Tema 137 SEUDOLINFOMA Dres. J.L. Rodríguez Peralto, B. Rosales Trujillo y A. Saiz DEFINICIÓN Bajo el término Seudolinfoma o hiperplasia linfoide se agrupan una serie de lesiones cutáneas con proliferación linfoide que clínica e histopatológicamente recuerdan a un linfoma. Atendiendo a la población linfoide predominante se subdividen en seudolinfomas B o T. ETIOLOGÍA Aunque la mayoría de los seudolinfomas B son de causa desconocida, se han descrito asociados a picaduras de artrópodos, vacunas, tatuajes y a reacciones de contacto al oro, níquel, etc. En algunas áreas geográficas se han relacionado con infecciones por Borrelia, como lo demuestra el hecho de que muchos pacientes refieren una picadura por garrapata o signos cutáneos previos de infección por Borrelia (eritema crónico migrans o dermatitis crónica atrófica). Los seudolinfomas T representan, la mayoría de las veces, reacciones adversas a fármacos, entre los que destacan: fenitoina, carbamacepina, griseofulvina, atenolol, ciclosporina, alopurinol, antihistamínicos y mexiletina. No obstante, se han descrito aunque de forma mucho más rara, seudolinfomas B inducidos por fármacos. CLÍNICA La clínica de los Seudolinfomas B, es muy similar a la de los linfoma B. Se presentan, predominantemente en mujeres, como placas o nódulos eritemato-violaceos, sintomáticos, en cara (Fig. 1), tronco y extremidades superiores y de forma infrecuente en las piernas. Las lesiones se resuelven espontáneamente tras meses o incluso años. Los casos asociados a borreliosis tienen predilección por ciertas localizaciones como mejilla, nariz, lóbulo de la oreja, areola-pezón y escroto. Las lesiones descritas como Foliculitis seudolinfomatosas, se caracterizan por presentar placas planas, solitarias, mayores de 1,5 cm de diámetro en la cara, que con frecuencia se resuelven tras la biopsia. Las Reacciones linfomatoides T relacionadas con fármacos presentan una clínica muy variada en forma de lesiones únicas o generalizadas, eritematosas, máculo-papulosas, en placas, nódulos o tumores, que suelen desaparecer tras la retirada del fármaco. Las producidas por anticonvulsivantes suelen acompañarse de sintomatología general, linfadenopatías y de células de tipo Sézary en sangre periférica. Otra forma más rara de seudolinfoma T es la dermatitis de contacto linfomatoide como reacción a un alergeno, que aparece en forma de pápulas o placas pruriginosas localizadas o generalizadas que histológicamente remedan una micosis fungoide. Tras la ingesta de fármacos, infecciones virales como molusco contagioso e incluso picaduras de artrópodos como la sarna, se han descrito también, lesiones cutáneas que clínica e histopatológicamente simulan linfomas CD30+ o papulosis linfomatoide. En pacientes con SIDA o VIH+, se han descrito placas y nódulos en cara y extremidades o eritrodermia generalizada con infiltrados cutáneos de linfocitos T CD8+. Por último, el Angioqueratoma seudolinfomatoso, originalmente descrito como “angioqueratoma seudolinfomatoso acral de la infancia” (APACHE), se presenta como pápulas angiomatosas en extremidades, que excepcionalmente pueden ser solitarias. HISTOPATOLOGÍA El seudolinfoma B presenta un denso infiltrado linfoide, difuso o multinodular, generalmente más acentuado en la porción más superficial de la dermis, que se suele acompañar de folículos linfoides 571 Dermatología: Correlación clínico-patológica Figura 1. Seudolinfoma B: Nódulo eritemato-violáceo en la nariz. Figura 2. Seudolinfoma B: Denso infiltrado linfoide dérmico, más marcado en la porción superficial, acompañado de folículos linfoides reactivos. reactivos con centros claros (Fig. 2). La población linfoide interfolicular es polimorfa con linfocitos pequeños, aisladas células plasmáticas policlonales, histiocitos, eosinófilos y células gigantes de tipo cuerpo extraño. Además, puede existir gran proliferación vascular con endotelios prominentes. El estudio inmunohistoquímico demuestra 572 una mezcla de linfocitos T y B con centros germinales (Fig. 3) que pueden hacerse más evidentes con CD21. Las cadenas ligeras son policlonales. El seudolinfoma T inducido por fármacos presenta un denso infiltrado linfohistiocitario subepidérmico en banda y perivascular, con epidermotropismo focal, constituido por células linfoides Seudolinfoma Figura 3. Seudolinfoma B: Detalle del folículo linfoide con centro claro y corona linfocitaria. Figura 4. Seudolinfoma T secundario a Carbamacepina: Infiltrado linfoide de patrón liquenoide, con epidermotropismo basal y halos claros perinucleares, simulando una micosis fungoide. atípicas con núcleos cerebriformes (Fig. 4). Es frecuente que se acompañe de espongiosis, numerosos eosinófilos y a veces, de granulomas epitelioides. Las variantes clínicamente nodulares y seudotumorales presentan infiltrados densos, atípicos que sugieren un linfoma pleomórfico. Inmunohistoquímicamente, las células atípicas son mayoritariamente T CD3+ CD4+ con escasos linfocitos CD8+. Las células B son muy escasas o ausentes. Los estudios de reordenamiento genético son policlonales y sólo de manera excepcional demuestran una población clonal. 573 Dermatología: Correlación clínico-patológica DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Todas estas lesiones simulan tanto clínica como histológicamente un linfoma y a veces diferenciarlas es muy complejo. En el seudolinfoma B, el diagnóstico diferencial histológico se plantea con linfomas B cutáneos de bajo grado, especialmente con el linfoma de la zona marginal. Se requiere una estrecha correlación clínico-patológica así como una cuidadosa interpretación de las técnicas inmunohistoquímicas, entre las que destaca la restricción de cadenas ligeras en las células plasmáticas. La demostración por técnicas moleculares de una población clonal sugiere linfoma, aunque la sensibilidad de la técnica es menor en el linfoma cutáneo que en el ganglionar. La acentuación superficial del infiltrado, el polimorfismo de la población linfoide, los numerosos eosinófilos y la presencia de granulomas son datos que favorecen un diagnóstico de proceso reactivo, aunque el diagnóstico diferencial puede ser extremadamente difícil. 574 La distinción entre un linfoma cutáneo T y una reacción seudolinfomatosa T por fármacos es en ocasiones muy difícil. Si se sospecha un seudolinfoma, lo más eficaz es la retirada del fármaco. La detección por técnicas moleculares de una población clonal TCR ganma, permite confirmar un verdadero linfoma, aunque al igual que en los procesos B, la sensibilidad de las técnicas moleculares no es tan buena como en los linfomas extracutáneos. En todo caso es imprescindible una correcta correlación clínico-patológica para evitar un tratamiento inadecuado. TRATAMIENTO Los seudolinfomas B no requieren tratamiento, o a lo sumo se puede plantear extirpación quirúrgica u otros tratamientos conservadores con fines estéticos. En los seudolinfomas T relacionados con fármacos, lo más eficaz es la retirada del fármaco.