Resumen

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La dama de las camelias
TÍTULO ORIGINAL Camille (Margarita Gautier)
AÑO 1936
DURACIÓN 108 min.
PAÍS
DIRECTOR George Cukor
GUIÓN Frances Marion, James Hilton, Zoë Akins (Novela: Alejandro Dumas)
MÚSICA Herbert Stothart
FOTOGRAFÍA William Daniels & Karl Freund (B&W)
Greta Garbo, Robert Taylor, Lionel Barrymore, Elizabeth Allan, Jessie Ralph, Henry
REPARTO Daniell,Lenore Ulric, Laura Hope Crews
PRODUCTORA MGM
PREMIOS 1937: Nominada al Oscar: Mejor actriz (Greta Garbo)
GÉNERO Drama. Romance | Siglo XIX. Prostitución. Drama romántico
La vida en Paris en 1847 es tan animada como el champagne y tan implacable como la
siguiente mañana gris. En la guarida del juego y las veladas lujosas, hombres
mezquinos ejercen su voluntad y las mujeres se convierten en cortesanas
SINOPSIS regocijándose de placer. (FILMAFFINITY)
Greta Garbo y “La Dama de las Camelias”
Escrito por Gustavo Arturo de Alba on feb 16th, 2007 y archivado en Actores y Actrices, Cine
Norteamericano, Melodrama.
Dentro de su programación de 28 Días de Oscar el canal de TCM
Classic Hollywood nos presentará este lunes 19 de febrero, a las 15.25
hrs. (tiempo de México) “La Dama de las Camelias” (Camille,
1937) dirigida por George Cukor y protagonizada por la mujer más
famosa de la historia del cine: Greta Garbo.
La mayoría de los conocedores de la filmografía del “cisne sueco”,
coinciden en señalar su actuación en“La Dama de las Camelias”
como una de las mejores de la actriz, quien nació el 18 de septiembre
de 1905 en Estocolmo, Suecia y murió el 15 de abril de 1990, en Nueva
Cork, Estados Unidos. Su nombre verdadero era el de Greta Lovisa
Gustafson, su infancia y pubertad la paso, casi siempre, al borde de la
miseria, ya que provenía de una modesta familia de campesinos.
Greta Garbo estaba en su plena madurez de actriz y mujer, cuando en 1936 filmó “La Dama de las
Camelias”, mostrando un profundo conocimiento del arte de la actuación en cine, como para que
no ser ya posible repetir lo que dijo el crítico Lawrence May de Motion Pictures, a propósito de su
presencia en la cinta “Entre Naranjos” (The torrent) de Monte Bell y que fuera su primer filme
realizado en Estados Unidos en 1926: “Ofrece una imagen combinada de una docena de nuestras
más famosas estrella y no es tanto una actriz como alguien dotado de individualidad y
magnetismo”.
Diez años más tarde seguía conservando su individualidad, su magnetismo y había adquirido pleno
conocimiento del espacio cinematográfico, al grado de ya no discutirle méritos en cuanto a
considerarla una gran actriz.
Resulta lógico suponer que la
presencia de la Grabo no es la
única razón o causa que hizo
posible que “La Dama de las
Camelias” sea una obra maestra
dentro del género de los
melodramas románticos, en
donde George Cukor, con todo y
su reputación de mejor director
de mujeres y capacidad para
manejar sentimientos y
emociones en sus historias, fue
uno de los factores que
contribuyeron al éxito del filme.
Otro fue el mesurado guión
realizado por Zoe Akins, Frances
Marion y James Milton,
basándose en la novela de
Alejandro Dumas, hijo, cuidando
de evitar los excesos de cursilería,
pero conservando intacta la
estructura de la historia de amor;
de ese “amor fou” o “amor loco” que vivieron Armand Duval y Margarita Gauthier de manera
apasionada y única.
Otra de las circunstancias favorables es el reparto que incluía a Robert Taylor en su mejor momento
físico de galán, así como Lionel Barrymore, Henry Daniell, Laura Hope Crews y Leonore Ulric,
aunque cabe reconocer que de todos modos la clave que hace memorable al filme es la presencia de
Greta Garbo, son su impecable actuación.
Por ejemplo el director George Cukor contaba en una entrevista reproducida por John Bainbridge,
en un libro biográfico de la Garbo: “Mientras filmábamos “La Dama de las Camelias”, Greta
Garbo hablaba muy poco con Robert Taylor fuera de la ficción. Se mostraba cordial, pero distante
con el actor. Tenía que forjarse la imagen de que él era el hombre ideal y sabía que si comenzaba a
frecuentarlo y anudar una amistad, se encontraría finalmente frente a otro buen muchacho y
nada más”. Así para trasmitir la ilusión del gran amor al público, la propia actriz se envolvió en una
cortina de ilusión, para no perder la imagen del amante ideal y podérsela proyectar a los
espectadores, tal y como sucede, aún hoy día, cuando uno ve por primera ocasión “La Dama de
las Camelias”.
De alguna manera el personaje de Margarita Gauthier, logra al ser interpretado por Greta Garbo,
darnos la sensación de un ser vivo, que ama, sufre y muere, con una gran intensidad y pasión
amorosa, porque de cierta forma es el propio arquetipo de la Greta Garbo real, la de carne y hueso,
que encontró su unión simbiótica en Margarita Gauthier, convirtiéndose en una misma cosa, de allí
la intensidad y perfección de su actuación, dándole a la trágica Margarita la dimensión de un ser que
realmente ama, sufre y muere, en el pequeño lapso de 108 minutos, que son los que dura la película,
pero que sin embargo son suficientes para hacernos sentir el ensueño de que verdaderamente
estuvimos ante una criatura viviente, cuyo recuerdo y presencia nunca se desvanece de nuestra
mente, al grado de que cuando vi, por primera ocasión, “La Dama de las Camelias” y que
además era la primera vez que disfrutaba de una cinta de Greta Garbo, a finales de los años sesenta,
cuando ya era una leyenda viviente la divina sueca, se me quedó fijada de manera vivida su primera
escena, esa en que primero tenemos a Robert Taylor en un close-up, en la parte baja del hall del
teatro y recargado sobre el barandal hace el movimiento para fijar su atención en alguien, situada en
la parte superior, cambia el encuadre y a partir de un gran plano, se inicia un movimiento de cámara
que culmina con un close – up al rostro de Greta Garbo, quedándome fija su imagen y que a partir
de ese momento, estuviera, al igual que Armand Duvall, prendado de esa mujer, en un
enamoramiento a primera vista, no tanto de Margarita Gauthier, sino de la actriz Greta Garbo,
poniéndome a perseguir, en cuanto cine club o canal de televisión proyectara una cinta de ella y
superar la “asignatura pendiente” de conocer su filmografía.
Para finalizar recupero un fragmento del comentario de la crítica Cecilia Ager publicado cuando el
estreno de la multicitada película: “La Garbo en Camille supera a la Dietrich en algo tan suave
como una máscara fina, con los interesantes hoyuelos de sus mejillas y con una voz que susurra el
‘si’ con una inflexión cada vez más elevada. La Garbo en Camilla tiene carácter, matices y,
sorprendentemente, calor. Uno no la admira como Camille sino como ella misma. Al fin, es
humana. Al final uno lo siete por ella, no gana la simpatía del público su sacrificio por su dignidad
sino por ella misma. En Camille, la Garbo muestra sus potencialidades como gran actriz. No
depende ya de una personalidad provocativa; en ella, cada matiz tiene su significado, los siente,
son reales”.
Cabe agregar que hay copia en el mercado del DVD y en la cual no se pierde la subyugante voz de
Greta Garbo, como ocurre en las copias que proyecta TCM Classic Hollywood, en que el “prietito en
el arroz” de dicho canal, es que su valioso material pasa doblado, pero si no tiene más remedio para
acercarse por primera ocasión a este clásico de la cinematografía véala.
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