buster keaton - Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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Cine Doré
Diciembre 2008
BUSTER KEATON
CORTOMETRAJES CON ROSCOE ‘FATTY’ ARBUCKLE
THE BUTCHER BOY
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Joe
Roach. Fotografía: Frank. D. Williams.
Montaje: Herbert Warren. Producción:
Comique Films Corporation. Copyright: 12
de abril de 1917. Estreno: abril 1917.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (carnicero),
Buster Keaton (cliente), Al St John (rival),
Josephine Stevens (hija del dueño), Arthur
Earle (dueño), Agnes Neilson (directora), Joe
Bordeau (cómplice), Luke el perro.
A COUNTRY HERO
Dirección: Roscoe Arbuckle. Fotografía:
George Peters. Montaje: Herbert Warren.
Producción: Comique Films Corporation.
Copyright: 13 de diciembre de 1917. Estreno:
10 de diciembre de 1917.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle, Buster Keaton,
Al St John, Alice Lake, Joe Keaton, Stanley
Pembroke.
(película perdida).
THE ROUGH HOUSE
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Joe
Roach. Fotografía: Frank. D. Williams.
Montaje: Herbert Warren. Producción:
Comique Films Corporation. Copyright: 20
de junio de 1917. Estreno: 25 de junio de
1917.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (Mr Rough),
Buster Keaton, Al St John, Alice Lake, Agnes
Neilson, Glen Cavender.
OUT WEST
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento:
Natalie Talmadge. Fotografía: George Peters.
Montaje: Herbert Warren. Producción:
Comique Films Corporation. Copyright: 20
de enero de 1918. Estreno: 20 de febrero de
1918.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (camarero),
Buster Keaton (dueño del saloon), Al St John
(forajido), Alice Lake (miembro del Ejército de
Salvación).
HIS WEDDING NIGHT
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Joe
Roach. Fotografía: George Peters. Montaje:
Herbert Warren. Producción: Comique
Films Corporation. Copyright: 20 de agosto
de 1917. Estreno: 20 de agosto de 1917.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle, Buster Keaton,
Al St John, Alice Mann, Arthur Earle,
Jimmy Bryant, Josephine Stevens.
OH DOCTOR!
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Jean
Havez. Fotografía: George Peters. Montaje:
Herbert Warren. Producción: Comique Films
Corporation. Copyright: 19 de septiembre de
1917. Estreno: 30 de septiembre de 1917.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle, Buster Keaton,
Al St John, Alice Mann.
CONEY ISLAND / FATTY AT CONEY ISLAND
Dirección: Roscoe Arbuckle. Fotografía:
George Peters. Montaje: Herbert Warren.
Producción: Comique Films Corporation.
Copyright: 11 de octubre de 1917. Estreno:
29 de octubre de 1917.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle, Buster Keaton,
Al St John, Alice Mann, Agnes Neilson,
James Bryant, Joe Bordeau.
NIPO: 82-02-001-9
THE BELL BOY
Dirección: Roscoe Arbuckle. Fotografía:
George Peters. Montaje: Herbert Warren.
Producción: Comique Films Corporation.
Copyright: 7 de marzo de 1918. Estreno: 18
de marzo de 1918.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (botones y barbero), Buster Keaton (botones), Al St John (oficinista), Alice Lake (Cutie Cuticle, manicura),
Joe Keaton (invitados).
MOONSHINE
Dirección: Roscoe Arbuckle. Fotografía:
George Peters. Montaje: Herbert Warren.
Producción: Comique Films Corporation.
Copyright: 6 de mayo de 1918. Estreno: 13 de
mayo de 1918.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle, Buster Keaton,
Al St John, Charles Dudley, Alice Lake, Joe
Bordeau.
(Se conserva un fragmento de 6')
GOOD NIGHT, NURSE!
Dirección: Roscoe Arbuckle. Fotografía:
George Peters. Montaje: Herbert Warren.
Producción: Comique Films Corporation.
Copyright: 22 de junio de 1918. Estreno: 6 de
julio de 1918.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (cliente y "enfermera"), Buster Keaton (visitante / médico), Al
St John (ayudante), Alice Lake (paciente),
Kate Price (enfermera), Joe Keaton.
THE COOK
Dirección: Roscoe Arbuckle. Fotografía:
George Peters. Montaje: Herbert Warren.
Producción: Comique Films Corporation.
Copyright: 20 de agosto de 1918. Estreno: 15
de septiembre de 1918.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (cocinero),
Buster Keaton (camarero), Al St John (rival),
Alice Lake (cajera), Glen Cavender, Luke el
perro.
BACK STAGE
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Jean
Havez. Fotografía: Elgin Lessley. Producción:
Comique Films Corporation. Copyright: 20
de agosto de 1919. Estreno: 7 de septiembre
de 1919.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (regidor), Buster
Keaton (tramoyista), Al St John (tramoyista),
Molly Malone (ayudante del forzudo), John
Coogan (bailarín).
THE HAYSEED
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Jean
Havez. Fotografía: Elgin Lessley. Producción:
Comique Films Corporation. Copyright: 13
de octubre de 1919. Estreno: 26 de octubre
de 1919.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (cartero), Buster
Keaton, John Coogan (sheriff), Molly
Malone, Luke el perro.
THE GARAGE
Dirección: Roscoe Arbuckle. Argumento: Jean
Havez. Fotografía: Elgin Lessley. Producción:
Comique Films Corporation. Copyright: 15
de diciembre de 1919. Estreno: 11 de enero
de 1920.
Intérpretes: Roscoe Arbuckle (dueño del garaje y jefe de bomberos), Buster Keaton (su ayudante), Molly Malone, Harry McCoy
(amante rechazado), Daniel Crimmins, Luke
el perro.
Keaton llegó por accidente a un estudio. El número familiar,
en el que se había integrado a los nueve meses, se había disuelto.
Buster llegó a Nueva York para aceptar un papel en Broadway,
en The Passing Show of 1917. Mientras esperaba a que comenzaran los ensayos se encontró con un antiguo amigo que se dirigía
a un edificio en el East Side en el que Roscoe Arbuckle empezaba a dirigir sus propios cortometrajes. Sin otra cosa que hacer ese
día, Keaton lo acompañó.
Arbuckle, tras la salida de Chaplin de la Keystone, se había
convertido en el cómico principal de Sennett, junto con Mabel
Normand. Después de tres años su popularidad había crecido
hasta el punto de que el productor Joseph Schenk, ya forjando
destinos cinematográficos, pudo establecer una productora independiente para él, la Comique. Keaton fue presentado a
Arbuckle, quien sin duda sabía quién era y que en seguida le propuso entrar a hacer una escena con él. Keaton dudó hasta haber
pasado algunas horas con la cámara, la sala de montaje, las escenas del día anterior y entonces saltó dentro. (...) Al acabar el día
Keaton supo que allí estaba su futuro. Sin preguntar por el sueldo (resultó ser una sexta parte de lo que habría ganado en
Broadway) rompió el contrato para The Passing Show y empezó
a hacer trabajo secundario para Arbuckle, cayéndose de los muelles y recibiendo sacas de harina en la cara, el trabajo rutinario de
un tercer actor. Al St.John, el sobrino de Arbuckle con cara de
goblin, trabajaba con él desde los tiempos de Sennett y, al principio, pero no por mucho tiempo, era el segundo intérprete,
encargado de perseguir a Fatty por los dormitorios de las chicas
y las saunas, colgarse de trapecios y correr por el techo de los
tranvías. (...)
En las películas con Arbuckle, Keaton no llega a la maestría
total, ni siquiera se afirma como el ocupante iconográfico del
encuadre. Las películas son demasiado chapuceras para ello, precipitadas, impacientes ante cualquier reflexión que no detone
una violencia inmediata, capaces de interrumpirla para ir en
busca de una material más fácil. Arbuckle, el hombre de Sennett,
tenía todavía mucha prisa y miedo de los espacios abiertos.
Keaton tendría que esperar pista libre para fabricar comedia
justo a partir de esos espacios.
Hay otra razón para explicar el contraste entre el trabajo
callado que Keaton hizo para Arbuckle y el completamente seguro y original que haría desde el momento en que se quedó a sus
anchas. Los dos hombres eran compañeros extraordinariamente
generosos. Además se parecían mucho.
Ninguno era agresivo profesionalmente. Aunque Keaton
llegó al cine con un nombre una carrera detrás, nunca pidió más
espacio y anheló libertad. Le gustaba Arbuckle y estaba encantado de aprender de él. Tras ser reclutado y pasar once meses fuera
del estudio, Keaton volvió en 1919 para descubrir que había
dado a conocer en las películas de Arbuckle. La Warner le ofreció mil dólares a la semana para hacer su propia serie. Se quedó
con Arbuckle por un cuarto de ese salario. No maniobró para ser
independiente. Cuando en 1920 Joseph Schenk decidió llevar a
Arbuckle a hacer largometrajes a Paramount, encargó a Keaton
seguir con el estudio Comique. Dada la situación, Keaton se
aferró a ella; pero tuvieron que dársela. Cuando a final de los
años veinte y no mucho antes de que llegara el sonoro, Schenk
anunció que desmantelaba el estudio independiente y entregaba
a Keaton a la cadena de montaje de la Metro, el cómico se quedó
sorprendido pero fue dócilmente. La cadena lo destrozó. Era un
hombre que necesitaba una total independencia para hacer su
trabajo propio, pero que no pelearía nunca por ella.
El papel de Arbuckle en la relación era, en cierto modo,
incluso más extraño. Arbuckle era la estrella. Sin embargo no le
importaba mantener a un cómico subordinado que claramente
tenía más imaginación que él. De hecho, como muestran las
últimas películas, no le importaba someterse a los dictados de esa
imaginación, cediendo su derecho, uniéndose a Keaton en gags
que indiscutiblemente había inventado Keaton. Dejó que su
empleado (y amigo) determinara su estilo. (...)
Los dos hombres no discutían excepto en un punto.
Aparentemente a Arbuckle le gustaba repetir (y trabajar) con el
ya entonces estándar cliché de que la edad mental media del
público era de doce años. Keaton rumió el asunto y anunció que
cualquiera que creyera eso no duraría mucho en el negocio.
Keaton no era lo que se dice un intelectual, pero sabía que la
intuición llega más lejos que lo que miden los test y que el universo, en su desorden ordenado, estaba del lado de la intuición.
Los razonamientos habituales se podían adivinar y el público era
lo bastante despierto como para entender lo que ocurría. (...)
Por limitados que fueran los conceptos de Arbuckle, escuchaba a Keaton. Y Keaton pronto empezó a insistir en la integridad del encuadre. (...) Pensaba que el montaje, por muy valioso que fuera en mil aspectos, no debía reemplazar la función de
la cámara, no debía crear el acontecimiento. El acontecimiento
debía acontecer, ser fotografiado en su integridad y después relacionado mediante el montaje con otros acontecimientos. El
evento mismo no debería ser falsificado. (...)
Tentativamente empezó a experimentar con otras dos cuestiones: la dimensionalidad colapsada de la pantalla y la fidelidad
geométrica. En Backstage aparece bajando una y otra vez un
tramo de escaleras. Descubrimos, cuando quiere que lo hagamos, que no hay escaleras. Es un lienzo pintado y lo que realmente hace es arrodillarse, clavar algo en el suelo y volverse a
levantar. En la misma película le regala a Arbuckle algo que en
su momento y en mucha mayor escala, se convertiría en una de
sus marcas. Un muro del escenario se cae sin tocar a Arbuckle
que está cómodamente de pie junto a una ventana. (...)
La popularidad de Arbuckle no fue amenazada en absoluto
por su creciente obediencia a su compañero, ni cayó cuando se
separaron y Arbuckle hizo largometrajes en solitario. Al menos
ocho de estos tuvieron éxito antes de que el escándalo borrara su
carrera de la noche a la mañana. Lo que ocurrió fue una enorme
injusticia. Tras un fin de semana de fiesta, sexo y alcohol que
Arbuckle y unos amigos celebraron en San Francisco, una mujer
que había estado allí murió de una peritonitis. Inmediatamente
los rumores y los falsos testimonios histéricos empezaron su
labor: el aire se llenó de acusaciones de "violación" y "asesinato",
la imagen de Arbuckle como un hombre excepcionalmente
gordo disfrutando de una mujer se enquistó en la imaginación
pública y, aunque nunca hubo ninguna prueba de que Arbuckle
hubiera sido responsable de su muerte, el veredicto popular se
hizo antes de que el caso llegara a juicio. Sus películas se prohibieron por todo el país; grupos religiosos lo atacaron, felices por
fin de hallar una causa contra el pecaminoso Hollywood; los
productores entraron en pánico, accedieron a retirar dos películas terminadas pero aún no estrenadas y no hicieron ningún
esfuerzo para ayudar al hombre, por muy inocente que fuera.
Todo esto antes de que hubiera empezado el primero de los tres
juicios. Dos lo condenaron. Un tercer jurado lo absolvió en seis
minutos, redactando un informe muy claro en su defensa. Una
semana después de su absolución, la oficina Hays, nuevo perro
guardián de la moral de Hollywood, lo desterró definitivamente
del mundo del cine. (...)
Walter Kerr, The Silent Clowns, DaCapo press, 1975.
MINISTERIO
DE EDUCACIÓN,
CULTURA Y DEPORTE
INSTITUTO
DE LA CINEMATOGRAFÍA
Y DE LAS ARTES
AUDIOVISUALES
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