>- El acreedor para no 2m - sustituir puede deudor a su aceptar por él, la porción conyugal por la cual no quiso optar. a la porción conyugal pauliana, porque ésta, en derecho, está limitada a las enajena Cuando no nuestro ciones se renuncia la acción cabe . La acción subrogatoria no permite ir más allá que obligar al cónyuge a pronunciarse sobre si opta o. no por la porción conyugal. Bl acreedor que por la acción subrogatoria a su deudor omiso no puede revocar sustituye la decisión de éste que no porción conyugal. La acció-n subrogatoria no quiso reda-mar tiene efectos la re troactivos y toma el caudal hereditario en el estado que lo halle en el mámenlo de ejercerse. {Dictamen del Bsc. Arroyo bado por ciación) el Consejo Torres, apro Directivo de la Aso . La 'Consulta plantea el caso siguiente : fallece la señora A casada con hija legítima C. Bienes: uno de carácter dotal. El cónyuge, intimado a manifestar si haría uso de la porción conyugal, re nunció expresamente a ella. La sucesión siguió su trámite regular y se declaró única y universal heredera a la hija C. Esta va a vender. Se tie nen reparos sobre la situación del cónyuge B. (contra el cual había y hay embargos de derechos y acciones) ante la posibilidad de que el acree dor, pudiera accionar en el futuro, contra el adquirente del bien. B. Herederos: . , una Debe descartarse la posibilidad de hacer entrar en función el art. 1066 Código Civil, porque ahí se legisla para la repudiación de herencias, aquí se trata de cosa bien distinta: la renuncia a la porción conyugal. Tampoco cabría la acción pauliana, en el supuesto de que la renuncia del y hubiese sido hecha fraudulentamente y en perjuicio de los acreedores, por- -^ 257 — Código Civil, apartándose de lo que era corriente en otras le gislaciones pauliana a las "enajenaciones" (art. 1296) y renunciar a reclamar una asignación que nace, cuando se le reclama en las condiciones previstas por el art. 874 del Código Civil no es enajenar. La acción. pauHana para nosotros está limitada a las enajenaciones, y si bien es cierto que al tratarse la repudiación de herencia (art. 1066) se hace la cita del art. 1296 (acción pauliana) esa cita que no figuraba en las primeras ediciones del Código, nada agrega. que nuestro limitó la acción, El C, art. problema hay que resolverlo dentro de la 1295) porque es la única, en donde cabe lidad de que entre El en acción la subrogatoria (C. duda, sobre la posibi función. que renuncia a la porción conyugal, y siempre que ca rezca de lo necesario para su congrua sustentación, renuncia a ejercer un derecho que la ley le da, para hacerse de lo necesario para su sustenta cónyuge — — ción y que, en definitiva, se resuelve, por la monio de la persona difunta. adquisición de parte del patri Puede sostenerse que hay una renuncia a la adquisición de una parte herencia, con verdadero perjuicio del acreedor, que en caso de ha berse reclamado la porción conyugal, podría ir contra un patrimonio, que de la deudor ha querido- adquirir. Hay crédito, hay interés pecuniario y actual. Pero ¿el derecho a la por ción conyugal es de "aquellos que por su naturaleza o por disposición de la ley no pueden ser ejercidos sino por el deudor o que a lo menos, no pueden serlo contra su voluntad por otra persona"? Esta excepción así definida por nuestro Código, ofrece la dificultad que ya se le señaló a Aubry y Rau que empleó parecidas palabras, de que requiere una nueva definición. Sobre este punto, los autores tratan de apre ciar el carácter moral del derecho a ejercerse, indicando la doctrinaque no cabe subrogación donde el carácter moral prime sobre lo pecuniario, y que, so bre la definición debe estarse a un criterio realista, resolviendo cada caso, que queda librado a la prudencia del intérprete. (Laurent, Giorgí, Demo lombe, Canttoni) La porción conyugal, aunque se traduce en una parte de la herencia, requiere que el cónyuge, se decida a hacer entrar en función-, su voluntad de reclamar lo que considere necesario para su sustentación. No "parece que esta decisión, de ir a reclamar a sus hijos, que dejen parte de los bie nes, para atender sus necesidades, pueda ser tomada contra su voluntad. El cónyuge puede tener motivos morales muy respetables, para no reclamar bienes de la herencia de su esposa (cuando se llevó mal con ésta o malgas tó parte de los dótales) y puede tenerlos, en el mismo plano de dignidad, porque estando en condiciones de trabajar, para su subsistencia, no quiera su no . . - disminuir el patrimonio especialmente, cuando Nótese, por de los se de 238 hijos, sus de trate — como pequeñas en este caso menores, y muy herencias. parte, que la acción subrogatoria, está muy otra procedimientos conservatorios, — sustituye a un omiso, —■ cercana y aquí realizado por el deudor. del Juez, algo más allá del ejercicio autorización la Aparecería pues, de los derechos y acciones del deudor (C. C, art. 1295) porque se pe diría la revocación o anulación de la manifestación del cónyuge, cuando se trataría de ir renunció la acción a anular un acto porción conyugal, subrogatoria. a la excediéndose evidentemente de la órbita de Se ha discutido si ésta es un mandato o procurador in rem suam o un defensor de oficio, pero toda la doctrina se inclina a que el acreedor, susti tuye al omiso, sin que se señale que, por el juego de esta acción, pueda irse a anular actos del deudor. En realidad, la acción subrogatoria entra en juego, y en el caso consul pide al Juez, que intime al cónyuge que manifieste si opta por la porción conyugal. Ahí, el deudor está en una situación de omisión y el acreedor lo obligó a pronunciarse, decisión personalísima, librada a la voluntad del cónyuge, pero que, tuvo que darla ante el petitorio del acreedor. tado así sucedió, cuando el acreedor, a pueda revocarse esta decisión y aunque desde el punto justifica la duda del escribano, cabe agregar que, aun se que aceptara que el acreedor, pudo sustituir al deudor y aceptar por él la porción conyugal, ese derecho no vive ilimitadamente y debió ejercerse frente a un acto expreso, como la renuncia a la porción conyugal, que hizo el deudor ante el requerimiento de uno de sus acreedores. Se ha tramitado la sucesión, se han hecho los emplazamientos y se No parece que de vista notarial, se ha obtenido la declaratoria de única y universal heredera a favor de una hija. Si ésta vende, no se ve cómo la acción de los acreedores que no la ejercieron contra la heredera, pueda ir contra la cosa que ésta enajene. La posibilidad de una acción subrogatoria que fuera contra extraños no existe y no ofrece ningún peligro la escrituración de uno de los bienes de la herencia, aun cuando sea el único bien sucesorio. Nótese, que en nin gún caso podría, aunque tuviera andamiento la acción subrogatoria, tener efectos retroactivos, pues sólo se ejercería, sobre el caudal hereditario, en el estado que lo halle en el momento de ejercerse. En cuanto al embargo de derecho y acciones, sin entrar a apreciar la tan debatida cuestión, sobre el valor del embargo genérico, es indiscutible que el cónyuge no tiene ningún derecho en el bien que se va a vender, ni en la sucesión de modo que el su esposa, porque hizo renuncia a la porción conyugal, de no traba en nada la operación proyectada. embargo L. Arroyo Torres.