la nueva vida de laura

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LA NUEVA VIDA DE LAURA
Patricia Díaz Torres
Ilustrador: Mario Navas Navarro
Grupo 3
Laura tiene ocho años y siempre ha sido una niña simpática, alegre, que le
encanta jugar y estar con sus amigos. Convive con sus padres y un hermano
mayor que ella, Luis, que es muy travieso, y con el que se lleva regular:
discuten mucho, y algunas veces se pelean, aunque enseguida hacen las
paces.
Desde pequeña, ha asistido a un colegio que había muy cerca de su casa. Allí
están sus mejores amigos, especialmente una niña que se llama Marta, con la
que Laura comparte pupitre y se cuentan todos sus secretos.
Laura había tenido un estupendo curso: las notas buenísimas, los amigos como
siempre, muy amables y sus padres estaban muy contentos con ella... por eso,
eran merecidas una buenas vacaciones.
Como todos los años, sus padres habían planificado unas vacaciones en una
casa de la playa. Este año conocerían un sitio nuevo ¡Estaban muy
ilusionados¡
Llego el día, cargaron el coche de maletas y se dirigieron rumbo a la vivienda
que sería su nueva casa durante este mes.
Al llegar allí, quedaron sorprendidos. La casa era preciosa, enorme, con un
amplio jardín en el que había una piscina y un cobertizo que de entrada les
llamó la atención a Laura y a su hermano. De hecho, nada más ayudar a papá
y mamá a bajar las maletas y a hacer el reparto de habitaciones, Luis y Laura
se dirigieron a explorar este lugar.
¡Tened cuidado! Les aviso mamá antes de salir a explorar lo que habían en el
cobertizo y conociendo lo atrevido que era Luis.
Al entrar allí, fue alucinante todo lo que había: juguetes preciosos, bicicletas de
montaña, una barca para la playa... y un montón de aparatos para el cuidado
del jardín. Había un gran armario en el que se podía leer ¡PELIGRO, NO
TOCAR! Pero,... ya conocemos a Luis, desobediente y travieso, no hizo caso al
aviso que había en la puerta del armario, y decidió abrirlo para ver que había
dentro.
Le llamo la atención una botella de vivos colores, que era como un
pulverizador, no entendimos para que se utilizaba, pues las instrucciones
estaban en inglés. Lo que ocurrió es que sin querer, Luis pulsó la palanca y
automáticamente salió despedido un chorro de un líquido que olía fatal, con tan
mala suerte que fue a caer en los ojos de Laura.
En un principio, pensamos que sería un accidente casero sin importancia, lo
que es verdad es que Laura no veía nada. Con ayuda de Luis salió del
cobertizo y se dirigió a la casa, donde papá y mamá estaban colocando las
cosas de la casa. Mamá se disgustó mucho, pero pensó que con lavar los ojos
con abundante agua sería suficiente.
Después de mucho rato, Laura seguía sin ver nada, por lo que decidieron que
lo mejor sería llevarla al hospital del pueblo. Allí les informaron de las malas
noticias. Laura se quedaría ciega, porque el líquido que le había caído en los
ojos le había dañado la retina y no podría volver a ver.
Tras varios meses de visitas al hospital, la familia de Laura tras escuchar los
consejos de los médicos decide llevar a la niña a un centro de la ONCE donde
le enseñarán a manejarse en su nueva vida.
Al llegar al centro, Laura está un poco nerviosa pues todo será nuevo para ella,
el miedo le invade y empieza a temblar. Laura lleva sus gafas y su madre le
coge el brazo para indicarle por donde ha de ir.
Allí aprenderá de nuevo a leer y escribir con un lenguaje distinto y a utilizar una
máquina que le ayudará a seguir el ritmo de la clase.
Le asignamos un profesor que será el encargado de enseñarle a moverse en el
espacio con ayuda de un bastón.
Laura con ayuda de su profesor empieza a ir con su bastón por la calle.
Pasados unos meses el profesor le dice a Laura que ya está preparada para ir
sola por la calle. Laura está aterrada, pero a la misma vez emocionada, por fin
podrá ir donde ella quiera. Lleva mucho tiempo queriendo ir a ver a sus amigos
del colegio antiguo.
Laura sale del colegio de la ONCE dispuesta a llegar a su destino, cruza la
primera calle, todo parece normal, tuerce a la derecha y después a la izquierda.
Cada vez se siente más segura. Nota que la gente la mira cuando oye
comentarios alrededor suyo “Mira esa niña es ciega” ¡Pobrecita!, pero Laura
sigue su camino intentando no oír los comentarios y acelera el paso ayudada
por su bastón, descuidándose por un momento y cruzando la calle sin estar
atenta a las señales acústicas.
En ese momento se oye un gran estruendo de un coche contra otro, el claxon
ensordece a Laura que siente un gran tirón en su brazo. Es un niño llamado
Gregorio que ha tirado de ella muy fuerte para salvarla de ser atropellada.
¡Madre mía que susto!, piensa Laura. En ese momento la niña se pone a llorar,
siente como la gente se agolpa alrededor de ella. Qué amigo más valiente
tienes, le dice la gente. Eh chico ¿cómo te llamas?, ¿estás bien? Me llamo
Gregorio, dice el niño. Eres muy valiente Gregorio, gracias a ti no han
atropellado a esta pobre niña. Laura al oír esas palabras entiende que ese
chico ha sido quien le ha agarrado y le ha salvado del terrible accidente.
Desde ese día Laura y Gregorio se hicieron buenos amigos. Gregorio vive en el
mismo barrio que ella, y aunque va a otro colegio casi todo el camino puede
acompañar a su amiga.
Gracias a Gregorio, Laura ha recuperado la seguridad que había perdido y ya
se siente preparada para afrontar el siguiente reto.
El profesor que la atiende a Laura en el colegio de la ONCE, le ha dicho que ya
está preparada y que ya ha aprendido a leer y escribir adecuadamente con los
nuevos sistemas. Sus profesores le han enseñado a leer con un nuevo método
que se llama Braille y consiste en tocar con las manos unos signos que son
puntitos en relieve y según su colocación con una letra u otra... en el fondo es
divertido, aunque un poco difícil. También ha adquirido una nueva máquina que
se llama Perkins, que le ayuda a escribir todo aquello que necesita hacer en el
colegio. Madre mía... cuantos cambios ha tenido que sufrir Laura en tan poco
tiempo.
El profesor le ha dicho que ya podría volver de nuevo a su colegio con sus
compañeros de siempre.
Laura está muy ilusionada y a la vez nerviosa. Es el momento de trabajar muy
duro de nuevo en el colegio.
Por fin llegó el día de volver al cole. Allí conocerá a un maestro nuevo que
vendrá de la ONCE para ayudar a Laura. Pero ella está más nerviosa por
encontrarse de nuevo con sus compañeros de clase. Tiene miedo de que no la
quieran como la querían antes y que en el recreo nadie juegue con ella.
Ese día se despertó a la misma hora de siempre e hizo todo exactamente como
lo hacía cada mañana antes de ir al centro de la ONCE. Sus padres la esperan
en el portal de casa para acompañarla en este día tan importante. En realidad
todos están nerviosos y emocionados, pues Laura se ha esforzado mucho para
poder llegar a este momento.
Durante el camino al colegio, se encuentran a Gregorio, quien besa a su amiga
deseándole toda la suerte del mundo: “esta tarde me cuentas”,... le dice a su
amiga. Luego se despide de ella y de su familia y tuerce la esquina.
Laura sigue su camino hasta llegar a la puerta del colegio. Los demás
compañeros entraron hace cinco minutos, por eso Laura no oye el ruido al que
estaba acostumbrada cada mañana. Esperan en el hall del colegio hasta que
son recibidos por el director, la orientadora del centro y el maestro de la ONCE
que le han asignado.
¡Y qué sorpresa se llevó Laura!
Laura escuchó una voz familiar en aquel grupo. Era el profesor que había
conocido en la escuela de la ONCE, se llamaba Millán. Millán y la orientadora
acompañaron a Laura a su clase.
Y ¡Sorpresa! Todos los compañeros de Laura y su señorita le tenían preparada
una gran fiesta de bienvenida. Laura se sintió muy feliz de reencontrarse con
Marta y sus demás compañeros; y sentir que ellos la seguían queriendo como
siempre.
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