» REPORTAJE Telenovelas después de almuerzo El retorno al melodrama clásico Un hombre y una mujer que comparten un amor imposible. generalmente personas muy buenas y luchadoras. uno o más villanos que hacen sufrir a los protagonistas capítulo tras capítulo. un final feliz donde el amor se impone, le gana a todo y emociona hasta las lágrimas. una receta clásica que hoy vuelve en gloria y majestad, esta vez de la mano de producciones nacionales que buscan destronar a las reinas de este género: las telenovelas brasileñas y venezolanas. por soledad escala l. 110 » revista cntv | número 12 | mayo 2013 mayo 2013 | número 12 | revista cntv » 111 "Esperanza", 2012 (TVN) U na novela llevada a la televisión. Una historia seriada narrada en 60 o más capítulos emitidos diariamente de lunes a viernes. Son algunas definiciones de telenovela o teleserie, como es conocido el género en Chile. Ahora bien, si le agregamos una historia de amor protagonizada por una pareja que sufre infortunios y desencuentros —principalmente por parte del villano o villana– pero en la que siempre termina triunfando el amor, estamos hablando de una telenovela o melodrama clásico. Cómo olvidar producciones latinoamericanas que marcaron los años 80 como las venezolanas “Abigaíl” y “Topacio”, contando las aventuras y desventuras de una caprichosa hija única y de una joven ciega, respectivamente, la producción mexicana “Simplemente María”, y la argentina “Estrellita Mía”. Una década antes, las mexicanas “Muchacha italiana viene a casarse” y “Lucía Sombra”, y la argentina “El amor tiene cara de mujer”, entre muchas otras. Culebrones que en Chile se emiten hace años después de almuerzo, provenientes de México, Colombia, Brasil y Venezuela, y que desde 2010 —gracias al apoyo del Fondo CNTV a la telenovela “Esperanza”– son melodramas nacionales los que capturan a este fiel público con buen rating para la industria nacional. “Después de almuerzo es un horario en el que por años en Chile veíamos producciones latinoamericanas –haciendo una excepción con las brasileñas que son excelentes– de una mediocre calidad. Entonces el CNTV quiso dar un espacio a la industria nacional audiovisual y abrir ese nicho en el que se suponía que los chilenos no cabían”, afirma María de la Luz Savagnac, jefa del Departamento de Fomento del CNTV. “Buscamos financiar un melodrama, donde triunfe el amor, que sea romántico y para todo espectador. En los últimos dos años esta categoría ha quedado desierta, ya que las que se han presentado, no entran en la línea editorial de lo que queremos”, agrega. Los números son decidores, TVN ha sacado cuentas alegres. “Esperanza” consiguió un rating promedio de 9,8 puntos, “Dama y Obrero”, de 15,2 (el capítulo final obtuvo un rating promedio de 21 y un peak de 23 unidades), y el debut de "Solamente Julia" 112 » revista cntv | número 12 | mayo 2013 "La Madrastra", 1981 (Canal 13) promedió 20,4 puntos de rating, alcanzando los 11,6 —versus 8,3 de Chilevisión que obtuvo el segundo lugar de la sintonía– entre el 11 y 26 de marzo de 2013. “Para nosotros siempre fue un horario importante, fundamental para seguir creciendo con la industria y hace mucho tiempo, veníamos evaluando la posibilidad de incursionar en él. Sin duda, el apoyo del Consejo Nacional de Televisión fue el impulso definitivo para poder dar el vamos a un horario que ya consolidamos como canal y que nos tiene muy contentos con sus resultados”, dice María Eugenia Rencoret, jefa del Área Dramática de TVN. Son varias las teorías del éxito de estas producciones. Para María Eugenia Rencoret, entre otras cosas, tiene que ver con su público objetivo. “El horario de las 15 horas es en el que el control remoto le pertenece a la mamá, a la dueña de casa, a la mujer. Por eso es que las producciones de ese horario van hacia temas que le llegan directamente, como el esfuerzo de una madre por ayudar a su familia, el deseo de una pareja de romper con los límites sociales, la búsqueda de un hijo perdido”, afirma. Para Herval Abreu, director de telenovelas de Canal 13, también tiene que ver en parte con el público, ya que es uno “mucho más fiel que el de otros horarios. Ve la telenovela los cinco días a la semana, no como el que ve a las 20 horas, el que es mucho más errático y su consumo depende del día de la semana, de lo que tenga que hacer, entre otras cosas”. Ahora bien, ¿podríamos hablar de un retorno al melodrama clásico característico de célebres producciones como “La Madrastra”, “Los Títeres”, “Ángel Malo”, “Las Herederas”, entre muchas otras? Según Abreu, “probablemente las producciones de la primera vuelta de los años 80, eran mucho más cargadas a lo que es hoy en día la telenovela de las 15 horas. Se vive un amor ingenuo, y ese tipo de historias te da licencia para soñar lo que quieras”. Sin ir más allá, Mega y TVN han transmitido la versión mexicana de “La Madrastra” en el horario de después de almuerzo. Mega lo hizo el año 2005 y TVN la emite actualmente después de “Solamente Julia”. reportaje « Los personajes principales “El triángulo amoroso siempre se mueve dentro de los mismos parámetros, e independiente del sexo de cada uno; corresponden siempre al héroe/heroína con sus rasgos de bondad y sacrificio sin límites; a un complemento romántico igual de noble, pero que comete errores por inseguridades o inestabilidades emocionales, y a un tercer rol siempre movido por lo negativo: la ambición, el poder, el odio…”, explica María Eugenia Rencoret. El protagonista Arquetípicamente hablando, el héroe melodramático tiene que ser perfecto, de buenos sentimientos, crédulo, veraz, un poco ingenuo y creer en el amor por sobre todas las cosas. Generalmente, es el hombre el que tiene mejor situación económica, como es el caso de Juan Pablo Marticorena (Álvaro Escobar) en “Esperanza” y Emilio Ibáñez (Felipe Braun) en “Solamente Julia”, dos de las tres telenovelas melodramáticas transmitidas los últimos años por TVN. Roberto Álvarez (Bastián Bodenhöfer) en “Ángel Malo” es un ejemplo también en una producción transmitida originalmente a las 20 horas en 1981 en Canal 13 y posteriormente retransmitida a las 18 horas en 1991 y a las 13 horas en 1994. La protagonista Es igual de noble que el galán. Son mujeres enamoradas que están dispuestas a dejarlo todo por amor. “En general, la protagonista es la desvalida, la que tiene menos recursos y más carencias, porque de esa manera empatizas mucho más con ella como público”, opina José Ignacio Valenzuela, guionista de telenovelas. Esperanza (Daniela Ramírez) en “Esperanza” y Julia (Susana Hidalgo) en “Solamente Julia” son ejemplos de mujeres de esfuerzo que llegan a trabajar como empleadas domésticas y se enamoran del dueño de casa. Dos heroínas que se saldrían de este esquema son Ignacia (María Gracia Omegna) en “Dama y Obrero”, por ser una mujer empoderada, teniendo ella mejor situación económica, y Nice (Carolina Arregui) de “Ángel Malo”, que si bien cumple el rol de empleada, es una mujer tremendamente ambiciosa, de malos sentimientos. El/la antagonista El villano es un personaje que vive en función del protagonista. En general, no ha conseguido lo que quiere por la buena vía y trata de buscar la forma que sea necesaria para lograr sus intenciones sean o no de amor. Son resentidos, han sido privados del amor y creen que el fin justifica los medios. En muchos casos han llegado a perder la razón como Adriana Godán (Gloria Munchmayer) en “Los Títeres”, literalmente “peinando la muñeca”. El malo siempre pierde, ya sea muriendo como Tomás Ahumada (César Sepúlveda) quien se quita la vida en “Dama y Obrero” o terminando en la cárcel, como Elías Rocco (José Martínez) en “Esperanza”. Otra antagonista que termina en un centro psiquiátrico es Sabina Astudillo (Celine Reymond) en “Primera Dama”. Otros recordados antagonistas de telenovelas clásicas de antes de los años 90 son Guillermo Betancourt (Luis Alarcón), en “La Represa” la ambiciosa Thelma Bernard (Sonia Viveros), quien no tiene problemas en realizar lo que sea necesario para cumplir sus objetivos en “La Torre 10”, y Guido Prado (Walter Kliche) junto a Raúl Burgos (Roberto Vander) en “Semidiós”, entre muchos otros. mayo 2013 | número 12 | revista cntv » 113 » reportaje El melodrama clásico según la industria María Eugenia Rencoret directora Área DRAMÁTICA TVN ¿Por qué crees que tiene tanto éxito la telenovela de después de almuerzo? Es un horario que históricamente ha sido destinado para las telenovelas, porque son las dueñas de casa las que en ese momento se dan su espacio. Y sí, varios países tienen sus contenidos en nuestro país, pero las producciones chilenas que hace TVN para el horario son más exitosas gracias a que nos muestran a nuestros talentos. Son hechas con actores nacionales que han traído de vuelta a glorias de las telenovelas como Patricio Achurra o la Cecilia Cucurella. Adicionalmente, nuestros guionistas logran darle sentido a cada argumento y hacer creíble este melodrama, lo que es valorado por la gente. ¿Qué diferencias tienen las telenovelas de la tarde con las teleseries de las 20 horas? Hay varias diferencias: son elencos más reducidos, con más escenas de interior y con guiones que concentran su dramatismo en el diálogo y en las revelaciones o secretos que mueven a sus personajes. Tienen una estructura más tradicional, en el sentido de que existe un solo gran motor dramático que lleva a la acción hacia arriba… hasta el clímax y el final. Las teleseries de las 20 horas tienen elencos un poco más grandes, mucha más acción física y necesitan de más escenarios y exteriores. Además, poseen un hilo argumental central, y dan espacio a nuevos personajes y a más subtramas y a jugar más con los contenidos. Herval Abreu director de telenovelas en Canal 13 ¿Qué diferencias tienen las telenovelas de la tarde con las teleseries de las 20 horas? En la telenovela de después de almuerzo, el amor se vive más intensamente. Los protagonistas están condenados a estar separados y finalmente triunfa el amor. Esas historias se pueden hacer cuando no tienes vergüenza de hacerlas y cuando no hay un público que te critica. Hay una audiencia gigante que está ávida de esas telenovelas y es el que le da rating a las que vienen de México, Colombia, Venezuela, etc. Por otro lado, si te fijas hoy en día, las teleseries vespertinas, que dan a las 20 horas, tienen un toque infantojuvenil. Están marcando un tono mucho más de comedia, con un poco de sátira, caricaturescas, basadas en más momentos que en la misma historia. Las aventuras y desventuras de nuestros protagonistas persiguen un fin común, pero van bailando en el medio del camino y tratando de arreglarselas para llegar allá. ¿Crees que hay telenovelas transmitidas a las 20 horas que podrían ser emitidas después de almuerzo? Por supuesto. Primera Dama es un ejemplo. Yo me equivoqué porque estaba convencido que lo que necesitaban las telenovelas de las 20 horas era volver al melodrama clásico. Es una historia muy parecida a ‘Ángel Malo’, donde una mujer de origen pobre se introduce en la vida de un millonario y trata de obtenerlo fuera como fuera. Pero no resultó a las 20 horas y creo que a las 15 horas habría sido un exitazo. Es más, yo la reprogramaría en ese horario. Es una telenovela que tiene súper buena crítica, se ha vendido bien al extranjero, nadie la considera un mal producto porque no tiene problemas ni de historia ni de estructura. Sin embargo, en términos económicos no resultó. 114 » revista cntv | número 12 | mayo 2013 reportaje « El melodrama clásico según la industria José Ignacio Valenzuela guionista “Dama y Obrero” ¿Cuál es la diferencia entre las telenovelas chilenas y las latinoamericanas? En Chile, por alguna extraña razón, nos gusta mirarnos el ombligo y por lo tanto las telenovelas tienen que ser súper chilenas y parecerlo. Los personajes tienen que hablar chileno y ojalá que nadie les entienda nada fuera del país. A diferencia del resto de las telenovelas, que tratan de ser más universales desde el lenguaje hasta las temáticas. Eso es un problema a la hora de exportar los libretos, o la lata completa, porque es muy difícil de vender entera ya que no nos entienden. Compran los libretos pero hay que hacer un trabajo de adaptación muy grande porque la idiosincrasia, la estructura y el desarrollo de los personajes son totalmente chilenos. Como guionista, ¿cómo es el público que ve las telenovelas de después de almuerzo comparado al de las 20 horas? El de las 15 horas es un horario súper específico y tiene un público muy fiel. La persona que se sienta a ver esa telenovela es porque está ahí para eso. Por lo tanto, como esas telenovelas tienen como componente importante el melodrama, son las más clásicas y las que más empatía emocional generan con el público, por eso es tan fiel con ellas. A las 20 horas el público es súper veleidoso, porque es poco definido y demasiado mixto, que pasa de niños de 12 años hasta personas de 70, por eso, cuando empiezas a escribir para ese horario, tratas de abarcar a toda la familia. Por otro lado, es una telenovela que más que se ve, se oye, porque se están haciendo un montón de cosas simultáneamente. Alex Bowen productor “Dama y Obrero” y “Solamente Julia” ¿Qué elementos tiene que tener la telenovela? Mucho drama, mucho amor y una buena dosis de humor. Tiene que tener la capacidad de atrapar al espectador de tal manera que no le importen las casualidades fortuitas que se dan en las telenovelas y que no se dan en la vida real. También un elenco fuerte, una buena y entretenida historia de amor en el centro, personajes secundarios que la enriquezcan y que le den un bonito matiz, son ingredientes de la receta. Pero no quiere decir que sea la única porque han funcionado telenovelas con otros componentes. ¿Por qué crees que tiene tanto éxito la telenovela nacional de después de almuerzo? Siempre es más grato verlo en chileno que en otro idioma. Hay un acercamiento, hay actores con los que la gente se identifica, y una temática acorde a nuestra idiosincrasia. La infidelidad, el amor imposible entre personas de diferentes clases, etc. Es un espejo de lo que somos, de lo que queremos ver y de las historias que nos gustan. El público en ese sentido se ve reflejado, lo que produce emoción y por lo tanto hay un espectador dispuesto a seguir la telenovela. mayo 2013 | número 12 | revista cntv » 115