Recibo justificativo del pago del salario

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EL RECIBO JUSTIFICATIVO DEL PAGO DEL SALARIO.
El requisito establecido por el 29.1 ET es que el pago del salario se realice documentalmente, mediante la
entrega al trabajador de un "recibo individual", justificativo del pago del mismo, exigiendo la OM de 27 de
diciembre de 1994 la firma del trabajador del mencionado recibo, dando fe el trabajador de la percepción de
dichas cantidades, si bien no suponiendo esta firma una conformidad con el montante percibido. (Albiol
Montesinos). Ahora bien, si el pago se realiza mediante transferencia bancaria, el ingreso en la cuenta del
trabajador "sustituye" ésta firma ológrafa.
El ET permite que, bien mediante convenio colectivo o por acuerdo entre trabajador y empresario, se sustituya
el modelo oficial por otro pactado. De no existir éste pacto a acuerdo, se aplicará el contenido en la OM antes
comentada.
Por otro lado, la omisión del requisito formal dará lugar a infracción administrativa leve (cfr. 94.3 ET) en
cuanto a la entrega se refiere, además, el no consignar en el mismo las cantidades realmente percibidas por el
trabajador se considera infracción administrativa grave (cfr. 95.2 ET), si bien en cuanto al primer aspecto no
tiene valor liberatorio sobre el abono de las percepciones, que podrán probarse realizadas mediante cualquier
otro medio de prueba admitido en derecho.
Finalmente, el 26.4 ET reputa nulos los pactos o acuerdos que conlleven la asunción por parte del empresario
de las cargas fiscales y de seguridad social que corresponda abonar al trabajador.
EL LUGAR Y TIEMPO DEL PAGO DEL SALARIO.
El lugar de pago del salario será el convenido, como establece el 29.1 ET, o bien conforme a los usos y
costumbres, y ha de hacerse en el tiempo convenido, si bien el abono de percepciones periódicas y regulares
no podrá exceder de un mes. Por otro lado, el trabajador tiene derecho a percibir anticipos a cuenta del trabajo
realizado (cfr. 29.2 ET), sin que se exija alegar causa determinada para obtener dicho anticipo, y sólo podrá
comprender percepciones de carácter mensual, y no las de vencimiento superior al mes.
De la impuntualidad en el pago de salario (no de partidas extrasalariales, que reciben otro tratamiento), se
derivan una serie de repercusiones, a saber, la mora en el pago del salario generará un interés del 10% anual a
favor del trabajador, que se computará aun cuando el interés legal del dinero sea menor. Por otra parte, los
retrasos continuados en el pago del salario es causa justa de resolución del contrato por parte del trabajador,
con derecho a indemnización equivalente a despido improcedente, (cfr. 50.1 b ET), caducando el plazo de la
acción de reclamación por cantidades no percibidas al año, contando desde el momento en que se dejara de
percibir, si bien el ET establece "....desde el día en que la opción pudiera ejercitarse", (cfr. STC 226/1991.
RTC. BOE 3 de 3 de enero de 1992).
Finalmente, corresponde, tanto al trabajador probar la prestación de servicios, como al empresario el pago de
los salarios reclamados. (cfr. 59 ET).
EL SALARIO COMO CRÉDITO PRIVILEGIADO.
Frente a los créditos de otros eventuales acreedores del empresario, el 32 ET establece las reglas siguientes,
relativas las dos primeras sólo a créditos salariales y la tercera tanto a créditos salariales como a
indemnizaciones por despido.
Los salarios devengados y no percibidos por los últimos 30 días de trabajo, y en cuantía no superior al doble
del salario mínimo gozan de preferencia sobre cualquier otro crédito, aunque su titular fuera un acreedor
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hipotecario o pignoraticio, "y se hará efectivo frente a todos los bienes del empresario deudor" (Montoya
Melgar), teniendo éste crédito el carácter de superprivilegio, si bien una buena parte de la doctrina entiende
que existe en tal supuesto una hipoteca legal, de carácter tácito y no inscrita registralmente (Pérez Botija),
reconociendo incluso que sería "una hipoteca especialísima y hasta desnaturalizada, al ser incierta su cuantía,
no inscrita en el registro y oculta frente a terceros" (Bayón Chacón−Pérez Botija).
Por otro lado, los créditos salariales gozan de preferencia sobre cualquier otro crédito para ser realizados con
cargo a los objetos elaborados por los trabajadores, mientras sean propiedad o estén en posesión del
empresario, "excluyéndose los inmuebles que constituyen el lugar de trabajo" (STS u.d de 17−12−97). Este
privilegio es considerado como un "privilegio especial refaccionario" (Montoya Melgar), cuyo límite se
encuentra en el importe y el valor de los bienes que responden frente a él.
Los créditos por salarios no protegidos en los apartados anteriores tendrán la consideración de "privilegio
general ordinario" (Montoya Melgar) si bien es también considerado como un "crédito singularmente
privilegiado" (Albiol Montesinos), y se caracterizan básicamente, por no estar incluidos anteriormente, porque
impone una limitación cuantitativa, establecida en el triple del SMI, multiplicado por el número de días de
salario pendientes de pago, o el mínimo legal diario de la indemnización por despido, multiplicado por una
base que no podrá superar el triple del salario mínimo diario, y prevalecerá frente a cualquier otro crédito, con
excepción de los créditos con derecho real, (cfr. 3e2.3 ET).
En el privilegio se incluyen también las indemnizaciones por despido en la cuantía correspondiente al mínimo
legal, calculada sobre una base que no supere el triple del salario mínimo, así como, en una interpretación
extensa del 32 ET, a los llamados salarios de tramitación.
Las prestaciones de seguridad social tienen también reconocido el carácter de créditos privilegiados, gozando,
al efecto del régimen establecido para el salario (cfr. 121.2 LGSS).
Todas las preferencias se aplican, tanto en el supuesto de que el empresario haya iniciado un procedimiento
concursal como en cualquier otro en el que concurran con otro u otros créditos sobre bienes del empresario.
Por otra parte, la tramitación de un procedimiento concursal no suspende las acciones que puedan ejercitar los
trabajadores para el cobro d. (cfr. 246.3 LPL), configurándose el derecho a una ejecución separada que ni se
acumula a la concursal coetánea ni se suspende por el procedimiento de quiebra" (Albiol Montesinos. Cfr.
62.5 ET).
LA INEMBARGABILIDAD DEL SALARIO.
El salario mínimo interprofesional es inembargable, (cfr. 27.2 y 607 LEC, nueva redacción, antiguo 1449), no
obstante lo anterior, el SM es embargable cuando se trate de deudas contraidas por prestación de alimentos, en
virtud de acuerdo de separación o divorcio, y con destino a cónyuge e hijos, fijando en éstos casos la cantidad
a embargar el juez competente (Cfr. 607 y sgtes LEC). El embargo de salarios sólo precede al de créditos y
derechos no realizables en el acto y al de establecimientos mercantiles e industriales, no obstante, el juez
puede autorizar "motivadamente" el embargo de sueldos o pensiones, con preferencia a los demás derechos y
bienes, excepto el dinero, cuando se trate de hacer efectivas, con las cantidades retenidas o embargadas,
prestaciones como las enumeradas anteriormente.
EL FONDO DE GARANTIA SALARIAL: FOGASA.
El FOGASA es un organismo autónomo, adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, dotado de
personalidad jurídica y capacidad de obrar, que garantiza, en determinadas circunstancias y con ciertos
limites, la percepción por los trabajadores de, al menos, una parte de los salarios e indemnizaciones por
extinciones contractuales debidos y no pagados por los empresarios. Se financia con fondos públicos y con las
aportaciones empresariales efectuadas por todos aquellos que emplean trabajadores por cuenta ajena. Aunque
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su naturaleza se acerca más a las instituciones de seguridad social que al seguro de créditos, tampoco se
identifica sin más con aquella, por tanto, es una "institución de garantía" (Montoya Melgar). Las aportaciones
vierten en forma de cotización que se ingresa, junto a las cuotas de seguridad social, aplicándose un tipo del
0.4% sobre los salarios que sirve de base para las contingencias de accidentes de trabajo, enfermedades
profesionales y desempleo, que es lo que configura los salarios reales, si bien el tipo ha sido variable desde la
creación del fondo, habiendo alcanzado el 1.1% en 1985, y su mínimo el 0.2% en 1977.
LOS SUPUESTOS DE RESPONSABILIDAD DEL FOGASA.
A efectos de responsabilidad del FOGASA, los salarios pendientes de pago comprenden tanto los salarios
reconocidos como tales "en el acto de conciliación o en resolución judicial", así como la denominada
"indemnización complementaria por salarios de trámite" (cfr. 33.1 ET).
El FOGASA no puede abonar "por uno u otro concepto, conjunta o separadamente, un importe superior a la
cantidad resultante de multiplicar el duplo de salario mínimo interprofesional diario por el número de días de
salario pendiente de pago, con un máximo de 120 días (cfr. 33.1 ET). Dichos límites son independientes y
acumulativos, y el SMI a tener en cuenta es el que esté fijado "en el momento de la declaración de
insolvencia" (STS u.d de 16 de mayo de 1995). También en supuesto de suspensión de pagos, quiebra,
concurso de acreedores o insolvencia del empresario, el FOGASA responde del pago de indemnizaciones
reconocidas a los trabajadores como consecuencia de sentencia o resolución administrativa en los casos de
despido, resolución del contrato por la vía del 50 ET, (no en caso de libre desistimiento o mutuo acuerdo),
extinción de contratos por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción, sean los despidos
individuales o colectivos, con excepción de los trabajadores afectados que constituyan una SAL y adquieren
en subasta judicial los bienes de la empresa. Sin embargo, en materia de responsabilidad del FOGASA en
éstos últimos supuestos, cabe hacer las consiguientes consideraciones:
En éstos supuestos la responsabilidad del FOGASA cubre indemnizaciones reconocidas como consecuencia
de sentencia o resolución administrativa, no por tanto las que puedan acordarse en conciliación en cualquiera
de sus formas, y sin que ello suponga un atentado al derecho de la tutela judicial efectiva (cfr. 61 y 84 LPL).
Por otro lado, para los casos de despido o extinción de los contratos conforme a lo establecido en el 50 ET, el
importe de la indemnización se calculará sobre la base de 25 días por año de servicio, con el límite máximo de
una anualidad (cfr. 33.2 ET).
Derivación procesal de lo anterior es el que el FOGASA puede comparecer como parte en los procesos de los
pudiera derivársele responsabilidad (23.1 LPL), y ha de ser citado en los procedimientos concursales en los
que puedan existir créditos laborales, para que pueda personarse como responsable subsidiario (cfr. 33. 3 ET)
así como debe ser citado como parte cuando el empresario demandado haya sido declarado insolvente o esté
sujeto a procedimiento concursal, o se trate de empresario desaparecido, atribuyéndose al FOGASA la
condición de parte en los procedimientos arbitrales en que tenga que asumir responsabilidad. (cfr. 23. 2 LPL y
33.9 ET).
A más abundamiento, el salario diario base de calculo de la responsabilidad del FOGASA no puede exceder
del suplo del salario mínimo interprofesional, ahora bien, si el salario real percibido por el trabajador no llega
al duplo del SMI, debe ser el salario real del trabajador el que se tome como base de cálculo.
El FOGASA responde asimismo, del pago del 40 % de las indemnizaciones correspondientes a despidos
colectivos (a los despidos por causas objetivas previstos en el 52. C ET, cuando la empresa tenga menos de 25
trabajadores, sin necesidad de que el empresario acredite hallarse en situación de insolvencia, y sin necesidad
de que los interesados insten la previa instrucción del expediente, por tanto, y según Albiol Montesinos, "es
que lo peculiar de ésta responsabilidad es por que no se condiciona a ninguna situación patrimonial de la
empresa".
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En definitiva, la obligación del FOGASA establecida en el 33.8 ET es "pura, directa y limitada" ya que: puede
exigirse sin necesidad de acreditar situación de insolvencia del empresario (cfr. 51 o 52 C ET), y no en otro
supuesto extintivo, el FOGASA es el obligado directo e inmediato ante los trabajadores, por otra parte, el 40
% de la indemnización se refiere a la legal, no a la superior que haya podido pactarse y, finalmente, el hecho
de en periodo de consultas hayan podido pactarse indemnizaciones superiores no neutraliza la aplicación del
art. 33. 8 ET (por todas. STS u.d de 11 de mayo de 1994 AR 4194).
En cuanto a las extinciones de contratos por fuerza mayor, es preciso distinguir dos situaciones:
Cabe que la autoridad laboral que constate la existencia de la fuerza mayor exonere total o parcialmente de las
indemnizaciones reconocidas al empresario. En estos casos, y por la cantidad exonerada, el FOGASA será
responsable directo frente a los trabajadores afectados por la extinción, sin que para que esta responsabilidad
entre en juego sea precia la previa declaración de insolvencia del empresario mismo. (cfr. 51.12 ET y 17 RD
505/1985; &13.1 Código Laboral y de Seguridad Social Edit. Aranzadi. Edic. 2000.).
DE LA TRAMITACIÓN DE PETICIONES AL FONDO.
El procedimiento se inicia bien de oficio, bien a instancia de los interesados y el plazo de solicitud de las
prestaciones es de una año a partir del acto de conciliación, sentencia o resolución administrativa que
reconocieran la deuda salarial, o en su caso, los bienes que fijaran la indemnización.
La solicitud ha de ir acompañada, en todo caso, de acreditación del DNI de cada trabajador afectado, y de su
situación en cuanto a la seguridad social, por otro lado, si la solicitud es de prestación por salarios adeudados,
se unirán además certificación del acto de conciliación judicial o testimonio de sentencia firme que reconozca
el débito, y, en su caso, testimonio de que la resolución judicial declarativa de insolvencia o de la solicitud de
declaración de suspensión, quiebra o concurso, y certificación de inclusión de los créditos de os trabajadores
en la lista de acreedores.
Si la solicitud es de prestación por indemnizaciones, se unirán al testimonio de resolución judicial firme o la
certificación de resolución administrativa firme que declare o autorice la extinción del contrato. En su caso, se
acompañarán el justificante de insolvencia o la solicitud de suspensión, quiebra o concurso, salvo en los casos
de responsabilidad directa del fondo.
Las resoluciones del fondo han dejado de ser impugnables en vía contencioso−administrativa para serlo ante
el Orden Social (cfr. art. 2.f LPL).
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