efectos. Pero había nacido el arma
química.
Batalla de Verdún. Batalla de desgaste
En febrero de 1916, la estabilidad de los frentes decidió a Alemania a plantear una batalla
de desgaste en la que Francia tuviese que empeñar sus últimas fuerzas.
Eligió Verdún por su significado. Se hallaba en el Mosa, en el centro de un campo
atrincherado circular de unos 8 kilómetros de radio y con 23 fuertes, entre de los que
destacaban Vaux y Douaumont, y dominado al Este por los Altos del Mosa, y al Oeste
por el Argone con las cotas 304 y Mort Homme.
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El 2º ejército alemán, carente de capacidad para una ofensiva general, concibió tres
ataques sucesivos y señaló Verdún como objetivo: uno por la orilla oriental; otro por la
occidental; y uno general por ambas. La defensa estaba a cargo del 2º ejército francés,
que desplegaba 4 cuerpos de ejército en el Este, 2 en el Oeste, y 1 en reserva.
El 21 de febrero comenzó el ataque por la orilla oriental con un cuerpo de ejército hacia
Brabant, otro hacia Louvemont, otro al fuerte Douaumont y otro cubriendo el flanco.
Utilizaron una nueva arma, el lanzallamas. El día 26 de febrero avanzaban con grandes
dificultades, y el día 27 ocuparon el fuerte Douaumont.
El 28 de febrero el general Petain tomó el mando del 2º ejército francés, y el día 29 lanzó
un contraataque que expulsó a los alemanes del fuerte Douaumont. El mando alemán dio
por finalizado la ofensiva por la orilla oriental.
El 6 de marzo comenzó el ataque por la orilla occidental con dos cuerpos de ejército. Mort
Homme resistió, y el 7 de marzo la cota 304 fue ocupada. Un nuevo ataque a Mort
Homme el 14 de marzo y otro el 16, fracasaron, con lo que los alemanes dieron por
finalizado la ofensiva por la orilla occidental.
En pleno ataque por la orilla occidental, iniciaron el ataque general con una acción contra
Marre y Vonchanraville, y otra contra Vaux, ambas sin éxito. En mayo de 1916, la opinión
pública alemana, descontenta por el curso de la guerra, forzó a que, a primeros de junio, 3
cuerpos de ejército alemanes lanzaran un nuevo ataque contra el fuerte de Vaux, con
gases y lanzallamas, y el 12 de junio con gas fosgeno; ambos fracasaron. El 25 de junio,
al comenzar la ofensiva aliada del Somme, abandonaron y dieron por finalizada la batalla.
Hay que subrayar tres errores alemanes: cambio de objetivo (del estratégico, de
desgaste, al táctico, de toma de Verdún); mal calculo de resultados puesto que se
ocasionó también un gran desgaste alemán (315.000 bajas francesas y 281.000
alemanas); división de fuerzas escasas en tres esfuerzos; e insistencia en continuar el
plan cuando se había perdido la sorpresa, reducido la capacidad y el enemigo había
reforzado sus posiciones. La defensa francesa estuvo bien dirigida y ejecutada,
destacando el contraataque como procedimiento defensivo.
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Batalla de Gallípoli. La primera operación anfibia.
La estabilidad de los frentes indujo a los aliados a abrir uno nuevo frente. Eligieron los
Dardanelos, y la voluntad británica de no realizar una operación terrestre y el
protagonismo de su Marina le hizo concebir como operación exclusivamente naval.
Forzarían el paso con una flota de buques de línea muy antiguos e incapaces de un
combate naval moderno, pero con cañones muy potentes, suficientes para reducir las
baterías de costa y campaña, y los fuertes de sus orillas. El 19 de febrero de 1915
comenzó la operación naval que fracasó, así como sus reiteraciones del 25 de febrero y el
18 de marzo.
La realidad impuso entonces una operación de desembarco de fuerzas terrestres
procedente del mar, una operación anfibia, eligiéndose la orilla europea, la península de
Gallípoli, y fijándola para el 25 de abril.
La fuerza de desembarco estaría formada por un Cuerpo de ejército Australiano y
Neozelandés (ANZAC Australian and New Zeland Army Corp) que se hallaba en Egipto,
división de Infantería nº 29ª y una división de infantería de marina, británicas, y una
división francesa. El ANZAC desembarcaría en Ari Burnu, la 29ª división de infantería en
Cabo Helles y las divisiones de infantería de marina y francesa realizarían acciones de
diversión en el Golfo de Saros y el fuerte Kum Kale. La Península estaba defendida por 6
divisiones turcas: 2 en la costa asiática, 3 en la península y 1 de reserva en Saros, al
norte.
La falta de doctrina y experiencia en acciones anfibias provocaron serios errores. La 29ª
división de infantería, que embarcó en Gran Bretaña y se dirigió directamente a la zona de
desembarco, no pudo desembarcar porque la carga de los buques se había hecho al
revés, sin tener en cuenta el orden de desembarco, por lo que hubieron de retirarse a
Alejandría, descargar y volver a cargar. Errores en la arribada a las playas por falta de
preparación hidrográfica. Y ausencia de embarcaciones específicas de desembarco.
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Otros errores destacables fueron la incapacidad para enlazar las cabezas de playa que
obligó a mantenerse en ellas, integrando las divisiones encargadas de la diversión, y a
rechazar contraataques; todo con muy poco éxito. También la escasez de subsistencias,
especialmente de agua, que había que traerla de Egipto, y de municiones, un sol que caía
a plomo durante dieciséis horas diarias, una persistente epidemia de disentería y que el
hospital más cercano estaba en la isla de Lemos, a 50 millas.
El mando británico implementó la operación con un cuerpo de ejército de 5 divisiones para
desembarcar en Suvla, al norte de ANZAC. El desembarco comenzó el 6 de agosto con
los habituales errores de arribada, pero ya con embarcaciones de desembarco y globos y
aviones para observación, consolidaron la cabeza de playa a fin de jornada pero no
lograron profundizar. Durante varios días de agosto se repitieron los intentos, sin éxito.
El desastre era manifiesto. De los 485.000 desembarcados las bajas eran 252.000, lo que
unido a la enorme cantidad de enfermos y heridos, y a la grave carencia de municiones y
subsistencias, decidió el reembarque, operación siempre difícil y delicada, que sin
embargo se llevo a cabo con una disciplina y un orden dignos de ser destacados, si bien
es cierto que los turcos estaban interesados en no alargar la presencia británica. El 9 de
enero de 1917 (9 meses después de iniciada) había reembarcado la totalidad de las
fuerzas.
A los errores señalados, hay que añadir el de hacer del desembarco una finalidad y no un
procedimiento, la carencia de un mando único (cada Ejército mantuvo su propia cadena
de mando), la lentitud del ritmo de oleadas, la falta de información del enemigo, la
deficiencia en el apoyo del fuego naval por la tensión de sus trayectorias, y las malas
comunicaciones mar-tierra. La aportación más importante fue, sin duda alguna, la
maduración de una doctrina anfibia que, perfeccionada en Alhucemas, iba a ser
ampliamente utilizada en la Segunda Guerra Mundial. Como aciertos, señalar la
disponibilidad de embarcaciones específicas y la ejecución eficaz del reembarque.
Batalla de Cambrai. Nacimiento del procedimiento acorazado.
En la primavera de 1917, el mando francés solicitó del británico una ofensiva para dar
tiempo a Francia a preparar la ofensiva final y a Estados Unidos a entrar en la guerra.
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Los británicos aceptaron. Planearon la toma de Cambrai pero necesitaban que la
Infantería recuperase su capacidad de maniobra mediante los carros de combate, ya
ensayados en 1916 en el Somme como arma de acompañamiento. Esta vez no se
empelarían aislados para salvar obstáculos y superar trincheras, sino en masa, para dar
potencia de fuego, protección y capacidad de maniobra a la Infantería.
Se realizaría en el Artois, con objetivo Cambrai, nudo de carreteras de Arras, Bapaume y
Peronne, dominado por las alturas de Bourlon al Noroeste y Crevecoeur al Suroeste, a
ambos lados del Escalda. El ataque sería con sorpresa estratégica, al hacerlo por donde
menos lo esperaban, y sorpresa táctica al emplear los carros de combate como elemento
de maniobra. Seguiría dos direcciones, las carreteras de Bapaume y de Peronne, para
ocupar las alturas de Bourlon y Crevecoeur, cruzar el Escalda, y tomar Cambrai. La
defensa alemana, a cargo del 2º ejército, desplegaba un cuerpo de ejército de 5 divisiones
al Norte de Ribercourt, y otro de 6 divisiones al Sur.
El 20 de noviembre de 1917, finalizada la preparación artillera y con una densa niebla, el
3º ejército británico inició su avance con un cuerpo de ejército por cada dirección, y con la
Infantería de ambos precedida por tres brigadas de carros de combate, a tres batallones
cada una, con un total de 476 carros de combate. Cinco divisiones de caballería
permanecieron en el bosque de Havricourt, dispuestas a explotar el éxito.
Los carros de combate avanzaron con facilidad, si bien es cierto que los alemanes
carecían de lo necesario para detenerlos: cañones de tiro tenso y proyectiles de carga
hueca. Avanzaron como un rodillo y los alemanes huían o se rendían. El producto final fue
una enorme cantidad de prisioneros y material, muy pocas bajas, pero no se alcanzó el
objetivo. A las doce horas, se había alcanzado la línea Flesquieres-Gonnelieu, pero la
resistencia alemana impedía profundizar.
El 21 de noviembre se reanudó la ofensiva llegando a divisar Cambrai por el Norte, pero
sin ocupar Crevecoeur por el Sur, por lo que, al no ocupar las alturas que dominaban el
Escalda, el mando británico decidió organizarse defensivamente en las posiciones
alcanzadas. En Londres se tomó como victoria y repicaron a júbilo las campanas de la
catedral de San Pablo. Se reanudó el ataque, que se prolongó hasta el día 29,
alcanzando la línea Bourlon-Marcoing por el Norte.
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El general Ludendorff, Jefe del Estado Mayor alemán, sorprendido por los carros de
combate —que denominó pánico de Cambrai—, detrajo unidades de otros sectores para
reforzar con urgencia al 2º ejército. Los británicos fueron sorprendidos por un
contraataque, que les obligó a replegarse con numerosas bajas.
Los británicos reiteraron su ofensiva y los alemanes sus contraataques, lo que convirtió la
batalla en un duro desgaste. El 30 de noviembre la línea quedó estabilizada en QuantGraincourt-Gonnileu-Escalda, con lo que quedó neutralizada la ofensiva británica y
restablecida prácticamente la situación inicial.
El único éxito de la ofensiva aliada fue el de los carros de combate que, si no alcanzaron
el éxito que de ellos se esperaba, fue debido a su obligada baja velocidad de progresión,
impuesta por la de la Infantería, pero devolvieron al Arma base la capacidad de maniobra.
El mando alemán confesó que si hubieran empleado 5.000 en vez de 500 la derrota
hubiera sido inevitable.
La guerra en el mar
Para atacar el tráfico marítimo aliado, Alemania utilizó la guerra del corso (Apresamiento o
hundimiento de mercantes) con cruceros auxiliares, cruceros ligeros y submarinos.
Los cruceros auxiliares eran mercantes armados y disimulados, de los que cabe destacar
el Prinz Eitel Friedrich, en el Pacífico, que hundió 6 mercantes, el Kronprinz Wilhelm, en la
imagen, que hundió 16 barcos, o al Endem que hundió o apresó 19 barcos y bombardeó
los depósitos de petróleo de Madrás. Los cruceros ligeros eran buques de guerra rápidos
y bien armados y los submarinos eran buques de guerra muy sutiles y peligrosos (el U-20
hundió al Lusitania, con 114 pasajeros estadounidenses, primer paso para la entrada en
guerra de esta nación).
Las enseñanzas navales principales fueron la organización del tráfico marítimo por
convoyes escoltados, y la aparición de buques-trampa británicos para atraer a los
submarinos, hacerlos emerger y batirlos al cañón.
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Un ejemplo de la guerra naval convencional fue la Batalla de Jutlandia. En su momento, la
batalla naval más importante de la Historia, por el número de marinos (100.000) y por el
de buques de línea (82), pero que resultó fallida.
El 15 de mayo de 1916 la salida a la mar de los submarinos alemanes sembró la alarma
en Gran Bretaña, que hizo salir su Grand Fleet, arrumbada a Skagerrak. La Flota de Alta
Mar alemana (Hochsse Flote) salió también dispuesta a aceptar batalla pero con riesgos
calculados.
La flota británica avanzó con una Vanguardia, al mando del almirante Beaty (6 cruceros
de combate y 5 acorazados) y un Grueso, al mando del almirante Jellicoe (25 acorazados,
8 cruceros acorazados y 3 cruceros de combate), en total 47 buques de línea. La flota
alemana también con una Vanguardia, al mando del almirante Hipper (5 cruceros de
combate) y un Grueso, al mando del almirante Scheer, (30 acorazados), en total 35
buques de línea.
A las 1415 del 31 de mayo las Vanguardias se avistaron y entablaron combate. Después
de un intercambio de fuegos, viraron para atraer a la enemiga a sus respectivos Gruesos.
El Grueso británico, que había destacado una escuadra de cruceros de combate hacia
Skagerrak, le ordenó regresar para reforzar su Vanguardia, modificó su rumbo hacia ella y
aumentó la velocidad. El Grueso alemán acudió en apoyo de su Vanguardia y aumentó la
velocidad sólo a 17 nudos, máxima admitida por alguno de sus acorazados.
Hacia las 1750, con la Vanguardia integrada en el Grueso, la situación alemana era muy
adversa, pues los cruceros de combate de Skagerrak le cerraban el paso por el Nordeste,
la Vanguardia británica por el Noroeste, y el Grueso enemigo por el Norte. En cambio era
muy favorable para los británicos, pues el balance de fuerzas le era favorable, el enemigo
estaba cercado y la noche se aproximaba.
Hacia las 1800 horas comenzó el combate de los Gruesos. La posición alemana se hizo
insostenible porque, además del fuego recibido y del cerco, el Grueso británico
amenazaba con cortarle la “T” y envolverle, por lo que el mando alemán hizo una
inversión de rumbo por buques, el 1ª inversión del rumbo, y arrumbó al Suroeste. La flota
británica mantuvo la cautela.
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El almirante alemán navegando al Suroeste se alejaba de sus bases y, sin información del
enemigo, volvió a invertir el rumbo, 2ª inversión, ahora hacia el Nordeste, encontrándose
nuevamente con el Grueso británico cerrándole el paso, amenazando con cruzar la “T” y
envolverle. Entonces lanzó un ataque desesperado con sus destructores contra el centro
de la línea británica para facilitar su despegue, cambió el rumbo por buques por 3ª vez y
cayó hacia fuera, librándose de una derrota segura.
Con la llegada de la noche, el cielo cubierto y ausencia de Luna, el almirante alemán se
retiró y el británico dejó el ataque para el nuevo día. A las 0500 del 1 de junio la fuerza
alemana entraba en sus bases y la británica permanecía en la zona.
La mayor batalla naval de la Historia había resultado fallida por falta de voluntad de
combatir de ambos contendientes. Los alemanes se declararon victoriosos por la
incapacidad británica de vencerlos, y los británicos también por el fracaso alemán en el
intento de ruptura del bloqueo. Fue la frustración de una batalla naval que hubiera sido
decisiva para el dominio del mar, que es la razón muy principal de toda fuerza naval.
La guerra aérea.
Al comenzar la guerra, el aire estaba dominado por dirigibles pero muy pronto
comenzaron a utilizarse aviones. Uno de los primeros fue el alemán Taube, paloma, con
alas y cola de pájaro. El primer encuentro de aviones en el aire se dilucidó con el saludo
militar entre pilotos; no iban armados. Pronto llevaron fusiles para dispararse. Se comenzó
dejando caer ladrillos sobre un avión enemigo para romperle la lona del fuselaje, y
bombardeando a mano con granadas de artillería.
En 1914 la acción aérea fundamental fue el reconocimiento. El 30 de agosto los alemanes
bombardearon París con 5 granadas de 3 kilos. En septiembre los franceses montaron
una ametralladora fija al fuselaje y en 1915 se montó por primera vez una ametralladora
gemela con el eje del avión, convirtiendo al avión en un arma. Poco después se sincronizó
la ametralladora con la hélice, aumentando enormemente la eficacia.
Se utilizaron también para observación y pronto comenzó la caza. En 1916 se emplearon
formaciones aéreas en Verdún y en el Somme. En Cambrai comenzó el ataque al suelo, y
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si su eficacia no fue mayor fue debido a la baja adecuación de las armas y a las
deficiencias del enlace tierra-aire.
CONSIDERACIÓN FINAL
La entrada de Estados Unidos en la guerra fue el paso decisivo, hasta el extremo de
llegarse a decir que el día en que le declaró la guerra a Alemania, el 6 de abril de 1917,
fue el día más importante de la historia de Europa.
Si no entró antes en la guerra fue porque no estaba preparada. En 1914 sus efectivos
eran de 133.000 hombres, con muy baja instrucción e incapaces de afrontar la guerra. Sin
embargo su potencia industrial, su capacidad económica y, sobre todo, la fuerza moral de
sus habitantes iban a hacer posible la creación y aportación de una gran fuerza militar en
Europa, que llegó a 500.000 combatientes, y que resultaría decisiva para vencer a
Alemania.
El final de la guerra comenzó en octubre de 1917, momento en que Rusia, ya comunista,
firmó, unilateralmente el armisticio con las potencias germanas, retirando del frente 202
divisiones, con lo que se creó una situación estratégica muy crítica, al reducirse las
divisiones aliadas desplegadas de 505 a 303, cuando las potencias centrales tenían 369
que, aunque muy desgastadas, le deban la superioridad, y Estados Unidos sólo podía
desplegar 3.
Otro resultado estratégico del armisticio con Rusia fue la aceptación por los aliados de
una línea de países neutralizados. Lituania, Livonia, Estonia y Curlandia, espacios en los
que ya no cabía la acción militar.
Tres fueron las acciones finales:
1. Última ofensiva alemana en Francia, entre marzo y junio de 1918, con cuatro
ataques en Picardía, Flandes, el Aisne y Champagne. En este último se produjo el
bautismo de fuego de las 3 primeras divisiones norteamericanas.
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Y última ofensiva austriaca en Italia, en el Véneto.
El desgaste germano era tal que sus divisiones tenían la tercera parte de efectivos
que en el comienzo, mientras que las norteamericanas tenían el doble de las
demás aliadas y el triple de las alemanas.
2. Ofensivas aliada en Francia entre agosto y octubre de 1918, con acciones en
Picardía, Flandes y Campagne, participando en ésta última el 1º ejército
norteamericano, con 3 cuerpos de ejército (200.000 combatientes).
El desgaste alemán era irreversible y la superioridad aliada empezaba a hacerse
manifiesta, pero se modificó muy poco la línea de los frentes.
3. Ofensiva general aliada en Francia y en el Véneto y en el Trentino italianos, en
noviembre de 1918, con intervención de un grupo de ejércitos americano formado
por los ejércitos 1º, 2º, 3º (éste finalizando su organización) y un cuerpo de ejército
acorazado (500.000 combatientes).
En Alemania falló la moral a la retaguardia mucho antes que a sus fuerzas militares. El
armisticio se acordó el 11 de noviembre, cuando la línea era Amberes - Mosa, es decir,
con los alemanes ocupando territorio aliado en las zonas de: Gante-Bruselas, NamurLieja, Mezieres-Ardenas, y Sedan- Verdún. Y los aliados no habían pisado suelo alemán.
Alemania estaba intacta pero vencida y Francia deshecha pero vencedora.
Muchas gracias
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